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Deglución atípica: ¿qué consecuencias tiene y cuál es su tratamiento?

 El crecimiento habitual de las estructuras orofaciales tiene numerosas consecuencias para nuestro desarrollo y bienestar general. De esta forma, una correcta posición de los huesos maxilares o un desarrollo habitual de la lengua tienen consecuencias positivas en actos como el habla o la masticación.Una de las funciones que se ve más afectada por un desarrollo anómalo -si bien no debemos olvidar que también puede estar relacionada con otros trastornos- es la deglución. En el presente artículo te contaremos en qué consiste esta función, qué consecuencias puede tener la deglución atípica para tu organismo y cuál es el tratamiento más indicado en cada caso.   ¿Qué es la deglución? Denominamos deglución al tránsito del bolo alimenticio de la boca a la faringe, en primer lugar, y, posteriormente, al esófago. Este proceso varía en función de la edad de la persona: es diferente en bebés y en adultos. Dentro de este proceso, podemos distinguir tres fases diferentes. Fases de la deglución La primera fase, denominada fase oral, es aquella que comprende desde el momento en el que trituramos el alimento y formamos el bolo alimenticio hasta que la lengua empuja el mismo hasta la faringe. La fase oral comprende, a su vez, dos etapas diferenciadas: La fase preparatoria, en la que intervienen actos como la salivación, la masticación y la trituración de los alimentos. De esta forma, se prepara el bolo alimenticio. La fase expulsiva, durante la cual la lengua desplaza este bolo a la zona de la faringe. Esta fase es completamente consciente y voluntaria. La fase faríngea, por el contrario, es un acto involuntario. Consiste en el paso del bolo alimenticio a través de la faringe hasta el esfínter esofágico superior. Por último, durante la fase esofágica el bolo alimenticio es conducido a través del esófago hasta el estómago. PROCESO DE DEGLUCIÓN El curso normal de la deglución -y, por ende, de estas tres fases- se puede ver alterado a causa de anomalías en el desarrollo de las estructuras orofaciales. Es entonces cuando nos encontramos ante un caso de deglución atípica. Pero, ¿qué síntomas nos indican que tenemos dificultad para tragar correctamente -disfagia- o que no lo estamos haciendo de la manera habitual? Síntomas de la deglución atípica Como ya hemos comentado anteriormente, la deglución se transforma con el desarrollo de la persona. Los bebés se ayudan del posicionamiento lingual entre ambas arcadas para favorecer la succión de la leche. Sin embargo, cuando su alimentación comienza a ser sólida, la posición de la lengua debe variar: debe colocarse en el paladar, justo detrás de los dientes de la arcada superior. En caso de que, con el citado cambio de alimentación, el niño no modifique su forma de posicionar las estructuras orales, estaremos ante un caso de la denominada deglución atípica. Consideraremos que estamos ante un caso de deglución atípica cuando, al tragar: Los dientes de la arcada superior e inferior no están en contacto. La lengua no se posiciona en el paladar, si no entre los dientes de ambas arcadas. No existe sellado labial. En ese caso, en múltiples ocasiones se coloca el labio interior detrás de los dientes de la arcada superior. Existe una prevalencia de la respiración oral. El bolo alimenticio no se forma de la manera debida, pues existen problemas de masticación. Por este motivo, es habitual que los pacientes que padecen estas anomalías en el proceso de deglución realicen movimientos con la cabeza, echando ésta hacia detrás para favorecer el paso del bolo a la faringe. La hipotonía -falta de tono muscular- en los músculos de la mejilla puede favorecer la acumulación de restos de comida en el vestíbulo bucal -espacio situado entre los labios y la parte interior de las mejillas, por un lado, y las arcadas dentarias, por otro-. Se realizan ruidos, fruto de la presión excesiva que realiza la parte superior de la lengua con el paladar para facilitar la deglución. La deglución atípica está, muchas veces, relacionada con alteraciones en el desarrollo de las estructuras orofaciales. Sin embargo, existe una amplia variedad de causas asociadas a esta condición.   ¿Cuáles son las causas de la deglución atípica? En muchas ocasiones, las causas de la deglución atípica están relacionadas con malos hábitos que tienen consecuencias en nuestra salud bucodental. Entre los mismos, podemos destacar: Succión digital prolongada en el tiempo. Uso del biberón o del chupete a edades más avanzas de lo recomendable -más allá de los 18 meses-. MORDIDA ABIERTA POR ABUSO DEL CHUPETE   Pero, además, la deglución atípica también está relacionada con alteraciones orgánicas como, por ejemplo: El desarrollo anómalo de los huesos maxilares que genera, por lo tanto, problemas de mordida. Ausencia de las piezas dentales debido a una caída temprana de los dientes anteriores temporales. Dificultad para mover la lengua -anquiloglosia-. Un frenillo lingual corto o una lengua de un tamaño superior al resto de las estructuras bucales -macroglosia- limitan la movilidad de la este órgano y dificultan, por lo tanto, la masticación de los alimentos. Alteraciones del sistema linfático -hipertrofia de los adenoides o de las amígdalas, episodios recurrentes de amigdalitis-. Hipotonía -disminución del tono muscular- de los músculos que inciden en el proceso de masticación. Consecuencias de la deglución atípica La deglución atípica no solo tiene consecuencias en el proceso de digestión, sino que también supone ciertos perjuicios para nuestra salud oral. La colocación de la lengua entre los dientes de ambas arcadas supone uno de los problemas de maloclusión más comunes: la mordida abierta. Ésta se presume cuando no existe contacto entre las piezas dentales de la arcada superior e inferior. MORDIDA-ABIERTA Además, la presión que ejerce la lengua sobre los dientes de la arcada superior al tragar provoca una protrusión de los mismos, y la aparición de diastemas. Los problemas de oclusión no solo generan ciertas complicaciones a la hora de masticar, si no que también suponen dificultades en la fonación. Por este motivo, el tratamiento indicado para abordar un caso de deglución atípica vendrá de la mano de un logopeda y un ortodoncista especializado.   Deglución atípica: tratamiento En primer lugar, se realiza un diagnóstico detallado del caso, estudiando la historia clínica del paciente y realizando una evaluación de las alteraciones del sistema orofacial. La actuación conjunta del ortodoncista y

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Dientes incluidos, retenidos o impactados y su tratamiento

