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cirugía e implantes

Métodos para realizar un injerto de hueso

La pérdida de hueso dental es un problema bucal que puede acarrear serias consecuencias para la persona. No solo afecta a la estática de la sonrisa, sino que puede comprometer la estabilidad de las piezas.  Para conseguir que el maxilar vuelva a tener la cantidad ósea adecuada, es habitual recurrir a la técnica del injerto de hueso. Se trata de una intervención que se puede llevar a cabo mediante diferentes vías, según la necesidad de cada caso. Resulta especialmente útil cuando una persona tiene poco hueso y desea colocarse un implante dental. Si quieres conocer los métodos para realizar la cirugía, no te pierdas este artículo. ¿Por qué se produce la pérdida de hueso? Antes de comenzar a hablar del injerto de hueso, vamos a explicar por qué perdemos volumen en esta parte de la boca. Dentro de la estructura interna del diente encontramos el hueso alveolar, que aporta sujeción a la cada pieza. Es precisamente esta masa ósea la que puede reabsorberse y originar la pérdida de hueso. Aunque la principal razón por la que se produce esta disminución del maxilar es la falta de dientes, hay otros factores que favorecen este problema. La presencia de una enfermedad periodontal avanzada conlleva la presencia de bacterias en la cavidad oral. A medida que transcurre el tiempo, el sarro solidificado alcanza la raíz y el hueso alveolar, originando su pérdida gradual.   Recibir un impacto en la dentadura no solo puede ocasionar la rotura de los dientes. A la larga, es posible que perjudique al nervio –causando su calcificación– y reduzca el hueso dental. Padecer ciertas patologías como la diabetes o la osteoporosis hace que la persona tenga una mayor propensión a sufrir la disminución de hueso maxilar. El hueso necesita de la estimulación dentaria para su correcto funcionamiento. Es por ello que pacientes con dentaduras postizas experimentan, en ocasiones, complicaciones debido a la reabsorción del hueso. Implantes dentales con poco hueso, ¿es posible? Hemos comentado previamente que el injerto de hueso es una intervención frecuente en personas que necesitan colocarse un implante y no tienen la cantidad ósea suficiente. Es esencial, para que el tratamiento tenga éxito, asegurar la correcta sujeción del implante en el interior del maxilar. Por ello, el implantólogo debe dar un primer paso antes de proceder a la colocación del tornillo de titanio. Es fundamental cerciorarse de que el paciente no presenta este problema previo a la intervención.  En Clínica dental SanCal disponemos de un TAC Dental 3D que permite al doctor obtener un diagnóstico preciso y rápido de la situación. El implante va anclado en el hueso maxilar, y si este resulta demasiado fino, es muy probable que no logre darle al tornillo una unión sólida y duradera.  Por tanto, resulta ineficaz colocar de un implante si la persona no cuenta con el volumen óseo requerido. En entonces cuando el dentista procede al tratamiento de injerto de hueso para ganar superficie de forma vertical.  Acude a tus revisiones Es importante detectar a tiempo la falta de hueso, aunque no necesites un implante, por lo que no dejes de ir al dentista con frecuencia. Procedimientos para realizar el injerto de hueso El injerto óseo puede realizarse a través de diferentes vías, según las necesidades del paciente. Bio-oss Este sistema está indicado para pacientes que van a colocarse un implante dental.  Se trata de un compuesto formado por hidroxiapatita y calcio, dos elementos naturalmente presentes en los dientes. Por eso, es un material totalmente biocompatible con el organismo humano. INJERTO DE HUESO CON BIO-OSS El dentista aplica anestesia local en la zona para que el paciente no sienta dolor alguno durante la operación. Tras levantar un colgajo de encía que le permita acceder directamente al hueso maxilar, el odontólogo elimina cualquier rastro de placa y sarro. Tras incorporar Bio-oss en el interior del hueso, se vuelve a colocar el tejido periodontal. Este material tarda entre 3 y 4 meses en integrarse con el hueso real de la persona. Por eso, algunos dentistas recurren al uso de membranas de colágeno reabsorbibles que evitan cualquier desplazamiento del compuesto. Una vez que el injerto de hueso se haya integrado, se puede proceder a la cirugía implantológica. La pérdida de hueso dental puede acarrear graves consecuencias para el resto de piezas de la boca Emdogain Por otra parte, es posible regenerar el hueso de una persona que no necesita llevar implantes.  Para estos casos, el profesional recurre a Emdogain, un gel compuesto por proteínas que consiguen estimular la recuperación del tejido de soporte dentario. Este elemento consigue hacer realidad la regeneración a partir de las propias células madre de la persona, recuperando así el ligamento, el cemento y el hueso. No debes preocuparte durante este periodo, pues la recuperación de estas intervenciones son sencillas para el paciente, pudiendo hacer vida normal al cabo de los pocos días.  REGENERACIÓN ÓSEA CON EMDOGAIN Complicaciones derivadas del injerto óseo En casi todos los casos el paciente tiene una recuperación rápida, aunque es recomendable evitar masticar alimentos sólidos con la zona tratada. Pero en ocasiones, es posible que la persona experimente ciertos inconvenientes tras la intervención: Lesión en el nervio o raíz de los dientes adyacentes. Fisura del material al colocar el implante. Para evitar estas complicaciones, el dentista se asegurará de que el paciente siga sus indicaciones en cuanto a cuidados y revisiones en la clínica dental.  El injerto de hueso, en cualquiera de sus formas, se realiza bajo el efecto de la anestesia local. Es por eso que la intervención en sí misma no causa dolor a la persona, como hemos aclarado antes. Además, en Ferrus & Bratos, esta cirugía la llevan a cabo profesionales que se dedican a su especialidad en exclusiva. El hecho de que realicen este tipo de procedimientos con mucha frecuencia aumenta su precisión. Si tienes cualquier duda o quieres saber si precisas de un injerto de hueso, ven a nuestra clínica pidiendo cita a través del formulario web o llamando al número 91 599 64 39 – 606 687 958.

Cultura y curiosidades

¿Qué es la anquilosis dental y cuál es su tratamiento?

