Clínica Sancal

placa bacteriana

Buenos hábitos, Cultura y curiosidades, Prevención

¿Sabes cuál es la enfermedad bucodental más común y cómo prevenirla?

Al igual que ocurre con otras partes de nuestro cuerpo, debemos proporcionar a la boca unos cuidados específicos con el objetivo de mantener unos dientes y encías sanos de por vida. Sin embargo, también es verdad que hay determinadas enfermedades que tienen una gran prevalencia entre la población y tienen más posibilidades que otras de aparecer en algún momento de nuestra vida. Este es el caso de la caries: no solamente es el problema bucodental más común, sino que además es la segunda enfermedad más habitual en España, por detrás del resfriado.   ¿Cuáles son las enfermedades bucodentales más comunes? 1. Caries Como acabamos de mencionar, de todas las enfermedades que comprometen nuestra salud en general, la caries es la segunda más común.  Se estima que afecta al 90% de la población mundial, por lo que es probable que la padezcas o hayas padecido. En la mayoría de ocasiones, la caries aparece en niños y adultos jóvenes, aunque puede desarrollarse a cualquier edad. El origen de la caries está en la destrucción de tejidos del diente, que tiene lugar como consecuencia de diferentes factores. Estos desencadenantes están relacionados fundamentalmente con los hábitos de higiene y nutrición: acumulación de placa bacteriana, consumo de azúcares y ácidos presentes en muchos alimentos y bebidas, higiene bucodental deficiente… Además, hay algunas personas que tienen mayor predisposición genética a padecer caries. Sin embargo, éste es un factor que influye en menor medida. De la misma manera que la enfermedad aparece de manera muy frecuente, el tratamiento para combatirla es sencillo: el empaste u obturación. Este procedimiento consiste en limpiar la cavidad del diente en el que se encuentra la caries para posteriormente rellenarla con composite. Dicho esto, es muy importante tratar la caries cuando muestra sus primeros síntomas: dolor o molestias en los dientes, especialmente al ingerir alimentos y bebidas dulces así como muy calientes o frías. Si la caries se deja avanzar, dañará más el diente y requerirá una endodoncia, que es un tratamiento más complejo que el empaste u obturación. Y, si no se trata, a la larga provoca la pérdida de dientes. No hay que olvidar que la caries es la primera causa de pérdida prematura de dientes en personas jóvenes. La caries es la enfermedad bucodental más común y la primera causa de pérdida prematura de dientes. 2. Gingivitis Al igual que en el caso de la caries, la higiene juega un papel fundamental en la aparición de la gingivitis. La gingivitis se caracteriza por la inflamación y el sangrado de las encías provocados por las bacterias que se desarrollan debido a la acumulación de placa bacteriana.     INFLAMACIÓN Y SANGRADO DE ENCÍAS Los síntomas que provoca esta enfermedad son, por tanto, muy claros. El sangrado que aparece durante el cepillado es la primera señal de alarma. Si te sucede, visita a tu dentista lo antes posible, ya que si la gingivitis es tratada a tiempo, es muy fácil de combatir. Su tratamiento consiste fundamentalmente en una limpieza bucodental profesional y en extremar las técnicas de higiene en casa. Sin embargo, si no se trata a tiempo, a la larga comienza a afectar al hueso y deriva en una periodontitis. Tal y como explicaremos en el punto siguiente, esta enfermedad bucodental es mucho más compleja. Como muestra de la prevalencia de la gingivitis entre la población, se estima que en España solamente el 14.8% de los adultos de entre 35 y 44 años tiene las encías sanas. Por su parte, el 59,8% tendría gingivitis y el 25,4% periodontitis. En individuos mayores de 65 años, el porcentaje de encías sanas es aún menor: 10,3%. El resto tiene una enfermedad periodontal: 51,6% tendría gingivitis y el 38% tendría periodontitis.   3. Periodontitis Tanto a la gingivitis como a la periodontitis se les conoce con el nombre de enfermedades periodontales. Como ya hemos mencionado en el punto anterior, la periodontitis es la consecuencia de una gingivitis que no ha sido tratada correctamente.     GINGIVITIS VS PERIODONTITIS Aunque la periodontitis también se puede curar, su tratamiento es más complejo que el de la gingivitis. Éste requiere, entre otros, mediciones para comprobar la profundidad del sarro acumulado en las encías, análisis microbiológico, raspado y alisado radicular, etc. Es precisamente por la mayor complejidad del tratamiento por lo que se recomienda acudir a un periodoncista nada más advertir los primeros síntomas de la gingivitis (inflamación y sangrado de las encías). Si se deja progresar la enfermedad, las bacterias causarán cada vez un daño más profundo y llegarán al hueso, que no hay que olvidar que actúa como soporte del diente. De esta manera, aparecerán otras señales de alarma: mal aliento, recesión de encías, aparición de triángulos negros entre los dientes, movilidad de piezas dentales… Todo esto llevará a consecuencias irreversibles: si se causa un daño progresivo en el hueso que soporta el diente, a la larga se producirá la pérdida de dientes.   4. Cáncer bucal El cáncer oral o bucal se produce con mayor frecuencia en los labios y la lengua. Sin embargo, también desarrollarse dentro de la boca y comprometer las encías, el paladar y la garganta. Aunque cualquier persona (de cualquier edad y sexo) puede padecer cáncer oral, éste afecta en mayor medida a los hombres mayores de 40 años. Bien es cierto que la genética juega un papel esencial en el desarrollo del cáncer. Sin embargo, existen otros factores de riesgo muy importantes. Estos son el tabaquismo y el alcohol. Como en cualquier otra enfermedad, la detección temprana es fundamental en el éxito del tratamiento. Por eso, es importante saber identificar los primeros síntomas y acudir a revisiones regulares con el dentista. Dichos síntomas pueden ser: Úlceras o llagas en la lengua, los labios o cualquier otra parte de la boca Manchas blancas o rojas en la lengua, en las encías o cualquier otra parte de la boca Problemas o dolor al masticar o deglutir Dificultades en el habla Dolor en alguna parte de la boca, sin explicación aparente No hay que olvidar que a pesar de que conozcamos determinados síntomas, el odontólogo es el profesional que cuenta con mayor experiencia y conocimientos para advertirlos.   5. Halitosis El mal aliento o la halitosis comprenden el conjunto de olores desagradables que se emiten a través de la boca. Existen dos tipos de halitosis: oral y extraoral. En el 90% de los casos, el mal aliento tiene su origen en la propia boca. En estos casos, el olor desagradable se debe fundamentalmente a una higiene deficiente, el tabaco o enfermedades periodontales (gingivitis y periodontitis).