Los dientes incluidos, también conocidos como retenidos o impactados, son aquellos dientes que, a pesar de haberse formado totalmente, no han llegado a emerger en la boca durante el periodo habitual, y permanecen dentro del hueso maxilar parcial o completamente. A pesar de que puede ocurrir, indistintamente, con dientes temporales (los dientes de leche de los niños) o permanentes, así como en cualquier pieza dental, el proceso de inclusión es más común en los cordales –muelas del juicio- y en los caninos –colmillos- superiores. Es así dado que estos son los últimos dientes en erupcionar en la boca y, por lo tanto, tienden a no tener suficiente espacio para salir. Se trata de una situación muy frecuente entre la población mayor de 15 años y sus graves consecuencias exigen una reacción precoz. Para la detección de estos dientes incluidos se realizará una radiografía panorámica de la boca que ayude a descartar patologías y a determinar las causas del retraso en la erupción. Clasificación de dientes incluidos Existen dos tipos de inclusiones de dientes: Inclusión total: Es el caso de aquellos dientes que se han quedado completamente dentro del hueso maxilar y que no han emergido lo más mínimo a través de la encía. Inclusión parcial: Los dientes semi-incluidos o semi-impactados son aquellos que han erupcionado parcialmente en la boca y, dada su posición, son más vulnerables a las bacterias de la boca por lo que pueden sufrir infecciones recurrentes. En los casos en los que el diente emerge de manera parcial, se pueden apreciar algunos síntomas como la inflamación y sensibilidad en las encías, por lo que son más fáciles de detectar que los dientes completamente incluidos. Radiografía de un caso clínico de canino incluido tratado en la Clínica Dental SanCal   Estos son algunos de sus síntomas: Mal aliento Dolor o sensibilidad en las encías Dolor de cabeza o de mandíbula prolongado Enrojecimiento de las encías que se localizan alrededor del diente retenido Sabor de boca desagradable Espacio visible donde debería haber salido el diente Causas y complicaciones derivadas de los dientes retenidos A pesar de que no en todos los casos existe un factor claro que haya derivado en un diente incluido, algunas de las causas más comunes de este proceso son las siguientes: Infecciones Traumatismos Genética Falta de espacio en la boca Malnutrición En cuanto a las consecuencias derivadas de las inclusiones dentarias pueden ser numerosas y algunas muy graves, ya que el diente incluido que adquiere una malposición puede impactar contra los dientes vecinos y causar algunas de las siguientes complicaciones: Reabsorción de la raíz Daños en la estructura anatómica (seno maxilar, troncos nerviosos, raíces de dientes adyacentes…) Infecciones Alteraciones en el resto de dientes (pueden provocar apiñamiento) Aparición de bolsas periodontales Problemas de masticación Formación de caries por la placa acumulada entre los dientes y encías Desarrollo de quistes o tumores Molestia crónica en la boca Maloclusión Los dientes semi-incluidos son más vulnerables a las bacterias de la boca por lo que pueden sufrir infecciones recurrentes. ¿Cuál es el tratamiento para los dientes incluidos? Cuando nos encontramos la situación de un diente retenido en el hueso maxilar, podemos aplicar tres tipos de tratamientos: No actuar sobre el diente impactado y controlar su evolución: Sólo actuaremos de esta manera cuando no haya riesgo de que se produzca ninguna patología. En prácticamente la totalidad de los casos se recurre a los otros dos tratamientos. Extracción del diente retenido: A pesar de que sería el último recurso en el caso de un canino incluido –a menos que exista un problema grave-, es bastante común realizar una exodoncia en el caso de los cordales o muelas del juicio. Recolocación del diente incluido en la arcada dentaria: Cuando el diente en cuestión tiene una importancia funcional y/o estética –como es el caso de los caninos- optaremos por intentar recolocarlo en el lugar donde debería haber erupcionado. Cirugía de extracción de cordales incluidos (muelas del juicio) Los problemas de erupción de las muelas del juicio son muy comunes debido a que en la evolución del hombre, la mandíbula ha ido disminuyendo de tamaño más rápidamente que el número de dientes que posee el ser humano. Es por ello que, en muchas ocasiones, estos cordales no encuentran el suficiente espacio para emerger y acaban retenidos en el maxilar. Y dada su poca funcionalidad práctica y su carencia de funcionalidad estética, lo más recomendable, en la mayoría de casos, es extraerlos para evitar, así, posibles complicaciones (infecciones, movimiento del resto de dientes…). Este tipo de cirugía es muy frecuente y conviene que se realice antes de que el paciente desarrolle la raíz del cordal (antes de los 20 años de edad), ya que cuanto mayor sea la raíz, mayor contacto tendrá con el nervio y mayor será el riesgo durante la exodoncia. Se trata de una intervención quirúrgica de menos de media hora de duración y que, en la gran mayoría de casos, se realiza con anestesia local. Cuando la muela del juicio está totalmente incluida suele ser necesario realizar un corte en la encía para poder acceder a ella. Además, en ocasiones, suele tener que eliminarse algo del hueso que rodea al cordal o bien partir la muela en fragmentos para facilitar su extracción. El postoperatorio no debería implicar más que una hinchazón que irá reduciéndose en dos o tres días y exigirá una dieta blanda y una higiene acorde a las recomendaciones del profesional en la primera semana tras la intervención. Recolocación a base de tracción de los caninos incluidos Tras los cordales, los colmillos son los dientes que presentan mayores problemas de erupción. La causa más común en estos casos suele ser la falta de espacio en la arcada o que la posición del diente dentro del hueso es incorrecta. A diferencia de las muelas del juicio, los caninos adquieren mucha importancia en el conjunto de los dientes ya que se trata de piezas dentales muy fuertes y que ayudan a dirigir el movimiento de la oclusión. Es por ello que, si la posición del canino es favorable, el tratamiento más recomendable es la recolocación del mismo en la arcada dentaria mediante una intervención combinada entre la

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Dentadura postiza: tipos y avances en implantología