Por definición, en Odontología se conoce a la fusión de la raíz de la pieza dental con el hueso alveolar como anquilosis dental. Si observamos la siguiente imagen de las distintas partes que componen la estructura dentaria, concluimos que esta adhesión es posible gracias a la obliteración del ligamento periodontal. ESTRUCTURA DENTARIA   La anquilosis dental puede afectar tanto a piezas dentales definitivas como temporales, siendo especialmente común en el proceso de desarrollo de estas últimas -más habitual, además, en los molares-. Pero, ¿cuándo puedes sospechar que estás padeciendo anquilosis dental?   Síntomas de la anquilosis dental Existen dos hechos diferenciados durante el proceso de desarrollo dental que pueden hacernos sospechar que podemos padecer anquilosis dental: En primer lugar si, cuando el niño se encuentra en edad de realizar el recambio dentario, existe una pieza que, a diferencia de sus adyacentes, no presenta movilidad alguna ni síntomas de caerse próximamente. En segundo lugar, en caso de que durante el proceso de desarrollo dental exista una pieza que, tras erupcionar, se encuentre a un nivel más bajo que el resto.   La anquilosis dental es asintomática, por lo que suele ser detectada por el especialista en una primera valoración dentaria. Ante la falta de movilidad de la pieza dental y la apariencia de mostrarse sumergida en la encía, el odontólogo se valdrá de la realización de distintas pruebas diagnósticas –radiografías panorámicas y periapicales– para realizar un diagnóstico preciso. En función del grado de severidad de esta afección, podemos distinguir tres tipos diferentes de anquilosis dental: Será un caso leve cuando exista una diferencia de 2 milímetros entre el plano oclusal de las piezas adyacentes y la afectada. Por el contrario, estaremos ante un caso de anquilosis dental moderada cuando se pueda observar contacto proximal con las piezas adyacentes. Por último, será severa cuando la pieza dental no haya erupcionado o no se observe contacto proximal con las piezas adyacentes. Causas de la anquilosis dental Si bien se desconocen las causas que pueden estar tras el origen de esta afección, existen una serie de factores que parecen estar relacionados con la aparición de la misma. Entre ellos, destacamos: Haber padecido procesos infecciosos que hayan afectado a la pieza dental y al hueso alveolar. Haber sufrido un fuerte traumatismo dental que haya tenido cierta incidencia sobre los distintos tejidos. Ejercer una fuerte presión de la lengua sobre las piezas dentales afectadas. La existencia de antecedentes familiares. Es decir, los especialistas insisten en la posibilidad de que la afección de la anquilosis dental tenga un componente genético que suponga una alteración en el correcto desarrollo de los distintos tejidos dentales.   Caso real de anquilosis dental ¿Qué consecuencias tiene la anquilosis dental? La anquilosis supone una serie de alteraciones en el correcto desarrollo dental en caso de que ésta afecte a una pieza dental temporal. En primer lugar, la fusión de la raíz con el hueso alveolar imposibilita el recambio dentario o lo retrasa cuantiosamente. Por este motivo, afecta al desarrollo habitual del proceso de erupción dentaria y también al crecimiento vertical del hueso alveolar.   Además, esta anomalía puede generar distintos problemas de oclusión y provocar, por tanto, molestias en la mordida: En primer lugar, la anquilosis supone la infraoclusión de la pieza afectada, erupcionando a un nivel inferior que el resto de piezas adyacentes. Por este motivo, no hace contacto con su homónimo de la otra arcada y provoca mordida abierta local en ese punto. Además, esta anomalía en puede originar malposiciones en las piezas adyacentes, que, ante la falta de contacto proximal, tienden a inclinarse hacia el espacio que ha dejado libre el diente afectado. Todas estas alteraciones hacen que resulte de vital importancia un diagnóstico precoz y una actuación a tiempo del especialista, de manera que se minoricen las consecuencias que puede tener está afección en nuestra salud dental. Tratamiento de la anquilosis dental La actuación temprana del odontopediatra está encaminada a detectar cualquier alteración en el proceso de desarrollo dental y prevenir, por tanto, las consecuencias que la anquilosis puede tener en la oclusión dentaria. La decisión que tome el especialista respecto al tratamiento más adecuado vendrá determinada por las consecuencias clínicas que puedan derivarse de la misma. En aquellos casos de infraoclusión en el que apenas se observen alteraciones a nivel oclusal y el diente permanente tenga un desarrollo normal, lo más habitual es esperar a que el proceso de recambio dentario culmine por sí mismo. Sin embargo, en caso de que la pieza anquilosada interfiera en el proceso eruptivo y pueda tener repercusiones negativas en la oclusión dental del paciente, el odontólogo pautará un tratamiento combinado de cirugía y ortodoncia. En primer lugar, el cirujano procederá a extraer el diente temporal. Posteriormente, el ortodoncista podrá optar por la colocación de un mantenedor de espacio para asegurar, de esta manera, la erupción de la pieza definitiva en la posición correcta. MANTENEDOR DE ESPACIO   Por el contrario, en caso de que la anquilosis dental afecte a una pieza permanente no será necesaria actuación alguna por parte del odontólogo. Si tienes alguna otra duda acerca de la anquilosis dental o quieres pedir una cita con nuestro equipo médico para que valoremos tu caso, te invitamos a ponerte en contacto con nosotros. Para ello, puedes rellenar el formulario de nuestra página web o, si lo prefieres, llamar al 91 599 6 36. ¡Te esperamos!

Cultura y curiosidades

Tengo un diente amarillo, ¿cómo puedo blanquearlo?