Ortodoncia, Prevención

Brackets para niños: ¿cuándo están recomendados y qué problemas corrigen?

En la actualidad, la creciente concienciación y preocupación de los padres por la estética y salud bucodental de sus hijos ha propiciado una mayor visibilidad de los tratamientos de ortodoncia, tanto en niños como en adolescentes.La incidencia de afecciones dentales comunes como, por ejemplo, la caries, favorece una visita a una edad temprana de los niños al dentista –los especialistas recomiendan una primera visita al cumplir un año-, pero ¿a qué edad deben visitar los niños al ortodoncista por primera vez? ¿A qué edad está recomendada la primera visita al ortodoncista? En un inicio, se recomienda una primera visita al ortodoncista a partir de los 5 años de edad. El especialista valorará el desarrollo de los huesos maxilares, la correcta secuencia de erupción dentaria y los posibles problemas de desarrollo facial. En caso de que sea necesario, pautará un tratamiento con ortodoncia interceptiva. Se trata de aparatos removibles que los niños pueden usar en casa y que actúan directamente sobre los huesos maxilares. De esta forma, se pueden evitar posibles futuras intervenciones a nivel hospitalario.   ORTODONCIA INTERCEPTIVA PARA NIÑOS En algunos casos de niños que tengan dentición mixta –es decir, que no hayan realizado el recambio dentario completo- se pondrán colocar brackets en secciones acotadas de la boca del paciente. De esta manera, se corrigen problemas de erupción o de espacios interdentales. En muchas ocasiones, se puede pautar su colocación junto con el uso de aparatos de ortodoncia interceptiva. La variabilidad en la erupción dentaria es muy amplia. Por ello, a partir de los 9 años existen niños que tienen la dentición definitiva completa y que son, por tanto, susceptibles de usar tratamientos de ortodoncia fija para corregir problemas en las posiciones dentarias. ¿Qué signos nos pueden indicar a simple vista que un niño necesita ortodoncia? Si bien es cierto que cada caso debe ser siempre valorado por un especialista, hay una serie de signos que nos indican una mayor probabilidad de que un niño vaya a necesitar ortodoncia. El signo más claro es la existencia de dientes rotados o apiñados. Este motivo viene marcado por la diferencia de tamaño de los dientes –demasiado grandes- con respecto al de las arcadas en las que deben posicionarse, o viceversa. Otro ejemplo sería la existencia de espacios muy acusados entre piezas dentales, también conocidos como diastemas, o la pérdida prematura de algunos dientes de leche. Por otro lado, hay factores hereditarios que influyen en el correcto desarrollo dental de los niños. Un ejemplo de ello sería la falta de una pieza dental. El apiñamiento, a su vez, también está ligado a un factor genético. Es muy probable que los hijos de una persona que ha necesitado ortodoncia tengan que recurrir a la misma para tener una sonrisa estética y funcional. Por último, hay una serie de conductas típicamente infantiles como la succión del dedo pulgar o del uso frecuente del chupete a edades más avanzadas que provocan maloclusiones. La mayoría de los casos de mordida abierta –falta de contacto de los dientes de la arcada superior con los de la arcada inferior- están propiciados por estas costumbres.     MALPOSICIONES DENTALES PROVOCADAS POR LA SUCCIÓN DEL PULGAR Si bien es cierto que no podemos prevenir el uso de ortodoncia en los niños, la erradicación de este tipo de conductas colabora en el correcto desarrollo dental de los mismos. ¿Qué aparato dental está recomendado para los niños? En un inicio, el sistema de ortodoncia más recomendado para los niños que ya hayan realizado el recambio dentario son los brackets metálicos. Son aditamentos que van cementados sobre la cara visible de los dientes y unidos entre sí por un arco. A su vez, éste va sujeto al mismo con una goma o ligadura. Son capaces de corregir todo tipo de malposiciones dentales como, por ejemplo, el apiñamiento, las rotaciones de piezas dentales o los diastemas. ¿Cómo se colocan los brackets en niños? Al llegar a la clínica, el ortodoncista revisará en primer lugar el estado de los dientes y encías del niño. Además, serán necesarias algunas pruebas diagnósticas como radiografías, TAC o cefalometrías, que permitirán valorar al especialista en qué estado se encuentra el caso para, posteriormente, pautar un plan de tratamiento adecuado. Gracias a los avances de los últimos años en el campo de la ortodoncia, en la actualidad la colocación de brackets en niños es muy sencilla y rápida. Se realiza a través de una técnica denominada cementado indirecto. Consiste en la fabricación de una férula de transferencia –hecha en plástico termomodelable a la medida de la boca del paciente- sobre la que se colocan los brackets que, posteriormente, se cementarán en los dientes del niño. Esta técnica reduce los tiempos de colocación y, por lo tanto, supone que la experiencia sea mucho más llevadera. ¿Qué ventajas tienen los brackets metálicos? Los brackets metálicos es el sistema de ortodoncia más empleado por niños y adolescentes, pues la estética queda relegada a un segundo plano. Los brackets convencionales son un sistema de eficaz y, a su vez, más económico. El precio de los brackets metálicos está por debajo del coste de otros tratamientos de ortodoncia. Además, las antes mencionadas ligaduras o gomas se fabrican en diferentes colores. Esto supone un gran atractivo para los niños, ya que se cambian cada mes y les dan la posibilidad de jugar con combinaciones cromáticas a su gusto. Éste último factor permite que los niños asocien la ortodoncia con algo “divertido”. Además, el hecho de que los brackets sean un sistema de ortodoncia fijo, evita que los niños pierdan los aparatos o los dejen olvidados en cualquier sitio.   Gracias a los avances en el campo de la ortodoncia, el proceso de colocación de brackets en niños se ha simplificado. Ahora es una experiencia rápida y cómoda para el paciente ¿Qué inconvenientes tienen los brackets metálicos? La principal desventaja de los brackets metálicos es la estética: no es el sistema más discreto del mercado. Además, si bien la ortodoncia no daña los dientes, sí que influye en la higiene bucodental. El hecho de llevar un aparato fijo en la boca dificulta el acceso a todos