La dentadura postiza ofrece una solución a aquellas personas que han sufrido la pérdida de una o varias piezas dentales.En los últimos años, ha habido grandes avances en el campo de la implantología que han supuesto una mejora en la calidad de vida de los pacientes, dejando de lado las incómodas prótesis completas removibles y ganando en seguridad y en estética. ¿Qué entendemos por dentadura postiza? Por dentadura postiza entendemos la prótesis removible típica de personas mayores que han perdido todos los dientes de una arcada. Sin embargo, hay varios tipos de prótesis que mejoran la estética y la funcionalidad de nuestra boca. Dentro de las prótesis, debemos hacer una primera clasificación distinguiendo entre prótesis parciales o completas. Las dentaduras postizas parciales son aquellas que reemplazan tan sólo las piezas dentales perdidas, conservando la parte de la dentadura que se posee en perfecto estado. Un ejemplo de ello serían los puentes dentales. Por el contrario, las prótesis completas son aquellas que sustituyen todas las piezas dentales de una arcada. Además, según su morfología podemos distinguir entre prótesis mucosoportadas o mucodentosoportadas. Las prótesis mucosoportadas son las que entendemos como dentadura postiza tradicional. Van soportadas directamente sobre la encía y el hueso maxilar.     Están indicadas en pacientes edéntulos o que hayan sufrido la pérdida casi total de los dientes de una arcada. Gracias a los avances de los últimos años, su estética es mucho más realista. Si bien es el método más económico, tiene grandes deficiencias: Se debe tener un cuidado especial con lo que se come y evitar, en la medida de lo posible, sustancias duras o pegajosas que sean difíciles de masticar que amenacen la sujeción de la prótesis. Requiere un periodo de adaptación para hablar debidamente. Resulta especialmente complicado pronunciar algunos sonidos, sobre todo aquellos en los que la lengua debe apoyarse en el paladar o en la parte interior de los dientes. Su estabilidad es muy reducida, especialmente la de aquella que va colocada en la arcada inferior. La sensación de que la prótesis no está fija es muy acusada entre las personas que llevan dentadura postiza.   Estas prótesis se sujetan gracias a productos como pastas fijadoras o tiras adhesivas, si bien es cierto que con el paso del tiempo pierden su eficiencia e incluso pueden llegar a alterar el sabor de las comidas. Las prótesis esqueléticas –o mucodentosoportadas- sustituyen únicamente las piezas dentales perdidas. Van sujetas a los dientes que conserva el paciente a través de unos alambres que rodean las piezas dentales.   Si bien su sujeción es mayor que la de la prótesis removible, con el tiempo los dientes sobre los que se sujeta la misma se acaban resintiendo.   ¿Cómo adaptarse a una dentadura postiza? En un inicio, requiere de un periodo de adaptación. Podemos tener en cuenta una serie de recomendaciones para que este periodo sea más llevadero tales como: Intentar comer alimentos blandos y fáciles de digerir que no nos obliguen a forzar la masticación. El hecho de no pronunciar debidamente algunos sonidos no debe acomplejarnos. Un buen ejercicio es leer en alto para practicar la pronunciación y adaptarnos más rápidamente a la presencia de la prótesis en la boca. En caso de que durante los primeros días la dentadura nos cause alguna llaga o herida en la boca, debemos acudir al especialista lo antes posible. Es habitual que el protésico deba hacer algunos ajustes en la prótesis, de manera que encaje perfectamente en nuestra mandíbula. Nos apoyaremos en el uso de adhesivos específicos para dentaduras postizas que aseguren su sujeción y eviten la aparición de llagas. No debemos alarmarnos en caso de que segreguemos más saliva de lo habitual, es un síntoma normal hasta que nuestra boca se acostumbre a la presencia de la prótesis. Para evitar posibles infecciones, debemos prestar atención a la higiene de nuestra prótesis. Gracias a los avances en el campo de la implantología, atrás han quedado las incómodas antiguas prótesis removibles ¿Cómo limpiar la dentadura postiza? Mantener un buen cuidado de tu prótesis es esencial para evitar infecciones y otras afecciones bucales. Para ello, debes seguir una serie de pautas con respecto a la higiene de tu dentadura: Lava tu prótesis con jabón neutro y un cepillo de cerdas de nylon específico para este caso. Introduce en un vaso de agua la prótesis y añade un producto indicado para la limpieza de la misma. Mantenla en remojo tanto tiempo como indique el fabricante del producto. De esta manera, te asegurarás de eliminar las bacterias que causan mal aliento e inflamación en las encías. Enjuaga la dentadura con agua fría y sécala debidamente. Además, no debemos olvidarnos de mantener una buena higiene de nuestra boca. En caso de que lleves una prótesis removible completa, cepíllate las encías con un cepillo de cerdas suaves. Si, por el contrario, llevas una prótesis esquelética, deberás continuar con tu rutina de higiene habitual, cepillando debidamente los dientes y las encías con un cepillo suave-medio para eliminar los restos de comida y las bacterias que anidan en tu boca. Gracias a los avances en el campo de la implantología, actualmente existen prótesis sobre implantes que suponen grandes ventajas frente a la clásica dentadura removible.   ¿Qué es la rehabilitación sobre implantes? Es un tratamiento destinado a aquellas personas que han sufrido la pérdida de una o varias piezas dentales. Te interesará »  ¿Quién es el mejor implantólogo de Madrid? Un implante es una fijación de titanio que se integra en el hueso, sustituyendo a la raíz del diente. Sobre ella, va atornillada la prótesis. La rehabilitación sobre implantes supone un gran avance, pues facilita la masticación, la sensación de estabilidad es total y, además, no representa una carga psicológica tan grande para quien la lleva. Se trata una alternativa a las prótesis removibles o esqueléticas que acaba con los problemas de sujeción e incomodidad que tienen asociados las mismas. Con los implantes, las personas sienten los dientes como si fueran los suyos propios, ganando en estética y confianza. Existen dos tipos de prótesis sobre implantes: fijas y removibles. Prótesis fija sobre implantes Las prótesis fijas pueden sustituir tanto las piezas dentales perdidas como la totalidad de la arcada. Está indicada en personas que no

Cultura y curiosidades

Pulpa dental: ¿por qué se infecta?

La pulpa dental es uno de los componentes de la compleja estructura de nuestros dientes. Su integridad se puede ver amenazada por la acción de fuertes traumatismos o de caries avanzadas.En el presente artículo te contaremos qué es exactamente la pulpa dental, por qué se puede ver afectada y qué tratamientos son los adecuados en estos casos.   Estructura del diente Los dientes son estructuras complejas que posibilitan, entre otras, las funciones de masticación de los alimentos o la pronunciación de los distintos fonemas. Se encuentran unidos al maxilar a través del periodonto, y en su estructura podemos distinguir una parte visible y una invisible. En el caso de los dientes sanos, la estructura visible la conforma la corona, mientras que la parte no visible la integran el cuello y la raíz del diente. Una pieza dental se compone, por lo tanto, de las siguientes partes: La corona dentaria es la parte visible de la dentadura de las personas que gozan de una perfecta salud dental. Su forma determina la función de cada pieza. Gracias a las mismas, podemos llevar a cabo las funciones de masticación y trituración de los alimentos. El borde de la encía es la unión de las piezas dentales con la mucosa. Es en esta zona en la que se tiende a acumular bacterias y restos de comida que, en caso de no ser removidos de la manera debida, dan lugar a la afección de las enfermedades periodontales -gingivitis o periodontitis-. La raíz dental es la parte del diente insertada en el hueso alveolar. Su función es la de soportar el diente. Se encuentra anclada en el hueso maxilar o de la mandíbula. Un diente puede tener una raíz -como es el caso de los caninos y los incisivos- o varias -premolares y molares-. Además, el diente está formado por distintas capas. Entre las mismas, podemos distinguir: El esmalte dental es una capa mineralizada de gran dureza que recubre las coronas dentales. Su función es proteger la dentina de la acción de los agentes patógenos. El mismo puede sufrir cierto desgaste derivado de una mala higiene bucodental o de agentes abrasivos, dando lugar, por ejemplo, a la formación de caries. La dentina se encuentra situada debajo del esmalte. Está formada por una gran cantidad de túbulos que la conectan directamente con la pulpa dental -o nervio-. Es la encargada de mitigar los golpes y las distintas presiones que padece la pieza dental, y su deterioro puede generar molestias derivadas, por ejemplo, de la sensibilidad dental. El cemento forma parte del periodonto. Se trata de una fina capa cuya función es de cubrir la superficie de la raíz dental. Localizada dentro de la cámara pulpar, la pulpa dental es un tejido conectivo blando compuesto de nervios y vasos sanguíneos. Se encuentra recubierta de otras capas -dentina y esmalte- que la protegen frente a amenazas externas.   ESTRUCTURA DEL DIENTE   Ahora ya hemos entendido la estructura del diente y qué lugar ocupa la pulpa en la misma, pero ¿cuál es su función? Funciones de la pulpa dental Como hemos comentado anteriormente, en la pulpa dental se insertan los vasos sanguíneos y las fibras nerviosas. Su función, por tanto, es la de enviar una señal sensorial en el caso de que la pieza esté sufriendo algún tipo de daño. Pero, además, cumple otra función fundamental durante la etapa de desarrollo de los dientes: es la encargada de nutrir las piezas dentales y de formar la dentina. Una vez la pieza definitiva se ha desarrollado por completo, no es necesaria la acción de la pulpa para que ésta se mantenga estable. En algunas ocasiones, ciertas afecciones o la acción de agentes patógenos pueden causar el daño de la estructura dentaria, quedando expuesta pulpa dental -o nervio-. ¿Qué puede causar el daño de la pulpa dental? La pulpa dental puede verse afectada siempre que la estructura dentaria se ve comprometida. Dos de las causas más comunes es la aparición de caries o la afección de las enfermedades periodontales en estado muy avanzado. Ambas afecciones tienen una causa común: una higiene bucodental poco rigurosa. Pero, además, existen otras causas diversas que pueden tener cierta repercusión en el daño de la pulpa -o nervio-: La erosión dental, muchas veces originada por el bruxismo. La abrasión dental, a causa de la acción repetitiva de elementos nocivos para el esmalte sobre la superficie de los dientes. La aparición de una fisura o fractura en la pieza dental a causa de un fuerte traumatismo. Tratamientos odontológicos que no han sido llevados a cabo con rigor como, por ejemplo, una obturación o una reconstrucción que no se ha realizado con éxito.   CASO DE FRACTURA DENTARIA Afecciones más comunes en torno a la pulpa dental El daño en la pulpa dental podemos dividirlo en reversible y no reversible, y las consecuencias que se desprenden del mismo pueden variar entre una ligera sensibilidad dental y la pérdida de la pieza dental a causa de la muerte del nervio. A continuación, te detallamos las afecciones más comunes relativas a la pulpa dental. Pulpitis dental reversible La pulpitis dental reversible es una leve inflamación del nervio que, en muchos casos, puede ser asintomática. En algunas ocasiones puede suponer cierta sensibilidad dental ante determinados estímulos tales como unas comidas o bebidas muy frías o calientes, o con un alto contenido en azúcar. En aquellas ocasiones en las que las molestias generadas por la sensibilidad dental responden a una inflamación del nervio, las mismas remiten una vez ha desaparecido el estímulo. Sin embargo, la sensibilidad dental no responde únicamente a la infección del nervio. En algunos casos, ésta está causada por un daño de la estructura dentaria en el que el esmalte se ha debilitado y la dentina queda expuesta. En casos de pulpitis reversible, el tratamiento radica en eliminar la causa que genera esta sensibilidad. Un ejemplo de ello puede ser una obturación de una caries que afecta a una pieza dental, por ejemplo. Por el contrario, en casos de pulpitis más avanzadas, esta molestia persiste durante un periodo de tiempo una vez el estímulo que la genera ha desaparecido. Es entonces cuando estamos ante un caso de pulpitis irreversible. Pulpitis dental irreversible

