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Mal aliento: ¿cuáles son sus causas y cómo combatirlo?

El aliento o aire que expulsamos por la boca al respirar varía de una persona a otra. Aunque cada uno de nosotros puede padecer cierto grado de halitosis de manera ocasional, hay quienes lo sufren durante todo el tiempo. A pesar de que hay personas que no son conscientes de tener mal aliento, la mayoría de las veces somos nosotros mismos los que nos damos cuenta de que padecemos halitosis. Sin embargo, es frecuente que los adultos que lo sufren crean estar únicamente ante un problema social, que disminuye la autoestima y genera dificultades en las relaciones sociales. Por ese motivo, no se atreven a hablar de él y les cuesta incluso pedir ayuda profesional, lo que dificulta la manera de combatirlo. Si bien es cierto que este olor desagradable puede estar motivado por razones muy diversas, lo más habitual es que tenga su origen en una mala higiene de la zona de la boca o en determinadas enfermedades de dientes o encías. Causas de la halitosis En este punto, podemos distinguir dos tipos de halitosis: oral (tiene su origen en la cavidad oral) y extraoral (nace en otro punto de nuestro cuerpo). La primera, que está relacionada con una mala higiene o con problemas bucodentales, es la causante del 90% de los casos de mal aliento. La segunda corresponde únicamente al 10% de los casos y en algunas ocasiones puede ser incluso una manifestación de una determinada patología.   En el 90% de los casos, el mal aliento se origina en la cavidad oral. Solamente en el 10% de los casos, la halitosis procede de otras partes del organismo Causas orales Las causas orales del mal aliento son las siguientes: Acumulación de restos de comida Si no nos cepillamos los dientes después de la comida, se acumulan los restos de comida en la cavidad oral y, con ello, aparecen bacterias en la boca, lengua o dientes Enfermedades periodontales Tanto la gingivitis como la periodontitis pueden causar mal aliento, además de otras complicaciones como retracción de encías, inflamación gingival, sangrado, pérdida de hueso y, por tanto, caída de la pieza dental afectada Absceso dental Es la acumulación de pus debido a una infección Caries Se considera el segundo trastorno de salud más común después del resfriado Uso de prótesis o aparatos de ortodoncia Tanto la placa como los residuos de alimentos se pueden acumular en todo tipo de dentaduras o aparatos que llevemos en la boca. Por esta razón, es imprescindiblelimpiarlos y cepillarse bien los dientes después de cada comida LAVAR LAS PRÓTESIS Y APARATOS DE ORTODONCIA Boca seca (xerostomía) La escasa salivación provocada por la xerostomía fomenta el crecimiento incontrolado de bacterias. Dado que la saliva favorece la limpieza y ayuda a eliminar los malos olores, hay que tener en cuenta que algunas circunstancias o situaciones provocan una menor salivación Ejemplos de esto pueden ser la respiración bucal, el consumo de determinados medicamentos –como antidepresivos-, enfermedades de las glándulas salivales, etc. Para estimular la producción de saliva se recomienda mascar chicle, beber mucho líquido (agua preferiblemente) o masticar bien la comida Faringitis Es la inflamación de la faringe, en la parte posterior de la garganta Consumo elevado de café, alcohol y tabaco Además de estas razones, se pueden subrayar otras situaciones en las que todas las personas podemos producir mal aliento ocasional o repentino. Esto puede ocurrir, entre otros momentos, cuando comemos determinados alimentos como ajo o cebolla crudos, por las mañanas al levantarnos de la cama, después de hacer deporte o de haber hablado durante horas. Sin embargo, este olor desagradable es puntual y desaparece en cuanto nos enjuagamos o después del cepillado.   ALCOHOL, CAFÉ Y TABACO PROVOCAN MAL ALIENTO Causas no orales o extraorales Las causas extraorales del mal aliento son las siguientes: Problemas en el tracto digestivo Puede ser por obstrucción intestinal –en este tipo de casos es característico que el aliento huela a heces- o infecciones en el estómago, por ejemplo Enfermedades sistémicas La halitosis puede manifestar la existencia de determinadas afecciones más o menos graves como pueden ser la diabetes mellitus, las enfermedades pulmonares, renales o hepáticas así como los problemas gastrointestinales Infecciones en la zona de la nariz como consecuencia de un virus o bacteria Ejemplos de estas infecciones pueden ser la sinusitis -inflamación de los senos paranasales- o la rinitis -inflamación de la mucosa nasal- Extrema tu higiene Si después de haber extremado tu higiene bucodental, no has eliminado el mal aliento acude a tu dentista Remedios para quitar la halitosis En función del motivo que provoque el mal olor, será necesario consultar con un especialista médico u otro. Por ejemplo, si nos encontramos ante una causa de origen oral, como sucede en el 90% de los casos, debemos buscar la solución en nuestro dentista de confianza. Debido a que muchas personas padecen halitosis debido a una falta de higiene bucodental, te damos una serie de remedios para combatir la halitosis. Cepíllate los dientes después de cada comida Una vez que nos hemos cepillado los dientes, debemos utilizar seda dental -para los espacios interdentales pequeños- o cepillos interproximales -para los espacios más grandes-, un limpiador lingual y enjuague bucal. Existe mucha variedad de productos y marcas comerciales, por lo que lo ideal es probar cuál te gusta más, así como pedir consejo a la Dra. Sánchez.   CEPILLADO DEBE INCLUIR SEDA, RASCADOR LINGUAL Y ENJUAGUE Acude periódicamente a la consulta del dentista Lo ideal es que visitemos la consulta del dentista dos veces al año, es decir, cada seis meses. De esta manera, el odontólogo podría advertir la existencia de una enfermedad periodontal, o cualquier otro tipo de afección oral, de manera temprana. Y, con ello, podría establecer, en el caso de que fuera necesario, un tratamiento lo antes posible para que el pronóstico fuera más favorable. Visita regularmente al higienista Nuestra recomendación es que acudas a realizarte una limpieza bucodental una o dos veces al año. Dado que la periodicidad depende de cada caso concreto, el higienista es el profesional que podrá determinar la frecuencia con la que debes someterte a la limpieza. Dicho profesional eliminará la placa que haya en tu boca y, de esta manera, evitará el desarrollo de bacterias que provocan caries o enfermedad periodontal. Si te han parecido demasiadas las veces que te hemos recomendado acudir al dentista e higienista, puedes intentar que ambas visitas coincidan. Por ejemplo, en nuestra clínica dental, la higiene es muy completa. Tiene una duración de 50 minutos e incluye una revisión en la que el odontólogo revisa el

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Pulpa dental: ¿por qué se infecta?