Cultura y curiosidades, Estética dental

Encías retraídas por un cepillado de dientes agresivo: problemas y soluciones

La retracción de encías es uno de los problemas bucodentales más frecuentes entre la población. Esto se debe a que las causas que la originan están, a su vez, muy extendidas. Los motivos más habituales por los que aparece dicha retracción son la enfermedad periodontal (periodontitis), un cepillado agresivo, una mala ortodoncia, un traumatismo bucodental, el tabaquismo o los piercings en la lengua, el labio inferior o el superior. Ya se deba a un motivo o a otro, la retracción gingival puede derivar en problemas o enfermedades bucodentales difíciles de tratar, así como afectar negativamente a la estética de la sonrisa. ¿Por qué tengo las encías retraídas? De todos los orígenes mencionados, un cepillado demasiado fuerte es la causa más frecuente y también la más sencilla de solucionar. Sin embargo, una vez que se advierte la retracción -cuyo síntoma claro es una raíz dental al descubierto- es muy importante empezar a llevar a cabo un cepillado de dientes menos agresivo. Asimismo, se debe visitar a un especialista en Periodoncia con el objetivo de que determine si es necesario someterse a un tratamiento para recuperar la encía. Dicho esto, es destacable el hecho de que la recesión de encías aparezca, precisamente, entre las personas más cuidadosas con su higiene bucodental. Esto se debe a la creencia extendida de que es necesario realizar un cepillado de dientes enérgico para eliminar todos los restos de alimentos que se acumulan en nuestra boca después de las comidas. Pero, si este hábito se realiza de manera muy fuerte, se revierten los efectos positivos del cepillado. Y así comienzan a aparecer, por tanto, las consecuencias negativas de una higiene demasiado agresiva para nuestra boca: retracción de encías y pérdida de tejido dental.     ENCÍAS RETRAÍDAS POR CEPILLADO FUERTE ¿Qué efectos tiene un cepillado fuerte? Un cepillado agresivo ocasiona diferentes problemas en nuestra boca: desgasta el esmalte de los dientes, daña las encías -causando la retracción- y deja al descubierto la raíz dental. El hecho de que la raíz quede al descubierto ocasiona una serie de inconvenientes. El primero de ellos sería la sensibilidad dental, ya que la raíz pierde la protección natural de la encía. Pero, además, la retracción gingival favorece la acumulación de placa bacteriana y, por tanto, la aparición de patologías periodontales (gingivitis y periodontitis). Y, con ello, también pueden aparecer las caries de raíz. Esto se debe a que si dicha parte del diente queda expuesta y se convierte en almacén de placa bacteriana, se vuelve especialmente vulnerable a la caries. Además, como hemos mencionado anteriormente, las encías retraídas causan un deterioro estético. Es decir, si se deja la raíz dental a la vista, es inevitable que el diente se vea demasiado alargado.   ¿Cómo curar las encías retraídas? Para poder solucionar la recesión de encías, lo primero es acabar con la causa concreta que ha originado la retracción. En este caso, el cepillado agresivo. Por eso, lo que debemos hacer si estamos ante esta situación es empezar a cepillarnos los dientes de manera más suave. De esta manera, conseguiremos que la recesión no vaya a más. Dicho esto, es necesario aclarar que la encía no se recupera o se regenera por sí sola. Y, de la misma manera, no existe ningún remedio natural o casero que consiga este propósito. En este punto, desaconsejamos el uso de cualquier remedio casero que leas en Internet (agua oxigenada, bicarbonato…). Si bien algunos de ellos no tienen ninguna utilidad, otros son muy agresivos para las encías. Dado que el tratamiento ante este problema será siempre odontológico, si observamos que tenemos las encías retraídas, es necesario acudir al periodoncista. Como dentista especializado en las encías, será este profesional el que determine si es necesario llevar a cabo un tratamiento para recuperar el nivel de encías anterior. En caso de que considere necesario el tratamiento, el periodoncista podrá llevar a cabo uno de los dos siguientes tratamientos: injerto o estiramiento de encía. Su decisión estará condicionada por el nivel de retracción que haya alcanzado la encía. Injerto de encía: Es una cirugía que consiste en extraer una pequeña muestra de tejido del paladar para posteriormente colocarla en la zona donde la encía se ha retraído. El postoperatorio del injerto de encía es muy sencillo. Esto es gracias a que no deja demasiada inflamación y requiere seguir una dieta blanda y fría durante dos días, así como no cepillarse la zona intervenida hasta la retirada de suturas. Además de evitar todos los problemas que hemos citado previamente, esta pequeña operación servirá para prevenir futuras recesiones, ya que la encía injertada es más resistente que la natural.   Estiramiento de encía: Es un tratamiento similar al injerto, pero más sencillo, ya que se lleva a cabo cuando la retracción es menor. Por tanto, el estiramiento de encía no necesita zona donante de injerto y el postoperatorio es aún más llevadero. Dado que la mejor arma contra las encías retraídas es siempre la prevención, en el siguiente punto vamos a darte una serie de pautas. Es decir, vas a ver cómo debes cepillarte los dientes para que la retracción no avance -en caso de que ya la tengas- o ni siquiera aparezca.   ¿Cómo debo cepillarme los dientes? Antes de nada, es importante subrayar que no es necesario llevar a cabo un cepillado vigoroso para tener una buena higiene. Si tuviéramos que explicar la fuerza que debemos aplicar con un ejemplo gráfico, diríamos que cepillar los dientes se asemeja a barrer. Es decir, no por barrer más fuerte vamos a limpiar mejor ni obtener un beneficio adicional. Simplemente debemos ser meticulosos y no olvidarnos de ninguna zona. Además de la fuerza que aplicamos, otros factores que influyen en la recesión son: demasiado tiempo de cepillado, la excesiva frecuencia con la que lo hacemos, una técnica de cepillado horizontal o usar cerdas duras. Y, si quieres, también puedes leer un artículo que publicamos hace unos meses sobre la técnica más adecuada para cepillarse los dientes. En el caso de que después de todo esto tengas alguna pregunta, nuestro equipo estará encantado de resolver tus dudas acerca de la retracción o los tratamientos citados. Si bien son sencillos, mejorarán mucho tu sonrisa en distancias cortas e, incluso, servirán para prevenir futuras recesiones.

