La osteonecrosis mandibular es una patología poco frecuente entre los pacientes pero muy grave, ya que consiste en la pérdida progresiva de las células de la mandíbula. A pesar de que el primer caso de la osteonecrosis mandibular fue registrado hace más de una década, su fisiopatología es objeto de debate entre un amplio sector de médicos e investigadores.
Las causas de la osteonecrosis mandibular son diversas. Muchos cirujanos orales y maxilofaciales señalan que se debe a la radioterapia y a fármacos relacionados con este tratamiento: los medicamentos antirresortivos y los medicamentos antiangiogénicos.
Los medicamentos antirresortivos son aquellos que ralentizan este proceso de pérdida y contienen bifosfonatos, que se pueden administrar por vía intravenosa u oral. Normalmente se aplican en pacientes con osteoporosis, aunque también son utilizados para prevenir las metástasis óseas en casos de cáncer de mama, próstata, pulmón y mieloma múltiple. Este tipo de medicamentos tienen un gran potencial para mejorar la calidad de vida del paciente, aunque su uso es controvertido por los riesgos de contraer esta enfermedad, porque conllevan una disminución de la resorción ósea.
Los medicamentos antiangiogénicos son aquellos que inhiben la producción de nuevos vasos sanguíneos para que un tumor no siga creciendo. Este tipo de medicamentos han resultado especialmente útiles en el tratamiento de tumores gastrointestinales, carnicomas de células renales y tumores neuroendocrinos.
Así, los pacientes expuestos a esta patología suelen tener todas estas características:
- Tienen un tratamiento actual o previo con medicamentos antirresortivos o antiangiogénicos.
- Presentan un retraso en la cicatrización del hueso. Después de una extracción dental u otros procedimientos parecidos, el hueso queda expuesto y no cicatriza. Si esta situación persiste durante más de ocho semanas, es muy probable que el paciente pueda contraer esta enfermedad.
- Presentan antecedentes de radioterapia en los maxilares o de enfermedad metastásica en las mandíbulas.
A pesar de reunir estas características, los pacientes pueden presentar otras patologías que no se deben confundir con la osteonecrosis mandibular. Es común un mal diagnóstico relacionado con osteítis alveolar, gingivitis y periodontitis, lesiones fibro-óseas, odontalgia o dolor agudo en los dientes, entre otras complicaciones. Además, no hay que olvidar que el hueso puede estar igualmente expuesto aunque el paciente no haya consumido fármacos antirresortivos o antiangiogénicos.
Existen otras hipótesis respecto la aparición de la osteonecrosis mandibular además del consumo de fármacos, como microtraumatismos, déficit de vitamina D, inflamaciones e infecciones concretas en la boca, toxicidad en los tejidos o una disfunción del sistema inmunitario.
Pero el factor de riesgo clave es el tratamiento con estos fármacos en enfermedades como el cáncer o la osteoporosis. En el caso de los pacientes con cáncer se mide el riesgo tanto de pacientes expuestos como no expuestos a medicamentos antirresortivos o antiangiogénicos. Según la Asociación Estadounidense de Cirujanos Orales y Maxilofaciales, diversos ensayos clínicos han establecido que el riesgo de osteonecrosis mandibular en pacientes expuestos es mayor. Se establece una frecuencia de 1,9 casos por cada 10.000 pacientes con cáncer. Respecto los pacientes con osteoporosis, los ensayos clínicos han establecido una tendencia de 1,7 casos por cada 10.000 pacientes.
Otros factores de riesgo de la esteonecrosis mandibular
Debido a las múltiples hipótesis se ha llegado a la conclusión de que esta enfermedad puede ser multifactorial:
- Tratamientos quirúrgicos. Los procedimientos que requieren la exposición y manipulación del hueso (colocación de implantes dentales, extraer un diente…) conllevan un gran riesgo para pacientes expuestos a medicamentos antirresortivos.
- Factores anatómicos. La osteonecrosis mandibular tiende a aparecer en la mandíbula y no en el maxilar superior, aunque esto puede variar en función del paciente.
- Prótesis dentales. Las intervenciones con implantes dentales también pueden ser un factor de riesgo.
- Otras enfermedades orales. Algunas inflamaciones o infecciones dentales pueden complicarse.
- Edad y género. Esta enfermedad tiene tendencia a manifestarse más en la población femenina adulta, con osteoporosis o cáncer de mama.
- Hábitos no saludables. El consumo de tabaco puede ser un factor de riesgo de osteonecrosis mandibular.
- Factores genéticos. Diversos especialistas señalan que la genética también influye al desarrollar esta enfermedad.
Prevención
La prevención es un factor clave para evitar esta enfermedad. Por ello es necesaria una consulta con el odontólogo cuando se determina que un paciente debe someterse a tratamientos con fármacos antirresortivos o antiangiogénicos. La Dra. Sánchez le someterá a un examen dental en profundidad, para establecer qué cuidado dental y qué medidas preventivas hay que tomar. Una buena higiene será muy importante, con el cepillado diario, la aplicación de flúor y enjuagues de clorhexidina.
Los principales objetivos del tratamiento aplicado sobre pacientes en riesgo o que padecen esta enfermedad son varios. Los más importantes son el apoyo continuo por parte del odontólogo de confianza, la educación del paciente y el control del dolor y posibles infecciones secundarias, para prevenir áreas de expansión de la necrosis. Todo ello tiene como objetivo principal reducir al mínimo el riesgo de desarrollar esteonecrosis mandibular. En el caso de pacientes con prótesis dentales hay que examinar las áreas mucosas con más frecuencia, ya que presentan más riesgos. Lo más importante en todos los casos es optimizar la higiene bucal.
Investigación futura de la osteonecrosis mandibular
Esta patología aún requiere de investigación para establecer sus mecanismos fisiopatológicos. Así, existen distintas áreas de investigación:
– Análisis de la respuesta del hueso alveolar a los tratamientos antirresortivos.
– El papel de nuevos fármacos antiangiogénicos y sus efectos sobre la curación del hueso de la mandíbula.
– Investigación genética y de otros factores de riesgo.
– Estudios en animales, para validar las propuestas e hipótesis de tratamientos de prevención.
Además, muchos investigadores reclaman apoyos institucionales para investigar la osteonecrosis mandibular. El objetivo es reducir los riesgos, investigando diferentes modos de prevención y tratamiento de esta enfermedad que es poco frecuente, pero puede llegar a ser muy perjudicial para el paciente.