Clínica Sancal

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Cultura y curiosidades

La importancia de la saliva para mantener una boca sana

La saliva es una secreción que producimos de manera natural formada, en su mayor parte -99%- por agua. El 1% restante lo conforman componentes tanto orgánicos como inorgánicos, que colaboran en mantener nuestra cavidad oral en salud.Desempeña un papel fundamental en nuestra salud bucodental: no sólo protege la boca de diferentes afecciones y colabora en la deglución y masticación de los alimentos, sino que también nos ayuda a detectar otras anomalías en nuestra salud. ¿Qué funciones tiene la saliva? Si bien la principal función es la de colaborar en la masticación y deglución de los alimentos, la saliva tiene muchas otras funciones beneficiosas para la salud de nuestra boca: Lubrica y protege las encías y las piezas dentales. Es capaz de arrastrar las bacterias y eliminar los microorganismos presentes en la boca. Además, tiene un efecto cicatrizante. Posibilita una mejor detección de los sabores de la comida. La saliva regula el pH de la boca, controlando el nivel de ácidos producidos por la placa y dificultando la aparición de caries en la boca. Contribuye, además, a la mineralización de los dientes, reforzando de esta manera su esmalte. Colabora en el proceso de diagnóstico de algunas patologías tales como la diabetes, el cáncer oral o enfermedades periodontales a través del análisis de las bacterias presentes en la misma.     Prepara el bolo alimenticio, facilitando el proceso digestivo, protegiendo el esófago y evitando atragantamientos.   Una persona suele segregar, de media, entre 1 y 1,5 litros de saliva al día. Esta producción alcanza su nivel más bajo durante la noche, por lo que la acción antimicrobiana se ve debilitada y, por ello, se le da una mayor importancia al cepillado nocturno para mantener una higiene dental correcta. Es de vital importancia para nuestra salud el hecho de mantener estos niveles de segregación de saliva para gozar de una buena salud bucodental. En caso contrario, podríamos sufrir xerostomía o, bien, sialorrea. ¿Qué es la xerostomía? La xerostomía –o síndrome de la boca seca- es una situación clínica que supone una disminución considerable de los niveles de segregación de saliva. Entre sus síntomas destacan una sensación de sed constante y de ardor en la boca, una alteración en la percepción de los sabores, fisuras y úlceras en la lengua y en las encías o dificultad a la hora de masticar. Te interesará »  Deglución atípica: ¿qué consecuencias tiene y cuál es su tratamiento? Entre las posibles causas de esta bajada podemos distinguir: La ingesta de determinados medicamentos tales como antihistamínicos, antidepresivos, antiasmáticos o medicamentos para controlar la tensión arterial. El padecimiento de enfermedades sistémicas como la diabetes, la artrosis o trastornos alimenticios –anorexia y bulimia-. Las situaciones de picos de estrés. Malos hábitos como una dieta poco equilibrada, el consumo de alcohol o el tabaquismo. Los tratamientos de radioterapia o quimioterapia. La xerostomía supone una disminución del nivel de segregación de saliva y no sólo causa molestias al hablar o al dormir, sino que también tiene efectos en nuestra salud dental ¿Qué consecuencias tiene la xerostomía? Una disminución del nivel salivar supone una bajada de la acción protectora de la salivay tiene consecuencias nefastas para la salud dental. Aquellos pacientes que padezcan xerostomía son más proclives a sufrir enfermedades periodontales como la gingivitis o la periodontitis, pues están más expuestos a la irritación de las encías. La merma de la capacidad de producir saliva también influye en la deglución y en la masticación, dificultando la digestión y llegando a dañar el esófago. Además, son más proclives a la aparición de caries o de manchas en el esmalte de los dientes y suelen padecer mal aliento. ¿Cómo se puede solucionar la xerostomía? Para atajar esta afección debemos clarificar en primer lugar la causa del problema y, una vez dilucidada, determinar si estamos ante un caso reversible o irreversible. En el caso de que esta situación clínica sea reversible o puntual, generalmente provocada por la ingesta de medicamentos o por hábitos como el tabaquismo, podemos colaborar en la segregación de saliva a través de la ingesta de líquidos y alimentos o con una higiene bucodental más exhaustiva.     En cambio, los casos de xerostomía irreversible, típicos en pacientes con cáncer oral o bien con un mal funcionamiento de las glándulas salivales, se pueden atajar mediante la ingesta de fármacos específicos. Además, está recomendado el uso de sustitutos de la saliva que humedecen temporalmente la boca y, sobre todo, estimulantes salivares. Sin embargo, tan perjudicial es una carencia de la misma como un exceso de segregación. Aquellas personas cuyo caso se encuentra en el lado opuesto padecen sialorrea. ¿Qué es la sialorrea? La hipersalivación –o sialorrea- supone un exceso en la cantidad de saliva que segrega una persona. La sialorrea suele ser frecuente en pacientes con enfermedades neuronales tales como la enfermedad de Parkinson, parálisis cerebral o esclerosis lateral amiotrófica. También es habitual en personas que hayan sufrido un infarto cerebral o que, en definitiva, tengan alguna enfermedad que merme la actividad de los músculos de la cara. Además, la hipersalivación suele atacar a personas que estén siendo sometidas a tratamientos médicos de trastornos psiquiátricos tales como, por ejemplo, la esquizofrenia. ¿Qué consecuencias tiene la sialorrea? La hipersalivación no sólo dificulta el habla y provoca molestias a la hora de comer o dormir, sino que también produce lesiones y úlceras en los labios y en las zonas adyacentes de la boca. Estas últimas son especialmente frecuentes en bebés.   ¿Cuál es el tratamiento de la sialorrea? La hipersalivación se puede atajar, en un inicio, con medicamentos que inhiban la segregación de saliva. En algunos casos, están recomendados procedimiento quirúrgicos como, por ejemplo, los destinados a eliminar algunas glándulas salivales –sublinguales o submandibulares- o a ligar los conductos a través de los cuales la saliva llega a la boca, controlando la liberación de la misma. La saliva desempeña un papel fundamental en nuestra salud bucodental. En caso de sentir anomalías en la segregación de la misma, no debemos ignorarlas: en muchas ocasiones son un claro indicador de la existencia de otras patologías. Para mantener unos niveles óptimos de segregación salivar y evitar problemas tales como la xerostomía o la sialorrea, debemos erradicar malos hábitos de consumo, tales como el tabaquismo, y, sobre todo, seguir unas pautas de higiene oral exhaustivas. Pide tu cita gratuita

