Clínica Sancal

higiene

Buenos hábitos

El aviso de Harvard sobre los dientes y el cáncer de estómago

La sonrisa es una carta de presentación, y mucho más allá de su aspecto estético, es un reflejo de lo que puede estar sucediendo en otros órganos internos. Numerosos estudios han demostrado la relación que existe entre la salud cardiovascular (enfermedad coronaria, infartos, ictus, etc.) y las caries y los problemas de las encías. Hace unos meses, la Sociedad Europea de Cardiología se hacía eco de una investigación que conecta el cepillado de dientes frecuente con un menor riesgo de padecer fibrilación auricular e insuficiencia cardiaca. Esta relación es importante y justifica el interés de la Organización Mundial de la Salud en promocionar la salud bucodental porque 3.500 millones de personas tienen problemas relacionados con ella: la caries es el más frecuente, seguido de las enfermedades de las encías, que afectan a unos 770 millones de personas, el 10% de la población mundial.   La gingivitis está asociada a un 52% más de riesgo de cáncer gástrico y a un 43% de esófago   Ahora, un grupo de especialistas norteamericanos, chinos, alemanes y noruegos, dirigidos por el epidemiólogo y gastroenterólogo Mingyang Song, de la Facultad de Medicina de Harvard, ha publicado en la revista ‘Gut’ las conclusiones de un estudio que apuntan a una relación directa entre la enfermedad periodontal (de los tejidos que sostienen al diente: encías, hueso, cemento y ligamentos de los dientes) y un aumento del riesgo de padecer cáncer de esófago y gástrico. El peligro también se extiende a personas que han perdido dientes. Microbiota oral Para su trabajo, los científicos examinaron la asociación de antecedentes de enfermedad periodontal y pérdida de dientes con el riesgo de cáncer esofágico y gástrico en 98.459 mujeres del Estudio de Salud de Enfermeras (1992-2014) y 49.685 hombres del Estudio de Seguimiento de Profesionales de la Salud (1988-2016).   Detectaron que, durante los 22 a 28 años de seguimiento, hubo 199 casos de cáncer de esófago y 238 casos de cáncer gástrico, en los que la presencia de enfermedad de las encías se asoció a un 43% y un 52% más de riesgo de cáncer de esófago y cáncer gástrico, respectivamente. ¿Qué explicación ofrecen los autores? Sugieren que las bacterias de la boca (la microbiota oral) pueden estar implicadas en el desarrollo del cáncer, pero también apuntan a una deficiente higiene que, junto con la enfermedad periodontal, podrían promover la formación de nitrosaminas, implicadas en la génesis del cáncer de estómago.   Sin embargo, los especialistas se resisten a establecer una relación causa-efecto firme entre la salud oral y los tumores esofágico y gástrico porque sospechan de la influencia de otros factores no identificados. Esta observación es compartida por el doctor Miguel Carasol, de la Sociedad Española de Periodoncia, quien destaca a Alimente que “hay que dejar muy claro que la periodontitis, hoy en día, no constituye un factor de riesgo directo para el desarrollo de determinados tipos de cáncer”, y se alinea con los autores del artículo de ‘Gut’ sobre la variabilidad de factores que influyen en la aparición del tumor.   Este especialista también apoya la hipótesis de que con una mala higiene oral, los patógenos periodontales pueden promover la formación de sustancias cancerígenas en estos tejidos digestivos y respalda la importancia que concede el grupo de Harvard al microbioma oral. “Las bacterias en la cavidad oral tienen una organización muy compleja que nos permite mantener la salud de los tejidos y enfrentarse a los muchos factores que pueden complicar la situación de equilibrio existente en la boca”, expone. “Este microbioma se altera cuando los patógenos se instalan en la unión entre la encía y el diente, provocando al principio una inflamación simple de la encía (gingivitis), que si progresa separa la encía del diente, creando unas bolsas en las que se instalan los patógenos organizados, dando lugar a la periodontitis”. Cepillo y buenos alimentos El punto en el que encía y diente se separan es crítico porque se forma una herida abierta en el interior y “las bacterias de la periodontitis y sus toxinas pasan a la sangre y pueden afectar a órganos a distancia del cuerpo humano”, advierte Miguel Carasol.   Así pues, todos coinciden en que todavía hay que profundizar en la búsqueda de factores adicionales que, junto con la pérdida dental y la periodontitis, permitan detectar fácilmente a las personas que tienen altas probabilidades de sufrir estos tipos de cáncer. En opinión del miembro de SEPA, “estamos relativamente lejos de que la encía delate a los tumores malignos”, aunque no hay que descartarlo dada “la rapidez del avance científico”. Hasta que el futuro demuestre si las encías y las piezas dentales son buenas para detectar precozmente cáncer de esófago y gástrico, el doctor Carasol insiste en lo que ya está en nuestra mano: higiene y dieta. “La higiene oral es esencial a la hora de conservar la salud bucodental a todas las edades y es necesaria para evitar la evolución a situaciones más complicadas en la boca, como es el paso de la inflamación en la gingivitis a la destrucción de los tejidos que soportan al diente en la periodontitis, con la consiguiente pérdida de dientes”, expone.   En cuanto al papel de la dieta, “es enormemente importante para la prevención de caries y es menos determinante para salud periodontal”, aunque “sin duda, una alimentación adecuada es fundamental para conseguir calidad de vida y salud general”.   ¿Qué alimentos necesita nuestra boca? Frutas y verduras ricas en vitamina C (cítricos, brócoli, fresas, kiwi), arándanos, los ácidos grasos omega 3 y flavonoides.