Cultura y curiosidades

Wasabi: tu gran aliado contra la caries

Si te gusta la gastronomía japonesa, estás de enhorabuena. Diversos estudios han demostrado que el wasabi tiene efectos beneficiosos para nuestra salud, y también para el buen estado de nuestra boca. Pero, ¿qué es el wasabi y de qué consecuencias positivas estamos hablando? ¿Qué es el wasabi? El wasabi es una planta de la familia de las crucíferas, al igual que el rábano o la col, de origen asiático. Dadas las exigentes condiciones que requiere para ser cultivado y la dificultad que supone reproducirlas, crece de manera exclusiva en la isla japonesa de Sajalí. Hace años era utilizado para conservar el pescado, dadas sus propiedades antibacterianas y antisépticas. En la actualidad se trata de un condimento esencial en la gastronomía japonesa del cual se aprovecha, únicamente, la raíz. Resulta común verlo no solamente como complemento del sushi, sino también de diversos platos de la gastronomía japonesa o snacks variados. De sabor picante, se puede servir tanto en pasta como rallando directamente la propia raíz. Es de esta última forma, y únicamente catándolo en los primeros quince minutos tras su ralladura, como apreciaremos mejor su sabor. ¿Por qué es recomendable para nuestros dientes? Como ya hemos mencionado, el wasabi tiene propiedades antibacterianas. Es decir, evita la formación de cadenas microbianas en nuestra boca y nos previene de afecciones bucales como, por ejemplo, la caries. Esto se debe a que posee un alto contenido en isotiocianato. El isotiocianato es una molécula que, según han demostrado diferentes estudios, dificulta la formación de la placa bacteriana que daña el esmalte de los dientes y provoca la aparición de caries. Además, dadas sus cualidades antisépticas, ayuda a mitigar la inflamación tanto de heridas como de llagas –o aftas bucales-. De igual manera, los efectos positivos del wasabi no se centran únicamente en la boca: su acción tiene consecuencias beneficiosas en nuestra salud general. ¿Qué efectos positivos tiene el wasabi en nuestra salud? Como ya hemos mencionado anteriormente, el wasabi es conocido por sus propiedades antiinflamatorias. Su uso está especialmente extendido, mediante inhalación, para aliviar la inflamación de los senos paranasales. Además posee un alto contenido en vitamina C, lo que favorece la absorción de hierro y refuerza nuestras defensas. Por ello, nos previene contra catarros, gripes o contagios de otras enfermedades provocadas por virus. Por último, varios estudios han demostrado que evita la formación de coágulos de sangre, actuando favorablemente en la prevención de la formación de trombos. Además, en la actualidad diversas investigaciones tratan de dilucidar si también tiene efectos positivos en la prevención de formación de células cancerígenas en el estómago. El wasabi no es el único alimento que puede tener efectos positivos para nuestra salud bucal. Hay otros tantos, como las zanahorias o el apio, que resultan igualmente beneficiosos para nuestros dientes. ¿Qué otros alimentos son beneficiosos para nuestra salud bucal? Hay multitud de alimentos que nos ayudan a mantener el buen estado de nuestros dientes y encías. Los productos lácteos como, por ejemplo, los yogures o el queso, tienen un alto contenido en calcio que ayuda a fortalecer los dientes. Además contienen caseína, una proteína que repara el esmalte dental. Las verduras de hoja verde, tales como las coles de bruselas, los grelos o las acelgas, poseen un alto contenido en fibra. Para ser capaces de triturarla debemos hacer un mayor ejercicio de masticación, lo que favorece la segregación de saliva. Ésta última no sólo facilita la masticación y la deglución, sino que evita la acumulación de bacterias en la boca. Los alimentos ricos en vitamina D fortalecen nuestros dientes y encías frente a enfermedades periodontales, pues favorecen la absorción de fósforo y calcio. Un ejemplo de alimentos ricos en vitamina D sería el huevo o los pescados grasos como, por ejemplo, el salmón o el atún. Por último, la masticación de frutas y verduras crudas como, por ejemplo, las zanahorias o las manzanas, ayudan a mantener limpios los dientes y las encías. Si bien estos alimentos colaboran a mantener en buen estado nuestra salud dental, hay muchos otros que resultan perjudiciales para la misma. ¿Hay alimentos que pueden dañar mis dientes? Como sabrás, el hecho de mantener unas rutinas adecuadas de higiene oral es clave a la hora de gozar de una buena salud dental. Pero, además, para tener una boca sana es importante evitar la ingesta de ciertos alimentos que pueden provocar daños en los dientes. Los caramelos duros, por ejemplo, suponen una exposición alargada en el tiempo al azúcar y la posibilidad de que, al masticarlos, se astillen las piezas dentales. Esta exposición es igualmente visible en casos de personas que beben, de manera habitual, refrescos carbonatados: son bebidas ácidas que atacan al esmalte dental, favoreciendo la aparición de caries. Otros alimentos que propician la formación de caries son aquellos ricos en almidón, tales como la pasta, el arroz o las patatas fritas. Éstos se adhieren con facilidad a las paredes de los dientes y aceleran la formación de placa dental. Por otra parte, para mantener el blanco de nuestros dientes es esencial dejar de lado la ingesta habitual de bebidas como el té, el café o el vino tinto que provocan manchas de tinción en el blanco de los dientes. Y, por último, se debe romper el mito de que aquellas sustancias que no son azucaradas o ácidas no tienen por qué dañar los dientes. Un hábito tan extendido como la masticación de hielo puede provocar lesiones en los dientes y dañar el esmalte. El wasabi, al igual que otros alimentos, favorece la eliminación de bacterias y nos ayudan a calmar el dolor causado por pequeñas heridas o llagas bucales. Incorporar estos alimentos a nuestra dieta y tener una higiene oral adecuada nos ayuda a mantener una buena salud bucodental.

