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Xilitol: ¿tu aliado contra la caries?

La caries es una de las afecciones bucales más comunes, y su incidencia provoca un daño en la estructura dentaria que, en caso de no ser tratado a tiempo, pueden terminar comprometiendo la estabilidad de la pieza dentaria.La caries es una afección de origen multifactorial, y una de sus causas es una dieta con alto contenido en azúcares. El xilitol es un edulcorante que se presenta como alternativa al azúcar, pero ¿de dónde proviene el xilitol y qué beneficios puede tener sobre tu salud dental?   El azúcar: un peligro para tu salud El azúcar es una sustancia que, de forma natural, se encuentra entre los componentes de muchos alimentos recomendados para mantener una dieta equilibrada. Un ejemplo de ello son algunas frutas y verduras como, por ejemplo, las naranjas -fuente de vitamina C- o el plátano -rico, por ejemplo, en potasio-. Sin embargo, es el azúcar de los alimentos procesados tales como refrescos, gominolas o zumos concentrados el que no es beneficioso para nuestra salud. Una dieta con un alto contenido en azúcares está asociada a enfermedades tales como la diabetes o la obesidad, pero, a su vez, tiene también graves consecuencias para la salud de nuestros dientes. Perjuicios del azúcar para tu salud bucodental El azúcar, junto con una higiene bucodental poco eficiente, está considerado como la principal causa de la caries dental. Las lesiones cariosas se producen como consecuencia del daño del esmalte dental, debido a la acción de un cúmulo de placa bacteriana que no ha sido removido de manera eficiente. La denominada placa cariogénica se conforma de una serie de bacterias que, una vez han metabolizado los azúcares de los alimentos, liberan ácidos que atacan la estructura dentaria. Estos ácidos dañan, por tanto, el esmalte y son el origen de la afección de caries dentales. El azúcar, por tanto, hace de la boca un medio ácido y favorece la acumulación de placa bacteriana. Por este motivo, los especialistas inciden en la importancia de reducir los niveles de ingesta del mismo.   CARIES DENTAL Una de las sustancias que se postulan como sustituto de la misma es el xilitol. ¿Qué es el xilitol? El xilitol es un polialcohol -alcohol de azúcar- que se extrae de ciertos vegetales o plantas como, por ejemplo, la corteza de abedul o del xilano, una fibra vegetal. Además, se encuentra de manera natural en pequeñas dosis en algunas frutas y verduras tales como los arándonos, las fresas o la coliflor. Se trata de un edulcorante con un sabor muy similar al del azúcar que se emplea como sustituto del mismo. Es habitual encontrarlo dulces industriales o helados, entre otros. La diferencia entre ambos radica en que, por el contrario, el xilitol no es perjudicial para la salud dental. Xilitol: el edulcorante que protege tus dientes de la caries La Organización Mundial de la Salud (OMS) califica el xilitol como una sustancia segura. A partir de la década de los 60, ha sido empleado en terapias post-quirúrgicas en pacientes que presentan quemaduras e incorporado a la dieta de personas con diabetes -su índice glucémico es de 7-. Pero, a su vez, se emplea como edulcorante de productos cuyo objetivo es mejorar la salud bucal. El xilitol se descompone de una forma diferente al azúcar, ayudando a mantener el pH de la boca neutro. De esta manera, no solo evita el daño del esmalte -al no crear de la boca un medio ácido-, sino que también evita que las bacterias se reproduzcan. Por este motivo, podemos afirmar que el xilitol, además de aminorar el daño del esmalte dental por lesiones cariosas, frena la aparición de los mismos. Pero, además, tiene otros beneficios para nuestra salud bucodental. Por un lado, nos ayuda a segregar unos niveles de saliva adecuados. Gracias al aumento del flujo salival se regula el pH de la boca, controlando el nivel de ácidos en la cavidad oral y evitando la desmineralización del esmalte de nuestras piezas dentales. Por otro lado, al frenar la adherencia de las bacterias a nuestros dientes y encías, previene también la afección de enfermedades periodontales -gingivitis y periodontitis-. Por último, frena la incidencia de la candidiasis oral. Esta afección está causada por la proliferación del hongo cándida, presente en la flora de la boca. Generalmente, su proliferación se encuentra controlada por la acción del sistema inmunitario, por lo que la candidiasis suele afectar a personas que, por una causa u otra, presentan una debilitación del este sistema. El xilitol frena la proliferación de este hongo, reduciendo el riesgo de padecer candidiasis oral. CANDIDIASIS ORAL ¿Qué productos contienen xilitol? Incorporar el xilitol a nuestra dieta es sencillo: una gran cantidad de dulces o chicles albergan cierta cantidad de esta sustancia entre sus componentes. Un ejemplo de ello serían distintos dulces, helados o snacks. Empleado como edulcorante, éste no afecta a los niveles de insulina y, de forma muy leve, a los niveles de azúcar en sangre. Por ello, está recomendado su uso entre personas diabéticas. Pero, además, dado su poder anticariogénico, en el mercado existen productos para mejorar la salud dental. Entre ellos, podemos distinguir pastas de dientes anticaries o colutorios con el mismo objetivo. Además de su uso en odontología, el xilitol se emplea como componente en otros medicamentos tales como pastillas para la tos o suplementos vitamínicos. ¿Qué contraindicaciones tiene el xilitol? Como hemos comentado con anterioridad, el xilitol tiene múltiples beneficios para la salud dental, y su uso está recomendado entre personas que padecen, por ejemplo, diabetes. Sin embargo, su consumo también tiene ciertas contraindicaciones. En caso de ser ingerido de forma rápida y en grandes dosis, tiene un efecto laxante en las personas. Entonces, ¿tomando xilitol mantendré mi boca libre de caries? El xilitol es una sustancia que ayuda a evitar la formación de caries, pero con su acción no es suficiente. Si quieres gozar de una salud bucodental completa y mantener tus dientes libres de caries, debes respetar las siguientes pautas: Cepíllate los dientes después de cada comida para eliminar las bacterias y los restos de comida presentes en tus dientes y encías. Cambia el cepillo de dientes cuando observes que las cerdas están desgastadas -cada 3 meses, aproximadamente-. CEPILLO DE DIENTES DESGASTADO

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Absceso dental: ¿cuáles son sus causas y qué tratamiento es el más adecuado?

