Clínica Sancal

junio 2018

Cultura y curiosidades

Xilitol: ¿tu aliado contra la caries?

La caries es una de las afecciones bucales más comunes, y su incidencia provoca un daño en la estructura dentaria que, en caso de no ser tratado a tiempo, pueden terminar comprometiendo la estabilidad de la pieza dentaria.La caries es una afección de origen multifactorial, y una de sus causas es una dieta con alto contenido en azúcares. El xilitol es un edulcorante que se presenta como alternativa al azúcar, pero ¿de dónde proviene el xilitol y qué beneficios puede tener sobre tu salud dental?   El azúcar: un peligro para tu salud El azúcar es una sustancia que, de forma natural, se encuentra entre los componentes de muchos alimentos recomendados para mantener una dieta equilibrada. Un ejemplo de ello son algunas frutas y verduras como, por ejemplo, las naranjas -fuente de vitamina C- o el plátano -rico, por ejemplo, en potasio-. Sin embargo, es el azúcar de los alimentos procesados tales como refrescos, gominolas o zumos concentrados el que no es beneficioso para nuestra salud. Una dieta con un alto contenido en azúcares está asociada a enfermedades tales como la diabetes o la obesidad, pero, a su vez, tiene también graves consecuencias para la salud de nuestros dientes. Perjuicios del azúcar para tu salud bucodental El azúcar, junto con una higiene bucodental poco eficiente, está considerado como la principal causa de la caries dental. Las lesiones cariosas se producen como consecuencia del daño del esmalte dental, debido a la acción de un cúmulo de placa bacteriana que no ha sido removido de manera eficiente. La denominada placa cariogénica se conforma de una serie de bacterias que, una vez han metabolizado los azúcares de los alimentos, liberan ácidos que atacan la estructura dentaria. Estos ácidos dañan, por tanto, el esmalte y son el origen de la afección de caries dentales. El azúcar, por tanto, hace de la boca un medio ácido y favorece la acumulación de placa bacteriana. Por este motivo, los especialistas inciden en la importancia de reducir los niveles de ingesta del mismo.   CARIES DENTAL Una de las sustancias que se postulan como sustituto de la misma es el xilitol. ¿Qué es el xilitol? El xilitol es un polialcohol -alcohol de azúcar- que se extrae de ciertos vegetales o plantas como, por ejemplo, la corteza de abedul o del xilano, una fibra vegetal. Además, se encuentra de manera natural en pequeñas dosis en algunas frutas y verduras tales como los arándonos, las fresas o la coliflor. Se trata de un edulcorante con un sabor muy similar al del azúcar que se emplea como sustituto del mismo. Es habitual encontrarlo dulces industriales o helados, entre otros. La diferencia entre ambos radica en que, por el contrario, el xilitol no es perjudicial para la salud dental. Xilitol: el edulcorante que protege tus dientes de la caries La Organización Mundial de la Salud (OMS) califica el xilitol como una sustancia segura. A partir de la década de los 60, ha sido empleado en terapias post-quirúrgicas en pacientes que presentan quemaduras e incorporado a la dieta de personas con diabetes -su índice glucémico es de 7-. Pero, a su vez, se emplea como edulcorante de productos cuyo objetivo es mejorar la salud bucal. El xilitol se descompone de una forma diferente al azúcar, ayudando a mantener el pH de la boca neutro. De esta manera, no solo evita el daño del esmalte -al no crear de la boca un medio ácido-, sino que también evita que las bacterias se reproduzcan. Por este motivo, podemos afirmar que el xilitol, además de aminorar el daño del esmalte dental por lesiones cariosas, frena la aparición de los mismos. Pero, además, tiene otros beneficios para nuestra salud bucodental. Por un lado, nos ayuda a segregar unos niveles de saliva adecuados. Gracias al aumento del flujo salival se regula el pH de la boca, controlando el nivel de ácidos en la cavidad oral y evitando la desmineralización del esmalte de nuestras piezas dentales. Por otro lado, al frenar la adherencia de las bacterias a nuestros dientes y encías, previene también la afección de enfermedades periodontales -gingivitis y periodontitis-. Por último, frena la incidencia de la candidiasis oral. Esta afección está causada por la proliferación del hongo cándida, presente en la flora de la boca. Generalmente, su proliferación se encuentra controlada por la acción del sistema inmunitario, por lo que la candidiasis suele afectar a personas que, por una causa u otra, presentan una debilitación del este sistema. El xilitol frena la proliferación de este hongo, reduciendo el riesgo de padecer candidiasis oral. CANDIDIASIS ORAL ¿Qué productos contienen xilitol? Incorporar el xilitol a nuestra dieta es sencillo: una gran cantidad de dulces o chicles albergan cierta cantidad de esta sustancia entre sus componentes. Un ejemplo de ello serían distintos dulces, helados o snacks. Empleado como edulcorante, éste no afecta a los niveles de insulina y, de forma muy leve, a los niveles de azúcar en sangre. Por ello, está recomendado su uso entre personas diabéticas. Pero, además, dado su poder anticariogénico, en el mercado existen productos para mejorar la salud dental. Entre ellos, podemos distinguir pastas de dientes anticaries o colutorios con el mismo objetivo. Además de su uso en odontología, el xilitol se emplea como componente en otros medicamentos tales como pastillas para la tos o suplementos vitamínicos. ¿Qué contraindicaciones tiene el xilitol? Como hemos comentado con anterioridad, el xilitol tiene múltiples beneficios para la salud dental, y su uso está recomendado entre personas que padecen, por ejemplo, diabetes. Sin embargo, su consumo también tiene ciertas contraindicaciones. En caso de ser ingerido de forma rápida y en grandes dosis, tiene un efecto laxante en las personas. Entonces, ¿tomando xilitol mantendré mi boca libre de caries? El xilitol es una sustancia que ayuda a evitar la formación de caries, pero con su acción no es suficiente. Si quieres gozar de una salud bucodental completa y mantener tus dientes libres de caries, debes respetar las siguientes pautas: Cepíllate los dientes después de cada comida para eliminar las bacterias y los restos de comida presentes en tus dientes y encías. Cambia el cepillo de dientes cuando observes que las cerdas están desgastadas -cada 3 meses, aproximadamente-. CEPILLO DE DIENTES DESGASTADO