Ortodoncia

Pasos a seguir tras la ortodoncia

La ortodoncia es un tratamiento cada vez más solicitado por los pacientes, tanto jóvenes como adultos. Corregir la posición de los dientes es clave para conseguir una alineación perfecta y una sonrisa bonita. No obstante, para mantener los mismos resultados durante mucho tiempo conviene seguir diversos pasos tras retirar los aparatos de ortodoncia. ¿Cuáles son? Hay varios factores que condicionan la necesidad de llevar aparatos, tanto estéticos como funcionales. A nivel estético, con la ortodoncia se consigue una sonrisa alineada y más bonita. Tener una sonrisa estética es algo muy importante para muchos pacientes en la actualidad. A nivel funcional, la ortodoncia corrige problemas de mordida y posición que pueden alterar la calidad de vida del paciente. Uno de los más habituales es el apiñamiento dental. Además una mala posición de las piezas dentales favorece la acumulación de placa bacteriana entre dientes y encías. Esta es una de las principales causas del desarrollo de patologías como la caries y la gingivitis. Para evitarlas, conviene mantener una sonrisa sana y bien alineada. Entonces, ¿Qué pasos hay que seguir después de la ortodoncia? Pasos tras la ortodoncia Retirar los aparatos no significa terminar con el tratamiento. Estos son los pasos más importantes a seguir después de la ortodoncia: 1. La importancia de la retención Después de retirar los aparatos, se procede a la fase de retención. Esta fase posterior a la ortodoncia consiste en llevar los aparatos retenedores. En función de cada tratamiento, los retenedores se llevan todo el día de forma permanente o sólo por la noche. los retenedores más habituales son fundas transparentes, junto con un hilo metálico apenas perceptible, que se coloca detrás de las piezas dentales. Mantener una constancia diaria en esta fase es clave para evitar que los dientes vuelvan a su posición inicial defectuosa. 2. Rutina de higiene bucodental Para evitar la acumulación de bacterias, es recomendable limpiar de forma regular los retenedores con pastillas efervescentes. Además conviene mantener una buena rutina de higiene oral. Es decir, cepillarse los dientes después de cada comida. Para evitar la acumulación de placa en zonas difíciles, es importante complementar el cepillado. Las técnicas más usadas son el hilo dental y el enjuague bucal. Durante la ortodoncia es muy recomendado el irrigador bucal. Después del tratamiento sigue siendo una buena opción para eliminar los restos de comida y bacteria incrustados entre dientes y encías. 3. Revisiones periódicas Mantener un seguimiento profesional es igual de importante cuando tenemos los aparatos que cuando los hemos retirado. La Dra. Sánchez y el Dr. Arias de la clínica dental SanCal recomiendan acudir a la consulta un mínimo de dos veces al año. Hay varias complicaciones que pueden alterar los resultados de la ortodoncia, como la erupción de las muelas del juicio o el desarrollo de algunas enfermedades bucodentales.

Cultura y curiosidades, Prevención

¿Qué debes saber sobre la placa bacteriana?

La acumulación de placa bacteriana es una de las principales causas de las enfermedades periodontales y de afecciones bucales muy comunes como, por ejemplo, la caries. Sin embargo, siguiendo unas pautas de higiene exhaustivas podemos evitar esta formación y, por lo tanto, mantener nuestra boca en salud. ¿Qué es la placa bacteriana? La boca es una cavidad séptica; es decir, una zona en la que conviven diferentes bacterias perfectamente adaptadas a vivir en ese entorno. La presencia de estos microorganismos es frecuente desde que somos niños, resultando perjudiciales para la salud de nuestra boca. La placa bacteriana es una fina película transparente compuesta por las proteínas presentes en la saliva, sobre la cual se adhieren las bacterias presentes en nuestra boca. En caso de no tener una buena higiene bucodental, la mineralización de esta placa da lugar la formación de sarro –o cálculo dental-. El sarro supone, a su vez, un mayor depósito de placa en la boca, pues su superficie es más adhesiva que la de los propios dientes. Su acumulación es la responsable de la aparición de enfermedades periodontales, como la gingivitis y la periodontitis, y de las caries dentales. Podemos distinguir varios tipos de placa en función de las bacterias de las que esté compuesta y del lugar en el que se acumule. En función del tipo de bacterias que formen la placa bacteriana, podemos distinguir dos tipos de la misma que difieren en los efectos que tienen sobre la salud de nuestra boca: Denominamos placa cariogénica a aquella formada por bacterias que, tras metabolizar los azúcares de los alimentos, liberan ácidos en la superficie de las piezas dentales. Estos ácidos dañan el esmalte de los dientes, siendo las causantes, por lo tanto, de las caries. Por el contrario, llamamos placa periodontopatogénica a la conformada en por bacterias que liberan sustancias primarias tras metabolizar los azúcares de los alimentos. Son, por tanto, las causantes de las enfermedades periodontales. A esta clasificación, podemos sumarle una nueva clasificación que no resulta excluyente con respecto a la primera en función del lugar en el que se acumule la placa bacteriana. Hablamos de placa supragingival cuando las bacterias se acumulan en las piezas dentales. Normalmente, este tipo de bacterias son cariogénicas. Por el contrario, la placa subgingival se acumulan en el surco gingival y en la bolsa periodontal. Este tipo de placa es, generalmente, periodontopatogénica, y para su acumulación es habitual que, en primer lugar, haya habido acumulación de placa supragingival en las piezas dentales. ¿Cómo eliminar la placa bacteriana? Manteniendo unas buenas rutinas de higiene dental podemos eliminar fácilmente la placa bacteriana. Mediante el cepillado tradicional y el uso de otros complementos de higiene oral tales como, por ejemplo, el hilo dental, evitamos la acumulación de la misma. Por el contrario, la acumulación de sarro sólo podrá ser eliminada a través de una higiene bucodental profesional llevada a cabo en clínica. Es un procedimiento inocuo para el cual no se precisa de anestesia. Mediante el uso de la punta de ultrasonidos, el higienista eliminará las formaciones de sarro presentes en las piezas dentales y por debajo de las encías. ¿Se puede prevenir la formación de placa bacteriana? Para evitar la formación de placa bacteriana es de vital importancia seguir unas buenas pautas de higiene oral. Tan importante es tener en cuenta la frecuencia del cepillado dental como la técnica del mismo. Se debe tener en cuenta que mediante un cepillado después de cada comida no somos capaces de eliminar satisfactoriamente todas las bacterias y los restos de alimentos que causan la placa bacteriana. Por ello, debemos recurrir a otros complementos de higiene que nos aseguren una correcta limpieza oral. El hilo dental está recomendado para eliminar la placa de los espacios interdentales estrechos; es decir, en aquellos casos en los que los espacios entre ambos dientes es reducido. De forma complementaria, y para espacios interdentales más anchos, nos podemos valer de los cepillos interproximales. De cabezal cilíndrico, la elección de uno u otro viene determinada por el ancho del espacio interdental. Están recomendados en aquellos casos en los que la acción del hilo dental resulta insuficiente. El irrigador bucal –o waterpik- es un sistema que, mediante el uso del agua a presión, elimina las bacterias y los restos de comida que se alojan en los dientes y en los tejidos de la boca. Está especialmente indicado en personas que lleven implantes o bien que se estén sometiendo a un tratamiento de ortodoncia. Por último, no debemos olvidarnos de la importancia de la limpieza de la lengua. El uso del raspador lingual debe ser parte de la rutina de higiene diaria, pues la lengua es la parte de la boca que más bacterias acumula. Los especialistas recomiendan, además, evitar el consumo de productos con alto contenido en azúcares, usar enjuagues bucales dos veces al día tras el cepillado y acudir al especialista a realizarse una higiene bucodental cada 8-10 meses. La higiene bucodental es esencial para conservar nuestra boca en salud. La acumulación de placa no sólo provoca caries y enfermedades periodontales, sino que la presencia de bacterias en la cavidad oral puede generar enfermedades sistémicas o suponer el empeoramiento de diagnóstico de personas que padezcan enfermedades respiratorias, cardiopatías o diabetes. Si quieres saber más sobre la técnica del cepillado, te invitamos a visitar la siguiente página. Si, por el contrario, consideras que necesitas una higiene bucodental profesional, puedes ponerte en contacto con nosotros a través de nuestra página web o bien llamando al 91 599 64 39.