cirugía e implantes

Dientes incluidos, retenidos o impactados y su tratamiento

Los dientes incluidos, también conocidos como retenidos o impactados, son aquellos dientes que, a pesar de haberse formado totalmente, no han llegado a emerger en la boca durante el periodo habitual, y permanecen dentro del hueso maxilar parcial o completamente. A pesar de que puede ocurrir, indistintamente, con dientes temporales (los dientes de leche de los niños) o permanentes, así como en cualquier pieza dental, el proceso de inclusión es más común en los cordales –muelas del juicio- y en los caninos –colmillos- superiores. Es así dado que estos son los últimos dientes en erupcionar en la boca y, por lo tanto, tienden a no tener suficiente espacio para salir. Se trata de una situación muy frecuente entre la población mayor de 15 años y sus graves consecuencias exigen una reacción precoz. Para la detección de estos dientes incluidos se realizará una radiografía panorámica de la boca que ayude a descartar patologías y a determinar las causas del retraso en la erupción. Clasificación de dientes incluidos Existen dos tipos de inclusiones de dientes: Inclusión total: Es el caso de aquellos dientes que se han quedado completamente dentro del hueso maxilar y que no han emergido lo más mínimo a través de la encía. Inclusión parcial: Los dientes semi-incluidos o semi-impactados son aquellos que han erupcionado parcialmente en la boca y, dada su posición, son más vulnerables a las bacterias de la boca por lo que pueden sufrir infecciones recurrentes. En los casos en los que el diente emerge de manera parcial, se pueden apreciar algunos síntomas como la inflamación y sensibilidad en las encías, por lo que son más fáciles de detectar que los dientes completamente incluidos. Radiografía de un caso clínico de canino incluido tratado en la Clínica Dental SanCal   Estos son algunos de sus síntomas: Mal aliento Dolor o sensibilidad en las encías Dolor de cabeza o de mandíbula prolongado Enrojecimiento de las encías que se localizan alrededor del diente retenido Sabor de boca desagradable Espacio visible donde debería haber salido el diente Causas y complicaciones derivadas de los dientes retenidos A pesar de que no en todos los casos existe un factor claro que haya derivado en un diente incluido, algunas de las causas más comunes de este proceso son las siguientes: Infecciones Traumatismos Genética Falta de espacio en la boca Malnutrición En cuanto a las consecuencias derivadas de las inclusiones dentarias pueden ser numerosas y algunas muy graves, ya que el diente incluido que adquiere una malposición puede impactar contra los dientes vecinos y causar algunas de las siguientes complicaciones: Reabsorción de la raíz Daños en la estructura anatómica (seno maxilar, troncos nerviosos, raíces de dientes adyacentes…) Infecciones Alteraciones en el resto de dientes (pueden provocar apiñamiento) Aparición de bolsas periodontales Problemas de masticación Formación de caries por la placa acumulada entre los dientes y encías Desarrollo de quistes o tumores Molestia crónica en la boca Maloclusión Los dientes semi-incluidos son más vulnerables a las bacterias de la boca por lo que pueden sufrir infecciones recurrentes. ¿Cuál es el tratamiento para los dientes incluidos? Cuando nos encontramos la situación de un diente retenido en el hueso maxilar, podemos aplicar tres tipos de tratamientos: No actuar sobre el diente impactado y controlar su evolución: Sólo actuaremos de esta manera cuando no haya riesgo de que se produzca ninguna patología. En prácticamente la totalidad de los casos se recurre a los otros dos tratamientos. Extracción del diente retenido: A pesar de que sería el último recurso en el caso de un canino incluido –a menos que exista un problema grave-, es bastante común realizar una exodoncia en el caso de los cordales o muelas del juicio. Recolocación del diente incluido en la arcada dentaria: Cuando el diente en cuestión tiene una importancia funcional y/o estética –como es el caso de los caninos- optaremos por intentar recolocarlo en el lugar donde debería haber erupcionado. Cirugía de extracción de cordales incluidos (muelas del juicio) Los problemas de erupción de las muelas del juicio son muy comunes debido a que en la evolución del hombre, la mandíbula ha ido disminuyendo de tamaño más rápidamente que el número de dientes que posee el ser humano. Es por ello que, en muchas ocasiones, estos cordales no encuentran el suficiente espacio para emerger y acaban retenidos en el maxilar. Y dada su poca funcionalidad práctica y su carencia de funcionalidad estética, lo más recomendable, en la mayoría de casos, es extraerlos para evitar, así, posibles complicaciones (infecciones, movimiento del resto de dientes…). Este tipo de cirugía es muy frecuente y conviene que se realice antes de que el paciente desarrolle la raíz del cordal (antes de los 20 años de edad), ya que cuanto mayor sea la raíz, mayor contacto tendrá con el nervio y mayor será el riesgo durante la exodoncia. Se trata de una intervención quirúrgica de menos de media hora de duración y que, en la gran mayoría de casos, se realiza con anestesia local. Cuando la muela del juicio está totalmente incluida suele ser necesario realizar un corte en la encía para poder acceder a ella. Además, en ocasiones, suele tener que eliminarse algo del hueso que rodea al cordal o bien partir la muela en fragmentos para facilitar su extracción. El postoperatorio no debería implicar más que una hinchazón que irá reduciéndose en dos o tres días y exigirá una dieta blanda y una higiene acorde a las recomendaciones del profesional en la primera semana tras la intervención. Recolocación a base de tracción de los caninos incluidos Tras los cordales, los colmillos son los dientes que presentan mayores problemas de erupción. La causa más común en estos casos suele ser la falta de espacio en la arcada o que la posición del diente dentro del hueso es incorrecta. A diferencia de las muelas del juicio, los caninos adquieren mucha importancia en el conjunto de los dientes ya que se trata de piezas dentales muy fuertes y que ayudan a dirigir el movimiento de la oclusión. Es por ello que, si la posición del canino es favorable, el tratamiento más recomendable es la recolocación del mismo en la arcada dentaria mediante una intervención combinada entre la

Buenos hábitos

Mal aliento: ¿cuáles son sus causas y cómo combatirlo?