Cuando nos fijamos en alguien, la sonrisa –y los dientes– centran gran parte de la atención que depositamos en el rostro. Por ello, su apariencia juega un papel muy importante. Además de una forma, tamaño y posición indeseados, hay un aspecto estético que preocupa a nuestros pacientes especialmente: el color. Ninguna persona quiere lucir una sonrisa con dientes amarillos. Por eso, cuando los pacientes acuden a nuestra consulta interesados en unos dientes más blancos, tienen claro que uno de los tratamientos que pueden ayudarles a acabar con este complejo es el blanqueamiento dental. Y es que esta mejora que los pacientes creen que van a conseguir con este tratamiento está constatada. Según un artículo publicado en la revista científica Quality of Life Research, a los tres meses de haberse sometido al blanqueamiento, los pacientes ya han comenzado a percibir el impacto positivo que tiene éste en su propia percepción estética. Y, lo que es más, en su calidad de vida desde el punto de vista psicológico. Una vez otorgada al tratamiento la importancia que se merece, vamos a comenzar a desgranar cuáles son los diferentes medios que tenemos a nuestra disposición para blanquear la sonrisa. ¿Qué tipo de blanqueamiento dental necesito? Lo que muchas personas desconocen es que además del blanqueamiento externo tradicional que todos conocemos, existe el blanqueamiento interno. Por este motivo, es importante conocer las diferencias entre ambos. Aunque el dentista pueda determinar en la consulta cuáles son tus necesidades, es recomendable que, como paciente, acudas informado acerca de las características principales que existen entre ambos. Para ello, en el siguiente apartado te vamos a explicar cuáles son las diferencias entre el blanqueamiento interno y el blanqueamiento externo. Diferencias entre blanqueamiento interno y blanqueamiento externo A grandes rasgos, podemos decir que existen dos diferencias fundamentales entre los tipos de blanqueamientos mencionados. Vitalidad del diente Una de las diferencias entre el blanqueamiento dental interno y el externo es que el primero se realiza sobre dientes no vitales y el segundo sobre dientes vitales. Si lleváramos a cabo un blanqueamiento externo tradicional en un diente no vital, no obtendríamos ningún resultado. Esto se debe a que los factores responsables de las decoloraciones que hemos descrito previamente tienen lugar en la cámara pulpar. Por este motivo, el proceso blanqueador del diente tiene que llevarse a cabo desde dentro, es decir, desde las estructuras internas de la pieza dental. Número de dientes Otra de las diferencias entre ambos tratamientos es que el blanqueamiento externo se realiza sobre el conjunto de los dientes, a excepción de los molares, ya que estas últimas piezas dentales son menos visibles. Por su parte, el interno se practica de manera localizada, en aquellos dientes que han sufrido una decoloración cuyo origen está localizado en la cámara pulpar. Una vez dicho esto, es necesario aclarar que ambos tratamientos son compatibles y que muchas personas prefieren combinarlos para obtener mejores resultados. ¿Qué es el blanqueamiento dental interno? Ahora que hemos realizado las distinciones correspondientes, vamos a explicar con detalle qué es el blanqueamiento interno. El blanqueamiento interno es un tratamiento que se lleva a cabo únicamente en dientes que han sido previamente sometidos a una endodoncia o, lo que es lo mismo, no vitales. Este procedimiento permite devolver el color blanco a piezas dentales que, por diferentes motivos, han sufrido una decoloración. A grandes rasgos, esta técnica consiste en la aplicación de un producto blanqueador dentro del propio diente. Aunque se puede realizar en cualquier pieza dental endodonciada, se lleva a cabo en el sector anterior sobre todo, por ser el más visible. Dicho sector anterior incluye los incisivos (centrales y laterales) y los colmillos. Además, una de las principales ventajas de este procedimiento es que es mínimamente invasivo, ya que el proceso blanqueador no lesiona ni merma los dientes. El color oscuro puede aparecer tras una endodoncia o después de que el diente haya sufrido un traumatismo ¿Por qué tengo un diente amarillo? Hay distintos motivos por los que una persona se somete a un blanqueamiento interno. Por un lado, la desvitalización del diente puede producirse tras una endodoncia, ya que cuando se “mata el nervio” la pieza dental tiende a cambiar de color con el tiempo. Además, el oscurecimiento asociado al tratamiento endodóntico también puede deberse a un fallo durante el procedimiento, a que éste se haya realizado de manera incompleta o a la utilización de materiales pigmentantes. Por otro lado, el color oscuro también puede ser consecuencia de un traumatismo recibido en el diente, que tras el impacto se ha necrosado y ha cambiado su tono.   BLANQUEAMIENTO INTERNO – ANTES BLANQUEAMIENTO INTERNO – DESPUÉS ¿Los dientes amarillos tienen solución? Los dientes amarillos son un motivo de preocupación para muchas personas, especialmente cuando no saben a qué se debe. Como acabamos de mencionar, en muchos casos, la decoloración se debe a un golpe recibido hace años -durante la infancia o la adolescencia- y el paciente no es capaz de acordarse. Sin embargo, te recomiendo que ni te preocupes ni obsesiones con tener unos dientes blancos. Afortunadamente, la Odontología moderna tiene soluciones para prácticamente cualquier necesidad, por lo que esto no es una excepción. Cómo aclarar el diente: tratamiento paso a paso Como ya hemos mencionado anteriormente, el requisito fundamental para poder llevar a cabo un blanqueamiento interno es que el diente haya sido endodonciado. Además, es imprescindible que dicho procedimiento se haya realizado correctamente, sin ningún fallo que comprometa el tratamiento blanqueador. Los pasos que llevamos a cabo en nuestra clínica para blanquear un diente son los siguientes: Diagnóstico y estudio inicial En esta primera fase es muy importante determinar el origen de la decoloración y el estado actual del diente. Para ello, nos apoyamos en fotografías y pruebas radiográficas. Toma de color Mediante una guía de colores se registra el tono de los dientes. Apertura de la cavidad Se abre la cavidad pulpar en la que se ha realizado la endodoncia. Limpieza de la cámara pulpar Se retiran los restos de tejido necrótico y materiales pigmentantes para dejar limpio el diente. Aplicación del gel blanqueador Se introduce el producto dentro de la cámara pulpar. Sellado con un cemento provisional Con el sellado se da por finalizada la primera sesión del procedimiento blanqueador del diente. Durante los días siguientes, el gel hará su efecto y pasada una semana el paciente acudirá a revisión. Revisión Retiramos la obturación provisional y el gel blanqueador. Valoramos el color resultante

Cultura y curiosidades

Pulpa dental: ¿por qué se infecta?

La pulpa dental es uno de los componentes de la compleja estructura de nuestros dientes. Su integridad se puede ver amenazada por la acción de fuertes traumatismos o de caries avanzadas.En el presente artículo te contaremos qué es exactamente la pulpa dental, por qué se puede ver afectada y qué tratamientos son los adecuados en estos casos.   Estructura del diente Los dientes son estructuras complejas que posibilitan, entre otras, las funciones de masticación de los alimentos o la pronunciación de los distintos fonemas. Se encuentran unidos al maxilar a través del periodonto, y en su estructura podemos distinguir una parte visible y una invisible. En el caso de los dientes sanos, la estructura visible la conforma la corona, mientras que la parte no visible la integran el cuello y la raíz del diente. Una pieza dental se compone, por lo tanto, de las siguientes partes: La corona dentaria es la parte visible de la dentadura de las personas que gozan de una perfecta salud dental. Su forma determina la función de cada pieza. Gracias a las mismas, podemos llevar a cabo las funciones de masticación y trituración de los alimentos. El borde de la encía es la unión de las piezas dentales con la mucosa. Es en esta zona en la que se tiende a acumular bacterias y restos de comida que, en caso de no ser removidos de la manera debida, dan lugar a la afección de las enfermedades periodontales -gingivitis o periodontitis-. La raíz dental es la parte del diente insertada en el hueso alveolar. Su función es la de soportar el diente. Se encuentra anclada en el hueso maxilar o de la mandíbula. Un diente puede tener una raíz -como es el caso de los caninos y los incisivos- o varias -premolares y molares-. Además, el diente está formado por distintas capas. Entre las mismas, podemos distinguir: El esmalte dental es una capa mineralizada de gran dureza que recubre las coronas dentales. Su función es proteger la dentina de la acción de los agentes patógenos. El mismo puede sufrir cierto desgaste derivado de una mala higiene bucodental o de agentes abrasivos, dando lugar, por ejemplo, a la formación de caries. La dentina se encuentra situada debajo del esmalte. Está formada por una gran cantidad de túbulos que la conectan directamente con la pulpa dental -o nervio-. Es la encargada de mitigar los golpes y las distintas presiones que padece la pieza dental, y su deterioro puede generar molestias derivadas, por ejemplo, de la sensibilidad dental. El cemento forma parte del periodonto. Se trata de una fina capa cuya función es de cubrir la superficie de la raíz dental. Localizada dentro de la cámara pulpar, la pulpa dental es un tejido conectivo blando compuesto de nervios y vasos sanguíneos. Se encuentra recubierta de otras capas -dentina y esmalte- que la protegen frente a amenazas externas.   ESTRUCTURA DEL DIENTE   Ahora ya hemos entendido la estructura del diente y qué lugar ocupa la pulpa en la misma, pero ¿cuál es su función? Funciones de la pulpa dental Como hemos comentado anteriormente, en la pulpa dental se insertan los vasos sanguíneos y las fibras nerviosas. Su función, por tanto, es la de enviar una señal sensorial en el caso de que la pieza esté sufriendo algún tipo de daño. Pero, además, cumple otra función fundamental durante la etapa de desarrollo de los dientes: es la encargada de nutrir las piezas dentales y de formar la dentina. Una vez la pieza definitiva se ha desarrollado por completo, no es necesaria la acción de la pulpa para que ésta se mantenga estable. En algunas ocasiones, ciertas afecciones o la acción de agentes patógenos pueden causar el daño de la estructura dentaria, quedando expuesta pulpa dental -o nervio-. ¿Qué puede causar el daño de la pulpa dental? La pulpa dental puede verse afectada siempre que la estructura dentaria se ve comprometida. Dos de las causas más comunes es la aparición de caries o la afección de las enfermedades periodontales en estado muy avanzado. Ambas afecciones tienen una causa común: una higiene bucodental poco rigurosa. Pero, además, existen otras causas diversas que pueden tener cierta repercusión en el daño de la pulpa -o nervio-: La erosión dental, muchas veces originada por el bruxismo. La abrasión dental, a causa de la acción repetitiva de elementos nocivos para el esmalte sobre la superficie de los dientes. La aparición de una fisura o fractura en la pieza dental a causa de un fuerte traumatismo. Tratamientos odontológicos que no han sido llevados a cabo con rigor como, por ejemplo, una obturación o una reconstrucción que no se ha realizado con éxito.   CASO DE FRACTURA DENTARIA Afecciones más comunes en torno a la pulpa dental El daño en la pulpa dental podemos dividirlo en reversible y no reversible, y las consecuencias que se desprenden del mismo pueden variar entre una ligera sensibilidad dental y la pérdida de la pieza dental a causa de la muerte del nervio. A continuación, te detallamos las afecciones más comunes relativas a la pulpa dental. Pulpitis dental reversible La pulpitis dental reversible es una leve inflamación del nervio que, en muchos casos, puede ser asintomática. En algunas ocasiones puede suponer cierta sensibilidad dental ante determinados estímulos tales como unas comidas o bebidas muy frías o calientes, o con un alto contenido en azúcar. En aquellas ocasiones en las que las molestias generadas por la sensibilidad dental responden a una inflamación del nervio, las mismas remiten una vez ha desaparecido el estímulo. Sin embargo, la sensibilidad dental no responde únicamente a la infección del nervio. En algunos casos, ésta está causada por un daño de la estructura dentaria en el que el esmalte se ha debilitado y la dentina queda expuesta. En casos de pulpitis reversible, el tratamiento radica en eliminar la causa que genera esta sensibilidad. Un ejemplo de ello puede ser una obturación de una caries que afecta a una pieza dental, por ejemplo. Por el contrario, en casos de pulpitis más avanzadas, esta molestia persiste durante un periodo de tiempo una vez el estímulo que la genera ha desaparecido. Es entonces cuando estamos ante un caso de pulpitis irreversible. Pulpitis dental irreversible