El absceso dental responde a la infección del tejido blando que supone un dolor agudo para el paciente que la padece.En el presente artículo te contaremos cuáles son las posibles causas de su aparición, qué consecuencias tiene para tu salud bucodental y cuáles son los tratamientos más adecuados para abordarlos.   Definición: ¿qué es un absceso periapical? Un absceso dental es una acumulación localizada de pus a causa de una infección bacteriana. El absceso periapical se diferencia con respecto al absceso periodontal por su localización: el primero afecta al ápice -punta de la raíz- de la pieza dental, mientras que, por el contrario, el segundo tiene su incidencia en las encías, en el área colindante a las raíces de los dientes. Síntomas del absceso periapical Los abscesos periapicales presentan una serie de síntomas inequívocos que, si bien empiezan a manifestarse de forma más leve, van agravándose con el tiempo. Los principales signos de los abscesos dentales son los siguientes: Dolor agudo en la zona. Aparición de un bulto o fístula en el área próxima a la zona en la que se localiza la infección que, en ocasiones, puede suponer la supuración de pus. Mal sabor de boca, especialmente amargo. Inflamación e hinchazón de las encías. Estado febril. Inflamación del área colindante a la pieza dental afectada: cara, mejillas o ganglios linfáticos. Sensación de sensibilidad a temperaturas extremas, sobre todo con la ingesta de alimentos demasiado fríos o calientes, o en el momento en el que se ejerce cierta presión sobre la pieza dental -sobre todo, a la hora de masticar o morder-. En caso de que el absceso no sea tratado a tiempo, la infección irradia al hueso maxilar. Si bien las molestias se reducen, la infección no ha remitido y el tratamiento continúa resultando igual de necesario. Frenar el proceso infeccioso es indispensable. En caso contrario, la infección podría extenderse a otras áreas del cuerpo. ESTRUCTURA DENTARIA ¿Cuáles son las causas del absceso dental? Una caries que no ha sido tratada a tiempo, un fuerte traumatismo, fractura de la pieza dental e incluso la enfermedad periodontal se postulan como las principales causas de los abscesos dentales. Absceso dental a causa de una caries dental o de un fuerte traumatismo Una caries extensa supone el daño de la estructura del diente. En casos de lesiones cariosas muy avanzadas o de traumatismos muy fuertes, las bacterias pueden llegar a alcanzar la pulpa -o nervio dental-. En este caso se produce una infección que se extiende hasta la raíz del diente, causando una inflamación de los tejidos internos del mismo. Una caries que no ha sido tratada a tiempo o un diento enfermo son las principales causas de la aparición de abscesos periapicales o dento-alveolares. Absceso dental a causa de la enfermedad periodontal Las enfermedades periodontales son afecciones que cursan con la inflamación y sangrado reversible de las encías -gingivitis- y, en caso de no ser tratadas a tiempo, derivan en una periodontitis. La periodontitis es una enfermedad crónica que comienza con la infección de los tejidos de soporte y, en caso de no ser abordada, continúa con la movilidad dental y, finalmente, puede llegar a suponer con la pérdida de las piezas. La enfermedad periodontal compromete la estabilidad de las encías, suponiendo una recesión de las mismas. En los casos más avanzados, se forman unas bolsas periodontales -surco que surge entre la pieza dental y la encía-, propiciando un hábitat perfecto para las colonias de bacterias presentes en la boca. PERIODONTITIS COMO CAUSA DE UN ABSCESO La enfermedad periodontal es la principal causa de los abscesos del periodonto. Factores de riesgo Una vez esclarecidas sus causas, podemos entender que existen ciertas condiciones que suponen una mayor propensión a padecer la afección de un absceso dental: Una higiene bucodental poco rigurosa, que favorece la aparición de lesiones cariosas o enfermedades periodontales. Una dieta poco equilibrada con alto contenido en azúcares. Enfermedades que suponen una debilitación del sistema inmunológico como, por ejemplo, la diabetes. Por lo tanto, entendiendo estos factores de riesgo, los especialistas recomiendan una serie de pautas que pueden ayudar a prevenir la formación de un absceso dental. Entre ellas, destacan las siguientes: Cuida la higiene de tu boca. Recuerda la importancia de cepillarte los dientes después de cada comida para eliminar de manera efectiva la placa bacteriana. Haz uso de elementos complementarios de higiene tales como el hilo dental o los cepillos interproximales. Solo así lograrás una limpieza oral completa. Mantén una dieta equilibrada y bebe una cantidad de agua aceptable. Así mantendrás los niveles de segregación de saliva adecuados. Acude a tus revisiones con el especialista para que verifique el buen estado de tus dientes y encías. Una caries extensa, un fuerte traumatismo o las enfermedades periodontales son las principales causas de los abscesos dentales. ¿Cómo se realiza el diagnóstico de un absceso dental? Ante los síntomas descritos, resulta de vital importancia una pronta visita al especialista. De esta manera, se podrá atajar de manera debida la infección y ésta no comportará mayores complicaciones. Para realizar un diagnóstico adecuado, el especialista examinará el tejido y la pieza afectados, y realizará una serie de radiografías para localizar el absceso y discernir el alcance de la infección. Te interesará »  Si es tan importante para nuestra higiene, ¿por qué no usamos nunca el hilo dental? Además, en algunas ocasiones el tratamiento antibiótico no resulta efectivo. En ese caso, está recomendada la realización de una serie de pruebas que detecten qué tipos de bacterias están afectando la zona. De esta manera, el odontólogo podrá cambiar la medicación y pautar un tratamiento adecuado. ¿Qué tratamiento es el más adecuado para el absceso dental? Los especialistas que bordan un caso de absceso dental tienen dos objetivos fundamentales: erradicar el proceso infeccioso y conservar la pieza dental afectada en boca. Para atajar la infección, el odontólogo prescribirá un tratamiento antibiótico. Frenando el proceso infeccioso, se evitan complicaciones posteriores de mayor envergadura. El tratamiento a base de antibióticos es más frecuente en aquellos casos en los que la infección se haya extendido a otras zonas más allá del absceso, o cuando el mismo afecta a personas con un sistema inmunológico debilitado. Con el fin de preservar la pieza en boca, está recomendada la realización de una endodoncia. Eliminando el tejido infectado y sellando

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Anestesia dental: ¿Qué tipos hay y en qué tratamientos se utiliza?