El aliento o aire que expulsamos por la boca al respirar varía de una persona a otra. Aunque cada uno de nosotros puede padecer cierto grado de halitosis de manera ocasional, hay quienes lo sufren durante todo el tiempo. A pesar de que hay personas que no son conscientes de tener mal aliento, la mayoría de las veces somos nosotros mismos los que nos damos cuenta de que padecemos halitosis. Sin embargo, es frecuente que los adultos que lo sufren crean estar únicamente ante un problema social, que disminuye la autoestima y genera dificultades en las relaciones sociales. Por ese motivo, no se atreven a hablar de él y les cuesta incluso pedir ayuda profesional, lo que dificulta la manera de combatirlo. Si bien es cierto que este olor desagradable puede estar motivado por razones muy diversas, lo más habitual es que tenga su origen en una mala higiene de la zona de la boca o en determinadas enfermedades de dientes o encías. Causas de la halitosis En este punto, podemos distinguir dos tipos de halitosis: oral (tiene su origen en la cavidad oral) y extraoral (nace en otro punto de nuestro cuerpo). La primera, que está relacionada con una mala higiene o con problemas bucodentales, es la causante del 90% de los casos de mal aliento. La segunda corresponde únicamente al 10% de los casos y en algunas ocasiones puede ser incluso una manifestación de una determinada patología.   En el 90% de los casos, el mal aliento se origina en la cavidad oral. Solamente en el 10% de los casos, la halitosis procede de otras partes del organismo Causas orales Las causas orales del mal aliento son las siguientes: Acumulación de restos de comida Si no nos cepillamos los dientes después de la comida, se acumulan los restos de comida en la cavidad oral y, con ello, aparecen bacterias en la boca, lengua o dientes Enfermedades periodontales Tanto la gingivitis como la periodontitis pueden causar mal aliento, además de otras complicaciones como retracción de encías, inflamación gingival, sangrado, pérdida de hueso y, por tanto, caída de la pieza dental afectada Absceso dental Es la acumulación de pus debido a una infección Caries Se considera el segundo trastorno de salud más común después del resfriado Uso de prótesis o aparatos de ortodoncia Tanto la placa como los residuos de alimentos se pueden acumular en todo tipo de dentaduras o aparatos que llevemos en la boca. Por esta razón, es imprescindiblelimpiarlos y cepillarse bien los dientes después de cada comida LAVAR LAS PRÓTESIS Y APARATOS DE ORTODONCIA Boca seca (xerostomía) La escasa salivación provocada por la xerostomía fomenta el crecimiento incontrolado de bacterias. Dado que la saliva favorece la limpieza y ayuda a eliminar los malos olores, hay que tener en cuenta que algunas circunstancias o situaciones provocan una menor salivación Ejemplos de esto pueden ser la respiración bucal, el consumo de determinados medicamentos –como antidepresivos-, enfermedades de las glándulas salivales, etc. Para estimular la producción de saliva se recomienda mascar chicle, beber mucho líquido (agua preferiblemente) o masticar bien la comida Faringitis Es la inflamación de la faringe, en la parte posterior de la garganta Consumo elevado de café, alcohol y tabaco Además de estas razones, se pueden subrayar otras situaciones en las que todas las personas podemos producir mal aliento ocasional o repentino. Esto puede ocurrir, entre otros momentos, cuando comemos determinados alimentos como ajo o cebolla crudos, por las mañanas al levantarnos de la cama, después de hacer deporte o de haber hablado durante horas. Sin embargo, este olor desagradable es puntual y desaparece en cuanto nos enjuagamos o después del cepillado.   ALCOHOL, CAFÉ Y TABACO PROVOCAN MAL ALIENTO Causas no orales o extraorales Las causas extraorales del mal aliento son las siguientes: Problemas en el tracto digestivo Puede ser por obstrucción intestinal –en este tipo de casos es característico que el aliento huela a heces- o infecciones en el estómago, por ejemplo Enfermedades sistémicas La halitosis puede manifestar la existencia de determinadas afecciones más o menos graves como pueden ser la diabetes mellitus, las enfermedades pulmonares, renales o hepáticas así como los problemas gastrointestinales Infecciones en la zona de la nariz como consecuencia de un virus o bacteria Ejemplos de estas infecciones pueden ser la sinusitis -inflamación de los senos paranasales- o la rinitis -inflamación de la mucosa nasal- Extrema tu higiene Si después de haber extremado tu higiene bucodental, no has eliminado el mal aliento acude a tu dentista Remedios para quitar la halitosis En función del motivo que provoque el mal olor, será necesario consultar con un especialista médico u otro. Por ejemplo, si nos encontramos ante una causa de origen oral, como sucede en el 90% de los casos, debemos buscar la solución en nuestro dentista de confianza. Debido a que muchas personas padecen halitosis debido a una falta de higiene bucodental, te damos una serie de remedios para combatir la halitosis. Cepíllate los dientes después de cada comida Una vez que nos hemos cepillado los dientes, debemos utilizar seda dental -para los espacios interdentales pequeños- o cepillos interproximales -para los espacios más grandes-, un limpiador lingual y enjuague bucal. Existe mucha variedad de productos y marcas comerciales, por lo que lo ideal es probar cuál te gusta más, así como pedir consejo a la Dra. Sánchez.   CEPILLADO DEBE INCLUIR SEDA, RASCADOR LINGUAL Y ENJUAGUE Acude periódicamente a la consulta del dentista Lo ideal es que visitemos la consulta del dentista dos veces al año, es decir, cada seis meses. De esta manera, el odontólogo podría advertir la existencia de una enfermedad periodontal, o cualquier otro tipo de afección oral, de manera temprana. Y, con ello, podría establecer, en el caso de que fuera necesario, un tratamiento lo antes posible para que el pronóstico fuera más favorable. Visita regularmente al higienista Nuestra recomendación es que acudas a realizarte una limpieza bucodental una o dos veces al año. Dado que la periodicidad depende de cada caso concreto, el higienista es el profesional que podrá determinar la frecuencia con la que debes someterte a la limpieza. Dicho profesional eliminará la placa que haya en tu boca y, de esta manera, evitará el desarrollo de bacterias que provocan caries o enfermedad periodontal. Si te han parecido demasiadas las veces que te hemos recomendado acudir al dentista e higienista, puedes intentar que ambas visitas coincidan. Por ejemplo, en nuestra clínica dental, la higiene es muy completa. Tiene una duración de 50 minutos e incluye una revisión en la que el odontólogo revisa el

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Causas y remedios para aliviar el dolor de encías