cirugía e implantes

Si pierdo un diente, ¿qué ventajas tiene colocarme un implante?

Puede que recientemente hayas perdido un diente, o que incluso lleves varios años sin tu pieza dental. Sabes que lo más recomendable es reponer dicho diente faltante pero, sin embargo, pospones tu tratamiento en el tiempo. Aunque te parezca que nunca es buen momento para comenzar con el tratamiento que devuelva a tu sonrisa la pieza dental perdida, lo cierto es que aplazar la decisión juega en contra de tu salud bucodental. Esto se debe fundamentalmente a que cuanto más tiempo pasas sin todos tus dientes, más probabilidades tienes de desarrollar problemas que comprometan el conjunto de tu boca. La falta de dientes causa un problema evidente que posiblemente ya hayas advertido: dificultad para comer. Pero, además, ocasiona desplazamientos del resto de dientes a los espacios vacíos; un deterioro estético; desgastes y roturas de las piezas dentales que tienen que soportar la carga de los dientes ausentes… Y, por si fuera poco, a la larga, estas ausencias provocan la pérdida de hueso maxilar. Todas estas complicaciones causadas por no iniciar el tratamiento a tiempo dan lugar a que cuando por fin te decidas a hacerlo, te encuentres con que tu tratamiento es más largo, complejo y costoso de lo que hubiera sido en un principio.   Los implantes dentales ofrecen mayor comodidad, durabilidad y naturalidad que los puentes o las dentaduras postizas. Me faltan dientes y necesito reponerlos, ¿qué alternativas tengo? Aunque la opción más recomendable para sustituir las piezas dentales perdidas sea siempre la colocación de un implante dental con corona, también existen otras alternativas. Estas posibilidades contemplan, fundamentalmente, la colocación de un puente o una prótesis removible (dentadura postiza tradicional). PUENTE DENTAL FIJO La inclinación que desde SanCal tenemos por el implante se debe a que, de las alternativas mencionadas, el tratamiento con implantes es el que permite reemplazar el diente natural respetando en mayor medida su funcionalidad y estética. 7 ventajas de los implantes dentales Si comparamos detenidamente el tratamiento con implantes que realizamos en nuestra clínica con los puentes o las dentaduras de quita y pon, nos daremos cuenta de que los primeros presentan mayores ventajas: 1. Son permanentes y duraderos Uno de los principales motivos por los que la gran mayoría de personas elige los implantes se debe a que son una solución fija ante la pérdida de dientes. Es decir, una vez colocados, exigen los mismos cuidados que los dientes naturales, no interfieren en la rutina diaria y no requieren ser retirados para dormir, como las dentaduras postizas. PRÓTESIS REMOVIBLE CONVENCIONAL Esto, unido a la resistencia y durabilidad que proporcionan, hace que el tratamiento con implantes esté concebido para ser de por vida. 2. Son muy naturales La naturalidad que ofrecen los implantes conlleva, a su vez, dos ventajas. Por un lado, las coronas que se colocan sobre el implante son muy estéticas y permiten conseguir infinidad de tonos, por lo que se asemejan al color de los dientes naturales. De esta manera, no se diferencian del resto de piezas dentales que hay en la boca. Por otro lado, los implantes permiten al paciente tener las mismas sensaciones al masticar, hablar o sonreír que tenía con sus dientes naturales. Esto, por ejemplo, no ocurre con las clásicas prótesis removibles. Con éstas se pueden tener problemas de movilidad si no están bien ajustadas, pueden ocasionar molestias en las encías y deben ser retiradas cada noche.   3. Son seguros La colocación de implantes es una cirugía menor, que tiene un buen postoperatorio. De hecho, el 85% de los pacientes que se somete a esta intervención puede ir a trabajar al día siguiente. Además, se estima que, hoy en día, el 98% de los implantes dentales se inserta con éxito. A pesar de estos datos, hay muchas personas que sienten miedo y ansiedad al tener que someterse a este tipo de tratamiento. Para aportar mayor relajación a estos pacientes, en nuestra clínica contamos con un servicio de sedación. De esta manera, la persona estará semiconsciente todo el tiempo que dura la cirugía. Y, además, podrá tener la tranquilidad de que el procedimiento estará supervisado por un médico anestesista. 4. No ocasionan daños al resto de dientes Cuando colocamos un implante, el resto de piezas dentales sanas que se encuentran en la boca permanecen intactas. Sin embargo, cuando lo que se coloca es un puente, sí que se compromete el estado de las piezas adyacentes, ya que es necesario tallarlas. Este tallado implica reducir su tamaño. Además de esto, es importante resaltar que la sustitución del diente perdido también evita movimientos indeseados en el resto de piezas dentales que hay en la boca. Para ello, partimos de la base de que los dientes tienen una tendencia natural a moverse y a buscar contactos entre ellos. Es decir, si hay un espacio desocupado, el resto de dientes tenderá a inclinarse y desplazarse, perdiendo la posición adecuada dentro de la arcada. 5. Ayudan a conservar el hueso Con el tiempo, la pérdida de un diente acaba ocasionando la reabsorción del hueso que soportaba esa pieza dental. Esto se debe a la ausencia de la raíz del diente y a que el hueso no recibe la estimulación propia de la masticación. La progresiva pérdida del hueso ocasiona, además de un deterioro funcional, un daño estético. Debido a la reducción ósea, los labios comienzan a retraerse y la apariencia se envejece.   DETERIORO FACIAL POR LA PÉRDIDA DE HUESO Por su parte, la colocación de implantes permite conservar el hueso, ya que el tornillo que se inserta en el maxilar reemplaza la raíz del diente natural, realizando su función.   6. Permiten una buena higiene La higiene que lleva a cabo una persona que cuenta con todos sus dientes naturales es la misma que practica alguien con implantes dentales. Al ser la alternativa más parecida a nuestras propias piezas dentales, el cepillado debe ser el mismo. La rutina diaria de higiene debe incluir, además, el uso de seda y enjuague. Y, a diferencia de lo que ocurre con las dentaduras tradicionales, los implantes son fijos y no hay que extraerlos para limpiarlos.   CEPILLADO DENTAL DIARIO 7. Son muy rentables para el paciente Aunque de las opciones mencionadas los implantes sean la alternativa menos económica, lo cierto es que, a la larga, resultan muy rentables. Como no podía ser de otra manera, esto se debe a su capacidad para durar muchos años. Teniendo en cuenta que pueden ser una solución por vida, vale la pena hacer un desembolso inicial