Cultura y curiosidades

Raspado de encías

El raspado de encías forma parte del tratamiento peridontal, en los casos más avanzados, ¿quieres saber de que se trata? ¿Por qué se produce y cuál es su solución? El raspado de encías es parte del curetaje dental, mediante el cual se realiza un tratamiento periodontal con el que se combaten los problemas de piorrea o periodontitis. Cuando una persona padece gingivitis, las bacterias y el sarro se acumulan en las encías, deteriorándolas. Si no se acude al profesional periodontal, estos problemas se complican cuando el sarro y las bacterias penetran bajo la encía ocasionando la periodontitis. Para solucionar este problema es necesario realizar un curetaje dental en el que se produce un raspado  y alisado radicular, que elimina los restos de sarro y bacterias e incluso la infección de la zona. Esta parte del tratamiento es clave en el tratamiento de la periodontitis o piorrea. ¿Quién debe realizar el raspado de encías? Cómo cualquier otro tratamiento dental, el raspado de encías debe ser realizado por expertos en periodoncia: un trabajo en el se incluyen el periodoncista  y el higienista dental. Ambos se encargarán del diagnóstico, del plan de tratamiento y de su ejecución, para llevar a cabo con éxito el tratamiento y que tu puedas conseguir la sonrisa que siempre has deseado. Conoce más sobre la periodoncia y la importante labor de la higiene bucal. Prevención: cuida tu higiene Para evitar tener que realizar este tratamiento recuerda que es fundamental que cuides tu higiene bucodental diaria y acudir una vez cada 8-10 meses al higienista dental para la realización de una limpieza dental profesional o profilaxis. RASPADO ENCIAS INFLAMADAS Gracias a la profilaxis se completa la higiene dental poniendo al día tu salud bucal, lo que además mejora tu estética dental, ya que una sonrisa sana es fundamental para tener una sonrisa bonita. Además, al realizar una revisión bucal, se detecta rápidamente si tienes cualquier problema de salud bucal como caries u otro tipo de complicación, lo que supone una mejora adicional en el control de la salud bucodental. Pide cita para una revisión de periodoncia Solicita una consulta con nuestros especialistas en periodoncia, evita tener que llegar a necesitar un tratamiento de raspado de encías. Además, como paciente de la Clínica Dental SanCal puedes beneficiarte de unas excelentes facilidades de pago: pago a plazos, financiación sin intereses… Pide tu cita gratuita

Cultura y curiosidades

Cuidado: tu cepillo de dientes tiene más bacterias de las que crees

Todos sabemos que el cepillo de dientes –ya sea manual o eléctrico- es el elemento más importante de nuestra higiene diaria. Sin duda, su uso aporta muchos beneficios, ya que nos ayuda a eliminar los restos de alimentos y bebidas que ingerimos. De esta manera, favorece que tengamos una boca limpia y sana que impida el desarrollo gérmenes y bacterias. Sin embargo, ¿sabías que es posible que las bacterias de las que huimos estén presentes en el cepillo de dientes que posteriormente te pasas por tus dientes, encías y lengua? Esto es cierto y puede que suene algo desagradable pero, por suerte, tiene solución. Y es que, la manera de tener una boca sana no solamente pasa por cepillarse los dientes tres veces al día, sino por tener unos hábitos de higiene adecuados que van más allá del mero cepillado.   CEPILLADO DE DIENTES DIARIO ¿Por qué hay bacterias en mi cepillo de dientes? En primer lugar, las bacterias llegan a nuestro cepillo simplemente porque éste, durante el cepillado, entra en contacto con los microorganismos presentes en el interior de la boca. De esta manera, algunos de ellos se acumulan entre los filamentos del cepillo de dientes. Si no se retiran adecuadamente, dan lugar a mayor cantidad de gérmenes y bacterias cada vez. En segundo lugar, debemos tener en cuenta que la mayoría de las personas guardamos nuestro cepillo de dientes en el baño. Aunque éste no es un aspecto en el que mucha gente repare, lo cierto es que esta zona de nuestra casa es muy vulnerable a la proliferación de bacterias. Esto no se debe únicamente a que el baño sea el lugar ocupado por el inodoro. También hay que tener en cuenta que esta estancia está sometida a cambios de temperatura y a mucha humedad. Si además tenemos en cuenta la forma más habitual de almacenar nuestro cepillo de dientes –en un vaso en contacto con otros cepillos– tenemos el cóctel perfecto para que los microrganismos se diseminen. Por todo ello, podemos decir que del lugar y la forma en la que se guarda el cepillo depende, en gran medida, la cantidad de gérmenes y bacterias que hay en sus cerdas.   ¿Cómo guardo mi cepillo de dientes? Una vez dicho esto, vamos a contarte qué es lo que puedes hacer para reducir lo máximo posible la presencia de dañinos microorganismos en tu cepillo de dientes. Lávate las manos antes de cepillarte los dientes Límpiate bien con agua tibia y jabón antes de manipular el cepillo para no transportar ningún microbio Enjuaga el cepillo después de haberlo utilizado De esta manera, retirarás los restos de pasta de dientes y de alimentos que se hayan podido quedar incrustados en los filamentos.   ENJUAGAR CEPILLO DE DIENTES TRAS USARLO Guarda el cepillo de manera vertical (con las cerdas hacia arriba) y déjalo secar No pongas el capuchón hasta que esté seco, ya que el ambiente húmedo y cerrado estimula el crecimiento de bacterias Separa tu cepillo del resto de cepillos Los filamentos de diferentes cepillos no deben contactar ya que pueden contaminarse No compartas nunca tu cepillo de dientes con nadie Parece obvio que no se debe hacer esto. Sin embargo, muchas personas –sobre todo parejas- lo hacen Cambia tu cepillo cada tres meses Éste es el plazo máximo que debería durarte un cepillo para mantenerlo en buen estado. Sin embargo, si las cerdas empiezan a abrirse, cámbialo antes. CEPILLOS CON CERDAS DESGASTADAS   Como ves, estos consejos son muy sencillos de llevar a cabo. Apenas conllevan esfuerzo y nos ayudan a prevenir que la multiplicación de bacterias cause la aparición de distintas enfermedades bucodentales como las caries o los problemas periodontales (gingivitis y periodontitis).