La pulpa dental es uno de los componentes de la compleja estructura de nuestros dientes. Su integridad se puede ver amenazada por la acción de fuertes traumatismos o de caries avanzadas.En el presente artículo te contaremos qué es exactamente la pulpa dental, por qué se puede ver afectada y qué tratamientos son los adecuados en estos casos.   Estructura del diente Los dientes son estructuras complejas que posibilitan, entre otras, las funciones de masticación de los alimentos o la pronunciación de los distintos fonemas. Se encuentran unidos al maxilar a través del periodonto, y en su estructura podemos distinguir una parte visible y una invisible. En el caso de los dientes sanos, la estructura visible la conforma la corona, mientras que la parte no visible la integran el cuello y la raíz del diente. Una pieza dental se compone, por lo tanto, de las siguientes partes: La corona dentaria es la parte visible de la dentadura de las personas que gozan de una perfecta salud dental. Su forma determina la función de cada pieza. Gracias a las mismas, podemos llevar a cabo las funciones de masticación y trituración de los alimentos. El borde de la encía es la unión de las piezas dentales con la mucosa. Es en esta zona en la que se tiende a acumular bacterias y restos de comida que, en caso de no ser removidos de la manera debida, dan lugar a la afección de las enfermedades periodontales -gingivitis o periodontitis-. La raíz dental es la parte del diente insertada en el hueso alveolar. Su función es la de soportar el diente. Se encuentra anclada en el hueso maxilar o de la mandíbula. Un diente puede tener una raíz -como es el caso de los caninos y los incisivos- o varias -premolares y molares-. Además, el diente está formado por distintas capas. Entre las mismas, podemos distinguir: El esmalte dental es una capa mineralizada de gran dureza que recubre las coronas dentales. Su función es proteger la dentina de la acción de los agentes patógenos. El mismo puede sufrir cierto desgaste derivado de una mala higiene bucodental o de agentes abrasivos, dando lugar, por ejemplo, a la formación de caries. La dentina se encuentra situada debajo del esmalte. Está formada por una gran cantidad de túbulos que la conectan directamente con la pulpa dental -o nervio-. Es la encargada de mitigar los golpes y las distintas presiones que padece la pieza dental, y su deterioro puede generar molestias derivadas, por ejemplo, de la sensibilidad dental. El cemento forma parte del periodonto. Se trata de una fina capa cuya función es de cubrir la superficie de la raíz dental. Localizada dentro de la cámara pulpar, la pulpa dental es un tejido conectivo blando compuesto de nervios y vasos sanguíneos. Se encuentra recubierta de otras capas -dentina y esmalte- que la protegen frente a amenazas externas.   ESTRUCTURA DEL DIENTE   Ahora ya hemos entendido la estructura del diente y qué lugar ocupa la pulpa en la misma, pero ¿cuál es su función? Funciones de la pulpa dental Como hemos comentado anteriormente, en la pulpa dental se insertan los vasos sanguíneos y las fibras nerviosas. Su función, por tanto, es la de enviar una señal sensorial en el caso de que la pieza esté sufriendo algún tipo de daño. Pero, además, cumple otra función fundamental durante la etapa de desarrollo de los dientes: es la encargada de nutrir las piezas dentales y de formar la dentina. Una vez la pieza definitiva se ha desarrollado por completo, no es necesaria la acción de la pulpa para que ésta se mantenga estable. En algunas ocasiones, ciertas afecciones o la acción de agentes patógenos pueden causar el daño de la estructura dentaria, quedando expuesta pulpa dental -o nervio-. ¿Qué puede causar el daño de la pulpa dental? La pulpa dental puede verse afectada siempre que la estructura dentaria se ve comprometida. Dos de las causas más comunes es la aparición de caries o la afección de las enfermedades periodontales en estado muy avanzado. Ambas afecciones tienen una causa común: una higiene bucodental poco rigurosa. Pero, además, existen otras causas diversas que pueden tener cierta repercusión en el daño de la pulpa -o nervio-: La erosión dental, muchas veces originada por el bruxismo. La abrasión dental, a causa de la acción repetitiva de elementos nocivos para el esmalte sobre la superficie de los dientes. La aparición de una fisura o fractura en la pieza dental a causa de un fuerte traumatismo. Tratamientos odontológicos que no han sido llevados a cabo con rigor como, por ejemplo, una obturación o una reconstrucción que no se ha realizado con éxito.   CASO DE FRACTURA DENTARIA Afecciones más comunes en torno a la pulpa dental El daño en la pulpa dental podemos dividirlo en reversible y no reversible, y las consecuencias que se desprenden del mismo pueden variar entre una ligera sensibilidad dental y la pérdida de la pieza dental a causa de la muerte del nervio. A continuación, te detallamos las afecciones más comunes relativas a la pulpa dental. Pulpitis dental reversible La pulpitis dental reversible es una leve inflamación del nervio que, en muchos casos, puede ser asintomática. En algunas ocasiones puede suponer cierta sensibilidad dental ante determinados estímulos tales como unas comidas o bebidas muy frías o calientes, o con un alto contenido en azúcar. En aquellas ocasiones en las que las molestias generadas por la sensibilidad dental responden a una inflamación del nervio, las mismas remiten una vez ha desaparecido el estímulo. Sin embargo, la sensibilidad dental no responde únicamente a la infección del nervio. En algunos casos, ésta está causada por un daño de la estructura dentaria en el que el esmalte se ha debilitado y la dentina queda expuesta. En casos de pulpitis reversible, el tratamiento radica en eliminar la causa que genera esta sensibilidad. Un ejemplo de ello puede ser una obturación de una caries que afecta a una pieza dental, por ejemplo. Por el contrario, en casos de pulpitis más avanzadas, esta molestia persiste durante un periodo de tiempo una vez el estímulo que la genera ha desaparecido. Es entonces cuando estamos ante un caso de pulpitis irreversible. Pulpitis dental irreversible

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Cuidado: tu cepillo de dientes tiene más bacterias de las que crees

Todos sabemos que el cepillo de dientes –ya sea manual o eléctrico- es el elemento más importante de nuestra higiene diaria. Sin duda, su uso aporta muchos beneficios, ya que nos ayuda a eliminar los restos de alimentos y bebidas que ingerimos. De esta manera, favorece que tengamos una boca limpia y sana que impida el desarrollo gérmenes y bacterias. Sin embargo, ¿sabías que es posible que las bacterias de las que huimos estén presentes en el cepillo de dientes que posteriormente te pasas por tus dientes, encías y lengua? Esto es cierto y puede que suene algo desagradable pero, por suerte, tiene solución. Y es que, la manera de tener una boca sana no solamente pasa por cepillarse los dientes tres veces al día, sino por tener unos hábitos de higiene adecuados que van más allá del mero cepillado.   CEPILLADO DE DIENTES DIARIO ¿Por qué hay bacterias en mi cepillo de dientes? En primer lugar, las bacterias llegan a nuestro cepillo simplemente porque éste, durante el cepillado, entra en contacto con los microorganismos presentes en el interior de la boca. De esta manera, algunos de ellos se acumulan entre los filamentos del cepillo de dientes. Si no se retiran adecuadamente, dan lugar a mayor cantidad de gérmenes y bacterias cada vez. En segundo lugar, debemos tener en cuenta que la mayoría de las personas guardamos nuestro cepillo de dientes en el baño. Aunque éste no es un aspecto en el que mucha gente repare, lo cierto es que esta zona de nuestra casa es muy vulnerable a la proliferación de bacterias. Esto no se debe únicamente a que el baño sea el lugar ocupado por el inodoro. También hay que tener en cuenta que esta estancia está sometida a cambios de temperatura y a mucha humedad. Si además tenemos en cuenta la forma más habitual de almacenar nuestro cepillo de dientes –en un vaso en contacto con otros cepillos– tenemos el cóctel perfecto para que los microrganismos se diseminen. Por todo ello, podemos decir que del lugar y la forma en la que se guarda el cepillo depende, en gran medida, la cantidad de gérmenes y bacterias que hay en sus cerdas.   ¿Cómo guardo mi cepillo de dientes? Una vez dicho esto, vamos a contarte qué es lo que puedes hacer para reducir lo máximo posible la presencia de dañinos microorganismos en tu cepillo de dientes. Lávate las manos antes de cepillarte los dientes Límpiate bien con agua tibia y jabón antes de manipular el cepillo para no transportar ningún microbio Enjuaga el cepillo después de haberlo utilizado De esta manera, retirarás los restos de pasta de dientes y de alimentos que se hayan podido quedar incrustados en los filamentos.   ENJUAGAR CEPILLO DE DIENTES TRAS USARLO Guarda el cepillo de manera vertical (con las cerdas hacia arriba) y déjalo secar No pongas el capuchón hasta que esté seco, ya que el ambiente húmedo y cerrado estimula el crecimiento de bacterias Separa tu cepillo del resto de cepillos Los filamentos de diferentes cepillos no deben contactar ya que pueden contaminarse No compartas nunca tu cepillo de dientes con nadie Parece obvio que no se debe hacer esto. Sin embargo, muchas personas –sobre todo parejas- lo hacen Cambia tu cepillo cada tres meses Éste es el plazo máximo que debería durarte un cepillo para mantenerlo en buen estado. Sin embargo, si las cerdas empiezan a abrirse, cámbialo antes. CEPILLOS CON CERDAS DESGASTADAS   Como ves, estos consejos son muy sencillos de llevar a cabo. Apenas conllevan esfuerzo y nos ayudan a prevenir que la multiplicación de bacterias cause la aparición de distintas enfermedades bucodentales como las caries o los problemas periodontales (gingivitis y periodontitis).