La anestesia es una técnica imprescindible que se utiliza a diario tanto en Medicina como en el caso concreto que nos ocupa a nosotros, es decir, en el campo de la Odontología. Y es que la anestesia dental permite llevar a cabo procedimientos que, de otra manera, no podríamos realizar. O que, en el caso de hacerlos, causarían un dolor casi imposible de sobrellevar para el paciente.   ¿Qué es la anestesia dental? Por anestesia dental entendemos aquella que tiene como objetivo eliminar la sensibilidad de una zona concreta de nuestro cuerpo: la boca. De esta manera, los dentistas podemos realizar cualquier tratamiento que el paciente necesite de manera indolora y cómoda para él. Una vez que hemos definido qué es la anestesia dental, vamos a profundizar más sobre ella, detallando en qué tipo de tratamientos se utiliza. Asimismo, vamos a explicar otras técnicas similares a las que los pacientes también pueden referirse cuando hablan de anestesia dental. Tipos de anestesia bucal En este punto vamos a detallar las diferentes técnicas anestésicas que existen actualmente. Todas ellas las utilizamos en nuestra clínica dental. Sin embargo, ten en cuenta que no todas las consultas odontológicas pueden llevarlas a cabo -por el equipamiento que requieren o por la especialización que necesitan los profesionales-. Por ello, si estás interesado en alguna técnica en concreto te recomendamos que preguntes de antemano si cuentan con ella en la clínica a la que vas a acudir. Anestesia local La anestesia local es la técnica más utilizada para eliminar la sensibilidad de la boca. Esto se debe a que puede aplicarse en cualquier tratamiento que genere dolor o molestias al paciente. Ejemplos de dichos tratamientos serían los empastes dentales, las endodoncias, los implantes, las carillas o las extracciones de dientes.   CARILLAS DENTALES DE PORCELANA   Sin embargo, aunque no sea lo habitual, el odontólogo también puede aplicar anestesia local en una higiene dental. Esto se hace en los casos en los que el paciente cuenta con mucha placa dental y la retirada de ésta resulta excesivamente molesta. Para que esto no suceda, a nuestros pacientes les recomendamos acudir cada año a la clínica para que las higienistas les realicen una limpieza profesional. Spray, crema o gel anestésico Los geles, cremas o sprays anestésicos se utilizan para adormecer la zona en la que se va a aplicar la anestesia local. Te interesará »  Técnica de Bass: ¿cómo debes cepillarte los dientes? Por tanto, son de uso tópico y sirven para evitar el dolor propio del “pinchazo” de la aguja con la que se aplica la anestesia local. Al tener un efecto muy leve y limitado, estos geles, cremas o sprays no se utilizan por sí solos en los tratamientos mencionados en el punto anterior (empastes, endodoncias, implantes, carillas o extracciones). Es decir, solamente los utilizamos para aplicar posteriormente la anestesia local. Sedación leve La sedación leve es una técnica que consiste en la aplicación de óxido nitroso mediante una mascarilla. Por tanto, al ser inhalada -en lugar de inyectable- evita usar una aguja y “pinchar” al paciente. La sedación leve permite al paciente permanecer consciente mientras dura el tratamiento y se utiliza frecuentemente en la especialidad de Periodoncia, concretamente en los mantenimientos periodontales. El motivo por el que se usa en este tipo de procedimientos es porque en ellos se experimentan más molestias que con una simple limpieza profesional. Sin embargo, dicho dolor es más llevadero que el que ocasionan los tratamientos mencionados en los puntos anteriores. Por ello, no es necesario aplicar anestesia local. Sedación consciente De todas las técnicas que estamos tratando, la sedación consciente es la que se utiliza con menos frecuencia en las clínicas dentales. Aunque en nuestra clínica dental contamos con sedación consciente, no es lo habitual ya que es necesario tener un gabinete equipado para ello, así como un médico anestesista. La sedación consciente se puede aplicar en cualquier tratamiento dental. Sin embargo, lo más frecuente es utilizarla en las cirugías de implantes. En este punto, es conveniente destacar que la sedación consciente no es una técnica anestésica como tal, sino que se lleva a cabo cuando los pacientes sienten miedo o ansiedad ante el procedimiento quirúrgico. Por tanto, la sedación consciente se utiliza siempre junto con la anestesia local. De hecho, en las personas que se van a someter a una cirugía de implantes y no sienten miedo o ansiedad se utiliza únicamente anestesia local. Anestesia general Por último, la anestesia general no es una técnica que se lleve a cabo en la consulta del dentista. Es decir, se puede utilizar en intervenciones quirúrgicas orales -como pueden ser la cirugía ortognática, los implantes dentales o la extracción de las muelas del juicio-. Sin embargo, su utilización corresponde al entorno hospitalario. Por norma general, podemos decir que la anestesia local se utiliza en todos los tratamientos dentales, excepto en los de ortodoncia y blanqueamiento ¿En qué tratamientos se aplica anestesia dental? Como ya hemos visto en el apartado anterior, por anestesia bucal se pueden entender diversos términos. Por tanto, dependiendo de qué entendamos por anestesia dental, podemos decir que es conveniente utilizarla en unos tratamientos u otros. A todos ellos hemos hecho referencia en el apartado anterior, incluyendo las diferentes combinaciones que se pueden llevar a cabo, como ocurre con la sedación consciente y la anestesia local en la especialidad de Implantología. Pero, además de esto, a modo de resumen podemos decir que la anestesia dental se puede aplicar en cualquier tratamiento que genere dolor, molestias o incomodidad al paciente.   GABINETE EQUIPADO CON SEDACIÓN CONSCIENTE Técnicas diferentes Aunque el dentista te pueda explicar los distintos tipos de anestesia y sedación, te recomendamos que sepas, a grandes rasgos, en qué se diferencia cada una de ellas ¿Cuándo no se utiliza ninguna técnica anestésica? Una vez que hemos hecho referencia a los tratamientos en los que se usa anestesia, podemos decir que hay otros en los que no es necesario hacerlo. Por ejemplo, la anestesia no se utiliza en tratamientos de ortodoncia o blanqueamiento dental. Como no podía ser de otra manera, si no se recurre a ella es porque durante esos procedimientos el paciente simplemente siente unas molestias o incomodidades mínimas, que pueden ser perfectamente sobrellevadas. Una vez realizada esta diferenciación sobre los diferentes métodos anestésicos y de sedación, esperamos haberte ayudado a distinguirlos. En cualquier caso, puedes consultarnos todas tus dudas poniéndote en contacto con nosotros o acudiendo a una primera consulta gratuita.

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Pulpa dental: ¿por qué se infecta?

La pulpa dental es uno de los componentes de la compleja estructura de nuestros dientes. Su integridad se puede ver amenazada por la acción de fuertes traumatismos o de caries avanzadas.En el presente artículo te contaremos qué es exactamente la pulpa dental, por qué se puede ver afectada y qué tratamientos son los adecuados en estos casos.   Estructura del diente Los dientes son estructuras complejas que posibilitan, entre otras, las funciones de masticación de los alimentos o la pronunciación de los distintos fonemas. Se encuentran unidos al maxilar a través del periodonto, y en su estructura podemos distinguir una parte visible y una invisible. En el caso de los dientes sanos, la estructura visible la conforma la corona, mientras que la parte no visible la integran el cuello y la raíz del diente. Una pieza dental se compone, por lo tanto, de las siguientes partes: La corona dentaria es la parte visible de la dentadura de las personas que gozan de una perfecta salud dental. Su forma determina la función de cada pieza. Gracias a las mismas, podemos llevar a cabo las funciones de masticación y trituración de los alimentos. El borde de la encía es la unión de las piezas dentales con la mucosa. Es en esta zona en la que se tiende a acumular bacterias y restos de comida que, en caso de no ser removidos de la manera debida, dan lugar a la afección de las enfermedades periodontales -gingivitis o periodontitis-. La raíz dental es la parte del diente insertada en el hueso alveolar. Su función es la de soportar el diente. Se encuentra anclada en el hueso maxilar o de la mandíbula. Un diente puede tener una raíz -como es el caso de los caninos y los incisivos- o varias -premolares y molares-. Además, el diente está formado por distintas capas. Entre las mismas, podemos distinguir: El esmalte dental es una capa mineralizada de gran dureza que recubre las coronas dentales. Su función es proteger la dentina de la acción de los agentes patógenos. El mismo puede sufrir cierto desgaste derivado de una mala higiene bucodental o de agentes abrasivos, dando lugar, por ejemplo, a la formación de caries. La dentina se encuentra situada debajo del esmalte. Está formada por una gran cantidad de túbulos que la conectan directamente con la pulpa dental -o nervio-. Es la encargada de mitigar los golpes y las distintas presiones que padece la pieza dental, y su deterioro puede generar molestias derivadas, por ejemplo, de la sensibilidad dental. El cemento forma parte del periodonto. Se trata de una fina capa cuya función es de cubrir la superficie de la raíz dental. Localizada dentro de la cámara pulpar, la pulpa dental es un tejido conectivo blando compuesto de nervios y vasos sanguíneos. Se encuentra recubierta de otras capas -dentina y esmalte- que la protegen frente a amenazas externas.   ESTRUCTURA DEL DIENTE   Ahora ya hemos entendido la estructura del diente y qué lugar ocupa la pulpa en la misma, pero ¿cuál es su función? Funciones de la pulpa dental Como hemos comentado anteriormente, en la pulpa dental se insertan los vasos sanguíneos y las fibras nerviosas. Su función, por tanto, es la de enviar una señal sensorial en el caso de que la pieza esté sufriendo algún tipo de daño. Pero, además, cumple otra función fundamental durante la etapa de desarrollo de los dientes: es la encargada de nutrir las piezas dentales y de formar la dentina. Una vez la pieza definitiva se ha desarrollado por completo, no es necesaria la acción de la pulpa para que ésta se mantenga estable. En algunas ocasiones, ciertas afecciones o la acción de agentes patógenos pueden causar el daño de la estructura dentaria, quedando expuesta pulpa dental -o nervio-. ¿Qué puede causar el daño de la pulpa dental? La pulpa dental puede verse afectada siempre que la estructura dentaria se ve comprometida. Dos de las causas más comunes es la aparición de caries o la afección de las enfermedades periodontales en estado muy avanzado. Ambas afecciones tienen una causa común: una higiene bucodental poco rigurosa. Pero, además, existen otras causas diversas que pueden tener cierta repercusión en el daño de la pulpa -o nervio-: La erosión dental, muchas veces originada por el bruxismo. La abrasión dental, a causa de la acción repetitiva de elementos nocivos para el esmalte sobre la superficie de los dientes. La aparición de una fisura o fractura en la pieza dental a causa de un fuerte traumatismo. Tratamientos odontológicos que no han sido llevados a cabo con rigor como, por ejemplo, una obturación o una reconstrucción que no se ha realizado con éxito.   CASO DE FRACTURA DENTARIA Afecciones más comunes en torno a la pulpa dental El daño en la pulpa dental podemos dividirlo en reversible y no reversible, y las consecuencias que se desprenden del mismo pueden variar entre una ligera sensibilidad dental y la pérdida de la pieza dental a causa de la muerte del nervio. A continuación, te detallamos las afecciones más comunes relativas a la pulpa dental. Pulpitis dental reversible La pulpitis dental reversible es una leve inflamación del nervio que, en muchos casos, puede ser asintomática. En algunas ocasiones puede suponer cierta sensibilidad dental ante determinados estímulos tales como unas comidas o bebidas muy frías o calientes, o con un alto contenido en azúcar. En aquellas ocasiones en las que las molestias generadas por la sensibilidad dental responden a una inflamación del nervio, las mismas remiten una vez ha desaparecido el estímulo. Sin embargo, la sensibilidad dental no responde únicamente a la infección del nervio. En algunos casos, ésta está causada por un daño de la estructura dentaria en el que el esmalte se ha debilitado y la dentina queda expuesta. En casos de pulpitis reversible, el tratamiento radica en eliminar la causa que genera esta sensibilidad. Un ejemplo de ello puede ser una obturación de una caries que afecta a una pieza dental, por ejemplo. Por el contrario, en casos de pulpitis más avanzadas, esta molestia persiste durante un periodo de tiempo una vez el estímulo que la genera ha desaparecido. Es entonces cuando estamos ante un caso de pulpitis irreversible. Pulpitis dental irreversible