Cultura y curiosidades, Prevención

Alveolitis dental: ¿Qué es y cómo se trata?

La alveolitis es una complicación postoperatoria que puede aparecer tras una extracción dental. De hecho, se estima que afecta al 3-4% de los pacientes que se someten a este tipo de tratamiento. Sin embargo, a pesar de su relativa frecuencia, la buena noticia es que la alveolitis no es un problema grave y remite con el paso de los días. ¿Qué es la alveolitis y por qué se produce? Como ya hemos mencionado, la alveolitis es una complicación que se produce tras una extracción (normalmente entre 24 y 72 horas después). De entre todas las intervenciones de este tipo, la alveolitis se presenta de manera más frecuente en los casos en los que se extraen las muelas del juicio retenidas –o terceros molares-. Tras una extracción, lo más habitual es que se forme un coágulo de sangre en el hueco que ha dejado el diente -el alveolo-. Este coágulo sirve de protección para el alveolo pero, si no se forma o se rompe después de haberse formado, el alveolo queda expuesto. De esta manera, será más vulnerable al ataque de bacterias o cualquier agente externo, lo que provocará dolor e inflamación en el tejido.   PARTES DE UN DIENTE Tipos de alveolitis: seca y húmeda Existen dos tipos de alveolitis, los cuales son los siguientes: Alveolitis seca En la alveolitis seca, el alveolo se encuentra vacío. Es decir, no se observa el coágulo de sangre y, en su lugar, se ve el hueso de la cavidad. Alveolitis húmeda En el caso de la alveolitis húmeda, el alveolo no está vacío. De hecho, presenta un tejido sangrante y oscuro. El tabaquismo, la edad y el uso de anticonceptivos orales son factores de riesgo a la hora de desarrollar una alveolitis seca ¿Cuáles son los síntomas? La alveolitis se manifiesta con molestias y dolor en la zona donde se ha producido la extracción. Podríamos decir que los pacientes que desarrollan una alveolitis experimentan un proceso similar. En un primer momento, sienten unas ligeras molestias, para posteriormente presentar una leve mejoría que deriva en un empeoramiento con dolor agudo. Otros de los síntomas que acompañan a este proceso es el mal aliento y sabor de boca. ¿Cómo sé si el dolor que tengo es “normal”? Tras la extracción de un diente o una muela es normal sentir cierto grado de dolor o malestar en la herida producida durante la intervención. Sin embargo, estos dolores o molestias denominados “normales” suelen caracterizarse por dos aspectos: Son tolerables con el uso de la medicación analgésica recetada por el cirujano Se producen durante las primeras 48 horas y disminuyen con el paso de los días Sin embargo, si este dolor no es controlable con los medicamentos analgésicos –por ejemplo, no permite al paciente dormir- y va en aumento pasadas las 48 horas, existe la posibilidad de que se haya desarrollado una alveolitis. DOLOR DE ALVEOLITIS IMPIDE DORMIR Tratamiento contra la alveolitis seca o húmeda Si presentas estos síntomas, lo más adecuado es que acudas al dentista. Una vez que te han diagnosticado alveolitis, lo más probable es que el odontólogo comience enjuagando el alveolo con suero. De esta manera, limpiará la zona y eliminará cualquier residuo que se haya quedado alojado. Además, será necesario que recete medicación: analgésicos para combatir el dolor, antibióticos para curar la infección y antiinflamatorios para rebajar la hinchazón. Tras el tratamiento en la clínica dental, también es posible que el dentista te pida que te irrigues el alveolo diariamente con suero para agilizar la curación. Por lo general, todo este proceso de curación tiene una duración de 10 a 15 días aproximadamente. ¿Cómo prevenir esta complicación? Al igual que ocurre con otras afecciones bucales, la mejor arma contra la alveolitis secaes la prevención. Por eso, a la hora de intentar prevenirla, es importante conocer los factores de riesgo que pueden desencadenarla. Esta información no solamente nos servirá para seguir unos hábitos adecuados tanto antes como después de la extracción del diente o la muela. También será útil conocerla para entender la necesidad de transmitir al dentista que realiza la extracción ciertos aspectos sobre nuestra situación o hábitos de vida. Elige un buen dentista Dado que la experiencia del odontólogo juega un papel fundamental, te recomendamos que busques un profesional muy experimentado en realizar extracciones dentales Entre los factores de riesgo más importantes podemos distinguir los siguientes: Falta de higiene Una mala higiene de la boca aumenta las posibilidades de padecer una alveolitis. Por eso, se aconseja el cepillado de los dientes después de cada comida. Pero, además de esta recomendación general, que aplica a todas las personas, existen consejos específicos para después de la cirugía. Te interesará »  Dientes artificiales con células madre Tras ésta, puedes enjuagarte suavemente la boca y cepillarte los dientes, aunque evitando la zona de la extracción durante las primeras 24 horas. Dicho esto, será necesario que consultes con tu dentista o cirujano las pautas de higiene específicas para tu caso. Dificultad de la extracción Las posibilidades de desarrollar una alveolitis aumentan cuando es necesario llevar a cabo una cirugía propiamente dicha, en la que hay que tocar mucho tejido, en lugar de una extracción simple. De esta manera se explica la mayor probabilidad de padecer una alveolitis cuando es necesario realizar la extracción de muelas del juicio incluidas. Trauma quirúrgico Un mayor trauma producido durante la extracción dificulta y retrasa la curación alveolar. Este daño en el área puede asociarse con la inexperiencia del dentista o cirujano, ya que un profesional con muchas cirugías a sus espaldas sabe cómo realizar la intervención causando el menor trauma posible. Tabaquismo El humo del tabaco contiene gran cantidad de componentes contaminantes y nocivos que no solamente perjudican nuestra salud general. Además de esto, contaminan la herida y retrasan su curación. Y, por si fuera poco, la aspiración del humo del cigarro perjudica la formación del coágulo de sangre. Por ello, se debe evitar fumar tanto antes como después de la intervención.   DEJAR DE FUMAR POR EXTRACCIÓN DENTAL Edad del paciente Una persona de edad avanzada tiene más probabilidades de desarrollar una alveolitis que un paciente joven. Uso de anticonceptivos orales Los anticonceptivos contienen, entre otros elementos, estrógenos. Diversos estudios afirman que estas hormonas dificultan la correcta formación del coágulo de sangre. Como puedes ver, la alveolitis no presenta complicaciones graves pero sí es un proceso molesto y doloroso cuya curación requiere tratamiento y esperar unos días. Es por esto por lo

