Clínica Sancal

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Cultura y curiosidades

Gingivitis y periodontitis durante el embarazo

El embarazo es una etapa crucial en la vida de cualquier mujer y, por ese motivo, se tienden a extremar los cuidados y las precauciones durante los meses de gestación. Es habitual prestar mucha atención a aspectos como la alimentación, el ejercicio o los medicamentos que se pueden consumir. Sin embargo, hay una cuestión que en demasiadas ocasiones pasamos por alto: la higiene de nuestra boca. Y es que la falta de higiene oral -junto a otros factores de riesgo- provoca que aparezcan las denominadas enfermedades de las encías: gingivitis y periodontitis o piorrea. Qué es la gingivitis gestacional En este punto, cabe recordar que la gingivitis es una enfermedad periodontal que está causada por la acumulación de placa bacteriana entre los dientes. Sus consecuencias más inmediatas son la inflamación y el sangrado de encías. Sin embargo, con el paso del tiempo, la acumulación de placa se convierte en sarro solidificado. Y cuanto más tiempo permanezca dicho sarro en nuestra boca, mayores serán las zonas colonizadas por las bacterias y, a su vez, peores serán los daños que éstas causarán. La gingivitis que no ha sido tratada se convertirá en una periodontitis, que consiste en una fase más grave de la enfermedad periodontal. La piorrea llega a destruir los tejidos que sirven de soporte para los dientes (encías, ligamentos periodontales, hueso alveolar…). Con la destrucción de dicho soporte, la consecuencia inevitable es la caída de la pieza dental.     Dicho esto, la gingivitis gestacional es la enfermedad de las encías que se produce únicamente en el transcurso de un embarazo. Pero, a diferencia de la creencia popular, no es el embarazo lo que provoca la gingivitis. Lo que sucede es que debido a diversos factores relacionados con el embarazo -fundamentalmente hormonales-, la gingivitis que antes de esta etapa no estaba totalmente controlada, se agrava. Tal y como explica la Sociedad Española de Periodoncia y Osteointegración (SEPA), la denominada gingivitis del embarazo tiene una prevalencia de entre el 36 y el 100% de las embarazadas que habían padecido esta enfermedad con anterioridad. Sin embargo, la incidencia de esta patología es de tan sólo el 0,03% en aquellas mujeres libres de placa al inicio del embarazo y que mantienen buenos hábitos de higiene bucal durante el mismo. Causas de la gingivitis en el embarazo Aunque acabamos de adelantar que los cambios hormonales contribuyen a la aparición de la gingivitis gestacional, a continuación vamos a detallar tanto éste como el resto de factores que influyen en la enfermedad: Aumento de niveles hormonales: Durante el embarazo se produce un incremento en la producción de hormonas -estrógeno y progesterona-, lo que supone, a su vez, mayor facilidad a la hora de desarrollarinflamación y sensibilidad en dientes y encías. Además, éstos se vuelven más vulnerables ante las bacterias. Incremento del flujo sanguíneo: Durante el periodo de gestación del bebé el flujo sanguíneo aumenta entre un 30 y un 50% para asegurarse de que el feto recibe los nutrientes necesarios. Este aumento del flujo sanguíneo no sólo afecta al cuerpo sino también a las encías, que son más propensas a inflamarse y provocar dolor e, incluso, sangrado. Náuseas: Sólo en algunos casos, las tradicionales náuseas del embarazo pueden provocar