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Apicectomía: ¿cuándo está indicada?

En la mayor parte de los casos, la endodoncia es el tratamiento indicado para tratar una infección del tejido pulpar -o nervio-. Sin embargo, en algunas ocasiones este procedimiento fracasa o resulta insuficiente. En estos casos, los especialistas recurren a la realización de una apicectomía para tratar el proceso infeccioso.En el presente artículo te contaremos en qué consiste este tratamiento, en qué casos está indicado y qué cuidados debes tener después del tratamiento.   ¿Qué es una apicectomía? La apicectomía, también conocida como cirugía endodóntica, es un procedimiento quirúrgico que se realiza para tratar un proceso infeccioso presente en la raíz dental y en los tejidos adyacentes a la misma. ¿Cuándo está indicada la realización de una apicectomía? La endodoncia es un tratamiento propio de la odontología conservadora. Se realiza cuando se ve afectado el nervio dental, bien a causa de una caries extensa que ha supuesto una pérdida de gran parte de la estructura dentaria -llegando a dañar el mismo-, o por la acción de un fuerte traumatismo. En algunos casos, la infección llega hasta la punta de la raíz del diente. Estos procesos suponen, en muchas ocasiones, la aparición de una fístula, un pequeño quiste -o granuloma- en la misma. El procedimiento endodóntico -también conocido como tratamiento de conductos- consiste en la eliminación del paquete vasculonervioso presente dentro de la raíz del diente con el objetivo de erradicar la infección y preservar la pieza en boca.   PROCESO DE UNA ENDODONCIA   En procesos infecciosos en los que el tratamiento endodóntico ha fracasado, o en el caso de que no se pueda acceder con facilidad a la raíz dental, el especialista optará por la realización de una apicectomía. Pero, además, existen una serie de factores que inducen a la realización de este tipo de tratamiento: En piezas dentales que ya cuentan con falsos conductos o en los que los mismos presentan alguna fractura, quedando los materiales propios del procedimiento endodóntico ubicados en el interior del diente Procesos infecciosos agudos que presentan un sangrado abundante Si se ha visto afectado el hueso de soporte En caso de que exista un daño extenso de la raíz dental Si el área en la que ha cursado la infección se sitúa próxima al seno maxilar Sin embargo, la apicectomía es un tratamiento que no está indicado en una serie de casos. ¿Cuándo está contraindicada una apicectomía? Los especialistas no realizarán una apicectomía cuando confluya alguno de los siguientes factores: Una enfermedad periodontal muy avanzada El paciente padezca hipertensión o enfermedades sistémicas tales como endocarditis o diabetes no controlada El paciente padezca problemas de coagulación que puedan revertir en hemorragias no controladas En caso de que presente fracturas longitudinales en la pieza dental o que ésta se sitúe próxima al seno maxilar Por este motivo, los odontólogos insisten en la importancia de realizar un buen diagnóstico del caso. De esta manera, se realizan radiografías que permitan examinar la pieza afectada y el tejido adyacente a la misma. Además, recalcan la relevancia de revisar el historial médico del paciente antes de abordar una apicectomía, estudiando exhaustivamente tanto las diferentes patologías que ha padecido como la medicación recetada para mitigar las molestias de las mismas. Una vez se entiende que este procedimiento quirúrgico es la mejor opción para conservar la pieza dental en boca, ¿cómo se realiza la apicectomía? El tratamiento: apicectomía paso a paso La apicectomía comienza con la aplicación de un anestésico a nivel local que permite insensibilizar la pieza dental afectada y la zona de tejido adyacente a la misma. El especialista realizará una pequeña incisión en la encía en el área próxima a la infección, eliminando la cantidad de hueso precisa para poder acceder a través de la misma a la punta de la raíz -o ápice-. En este punto, se realiza un corte con el fin de extraer el ápice y se drenan los tejidos afectados. A continuación, el conducto de la pieza dental se sella con MTA (material trióxido agregado) con el fin de evitar la afección de futuras infecciones. Finalmente, se sutura la incisión realizada en la encía que, con el tiempo, irá regenerándose hasta volver a su estado de salubridad completa.   PROCEDIMIENTO DE UNA APICECTOMÍA   De una duración estimada entre los 60 y los 90 minutos, la apicectomía es un procedimiento sencillo. Para su realización está indicado el empleo de un microscopio quirúrgico que permita examinar con éxito los conductos de la pieza. Su tasa de éxito es muy elevada. Sólo en algunos casos en los que la raíz presenta una ligera grieta o una pequeña fractura puede producirse un fracaso del mismo, siendo obligada entonces la extracción dentaria. Postoperatorio de una apicectomía: ¿qué complicaciones existen? Podemos afirmar que la apicectomía no duele: se trata de una cirugía mínimamente invasiva realizada bajo anestesia local que, posteriormente, generará escasas molestias al paciente en caso de que éste siga las recomendaciones del odontólogo. En las horas siguientes a la intervención es habitual sentir una ligera inflamación en la zona. Por lo tanto, la sensación de molestia e hinchazón es frecuente. Para reducir esta inflamación el especialista que aborde el caso recomendará la ingesta de analgésicos o antiinflamatorios, así como de antibióticos para evitar posibles infecciones. Las suturas pasarán desapercibidas transcurridas dos semanas desde la intervención, y los tejidos se regenerarán transcurridos 6 meses aproximadamente.   La apicectomía es una cirugía mínimamente invasiva que apenas generará molestias posteriores al paciente ¿Qué cuidados debes tener después de una apicectomía? Para garantizar el éxito del tratamiento, los especialistas establecen una serie de cuidados que pueden colaborar en una buena recuperación tras el procedimiento quirúrgico. Durante las horas siguientes a la intervención aplica frío de forma intermitente en la zona afectada para bajar la inflamación de la misma. Sigue una dieta blanda y a base de alimentos fríos durante las 24 horas posteriores a la cirugía, e intenta no masticar con la piza dental afectada y las que se encuentran próximas a la misma. Evita, en la medida de lo posible, fumar en las horas siguientes a la intervención. Además, debes recordar que la ingesta de alcohol dificulta la cicatrización de la herida. CUIDADOS DESPUÉS DE UNA APICECTOMÍA No realices actividades deportivas o que supongan un esfuerzo físico, e intenta reposar en las horas siguientes a la operación. Recuerda la importancia de mantener la cabeza ligeramente levantada. Para