Ortodoncia

¿Cuánto tiempo dura un tratamiento de ortodoncia? ¿Existe una duración mínima o máxima?

Hace algunos años, no eran pocos los pacientes que llevaban ortodoncia durante cuatro o cinco años. Esto, que podía ser normal en su momento, ya no debería ocurrir. Por un lado, los tratamientos ortodóncicos han avanzado mucho en lo que a materiales y tecnología se refiere, por lo que ha disminuido su duración. Por otro lado, los odontólogos somos actualmente más conscientes de que llevar brackets durante tanto tiempo puede acarrear la aparición de caries y problemas periodontales (gingivitis y periodontitis). Esto se debe a que los aparatos basados en brackets dificultan la higiene. Una limpieza deficiente facilita el desarrollo de caries y de enfermedades de las encías, que comienzan manifestándose con sangrado e inflamación. Dicho esto, a continuación, vamos a salir de dudas acerca de cuánto tiempo debería durar un tratamiento de ortodoncia. Asimismo, vamos a explicar de qué depende dicha duración y si hay un tiempo mínimo o máximo durante el que llevar ortodoncia.   ¿Cuánto tiempo dura un tratamiento de ortodoncia? La duración de un tratamiento de ortodoncia depende del caso de cada paciente. Sin embargo, podemos decir que, generalmente, duran una media de 18 meses. Esto quiere decir que mientras que hay tratamientos sencillos que duran 12 meses, hay otros casos más complejos que requieren 24 meses. Además de esto, hay algunos casos que se alargan hasta los 36 meses. Sin embargo, esta duración no es la normal y solamente se da cuando existen maloclusiones especialmente complejas.     CEPILLARSE LOS DIENTES CON ORTODONCIA La duración de los tratamientos depende de varios factores, como la planificación adecuada del caso, el grado de maloclusión, la técnica utilizada o la colaboración del paciente. ¿De qué depende la duración de los tratamientos? Dicho todo lo anterior, a continuación, vamos a detallar de qué depende el hecho de que un tratamiento de ortodoncia dure más o menos que otro. Como avance, te diremos que el factor más importante es el tipo o grado de maloclusión que tenga la persona. Por ejemplo, el apiñamiento de los dientes siempre se corrige más rápido que un problema de mordida u oclusión. De esta manera, los factores que determinan la duración de los tratamientos ortodóncicos son los siguientes: Planificación adecuada La fase previa a la colocación del aparato es fundamental, ya que determina, en gran parte, el éxito o el fracaso de los resultados. Una buena planificación viene determinada por el propio ortodoncista (su experiencia, cualificación…) y, también, por el estudio del caso que lleve a cabo dicho profesional. Este estudio incluye todas las pruebas previas que se le realizan al paciente (radiografías, fotografías y modelos).   MODELOS PARA ESTUDIO DE ORTODONCIA   Algunos de los pacientes que acuden a nuestra clínica dental para volver a llevar un tratamiento de ortodoncia, nos dicen que sus ortodoncistas anteriores no les realizaron las pruebas previas a las que hemos hecho referencia. Esto es un error muy grave ya que sin dichas pruebas no existen registros de la situación previa a la colocación del aparato, ni mediciones de la estructura facial para determinar con exactitud las anomalías en los dientes o huesos, etc. Por tanto, el ortodoncista trabajará “a ciegas”, con escasa precisión y nunca podrá comparar la evolución del tratamiento. Es decir, no tendrá el “antes” ni el “después”. Tipo o grado de maloclusión Tal y como ya hemos adelantado, el tipo o grado de maloclusión es el mayor condicionante de la duración del tratamiento. El primer factor mencionado, el de la planificación, también es fundamental. Sin embargo, presuponemos que en la mayoría de clínicas dentales este estudio se lleva a cabo correctamente. En este punto vamos a recordar que la ortodoncia puede hacer correcciones tanto en el alineamiento como en la mordida de los dientes. Por tanto, si solamente necesitamos corregir unos dientes apiñados, lo normal será que el procedimiento dure 12 meses. En cambio, si el paciente presenta mordida abierta, mordida cruzada o sobremordida, lo habitual será que el tratamiento dure entre 18 y 24 meses. Este aspecto se ve bastante claro en los pacientes que han llevado ortodoncia en el pasado, siendo adolescentes, por ejemplo. El grado de maloclusión que presentan cuando se van a volver a tratar suele ser menor. Esto puede suceder porque en el pasado se corrigieron la oclusión y el alineamiento. Sin embargo, hay que tener en cuenta que la corrección de la primera es más estable. Sin embargo, si no se utilizan los retenedores correctamente, los dientes vuelven a descolocarse con el paso del tiempo. Edad de la persona La edad del paciente influye dependiendo de si éste es un niño o un adulto. Es decir, a edades tempranas, entre los seis y los doce años, es posible realizar en unos meses correcciones que en la etapa adulta requerirían mucho más tiempo. O que, incluso, solamente se podrían llevar a cabo mediante cirugía ortognática. Esto sucede porque en las edades mencionadas el niño se encuentra aún en fase de crecimiento. Por tanto, los huesos de su cara (maxilar superior y mandíbula) son muy moldeables y su desarrollo se puede corregir mediante ortodoncia interceptiva. Técnica de ortodoncia utilizada Existen diferentes métodos de ortodoncia. Los más utilizados son los siguientes: Brackets metálicos tradicionales Brackets de cristal de zafiro Brackets linguales Incognito Alineadores Invisalign Mientras que los tres primeros están basados en brackets, Invisalign consiste en unas férulas transparentes y removibles que se cambian cada dos semanas. La fuerza que ejercen estos alineadores es menor que la que desempeñan los brackets, sean del tipo que sean. Este hecho hace que las personas que tengan una maloclusión compleja estén más tiempo con Invisalign del que estarían con los brackets de metal, los de cristal de zafiro o los Incognito (fabricados con una aleación de oro). Cuando sabemos que esto va a suceder, advertimos al paciente de que su tratamiento se puede alargar. Hay personas que prefieren llevar Invisalign sabiendo que van a estar más tiempo que con los brackets. Sin embargo, esto es una decisión personal y, si al finalizar el tratamiento vamos a conseguir los mismos resultados, dejamos la elección en manos del paciente. Colaboración del paciente Por último, la cooperación de la persona es fundamental a lo largo de todo el tratamiento. Por colaboración entendemos, por ejemplo, lo siguiente: Higiene Es muy importante cepillarse los dientes después de cada comida para evitar que aparezcan problemas bucodentales que entorpezcan el tratamiento, como la