El dolor de encías –normalmente unido a una inflamación y/o sangrado de las mismas- es una patología muy común entre la población en general, aunque especialmente en personas de entre 30 y 50 años. Puede aparecer como un dolor puntual asociado a una herida o un traumatismo, pero aquel dolor de encías que persiste en el tiempo y que se presenta de manera muy localizada es el más preocupante, dado que puede ser síntoma de una enfermedad periodontal. Causas principales del dolor de encías Las causas más comunes del dolor de encía suelen ser las enfermedades periodontales, que como procesos infecciosos causados por las bacterias que se alojan en nuestra boca, provocan la inflamación e irritación de las encías y por tanto, molestias en las mismas. Existen dos estadios de enfermedad periodontal que provocan dolor de las encías. Los describimos a continuación: Gingivitis Es la enfermedad periodontal provocada por la acumulación de placa bacteriana y que ocasiona inflamación, enrojecimiento y sangrado de la zona gingival. El principal factor por el que se origina es la mala higiene dental: no cepillarse correctamente, o hacerlo de forma agresiva, no utilizar hilo dental… Todo ello favorece la aparición de gingivitis. Periodontitis Se trata del estadio avanzado de la gingivitis, donde las bacterias han afectado no sólo a los tejidos blandos, sino también al hueso maxilar, poniendo en riesgo el sustento de los dientes. Este tipo de infección provoca síntomas como mal aliento, enrojecimiento o sangrado de encías, inflamación gingival, dolor, y movimiento de los dientes.   GINGIVITIS Tanto en el caso de la gingivitis como en el de la periodontitis crónica, el dolor de encías, aunque muy localizado, no suele presentarse de forma permanente. De hecho, lo más frecuente es que surja durante el cepillado o cuando comemos algo. De cualquiera de las maneras, el tratamiento para frenar la gingivitis y que no derive en una periodontitis es una limpieza profesional. Gracias a ella se eliminará la placa bacteriana acumulada y las encías irán desinflamándose hasta que, finalmente, remita el dolor gingival. Otros motivos por los que duelen las encías Además de las enfermedades periodontales como la gingivitis y periodontitis, existen otras causas por las que las encías pueden llegar a doler. Estas son algunas de ellas: Después de una profilaxis: después de una limpieza profesional donde el higienista tiene que raspar la zona de las encías para eliminar la placa bacteriana, es normal que las encías se inflamen y duelan. Tras un tratamiento de blanqueamiento dental: los productos que se utilizan durante una sesión de blanqueamiento dental pueden provocar sensibilidad dental. Cuando esto ocurre, el paciente siente un dolor localizado e intenso al contacto con alimentos o bebidas muy frías o calientes. Sin embargo, las molestias deberían desaparecer al separar los dientes y encías del estímulo externo. Cambios hormonales: aunque la gingivitis gestacional es de conocimiento general, el dolor de encías no va asociado únicamente al embarazo, sino a todos los cambios hormonales que sufren las mujeres. Por ejemplo, después del parto, antes de la menstruación… GINGIVITIS DURANTE EL EMBARAZO Después de la colocación de un implante: la intervención para la colocación de un implante es bastante invasiva por lo que es habitual que los días posteriores a la cirugía se sienta dolor en las encías cercanas al implante dental. Tras la extracción de un diente: es completamente normal sentir dolor en las encías que se encuentran alrededor del diente extraído. La exodoncia habrá producido una inflamación en las mismas y hasta que ésta remita pueden padecerse dolores. Después de someterse a una endodoncia: al igual que en los casos anteriores, al intervenir quirúrgicamente un diente, que en este caso ha sufrido una endodoncia, las encías que le rodean se ven afectadas por la manipulación realizada por el profesional y por lo tanto, pueden sufrir dolor e hinchazón de la zona gingival cercana. Encías retraídas: hay ocasiones en la que la retracción de encías se debe a un cepillado fuerte, en lugar de a una enfermedad periodontal. Cuando las encías retroceden hasta dejar la raíz del diente al descubierto, es posible sentir un fuerte dolor que irá asociado a la exposición del nervio ante estímulos externos. Diabetes: son muchos los estudios que demuestran la relación directa que existe entre esta patología y las enfermedades periodontales. Y ello se explica debido a que las personas que padecen  diabetes mellitus de tipo 2 sufren unas alteraciones en sus vasos sanguíneos que pueden impedir la adecuada circulación de la sangre en las encías. Dichos problemas circulatorios provocan inflamación y dolor en las mismas. Anemia: la falta de vitaminas propia de personas que padecen anemia también puede provocar problemas en la cavidad oral. Bruxismo: las personas bruxistas suelen padecer dolores de dientes y encías debido a la fricción que producen al rechinar los dientes. La dentición en bebés: se trata de una de las causas más comunes del dolor de encías en bebés. A partir de los 6 u 8 meses de edad los niños empiezan a sentir las encías inflamadas y sensibles. Sin embargo, esto es una consecuencia natural de su desarrollo. DENTICIÓN EN BEBÉS El uso de prótesis: sin una correcta higiene, es frecuente que se acumulen restos de comida entre la prótesis, por lo que puede producirse una inflamación por sarro. La toma de determinados medicamentos: algunos fármacos también pueden provocar que las encías se inflamen y duelan. El uso de ortodoncia: aparatos de ortodoncia como los brackets dificultan la limpieza dental y, por tanto, pueden favorecer la aparición de gingivitis por acumulación de sarro. El hábito de fumar: fumar aumenta la acumulación de la placa bacteriana, lo que hace que se desarrollen enfermedades periodontales con mayor facilidad. Dientes mal alineados: cuando existen malposiciones en los dientes es más común que se acumule el sarro alrededor de las piezas dentales. Si no se practica una buena higiene dental, esta situación puede derivar en una posible gingivitis. Dado que el dolor de encías puede deberse a algunas enfermedades que pueden llegar a ser graves (especialmente en el caso de la periodontitis) es importante determinar cuál de las anteriores puede ser la causa subyacente para poder así aplicar el tratamiento adecuado para la misma. Remedios para aliviar el dolor de encías Una vez que hemos diagnosticado dónde está nuestro problema, es momento de buscar la solución para calmar el dolor de encías. Cuando se trata de un dolor puntual no asociado a una patología

Cultura y curiosidades

Los tres peores efectos del tabaco en tu salud bucodental

Los daños que provoca el tabaco en nuestra salud bucodental van mucho más allá de la halitosis -mal aliento-, el color amarillo o las características manchas que aparecen en los dientes de las personas fumadoras. De hecho, los mayores peligros derivados tabaquismo no se pueden apreciar a simple vista. El consumo de tabaco complica la respuesta de nuestro cuerpo a las enfermedades periodontales, puede intervenir en el fracaso de los implantes dentales y aumenta la predisposición a padecer cáncer de boca. No hay que olvidar que la boca funciona como puerta de entrada del humo del tabaco–y de todos sus nocivos componentes- a nuestro organismo. Por ello, muchos de sus efectos negativos se concentran en esta parte del cuerpo. El cáncer de boca es probablemente el peor de los efectos asociados al tabaco. Peor respuesta ante enfermedades periodontales Las enfermedades periodontales (gingivitis y periodontitis) son aquellas patologías que afectan a los tejidos que sirven de soporte del diente –encías, hueso…- y están causadas por bacterias. Es decir, son infecciones que se producen por la acumulación progresiva de sarro debajo de las encías. Mientras que la gingivitis es la versión más moderada de la enfermedad, la periodontitis es la más agresiva y se produce cuando no se ha tratado correctamente la gingivitis. Por ello, lo que primero empieza manifestándose como inflamación y/o sangrado de encías deriva en una pérdida progresiva de hueso. Esto conlleva, irremediablemente, la pérdida de dientes, ya que éstos pierden el soporte en el que se sustentaban.   ESTADOS DE LA ENFERMEDAD PERIODONTAL Una vez clarificado qué son las enfermedades periodontales, debemos tener en cuenta que el tabaco disminuye el riego sanguíneo y contribuye a la disminución de las defensas en las encías. Esto dificulta nuestra respuesta al ataque de las bacterias causantes de la gingivitis y la periodontitis que se acumulan en la zona. Una vez alojadas en la encía, apenas encuentran resistencia para empezar a destruir los tejidos de soporte del diente. Sin embargo, el tabaquismo no solamente permite a la enfermedad periodontal avanzar más rápido, sino que además complica el diagnóstico ya que enmascara las señales de alarma. Esto se debe a que los las personas fumadoras presentan menor sangrado de encías e inflamación que las no fumadoras. Al ser la periodontitis una enfermedad crónica que no se detiene sin un tratamiento adecuado, el retraso en el diagnóstico conlleva una respuesta tardía al problema. Una vez que a la persona se le ha detectado el problema y comienza con el tratamiento, lo más adecuado es dejar de fumar, ya que la respuesta a dicho tratamiento también es peor en fumadores.   FUMAR PERJUDICA LA SALUD DE LA BOCA Fracaso de implantes dentales Dado que hay una gran cantidad de pacientes fumadores que se someten a una cirugía de implantes dentales con éxito, no se puede afirmar que el hábito de fumar conlleve necesariamente el fracaso en el tratamiento. Sin embargo, este factor aumenta el riesgo de experimentar complicaciones a lo largo del tratamiento. De hecho, hay diversos estudios que indican unas tasas de éxito más bajas en pacientes fumadores. En primer lugar, es necesario considerar que por sencilla y poco invasiva que sea la colocación de implantes, toda cirugía requiere una mínima incisión. Esta herida producida durante la intervención necesita, a su vez, un periodo de cicatrización que tiende a alargarse en pacientes fumadores debido a la disminución de sus defensas y riego sanguíneo. Por otro lado, la disminución de las defensas también aumenta el riesgo de padecer infecciones en la herida que compliquen el postoperatorio.   TABAQUISMO DIFICULTA LA OSTEOINTEGRACIÓN Dicho esto, debemos señalar que el tabaquismo no solamente reduce las posibilidades de éxito de los implantes en las fases iniciales, sino también a medio y largo plazo. Los nocivos componentes que se encuentran en el humo dañan directamente los huesos maxilares, lo que dificulta la osteointegración –proceso mediante el cual el implante se une al hueso- y disminuye la vida media de los implantes. Dados los efectos del tabaquismo en los implantes dentales, lo más recomendable es dejar de fumar unas semanas antes de comenzar el tratamiento. Mayor predisposición al cáncer de boca El cáncer de boca es probablemente el peor de los peligros asociados al tabaquismo. Aunque en la aparición de esta enfermedad hay una serie de factores de riesgo -sexo o edad- que no podemos controlar hay otros que sí están en nuestra mano. Por ejemplo, el tabaco juega un papel especialmente importante en el desarrollo del cáncer oral. Tal y como apunta la Asociación Española contra el Cáncer, el humo está compuesto por 4.000 sustancias diferentes, 69 de las cuales son cancerígenas.   SUSTANCIAS CANCERÍGENAS EN EL HUMO En lo que respecta a personas fumadoras, el riesgo de padecer cáncer de boca está relacionado con la cantidad de tabaco que se consuma y durante cuánto tiempo. Dado que hay otras muchas circunstancias sobre las que no tenemos control y que nos predisponen a padecer la enfermedad, una de las mejores medidas que están a nuestro alcance para prevenir el cáncer de boca es directamente no fumar. Cada año mueren en España alrededor de 50.000 personas por causas atribuibles al consumo de tabaco. A las muertes por cáncer hay que añadir las producidas por enfermedades cardiovasculares y pulmonares, por lo que dejar de fumar es la mejor elección para quienes quieren tener una mayor calidad y cantidad de vida.