Bruxismo y ATM

¿Qué es el trismus dental? Causas y tratamiento

En ciertas ocasiones, algunas personas manifiestan ciertas dificultades a la hora de abrir la boca con normalidad. Si esta es tu situación, seguramente no conocerás esta afección por su nombre técnico, pero posiblemente estés padeciendo trismus dental.De causas diversas, sus síntomas pueden pasar desapercibidos en un inicio si se presentan de forma gradual o, por el contrario, manifestarse de repente. En este artículo te detallaremos cuáles son los posibles orígenes de esta condición y cuál es el tratamiento más adecuado en cada caso.   ¿Qué es el trismus dental? El trismus –o trismo- dental es la incapacidad para abrir la boca por completo. Se trata de un síntoma resultante de diferentes causas que puede informar al especialista de distintas afecciones, no de una enfermedad como tal. Está favorecida por la contracción de manera constante e inconsciente de los músculos mandibulares, especialmente de aquellos empleados en la masticación. Habitualmente, una persona tiene la capacidad de abrir la boca una distancia comprendida entre 40 y 50 milímetros. Para hacer un primer diagnóstico, los especialistas recomiendan hacer la conocida como prueba de los tres dedos. La persona deberá ser capaz de abrir la cavidad bucal de manera que pueda introducir tres dedos entre los incisivos centrales superiores e inferiores. En caso contrario, entenderá que su capacidad para abrir la boca está mermada.     PRUEBA DE LOS TRES DEDOS ¿Qué síntomas presenta el trismus dental? El trismo dental responde a una serie de síntomas que, en algunas ocasiones, pueden aparecer de manera gradual. De esta forma, hay personas que no notifican esta molestia hasta que la apertura bucal es inferior a 20 milímetros. Los síntomas inequívocos del trismo son los siguientes: Dificultad para abrir la boca con normalidad Dolor, hinchazón o cierta rigidez mandibular Molestias a la hora de masticar o tragar los alimentos, así como en las rutinas de higiene oral Dificultades en el habla Al igual que los síntomas acusados por las personas que lo padecen, las causas que pueden originar esta condición también son diversas. Causas del trismus dental Cuando una persona acusa dificultades a la hora de abrir la boca, éstas se achacan a problemas derivados de los músculos responsables de permitir una completa apertura bucal. Esta anomalía en la movilidad de la articulación mandibular puede estar motivada por las siguientes causas: Traumatismo provocado por un fuerte golpe que haya afectado a los músculos faciales. Procedimiento quirúrgico en la zona adyacente: cuello, cara, mandíbula. Cirugías en las que el paciente haya permanecido con la boca abierta durante un largo periodo de tiempo. Un ejemplo de ello serían las cirugías de extracción de una muela del juicio. Procesos infecciosos tales como el tétanos, que provoca contracciones súbitas de los músculos faciales, o la otitis.   LA OTITIS ES UNA DE LAS CAUSAS DEL TRISMUS Presencia de un tumor en el área mandibular o la aplicación de un tratamiento de radioterapia o quimioterapia en la zona Dolor muscular o sobrecargas en la articulación temporomandibular –ATM- producidas tras apretar fuertemente la mandíbula o rechinar los dientes –bruxismo- a causa, entre otros motivos, de altos niveles de estrés Trastornos del sistema nervioso central –personas que han sufrido un infarto, por ejemplo-, enfermedades neurológicas como el Parkinson o enfermedades autoinmunes tales como el lupus o la artritis Hemorragias internas motivadas por una anestesia local que ha dañado el tejido muscular o un vaso sanguíneo ¿Qué consecuencias tiene el trismo dental? Las personas que presentan una incapacidad para abrir la boca con normalidad experimentan molestias a nivel local que pueden tener repercusiones en su estado de salud general. En primer lugar, encuentran sus primeras limitaciones a la hora de alimentarse. El trismus puede generar cierta incomodidad tanto a la hora de masticar como de deglutir los alimentos. Por este motivo, puede afectar a la nutrición de la persona que lo padece. Además, el hecho de no poder abrir la boca con normalidad repercute también en la higiene bucodental: dificulta el acceso del cepillo a todos los recovecos de la boca, provocando el acúmulo de placa y favoreciendo la afección de caries o de enfermedades de las encías –gingivitis y periodontitis-.     CARIES PROVOCADA POR HIGIENE DEFICITARIA Por último, también afecta negativamente a la autoestima de las personas: el trismo bucal genera problemas en el habla, afectando no solo a las relaciones laborales, sino también personales de quien lo padece. ¿Cuánto dura el trismus dental? La duración del trismus dental depende fundamentalmente de su origen. Por ejemplo, aquellos episodios motivados por mantener la boca abierta durante un largo periodo de tiempo –a causa de una cirugía -, remitirán de forma más rápida que los originados por un tratamiento de radioterapia, por ejemplo, en la zona. Por ello, es importante que, ante molestias derivadas de la incapacidad para abrir la boca completamente, acudas al especialista. Éste diagnosticará la causa del trismo y determinará el tratamiento más adecuado en cada caso. Tratamientos para el trismo dental En primer lugar, el especialista deberá analizar debidamente el caso para determinar el origen del trismo y pautar un tratamiento adecuado. Los remedios para mitigar los efectos del trismus son muy variados en función del motivo de su causa. En la mayoría de las ocasiones, bastará con pautar una serie de ejercicios que, siempre bajo la supervisión de un odontólogo o maxilofacial, están destinados a permitir de manera progresiva una mayor apertura bucal. Te interesará »  Endocarditis bacteriana: ¿qué es y cómo se previene? En algunos casos más severos, el médico considerará oportuna la ingesta de analgésicos, relajantes musculares o antiinflamatorios que alivien las molestias y faciliten la consecución de estos ejercicios. Además, existe una serie de dispositivos auxiliares que colaboran a acelerar el proceso de rehabilitación, así como fisioterapia destinada a aliviar estas molestias –masajes que ayudan a una pronta recuperación-. TRATAMIENTO DE FISIOTERAPIA PARA EL TRISMUS DENTAL   Sin embargo, en algunas ocasiones las terapias fisioterapéuticas y los ejercicios no tienen efecto alguno en la mejora de esta condición. Tal es el caso, por ejemplo, de los trismus causados por procedimientos infecciosos. En estos casos, el especialista recomendará tratamientos antibióticos y drenajes. Por último, cuando el trismo bucal sea consecuencia de un cáncer oral, el paciente deberá someterse a procesos quirúrgicos que erradiquen por completo el origen de su causa.