cirugía e implantes

Implantes dentales en pacientes con problemas periodontales

Si eres un paciente con problemas periodontales y quieres colocarte un implante dental, te interesará conocer la respuesta a algunas de las preguntas que te presentamos a continuación. ¿Los pacientes de periodoncia pueden colocarse implantes dentales? La respuesta es sí. Si eres un paciente con problemas en las encias, puedes llevar a cabo un tratamiento de implantología en una o varias piezas, pero es vital que el periodontólogo trate primero la enfermedad periodontal de los dientes sanos, antes de colocar el implante para eliminar cualquier riesgo de infección. También deberás extremar las precauciones durante el tratamiento periodontal y después del mismo, ya que se incrementa el riesgo de complicaciones durante el tratamiento con implantes dentales, en pacientes que han sufrido problemas periodontales. ¿Afecta la enfermedad periodontal a los implantes dentales? Sin duda sí. La periodontitis o gingivitis puede crear una infección en el implante dental, es por ello que se debe primero tratar la enfermedad periodontal y dejar un margen de dos semanas antes de colocar el implante. Entre los tratamientos periodontales a llevar a cabo antes de la colocación del implante están: La profilaxis (la limpieza dental llevada a cabo por la higienista dental) El curetaje (limpieza más profunda por debajo de la encía). ¿Qué son las enfermedades periimplantarias? Las enfermedades perimplantarias afectan al implante dental y tienen cierta relación con las enfermedades periodontales. Pueden ser de dos tipos: Mucositis periimplantaria: es una inflamación de la mucosa que rodea al implante. Periimplantitis: es una inflamación de la mucosa que incluye además pérdida de la masa ósea que sujeta el implante. La Dra. Sánchez deberá realizar un estudio del estado de la zona, para determinar cuál de las dos enfermedades afectan a pieza y de esta forma proceder a realizar el tratamiento adecuado.Para su resolución el dentista llevará a cabo una eliminación de la placa bacteriana y la reimplantación de la estructura ósea perdida. Pide tu cita ¿Cuáles son las medidas de prevención? Las medidas de prevención para evitar problemas tanto periodontales, como periimplantarios  incluyen: Llevar a cabo una correcta limpieza bucal diaria. Realizar las visitas correspondientes al dentista para la revisión del estado bucal. Si además tienes un implante dental, recuerda que debes extremar las precauciones para evitar cualquier problema en el mismo. Dra. Sánchez » Llevo a cabo la colocación de implantes mediante técnicas que son difíciles de encontrar en la mayoría de clínicas dentales como la carga inmediata o la cirugía guiada por ordenador, así como tratamientos de periodoncia que incluyen la cirugía de acceso periodontal, el injerto de encía o la gingivectomía estética. «

Prevención

Curetaje dental: ¿Qué es y cómo se realiza?