Buenos hábitos, Cultura y curiosidades, Prevención

Sarro dental: ¿por qué se forma y cómo podemos eliminarlo?

El sarro dental no sólo amenaza la estética de nuestra boca, si no que su acumulación puede ser la causante de distintas afecciones bucales.En el presente artículo te informaremos de cuáles son las causas de su formación, de las consecuencias que puede tener para la salud oral y, por último, de los métodos permiten eliminarlo de forma eficaz de nuestros dientes y encías. ¿Qué es el sarro dental? El sarro dental -también conocido como cálculo o tártaro dental- es el resultado de la calcificación de la placa bacteriana en nuestros dientes y encías. Pero, ¿qué es la placa bacteriana y qué consecuencias tiene en nuestra salud dental? ¿Cómo se forma el sarro dental? La placa bacteriana -también conocida como biofilm dental- es una película transparente de un grosor muy fino sobre la cual se depositan las bacterias presentes en nuestra boca. Su presencia en nuestra cavidad oral se remite a edades muy tempranas, y su formación es inevitable cada vez que realizamos la ingesta de algún alimento o bebida. Para eliminar la placa bacteriana, los especialistas insisten en la importancia de tener unas buenas rutinas de higiene oral. En caso de no erradicar el cúmulo de placa de nuestros dientes y encías de una manera efectiva, ésta se calcifica y se produce la formación de sarro. De color amarillento y, en casos de acumulación más severos, marrón, el sarro es una sustancia más dura y difícil de eliminar que la placa bacteriana. Además, su superficie es más rugosa que la de los dientes. Por este motivo, su formación favorece la adhesión de placa y acelera, por tanto, el proceso de acumulación de la misma en nuestros dientes y encías.   SARRO DENTAL Podemos distinguir dos tipos de sarro en función de la zona en la que se ha acumulado: Hablaremos de sarro supragingival cuando su presencia se limite a la superficie de los dientes y de las encías de nuestra cavidad bucal. Por el contrario, nos referiremos a sarro subgingival cuando éste se acumule por debajo de la línea de la encía, formando bolsas periodontales. El sarro subgingival no es tan fácil de percibir como el primero, y su acumulación tiene un riesgo elevado para la salud de nuestra boca. ¿Qué consecuencias tiene el sarro dental en nuestra salud dental? En primer lugar, la existencia de sarro en nuestra boca tiene una evidente consecuencia estética: su presencia en nuestros dientes y encías afecta negativamente al blanco de nuestra sonrisa. Pero, además, la acumulación de sarro es la responsable de dos de las afecciones dentales más comunes: las enfermedades periodontales y la formación de caries. Las enfermedades pgingivitis, periodontitiseriodontales son un conjunto de enfermedades infecciosas provocadas por bacterias presentes en nuestra boca -las bacterias periodontales-. Las enfermedades periodontales se pueden dividir en dos grandes grupos: gingivitis y periodontitis. La diferencia fundamental es que la gingivitis es una enfermedad que afecta principalmente a los tejidos blandos -a la encía, provocando inflamación de la misma-. Sin embargo, la periodontitis cursa con una inflamación y sangrado de la encía y culmina con una pérdida de inserción. Es decir, la pérdida del hueso que soporta nuestros dientes. Por otra parte, la caries es una afección que supone el daño del esmalte de nuestros dientes provocada por la acción de las bacterias que se acumulan en la placa.     CARIES En un estado inicial, la caries afecta exclusivamente al esmalte dental. En caso de no ser tratada a tiempo, puede llegar a dañar el nervio dental e incluso provocar la pérdida de la pieza dental en caso de caries muy avanzadas. Por último, el sarro tiene una última consecuencia en nuestra salud oral: el mal aliento-también conocido como halitosis-. ¿Cómo se puede eliminar el sarro? A diferencia de la placa bacteriana, el sarro no se puede eliminar con el cepillado dental. Para ello, deberemos acudir a una clínica dental dental para que lleve a cabo una profilaxis un profesional cualificado. ¿Qué es una profilaxis? Por muy bien que nos cepillemos los dientes tras cada comida y hagamos uso de la seda dental, siempre quedan pequeños restos de placa que, de manera paulatina, se van acumulando y evolucionan en la formación de sarro. También conocida como higiene dental profesional, la profilaxis es un tratamiento que consiste en la eliminación de las bacterias que se acumulan en nuestros dientes y encías. El procedimiento de la profilaxis es muy sencillo: En primer lugar, hacemos uso de la punta de ultrasonidos para eliminar los depósitos de cálculo. Gracias a la emisión de una vibración y al uso del agua a presión, vamos eliminando el sarro acumulado en nuestros dientes y encías. Posteriormente, emplearemos la seda dental. Pasándola por todas las superficies de los dientes, nos aseguramos de que no quedan restos de sarro en nuestra boca.   PUNTA DE ULTRASONIDOS Se trata de un proceso indoloro para el paciente. Su única contraindicación es la aparición de cierta sensibilidad dental tras la cita, que remitirá en unos días. En el caso de que el sarro se acumule también debajo de la línea de la encía -sarro subgingival- y el paciente padezca periodontitis, tendremos que llevar a cabo un raspado y alisado radicular. ¿Qué es un curetaje dental? El curetaje -también conocido como raspado y alisado radicular-, es un procedimiento que se realiza en clínica para el tratamiento de la periodontitis. Te interesará »  Dientes incluidos, retenidos o impactados y su tratamiento Consiste en el desbridamiento de todas las bacterias causantes de la enfermedad periodontal, el acúmulo de sarro y placa que se encuentra tanto por encima como por debajo de la línea de la encía. Se realiza mediante un procedimiento de limpieza con ultrasonidos y, a continuación, con el uso de unas curetas -instrumentos manuales que nos permiten desbridar por debajo de las encías de una manera más detallada y en profundidad-. El curetaje dental está indicado en aquellos pacientes que presentan periodontitis. Durante el procedimiento el paciente no sufre ningún tipo de molestia: se encuentra completamente anestesiado. Tras el tratamiento puede sentir algún dolor leve o moderado que podrá solventar mediante la ingesta de antiinflamatorios. Además, es habitual sentir cierto aumento de la sensibilidad dental -al igual que en los procedimientos de profilaxis- que remitirán de forma progresiva. Mientras tanto,

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Alveolitis dental: ¿Qué es y cómo se trata?