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¿Hasta qué edad debo cepillarle los dientes a mi hijo?

Una buena higiene bucal desde pequeño es el primer paso para gozar de buena salud dental de adulto. Por ello es primordial que los niños entiendan que cepillarse los dientes correctamente debe formar parte de su rutina de higiene diaria. La caries es la enfermedad dental más común, y afecta tanto a niños como a adultos. Una extracción prematura de un diente de leche por culpa de una caries influye negativamente en la correcta erupción posterior de los dientes definitivos. Los padres deben inculcar a sus hijos la repercusión negativa que puede conllevar el hecho de no tener unos buenos hábitos de higiene dental, e influir de manera positiva en que los adquieran. Hábitos de higiene dental en bebés Los hábitos de higiene oral deben empezar desde la cuna, incluso antes siquiera de que los dientes hayan empezado a erupcionar. Un acto tan sencillo como pasar una gasa impregnada en agua por las encías y la lengua de nuestro bebé elimina los restos de leche materna de la boca, calma la irritación de las encías y evita la presencia de bacterias. En caso de no prestar atención a la higiene bucal del bebé, pueden surgir afecciones como la caries de biberón. ¿Qué es la caries de biberón? Las caries de biberón -o del lactante- son aquellas que surgen por la exposición frecuente de los dientes del bebé a líquidos con alto contenido en azúcares como pueden ser la leche, jugos de frutas o jarabes. Para prevenirlas debemos tener en cuenta las pautas de higiene oral recomendadas para bebés y tomar precauciones tales como reducir el consumo de azúcar en la dieta, especialmente entre comidas, o no permitir que el niño se quede dormido con un biberón en la boca que contenga un líquido azucarado. ¿A qué edad se deben cepillar los dientes los niños? A partir de los seis meses es normal que aparezca el primer diente de leche: es el momento de incluir el primer cepillo en la rutina diaria de higiene bucal. El uso del dentífrico no está indicado hasta que el niño cumpla dos años aproximadamente, bastará con impregnarlo con agua para eliminar las bacterias que anidan en las encías. Cuando nos aseguremos de que el niño ha aprendido a enjuagarse la boca y que no va a tragarse la pasta de dientes, podemos incluirla en la rutina de cepillado dental. Sólo será necesario aplicar una cantidad mínima: una dosis parecida al tamaño de un grano de arroz. Las pastas más recomendadas son las fluoradas: el flúor fortalece el esmalte de los dientes y lo hace más resistente contra bacterias dañinas que causan afecciones como, por ejemplo, las caries. Sin embargo, debemos ser responsables y adquirir aquellas que tengan la cantidad de flúor recomendada para su edad. Se trata de una sustancia que, en caso de ingerirla en exceso, es tóxica y puede causar fluorosis – una afección que se produce generalmente en el periodo de crecimiento del diente que tiñe el esmalte de un tono marrón-. ¿Cómo debo cepillarle los dientes a mi hijo? Debemos escoger un cepillo de mango grueso, cabezal pequeño y redondeado y cerdas suaves, especialmente destinado a bebés. Cepillaremos con suavidad tanto la cara interior como exterior del diente al menos dos veces al día: por la mañana y por la noche. La lengua es la gran olvidada: en ella anidan una gran cantidad de bacterias que afectan negativamente a la salud bucal de los niños. Debemos incluir la limpieza de la lengua en la rutina de higiene dental de nuestro hijo. Cambiaremos el cepillo siempre que veamos que las cerdas están desgastadas, aproximadamente cada 3 o 4 meses. A partir de los 6 años, está recomendado el uso de un colutorio para completar la higiene bucodental dental, bien sea diario o semanal. Sin embargo, hasta que el niño no tenga la dentadura definitiva completa, está desaconsejado el uso de otros elementos de higiene tales como el hilo dental o los cepillos interproximales. Debemos hacer hincapié en la limpieza de la lengua para conseguir una higiene oral completa ¿A qué edad debo llevar a mi hijo al dentista? Las recomendaciones en cuanto a la primera visita al dentista han cambiado en los últimos años: lo ideal es acudir al especialista cuando el niño cumpla un año de edad. Anteriormente los pediatras pautaban esta primera consulta cuando el niño tuviera todos los dientes de leche en boca: es decir, sobre los tres años. Sin embargo, se ha comprobado que, a esta edad, muchos niños presentaban caries, problemas de maloclusión o habían sufrido traumatismos. En esta primera visita, el especialista revisará el estado de las encías y de los dientes, y verificará que el tono del esmalte sea blanco uniforme. Además, comprobará que no hay alteraciones del crecimiento de los maxilares o alguna malposición dental que pueda estar asociada a hábitos infantiles como la succión del pulgar o el uso inadecuado del chupete. Por último, dará a los padres unas pautas para mantener una correcta higiene y salud bucodental del bebé, y cómo introducir estos hábitos en la rutina del niño de una manera sencilla y divertida. ¿Cada cuánto tiempo está aconsejada una visita al dentista? De forma periódica deberemos llevar a nuestros hijos a revisión con el odontopediatra. Si todo está bien, bastará con una visita al año en la que se verificará que el crecimiento dental es correcto y que no hay afecciones como caries o enfermedades periodontales. Además, sobre los 6 – 8 años está recomendada una primera visita al ortodoncista. A esta edad, ya han salido algunos dientes definitivos y los maxilares están todavía en crecimiento. En caso de haber alguna alteración en el crecimiento de los huesos de la cara o malposiciones, se podrán atajar con tratamientos de ortodoncia interceptiva. De esta forma, se actúa directamente sobre los huesos de la cara del paciente, corrigiendo las posibles malposiciones y guiando la correcta erupción de los dientes definitivos. Adquirir unos hábitos de higiene bucodental saludables desde la infancia puede prevenir afecciones dentales en el futuro. La actuación de los padres es definitiva a la hora de favorecer la salud dental del niño: no sólo deben seguir las pautas establecidas por los

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Sarro dental: ¿por qué se forma y cómo podemos eliminarlo?