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Apicectomía: ¿cuándo está indicada?

En la mayor parte de los casos, la endodoncia es el tratamiento indicado para tratar una infección del tejido pulpar -o nervio-. Sin embargo, en algunas ocasiones este procedimiento fracasa o resulta insuficiente. En estos casos, los especialistas recurren a la realización de una apicectomía para tratar el proceso infeccioso.En el presente artículo te contaremos en qué consiste este tratamiento, en qué casos está indicado y qué cuidados debes tener después del tratamiento.   ¿Qué es una apicectomía? La apicectomía, también conocida como cirugía endodóntica, es un procedimiento quirúrgico que se realiza para tratar un proceso infeccioso presente en la raíz dental y en los tejidos adyacentes a la misma. ¿Cuándo está indicada la realización de una apicectomía? La endodoncia es un tratamiento propio de la odontología conservadora. Se realiza cuando se ve afectado el nervio dental, bien a causa de una caries extensa que ha supuesto una pérdida de gran parte de la estructura dentaria -llegando a dañar el mismo-, o por la acción de un fuerte traumatismo. En algunos casos, la infección llega hasta la punta de la raíz del diente. Estos procesos suponen, en muchas ocasiones, la aparición de una fístula, un pequeño quiste -o granuloma- en la misma. El procedimiento endodóntico -también conocido como tratamiento de conductos- consiste en la eliminación del paquete vasculonervioso presente dentro de la raíz del diente con el objetivo de erradicar la infección y preservar la pieza en boca.   PROCESO DE UNA ENDODONCIA   En procesos infecciosos en los que el tratamiento endodóntico ha fracasado, o en el caso de que no se pueda acceder con facilidad a la raíz dental, el especialista optará por la realización de una apicectomía. Pero, además, existen una serie de factores que inducen a la realización de este tipo de tratamiento: En piezas dentales que ya cuentan con falsos conductos o en los que los mismos presentan alguna fractura, quedando los materiales propios del procedimiento endodóntico ubicados en el interior del diente Procesos infecciosos agudos que presentan un sangrado abundante Si se ha visto afectado el hueso de soporte En caso de que exista un daño extenso de la raíz dental Si el área en la que ha cursado la infección se sitúa próxima al seno maxilar Sin embargo, la apicectomía es un tratamiento que no está indicado en una serie de casos. ¿Cuándo está contraindicada una apicectomía? Los especialistas no realizarán una apicectomía cuando confluya alguno de los siguientes factores: Una enfermedad periodontal muy avanzada El paciente padezca hipertensión o enfermedades sistémicas tales como endocarditis o diabetes no controlada El paciente padezca problemas de coagulación que puedan revertir en hemorragias no controladas En caso de que presente fracturas longitudinales en la pieza dental o que ésta se sitúe próxima al seno maxilar Por este motivo, los odontólogos insisten en la importancia de realizar un buen diagnóstico del caso. De esta manera, se realizan radiografías que permitan examinar la pieza afectada y el tejido adyacente a la misma. Además, recalcan la relevancia de revisar el historial médico del paciente antes de abordar una apicectomía, estudiando exhaustivamente tanto las diferentes patologías que ha padecido como la medicación recetada para mitigar las molestias de las mismas. Una vez se entiende que este procedimiento quirúrgico es la mejor opción para conservar la pieza dental en boca, ¿cómo se realiza la apicectomía? El tratamiento: apicectomía paso a paso La apicectomía comienza con la aplicación de un anestésico a nivel local que permite insensibilizar la pieza dental afectada y la zona de tejido adyacente a la misma. El especialista realizará una pequeña incisión en la encía en el área próxima a la infección, eliminando la cantidad de hueso precisa para poder acceder a través de la misma a la punta de la raíz -o ápice-. En este punto, se realiza un corte con el fin de extraer el ápice y se drenan los tejidos afectados. A continuación, el conducto de la pieza dental se sella con MTA (material trióxido agregado) con el fin de evitar la afección de futuras infecciones. Finalmente, se sutura la incisión realizada en la encía que, con el tiempo, irá regenerándose hasta volver a su estado de salubridad completa.   PROCEDIMIENTO DE UNA APICECTOMÍA   De una duración estimada entre los 60 y los 90 minutos, la apicectomía es un procedimiento sencillo. Para su realización está indicado el empleo de un microscopio quirúrgico que permita examinar con éxito los conductos de la pieza. Su tasa de éxito es muy elevada. Sólo en algunos casos en los que la raíz presenta una ligera grieta o una pequeña fractura puede producirse un fracaso del mismo, siendo obligada entonces la extracción dentaria. Postoperatorio de una apicectomía: ¿qué complicaciones existen? Podemos afirmar que la apicectomía no duele: se trata de una cirugía mínimamente invasiva realizada bajo anestesia local que, posteriormente, generará escasas molestias al paciente en caso de que éste siga las recomendaciones del odontólogo. En las horas siguientes a la intervención es habitual sentir una ligera inflamación en la zona. Por lo tanto, la sensación de molestia e hinchazón es frecuente. Para reducir esta inflamación el especialista que aborde el caso recomendará la ingesta de analgésicos o antiinflamatorios, así como de antibióticos para evitar posibles infecciones. Las suturas pasarán desapercibidas transcurridas dos semanas desde la intervención, y los tejidos se regenerarán transcurridos 6 meses aproximadamente.   La apicectomía es una cirugía mínimamente invasiva que apenas generará molestias posteriores al paciente ¿Qué cuidados debes tener después de una apicectomía? Para garantizar el éxito del tratamiento, los especialistas establecen una serie de cuidados que pueden colaborar en una buena recuperación tras el procedimiento quirúrgico. Durante las horas siguientes a la intervención aplica frío de forma intermitente en la zona afectada para bajar la inflamación de la misma. Sigue una dieta blanda y a base de alimentos fríos durante las 24 horas posteriores a la cirugía, e intenta no masticar con la piza dental afectada y las que se encuentran próximas a la misma. Evita, en la medida de lo posible, fumar en las horas siguientes a la intervención. Además, debes recordar que la ingesta de alcohol dificulta la cicatrización de la herida. CUIDADOS DESPUÉS DE UNA APICECTOMÍA No realices actividades deportivas o que supongan un esfuerzo físico, e intenta reposar en las horas siguientes a la operación. Recuerda la importancia de mantener la cabeza ligeramente levantada. Para