Cultura y curiosidades

¿Qué es el protocolo CAMBRA? Valoración del riesgo de caries en niños

La mayoría de mamás y papás os asombráis cuando en la consulta del dentista os decimos que vuestro hijo/a tiene caries, y casi todos respondéis lo mismo ¡Cómo es posible si no come chucherías! La caries dental a pesar de ser una enfermedad potencialmente controlable, es la enfermedad crónica más frecuente en la infancia, afectando al 36% de los preescolares españoles según la última encuesta sobre salud bucodental en preescolares. Se trata de una enfermedad multifactorial, en la que la transmisión bacteriana juega un papel muy importante, sobre todo entre la población de 0 a 3 años. En nuestra clínica dental damos un enfoque diferente a las consultas del paciente infantil, incorporando conceptos de una odontología mínimamente invasiva, donde realizamos una valoración individual del riesgo de caries y decidimos el tratamiento en función de dicho riesgo. Nuestra filosofía de trabajo se basa en el protocolo de Manejo de la Caries por la Evaluación del Riesgo ( PROTOCOLO CAMBRA, en inglés Caries Management By Risk Assessment) De este modo no sólo haremos un diagnóstico de su salud oral general, basado fundamentalmente en la exploración clínica y radiológica, a demás, os asesoraremos en técnicas de higiene en función de la edad del niño, evaluaremos su riesgo de caries mediante un análisis de dieta, test salivares, test bacteriológicos. Todo ello nos ayudará a establecer unas pautas de revisiones que ayudarán a mejorar la salud oral de los más pequeños.   ¿En qué consiste el protocolo Cambra? En función del riesgo de caries de nuestros pacientes, será necesario realizar: Valoración del índice y tipo de placa bacteriana, en función del resultado realizaremos una reeducación de los hábitos de higiene oral y análisis de dietas desde el punto de vista cariogénicos. Test bacterianos: el objetivo es determinar qué susceptibilidad de padecer caries tiene nuestro paciente. En función del resultado pautaremos medidas de actuación específicas que les ayudarán a disminuir el riesgo de enfermedad. Test salivales: la mala función de la saliva es el mayor factor de riesgo para el desarrollo de la caries. Los test nos determinan las características, tipo y calidad de la saliva de nuestro paciente. Los resultados del análisis se convertirán en herramientas útiles para el diagnóstico y tratamiento en caso de que tengamos una saliva de mala calidad, garantizándose así un mejor pronóstico de su salud oral. Tratamientos remineralizantes y antibacterianos con nuevos productos cuya efectividad está demostrada por la evidencia científica actual: clorhexidina, barniz de flúor con TCP (fosfato tricálcico), xylitol y recaldent. Mantenimientos CAMBRA: es vital realizar reevaluaciones del nivel de riesgo de caries para garantizar el correcto pronóstico de la salud oral de su hijo/a, junto a nuevos registros de valoración de placa bacteriana, radiografías control y test bacterianos que corroboran una disminución del nivel de riesgo de caries.   ¿ Para quién está indicado el protocolo Cambra?   Para todos los niños desde los 0 meses hasta la edad adulta. Nunca es tarde para comenzar, pero cuanto antes se instauren unos buenos hábitos preventivos menos riesgo habrá de que se desarrolle la enfermedad.   ¿ A partir de que edad puedo llevar a mi hijo al Odontopediatra? Lo ideal es que la primera revisión con el odontopediatra sea ANTES del primer cumpleaños, de este modo podremos asesoraros sobre la mejor técnica de higiene en función de la edad, orientaros sobre alimentación poco cariogénica, explicaros que la caries es una enfermedad contagiosa y que es fundamental que papá, mamá y/o cuidador no tengan caries para disminuir el riesgo de transmisión al bebé, ver en que posición le van saliendo los dientes, Ver si hay signos de caries, aun que parezca increíble la caries puede iniciarse en el mismo momento en que el diente emerge en boca!