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Causas y remedios para aliviar el dolor de encías

El dolor de encías –normalmente unido a una inflamación y/o sangrado de las mismas- es una patología muy común entre la población en general, aunque especialmente en personas de entre 30 y 50 años. Puede aparecer como un dolor puntual asociado a una herida o un traumatismo, pero aquel dolor de encías que persiste en el tiempo y que se presenta de manera muy localizada es el más preocupante, dado que puede ser síntoma de una enfermedad periodontal. Causas principales del dolor de encías Las causas más comunes del dolor de encía suelen ser las enfermedades periodontales, que como procesos infecciosos causados por las bacterias que se alojan en nuestra boca, provocan la inflamación e irritación de las encías y por tanto, molestias en las mismas. Existen dos estadios de enfermedad periodontal que provocan dolor de las encías. Los describimos a continuación: Gingivitis Es la enfermedad periodontal provocada por la acumulación de placa bacteriana y que ocasiona inflamación, enrojecimiento y sangrado de la zona gingival. El principal factor por el que se origina es la mala higiene dental: no cepillarse correctamente, o hacerlo de forma agresiva, no utilizar hilo dental… Todo ello favorece la aparición de gingivitis. Periodontitis Se trata del estadio avanzado de la gingivitis, donde las bacterias han afectado no sólo a los tejidos blandos, sino también al hueso maxilar, poniendo en riesgo el sustento de los dientes. Este tipo de infección provoca síntomas como mal aliento, enrojecimiento o sangrado de encías, inflamación gingival, dolor, y movimiento de los dientes.   GINGIVITIS Tanto en el caso de la gingivitis como en el de la periodontitis crónica, el dolor de encías, aunque muy localizado, no suele presentarse de forma permanente. De hecho, lo más frecuente es que surja durante el cepillado o cuando comemos algo. De cualquiera de las maneras, el tratamiento para frenar la gingivitis y que no derive en una periodontitis es una limpieza profesional. Gracias a ella se eliminará la placa bacteriana acumulada y las encías irán desinflamándose hasta que, finalmente, remita el dolor gingival. Otros motivos por los que duelen las encías Además de las enfermedades periodontales como la gingivitis y periodontitis, existen otras causas por las que las encías pueden llegar a doler. Estas son algunas de ellas: Después de una profilaxis: después de una limpieza profesional donde el higienista tiene que raspar la zona de las encías para eliminar la placa bacteriana, es normal que las encías se inflamen y duelan. Tras un tratamiento de blanqueamiento dental: los productos que se utilizan durante una sesión de blanqueamiento dental pueden provocar sensibilidad dental. Cuando esto ocurre, el paciente siente un dolor localizado e intenso al contacto con alimentos o bebidas muy frías o calientes. Sin embargo, las molestias deberían desaparecer al separar los dientes y encías del estímulo externo. Cambios hormonales: aunque la gingivitis gestacional es de conocimiento general, el dolor de encías no va asociado únicamente al embarazo, sino a todos los cambios hormonales que sufren las mujeres. Por ejemplo, después del parto, antes de la menstruación… GINGIVITIS DURANTE EL EMBARAZO Después de la colocación de un implante: la intervención