una cierta aversión a la pasta dental, al enjuague bucal o, incluso, a la rutina de cepillado. Sin embargo, la higiene dental escasa supone el caldo de cultivo para la aparición de la placa bacteriana y  el consiguiente desarrollo de la gingivitis. Vómitos: Los vómitos repetidos también son perjudiciales, ya que el ácido estomacal que se produce con éstos daña tanto el tejido gingival (encías) como el esmalte de los dientes. Síntomas de la gingivitis La gingivitis -tanto en mujeres embarazadas como en personas que no lo están- suele manifestarse con los siguientes signos: Encías sensibles que sangran con el cepillado o de manera espontánea Encías hinchadas Encías enrojecidas y de aspecto brillante Llagas o úlceras en la boca Sabor desagradable en la boca ENCÍAS INFLAMADAS DURANTE EL EMBARAZO Si reconoces alguno de estos síntomas, te recomiendo que acudas cuanto antes a un odontólogo especializado en Periodoncia. Mientras que la gingivitis es muy sencilla de tratar -con una limpieza dental profesional y mayor higiene en casa es suficiente- la periodontitis requiere un tratamiento más largo y costoso. Las mujeres embarazadas que padecen una enfermedad periodontal tienen tres veces más riesgo de tener un parto prematuro, en comparación con las gestantes que cuentan con una boca sana Posibles complicaciones Tal y como ya hemos avanzado, si la gingivitis no se cura, avanza y termina acarreando problemas mucho más graves y difíciles de tratar. Dichas complicaciones son las siguientes: Periodontitis: Es la más común de todas las consecuencias posibles. Mientras que la gingivitis solamente afecta a las encías, la periodontitis compromete a los huesos maxilares. Al actuar el hueso como soporte del diente, su deterioro a causa de las bacterias incontroladas provoca la pérdida de piezas dentales. Formación de ampollas o bultos: Son conocidos como “tumores del embarazo” y son fácilmente extirpables sin efectos secundarios. Parto prematuro: Según un estudio realizado por científicos de la University of Alabama School of Dentistry (EEUU) en el que se reclutaron datos de más de 2.000 mujeres embarazadas, se comprobó que aquellas que tenían enfermedad periodontal, tenían tres veces más riesgo de dar a luz de forma prematura, en comparación con las gestantes que poseían una boca sana. El motivo de esto se explica porque las bacterias que permanecen en nuestra boca durante mucho tiempo en forma de sarro, provocan que nuestro sistema inmunitario segregue unas sustancias denominadas interluquinas y prostaglandinas (PG2). Éstas, al atravesar la barrera hematoplacentaria, pueden provocar el parto antes de las 37 semanas. HIGIENE DENTAL PARA CURAR GINGIVITIS Tratamiento: higiene dental profesional Tal y como hemos adelantado previamente, el tratamiento para combatir la gingivitis consiste en: Limpieza bucodental profesional realizada en la clínica por un dentista o higienista Rutina de higiene exhaustiva en casa por parte del paciente El tratamiento realizado en la clínica dental sirve para eliminar todo el sarro acumulado en los dientes. Además, tiene como objetivo dejar la boca sana y limpia para que el paciente pueda llevar a cabo su rutina de higiene de manera habitual. Y, con estos buenos hábitos, eliminar por completo la gingivitis. ¿Existen remedios caseros para combatir la gingivitis? Dejando a un lado la limpieza dental, se puede considerar “casero” el procedimiento que debe llevar a cabo el