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5 consecuencias de la falta de dientes

Perder uno o varios dientes afecta gravemente nuestra sonrisa, tanto a nivel estético como funcional. ¿Qué consecuencias tiene la falta de dientes? Pero, ¿Cuál es el origen de la pérdida dental? Estos son los factores que pueden provocar la pérdida de uno o varios dientes: Enfermedad bucodental avanzada. Caries, periodontitis… hay diversas patologías bucodentales que, en sus fases más avanzadas, destruyen los soportes y tejidos internos del diente. Esto provoca que no pueda regenerarse por sí mismo ni pueda salvarse, de modo que se procede a una exodoncia. Golpe o traumatismo. Al practicar deporte o bien por un accidente, podemos sufrir golpes que provoquen la pérdida del diente. En otros casos los golpes generan fracturas que, con el tiempo, se extienden y rompen el diente. Consecuencias de perder uno o varios dientes La falta de uno o varios dientes provoca todo tipo de inconvenientes para la salud dental, tanto a nivel estético como funcional: Problemas a nivel estético 1. La falta de dientes provoca problemas evidentes a nivel estético. En función del diente perdido, al sonreír puede verse el agujero de este diente que falta. Esto puede provocar grandes complejos al sonreír. Por otro lado, la falta de dientes favorece la acumulación de biofilm oral. Por ello es más fácil la formación de sarro alrededor de otros dientes, que también altera la imagen de la sonrisa. 2. Además la pérdida ósea que conlleva la falta de dientes provoca, con el paso del tiempo, la deformación de los rasgos faciales. La principal consecuencia es el hundimiento del labio. Problemas a nivel funcional Son muchos los pacientes preocupados por los efectos estéticos de la falta de dientes, pero los más graves suelen darse a nivel funcional: 3. Problemas de masticación. La falta de uno o varios dientes tiene consecuencias sobre la dentadura y puede provocar la mala trituración de los alimentos. Esto también puede provocar problemas sobre las encías, que hacen más esfuerzo. 4. Pérdida de hueso. Es una de las principales consecuencias de la pérdida de dientes. Si la pieza perdida no se sustituye cuanto antes, se pierde más hueso maxilar y se acelera el desgaste dental. 5. Movilidad dental. El espacio que deja un diente perdido puede provocar con el tiempo que el resto de piezas dentales se muevan. ¿Cómo solucionar la falta de dientes? Hay diversas opciones para solucionar la pérdida de una o varias piezas dentales: Puentes fijos. Los puentes son prótesis dentales parciales que se apoyan en los dientes sanos. Este tratamiento conlleva tallar mínimamente los dientes sanos, para facilitar su colocación. Prótesis dentales. Las prótesis pueden ser fijas o removibles. Las prótesis removibles se retiran a diario y se fijan mediante la adhesión. En caso de perder la mayoría de dientes, el dentista puede recomendar la colocación de una prótesis dental completa y fija. Son un tratamiento más rápido y sencillo, aunque puede dar problemas con el tiempo. Implantes dentales. Un implante es una pieza de titanio que se coloca en la raíz del diente mediante el proceso de osteointegración. De este modo, resulta totalmente imperceptible y devuelve la estética y la funcionalidad a la sonrisa. Ventajas de los implantes dentales: Los implantes dentales son el tratamiento más aconsejado en caso de pérdida dental, porque conllevan todo tipo de ventajas: Resultado natural. A pesar de llevar un implante, el resultado es una boca con aspecto natural. Además, el implante no compromete ni la estética ni la funcionalidad del resto de piezas dentales. Otros tratamientos (como los puentes dentales) necesitan las otras piezas para soportar la prótesis. Opción más segura. El implante dental es la solución más segura para sustituir un diente perdido. La ausencia de dientes acelera el envejecimiento facial, porque favorece la pérdida ósea. Así, con los implantes dentales tu boca lucirá un aspecto más sano y rejuvenecido. Pueden durar mucho tiempo. El implante dental tiende menos al desgaste que otros tratamientos. Al reemplazar el diente desde la raíz, se conserva en buen estado durante más tiempo. Adaptación. Los implantes dentales se integran con más rapidez al hueso. Además, con este tratamiento las encías no se retraen. Si bien hay casos en los que el cuerpo puede rechazar el implante, no es lo más común. Este tipo de implante garantiza una buena adaptación a la boca de los pacientes. Limpieza. Los implantes son sencillos de limpiar y resultan muy estéticos para el paciente. Las técnicas de limpieza bucal son las mismas que en los dientes naturales. Duración. Los implantes dentales pueden durar toda la vida. No obstante, para conseguirlo hay que cuidarlos correctamente. Conviene mantener una buena higiene oral y visitar con frecuencia el odontólogo. Si no cuidamos los implantes pueden surgir infecciones y inflamaciones, como la mucosisits o la periimplantitis. En las clínica dental SanCal aplicamos las técnicas más avanzadas en implantología. Si has perdido uno o varios dientes no dudes en acudir a nuestros profesionales. Después del tratamiento con implantes volverás a sonreír y comer sin recordar que llevas uno.

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¿Cuál es el tratamiento para un flemón dental?