para la colocación de un implante es bastante invasiva por lo que es habitual que los días posteriores a la cirugía se sienta dolor en las encías cercanas al implante dental. Tras la extracción de un diente: es completamente normal sentir dolor en las encías que se encuentran alrededor del diente extraído. La exodoncia habrá producido una inflamación en las mismas y hasta que ésta remita pueden padecerse dolores. Después de someterse a una endodoncia: al igual que en los casos anteriores, al intervenir quirúrgicamente un diente, que en este caso ha sufrido una endodoncia, las encías que le rodean se ven afectadas por la manipulación realizada por el profesional y por lo tanto, pueden sufrir dolor e hinchazón de la zona gingival cercana. Encías retraídas: hay ocasiones en la que la retracción de encías se debe a un cepillado fuerte, en lugar de a una enfermedad periodontal. Cuando las encías retroceden hasta dejar la raíz del diente al descubierto, es posible sentir un fuerte dolor que irá asociado a la exposición del nervio ante estímulos externos. Diabetes: son muchos los estudios que demuestran la relación directa que existe entre esta patología y las enfermedades periodontales. Y ello se explica debido a que las personas que padecen  diabetes mellitus de tipo 2 sufren unas alteraciones en sus vasos sanguíneos que pueden impedir la adecuada circulación de la sangre en las encías. Dichos problemas circulatorios provocan inflamación y dolor en las mismas. Anemia: la falta de vitaminas propia de personas que padecen anemia también puede provocar problemas en la cavidad oral. Bruxismo: las personas bruxistas suelen padecer dolores de dientes y encías debido a la fricción que producen al rechinar los dientes. La dentición en bebés: se trata de una de las causas más comunes del dolor de encías en bebés. A partir de los 6 u 8 meses de edad los niños empiezan a sentir las encías inflamadas y sensibles. Sin embargo, esto es una consecuencia natural de su desarrollo. DENTICIÓN EN BEBÉS El uso de prótesis: sin una correcta higiene, es frecuente que se acumulen restos de comida entre la prótesis, por lo que puede producirse una inflamación por sarro. La toma de determinados medicamentos: algunos fármacos también pueden provocar que las encías se inflamen y duelan. El uso de ortodoncia: aparatos de ortodoncia como los brackets dificultan la limpieza dental y, por tanto, pueden favorecer la aparición de gingivitis por acumulación de sarro. El hábito de fumar: fumar aumenta la acumulación de la placa bacteriana, lo que hace que se desarrollen enfermedades periodontales con mayor facilidad. Dientes mal alineados: cuando existen malposiciones en los dientes es más común que se acumule el sarro alrededor de las piezas dentales. Si no se practica una buena higiene dental, esta situación puede derivar en una posible gingivitis. Dado que el dolor de encías puede deberse a algunas enfermedades que pueden llegar a ser graves (especialmente en el caso de la periodontitis) es importante determinar cuál de las anteriores puede ser la causa subyacente para poder así aplicar el tratamiento adecuado para la misma. Remedios para aliviar el dolor de encías Una vez que hemos diagnosticado dónde está nuestro problema, es momento de buscar la solución para calmar el dolor de encías. Cuando se trata de un dolor puntual no asociado a una patología