Buenos hábitos, Cultura y curiosidades

7 efectos de la menopausia en tu salud bucodental

Con una esperanza media de vida de 85 años, a las mujeres españolas no les queda otra opción que afrontar las consecuencias de la menopausia durante, aproximadamente, el 40% de su vida. Pero, a su vez, el aumento de dicha esperanza de vida provoca un incremento en la incidencia de enfermedades asociadas a esta etapa. El descenso en la producción de hormonas comienza a producirse entre los 45 y 55 añosde edad. Con ello, suelen aparecer los primeros síntomas de la menopausia: los conocidos sofocos, dolores de cabeza y la irritabilidad. Pero, además, esta época provoca una mayor propensión a sufrir problemas bucodentales. Esto sucede con la bajada de los niveles de estrógenos, que afecta directamente a las encías. De la misma manera, la reducción de progesterona provoca una disminución de la densidad ósea de la mandíbula, poniendo en riesgo el sustento de nuestros dientes. A pesar de todo, y gracias a los avances de la tecnología y la concienciación social, hoy en día las mujeres pueden disfrutar de unos dientes sanos hasta la ancianidad. Para ello, será necesario tener un cuidado especial con la higiene y visitar con regularidad al dentista. De esta manera, evitaremos muchos de los problemas que pueden aparecer con la llegada de la menopausia. Una gingivitis descamativa que no se trata deriva en una enfermedad más grave y que causa la caída de los dientes: la periodontitis Consecuencias de la menopausia en la boca A continuación, te vamos a detallar los efectos más frecuentes que tiene la menopausia en nuestra cavidad oral, especialmente en dientes y encías: 1. Gingivitis descamativa Se caracteriza por la separación de las capas externas de las encías hasta el punto de dejar la raíz del diente expuesta, provocando sensibilidad ante agentes externos como bebidas o comida caliente o fría. Además, la gingivitis descamativa provoca que el tejido gingival se enrojezca, duela y pueda aparecer sangrado, ya sea espontáneo o al cepillarnos los dientes. Si no se trata a tiempo, esta patología puede derivar en una periodontitis, que es una enfermedad más grave y más difícil de curar que provoca la caída de los dientes. En último lugar, y dejando a un lado los efectos sobre la salud, la gingivitis descamativa resulta antiestética, ya que al dejar la raíz del diente expuesta, se aprecia un diente demasiado largo. Por todos estos motivos, es recomendable mantener un control del estado de las encías, lo que implica acudir al dentista en cuanto observemos los síntomas que acabamos de mencionar.   SÍNTOMAS DE LA MENOPAUSIA 2. Xerostomía o sequedad bucal La secreción salival es importante debido a que ayuda a mantener húmedos los tejidos de la boca , lo que favorece que ésta esté más limpia y que se regule la cantidad de bacterias presentes en dicha zona del cuerpo. Sin embargo, durante la menopausia, las glándulas salivales segregan menos cantidad de saliva, lo que produce sequedad bucal. El hecho de tener la boca seca conlleva, por tanto, mayor probabilidad de desarrollar caries -o cualquier otro tipo de infección-. Además, genera distintas incomodidades tales como: dificultades a la hora de saborear alimentos, tragar o incluso al hablar; boca pastosa; sequedad de garganta; labios agrietados; lengua áspera, etc. Y, por último, ocasiona uno de los problemas bucales que más nos acomplejan: el mal aliento. 