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Cuidado: tu cepillo de dientes tiene más bacterias de las que crees

Todos sabemos que el cepillo de dientes –ya sea manual o eléctrico- es el elemento más importante de nuestra higiene diaria. Sin duda, su uso aporta muchos beneficios, ya que nos ayuda a eliminar los restos de alimentos y bebidas que ingerimos. De esta manera, favorece que tengamos una boca limpia y sana que impida el desarrollo gérmenes y bacterias. Sin embargo, ¿sabías que es posible que las bacterias de las que huimos estén presentes en el cepillo de dientes que posteriormente te pasas por tus dientes, encías y lengua? Esto es cierto y puede que suene algo desagradable pero, por suerte, tiene solución. Y es que, la manera de tener una boca sana no solamente pasa por cepillarse los dientes tres veces al día, sino por tener unos hábitos de higiene adecuados que van más allá del mero cepillado.   CEPILLADO DE DIENTES DIARIO ¿Por qué hay bacterias en mi cepillo de dientes? En primer lugar, las bacterias llegan a nuestro cepillo simplemente porque éste, durante el cepillado, entra en contacto con los microorganismos presentes en el interior de la boca. De esta manera, algunos de ellos se acumulan entre los filamentos del cepillo de dientes. Si no se retiran adecuadamente, dan lugar a mayor cantidad de gérmenes y bacterias cada vez. En segundo lugar, debemos tener en cuenta que la mayoría de las personas guardamos nuestro cepillo de dientes en el baño. Aunque éste no es un aspecto en el que mucha gente repare, lo cierto es que esta zona de nuestra casa es muy vulnerable a la proliferación de bacterias. Esto no se debe únicamente a que el baño sea el lugar ocupado por el inodoro. También hay que tener en cuenta que esta estancia está sometida a cambios de temperatura y a mucha humedad. Si además tenemos en cuenta la forma más habitual de almacenar nuestro cepillo de dientes –en un vaso en contacto con otros cepillos– tenemos el cóctel perfecto para que los microrganismos se diseminen. Por todo ello, podemos decir que del lugar y la forma en la que se guarda el cepillo depende, en gran medida, la cantidad de gérmenes y bacterias que hay en sus cerdas.   ¿Cómo guardo mi cepillo de dientes? Una vez dicho esto, vamos a contarte qué es lo que puedes hacer para reducir lo máximo posible la presencia de dañinos microorganismos en tu cepillo de dientes. Lávate las manos antes de cepillarte los dientes Límpiate bien con agua tibia y jabón antes de manipular el cepillo para no transportar ningún microbio Enjuaga el cepillo después de haberlo utilizado De esta manera, retirarás los restos de pasta de dientes y de alimentos que se hayan podido quedar incrustados en los filamentos.   ENJUAGAR CEPILLO DE DIENTES TRAS USARLO Guarda el cepillo de manera vertical (con las cerdas hacia arriba) y déjalo secar No pongas el capuchón hasta que esté seco, ya que el ambiente húmedo y cerrado estimula el crecimiento de bacterias Separa tu cepillo del resto de cepillos Los filamentos de diferentes cepillos no deben contactar ya que pueden contaminarse No compartas nunca tu cepillo de dientes con nadie Parece obvio que no se debe hacer esto. Sin embargo, muchas personas –sobre todo parejas- lo hacen Cambia tu cepillo cada tres meses Éste es el plazo máximo que debería durarte un cepillo para mantenerlo en buen estado. Sin embargo, si las cerdas empiezan a abrirse, cámbialo antes. CEPILLOS CON CERDAS DESGASTADAS   Como ves, estos consejos son muy sencillos de llevar a cabo. Apenas conllevan esfuerzo y nos ayudan a prevenir que la multiplicación de bacterias cause la aparición de distintas enfermedades bucodentales como las caries o los problemas periodontales (gingivitis y periodontitis).

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Caries: ¿qué tipos hay?