 El flemón o absceso dental es uno de los problemas bucales más comunes entre la población. De hecho, si has tenido la suerte de no padecerlo seguro que conoces a alguien que sí que lo ha sufrido. A pesar de la relativa frecuencia con la que se presenta, no deja de ser una de las afecciones más molestas y dolorosas para cualquier paciente. Dicho esto, ¿sabes cuáles son sus causas y qué debes hacer para evitar  que aparezca? ¿Qué es un flemón dental? Un flemón dental es una inflamación localizada en la encía producida por una infección bacteriana que se origina en un diente, accede a la pulpa y llega hasta su raíz. Cuando esto sucede, se forma un depósito de pus y se inflama el tejido blando de la zona. La importancia de eliminar la infección con un tratamiento odontológico adecuado reside en la capacidad de las bacterias de llegar hasta los huesos que soportan el diente. Lo más habitual es que el flemón tenga su origen en una caries no tratada, una periodontitis o un traumatismo. ¿Cuáles son sus causas? Las principales causas por las que puede aparecer un flemón son las siguientes: Caries no tratadas Enfermedad periodontal (periodontitis) Traumatismos que provocan la fractura del diente Para evitar la aparición de un absceso lo primero que debemos hacer es extremar nuestra higiene bucodental, lo que incluye el cepillado después de cada comida así como el uso de seda dental y enjuague. Además, es importante realizar visitas periódicas al dentista (una o dos veces al año) y estar atentos a cada señal que nos dé nuestra boca en forma de molestia o dolor. Ante cualquier indicio que tengamos, lo mejor es ser revisados por un profesional lo antes posible. Por ejemplo, es más sencillo y económico realizar un empaste que eliminar un flemón, ya que además de ser muy doloroso, suele conllevar un tratamiento farmacológico y una endodoncia.   COMO ES FLEMON DENTAL ¿Qué síntomas presenta un flemón? Aunque los síntomas pueden variar según la gravedad y el caso de cada persona, los más habituales son: Dolor intenso y punzante: normalmente aparece de forma repentina y puede manifestarse tanto en reposo como al morder o tocar la zona afectada Sensibilidad al ingerir bebidas o alimentos fríos o calientes Mal sabor de boca o halitosis Inflamación en la cara o las mejillas Malestar general Fiebre Dificultades al comer o abrir la boca ¿Qué tratamiento debo seguir? Si crees que tienes un flemón y padeces alguno de los síntomas anteriormente mencionados, lo más recomendable es que acudas a la consulta del odontólogo general lo antes posible. Te interesará »  Tengo infección de muela: ¿cómo la curo y qué complicaciones puede dar? Solamente de esta manera el profesional podrá determinar cuál es el origen del absceso y curar la infección mediante un tratamiento específico. De cualquier otra manera, no se eliminará definitivamente y volverá a aparecer reiteradamente. Lo más habitual es que el dentista actúe en dos fases para tratar el flemón: 1. En una primera consulta, el odontólogo receta antibióticos (para eliminar la infección) y antiinflamatorios (para quitar el dolor y la hinchazón) 2. En una segunda consulta, el dentista valora el efecto conseguido con el tratamiento pautado y determina si es necesario llevar a cabo un procedimiento adicional para tratar la causa que originó el flemón. En muchas ocasiones, es necesario realizar una endodoncia. Como puedes ver, el tratamiento para eliminar un flemón dental no es únicamente farmacológico sino que complementariamente se debe atacar la causa directa que provocó su aparición. Sin embargo, también es importante señalar que la infección debe haber remitido para cuando se realice dicho procedimiento adicional. Tratamiento para un flemón en la Clínica Dental SanCal Si necesitas tratamiento para un flemón dental puedes acudir a nuestra consulta para que valoremos tu caso. La Dra. Sánchez,  profesional especializada en Odontología General estudiará tu estado de salud bucodental y podrá poner solución al problema. Pide tu cita

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Traumatismo dental: ¿qué hacer tras recibir un fuerte golpe en los dientes?

Quien tiene niños cerca o practica deportes como el fútbol o el rugby lo sabe: los traumatismos dentales constituyen, junto con la caries, una de las urgencias dentales más comunes.Y es que los fuertes golpes en la boca suelen tener consecuencias en nuestra dentadura que debemos solucionar con rapidez: la viveza de la actuación del profesional que aborde el caso es fundamental en la reconstrucción y salvación de la pieza dental. Pero ¿qué es exactamente un traumatismo dental y en qué situaciones suele ser más común?   ¿Qué es un traumatismo dental? En muchas ocasiones, los fuertes golpes en la cavidad oral provocan lesiones en los dientes y en los tejidos blandos de la boca. Éstos pueden ser consecuencia de una fuerte colisión causada por un accidente, una caída aparatosa o debido a la práctica de deportes de contacto. Si bien hay casos en los que únicamente se ve dañado el esmalte de la pieza, el golpe puede provocar desde la fractura de la pieza dental al desplazamiento o avulsión – caída- de la misma. ¿Quién suele verse afectado por un traumatismo en las piezas dentales? Normalmente, los traumatismos dentales se deben a contusiones provocadas por fuertes golpes derivados de la práctica de deportes de contacto o de juegos bruscos. Su incidencia, aunque también es común entre los adultos, es especialmente notable entre la población infantil, fundamentalmente en niños con edades comprendidas entre los 6 y los 12 años. Es a estas edades cuando son más habituales las caídas producto de la práctica de actividades tales como montar en bicicleta o en monopatín, que ponen en riesgo la salud de nuestros dientes.   Si nos centramos en el caso de traumatismos dentales en bebés, igualmente frecuentes, los achacaríamos a las lesiones sufridas como consecuencia de caídas propias de la época en la que el niño pasa de ser completamente dependiente a caminar y tener, por tanto, cierta autonomía. Es durante el proceso de desarrollo motor cuando las caídas se vuelven habituales. Según vamos avanzando en la edad de aquellos que se ven afectados por un traumatismo dental, podemos destacar las disputas típicas de adolescentes o los accidentes automovilísticos como otras posibles causas frecuentes de los traumatismos en los dientes. Además, también pueden verse afectados por los mismos personas con problemas de movilidad que son, por tanto, más proclives a caerse, o personas que sufren ataques epilépticos. Los traumatismos dentales suelen afectar, mayoritariamente, a los incisivos centrales de la arcada superior. Es decir, a las piezas que reciben el fuerte golpe que causa el traumatismo. Debemos hacer hincapié en el hecho de que aquellas personas con malposiciones en los huesos maxilares son más proclives a sufrir un daño en los dientes. El hecho de que el maxilar sobresalga de manera inusual supone la pérdida de la protección del labio y, por tanto, una mayor posibilidad de sufrir un traumatismo dental.   Además, existen anomalías en el desarrollo normal de la estructura dentaria que favorecen los traumatismos dentales. Entre estas afecciones, destacan la amelogénesis imperfecta –anomalía en el crecimiento del esmalte que tiene lugar durante el desarrollo dentario- o la dentinogénesis imperfecta –una afección de carácter hereditario que afecta al desarrollo normal de la estructura de la dentina-. La debilidad del esmalte no sólo afecta a la apariencia del diente, sino que también compromete la protección del mismo frente a la acción de las bacterias que anidan en la boca o, en este caso, de fuertes golpes. ¿Qué debemos hacer ante un fuerte golpe en los dientes? En muchos casos, el daño derivado de un traumatismo dental es fácilmente perceptible a simple vista mientras que, en otras ocasiones, la afección de la pieza es bastante más severa de la que se aprecia en un primer momento. En caso de que no seamos conscientes del daño a simple vista, debemos tener cuidado si observamos ciertos síntomas como, por ejemplo, un dolor puntual a la hora de morder o de consumir ciertos alimentos. Sufrir un duro golpe en la cavidad oral puede tener consecuencias muy variadas que oscilan desde un daño mínimo del esmalte a la fractura o pérdida de la pieza dental. En todos los casos, es necesaria la evaluación y actuación rápida de un especialista, que valorará la gravedad del golpe y, también, si hay daños imperceptibles a simple vista en los dientes adyacentes.   ¿Qué consecuencias tiene un traumatismo en una pieza dental? Un fuerte golpe puede tener numerosas consecuencias en nuestra boca: Puede provocar movilidad dentaria. Una pieza dental puede modificar su posición inicial en la arcada. Se puede producir la intrusión de la pieza dental, dañando los tejidos de soporte. Daño en los huesos maxilares e, incluso, fractura de los mismos. Heridas en la lengua o en los labios. Daño o caída de nuestros dientes. Dependiendo del daño que sufra la pieza dental, podemos distinguir cuatro consecuencias diferentes en nuestros dientes: Afección del esmalte dental que, dependiendo de la gravedad de dicha afección, afectará también a la dentina de la pieza. Fractura coronaria -o rotura de la corona dental- que, en los casos más graves, puede llegar a afectar a la pulpa dental. Rotura de la corona y fractura radicular -de la raíz- del diente. Avulsión dentaria –o caída de la pieza dental-. Ante este amplio abanico de consecuencias, podemos distinguir varias maneras de actuación. ¿Qué tratamientos son los más adecuados ante un traumatismo en el diente? En caso de una afección leve, es decir, de dientes astillados o de una rotura mínima de la corona, debemos conservar la parte del diente resultante de la fractura y llevarla a la consulta del especialista. El odontólogo tratará de unirla a la pieza dental y, en caso de que no sea posible, intentará restaurar la pieza con composite o, en su defecto, con un tratamiento de carillas. Cuando, a causa del traumatismo dental, se ha fracturado buena parte de la corona dentaria, se recurre a la colocación de una corona. En estos casos, debemos tener en cuenta que si la pulpa dentaria ha sufrido algún daño, se deberá llevar a cabo anteriormente un tratamiento de conducto –o endodoncia-. Ante un pronóstico más grave en el que se haya dañado tanto

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Tengo infección de muela: ¿cómo la curo y qué complicaciones puede dar?