La alveolitis es una complicación postoperatoria que puede aparecer tras una extracción dental. De hecho, se estima que afecta al 3-4% de los pacientes que se someten a este tipo de tratamiento. Sin embargo, a pesar de su relativa frecuencia, la buena noticia es que la alveolitis no es un problema grave y remite con el paso de los días. ¿Qué es la alveolitis y por qué se produce? Como ya hemos mencionado, la alveolitis es una complicación que se produce tras una extracción (normalmente entre 24 y 72 horas después). De entre todas las intervenciones de este tipo, la alveolitis se presenta de manera más frecuente en los casos en los que se extraen las muelas del juicio retenidas –o terceros molares-. Tras una extracción, lo más habitual es que se forme un coágulo de sangre en el hueco que ha dejado el diente -el alveolo-. Este coágulo sirve de protección para el alveolo pero, si no se forma o se rompe después de haberse formado, el alveolo queda expuesto. De esta manera, será más vulnerable al ataque de bacterias o cualquier agente externo, lo que provocará dolor e inflamación en el tejido.   PARTES DE UN DIENTE Tipos de alveolitis: seca y húmeda Existen dos tipos de alveolitis, los cuales son los siguientes: Alveolitis seca En la alveolitis seca, el alveolo se encuentra vacío. Es decir, no se observa el coágulo de sangre y, en su lugar, se ve el hueso de la cavidad. Alveolitis húmeda En el caso de la alveolitis húmeda, el alveolo no está vacío. De hecho, presenta un tejido sangrante y oscuro. El tabaquismo, la edad y el uso de anticonceptivos orales son factores de riesgo a la hora de desarrollar una alveolitis seca ¿Cuáles son los síntomas? La alveolitis se manifiesta con molestias y dolor en la zona donde se ha producido la extracción. Podríamos decir que los pacientes que desarrollan una alveolitis experimentan un proceso similar. En un primer momento, sienten unas ligeras molestias, para posteriormente presentar una leve mejoría que deriva en un empeoramiento con dolor agudo. Otros de los síntomas que acompañan a este proceso es el mal aliento y sabor de boca. ¿Cómo sé si el dolor que tengo es “normal”? Tras la extracción de un diente o una muela es normal sentir cierto grado de dolor o malestar en la herida producida durante la intervención. Sin embargo, estos dolores o molestias denominados “normales” suelen caracterizarse por dos aspectos: Son tolerables con el uso de la medicación analgésica recetada por el cirujano Se producen durante las primeras 48 horas y disminuyen con el paso de los días Sin embargo, si este dolor no es controlable con los medicamentos analgésicos –por ejemplo, no permite al paciente dormir- y va en aumento pasadas las 48 horas, existe la posibilidad de que se haya desarrollado una alveolitis. DOLOR DE ALVEOLITIS IMPIDE DORMIR Tratamiento contra la alveolitis seca o húmeda Si presentas estos síntomas, lo más adecuado es que acudas al dentista. Una vez que te han diagnosticado alveolitis, lo más probable es que el odontólogo comience enjuagando el alveolo con suero. De esta manera, limpiará la zona y eliminará cualquier residuo que se haya quedado alojado. Además, será necesario que recete medicación: analgésicos para combatir el dolor, antibióticos para curar la infección y antiinflamatorios para rebajar la hinchazón. Tras el tratamiento en la clínica dental, también es posible que el dentista te pida que te irrigues el alveolo diariamente con suero para agilizar la curación. Por lo general, todo este proceso de curación tiene una duración de 10 a 15 días aproximadamente. ¿Cómo prevenir esta complicación? Al igual que ocurre con otras afecciones bucales, la mejor arma contra la alveolitis secaes la prevención. Por eso, a la hora de intentar prevenirla, es importante conocer los factores de riesgo que pueden desencadenarla. Esta información no solamente nos servirá para seguir unos hábitos adecuados tanto antes como después de la extracción del diente o la muela. También será útil conocerla para entender la necesidad de transmitir al dentista que realiza la extracción ciertos aspectos sobre nuestra situación o hábitos de vida. Elige un buen dentista Dado que la experiencia del odontólogo juega un papel fundamental, te recomendamos que busques un profesional muy experimentado en realizar extracciones dentales Entre los factores de riesgo más importantes podemos distinguir los siguientes: Falta de higiene Una mala higiene de la boca aumenta las posibilidades de padecer una alveolitis. Por eso, se aconseja el cepillado de los dientes después de cada comida. Pero, además de esta recomendación general, que aplica a todas las personas, existen consejos específicos para después de la cirugía. Te interesará »  Dientes artificiales con células madre Tras ésta, puedes enjuagarte suavemente la boca y cepillarte los dientes, aunque evitando la zona de la extracción durante las primeras 24 horas. Dicho esto, será necesario que consultes con tu dentista o cirujano las pautas de higiene específicas para tu caso. Dificultad de la extracción Las posibilidades de desarrollar una alveolitis aumentan cuando es necesario llevar a cabo una cirugía propiamente dicha, en la que hay que tocar mucho tejido, en lugar de una extracción simple. De esta manera se explica la mayor probabilidad de padecer una alveolitis cuando es necesario realizar la extracción de muelas del juicio incluidas. Trauma quirúrgico Un mayor trauma producido durante la extracción dificulta y retrasa la curación alveolar. Este daño en el área puede asociarse con la inexperiencia del dentista o cirujano, ya que un profesional con muchas cirugías a sus espaldas sabe cómo realizar la intervención causando el menor trauma posible. Tabaquismo El humo del tabaco contiene gran cantidad de componentes contaminantes y nocivos que no solamente perjudican nuestra salud general. Además de esto, contaminan la herida y retrasan su curación. Y, por si fuera poco, la aspiración del humo del cigarro perjudica la formación del coágulo de sangre. Por ello, se debe evitar fumar tanto antes como después de la intervención.   DEJAR DE FUMAR POR EXTRACCIÓN DENTAL Edad del paciente Una persona de edad avanzada tiene más probabilidades de desarrollar una alveolitis que un paciente joven. Uso de anticonceptivos orales Los anticonceptivos contienen, entre otros elementos, estrógenos. Diversos estudios afirman que estas hormonas dificultan la correcta formación del coágulo de sangre. Como puedes ver, la alveolitis no presenta complicaciones graves pero sí es un proceso molesto y doloroso cuya curación requiere tratamiento y esperar unos días. Es por esto por lo

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Beneficios de la irrigación bucal