3. Síndrome de la boca ardiente El ardor bucal es uno de los problemas postmenopáusicos más comunes. Se caracteriza por provocar síntomas como un fuerte ardor, sensación de quemazón, escozor, hormigueo o adormecimiento de la lengua principalmente, aunque también puede darse en las encías y los labios. 4. Adelgazamiento de la mucosa bucal Como consecuencia de la reducción en la producción de hormonas, las mucosas de la boca, al igual que las de todo el cuerpo, se vuelven más frágiles y se debilitan. Para prevenir las alteraciones de la mucosa oral podemos llevar a cabo hábitos saludables tales como: cepillarnos los dientes después de cada comida, acudir regularmente al dentista (al menos una vez al año), evitar el consumo de tabaco y alcohol, etc. 5. Caries radiculares Las caries en la raíz del diente aparecen por un cúmulo de circunstancias que tienen lugar durante la menopausia. En primer lugar, contribuye a esto la gingivitis descamativa, ya que deja la raíz del diente expuesta a agentes externos, como restos de alimentos que se depositan en la zona y generan bacterias. En segundo lugar, la caries también encuentra en la sequedad bucal el ambiente propicio para desarrollarse. La escasez de saliva es perjudicial ya que la producción de ésta hace que la boca esté hidratada, más limpia y arrastre las bacterias, de manera que no se acumulan.     FUMAR AMARILLEA LOS DIENTES 6. Deterioro dental En general, el envejecimiento de las personas va unido a una pérdida del brillo y del blanco original de los dientes, que se vuelven más opacos y amarillos. Si, además, los dientes presentan desgastes y/o apiñamiento, la sonrisa da una sensación de mayor deterioro. 7. Periodontitis y pérdida de hueso Existen numerosos estudios que demuestran la relación directa que existe entre las enfermedades periodontales y la osteoporosis. Te interesará »  Tengo la boca seca, ¿cuáles son sus causas y cómo puedo evitarlo? Y es, precisamente, durante la menopausia cuando estos problemas se agravan, ya que la reabsorción de hueso que suele afectar a todo el organismo, afecta de igual modo a la boca. Al mermarse el hueso maxilar, se pone en riesgo la supervivencia de los dientes, ya que éstos pierden el soporte sobre el que se sostienen. Es por ello que si se padece una enfermedad periodontal o se tiene tendencia a padecerla, es necesario que un odontólogo especializado en Periodoncia lleve nuestro control. De esta manera, evitaremos, en la medida de lo posible, las complicaciones asociadas a estas enfermedades. Recomendaciones: importancia de la prevención Dado que la menopausia es una etapa inevitable en la vida de una mujer, también es muy probable que tengamos que experimentar algunos de los efectos asociados a este periodo. Sin embargo, no es menos cierto que está en nuestra mano disminuir parte de dichas consecuencias mediante determinados cuidados y rutinas saludables. Es decir, aunque no podamos prevenir por completo la aparición de todos los problemas mencionados, sí que podremos hacer esta época mucho más llevadera.   HIGIENE DENTAL DURANTE LA MENOPAUSIA Para que así sea, te ofrecemos los siguientes consejos: Lleva a cabo

Buenos hábitos, Cultura y curiosidades, Prevención

¿Sabes cuál es la enfermedad bucodental más común y cómo prevenirla?

