El hueso alveolar, maxilar (superior) o mandibular (inferior), es aquel que forma los alvéolos, en los que se sustentan las piezas dentales. Este es un hueso compacto, con múltiples y pequeños orificios a través de los cuales se encuentran los nervios, vasos linfáticos y vasos sanguíneos.
Un hueso alveolar sano es calve para tener una correcta salud oral y la permanencia de nuestros dientes.
La pérdida de hueso alveolar: Causas y efectos
El hueso alveolar tiene, a diferencia del resto de huesos del cuerpo humano, la capacidad de modificarse, ya que es capaz de auto-curar-se y renovarse por mecanismos naturales. Su función principal es la de mantener las piezas dentales fijas en los maxilares y de responder a los estímulos, a la presión, de estas piezas al ocluir o masticar.
Cuando una persona pierde una o más piezas dentales o esta presenta una patología periodontal o piorrea, el hueso alveolar inicia su re-absorción o pérdida lenta, perdiendo grosor y altura a un ritmo de un 40-60% en los posteriores tres años. Por ello, es clave realizar revisiones periódicas en la dental, rehabilitar los espacios edéntulos, y controlar y tratar la patología periodontal.
Causas de la pérdida de hueso alveolar
Las principales causas de la re-absorción ósea son:
- La pérdida de dientes. Cuando tenemos la ausencia de un diente, por extracción por ejemplo, y esa zona no es rehabilitada mediante la colocación de un implante, el hueso alveolar de esta pieza ausente se re-absorbe debido a que no recibe ningún tipo de estimulación derivada de la masticación o oclusión. Los dientes adyacentes a la zona del diente ausente, asimismo, se verán también afectados por la ausencia, inclinándose y extruyéndose para poder realizar un contacto con la pieza antagonista.
- Periodontitis o enfermedad periodontal o piorrea. Esta patología crónica afecta a las estructuras de sujeción de las piezas dentales, entre ellas, al hueso alveolar provocando su re-absorción. La deficiente higiene es la causa principal de la periodontitis y se debe al acumulo de placa bacteriana por debajo de LAC (línea malo-cementaría).
- Osteoporosis. Las personas que presentan esta enfermedad pueden padecer con mayor incidencia una pérdida del hueso alveolar.
- Traumatismos o contusiones. Cuando una pieza dental recibe un golpe o se fractura este, se debilitará y la estimulación que este transmite al hueso se verá interrumpida, provocando su re-absorción.
- Dentaduras postizas muco-soportadas. Una prótesis que no esté anclada en el maxilar, no proporciona ningún tipo de estímulo al hueso alveolar, por lo que con este tipo de prótesis y con el paso del tiempo, se derivará en una re-absorción ósea. Asimismo, y debido a la pérdida de hueso, las prótesis se desajuntarán, impidiendo comer y hablar con naturalidad.
Efectos de la pérdida de hueso alveolar
La pérdida de hueso alveolar provocará cambios morfológicos, funcionales y estéticos. Algunos de los principales cambios son:
- Movilidad o aflojamiento de los dientes. La pérdida de hueso alveolar provocará la movilidad dental y su pérdida prematura.
- Retraimiento de los labios. Es debido a la reducción del hueso maxilar y da una estética de envejecimiento.
- Arrugas de expresión sobre el labio superior.
- Modificación de la mordida u oclusión. Con la re-absorción ósea las piezas dentales se inclinan, giran o rotan y adquieren movilidad.
Es muy importante rehabilitar los espacios edéntulos y controlar las patologías orales como la periodontitis.