La irrigación bucal es una técnica poco usada pero muy recomendada para conseguir una higiene bucodental completa. Pero, ¿En qué consiste? ¿Qué beneficios aporta a mi sonrisa? El irrigador bucal puede ser un gran aliado para mantener una buena salud bucodental. Se trata de un aparato que aplica un chorro de agua a presión. Su uso es como complemento del cepillado. ¿En qué casos es más recomendado el uso de un irrigador? Enfermedades periodontales. La irrigación puede ser clave para prevenir el desarrollo de la gingivitis y la periodontitis. Pacientes portadores de ortodoncia. Esta técnica es especialmente recomendada en pacientes con brackets, ya que consigue eliminar los restos de estos espacios difíciles. Pacientes con los dientes sensibles. En pacientes con sensibilidad dental, el uso de otros productos como el hilo dental puede ser doloroso. El irrigador evita el roce y el sangrado de las encías. Así, permite una limpieza eficaz sin dolor. El irrigador bucal permite eliminar los restos de comida y bacterias de los aparatos fijos, que tienden a crear zonas de retención de placa bacteriana. También puede llegar a aquellas zonas donde no alcanzan los filamentos de los cepillos. Hay diferentes tipos y modelos de irrigador bucal. En general la presión del agua se puede controlar, y muchos irrigadores son portátiles. También se puede regular el tipo de chorro para que sea recto o giratorio, en función del tipo de zona que nos interese limpiar. Los beneficios de la irrigación bucal Son muchos los beneficios de la irrigación bucal. Uno de los más inmediatos es que aporta frescor a la sonrisa. Esto nos ayuda a combatir el mal aliento o halitosis. Al llegar a partes mas profundas de la boca y limpiar parte de la lengua, removemos las bacterias relacionadas con la halitosis. La irrigación bucal también ayuda a eliminar las manchas de la superficie de los dientes. Esto permite recuperar un color más radiante y tener una sonrisa más bonita. Otra clave es la prevención de patologías bucodentales. La eliminación de placa bacteriana en espacios entre dientes y encías evita el sarro. Además, ayuda a prevenir el desarrollo de patologías como la gingivitis, así como infecciones e irritaciones en las encías. La gran ventaja de la irrigación bucal en comparación con otras técnicas es que permite una limpieza no invasiva en dientes que han sido sometidos a otros tratamientos. Por ejemplo, dientes con carillas y coronas dentales. El paciente puede realizar una limpieza en profundidad sin alterar los resultados de estos tratamientos. Para que la irrigación bucal tenga los efectos de prevención deseados, es importante realizar otros pasos previos como el cepillado. Lo más importante es cepillarse los dientes después de cada comida, con un cepillo de cerdas suaves y sin ejercer demasiada presión. Además del irrigador bucal, el enjuague también es un buen aliado para eliminar los restos de placa bacteriana entre dientes y encías.

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¿Sabes cuál es la enfermedad bucodental más común y cómo prevenirla?

Al igual que ocurre con otras partes de nuestro cuerpo, debemos proporcionar a la boca unos cuidados específicos con el objetivo de mantener unos dientes y encías sanos de por vida. Sin embargo, también es verdad que hay determinadas enfermedades que tienen una gran prevalencia entre la población y tienen más posibilidades que otras de aparecer en algún momento de nuestra vida. Este es el caso de la caries: no solamente es el problema bucodental más común, sino que además es la segunda enfermedad más habitual en España, por detrás del resfriado.   ¿Cuáles son las enfermedades bucodentales más comunes? 1. Caries Como acabamos de mencionar, de todas las enfermedades que comprometen nuestra salud en general, la caries es la segunda más común.  Se estima que afecta al 90% de la población mundial, por lo que es probable que la padezcas o hayas padecido. En la mayoría de ocasiones, la caries aparece en niños y adultos jóvenes, aunque puede desarrollarse a cualquier edad. El origen de la caries está en la destrucción de tejidos del diente, que tiene lugar como consecuencia de diferentes factores. Estos desencadenantes están relacionados fundamentalmente con los hábitos de higiene y nutrición: acumulación de placa bacteriana, consumo de azúcares y ácidos presentes en muchos alimentos y bebidas, higiene bucodental deficiente… Además, hay algunas personas que tienen mayor predisposición genética a padecer caries. Sin embargo, éste es un factor que influye en menor medida. De la misma manera que la enfermedad aparece de manera muy frecuente, el tratamiento para combatirla es sencillo: el empaste u obturación. Este procedimiento consiste en limpiar la cavidad del diente en el que se encuentra la caries para posteriormente rellenarla con composite. Dicho esto, es muy importante tratar la caries cuando muestra sus primeros síntomas: dolor o molestias en los dientes, especialmente al ingerir alimentos y bebidas dulces así como muy calientes o frías. Si la caries se deja avanzar, dañará más el diente y requerirá una endodoncia, que es un tratamiento más complejo que el empaste u obturación. Y, si no se trata, a la larga provoca la pérdida de dientes. No hay que olvidar que la caries es la primera causa de pérdida prematura de dientes en personas jóvenes. La caries es la enfermedad bucodental más común y la primera causa de pérdida prematura de dientes. 2. Gingivitis Al igual que en el caso de la caries, la higiene juega un papel fundamental en la aparición de la gingivitis. La gingivitis se caracteriza por la inflamación y el sangrado de las encías provocados por las bacterias que se desarrollan debido a la acumulación de placa bacteriana.     INFLAMACIÓN Y SANGRADO DE ENCÍAS Los síntomas que provoca esta enfermedad son, por tanto, muy claros. El sangrado que aparece durante el cepillado es la primera señal de alarma. Si te sucede, visita a tu dentista lo antes posible, ya que si la gingivitis es tratada a tiempo, es muy fácil de combatir. Su tratamiento consiste fundamentalmente en una limpieza bucodental profesional y en extremar las técnicas de higiene en casa. Sin embargo, si no se trata a tiempo, a la larga comienza a afectar al hueso y deriva en una periodontitis. Tal y como explicaremos en el punto siguiente, esta enfermedad bucodental es mucho más compleja. Como muestra de la prevalencia de la gingivitis entre la población, se estima que en España solamente el 14.8% de los adultos de entre 35 y 44 años tiene las encías sanas. Por su parte, el 59,8% tendría gingivitis y el 25,4% periodontitis. En individuos mayores de 65 años, el porcentaje de encías sanas es aún menor: 10,3%. El resto tiene una enfermedad periodontal: 51,6% tendría gingivitis y el 38% tendría periodontitis.   3. Periodontitis Tanto a la gingivitis como a la periodontitis se les conoce con el nombre de enfermedades periodontales. Como ya hemos mencionado en el punto anterior, la periodontitis es la consecuencia de una gingivitis que no ha sido tratada correctamente.     GINGIVITIS VS PERIODONTITIS Aunque la periodontitis también se puede curar, su tratamiento es más complejo que el de la gingivitis. Éste requiere, entre otros, mediciones para comprobar la profundidad del sarro acumulado en las encías, análisis microbiológico, raspado y alisado radicular, etc. Es precisamente por la mayor complejidad del tratamiento por lo que se recomienda acudir a un periodoncista nada más advertir los primeros síntomas de la gingivitis (inflamación y sangrado de las encías). Si se deja progresar la enfermedad, las bacterias causarán cada vez un daño más profundo y llegarán al hueso, que no hay que olvidar que actúa como soporte del diente. De esta manera, aparecerán otras señales de alarma: mal aliento, recesión de encías, aparición de triángulos negros entre los dientes, movilidad de piezas dentales… Todo esto llevará a consecuencias irreversibles: si se causa un daño progresivo en el hueso que soporta el diente, a la larga se producirá la pérdida de dientes.   4. Cáncer bucal El cáncer oral o bucal se produce con mayor frecuencia en los labios y la lengua. Sin embargo, también desarrollarse dentro de la boca y comprometer las encías, el paladar y la garganta. Aunque cualquier persona (de cualquier edad y sexo) puede padecer cáncer oral, éste afecta en mayor medida a los hombres mayores de 40 años. Bien es cierto que la genética juega un papel esencial en el desarrollo del cáncer. Sin embargo, existen otros factores de riesgo muy importantes. Estos son el tabaquismo y el alcohol. Como en cualquier otra enfermedad, la detección temprana es fundamental en el éxito del tratamiento. Por eso, es importante saber identificar los primeros síntomas y acudir a revisiones regulares con el dentista. Dichos síntomas pueden ser: Úlceras o llagas en la lengua, los labios o cualquier otra parte de la boca Manchas blancas o rojas en la lengua, en las encías o cualquier otra parte de la boca Problemas o dolor al masticar o deglutir Dificultades en el habla Dolor en alguna parte de la boca, sin explicación aparente No hay que olvidar que a pesar de que conozcamos determinados síntomas, el odontólogo es el profesional que cuenta con mayor experiencia y conocimientos para advertirlos.   5. Halitosis El mal aliento o la halitosis comprenden el conjunto de olores desagradables que se emiten a través de la boca. Existen dos tipos de halitosis: oral y extraoral. En el 90% de los casos, el mal aliento tiene su origen en la propia boca. En estos casos, el olor desagradable se debe fundamentalmente a una higiene deficiente, el tabaco o enfermedades periodontales (gingivitis y periodontitis).