La caries es una de las afecciones dentales más comunes. Para evitar su incidencia, es vital conocer las técnicas de higiene bucodental y respetar las pautas marcadas por el especialista.En este artículo hablaremos sobre la caries, cuáles son sus causas y consecuencias para nuestra salud bucodental y, por último, qué tipos de caries existen y cómo prevenirlas.   ¿Qué es una caries? La caries es una lesión de la estructura dental provocada por la acción de los ácidos de la placa bacteriana que no ha sido removida con éxito. La caries comienza dañando el esmalte dental. En caso de no tratarla a tiempo, la misma va progresando hasta afectar a la dentina y, posteriormente, el nervio de la pieza dental. El esmalte dental no se regenera, por lo que la caries se trata de una lesión irreversible que afecta tanto a mujeres como a hombres de todas las edades. En casos de caries muy avanzadas que han dañado el nervio, no existe un tratamiento de odontología conservadora que pueda subsanar el daño y el paciente llega a perder la pieza. Pero, ¿qué factores inciden en la aparición de una caries? ¿Cuáles son las causas de las caries? La placa bacteriana es una fina película de color transparente que cubre la superficie dental, y a la cual se adhieren las bacterias presentes en nuestra boca. Los especialistas realizan una clasificación de placa en función de las bacterias que la formen: La placa periodontopatogénica, responsable de las enfermedades periodontales La placa cariogénica, que libera ácidos sobre la superficie dental, dañándola. Esta placa es, por tanto, la responsable de la formación de la caries dental. Para evitar el acúmulo de placa y, por tanto, la afección de la caries dental, los especialistas subrayan que resulta de vital importancia mantener unas rutinas idóneas de higiene bucodental. Por este motivo, podemos afirmar que la principal causa de la formación de lesiones cariosas es una limpieza oral deficiente. Pero, además, existen otros factores que influyen en la aparición de las mismas: Una alimentación con alto contenido en azúcares   ALIMENTOS QUE FAVORECEN LA CARIES Factores genéticos tales como la dureza del esmalte dental o la respuesta de las personas a la presencia de bacterias en la cavidad oral. Sequedad bucal motivada por la segregación de unos niveles inferiores de saliva a causa de ciertas enfermedades, de la ingesta de determinados medicamentos o de tratamientos de radioterapia y quimioterapia. ¿Qué tipos de caries hay? En un inicio, la caries comienza afectado a la capa más externa de la superficie dental: el esmalte. Se puede detectar al observar la aparición de una mancha de color blanco en la corona dental. En caso de no ser tratada a tiempo, esta lesión continúa progresando hasta llegar a dañar la dentina. De aspecto amarillento, la caries en la superficie de la dentina progresa de forma mucho más rápida que la caries de esmalte, llegando a dañar la dentina profunda. En algunos casos, la caries daña de manera muy rápida los tejidos del diente: la pulpa y la corona dental. Hablamos, entonces, de caries rampante. La caries rampante afecta a personas de todas las edades, aunque factores como una higiene bucodental deficiente o una dieta poco equilibrada pueden colaborar a su formación. Si bien se inicia con lesiones blandas de color amarillento, con el paso del tiempo estas manchas pueden llegar a oscurecerse.   CARIES DENTAL AVANZADA Además, los expertos distinguen varios tipos de caries en función del área dental afectada. De esta manera, establecen una categorización en la que se pueden discernir hasta cinco clases diferentes de caries. Caries de corona Es la más común entre la población infantil. Aparece, generalmente, en la superficie masticatoria de las piezas dentales. Es decir, en la parte superior de la corona. Su detección es más sencilla: consiste en la decoloración de la pieza dental tras el daño del esmalte de la misma. Caries de fisura A través de pequeñas fisuras o grietas en la superficie dental, los agentes patógenos penetran en los tejidos dentales, dañándolos. La caries de fisura tiene una incidencia mayor en los dientes posteriores -molares- y es especialmente común en niños y adolescentes. Caries radicular Con el paso del tiempo, la incidencia de enfermedades periodontales -gingivitis y periodontitis- y la realización de un cepillado agresivo, es habitual que se produzca una recesión en las encías. De esta manera, queda expuesta la raíz del diente. Al no estar protegida por el esmalte dental, la placa bacteriana afecta directamente a la dentina y es habitual la aparición de caries en la misma. La caries radicular es, por tanto, una de las principales causas de pérdida de piezas dentales. Caries interdental Afectan al espacio interproximal -es decir, al situado entre dos piezas dentales-. Es una zona que resulta de difícil acceso, por lo que tendemos a acumular placa bacteriana que, en caso de no ser eliminada correctamente, progresará en la formación de sarro. Su detección resulta más compleja: sólo podrán detectarse en las revisiones periódicas del dentista. Caries recurrentes También conocidas como caries secundarias, son aquellas que afectan a las zonas adyacentes en las que previamente se ha realizado una obturación o se ha colocado una corona para tratar una caries. Se trata de áreas en las que se tiende a acumular placa bacteriana, por lo que se puede producir tanto una caries nueva o una provocada por la remanencia de restos de la caries tratada anteriormente. Tratamientos para la caries Los tratamientos destinados a paliar la incidencia de la lesión producida por la caries dental se engloban dentro de la odontología conservadora. En función del grado de afección de los tejidos, el especialista podrá optar por una obturación, una endodoncia, una reconstrucción o una incrustación. ¿Qué es una obturación? También conocida como empaste, una obturación es un tratamiento que se realiza cuando la caries ha cursado en la superficie del esmalte y progresa hacia la dentina. Mediante la realización de una obturación, frenamos el avance de esta lesión y evitamos la inflamación del tejido pulpar -o nervio-. En caso de no realizar una obturación a tiempo, la caries va destruyendo tejido de la dentina, y consigue inflamar el tejido pulpar. La endodoncia es el último

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Edentulismo: ¿cómo podemos solucionarlo?

De origen congénito o adquirido, el edentulismo afecta a personas adultas de diferentes franjas de edad. Además de efectos estéticos, tiene repercusiones en la funcionalidad de nuestra boca.En el presente artículo te detallaremos cuáles son las posibles causas del mismo, qué consecuencias tiene para el día a día de la persona que lo padece y qué tratamientos existen a día de hoy para mejorar la calidad de vida de los pacientes. ¿Qué es el edentulismo? Por definición, el edentulismo es la pérdida total o parcial de las piezas dentales definitivas de las arcadas que, si bien es más común en personas de edad avanzada, puede afectar a personas que se encuentren en diferentes etapas de la vida adulta. En función del número de dientes que presenten ausencia dentro de las arcadas dentales, podemos establecer una clasificación y distinguir dos tipos diferentes de edentulismo: Hablaremos de edentulismo parcial cuando la persona presenta la ausencia de una o varias piezas dentales. Por el contrario, estaremos ante un caso de edentulismo total cuando la persona haya perdido todos los dientes de una arcada. Pero, ¿qué factores pueden ser el origen de la pérdida dental? Causas del edentulismo Como ya hemos comentado en un inicio, el edentulismo puede ser congénito o adquirido. En caso de ser congénito, normalmente estaremos ante un edentulismo parcial. Los casos de edentulismo total con este origen suelen estar ligados a síndromes congénitos muy graves que, de manera general, no son compatibles con la vida. Por el contrario, en caso de que sea adquirido los especialistas subrayan ciertas causas que favorecen la pérdida dental. En primer lugar, una higiene bucodental deficitaria favorece dos tipos de afecciones. Por un lado, la caries dental, que, en caso de no ser abordada a tiempo por un especialista, supone la pérdida de la pieza dañada.   CARIES DENTAL En segundo lugar, la afección de enfermedades periodontales. La enfermedad periodontal cursa con la inflamación y sangrado de las encías -gingivitis-. En caso de no ser tratada correctamente, la gingivitis progresa a periodontitis. La periodontitis es una enfermedad crónica que cursa con la inflamación de los tejidos de soporte, afecta posteriormente a la movilidad dentaria y, finalmente, culmina con la pérdida de las piezas dentales. Por último, la pérdida dentaria puede estar motivada por fuertes golpes o traumatismos dentales. Consecuencias de la pérdida dental En primer lugar, parece que la consecuencia más evidente es el problema estético que supone la pérdida de piezas dentales -especialmente si se trata de dientes anteriores-, con la consiguiente falta de autoestima de la persona que la padece. Sin embargo, el edentulismo tiene, a su vez, múltiples consecuencias a nivel funcional. En primer lugar, supone una alteración en la capacidad de pronunciar correctamente, así como en la función masticatoria y, por lo tanto, en la deglución de los alimentos. En el caso de la masticación, cada pieza dental cumple una función única. La ausencia de una o varias piezas dentales supone un reparto menos equitativo de las fuerzas masticatorias, pues éstas recaen sobre un número inferior de dientes. Las sobrecargas pueden provocar, por tanto, el desgaste de los presentes en la boca. Por otro lado, la ausencia de alguna pieza puede repercutir en el correcto triturado de la comida y afectar, de manera negativa, al proceso de digestión. En segundo lugar, la pérdida de piezas dentales supone la reabsorción progresiva del hueso alveolar. Es decir, del hueso que soporta nuestros dientes. En casos de edentulismo total en la arcada superior, esta reabsorción provoca, a su vez, una modificación de la estructura de la cara: la mandíbula inferior tendrá una mayor prominencia sobre el maxilar superior, reduciéndose el tercio inferior de la cara y dando un aspecto de envejecimiento precoz del rostro. Este fenómeno se conoce también como síndrome de Kelly. Por último, en casos de edentulismo parcial, el hueco que deja la pieza dental perdida tiende a ser ocupado por los dientes adyacentes, generando problemas de oclusión y, por lo tanto, molestias en la mordida y desgaste oclusal. PACIENTE CON DESGASTE OCLUSAL Tratamiento del edentulismo A la hora de hablar del tratamiento idóneo para el edentulismo, debemos establecer una diferencia entre la pérdida total o parcial de las piezas dentales. Tratamientos para el edentulismo parcial En caso de la falta de una o varias piezas dentales que no están posicionadas de manera contigua en la arcada, el tratamiento más común es la colocación de implantes unitarios que sustituyan los dientes perdidos. Los implantes reemplazan la raíz de la pieza ausente, integrándose con el paso del tiempo en el hueso. Por el contrario, si la ausencia se produce en varios dientes con posiciones contiguas, el especialista puede optar por la colocación de un puente. Es decir, de una prótesis fija parcial que releva más de una pieza dental. La colocación de implantes unitarios o de puentes dentales no sólo supone una mejora en la estética de la boca, sino que también colabora a recuperar la funcionalidad de todas las piezas dentales. Además, evita problemas de maloclusión, sobrecarga y dificultades a la hora de masticar o pronunciar correctamente. Por último, el prostodoncista podrá optar por la colocación de una prótesis removible mucodentosoportada que sustituya únicamente las piezas dentales perdidas. En este caso, se recupera la funcionalidad de la boca, pero son prótesis más incómodas que pueden llegar a tener efectos negativos en el desgaste de las piezas dentales que la soportan.   PRÓTESIS MUCODENTOSOPORTADA Tratamientos para el edentulismo total Para abordar los casos de edentulismo total, los especialistas pueden optar por prótesis fijas o removibles. Si la persona no ha sufrido una pérdida cuantiosa de hueso, estará recomendada la colocación de una prótesis híbrida de gradia. Se trata de una prótesis fija colocada sobre implantes dentales que sustituye tanto las piezas dentales como los tejidos blandos perdidos. Por el contrario, existen dos opciones diferenciadas en cuanto a prótesis removibles: las prótesis mucosoportadas o las sobredentaduras. Las prótesis mucosoportadas son las que popularmente se conocen como dentaduras postizas. Van colocadas directamente sobre la encía y el hueso maxilar y son el método más económico. Sin embargo, a su vez son más incómodas para el paciente: su sujeción se puede ver amenazada por la ingesta de alimentos muy pegajosos o duros, suelen generar molestias en el habla -o al menos requieren de un periodo de