El sarro dental no sólo amenaza la estética de nuestra boca, si no que su acumulación puede ser la causante de distintas afecciones bucales.En el presente artículo te informaremos de cuáles son las causas de su formación, de las consecuencias que puede tener para la salud oral y, por último, de los métodos permiten eliminarlo de forma eficaz de nuestros dientes y encías. ¿Qué es el sarro dental? El sarro dental -también conocido como cálculo o tártaro dental- es el resultado de la calcificación de la placa bacteriana en nuestros dientes y encías. Pero, ¿qué es la placa bacteriana y qué consecuencias tiene en nuestra salud dental? ¿Cómo se forma el sarro dental? La placa bacteriana -también conocida como biofilm dental- es una película transparente de un grosor muy fino sobre la cual se depositan las bacterias presentes en nuestra boca. Su presencia en nuestra cavidad oral se remite a edades muy tempranas, y su formación es inevitable cada vez que realizamos la ingesta de algún alimento o bebida. Para eliminar la placa bacteriana, los especialistas insisten en la importancia de tener unas buenas rutinas de higiene oral. En caso de no erradicar el cúmulo de placa de nuestros dientes y encías de una manera efectiva, ésta se calcifica y se produce la formación de sarro. De color amarillento y, en casos de acumulación más severos, marrón, el sarro es una sustancia más dura y difícil de eliminar que la placa bacteriana. Además, su superficie es más rugosa que la de los dientes. Por este motivo, su formación favorece la adhesión de placa y acelera, por tanto, el proceso de acumulación de la misma en nuestros dientes y encías.   SARRO DENTAL Podemos distinguir dos tipos de sarro en función de la zona en la que se ha acumulado: Hablaremos de sarro supragingival cuando su presencia se limite a la superficie de los dientes y de las encías de nuestra cavidad bucal. Por el contrario, nos referiremos a sarro subgingival cuando éste se acumule por debajo de la línea de la encía, formando bolsas periodontales. El sarro subgingival no es tan fácil de percibir como el primero, y su acumulación tiene un riesgo elevado para la salud de nuestra boca. ¿Qué consecuencias tiene el sarro dental en nuestra salud dental? En primer lugar, la existencia de sarro en nuestra boca tiene una evidente consecuencia estética: su presencia en nuestros dientes y encías afecta negativamente al blanco de nuestra sonrisa. Pero, además, la acumulación de sarro es la responsable de dos de las afecciones dentales más comunes: las enfermedades periodontales y la formación de caries. Las enfermedades pgingivitis, periodontitiseriodontales son un conjunto de enfermedades infecciosas provocadas por bacterias presentes en nuestra boca -las bacterias periodontales-. Las enfermedades periodontales se pueden dividir en dos grandes grupos: gingivitis y periodontitis. La diferencia fundamental es que la gingivitis es una enfermedad que afecta principalmente a los tejidos blandos -a la encía, provocando inflamación de la misma-. Sin embargo, la periodontitis cursa con una inflamación y sangrado de la encía y culmina con una pérdida de inserción. Es decir, la pérdida del hueso que soporta nuestros dientes. Por otra parte, la caries es una afección que supone el daño del esmalte de nuestros dientes provocada por la acción de las bacterias que se acumulan en la placa.     CARIES En un estado inicial, la caries afecta exclusivamente al esmalte dental. En caso de no ser tratada a tiempo, puede llegar a dañar el nervio dental e incluso provocar la pérdida de la pieza dental en caso de caries muy avanzadas. Por último, el sarro tiene una última consecuencia en nuestra salud oral: el mal aliento-también conocido como halitosis-. ¿Cómo se puede eliminar el sarro? A diferencia de la placa bacteriana, el sarro no se puede eliminar con el cepillado dental. Para ello, deberemos acudir a una clínica dental dental para que lleve a cabo una profilaxis un profesional cualificado. ¿Qué es una profilaxis? Por muy bien que nos cepillemos los dientes tras cada comida y hagamos uso de la seda dental, siempre quedan pequeños restos de placa que, de manera paulatina, se van acumulando y evolucionan en la formación de sarro. También conocida como higiene dental profesional, la profilaxis es un tratamiento que consiste en la eliminación de las bacterias que se acumulan en nuestros dientes y encías. El procedimiento de la profilaxis es muy sencillo: En primer lugar, hacemos uso de la punta de ultrasonidos para eliminar los depósitos de cálculo. Gracias a la emisión de una vibración y al uso del agua a presión, vamos eliminando el sarro acumulado en nuestros dientes y encías. Posteriormente, emplearemos la seda dental. Pasándola por todas las superficies de los dientes, nos aseguramos de que no quedan restos de sarro en nuestra boca.   PUNTA DE ULTRASONIDOS Se trata de un proceso indoloro para el paciente. Su única contraindicación es la aparición de cierta sensibilidad dental tras la cita, que remitirá en unos días. En el caso de que el sarro se acumule también debajo de la línea de la encía -sarro subgingival- y el paciente padezca periodontitis, tendremos que llevar a cabo un raspado y alisado radicular. ¿Qué es un curetaje dental? El curetaje -también conocido como raspado y alisado radicular-, es un procedimiento que se realiza en clínica para el tratamiento de la periodontitis. Te interesará »  Dientes incluidos, retenidos o impactados y su tratamiento Consiste en el desbridamiento de todas las bacterias causantes de la enfermedad periodontal, el acúmulo de sarro y placa que se encuentra tanto por encima como por debajo de la línea de la encía. Se realiza mediante un procedimiento de limpieza con ultrasonidos y, a continuación, con el uso de unas curetas -instrumentos manuales que nos permiten desbridar por debajo de las encías de una manera más detallada y en profundidad-. El curetaje dental está indicado en aquellos pacientes que presentan periodontitis. Durante el procedimiento el paciente no sufre ningún tipo de molestia: se encuentra completamente anestesiado. Tras el tratamiento puede sentir algún dolor leve o moderado que podrá solventar mediante la ingesta de antiinflamatorios. Además, es habitual sentir cierto aumento de la sensibilidad dental -al igual que en los procedimientos de profilaxis- que remitirán de forma progresiva. Mientras tanto,

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Enjuague bucal ¿Cuál es el mejor para ti?