Ortodoncia

Cirugía ortognática: el tratamiento paso a paso

En uno de nuestros últimos artículos abordábamos los principales conceptos del tratamiento combinado de ortodoncia y cirugía ortognática: qué es, en qué consiste y en qué tipos de casos se practica. Por eso, una vez que tenemos claros los aspectos mencionados, vamos a ver en qué se basa, paso a paso, la cirugía ortognática. Los cuatro pasos que llevamos a cabo para someter a un paciente a este tipo de tratamiento son: planificación, intervención quirúrgica, postoperatorio y, por último, seguimiento y ortodoncia.   1. Planificación Aunque todas las etapas del proceso son importantes, la planificación y el protocolo en la preparación del paciente para el día de la cirugía pueden suponer la diferencia entre un caso de éxito y otro que no lo es. El profesional encargado de programar esta fase y, por tanto, el responsable de que el paciente llegue en óptimas condiciones a dicha intervención es el ortodoncista. Esto se debe a que la planificación para la cirugía maxilofacial comienza con un tratamiento de ortodoncia de un año de duración. Dicho tratamiento ortodóncico tiene como objetivo llevar los dientes a una posición adecuada respecto a sus bases óseas. En este punto, conviene recordar las diferencias entre la ortodoncia y la cirugía ortognática. Mientras que la primera actúa sobre los dientes y tiene como objetivo corregir el apiñamiento y alinearlos, la segunda actúa sobre los huesos. Por tanto, dicha operación maxilofacial tiene como objetivo mejorar la oclusión (mordida) de la boca y la armonía de un rostro con proporciones inadecuadas debido al crecimiento anormal de alguno de sus huesos. Debido a que dichos huesos (maxilar superior y mandíbula) se han desarrollado de manera irregular, los dientes se han ido adaptando a ellos, por lo que no están bien alineados. Por eso, cuando se realice la cirugía ortognática y el hueso se establezca en la posición y el tamaño correctos, los dientes no encajarán. Igualmente, es imprescindible recalcar que una intervención de este tipo supone cambios importantes en la estructura ósea del rostro. Dado que dichos cambios se ven reflejados en el aspecto final de la cara del paciente, es fundamental que el ortodoncista lleve a cabo un estudio facial minucioso. De esta manera, se podrá conseguir que la persona que se somete a la cirugía bucal consiga una mejora funcional, de salud y estética. Para realizar dicho análisis, el odontólogo se basará en un estudio radiológico así como en las fotografías y modelos de los dientes del paciente. Una vez haya obtenido el mencionado material, se encargará de hacer las mediciones y cálculos oportunos, que presentará al cirujano maxilofacial el día de la cirugía. La cirugía tiene una duración de cuatro horas y se realiza mediante incisiones intraorales. De esta manera, no se dejan cicatrices visibles. 2. Intervención quirúrgica Al tratarse de un tratamiento combinado en el que están implicados dos profesionales -el ortodoncista y el cirujano maxilofacial-, es fundamental una buena comunicación y coordinación entre ambos. El día de la cirugía, el odontólogo deberá estar presente y el médico interpretará las medidas presentadas por el ortodoncista. De esta manera, podrá aplicarlas a los huesos y realizar así la intervención. La operación tendrá una duración de cuatro horas aproximadamente y se realizará bajo anestesia general. En ella, lo que hará el cirujano será actuar sobre el maxilar o la mandíbula, realizando cortes y movimientos en los huesos. Todo ello lo hará mediante incisiones intraorales para no dejar ninguna cicatriz visible. Una vez que ha colocado dichos huesos maxilares en una posición y un tamaño armónicos, los fijará en el nuevo lugar mediante miniplacas y tornillos de titanio.     MINIPLACAS Y TORNILLOS DE TITANIO Piensa a largo plazo Aunque los primeros días tras la intervención sean duros, te recomendamos que no desestimes el tratamiento por este motivo. Una vez pasado este periodo, los pacientes aseguran que merece la pena debido a la notable mejora que experimentan durante el resto de su vida. 3. Postoperatorio La recuperación del paciente desde que termina la cirugía bucal hasta que puede llevar una vida relativamente normal dura aproximadamente un mes. Y, más concretamente, la baja laboral se extiende por un periodo de dos a tres semanas, aunque depende del tipo de trabajo desempeñado por cada paciente. Si la persona ejerce una ocupación muy activa, que conlleva cierto riesgo o que requiere hablar mucho, necesitará un tiempo de recuperación mayor. Es decir, un deportista, un policía o una persona que trabaje hablando de cara al público tendrá una baja mayor que alguien que está en una oficina y no necesite hablar obligatoriamente. Dentro de esta etapa postoperatoria, las dos primeras semanas son las más complicadas. Eso sí, a los profesionales nos resulta relativamente sorprendente el hecho de que los pacientes aseguren que no sienten dolor. Sin embargo, sí presentan hinchazón facial y encuentran algunos inconvenientes en su rutina diaria: Apenas pueden comer: solamente ingieren alimentos fríos mediante pajitas y jeringas Necesitan llevar puestos unos elásticos durante todo el día Tienen dificultades al respirar, por lo que no se pueden tumbar completamente No hablan con normalidad Transcurridas las dos primeras semanas comienza a notarse la progresión. Es decir, los pacientes pueden empezar a ingerir dieta blanda y solamente necesitan usar los elásticos unas horas al día. Por tanto, su rutina se vuelve más cómoda. Aunque leyendo estas líneas el proceso de recuperación pueda parecer lento y excesivamente incómodo, lo cierto es que las molestias se manifiestan durante un periodo corto de tiempo. Es decir, los primeros días son duros para el paciente. Sin embargo, una vez pasado este periodo, las personas a las que hemos tratado aseguran que la intervención maxilofacial merece la pena si se tiene en cuenta la notable mejora que experimentan durante el resto de su vida.   4. Seguimiento y ortodoncia El siguiente paso una vez realizada la cirugía y superado el postoperatorio consiste en la continuación del tratamiento de ortodoncia durante dos años más. En este punto, lo más importante es conseguir la estabilidad de la oclusión y evitar la recidiva. Es decir, que la boca no vuelva al estado que tenía antes de comenzar la primera fase de ortodoncia. A rasgos generales se puede afirmar que la recuperación de los pacientes con clase III o prognatismo suele ser más rápida que la de las personas con clase II o retrognatia. Asimismo, la recuperación en mujeres se caracteriza por ser más lenta que en hombres.     Sin