Al igual que ocurre con otras partes de nuestro cuerpo, debemos proporcionar a la boca unos cuidados específicos con el objetivo de mantener unos dientes y encías sanos de por vida. Sin embargo, también es verdad que hay determinadas enfermedades que tienen una gran prevalencia entre la población y tienen más posibilidades que otras de aparecer en algún momento de nuestra vida. Este es el caso de la caries: no solamente es el problema bucodental más común, sino que además es la segunda enfermedad más habitual en España, por detrás del resfriado.   ¿Cuáles son las enfermedades bucodentales más comunes? 1. Caries Como acabamos de mencionar, de todas las enfermedades que comprometen nuestra salud en general, la caries es la segunda más común.  Se estima que afecta al 90% de la población mundial, por lo que es probable que la padezcas o hayas padecido. En la mayoría de ocasiones, la caries aparece en niños y adultos jóvenes, aunque puede desarrollarse a cualquier edad. El origen de la caries está en la destrucción de tejidos del diente, que tiene lugar como consecuencia de diferentes factores. Estos desencadenantes están relacionados fundamentalmente con los hábitos de higiene y nutrición: acumulación de placa bacteriana, consumo de azúcares y ácidos presentes en muchos alimentos y bebidas, higiene bucodental deficiente… Además, hay algunas personas que tienen mayor predisposición genética a padecer caries. Sin embargo, éste es un factor que influye en menor medida. De la misma manera que la enfermedad aparece de manera muy frecuente, el tratamiento para combatirla es sencillo: el empaste u obturación. Este procedimiento consiste en limpiar la cavidad del diente en el que se encuentra la caries para posteriormente rellenarla con composite. Dicho esto, es muy importante tratar la caries cuando muestra sus primeros síntomas: dolor o molestias en los dientes, especialmente al ingerir alimentos y bebidas dulces así como muy calientes o frías. Si la caries se deja avanzar, dañará más el diente y requerirá una endodoncia, que es un tratamiento más complejo que el empaste u obturación. Y, si no se trata, a la larga provoca la pérdida de dientes. No hay que olvidar que la caries es la primera causa de pérdida prematura de dientes en personas jóvenes. La caries es la enfermedad bucodental más común y la primera causa de pérdida prematura de dientes. 2. Gingivitis Al igual que en el caso de la caries, la higiene juega un papel fundamental en la aparición de la gingivitis. La gingivitis se caracteriza por la inflamación y el sangrado de las encías provocados por las bacterias que se desarrollan debido a la acumulación de placa bacteriana.     INFLAMACIÓN Y SANGRADO DE ENCÍAS Los síntomas que provoca esta enfermedad son, por tanto, muy claros. El sangrado que aparece durante el cepillado es la primera señal de alarma. Si te sucede, visita a tu dentista lo antes posible, ya que si la gingivitis es tratada a tiempo, es muy fácil de combatir. Su tratamiento consiste fundamentalmente en una limpieza bucodental profesional y en extremar las técnicas de higiene en casa. Sin embargo, si no se trata a tiempo, a la larga comienza a afectar al hueso y deriva en una periodontitis. Tal y como explicaremos en el punto siguiente, esta enfermedad bucodental es mucho más compleja. Como muestra de la prevalencia de la gingivitis entre la población, se estima que en España solamente el 14.8% de los adultos de entre 35 y 44 años tiene las encías sanas. Por su parte, el 59,8% tendría gingivitis y el 25,4% periodontitis. En individuos mayores de 65 años, el porcentaje de encías sanas es aún menor: 10,3%. El resto tiene una enfermedad periodontal: 51,6% tendría gingivitis y el 38% tendría periodontitis.   3. Periodontitis Tanto a la gingivitis como a la periodontitis se les conoce con el nombre de enfermedades periodontales. Como ya hemos mencionado en el punto anterior, la periodontitis es la consecuencia de una gingivitis que no ha sido tratada correctamente.     GINGIVITIS VS PERIODONTITIS Aunque la periodontitis también se puede curar, su tratamiento es más complejo que el de la gingivitis. Éste requiere, entre otros, mediciones para comprobar la profundidad del sarro acumulado en las encías, análisis microbiológico, raspado y alisado radicular, etc. Es precisamente por la mayor complejidad del tratamiento por lo que se recomienda acudir a un periodoncista nada más advertir los primeros síntomas de la gingivitis (inflamación y sangrado de las encías). Si se deja progresar la enfermedad, las bacterias causarán cada vez un daño más profundo y llegarán al hueso, que no hay que olvidar que actúa como soporte del diente. De esta manera, aparecerán otras señales de alarma: mal aliento, recesión de encías, aparición de triángulos negros entre los dientes, movilidad de piezas dentales… Todo esto llevará a consecuencias irreversibles: si se causa un daño progresivo en el hueso que soporta el diente, a la larga se producirá la pérdida de dientes.   4. Cáncer bucal El cáncer oral o bucal se produce con mayor frecuencia en los labios y la lengua. Sin embargo, también desarrollarse dentro de la boca y comprometer las encías, el paladar y la garganta. Aunque cualquier persona (de cualquier edad y sexo) puede padecer cáncer oral, éste afecta en mayor medida a los hombres mayores de 40 años. Bien es cierto que la genética juega un papel esencial en el desarrollo del cáncer. Sin embargo, existen otros factores de riesgo muy importantes. Estos son el tabaquismo y el alcohol. Como en cualquier otra enfermedad, la detección temprana es fundamental en el éxito del tratamiento. Por eso, es importante saber identificar los primeros síntomas y acudir a revisiones regulares con el dentista. Dichos síntomas pueden ser: Úlceras o llagas en la lengua, los labios o cualquier otra parte de la boca Manchas blancas o rojas en la lengua, en las encías o cualquier otra parte de la boca Problemas o dolor al masticar o deglutir Dificultades en el habla Dolor en alguna parte de la boca, sin explicación aparente No hay que olvidar que a pesar de que conozcamos determinados síntomas, el odontólogo es el profesional que cuenta con mayor experiencia y conocimientos para advertirlos.   5. Halitosis El mal aliento o la halitosis comprenden el conjunto de olores desagradables que se emiten a través de la boca. Existen dos tipos de halitosis: oral y extraoral. En el 90% de los casos, el mal aliento tiene su origen en la propia boca. En estos casos, el olor desagradable se debe fundamentalmente a una higiene deficiente, el tabaco o enfermedades periodontales (gingivitis y periodontitis).

Scroll al inicio