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Tabaquismo: ¿Son los vapeadores inocuos?

Hace unos años vimos como una moda estallaba en nuestras calles: el vapeo. El cigarrillo electrónico nos promete dejar de fumar tabaco normal para cambiarlo, y fuera de que éste tenga e efecto prometido o no, lo que nos preocupa es cuán saludable es uso de los vapeadores. Tras algunos años se han publicado determinados estudios por parte del sector académico odontológico. Como en el resto de los campos, cuando se detecta que una novedades es potencialmente peligrosa y podría ser nociva para la salud de los pacientes, se busca realizar ensayos para determinar la inocuidad del producto. Durante el 2012 se realizó una encuesta sobre los vapeadores. Los datos decían que tan solo un 9% de los fumadores había sustituido el tabaco por el vapeador, y un 40% ni siquiera había oído hablar acerca del vapeador. Fue un poco más tarde cuando se desataría la explosión en el mercado, con cada vez más y más tiendas de vapeadores abiertas con agresivas técnicas de marketing. Si bien prácticamente todas las tiendas no duraron mucho más que la propia moda en sí (modas como hemos podido ver que van apareciendo cada cierto tiempo y desaparecen tan rápido como aparecieron) sí que muchas personas han abandonado el tabaco de forma definitiva para pasarse a este tipo de dispositivo. Vapeadores: ¿Qué sabemos de ellos? Los abanderados de los vapeadores nos dicen que el propio vapeo en sí no es más nocivo que un cigarrillo normal y que hay ciertas personas que confeccionan los líquidos en sus propias casas, pero aun y así no tenemos claros cuales son los efectos secundarios tras una exposición de décadas. Lo que sí se supone que está confirmado es que no existen los vapeadores pasivos, eso es al menos lo que dice un estudio realizado en España. Este nos indica que después de haber analizado la presencia de sustancias presentes en ambos productos (tanto en tabaco como en cigarrillo electrónico) determinan que la presencia de la nicotina en los cigarros electrónicos es ínfima si la comparamos con la presencia que deja el tabaco. Esto es una buenísima noticia si tenemos en cuenta que se estima que aproximadamente, uno de cada dos fumadores terminará falleciendo debido a complicaciones debidas al tabaquismo. Además, fumar se calcula que reduce la esperanza de vida aproximadamente en unos 10 años. En el mercado podemos encontrar todo tipo de líquidos, incluidos aquellos que también contienen nicotina. Dependiendo de la marca encontramos diferentes concentraciones de esta nociva sustancia, por lo que no podemos hablar de una determinada peligrosidad. Será la marca la responsable de la formulación de los líquidos. La cantidad de nicotina que contiene este producto es variable, ya que dependerá del líquido que estemos consumiendo. Usualmente y al ser un método para dejar de fumar encontramos concentraciones sensiblemente más bajas que en aquellos cigarrillos tradicionales, pero no por haber menos deja de ser perjudicial para nuestra salud oral. Nicotina: La gran enemiga de la boca Recordemos que la nicotina es extremadamente perjudicial para la sonrisa: esta afecta tanto a la boca, la lengua y las encías. También tiene un impacto negativo relativo al desarrollo de patologías periodontales además de causar problemas como halitosis e inflamaciones orales. Dejar el tabaco debe ser una prioridad para todos aquellos que cuiden su salud., ya no sólo de su sonrisa, sino en general. Pasaremos a explicar de forma rápida y sencilla alguno de los problemas que el tabaquismo causa en nuestra boca. Recesión gingival: La recesión gingival tiene un estrecho vínculo con el tabaquismo. Recordemos que este hábito tiene un impacto negativo en las defensas del cuerpo para combatir la enfermedad de las encías. Además, la combustión del cigarrillo causa algunos cambios en el tejido bucal que pueden favorecer una acumulación de bacterias, por lo que también estaremos favoreciendo el acúmulo de placa. Los fumadores también sufren una disminución de la capacidad de respuesta de los vasos sanguíneos. Esta combinación hace a los fumadores pacientes muy susceptibles a la recesión gingival, y cuando aparece hace que también se multipliquen los efectos. Mal aliento: La presencia de nicotina en el cuerpo también inhibe la secreción salival normal, por lo que es muy normal encontrar a pacientes que sufren de sequedad oral. También puede irritar las mucosas y las vías respiratorias, por lo que muchos pacientes fumadores refieren este malestar general. Por otro lado tanto las sustacias del vapeador como la del tabaco tradicional se adhieren a las mucosas de la cavidad oral, por lo que se genera un olor característico en el aliento. Bruxismo: SI bien sabemos que la causa principal del bruxismo es psicológica, también puede verse afectada incrementando su problema debido a estimulantes como la nicotina, la cafeína u otro tipo de drogas. La cafeína está considerada un estimulante capaz de disparar los músculos, por lo que se aumenta el rechinamiento dental, lo que causa un desgaste oral considerable en la boca. Enfermedades orales y tabaco: Las consecuencias son graves Sabemos que es muy extraño que pacientes no fumadores usen el cigarrillo electrónico, de hecho como antes comentábamos este es usado por pacientes que fumaban más de una cajetilla al día y lo que buscan es reducir el consumo o directamente dejar este hábito. Todavía falta mucho por estudiar y descubrir si realmente existen efectos nocivos derivados del uso del cigarrillo electrónico más allá de los propios de la nicotina, por lo que se recomienda cautela y precaución, siempre utilizar líquidos de marcas de calidad contrastada y una vez dejemos de fumar tabaco tradicional, tratemos de dejar el cigarro electrónico. Aproximadamente en España encontramos 2000 nuevos casos de cáncer oral, una patología cuya tasa de mortalidad es de aproximadamente el 50% a los 5 años. La mejor medida que podemos tomar para evitar esta patología tan grave es dejar de fumar, no sólo el bolsillo nos lo agradecerá enormemente, también nuestra salud mejorará nada más dejar este hábito, y rápidamente notaremos los cambios. Si quieres dejar de fumar pregúntale cómo a tu dentista de confianza, él te explicará los pasos adecuados para que

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