Cada día escuchamos en los medios de comunicación publicidad de distintas marcas que prometen tener el enjuague bucal más completo del mercado. Y es que, en los últimos años, cada vez son más personas las que confían en ellos a diario para tener una higiene dental óptima.Pero, ¿cuál es su función? ¿Es realmente importante incorporar su uso a nuestras rutinas de higiene bucodental? ¿Qué es un enjuague bucal? También conocido como colutorio, el enjuague bucal es un complemento empleado en las rutinas de higiene diarias. Los especialistas recomiendan cepillarse los dientes después de cada comida. Sin embargo, con un cepillado tradicional no conseguimos eliminar todos los restos de comida que anidan entre nuestros dientes y encías. Por ello, los odontólogos e higienistas recomiendan el uso de otros complementos de higiene tales como el hilo dental, los cepillos interproximales o los enjuagues bucales. Sólo de esta manera conseguiremos una higiene bucodental óptima. Unos dientes limpios nos permiten mantener nuestra boca en salud, evitando la afección de caries o de enfermedades periodontales –gingivitis y periodontitis-. El uso de esta solución acuosa responde a varios motivos. Funciones de los colutorios Los especialistas recomiendan el uso de colutorios para evitar la formación de placa bacteriana, motivada por la acumulación de restos de comida y colonias de bacterias que anidan entre nuestros dientes y encías. ELIMINACIÓN DE PLACA BACTERIANA CON HIGIENE PROFESIONAL Sin embargo, los enjuagues tienen otros beneficios tales como preservar nuestro aliento fresco o ayudar en la cicatrización de determinadas heridas en la mucosa o en las paredes de la boca. ¿Cuándo está recomendado el uso de enjuagues bucales? Los fabricantes recomiendan realizar enjuagues con colutorios dos veces al día, después de un cepillado exhaustivo. En algunos casos se contempla la posibilidad de hacer uso de los mismos incluso 3 veces al día, pero debemos ser cuidadosos: no debemos abusar del uso de los colutorios, pues sería perjudicial para la salud de nuestros dientes. Además, en algunos casos concretos los especialistas pueden aconsejar el uso de estos enjuagues. Por ejemplo, en el caso de pequeñas heridas en la mucosa o tras una intervención. Es en estos casos en los que están especialmente recomendados aquellos que tienen cierto contenido de clorehexidina. Colutorios con clorhexidina: ¿cuándo están recomendados? La clorhexidina es un antiséptico. Es decir, previene del desarrollo de colonias de bacterias y de su acción perjudicial en nuestra cavidad bucal. Por este motivo, muchos dentistas aconsejan su uso para colaborar en el tratamiento contra enfermedades periodontales –gingivitis o periodontitis-, para acelerar la cicatrización en caso de pequeñas lesiones en la mucosa o para prevenir de infecciones previas a cirugías tales como la extracción de muelas del juicio o la colocación de un implante. Si bien la clorhexidina elimina la formación de placa y previene el crecimiento de bacterias en la boca, los enjuagues que la contienen presentan ciertos perjuicios para la salud de nuestra boca: Un uso superior al recomendado puede generar pequeñas manchas o tinciones tanto en las piezas dentales como en la lengua. Este efecto secundario no está contemplado en el uso excesivo de otros enjuagues sin clorhexidina. El especialista deberá ser quien indique el modo de uso de estos colutorios al paciente. Un empleo inadecuado de los mismos puede atacar a las colonias de bacterias beneficiosas para nuestra salud dental que se alojan en la boca. Por último, los especialistas recomiendan hacer una pausa de 30 minutos entre el cepillado y el uso del colutorio con clorhexidina o realizar un primer enjuague con agua, pues los componentes presentes en los dentífricos podrían anular la acción del producto. Colutorios para niños En el caso de niños, los odontopediatras pueden aconsejar el uso de enjuagues bucales aquellos casos en los que son especialmente proclives a la formación de caries o a padecer enfermedades periodontales.   ENJUAGUE BUCAL PARA NIÑOS Los especialistas consideran pacientes que se encuentran en situación de riesgo y que son, por lo tanto, susceptibles de emplear colutorios después del cepillado son los siguientes: Niños que estén sometiéndose a un sistema fijo de ortodoncia, pues la presencia de un elemento externo en la boca dificulta el acceso a la higiene de todos los recovecos de la boca. Niños que no tienen una dieta equilibrada. Aquellos que tienen adquiridos malos hábitos tales como consumir de manera frecuente alimentos muy ricos en azúcares son más proclives a padecer caries. Pacientes discapacitados que, debido a la medicación que deben tomar de manera habitual, tienen ciertas dificultades en cuanto a la segregación de saliva –no debemos olvidar que ésta colabora en el control de la proliferación de bacterias en nuestra boca-. No debemos olvidar que siempre debe ser el especialista el que paute el colutorio más indicado para el niño y su frecuencia de uso. Además, debemos tener en cuenta que su empleo está recomendado siempre que el niño sea capaz de enjuagarse sin tragarse el contenido –a partir de los 6-7 años, aproximadamente-. En aquellos casos en los que los niños estén en situación de riesgo de padecer caries, gingivitis o periodontitis pero todavía no tengan el desarrollo facial suficiente para mantener el enjuague en la boca, el odontólogo recomendará la aplicación directa del colutorio en las piezas dentales. De esta manera, los padres recurrirán al uso de bastoncitos de los oídos para asegurar la correcta salud dental de los niños. Teniendo en cuenta estas consideraciones, ¿cómo sabes que estás acertando a la hora de escoger un enjuague bucal? ¿Qué enjuague bucal es el mejor para mí? En el mercado existe una gran variedad de enjuagues bucales con distintos fines: anticaries, destinados a mejorar la salud de nuestras encías, para prevenir el mal aliento, etcétera. Por lo tanto, será el especialista quien, analizando tu caso, te recomiende el uso de uno u otro para mejorar la salud de tu boca.   COLUTORIO CON CLORHEXIDINA ¿Qué consideraciones debo tener en cuenta a la hora de usar un enjuague bucal? En primer lugar, debemos saber que el colutorio es un elemento de higiene complementario. Su uso ayuda a tener una salud bucodental óptima, pero no sustituye bajo ningún concepto la acción del cepillado tradicional o el uso del hilo dental. A la hora de elegir uno u otro debemos consultar siempre al especialista. Éste