Estética dental

Microdoncia y macrodoncia: alteraciones en el tamaño de los dientes

Existen tantas formas y tamaños de dientes como personas hay en el mundo. Sin embargo, en ocasiones, algunas de esas personas desarrollan unas piezas dentales fuera de lo común. Hablaremos, de hecho, de microdoncia y macrodoncia cuando se produce una alteración en el tamaño de los dientes. Y a pesar de que es difícil determinar cuándo, realmente, existe una alteración, se establece que existe una anomalía cuando la proporción entre los dientes y el maxilar (es decir, la estructura donde se implantan) no es adecuada. Causas Las causas de la microdoncia o la macrodoncia se sitúan en factores hereditarios. Éstos serán los que determinen el tamaño de los dientes y del maxilar, que pueden transmitirse de manera independiente, por lo que una persona podría heredar tanto un maxilar grande como unos dientes pequeños, y viceversa. ¿Qué es la microdoncia? Se habla de microdoncia cuando el tamaño de los dientes es significativamente más pequeño con respecto al resto de elementos de la boca. Es decir, que a pesar de que la raíz del diente sea normal, las coronas son más pequeñas de lo común.   MICRODONCIA   Existen dos tipos de microdoncia: Microdoncia parcial: se trata de un fenómeno bastante común que se presenta cuando una de las piezas dentales es menor que el resto. Generalmente se presenta en los incisivos laterales superiores, seguidos de terceros molares y los premolares. En estos casos, la microdoncia suele ir acompañada de alteraciones en la forma de los dientes. Microdoncia generalizada: es un fenómeno mucho más aislado y se produce cuando el tamaño de todos los dientes de la boca es menor de lo común. Uno de los factores por los que se produce es por enfermedades como el enanismo hipofisiario u otros trastornos hereditarios poco frecuentes que afectan a la estructura dental. En aquellos casos en los que es el tamaño del maxilar el que hace que unos dientes comunes parezcan más pequeños, se denomina microdoncia relativa. Consecuencias y soluciones a la microdoncia La consecuencia principal de la microdoncia es estética, es decir, que los dientes afectados presentan un tamaño diferente al resto y la sonrisa resultante no es uniforme ni estéticamente bonita. Para solucionar este problema existen tres posibles tratamientos:   CARILLAS DENTALES Restauraciones: utilizando resinas compuestas, se pueden realizar restauraciones en aquellos dientes que sean de un tamaño menor de lo común. Coronas dentales: gracias a las coronas se pueden restaurar y diseñar los dientes afectados por microdoncia a través de una rehabilitación dental completa o parcial. Carillas estéticas: ya sean de composite o de porcelana, las carillas dentales están indicadas para solucionar la microdoncia en los dientes más visibles de la sonrisa. La mayoría de estas soluciones pueden requerir un tratamiento ortodóncico complementario que, junto con la corrección del tamaño de los dientes, sitúe éstos en la posición adecuada. ¿Qué es la macrodoncia? La macrodoncia, también conocida como megadoncia, es un fenómeno, que al igual que la microdoncia, se asocia a un gen hereditario, y se presenta cuando los dientes tienen un tamaño superior al normal.   MACRODONCIA Al igual que en su caso opuesto, también se manifiesta de dos maneras: Macrodoncia parcial: se presenta cuando existen dientes aislados con un tamaño mayor de lo normal o con cierta deformidad en la corona. Habitualmente se corresponde con los incisivos, los caninos y los terceros molares. Macrodoncia total: cuando la macrodoncia se presenta en la totalidad de los dientes de la boca, también conocida como macrodontismo, suele estar asociada a trastornos en el desarrollo como el gigantismo hipofisiario o la hemihipertrofia.   La consecuencia principal de la microdoncia y la macrodoncia es estética, es decir, que los dientes afectados presentan un tamaño diferente al resto y la sonrisa resultante no es uniforme ni estéticamente bonita. Consecuencias y soluciones a la macrodoncia Es habitual que, debido al tamaño desproporcionado de los dientes, se produzcan apiñamientos o malposiciones dentarias en los casos de macrodoncia. Para resolverlo se requiere de un tratamiento de ortodoncia que puede ir acompañado de algunas de las siguientes soluciones: Stripping o tallado selectivo: se trata de una técnica de pulido utilizada para obtener una reducción del ancho de determinadas piezas dentales para separarlas y ganar, así, un espacio entre ellas. Coronas dentales: una vez realizado el tallado del diente mayor de lo habitual, se realizan unas coronas que permiten diseñar unos dientes acordes con los del resto de la boca. ¿Tienes dudas? Si crees que puedes padecer microdoncia o macrodoncia, ponte en contacto con nosotros y solicita una primera consulta, donde nuestros doctores valorarán y analizarán tu caso para dar con la solución a tu problema.

Ortodoncia, Prevención

Brackets para niños: ¿cuándo están recomendados y qué problemas corrigen?