Cultura y curiosidades

Bruxismo: ¿rechinas los dientes?

El bruxismo es el hábito involuntario de apretar o rechinar los dientes. Se trata de una acción que se realiza sin ningún tipo de función práctica y que afecta a entre un 10 y un 20% de la población a nivel mundial. Lo padecen mujeres y hombres por igual y, aunque también puede darse en la edad infantil, tiende a aparecer entre los 17 y 20 años de edad y suele remitir a partir de los 40. ¿Rechinas los dientes y crees que puedes padecer bruxismo? Si es así, a continuación se presentan algunas de las causas que pueden llegar a provocar este mal hábito. ¿Qué factores provocan el bruxismo? El bruxismo puede venir determinado por muy diversas causas; es más, a pesar de tratarse de algo frecuente y no asociado a ninguna enfermedad grave, puede darse por factores tanto externos, como internos o psíquicos: La maloclusión o más comúnmente conocida como la desalineación de los dientes. La inestabilidad oclusal: personas con mordida desplazada. Las enfermedades periodontales: un empaste o una prótesis dental mal asentada… Es más, el 80% de las personas que sufren de algún tipo de enfermedad periodontal, tienden, además, a padecer bruxismo. El estrés, la ansiedad o el nerviosismo. Los hábitos alimenticios. La postura o costumbres al dormir. La capacidad de cada individuo de relajarse. Los trastornos respiratorios durante el sueño.   Puede que aún no lo sepas, pero si padeces de alguno de los factores aquí descritos podrías ser bruxista, ya que algunas personas no presentan ningún síntoma específico y no lo descubren hasta que duermen con alguien que detecta que rechinan los dientes.   Sin embargo, no es un acto que se dé únicamente por las noches. Es más, el bruxismo se divide en diferentes tipos: Nocturno: Normalmente el que lo padece ni siquiera es consciente de que rechine los dientes y puede darse en periodos de 17-20 minutos durante la noche. Diurno: Es un acto que suele ir unido a periodos de estrés y que se realiza de manera inconsciente. Bruxismo céntrico: Se asocia a apretar los dientes. Afecta sobre todo a los premolares. Bruxismo excéntrico: En estos casos se tiende a la fricción entre los dientes, por lo que afecta al desgaste de los mismos. Las férulas ayudan a mantener la mandíbula en una posición relajada y a proteger los dientes del rechinamiento.   Además de estos tipos, el bruxismo presenta diferentes grados que vienen determinados por lo establecido que esté dicho hábito: Hábito incipiente: Ocurre de manera ocasional y durante periodos cortos de tiempo. Aparece y desaparece por temporadas por lo que se considera reversible. Hábito establecido: Puede deberse a periodos de ansiedad y puede provocar ciertas lesiones. Se considera reversible siempre y cuando se realice un tratamiento para evitar que pase al siguiente grado. Hábito poderoso: En estos casos el hábito está totalmente establecido y el paciente no puede controlarlo. Sufre de lesiones importantes que requieren un tratamiento integral y especializado por parte del dentista. ¿Cuáles son las consecuencias del bruxismo?   Detectaremos que padecemos de bruxismo cuando se presenten algunas de las siguientes consecuencias: Desgaste dental Problemas en los músculos y articulaciones que participan en la masticación: dolor, inflamación… Dolor de cabeza Dolor de oído Contracción de los músculos del cuello Insomnio Sensibilidad de los dientes al contacto con el frío o el calor Encías retraídas, debilitadas o inflamadas Abfracción dental o la pérdida de tejidos dentarios duros   En algunos casos estos efectos pueden sufrir complicaciones que deriven en trastornos alimenticios, problemas dentales graves, depresión… Por eso es importante realizar un tratamiento inmediato. ¿Cuál es el tratamiento más indicado para el bruxismo? El tratamiento que escoja nuestro odontólogo para evitar el bruxismo está destinado a reducir el dolor, prevenir el daño dental y disminuir el rechinamiento; en ningún caso resuelve las causas que lo provocan. Por eso, las férulas de descarga son la solución más común y eficaz. Hablamos de protectores dentales realizados en resina o plástico que se realizan a medida, y que ayudan a mantener la mandíbula en una posición relajada y a proteger los dientes del rechinamiento.   Se recurrirá a la ortodoncia para casos en los que es la maloclusión lo que provoca el bruxismo. ¿Crees que padeces bruxismo? Sal de dudas En clínica dental SanCal podemos ayudarte a determinar las causas que provocan que rechines los dientes y te asesoraremos en el tratamiento más adecuado. Solicita una primera consulta con nuestros especialistas.

Buenos hábitos

Mal aliento: ¿cuáles son sus causas y cómo combatirlo?