Quienes lo han padecido, dicen que el dolor de muelas es uno de los peores dolores que se pueden padecer. Se caracteriza por ser especialmente intenso, persistente y punzante. Y, hasta que se cura, tiene un gran protagonismo en la vida de la persona que lo sufre. El dolor de muelas puede responder a diferentes motivos. Lo más frecuente es que se deba a la aparición de las muelas del juicio -también llamadas cordales- o a la existencia de una infección. En este artículo, vamos a centrarnos en el dolor de muelas a causa de una infección.  A su vez, las infecciones a las que hacemos referencia pueden producirse en cualquier molar, incluidas las muelas del juicio. ¿Por qué se infecta una muela? La infección de cualquiera de nuestras piezas dentales se debe a un problema bacterianoque puede tener, a su vez, diferentes causas: Caries Si la caries no se trata, avanza y se complica su pronóstico. Es decir, las bacterias penetran en el interior del diente (pulpa) y llegan, incluso, a afectar al nervio. En el caso de que se produzca la afectación del nervio, la solución para tratar una caries ya no es un empaste dental -que sería lo habitual- sino una endodoncia o tratamiento de conducto. Enfermedad periodontal (gingivitis y periodontitis) Cuando la gingivitis no se trata, se transforma en una periodontitis, que es una patología que requiere un tratamiento más complejo. Si, a su vez, no nos ponemos en manos de un odontólogo especializado en Periodoncia, la periodontitis avanzará. Dicha enfermedad dará lugar a la destrucción del hueso mandibular -que causa la pérdida de dientes- y a lo que conocemos como bolsas periodontales. Éstas son depósitos que se forman en las encías y se hacen cada vez más grandes para acumular mayor cantidad de bacterias. Traumatismo Cuando un diente se rompe o se astilla por un golpe, también se vuelve vulnerable ante las bacterias. Esto sucede porque en la pieza dental se crea una grieta o un orificio que permite la contaminación de agentes externos. Es decir, esta abertura facilita la entrada de bacterias.   Lesión con objeto punzante En ocasiones, se tiene la costumbre de utilizar palillos o de mordisquear bolígrafos. Sin embargo, este tipo de hábitos -a menudo inconscientes- pueden dañar la salud de la boca. Si nos hacemos una herida, la zona queda expuesta y las bacterias pueden entrar en contacto con nuestra cavidad oral. El tratamiento para curar una muela infectada suele pasar por eliminar la infección mediante antibióticos, realizar una endodoncia o recurrir a una extracción (si es una muela del juicio) ¿Cuáles son los síntomas una infección? La infección de una muela se manifiesta con un absceso (inflamación y acumulación de pus) en la zona donde se encuentra dicha pieza dental.   Unido a ello, la persona experimenta un dolor agudo, persistente y punzante. Pero, además de estas consecuencias, que son compartidas en todos los casos, las muelas infectadas dan lugar a los siguientes síntomas: Dolor al masticar Sangrado de encía Dolor de oído Sabor amargo en la boca Halitosis o mal aliento Fiebre Sensibilidad de los dientes al calor y/o al frío Dolor de garganta Inflamación de los ganglios del cuello Mandíbula inflamada (si es una muela de la arcada inferior) Mejilla inflamada (si es una muela de la arcada superior)   Tratamiento: ¿cómo curar la infección de muela? Los tratamientos para curar las infecciones pueden variar en función de cuál sea el origen de ésta. Sin embargo, el primer paso -una vez contamos con un diagnóstico- es siempre controlar la infección para evitar mayores complicaciones. Y, de esta manera, calmar el dolor ybajar la hinchazón. Para eliminar la infección es necesario el uso de antibióticos recetados por el dentista. En este punto, es necesario recordar que no se debe tomar un antibiótico, o ningún otro tipo de medicamento, sin que haya sido prescrito por un médico u odontólogo. Además de antibióticos, nuestro dentista nos puede pautar medicación analgésica y recomendar enjuagues bucales para calmar el dolor. Una vez que tenemos la infección controlada, en la mayoría de los casos será prioritario tratar de conservar el diente. Para ello, se puede recurrir a una endodoncia o tratamiento de conducto. En cambio, habrá otras ocasiones en las que recurramos a la extracción. Esto puede suceder porque el dentista determina que la muela no se puede salvar o porque la infección afecta a una muela del juicio. Dado que las muelas del juicio no desempeñan un papel relevante en nuestra boca, lo habitual cuando causan problemas es extraerlas. Remedios caseros: ¿qué es bueno utilizar? En algunas ocasiones, nos sentimos tentados de buscar a través de Internet remedios caseros para nuestras dolencias. Sin embargo, es importante saber que no es recomendable intentar solucionar la infección de muelas sin un tratamiento supervisado por un odontólogo. Algunos de los remedios naturales que puedes encontrar en Internet pueden ser colocar sobre la zona algo de lo siguiente: aspirina, clavo en especia, bolsas de té, agua oxigenada, bicarbonato o alcohol.   Si embargo, muchos de estos remedios caseros pueden quemar los tejidos blandos de la boca (encía, parte interna de la mejilla, interior del labio y zona del paladar) si se colocan directamente en el área donde se encuentra la muela infectada. La aspirina es, probablemente, uno de los remedios más conocidos. Sin embargo, es importante saber que este medicamento es ácido acetilsalicílico, por lo que su componente ácido es especialmente peligroso para dichos tejidos blandos. Por su parte, hay otros remedios naturales como las bolsas de té o el clavo que pueden aliviar el dolor momentáneamente pero no sirven para curar la muela infectada. Por tanto, el tratamiento debe ser siempre profesional. Y, en el caso de que recibas alguna recomendación sobre un remedio casero, nuestro consejo es que consultes su uso con tu dentista antes de probarlo.   Complicaciones: ¿qué puede desencadenar una muela infectada? Una vez mencionados los tratamientos con los que se cura la infección de muela, es importante saber que sea cual sea el procedimiento adecuado, éste debe llevarse a cabo cuanto antes. De esta manera, estaremos tratando de evitar peligros y futuras complicaciones. Y es que, las consecuencias más habituales que conlleva la infección de una pieza dental son las siguientes: Pérdida de la muela La pérdida de la pieza dental se produce debido a la destrucción que causan las bacterias en las encías y el hueso maxilar.

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