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¿Hasta qué edad debo cepillarle los dientes a mi hijo?

Una buena higiene bucal desde pequeño es el primer paso para gozar de buena salud dental de adulto. Por ello es primordial que los niños entiendan que cepillarse los dientes correctamente debe formar parte de su rutina de higiene diaria. La caries es la enfermedad dental más común, y afecta tanto a niños como a adultos. Una extracción prematura de un diente de leche por culpa de una caries influye negativamente en la correcta erupción posterior de los dientes definitivos. Los padres deben inculcar a sus hijos la repercusión negativa que puede conllevar el hecho de no tener unos buenos hábitos de higiene dental, e influir de manera positiva en que los adquieran. Hábitos de higiene dental en bebés Los hábitos de higiene oral deben empezar desde la cuna, incluso antes siquiera de que los dientes hayan empezado a erupcionar. Un acto tan sencillo como pasar una gasa impregnada en agua por las encías y la lengua de nuestro bebé elimina los restos de leche materna de la boca, calma la irritación de las encías y evita la presencia de bacterias. En caso de no prestar atención a la higiene bucal del bebé, pueden surgir afecciones como la caries de biberón. ¿Qué es la caries de biberón? Las caries de biberón -o del lactante- son aquellas que surgen por la exposición frecuente de los dientes del bebé a líquidos con alto contenido en azúcares como pueden ser la leche, jugos de frutas o jarabes. Para prevenirlas debemos tener en cuenta las pautas de higiene oral recomendadas para bebés y tomar precauciones tales como reducir el consumo de azúcar en la dieta, especialmente entre comidas, o no permitir que el niño se quede dormido con un biberón en la boca que contenga un líquido azucarado. ¿A qué edad se deben cepillar los dientes los niños? A partir de los seis meses es normal que aparezca el primer diente de leche: es el momento de incluir el primer cepillo en la rutina diaria de higiene bucal. El uso del dentífrico no está indicado hasta que el niño cumpla dos años aproximadamente, bastará con impregnarlo con agua para eliminar las bacterias que anidan en las encías. Cuando nos aseguremos de que el niño ha aprendido a enjuagarse la boca y que no va a tragarse la pasta de dientes, podemos incluirla en la rutina de cepillado dental. Sólo será necesario aplicar una cantidad mínima: una dosis parecida al tamaño de un grano de arroz. Las pastas más recomendadas son las fluoradas: el flúor fortalece el esmalte de los dientes y lo hace más resistente contra bacterias dañinas que causan afecciones como, por ejemplo, las caries. Sin embargo, debemos ser responsables y adquirir aquellas que tengan la cantidad de flúor recomendada para su edad. Se trata de una sustancia que, en caso de ingerirla en exceso, es tóxica y puede causar fluorosis – una afección que se produce generalmente en el periodo de crecimiento del diente que tiñe el esmalte de un tono marrón-. ¿Cómo debo cepillarle los dientes a mi hijo? Debemos escoger un cepillo de mango grueso, cabezal pequeño y redondeado y cerdas suaves, especialmente destinado a bebés. Cepillaremos con suavidad tanto la cara interior como exterior del diente al menos dos veces al día: por la mañana y por la noche. La lengua es la gran olvidada: en ella anidan una gran cantidad de bacterias que afectan negativamente a la salud bucal de los niños. Debemos incluir la limpieza de la lengua en la rutina de higiene dental de nuestro hijo. Cambiaremos el cepillo siempre que veamos que las cerdas están desgastadas, aproximadamente cada 3 o 4 meses. A partir de los 6 años, está recomendado el uso de un colutorio para completar la higiene bucodental dental, bien sea diario o semanal. Sin embargo, hasta que el niño no tenga la dentadura definitiva completa, está desaconsejado el uso de otros elementos de higiene tales como el hilo dental o los cepillos interproximales. Debemos hacer hincapié en la limpieza de la lengua para conseguir una higiene oral completa ¿A qué edad debo llevar a mi hijo al dentista? Las recomendaciones en cuanto a la primera visita al dentista han cambiado en los últimos años: lo ideal es acudir al especialista cuando el niño cumpla un año de edad. Anteriormente los pediatras pautaban esta primera consulta cuando el niño tuviera todos los dientes de leche en boca: es decir, sobre los tres años. Sin embargo, se ha comprobado que, a esta edad, muchos niños presentaban caries, problemas de maloclusión o habían sufrido traumatismos. En esta primera visita, el especialista revisará el estado de las encías y de los dientes, y verificará que el tono del esmalte sea blanco uniforme. Además, comprobará que no hay alteraciones del crecimiento de los maxilares o alguna malposición dental que pueda estar asociada a hábitos infantiles como la succión del pulgar o el uso inadecuado del chupete. Por último, dará a los padres unas pautas para mantener una correcta higiene y salud bucodental del bebé, y cómo introducir estos hábitos en la rutina del niño de una manera sencilla y divertida. ¿Cada cuánto tiempo está aconsejada una visita al dentista? De forma periódica deberemos llevar a nuestros hijos a revisión con el odontopediatra. Si todo está bien, bastará con una visita al año en la que se verificará que el crecimiento dental es correcto y que no hay afecciones como caries o enfermedades periodontales. Además, sobre los 6 – 8 años está recomendada una primera visita al ortodoncista. A esta edad, ya han salido algunos dientes definitivos y los maxilares están todavía en crecimiento. En caso de haber alguna alteración en el crecimiento de los huesos de la cara o malposiciones, se podrán atajar con tratamientos de ortodoncia interceptiva. De esta forma, se actúa directamente sobre los huesos de la cara del paciente, corrigiendo las posibles malposiciones y guiando la correcta erupción de los dientes definitivos. Adquirir unos hábitos de higiene bucodental saludables desde la infancia puede prevenir afecciones dentales en el futuro. La actuación de los padres es definitiva a la hora de favorecer la salud dental del niño: no sólo deben seguir las pautas establecidas por los