El aliento o aire que expulsamos por la boca al respirar varía de una persona a otra. Aunque cada uno de nosotros puede padecer cierto grado de halitosis de manera ocasional, hay quienes lo sufren durante todo el tiempo. A pesar de que hay personas que no son conscientes de tener mal aliento, la mayoría de las veces somos nosotros mismos los que nos damos cuenta de que padecemos halitosis. Sin embargo, es frecuente que los adultos que lo sufren crean estar únicamente ante un problema social, que disminuye la autoestima y genera dificultades en las relaciones sociales. Por ese motivo, no se atreven a hablar de él y les cuesta incluso pedir ayuda profesional, lo que dificulta la manera de combatirlo. Si bien es cierto que este olor desagradable puede estar motivado por razones muy diversas, lo más habitual es que tenga su origen en una mala higiene de la zona de la boca o en determinadas enfermedades de dientes o encías. Causas de la halitosis En este punto, podemos distinguir dos tipos de halitosis: oral (tiene su origen en la cavidad oral) y extraoral (nace en otro punto de nuestro cuerpo). La primera, que está relacionada con una mala higiene o con problemas bucodentales, es la causante del 90% de los casos de mal aliento. La segunda corresponde únicamente al 10% de los casos y en algunas ocasiones puede ser incluso una manifestación de una determinada patología.   En el 90% de los casos, el mal aliento se origina en la cavidad oral. Solamente en el 10% de los casos, la halitosis procede de otras partes del organismo Causas orales Las causas orales del mal aliento son las siguientes: Acumulación de restos de comida Si no nos cepillamos los dientes después de la comida, se acumulan los restos de comida en la cavidad oral y, con ello, aparecen bacterias en la boca, lengua o dientes Enfermedades periodontales Tanto la gingivitis como la periodontitis pueden causar mal aliento, además de otras complicaciones como retracción de encías, inflamación gingival, sangrado, pérdida de hueso y, por tanto, caída de la pieza dental afectada Absceso dental Es la acumulación de pus debido a una infección Caries Se considera el segundo trastorno de salud más común después del resfriado Uso de prótesis o aparatos de ortodoncia Tanto la placa como los residuos de alimentos se pueden acumular en todo tipo de dentaduras o aparatos que llevemos en la boca. Por esta razón, es imprescindiblelimpiarlos y cepillarse bien los dientes después de cada comida LAVAR LAS PRÓTESIS Y APARATOS DE ORTODONCIA Boca seca (xerostomía) La escasa salivación provocada por la xerostomía fomenta el crecimiento incontrolado de bacterias. Dado que la saliva favorece la limpieza y ayuda a eliminar los malos olores, hay que tener en cuenta que algunas circunstancias o situaciones provocan una menor salivación Ejemplos de esto pueden ser la respiración bucal, el consumo de determinados medicamentos –como antidepresivos-, enfermedades de las glándulas salivales, etc. Para estimular la producción de saliva se recomienda mascar chicle, beber mucho líquido (agua preferiblemente) o masticar bien la comida Faringitis Es la inflamación de la faringe, en la parte posterior de la garganta Consumo elevado de café, alcohol y tabaco Además de estas razones, se pueden subrayar otras situaciones en las que todas las personas podemos producir mal aliento ocasional o repentino. Esto puede ocurrir, entre otros momentos, cuando comemos determinados alimentos como ajo o cebolla crudos, por las mañanas al levantarnos de la cama, después de hacer deporte o de haber hablado durante horas. Sin embargo, este olor desagradable es puntual y desaparece en cuanto nos enjuagamos o después del cepillado.   