En la actualidad, la creciente concienciación y preocupación de los padres por la estética y salud bucodental de sus hijos ha propiciado una mayor visibilidad de los tratamientos de ortodoncia, tanto en niños como en adolescentes.La incidencia de afecciones dentales comunes como, por ejemplo, la caries, favorece una visita a una edad temprana de los niños al dentista –los especialistas recomiendan una primera visita al cumplir un año-, pero ¿a qué edad deben visitar los niños al ortodoncista por primera vez? ¿A qué edad está recomendada la primera visita al ortodoncista? En un inicio, se recomienda una primera visita al ortodoncista a partir de los 5 años de edad. El especialista valorará el desarrollo de los huesos maxilares, la correcta secuencia de erupción dentaria y los posibles problemas de desarrollo facial. En caso de que sea necesario, pautará un tratamiento con ortodoncia interceptiva. Se trata de aparatos removibles que los niños pueden usar en casa y que actúan directamente sobre los huesos maxilares. De esta forma, se pueden evitar posibles futuras intervenciones a nivel hospitalario.   ORTODONCIA INTERCEPTIVA PARA NIÑOS En algunos casos de niños que tengan dentición mixta –es decir, que no hayan realizado el recambio dentario completo- se pondrán colocar brackets en secciones acotadas de la boca del paciente. De esta manera, se corrigen problemas de erupción o de espacios interdentales. En muchas ocasiones, se puede pautar su colocación junto con el uso de aparatos de ortodoncia interceptiva. La variabilidad en la erupción dentaria es muy amplia. Por ello, a partir de los 9 años existen niños que tienen la dentición definitiva completa y que son, por tanto, susceptibles de usar tratamientos de ortodoncia fija para corregir problemas en las posiciones dentarias. ¿Qué signos nos pueden indicar a simple vista que un niño necesita ortodoncia? Si bien es cierto que cada caso debe ser siempre valorado por un especialista, hay una serie de signos que nos indican una mayor probabilidad de que un niño vaya a necesitar ortodoncia. El signo más claro es la existencia de dientes rotados o apiñados. Este motivo viene marcado por la diferencia de tamaño de los dientes –demasiado grandes- con respecto al de las arcadas en las que deben posicionarse, o viceversa. Otro ejemplo sería la existencia de espacios muy acusados entre piezas dentales, también conocidos como diastemas, o la pérdida prematura de algunos dientes de leche. Por otro lado, hay factores hereditarios que influyen en el correcto desarrollo dental de los niños. Un ejemplo de ello sería la falta de una pieza dental. El apiñamiento, a su vez, también está ligado a un factor genético. Es muy probable que los hijos de una persona que ha necesitado ortodoncia tengan que recurrir a la misma para tener una sonrisa estética y funcional. Por último, hay una serie de conductas típicamente infantiles como la succión del dedo pulgar o del uso frecuente del chupete a edades más avanzadas que provocan maloclusiones. La mayoría de los casos de mordida abierta –falta de contacto de los dientes de la arcada superior con los de la arcada inferior- están propiciados por estas costumbres.     MALPOSICIONES DENTALES PROVOCADAS POR LA SUCCIÓN DEL PULGAR Si bien es cierto que no podemos prevenir el uso de ortodoncia en los niños, la erradicación de este tipo de conductas colabora en el correcto desarrollo dental de los mismos. ¿Qué aparato dental está recomendado para los niños? En un inicio, el sistema de ortodoncia más recomendado para los niños que ya hayan realizado el recambio dentario son los brackets metálicos. Son aditamentos que van cementados sobre la cara visible de los dientes y unidos entre sí por un arco. A su vez, éste va sujeto al mismo con una goma o ligadura. Son capaces de corregir todo tipo de malposiciones dentales como, por ejemplo, el apiñamiento, las rotaciones de piezas dentales o los diastemas. ¿Cómo se colocan los brackets en niños? Al llegar a la clínica, el ortodoncista revisará en primer lugar el estado de los dientes y encías del niño. Además, serán necesarias algunas pruebas diagnósticas como radiografías, TAC o cefalometrías, que permitirán valorar al especialista en qué estado se encuentra el caso para, posteriormente, pautar un plan de tratamiento adecuado. Gracias a los avances de los últimos años en el campo de la ortodoncia, en la actualidad la colocación de brackets en niños es muy sencilla y rápida. Se realiza a través de una técnica denominada cementado indirecto. Consiste en la fabricación de una férula de transferencia –hecha en plástico termomodelable a la medida de la boca del paciente- sobre la que se colocan los brackets que, posteriormente, se cementarán en los dientes del niño. Esta técnica reduce los tiempos de colocación y, por lo tanto, supone que la experiencia sea mucho más llevadera. ¿Qué ventajas tienen los brackets metálicos? Los brackets metálicos es el sistema de ortodoncia más empleado por niños y adolescentes, pues la estética queda relegada a un segundo plano. Los brackets convencionales son un sistema de eficaz y, a su vez, más económico. El precio de los brackets metálicos está por debajo del coste de otros tratamientos de ortodoncia. Además, las antes mencionadas ligaduras o gomas se fabrican en diferentes colores. Esto supone un gran atractivo para los niños, ya que se cambian cada mes y les dan la posibilidad de jugar con combinaciones cromáticas a su gusto. Éste último factor permite que los niños asocien la ortodoncia con algo “divertido”. Además, el hecho de que los brackets sean un sistema de ortodoncia fijo, evita que los niños pierdan los aparatos o los dejen olvidados en cualquier sitio.   Gracias a los avances en el campo de la ortodoncia, el proceso de colocación de brackets en niños se ha simplificado. Ahora es una experiencia rápida y cómoda para el paciente ¿Qué inconvenientes tienen los brackets metálicos? La principal desventaja de los brackets metálicos es la estética: no es el sistema más discreto del mercado. Además, si bien la ortodoncia no daña los dientes, sí que influye en la higiene bucodental. El hecho de llevar un aparato fijo en la boca dificulta el acceso a todos

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Traumatismo dental: ¿qué hacer tras recibir un fuerte golpe en los dientes?

Quien tiene niños cerca o practica deportes como el fútbol o el rugby lo sabe: los traumatismos dentales constituyen, junto con la caries, una de las urgencias dentales más comunes.Y es que los fuertes golpes en la boca suelen tener consecuencias en nuestra dentadura que debemos solucionar con rapidez: la viveza de la actuación del profesional que aborde el caso es fundamental en la reconstrucción y salvación de la pieza dental. Pero ¿qué es exactamente un traumatismo dental y en qué situaciones suele ser más común?   ¿Qué es un traumatismo dental? En muchas ocasiones, los fuertes golpes en la cavidad oral provocan lesiones en los dientes y en los tejidos blandos de la boca. Éstos pueden ser consecuencia de una fuerte colisión causada por un accidente, una caída aparatosa o debido a la práctica de deportes de contacto. Si bien hay casos en los que únicamente se ve dañado el esmalte de la pieza, el golpe puede provocar desde la fractura de la pieza dental al desplazamiento o avulsión – caída- de la misma. ¿Quién suele verse afectado por un traumatismo en las piezas dentales? Normalmente, los traumatismos dentales se deben a contusiones provocadas por fuertes golpes derivados de la práctica de deportes de contacto o de juegos bruscos. Su incidencia, aunque también es común entre los adultos, es especialmente notable entre la población infantil, fundamentalmente en niños con edades comprendidas entre los 6 y los 12 años. Es a estas edades cuando son más habituales las caídas producto de la práctica de actividades tales como montar en bicicleta o en monopatín, que ponen en riesgo la salud de nuestros dientes.   Si nos centramos en el caso de traumatismos dentales en bebés, igualmente frecuentes, los achacaríamos a las lesiones sufridas como consecuencia de caídas propias de la época en la que el niño pasa de ser completamente dependiente a caminar y tener, por tanto, cierta autonomía. Es durante el proceso de desarrollo motor cuando las caídas se vuelven habituales. Según vamos avanzando en la edad de aquellos que se ven afectados por un traumatismo dental, podemos destacar las disputas típicas de adolescentes o los accidentes automovilísticos como otras posibles causas frecuentes de los traumatismos en los dientes. Además, también pueden verse afectados por los mismos personas con problemas de movilidad que son, por tanto, más proclives a caerse, o personas que sufren ataques epilépticos. Los traumatismos dentales suelen afectar, mayoritariamente, a los incisivos centrales de la arcada superior. Es decir, a las piezas que reciben el fuerte golpe que causa el traumatismo. Debemos hacer hincapié en el hecho de que aquellas personas con malposiciones en los huesos maxilares son más proclives a sufrir un daño en los dientes. El hecho de que el maxilar sobresalga de manera inusual supone la pérdida de la protección del labio y, por tanto, una mayor posibilidad de sufrir un traumatismo dental.   Además, existen anomalías en el desarrollo normal de la estructura dentaria que favorecen los traumatismos dentales. Entre estas afecciones, destacan la amelogénesis imperfecta –anomalía en el crecimiento del esmalte que tiene lugar durante el desarrollo dentario- o la dentinogénesis imperfecta –una afección de carácter hereditario que afecta al desarrollo normal de la estructura de la dentina-. La debilidad del esmalte no sólo afecta a la apariencia del diente, sino que también compromete la protección del mismo frente a la acción de las bacterias que anidan en la boca o, en este caso, de fuertes golpes. ¿Qué debemos hacer ante un fuerte golpe en los dientes? En muchos casos, el daño derivado de un traumatismo dental es fácilmente perceptible a simple vista mientras que, en otras ocasiones, la afección de la pieza es bastante más severa de la que se aprecia en un primer momento. En caso de que no seamos conscientes del daño a simple vista, debemos tener cuidado si observamos ciertos síntomas como, por ejemplo, un dolor puntual a la hora de morder o de consumir ciertos alimentos. Sufrir un duro golpe en la cavidad oral puede tener consecuencias muy variadas que oscilan desde un daño mínimo del esmalte a la fractura o pérdida de la pieza dental. En todos los casos, es necesaria la evaluación y actuación rápida de un especialista, que valorará la gravedad del golpe y, también, si hay daños imperceptibles a simple vista en los dientes adyacentes.   ¿Qué consecuencias tiene un traumatismo en una pieza dental? Un fuerte golpe puede tener numerosas consecuencias en nuestra boca: Puede provocar movilidad dentaria. Una pieza dental puede modificar su posición inicial en la arcada. Se puede producir la intrusión de la pieza dental, dañando los tejidos de soporte. Daño en los huesos maxilares e, incluso, fractura de los mismos. Heridas en la lengua o en los labios. Daño o caída de nuestros dientes. Dependiendo del daño que sufra la pieza dental, podemos distinguir cuatro consecuencias diferentes en nuestros dientes: Afección del esmalte dental que, dependiendo de la gravedad de dicha afección, afectará también a la dentina de la pieza. Fractura coronaria -o rotura de la corona dental- que, en los casos más graves, puede llegar a afectar a la pulpa dental. Rotura de la corona y fractura radicular -de la raíz- del diente. Avulsión dentaria –o caída de la pieza dental-. Ante este amplio abanico de consecuencias, podemos distinguir varias maneras de actuación. ¿Qué tratamientos son los más adecuados ante un traumatismo en el diente? En caso de una afección leve, es decir, de dientes astillados o de una rotura mínima de la corona, debemos conservar la parte del diente resultante de la fractura y llevarla a la consulta del especialista. El odontólogo tratará de unirla a la pieza dental y, en caso de que no sea posible, intentará restaurar la pieza con composite o, en su defecto, con un tratamiento de carillas. Cuando, a causa del traumatismo dental, se ha fracturado buena parte de la corona dentaria, se recurre a la colocación de una corona. En estos casos, debemos tener en cuenta que si la pulpa dentaria ha sufrido algún daño, se deberá llevar a cabo anteriormente un tratamiento de conducto –o endodoncia-. Ante un pronóstico más grave en el que se haya dañado tanto