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Piercing en la lengua: ¿qué contraindicaciones tiene?

En los últimos años, las perforaciones en la lengua se han instaurado como una tendencia estética entre los jóvenes. Estos pendientes, colocados de manera vertical o transversal en la misma, traen consigo una serie de complicaciones tanto a corto como a largo plazo.En el presente artículo te contaremos cuáles son las perforaciones en la lengua más frecuentes y qué consecuencias pueden tener para tu salud oral.   Piercings en la lengua: ¿una moda peligrosa? En culturas ancestrales, tales como la cultura Maya o la Azteca, las perforaciones en la lengua tenían una connotación simbólica: los jóvenes simbolizaban de esta manera su paso a la edad adulta. Estas perforaciones se entendían como una muestra de valentía, de negación de miedo a la muerte o al dolor físico. Este rito indicaba, de esta manera, el rango que ocupaba un miembro dentro de una tribu. Esta práctica se extendió, especialmente a partir de la década de los años 90, a las culturas occidentales. Si bien en algunas ocasiones llevar un piercing en la lengua se puede entender como símbolo de pertenencia a una determinada tribu urbana, en la mayoría de los casos la colocación de estos pendientes tiene un fin meramente estético. Sin embargo, en muchas ocasiones se desconoce el riesgo que puede desencadenar para nuestra salud oral llevar un pendiente en la boca. ¿Sabías que llevar un pendiente en la boca tiene una relación directa con la afección de enfermedades periodontales, por ejemplo? Pero antes de entrar en materia y explicar cuáles son las desventajas de llevar un piercing oral, primero debemos saber qué precauciones debes tener en cuenta a la hora de tomar la decisión de colocarte un pendiente en la lengua. ¿Cómo se hace un piercing en la lengua? Si ya has tomado una decisión en firme, el primer paso que debes dar es acudir a un sitio especializado que respete de manera rigurosa los protocolos de higiene y esterilización. Parece algo muy obvio, pero no es el primer caso en el que el piercing se realiza en un sitio poco confiable o que una persona se realiza, por sí misma, una perforación lingual. En estos casos, los riesgos se maximizan y las complicaciones se multiplican.   MATERIAL ESTERILIZADO Además, hay otros dos factores que debes tener en cuenta: En algunas ocasiones, las personas pueden ser alérgicas al material del pendiente. Antes de realizarte la perforación, es conveniente que te asegures de que éste no es tu caso. Incluso un simple catarro puede influir en el proceso de cicatrización del piercing. Por ello, es aconsejable realizarte la perforación en un momento en el que tu estado de salud sea óptimo. Una vez has elegido un profesional de confianza, el proceso de realización del mismo será el siguiente: En primer lugar, el profesional debe desinfectar el área en el que vaya a realizar el piercing. Posteriormente, marcará el lugar exacto en el que te colocará el pendiente para asegurarse de que está en el lugar que prefieres. Acto seguido, colocará una pinza con un hueco en una de sus extremidades a través del cual podrá ver la marca realizada para indicar el lugar de colocación. Gracias a la misma, se asegurará de que no mueves la lengua en el momento de la perforación. El siguiente paso será la perforación de la lengua y, acto seguido, la colocación del pendiente –de un grosor aproximado de 18 milímetros de diámetro-. Se trata de un proceso que se realiza sin anestesia, pues los profesionales que los llevan a cabo no están capacitados para ello. En los días siguientes a la realización del piercing puedes sentir molestias en el habla, en la masticación o en el proceso de deglución. Tipos de piercings en la lengua Las perforaciones en la lengua se pueden realizar de manera vertical o transversal. De esta forma, podemos distinguir distintos tipos de piercings en la lengua: La perforación más común es la realizada de forma vertical en el centro de la lengua. En algunas ocasiones, se prefiere la colocación del pendiente en una posición más acercada a la punta de la misma. Esta zona, además de ser más visible, tiene un mayor número de terminaciones nerviosas -lo que supone un mayor riesgo de hemorragia- y un mayor contacto con las piezas dentales, lo que puede provocar una mayor erosión de las piezas dentales. Otra de las perforaciones verticales más comunes es la conocida como piercing Venom o Viper. Se trata de dos pendientes colocados de manera simétrica en la superficie lingual. En cuanto a las perforaciones transversales, podemos distinguir el conocido como piercing horizontal -que atraviesa la lengua de un extremo a otro- y el piercing Surface, que no la atraviesa por completo. Los piercings horizontales son mucho más complejos que los verticales, pues el riesgo de atravesar un nervio o vena se incrementan. Se maximiza, por tanto, la posibilidad de producir una hemorragia o sangrado abundante, así como de dañar una terminación nerviosa –cuyo efecto, por cierto, es irreversible-. Por último, podemos distinguir dos tipos de piercings en el frenillo lingual: el smiley –realizado en el frenillo que une la encía con el labio superior- o el web piercing o Marley, realizado en el frenillo sublingual –es decir, en aquel que une la lengua con el suelo de la boca-.   PIERCING SURFACE Sin embargo, los piercings en la lengua no son las únicas perforaciones que se pueden realizar en la cavidad oral. ¿Qué otros piercings se pueden realizar en la cavidad oral?                                 Además de los piercings linguales, existe una gran variedad de pendientes que se colocan, de forma habitual, en la cavidad oral. Tales son los que perforan el labio superior o inferior, los que se encuentran perforando el área próxima a las comisuras de los labios o, por último, las mejillas. Sea cual fuere el lugar de emplazamiento del pendiente, las personas que deciden realizarse algún tipo de perforación deben seguir una serie de recomendaciones para asegurar la correcta cicatrización de la misma. ¿Qué cuidados precisa un piercing en la lengua? La lengua es un órgano que contiene una amplia concentración de bacterias, así como de vasos sanguíneos y terminaciones

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