ALCOHOL, CAFÉ Y TABACO PROVOCAN MAL ALIENTO Causas no orales o extraorales Las causas extraorales del mal aliento son las siguientes: Problemas en el tracto digestivo Puede ser por obstrucción intestinal –en este tipo de casos es característico que el aliento huela a heces- o infecciones en el estómago, por ejemplo Enfermedades sistémicas La halitosis puede manifestar la existencia de determinadas afecciones más o menos graves como pueden ser la diabetes mellitus, las enfermedades pulmonares, renales o hepáticas así como los problemas gastrointestinales Infecciones en la zona de la nariz como consecuencia de un virus o bacteria Ejemplos de estas infecciones pueden ser la sinusitis -inflamación de los senos paranasales- o la rinitis -inflamación de la mucosa nasal- Extrema tu higiene Si después de haber extremado tu higiene bucodental, no has eliminado el mal aliento acude a tu dentista Remedios para quitar la halitosis En función del motivo que provoque el mal olor, será necesario consultar con un especialista médico u otro. Por ejemplo, si nos encontramos ante una causa de origen oral, como sucede en el 90% de los casos, debemos buscar la solución en nuestro dentista de confianza. Debido a que muchas personas padecen halitosis debido a una falta de higiene bucodental, te damos una serie de remedios para combatir la halitosis. Cepíllate los dientes después de cada comida Una vez que nos hemos cepillado los dientes, debemos utilizar seda dental -para los espacios interdentales pequeños- o cepillos interproximales -para los espacios más grandes-, un limpiador lingual y enjuague bucal. Existe mucha variedad de productos y marcas comerciales, por lo que lo ideal es probar cuál te gusta más, así como pedir consejo a la Dra. Sánchez.   CEPILLADO DEBE INCLUIR SEDA, RASCADOR LINGUAL Y ENJUAGUE Acude periódicamente a la consulta del dentista Lo ideal es que visitemos la consulta del dentista dos veces al año, es decir, cada seis meses. De esta manera, el odontólogo podría advertir la existencia de una enfermedad periodontal, o cualquier otro tipo de afección oral, de manera temprana. Y, con ello, podría establecer, en el caso de que fuera necesario, un tratamiento lo antes posible para que el pronóstico fuera más favorable. Visita regularmente al higienista Nuestra recomendación es que acudas a realizarte una limpieza bucodental una o dos veces al año. Dado que la periodicidad depende de cada caso concreto, el higienista es el profesional que podrá determinar la frecuencia con la que debes someterte a la limpieza. Dicho profesional eliminará la placa que haya en tu boca y, de esta manera, evitará el desarrollo de bacterias que provocan caries o enfermedad periodontal. Si te han parecido demasiadas las veces que te hemos recomendado acudir al dentista e higienista, puedes intentar que ambas visitas coincidan. Por ejemplo, en nuestra clínica dental, la higiene es muy completa. Tiene una duración de 50 minutos e incluye una revisión en la que el odontólogo revisa el