Buenos hábitos

Encías inflamadas: cuáles son sus causas y cómo solucionarlo

Se entiende por encía inflamada aquella que tiene una apariencia agrandada, hinchada o más prominente de lo normal. Normalmente, es el propio paciente el que es capaz de apreciar el problema de sus encías a simple vista, al observar cambios evidentes en su grosor o coloración. La inflamación de encías o inflamación gingival es muy común entre la población. De hecho, la Sociedad Española de Periodoncia y Osteointegración (SEPA) afirma que solamente el 14,8% de los adultos de entre 35 y 44 años tiene las encías sanas. El resto tiene una enfermedad periodontal: el 59,8% padece gingivitis y el 25,4% sufre periodontitis o piorrea. Por si esto fuera poco, el porcentaje de encías sanas disminuye a medida que la edad avanza: únicamente el 10,3% de los personas de entre 65-74 años puede presumir de tener unas encías sanas. Debido a la frecuencia de este problema, se puede cometer el error de no prestarle atención. Sin embargo, aunque aparentemente carezca de importancia, es fundamental determinar las causas de la inflamación de encías para establecer el tratamiento más adecuado y poder curarlas. Causas: ¿por qué se inflaman las encías? La inflamación gingival puede deberse a factores muy diversos que van desde una irritación temporal causada por un alimento o un producto que estemos usando a una enfermedad periodontal compleja. En función de la causa de la hinchazón, ésta se puede solucionar de diferentes maneras. En el caso de que exista una enfermedad periodontal, es importante  prestarle especial atención, ya que lo que comienza como una simple acumulación de sarro puede derivar en una periodontitis grave. En este punto, se debe tener en cuenta que la piorrea no solamente afecta a las encías, sino que produce daños en los huesos que sostienen los dientes. Éstos, como consecuencia, terminan cayéndose. ENCÍAS INFLAMADAS Y ENROJECIDAS A continuación, te explicamos las causas más comunes de la inflamación de encías, así como sus soluciones: Gingivitis Es la primera fase de una enfermedad periodontal y, sin un tratamiento adecuado, deriva en periodontitis. La gingivitis se produce por la formación de depósitos de sarro que no son eliminados durante la higiene diaria. Se manifiesta con sangre durante el cepillado o el uso del hilo dental. Otros síntomas que nos pueden poner sobre la pista serían el sangrado espontáneo, la inflamación o la coloración morada. El tratamiento contra la gingivitis más efectivo combina una sesión en la clínica con el seguimiento en casa de las pautas entregadas por nuestros profesionales. Es decir, en la consulta llevamos a cabo una limpieza profesional o profilaxis y explicamos al paciente las instrucciones de higiene dental específicas para su caso. Solamente el 14,8% de los adultos de entre 35 y 44 años tiene las encías sanas. El resto tiene gingivitis (59,8%) o periodontitis (25,4%) Periodontitis En el supuesto de que la gingivitis progrese a una periodontitis, la acumulación de bacterias derivará en la formación de bolsas periodontales entre la encía y el diente, que cada vez tendrán más capacidad para albergar un mayor número de bacterias. Tal y como ya hemos avanzado, lo que hacen estas bacterias es destruir progresivamente los huesos, encías y tejidos que sostienen los dientes. Y, la peor consecuencia que tiene este proceso para la boca es la pérdida de la pieza dental. Pero, además, dicho proceso puede tener lugar de manera silenciosa y parecer menos agresivo de lo que realmente es. Por ejemplo, la inflamación de las encías puede llegar a cubrir parte de los dientes y enmascarar la destrucción de las papilas interdentales (pequeños triángulos negros que aparecen entre los dientes). Una vez la encía se ha desinflamado, se aprecia la destrucción del tejido.   TRIÁNGULOS NEGROS POR DESTRUCCIÓN DE PAPILAS   Para curar la piorrea es fundamental llevar a cabo un buen tratamiento periodontal. Dado que el tratamiento contra la periodontitis es ofrecido en numerosas clínicas, vamos a detallar cómo debe ser este procedimiento para que sea efectivo. Para curar la periodontitis es fundamental realizar un raspado y alisado radicular (curetaje), un estudio microbiológico y mediciones para llevar un seguimiento de los niveles de sarro. Una vez que la enfermedad periodontal está curada,  se debe garantizar que no vuelva a aparecer. Para ello, será necesario que el paciente siga en su casa las instrucciones sobre higiene proporcionadas por el periodoncista. Y que, además, acuda a la consulta del dentista para que el profesional lleve a cabo mantenimientos o limpiezas regulares. En la mayoría de ocasiones, el tratamiento periodontal es suficiente para curar la enfermedad. Sin embargo, si el problema se encuentra en una fase especialmente avanzada, será necesario recurrir a la cirugía periodontal. Déficit nutricional Las encías inflamadas también pueden deberse a la falta de algún nutriente como vitamina C o hierro. En este caso, la solución sería sencilla: llevar una alimentación más equilibrada. Relación con el sistema endocrino La inflamación gingival puede estar provocada por cambios hormonales, lo que hace que en algunos casos afecte más a las mujeres. Dichas alteraciones hormonales se producen en momentos como los siguientes: durante el embarazo, después del parto, en diferentes fases del ciclo menstrual o en la pubertad. Brackets, dentaduras u otros aparatos dentales (fijos o removibles) La colocación de determinados aparatos -una ortodoncia o una prótesis dental- puede dificultar la higiene diaria e irritar las encías. Para evitar la irritación de encías, es necesario ser especialmente riguroso con el cepillado. Esto implica lavarse los dientes después de cada comida tratando de llegar a todas las caras de la pieza dental. Sensibilidad a la pasta o al enjuague dental Existen numerosas marcas en el mercado que ofrecen productos similares (Listerine, Lacer, Oraldine…). Por eso, si experimentas irritación con la pasta o el enjuague utilizados habitualmente, te recomendamos que pruebes otro producto. Cuando lo hagas, presta atención al efecto que produce en tus dientes y encías. CEPILLADO DE DIENTES, LENGUA Y ENCÍAS Consumo de determinados medicamentos En el caso de que seas capaz de relacionar la inflamación de encías con el consumo de un fármaco, informa a tu médico inmediatamente. Vigila tu boca Te recomendamos que acudas a la consulta del dentista cuando aprecies un cambio en tus dientes o encías que dure varios días Remedios caseros para la inflamación de encías Antes de nada, vamos a aclarar que si notas tus encías inflamadas lo más recomendable es que acudas a un periodoncista, ya