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Tengo un diastema, ¿cómo corrijo la separación de mis dientes?

Cuando un niño sonríe, es muy frecuente que apreciemos en su sonrisa un diastema o separación entre sus incisivos centrales superiores, comúnmente llamados “paletas”. Este rasgo tan característico de los niños de corta edad tiende a corregirse con el paso del tiempo, cuando éstos cambian sus dientes de leche por la dentición definitiva. Esto sucede naturalmente ya que los dientes permanentes son más grandes que los de leche. Sin embargo, y aunque no es lo más habitual, algunas personas mantienen los diastemas al llegar a la edad adulta. Cuando esto sucede, la separación entre dientes ya no se corrige de forma natural. Mientras que hay quienes están contentos con el aspecto aniñado que otorgan los diastemas, a otros les supone un complejo y prefieren llevar a cabo un tratamiento que cierre los espacios entre sus dientes. La separación entre los dientes puede corregirse mediante ortodoncia, frenectomía, carillas o reconstrucciones de composite. ¿Por qué tengo una separación entre los dientes? Por diastema entendemos un pequeño espacio entre dos piezas dentales. Aunque lo más frecuente es que se presente entre los incisivos centrales superiores, las separaciones pueden darse entre cualquier par de dientes. Dichos espacios pueden ser generalizados -varios a lo largo de la boca- o localizados. Aunque las causas que originan la separación entre los dientes son variadas, las principales son: Inserción baja del frenillo del labio superior: El frenillo labial superior es una membrana que conecta la cara interna del labio superior con la encía. Cuando dicho frenillo ha tenido un crecimiento anómalo y es más grande de lo habitual, baja hasta los dos incisivos centrales superiores e impide que éstos se junten. Aunque también tenemos frenillo labial inferior, que puede desarrollarse más de lo normal y dar lugar a un diastema, es más frecuente que la separación se produzca entre los dientes superiores. Dicho esto, cuando el diastema se debe a la inserción baja del frenillo, la solución para corregirlo será la de realizar un tratamiento combinado de ortodoncia y frenectomía. Ortodoncia: el diastema se puede cerrar con cualquier tratamiento: brackets metálicos, brackets de zafiro, brackets linguales Incognito e Invisalign Frenectomía: es una cirugía menor que se lleva a cabo bajo anestesia local. Consiste en cortar el frenillo y posteriormente dar puntos para que la herida se cierre y cicatrice Lo más adecuado es que la frenectomía sea realizada por un cirujano o un especialista en Periodoncia. En nuestra clínica, esta intervención es realizada por la doctora Sara Sánchez. En este punto, es importante recordar que la Periodoncia es la especialidad de la Odontología que se encarga del cuidado y los tratamientos de las encías. Dado el lugar que ocupa el frenillo en nuestra boca, el periodoncista es uno de los profesionales indicados para llevar a cabo la frenectomía.   FRENILLO LABIAL SUPERIOR Desproporción entre el tamaño del hueso maxilar y los dientes: Los dientes separados también pueden aparecer cuando el hueso maxilar ha crecido mucho y es demasiado amplio para los dientes. Al ser los dientes proporcionalmente más pequeños que el maxilar, éstos no llegan a ocupar todo el ancho del hueso y se producen los espacios. En este caso, los diastemas pueden ser generalizados o localizados entre cualquier par de dientes de la boca. En función del caso concreto del paciente, los diastemas se podrán corregir de varias maneras: Ortodoncia: el tratamiento mueve los dientes para intentar cerrar los espacios Carillas o reconstrucciones de composite: estos tratamientos rellenan el espacio entre los dientes. Es frecuente que se realicen en los incisivos laterales superiores   ORTODONCIA PARA CERRAR ESPACIOS ENTRE DIENTES Succión o empuje de la lengua contra los dientes: En el caso de las separaciones entre los incisivos centrales superiores, éstas también producirse por interponer o empujar la lengua contra los dientes. Este gesto puede darse por simple hábito o porque la lengua sea demasiado grande (macroglosia). Aunque este gesto parezca inofensivo, si se empieza a realizar cuando somos niños y lo mantenemos en el tiempo, progresivamente se va abriendo el espacio entre los dientes. Al igual que en el caso anterior, el cierre de los huecos entre los dientes puede realizarse con ortodoncia, carillas o reconstrucciones de composite. Si tengo un diastema, ¿debo someterme a un tratamiento para cerrarlo? Una vez que conoces las causas por las que puedes tener un diastema, es importante señalar que las separaciones entre los dientes no presentan un problema directo para tu salud bucodental. Sin embargo, es muy importante incidir en estos espacios cuando nos estamos cepillando los dientes, para que no se conviertan en el refugio de restos de alimentos. Si esto sucediera, podríamos desarrollar caries y/o problemas periodontales (gingivitis o periodontitis). Por su parte, desde el punto de vista estético, los diastemas sí pueden ser un problema para quien los padece. Si este es tu caso, te recomendamos que acudas a un odontólogo especializado en Ortodoncia para que determine cuál es la solución más adecuada para ti. Es posible que tengas diastemas pero presentes buena oclusión. Sin embargo, lo más habitual es que estos espacios vayan acompañados de algún tipo de problemática adicional relacionada con la mordida o el alineamiento de los dientes.

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