Buenos hábitos

Mordedores de uñas, atención: lo próximo en caer serán los dientes

Este mal hábito puede afectar al intestino, las encías o la mandíbula. La estética es lo de menos Antes de volver a morderse las uñas, piense que todos los gérmenes que se han ido acumulando bajo las mismas irán a parar a su boca: un análisis de las uñas de trabajadores de hospital desveló que los más frecuentes son Staphylococcus y Cándida, y ambos pueden producir infecciones. Más allá del problema estético, la onicofagia (como se denomina en medicina a este hábito mordedor de la estructura de los dedos) produce daños colaterales en otras partes del organismo, como la boca y el intestino. De hecho, un estudio realizado en la Universidad de Medicina de Breslavia (Polonia), con 339 estudiantes, detectó peor calidad de vida entre quienes dentelleaban sus uñas. Según explica la doctora Rosa Ortega del Olmo, dermatóloga y profesora en la Universidad de Medicina de Granada, esta parte del cuerpo no es tóxica en sí misma, «lo que sí es dañino son los gérmenes o sustancias tóxicas que se hayan tocado y que pueden acumularse en esa zona». El problema más frecuente de la onicofagia, según dice, es la alteración que produce en la anatomía de la uña (suele volverse más ancha y más corta), además de originar pequeñas heridas alrededor de ellas que, en ocasiones, llegan a infectarse. La deformidad en las mismas puede incluso confundirse con problemas más serios, como la artritis psoriásica, lo que dificulta el trabajo de diagnóstico de los médicos. Pero, además, el hábito de morderse las uñas es el culpable de otras alteraciones que ni se le habían pasado por la cabeza. No regañe a los niños La onicofagia se considera un trastorno nervioso que puede ser tratado por el psicólogo o psiquiatra. Lo recomendable es realizar un tratamiento multidisciplinar, con odontólogo y psicólogo, para obtener mejores resultados, es esencial que el sujeto esté dispuesto a abandonar el mordisqueo para tener éxito. También aconseja que, en momentos de estrés o ansiedad que inciten a morderse las uñas, se utilicen sustitutos, como masticar chicle sin azúcar o mantener las manos ocupadas con cualquier objeto. Otra de las sugerencias es poner atención en el cuidado de las manos y de las uñas (manicura) y llevar siempre una lima de cristal, para eliminar pequeñas roturas en las mismas y no caer en la tentación de morderlas. Además, existen productos que se aplican sobre las uñas varias veces al día y cuyo sabor amargo puede ayudar a eliminar el hábito. No regañar a los niños, porque, al ser un problema de origen psicológico, puede haber un efecto rebote, es decir, al provocarles angustia, se las muerden más. Lo ideal es utilizar refuerzos positivos: premiar al niño cuando no se las muerda. 1. Heridas en dedos Las personas que se muerden las uñas de forma constante llegan a lesionar el lecho ungueal (tejido sobre el que asientan las mismas) , quienes presentan el hábito más agresivo pueden provocar hemorragias subungueales que llevan a la pérdida de toda la uña, aunque también matiza que, por lo general, vuelve a crecer. Esta manía suele producir heridas en los dedos, que en ocasiones se infectan. En función del aspecto, se sabe qué tipo de germen ha causado el brote: en general, si es por bacterias, aparecerá pus (líquido amarillento) y, si es por virus, se formará una verruga (elevación de la piel); también se puede contagiar con herpes, y en este caso aparece una herida redonda y roja, o incluso con hongos (Cándida), que producen inflamación y secreción blanquecina. Y alerta de que todos estos gérmenes pueden pasar a los labios y a la mucosa labial. 2. Infecciones intestinales La onicofagia favorece el contagio de parásitos intestinales, sobre todo en los niños, población en la que es muy frecuente. Existen hasta once tipos de parásitos. Uno de los más conocidos es el oxiuro, popularmente conocido como lombriz, un parásito blanco y muy delgado que vive en nuestro cuerpo: sus huevos, que no son visibles al ojo humano, pueden estar bajo las uñas; y, al morderlas, pasan al aparato digestivo y lo colonizan. El principal síntoma es el picor que producen en la zona anal. Si el niño se rasca, vuelve a infectarse y lo contagia a otras personas. Hay que tener en cuenta que, según los datos que manejan los especialistas, el hábito de morderse las uñas es mayor entre la población infantil: afecta al 45% de los niños y al 10% de los adultos, suele comenzar a los 4–6 años y aumenta hasta los 11 años, momento en que inicia el descenso. 2. Desgaste de dientes Otra consecuencia de morderse las uñas es el desgaste de los dientes, en concreto, de los incisivos superiores e inferiores: provoca microtraumatismos que desprenden partículas de esmalte, lo cual hace que las piezas se vayan recortando. En casos severos, puede haber microfracturas del borde incisal (borde de los incisivos) u otros problemas: el apiñamiento de las piezas dentales, originado por la presión que se ejerce sobre los dientes al morderse las uñas de forma continua y cuya solución pasa por colocar un aparato de ortodoncia para que vuelvan a su lugar; y el desprendimiento de los empastes: si existen reconstrucciones en los incisivos superiores e inferiores, pueden romperse por la presión de los dedos y por el mordisqueo continuo que hacen que los dientes choquen entre sie. 3. Alteración en la mandíbula Un estudio realizado en la India con 240 adolescentes encontró asociación entre el hábito de morderse las uñas y trastornos en la mandíbula que suelen producir dolor y problemas al masticar. Es un problema que sí vemos en la consulta: la posición forzada de la mandíbula al morderse las uñas puede provocar alteraciones en la articulación temporomandibular, ocasionando ruidos al morder y dolor, existen férulas transparentes que cubren todos los dientes para evitar que el paciente se las muerda. 4. Lesión en encías Al mordisquear la uña pueden clavarse pequeños trozos de las mismas entre la encía y el diente, produciendo lesiones