A día de hoy, las enfermedades periodontales (gingivitis y periodontitis) son uno de los problemas bucodentales más frecuentes entre la población de nuestro país. Así lo constatan los datos dados a conocer por la Sociedad Española de Periodoncia y Osteointegración (SEPA), que asegura que 8 de cada 10 personas mayores de 35 años padece gingivitis o periodontitis. Mientras que la gingivitis es la más moderada de dichas enfermedades y se cura con una mayor higiene bucodental, la periodontitis representa la peor cara del problema. Conocida comúnmente también como piorrea, la periodontitis causa daños graves e irreversibles en nuestros dientes y encías. En una primera fase, la gingivitis se manifiesta con sangrado, inflamación y enrojecimiento de encías. La gingivitis es de carácter infeccioso y se produce por una acumulación de bacterias debida a una higiene bucodental deficiente. Es decir, cuando los restos de comida no se retiran adecuadamente mediante el cepillado comenzarán a aparecer las bacterias y, con el tiempo, la placa bacteriana.   Si esta infección no se trata, avanzará, atacará a más tejido sano y derivará en retracción de encías. Esto generará sensibilidad,  repercutirá negativamente en la estética del diente e, incluso, provocará la posterior caída de éste. RETRACCIÓN DE ENCÍAS POR PERIODONTITIS Por eso, sea cual sea la fase en la que se encuentra la patología, es importante acudir a un especialista en Periodoncia tan pronto como advirtamos los primeros síntomas. En este punto, es fundamental destacar que, si bien la higiene es la mejor prevención contra estas enfermedades, no existe ningún remedio casero o solución que podamos aplicar por nosotros mismos para curarlas. Es decir, una vez que han aparecido no se pueden frenar sin la ayuda de un profesional. El especialista determinará en qué punto se encuentra el problema y establecerá el tratamiento más adecuado para recuperar la salud oral: bien limpieza dental o bien raspado y alisado radicular, conocido también como curetaje. Este proceso no duele porque se realiza bajo anestesia local, pero si te surgen molestias después de que haya finalizado, puedes evitarlas consultando con tu dentista o médico la medicación a tomar ¿Qué es un curetaje dental? El curetaje dental -también conocido como raspado y alisado radicular- es una técnica odontológica que se lleva a cabo en el tratamiento contra la periodontitis o piorrea. Se realiza, por tanto, en los casos en los que la enfermedad ha avanzado y el sarro se ha extendido más allá de la superficie de los dientes. Es decir, cuando ha penetrado en el interior de las encías, llegando a formar las llamadas bolsas periodontales. Dichas bolsas periodontales son, probablemente, el rasgo clínico que mejor evidencia la existencia de una periodontitis. Éstas son, a fin de cuentas, surcos que se forman entre la encía y el diente y que se hacen más grandes a medida que la enfermedad avanza, que hay mayor cantidad de bacterias y que se destruyen los tejidos de soporte del diente. A pesar de que exista la creencia extendida de que el curetaje es, en sí mismo, el tratamiento contra la periodontitis, lo cierto es que el raspado y alisado es solamente una parte más del proceso. Es decir, para que sean efectivos, los tratamientos contra la piorrea deben contemplar una serie de pasos más. Por ejemplo: Análisis microbiológico para saber a qué bacterias nos enfrentamos y pautar el antibiótico adecuado Mediciones con la sonda Florida para comprobar los niveles de sarro al inicio y al final del tratamiento Mantenimientos periódicos para asegurar que la periodontitis no vuelve a aparecer SONDA PERIODONTAL ¿Quién lleva a cabo este tratamiento? España es el único país de la Unión Europea en el que no están reguladas las especialidades dentales. Por tanto, el tratamiento para curar la periodontitis puede ser realizado por cualquier dentista. Sin embargo, nuestra recomendación es que éste sea llevado a cabo por un odontólogo especializado en Periodoncia. Por ejemplo, en nuestra clínica lo realizan la doctora Sara Sánchez. Cuenta con una amplia experiencia en este tratamiento y tienen conocimientos específicos -al igual que muy actualizados- acerca del procedimiento. Este hecho hace que puedan llevar a cabo un completo tratamiento periodontal como el mencionado anteriormente. Es decir, que incluya una serie de pasos -además del curetaje convencional- que aseguren la curación y eviten la recidiva de la enfermedad. ¿En qué consiste el raspado y alisado radicular? La técnica del curetaje se lleva a cabo con unos instrumentos llamados curetas. Dichas curetas son diferentes en función del área a tratar (zona de dientes incisivos, caninos, premolares o molares), ya que varían en función de su tamaño, longitud y angulación. Sin embargo, el procedimiento para realizar el curetaje es el mismo. El primer paso siempre es aplicar anestesia local para poder acceder a las bolsas periodontales -con la cureta correspondiente- y limpiarlas en profundidad. De esta manera, se raspa y retira el sarro acumulado debajo de la encía y posteriormente se alisa la raíz del diente.  CURETAJE PARA ELIMINAR EL SARRO DE LAS ENCÍAS   ¿Cuánto tiempo dura un curetaje dental? Si por curetaje entendemos el tratamiento periodontal, es decir, el estudio (análisis microbiológico y mediciones) y el raspado y alisado radicular, podemos decir que, en nuestra clínica, el procedimiento completo lo llevamos a cabo en dos citas. La primera dura unos 50 minutos aproximadamente y en ella se realiza el estudio y el propio curetaje en dos cuadrantes de la boca. La segunda cita se produce varios días después de la primera, pero no más de siete días y dura una hora. En ella se realiza el raspado y alisado radicular en los otros dos cuadrantes de la boca. Además, en esta cita pautará el antibiótico adecuado para terminar de eliminar las bacterias que han provocado la enfermedad periodontal, en caso necesario. ¿El curetaje dental duele? Antes de comenzar con el raspado y alisado radicular, se aplica anestesia local. Por tanto, durante el proceso el paciente no siente ni dolor ni molestias. Una vez que el procedimiento ha concluido y la anestesia ha dejado de hacer efecto, es posible que se presente algún tipo de molestia. Esto es principalmente

Cultura y curiosidades

Cepillado con técnica de bass

En cepillado dental es el método de higiene que nos permite remover de forma más completa la placa bacteriana de la superficie de los dientes y encías con el objetivo de evitar problemas de caries y de enfermedad periodontal. Es aconsejable que se realice tres veces al día, principalmente después de las comidas más importantes, y se debe acompañar con la utilización del hilo dental una vez al día y enjuagues bucales también diarios. Si tienes una boca en buena salud, tus dientes se verán bien y tu sonrisa será más bonita. Por el contrario, si tienes los dientes sucios, además de perjudicar tu salud bucodental y provocar problemas en el futuro, también estará perjudicando tu estética, ya que unos dientes sucios y con sarro te harán transmitir una imagen descuidada y antiestética. Debemos ser conscientes que si removiéramos completamente la placa bacteriana, podríamos prevenir de una forma total la caries dental, la enfermedad periodontal y la formación de sarro. Por mucho que nos mantengamos una buena higiene bucal esto es casi imposible, pero sí que podemos eliminar la inmensa mayoría de la placa dental, erradicando casi por completo las infecciones. El cepillo dental El cepillo dental es el instrumento más eficaz para eliminación de la placa bacteriana. Debe reunir unas características de tamaño, de diseño, calidad de los materiales y normas específicas de fabricación. Estas pueden variar en función de las necesidades de cada paciente, ya que sus características dentales o su situación concreta en un momento determinado exigirán un cepillo concreto. Por lo general. Los dentistas recomiendan la utilización cepillos de cerdas suaves que eviten el daño del esmalte o la irritación de las encías. El cepillo de dientes está formado por un mango, una cabeza y entre el mango y la cabeza puede existir un estrechamiento. Las cerdas están unidas a la cabeza del cepillo dental. En general una cabeza plana, pequeña y recta es más fácil de manejar durante el cepillado dental y permite llegar a los lugares más escondidos de la boca. Los movimientos de los cepillos dentales tradicionales realizan las siguientes acciones: horizontal, vertical, rotatoria y vibratoria. Los cepillos eléctricos, son aquellos que utilizan un mecanismo que produce un movimiento de las cerdas. El efecto beneficioso de los cepillos eléctricos está asumido, pero realmente no se ha visto una clara mejoría en la eliminación de la placa bacteriana en comparativa a los cepillos tradicionales. La técnica de bass modificada La técnica de Bass fue la primera técnica de cepillado dental que se ocupó específicamente de la remoción de placa bacteriana del surco gingival. En esta técnica de cepillado dental las cerdas del cepillo se sitúan en un ángulo de 45 grados en dirección al ápice del diente, en el fondo del surco y se produce una vibración en el sentido de un movimiento horizontal. La técnica de Bass modificada es la que la mayoría de los dentistas coinciden en definir como la mejor técnica de cepillado dental para eliminar la placa bacteriana de los dientes. En la modificación de la técnica de bass el cepillo realiza movimientos de rotación entre la encía y diente. La técnica de Bass consiste en colocar el cepillo dental en un ángulo de 45 con respecto los dientes, presionando contra el surco gingival. Seguidamente se realizan movimientos muy cortos en dirección antero-posterior y de vibración. La técnica Bass modificada es frecuentemente utilizado en pacientes con recesión gingival progresiva. Esto significa que la encía del paciente están retrocediendo hacia la base del diente, lo que conduce a la exposición de la raíz.Este método es utilizado para evitar daño al tejido delicado, que podría exacerbar después la condición.