Buenos hábitos

¿Por qué tengo las encías blancas? Causas y tratamiento

Las encías son una mucosa que protegen nuestros dientes de los distintos agentes patógenos que anidan en nuestra boca. El color de las mismas es un claro indicador de nuestra salud bucal o de la afección de otras posibles enfermedades sistémicas.En este artículo te contaremos qué síntomas pueden esconder unas encías blancas y qué tratamientos son los idóneos para abordar cada caso. ¿Por qué tengo las encías blancas? Como ya hemos comentado, las encías tienen una función protectora de las piezas dentales y de las raíces de las mismas frente a las distintas bacterias que anidan en nuestra boca. Lo idóneo es que éstas presenten un color rosa pálido. Sin embargo, a la clínica llegan pacientes con encías inflamadas –éstas muestran un color más rojizo- o, en otras ocasiones, de color blanco.   MANCHAS BLANCAS EN LAS ENCÍAS Estas variaciones son un claro indicador de falta de salud, que puede ser tanto a nivel dental como sistémico. A continuación te detallamos las distintas causas a las que se asocia tener las encías de una tonalidad más pálida de lo habitual. Acumulo de placa bacteriana La placa bacteriana es una película que se adhiere a nuestros dientes y encías y que, en caso de no ser eliminada debidamente gracias a las rutinas de higiene oral, puede convertirse en sarro. En un primer lugar, podemos asociar la aparición de manchas blancas en las encías a un cúmulo de la misma. Aparición de aftas o úlceras bucales Las llagas u aftas bucales pueden aparecer en lugares muy diversos de la boca: encías, lengua, partes internas de las mejillas, etc. Las reconocerás fácilmente porque son pequeñas ampollas o manchas de color pálido que suelen generar ciertas molestias en la masticación o en el habla. Su aparición suele estar debida al roce de los aparatos de ortodoncia o a prótesis mal ajustadas, aunque también está asociada a picos de estrés y ansiedad o a algún tipo de déficit vitamínico. Liquen plano oral El liquen plano oral consiste en una inflamación de la mucosa bucal, ya sea en las encías, en la parte interior de las mejillas o en la lengua. Se presenta en forma de pequeñas manchas de color blanco o rojizo que pueden variar en tamaño en el transcurso del brote. Además, su afección puede repetirse a lo largo del tiempo. El liquen plano oral tiene mayor incidencia en personas con un sistema inmunitario debilitado o víctimas de reacciones alérgicas. Esta afección puede causar lesiones tales como úlceras –susceptibles de sangrar durante el cepillado- o afectar al sabor de los alimentos que perciben las personas que lo padecen –sabor metálico de los mismos-. Candidiasis oral La candidiasis oral es una infección producida por la presencia abusiva en boca de del hongo candida albicans. Su incidencia es habitual en personas que presentan un sistema inmune débil, y se caracteriza por la aparición de pequeñas placas o manchas blanquecinas. Éstas surgen en un inicio en la parte interior de las mejillas o en la lengua, pudiendo extender en una fase más avanzada su presencia a las encías y partes superiores de la boca o la garganta.   CANDIDIASIS ORAL La candidiasis oral puede dar lugar al sangrado de las placas a la hora del cepillado dental, así como a molestias a la hora de tragar o sensación de sequedad bucal. Anemia ferropénica Unas encías más blancas pueden ser un claro síntoma de una falta acusada de hierro en sangre. Además, en personas que presentan esta carencia es más habitual la inflamación y el sangrado de las mismas. Cáncer oral El cáncer oral tiene múltiples síntomas: aparición de pequeñas llagas y aftas que no desaparecen transcurridas dos semanas, molestias que no tienen una causa aparente, dolor y dificultad en la deglución, sensación de hinchazón mandibular y, por último, la existencia de pequeñas manchas de color blanco en las encías. No debes asociar en un primer momento la aparición de manchas blancas al padecimiento de cáncer oral. De igual manera, si tienes alguno de los síntomas citados anteriormente relacionados con esta patología es aconsejable que acudas al especialista para que sea ésta quien explore de manera debida la cavidad bucal y pueda dar un diagnóstico adecuado de tu caso. Ante causas tan diversas, los especialistas toman medidas muy diferentes para abordar cada caso en función del origen al que se achaca una modificación en el color de las encías. Tratamientos para acabar con el color blanco de las encías En primer lugar, para evitar el acúmulo de placa bacteriana es imprescindible seguir unas buenas pautas de higiene oral: Cepillarse los dientes después de cada comida nos ayuda a eliminar los restos de comida presentes en nuestra boca. Para asegurarnos de que la limpieza de nuestra boca es completa y que no hay bacterias que aniden entre nuestros dientes y encías tras el cepillado, los especialistas recomiendan además el uso de hilo dental o cepillos interproximales. Por último, es aconsejable realizarse una limpieza bucal profesional –profilaxis- al menos una vez al año. En caso de que sean las llagas bucales las causantes del color blanco de las encías, están recomendados los enjuagues de agua con sal o enjuagues específicos para las mismas que puedes adquirir en las farmacias. Además, durante la presencia de la misma en boca te aconsejamos evitar alimentos picantes o muy ácidos -tales como los cítricos, especias o el tomate-, así como comidas muy calientes. En caso de que éstas no remitan en un periodo superior a dos semanas, acude al especialista para que pueda determinar la causa de la misma y descartar otras posibles afecciones bucales. Si tras la exploración de tu boca, el especialista achaca la aparición de las manchas en tus encías a la afección de liquen plano oral, el tratamiento lo compondrá la ingesta de determinados medicamentos antihistamínicos o suplementos vitamínicos, así como el uso de enjuagues que contengan lidocaína. En caso de que la incidencia de la candidiasis oral sea la causante del blanco de tus encías, el dentista recetará fármacos antifúngicos específicos para tratar dicho hongo, así como una cuidada y exhaustiva higene oral –de forma delicada, de tal manera que no se produzca el sangrado de las

Cultura y curiosidades, Prevención

Alveolitis dental: ¿Qué es y cómo se trata?

La alveolitis es una complicación postoperatoria que puede aparecer tras una extracción dental. De hecho, se estima que afecta al 3-4% de los pacientes que se someten a este tipo de tratamiento. Sin embargo, a pesar de su relativa frecuencia, la buena noticia es que la alveolitis no es un problema grave y remite con el paso de los días. ¿Qué es la alveolitis y por qué se produce? Como ya hemos mencionado, la alveolitis es una complicación que se produce tras una extracción (normalmente entre 24 y 72 horas después). De entre todas las intervenciones de este tipo, la alveolitis se presenta de manera más frecuente en los casos en los que se extraen las muelas del juicio retenidas –o terceros molares-. Tras una extracción, lo más habitual es que se forme un coágulo de sangre en el hueco que ha dejado el diente -el alveolo-. Este coágulo sirve de protección para el alveolo pero, si no se forma o se rompe después de haberse formado, el alveolo queda expuesto. De esta manera, será más vulnerable al ataque de bacterias o cualquier agente externo, lo que provocará dolor e inflamación en el tejido.   PARTES DE UN DIENTE Tipos de alveolitis: seca y húmeda Existen dos tipos de alveolitis, los cuales son los siguientes: Alveolitis seca En la alveolitis seca, el alveolo se encuentra vacío. Es decir, no se observa el coágulo de sangre y, en su lugar, se ve el hueso de la cavidad. Alveolitis húmeda En el caso de la alveolitis húmeda, el alveolo no está vacío. De hecho, presenta un tejido sangrante y oscuro. El tabaquismo, la edad y el uso de anticonceptivos orales son factores de riesgo a la hora de desarrollar una alveolitis seca ¿Cuáles son los síntomas? La alveolitis se manifiesta con molestias y dolor en la zona donde se ha producido la extracción. Podríamos decir que los pacientes que desarrollan una alveolitis experimentan un proceso similar. En un primer momento, sienten unas ligeras molestias, para posteriormente presentar una leve mejoría que deriva en un empeoramiento con dolor agudo. Otros de los síntomas que acompañan a este proceso es el mal aliento y sabor de boca. ¿Cómo sé si el dolor que tengo es “normal”? Tras la extracción de un diente o una muela es normal sentir cierto grado de dolor o malestar en la herida producida durante la intervención. Sin embargo, estos dolores o molestias denominados “normales” suelen caracterizarse por dos aspectos: Son tolerables con el uso de la medicación analgésica recetada por el cirujano Se producen durante las primeras 48 horas y disminuyen con el paso de los días Sin embargo, si este dolor no es controlable con los medicamentos analgésicos –por ejemplo, no permite al paciente dormir- y va en aumento pasadas las 48 horas, existe la posibilidad de que se haya desarrollado una alveolitis. DOLOR DE ALVEOLITIS IMPIDE DORMIR Tratamiento contra la alveolitis seca o húmeda Si presentas estos síntomas, lo más adecuado es que acudas al dentista. Una vez que te han diagnosticado alveolitis, lo más probable es que el odontólogo comience enjuagando el alveolo con suero. De esta manera, limpiará la zona y eliminará cualquier residuo que se haya quedado alojado. Además, será necesario que recete medicación: analgésicos para combatir el dolor, antibióticos para curar la infección y antiinflamatorios para rebajar la hinchazón. Tras el tratamiento en la clínica dental, también es posible que el dentista te pida que te irrigues el alveolo diariamente con suero para agilizar la curación. Por lo general, todo este proceso de curación tiene una duración de 10 a 15 días aproximadamente. ¿Cómo prevenir esta complicación? Al igual que ocurre con otras afecciones bucales, la mejor arma contra la alveolitis secaes la prevención. Por eso, a la hora de intentar prevenirla, es importante conocer los factores de riesgo que pueden desencadenarla. Esta información no solamente nos servirá para seguir unos hábitos adecuados tanto antes como después de la extracción del diente o la muela. También será útil conocerla para entender la necesidad de transmitir al dentista que realiza la extracción ciertos aspectos sobre nuestra situación o hábitos de vida. Elige un buen dentista Dado que la experiencia del odontólogo juega un papel fundamental, te recomendamos que busques un profesional muy experimentado en realizar extracciones dentales Entre los factores de riesgo más importantes podemos distinguir los siguientes: Falta de higiene Una mala higiene de la boca aumenta las posibilidades de padecer una alveolitis. Por eso, se aconseja el cepillado de los dientes después de cada comida. Pero, además de esta recomendación general, que aplica a todas las personas, existen consejos específicos para después de la cirugía. Te interesará »  Dientes artificiales con células madre Tras ésta, puedes enjuagarte suavemente la boca y cepillarte los dientes, aunque evitando la zona de la extracción durante las primeras 24 horas. Dicho esto, será necesario que consultes con tu dentista o cirujano las pautas de higiene específicas para tu caso. Dificultad de la extracción Las posibilidades de desarrollar una alveolitis aumentan cuando es necesario llevar a cabo una cirugía propiamente dicha, en la que hay que tocar mucho tejido, en lugar de una extracción simple. De esta manera se explica la mayor probabilidad de padecer una alveolitis cuando es necesario realizar la extracción de muelas del juicio incluidas. Trauma quirúrgico Un mayor trauma producido durante la extracción dificulta y retrasa la curación alveolar. Este daño en el área puede asociarse con la inexperiencia del dentista o cirujano, ya que un profesional con muchas cirugías a sus espaldas sabe cómo realizar la intervención causando el menor trauma posible. Tabaquismo El humo del tabaco contiene gran cantidad de componentes contaminantes y nocivos que no solamente perjudican nuestra salud general. Además de esto, contaminan la herida y retrasan su curación. Y, por si fuera poco, la aspiración del humo del cigarro perjudica la formación del coágulo de sangre. Por ello, se debe evitar fumar tanto antes como después de la intervención.   DEJAR DE FUMAR POR EXTRACCIÓN DENTAL Edad del paciente Una persona de edad avanzada tiene más probabilidades de desarrollar una alveolitis que un paciente joven. Uso de anticonceptivos orales Los anticonceptivos contienen, entre otros elementos, estrógenos. Diversos estudios afirman que estas hormonas dificultan la correcta formación del coágulo de sangre. Como puedes ver, la alveolitis no presenta complicaciones graves pero sí es un proceso molesto y doloroso cuya curación requiere tratamiento y esperar unos días. Es por esto por lo