Cultura y curiosidades, Prevención

Embarazo y salud bucodental

El embarazo comporta una serie de cambios orgánicos y de conducta que pueden repercutir en la cavidad bucal provocando un mayor riesgo de caries y de enfermedad de las encías. Por ello, cuando la mujer sepa de su embarazo, debería solicitar una visita de revisión con su odontólogo que le indicará si tiene alguna patología y realizará los tratamientos preventivos necesarios.  ¿Es verdad que el embarazo pone en peligro los dientes de la madre? Es muy importante que durante el embarazo mantengas una correcta higiene oral y sigas una dieta equilibrada. Contrariamente a las creencias populares, el bebé no obtiene el calcio de los dientes de su madre. Cuando el bebé necesita calcio, lo obtiene a través de la dieta o de los huesos de la madre, pero nunca de sus dientes. Tampoco  es verdad el dicho popular de que “cada embarazo me costó un diente”. Si estás desarrollando más caries puede ser debido a: Un descuido de tu higiene oral con el consiguiente acumulo de placa bacteriana. Las bacterias de la placa dental utilizan el azúcar que comes para producir ácidos que atacaran el esmalte de tus dientes, provocando caries. Cambio de los hábitos dietéticos y horarios. A medida que tu abdomen aumente de tamaño empezarás a comer pequeñas cantidades de comida con más frecuencia por qué en seguida tendrás sensación de saciedad. Debes evitar comer alimentos dulces y/o de consistencia pegajosa (chucherías, zumos envasados, refrescos, bollería…) Vómitos asociados al embarazo o reflujo del ácido del estómago. El ácido del estómago provoca una erosión del esmalte del diente volviéndolo más susceptible a la caries.  ¿Por qué me duelen las encías? Los cambios hormonales que acompañan al embarazo favorecen la aparición de gingivitis. La gingivitis es una inflamación y enrojecimiento de las encías que puede provocar dolor generalizado de la boca y una mayor tendencia al sangrado. Los problemas de las encías aparecen a menudo durante el segundo mes del embarazo, suelen ser máximos en el octavo mes y mejoran tras el parto. Si antes del embarazo ya tenías problemas gingivales o enfermedad periodontal probablemente se agraven. Durante el segundo trimestre también puede aparecer un “granuloma del embarazo”. Es una lesión abultada localizada en la encía y que sangra con facilidad. La mayoría disminuyen de tamaño o desaparecen tras el parto. Los cambios hormonales del embarazo no podemos controlarlos pero sí está en tu mano eliminar el resto de factores que provocan gingivitis y que son principalmente: la placa dental (hay que limpiar cada día los dientes) y el sarro (deberás realizar una limpieza de boca con tu odontólogo).  ¿Representan algún peligro el tratamiento dental o las radiografías durante el embarazo? El embarazo no es una enfermedad por lo que la embarazada puede recibir el tratamiento dental que precise. Durante el primer trimestre se suelen realizan sólo tratamientos de urgencia, ya que durante el primer trimestre cuando se van a formar las estructuras principales, tales como el Sistema Nervioso Central con el cerebro, el corazón y el Sistema Vascular, etc… El segundo trimestre suele ser el momento ideal para realizar cualquier tratamiento dental, no existiendo ningún problema en utilizar anestesia local para asegurar la analgesia durante el tratamiento. El odontólogo usará fármacos anestésicos que no afectaran a tu bebé. El exámen radiográfico es un importante instrumento diagnóstico y de seguimiento de algunos tratamientos dentales. El haz de rayos radiográficos no va dirigido hacia el abdomen y la cantidad de radiación que se produce es pequeña, por lo que podrán realizarse radiografías dentales durante el embarazo. Tal y como hablamos en este post: «Embarazo y radiografías dentales, ¿son compatibles?«, en todos los pacientes y sobre todo en pacientes embarazadas la indicación de la radiografía se realiza considerando el riesgo de exposición y pensando en el beneficio que puede tener para facilitar el diagnóstico. En el último trimestre del embarazo puede resultar molesto el permanecer sentada en el sillón dental durante un período prolongado de tiempo y es por ello que se procura evitar la realización de tratamientos largos, aunque no existe inconveniente en practicar tratamientos dentales. La Dra. Sánchez se ocupará de que el abdómen no dificulte el retorno venoso de tus piernas. No está recomendado el uso de óxido nitroso durante el primer y tercer trimestres del embarazo ya que podría estimularse la musculatura uterina y favorecer la aparición de abortos espontáneos, durante el primer trimestre, y la aparición de contracciones con riesgo de parto prematuro, durante el tercero. Si existen antecedentes de partos prematuros debe evitarse el tratamiento dental durante los últimos meses. ¿Cuándo empezaran a salirle los dientes a mi hijo? La erupción de los “dientes de leche” o «dientes temporales» suele empezar a los seis meses de edad acabando aproximadamente a los dos años y medio, aunque es completamente normal que a un niño con 9-12 meses todavía no le haya salido ningún diente. Cuando el diente está preparado para erupcionar la encía suele inflamarse. El bebé puede babear más y encontrarse irritable e inquieto. Dar al bebé un mordedor ayuda a calmarle. Solo consigo que pare de llorar cuando le doy el chupete con miel Igual que en los adultos los azúcares son metabolizados por las bacterias de la placa dental produciendo ácidos que atacaran el esmalte de los dientes de tu hijo. NUNCA mojes el chupete de tu hijo con alimentos dulces como el azúcar o la miel. Tampoco debes darle con el biberón bebidas azucaradas o ácidas (leche con azúcar, zumos envasados, agua azucarada o con miel…) y mucho menos antes de acostarlo ya que tu hijo podría desarrollar “caries del biberón” que destruirían sus dientes. ¿Cuando debo empezar a limpiar los dientes de mi hijo? Cuando erupcionen los primeros dientes puedes limpiarlos con ayuda de una gasa. Una vez erupcionen los molares podrás empezar a utilizar un cepillo dental adecuado a su edad. El cepillado requiere de una cierta habilidad por lo que los primeros años debes ayudar a tu hijo a limpiarse los dientes. Hacia los 5-6 años el niño ya habrá

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