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Los 4 alimentos y bebidas peores para tu esmalte

A medida que las personas vamos cumpliendo años, el esmalte de los dientes se va desgastando y su característico color blanco original se va perdiendo. Esto se debe, por un lado, al lógico paso del tiempo. Pero, por otro, también está provocado, en gran medida, por nuestros hábitos de alimentación e higiene. Ante esto, se pueden tomar dos opciones: evitar completamente determinados alimentos y bebidas, lo que sin duda es muy complicado y puede parecer un sacrificio excesivo para muchas personas. La opción más sencilla -y más común- es restringir su ingesta todo lo que podamos pero sin obsesionarnos y acompañar el consumo de dichos alimentos de una higiene exhaustiva. Para que a partir de ahora sepas cuáles son las bebidas y alimentos de los que estamos hablando, te dejamos la lista de los más dañinos para tu esmalte: 1. Refrescos Los refrescos, así como cualquier tipo de bebida ácida, carbonatada o energética, ocupan, por méritos propios, el primer lugar de esta lista. Esto se debe a que son doblemente perjudiciales: contienen ácidos y azúcar. El consumo de ácidos contribuye a erosionar el esmalte dental, ya que lo reblandecen y éste termina desgastándose. Alimentos y bebidas malos para el esmalte Por su parte, el hecho de que este tipo de líquidos contengan grandes cantidades de azúcar añadido contribuye a que los refrescos sean muy perjudiciales para los dientes. En primer lugar, su consumo frecuente combinado con una higiene bucodental insuficiente provoca que la placa bacteriana haga acto de presencia en nuestra boca. No hay que olvidar, además, que la placa bacteriana es la antesala de la caries. Pero, dejando a un lado los problemas localizados que el azúcar provoca en los dientes, una ingesta frecuente y continuada en el tiempo provoca, entre otras cosas, su transformación en grasa, resistencia a la insulina, disminución de la sensación de saciedad y adicción. Estas consecuencias llevan, a su vez, a importantes problemas de salud general como el sobrepeso, los trastornos cardiovasculares o la diabetes. En este punto, es conveniente recordar la recomendación de la Organización Mundial de la Salud (OMS) de ingerir un máximo de 25 gramos de azúcar al día, lo que equivale a unas 6 cucharillas. Azúcar añadido en alimentos 2. Cítricos En línea con lo que hemos explicado en el punto anterior, lo cierto es que el ácido –aunque se encuentre de manera natural en los alimentos- es malo para el esmalte de los dientes. Por eso, los cítricos -ya sea la fruta entera o en zumo- son perjudiciales. El ejemplo más evidente de esto es el limón o la lima. Sin embargo, al contrario de lo que puede parecer, el zumo de naranja no es beneficioso para los dientes. Como precisamente los dos alimentos que hemos mencionado son buenos para la salud general, nuestra recomendación no es dejarlos de consumir. En su lugar, es preferible evitar tenerlos en la boca durante un tiempo prolongado y beber mucho agua para compensar su acidez. Y, por supuesto, cepillarse bien los dientes después de haberlos consumido. Cepillo de dientes y uso de enjuague Además de los propios cítricos, otros alimentos ácidos que son malos para el esmalte son el vinagre y los encurtidos (cebolletas o pepinillos). 3. Dulces muy pegajosos o pastosos Hay alimentos dulces que, por ser especialmente pegajosos o pastosos, tienen tendencia a dejar restos entre los dientes. Ejemplos de ellos son los turrones, las chucherías, la fruta deshidratada o la leche condensada. Si este tipo de alimentos no se retira bien después de haberlos ingerido, la exposición continua al azúcar facilita la aparición de caries. El azúcar añadido está presente en numerosos alimentos como cereales, pan de molde, salsas, zumos envasados, productos lácteos, pizzas, platos precocinados… 4. Caramelos o frutos secos duros Los caramelos duros pueden ser doblemente perjudiciales para nuestros dientes. Por un lado, pueden contener grandes cantidades de azúcar. Por otro, su efecto dañino se debe a la manera que tenemos de consumirlos: chuparlos durante un tiempo para posteriormente romperlos en pedazos con los dientes. Esto es especialmente malo si lo hacemos con los dientes incisivos centrales -comúnmente llamados “paletas”-, en lugar de con los molares.  El partir los caramelos con los incisivos puede provocar que nos fracturemos el diente. Lo mismo ocurre con los frutos secos especialmente duros como los kikos. Aunque éstos no contengan azúcar, sí es necesario tener precaución al masticarlos para no dañar el diente. De hecho, su consumo está desaconsejado cuando una persona lleva brackets, ya que éstos se pueden despegar y caer. Ortodoncia con brackets Como ves, el esmalte de nuestros dientes tiene dos enemigos fundamentales: el ácido y el azúcar. Posiblemente, el primero sea más fácil de evitar -y de detectar-, ya que está presente en alimentos y bebidas más concretos. Sin embargo, es importante tener en mente que muchas veces consumimos azúcar sin ser conscientes de ello. Es decir, no sólo tenemos que contar las cucharillas que echamos en el café, por ejemplo. Debemos estar especialmente atentos de todo el azúcar añadido que encontramos en galletas, cereales, pan de molde, salsas como el tomate frito o el ketchup, zumos envasados, productos lácteos, pizzas, platos precocinados… Si eres de los que no te fijas en la composición de los alimentos que compras habitualmente y ahora empiezas a hacerlo te llevarás una sorpresa: estás consumiendo una cantidad de azúcar muy superior a aquella con la que contabas.

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