Cultura y curiosidades

La diabetes y los problemas de salud bucal

La diabetes es una enfermedad crónica que se caracteriza por unos niveles altos de glucemia, es decir, del azúcar en sangre, debida a una producción anormal de insulina o a un mal aprovechamiento de la misma por parte del organismo, o a la combinación de ambas causas. En consecuencia, la glucosa se queda en la sangre, sin llegar a las células que no reciben la energía que precisarían para su funcionamiento normal. La insulina es una hormona que produce el páncreas para controlar los niveles de glucemia en el proceso que convierte los alimentos en energía. La glucosa es la mayor fuente de energía del cuerpo y se obtiene de la descomposición de los alimentos durante la digestión. En este proceso, la glucosa pasa del intestino delgado al torrente sanguíneo, desde donde llega a todas las células. El páncreas produce la insulina para transportar la glucosa por la sangre hasta los músculos, la grasa y las células hepáticas, donde se utiliza como energía. La enfermedad más severa en las encías se llama periodontitis. En esta etapa, las encías comienzan a separarse de los dientes. Se forman bolsas entre los dientes y las encías. Estas se llenan de gérmenes y pus, y se vuelven más profundas. Cuando esto sucede, es posible que necesite cirugía en las encías para salvarle los dientes. Si no se hace nada, la infección destruye el hueso alrededor de los dientes. Es posible que se le comiencen a mover o soltar los dientes. Tal vez se le caigan los dientes o sea necesario extraerlos. ¿Existe una relación entre la diabetes y las enfermedades en las encías? Muchos de los casi 30 millones de estadounidenses que tienen diabetes se sorprenderían de saber que las enfermedades en las encías son una de las complicaciones atribuidas a la diabetes. Los estudios demuestran que las personas con diabetes tienen mayor incidencia de enfermedades en las encías y estas se suman a la lista de otras complicaciones relacionadas con la diabetes, tales como enfermedades cardíacas, derrames y problemas renales. ¿Es un círculo vicioso? Estudios recientes también indican que existe un círculo vicioso entre la diabetes y las enfermedades avanzadas en las encías. Las personas con diabetes no solo son más susceptibles a tener enfermedades avanzadas en las encías, sino que estas pueden afectar el control de la glucosa en la sangre y contribuir al avance de la diabetes. Los estudios indican que las personas con diabetes corren un mayor riesgo de problemas de salud bucal como gingivitis (enfermedad de las encías en su etapa inicial) y periodontitis (enfermedad avanzada de las encías). Las personas con diabetes corren un mayor riesgo de periodontitis porque generalmente son más susceptibles a infecciones bacterianas y tienen menor capacidad de combatir las bacterias que invaden las encías. El Informe sobre la Salud Bucal del Director General de Sanidad afirma que la buena salud bucal es un aspecto integral de la salud en general. Así que asegúrese de cepillarse y usar hilo dental correctamente, y hágase chequeos dentales con regularidad. Si tengo diabetes, ¿tengo mayor riesgo de problemas dentales? Si su nivel de glucosa en la sangre no está bien controlado, tendrá mayor probabilidad de tener una enfermedad avanzada en las encías y perder más dientes que las personas sin diabetes. Como con todas las infecciones, una enfermedad avanzada en las encías puede ser un factor que causa el aumento de la glucosa y dificulta el control de la diabetes. Otros problemas bucales relacionados con la diabetes incluyen candidiasis, una infección causada por un hongo que crece en la boca, y sequedad de la boca, que puede causar dolor, úlceras, infecciones y caries. ¿Cómo puedo prevenir problemas dentales relacionados con la diabetes? En primer lugar, contrólese el nivel de glucosa en la sangre. Luego, cuídese bien los dientes y encías, y hágase chequeos cada seis meses. Para controlar la candidiasis, una infección con hongos, contrólese bien la diabetes, evite fumar y, si usa dentaduras, sáqueselas y límpielas a diario. El buen control de la glucosa también puede ayudar a evitar o aliviar la resequedad en la boca causada por la diabetes. ¿Qué puedo esperar en mi chequeo? ¿Debo decirle al dentista que tengo diabetes? Las personas con diabetes tienen necesidades especiales, y la Dra. Sánchez, su dentista está equipada para satisfacer esas necesidades, con su ayuda. Mantenga informado a la Dra. Sánchez de cualquier cambio en su estado de salud y si está tomando algún medicamento. Posponga cualquier procedimiento dental que no sea de emergencia si no tiene bien controlada la glucosa. Hay muchas formas de colaborar con DiabetesCERO. DONA ESPERANZA A SU FONDO DE INVESTIGACIÓN.

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