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Absceso dental: ¿cuáles son sus causas y qué tratamiento es el más adecuado?

El absceso dental responde a la infección del tejido blando que supone un dolor agudo para el paciente que la padece.En el presente artículo te contaremos cuáles son las posibles causas de su aparición, qué consecuencias tiene para tu salud bucodental y cuáles son los tratamientos más adecuados para abordarlos.   Definición: ¿qué es un absceso periapical? Un absceso dental es una acumulación localizada de pus a causa de una infección bacteriana. El absceso periapical se diferencia con respecto al absceso periodontal por su localización: el primero afecta al ápice -punta de la raíz- de la pieza dental, mientras que, por el contrario, el segundo tiene su incidencia en las encías, en el área colindante a las raíces de los dientes. Síntomas del absceso periapical Los abscesos periapicales presentan una serie de síntomas inequívocos que, si bien empiezan a manifestarse de forma más leve, van agravándose con el tiempo. Los principales signos de los abscesos dentales son los siguientes: Dolor agudo en la zona. Aparición de un bulto o fístula en el área próxima a la zona en la que se localiza la infección que, en ocasiones, puede suponer la supuración de pus. Mal sabor de boca, especialmente amargo. Inflamación e hinchazón de las encías. Estado febril. Inflamación del área colindante a la pieza dental afectada: cara, mejillas o ganglios linfáticos. Sensación de sensibilidad a temperaturas extremas, sobre todo con la ingesta de alimentos demasiado fríos o calientes, o en el momento en el que se ejerce cierta presión sobre la pieza dental -sobre todo, a la hora de masticar o morder-. En caso de que el absceso no sea tratado a tiempo, la infección irradia al hueso maxilar. Si bien las molestias se reducen, la infección no ha remitido y el tratamiento continúa resultando igual de necesario. Frenar el proceso infeccioso es indispensable. En caso contrario, la infección podría extenderse a otras áreas del cuerpo. ESTRUCTURA DENTARIA ¿Cuáles son las causas del absceso dental? Una caries que no ha sido tratada a tiempo, un fuerte traumatismo, fractura de la pieza dental e incluso la enfermedad periodontal se postulan como las principales causas de los abscesos dentales. Absceso dental a causa de una caries dental o de un fuerte traumatismo Una caries extensa supone el daño de la estructura del diente. En casos de lesiones cariosas muy avanzadas o de traumatismos muy fuertes, las bacterias pueden llegar a alcanzar la pulpa -o nervio dental-. En este caso se produce una infección que se extiende hasta la raíz del diente, causando una inflamación de los tejidos internos del mismo. Una caries que no ha sido tratada a tiempo o un diento enfermo son las principales causas de la aparición de abscesos periapicales o dento-alveolares. Absceso dental a causa de la enfermedad periodontal Las enfermedades periodontales son afecciones que cursan con la inflamación y sangrado reversible de las encías -gingivitis- y, en caso de no ser tratadas a tiempo, derivan en una periodontitis. La periodontitis es una enfermedad crónica que comienza con la infección de los tejidos de soporte y, en caso de no ser abordada, continúa con la movilidad dental y, finalmente, puede llegar a suponer con la pérdida de las piezas. La enfermedad periodontal compromete la estabilidad de las encías, suponiendo una recesión de las mismas. En los casos más avanzados, se forman unas bolsas periodontales -surco que surge entre la pieza dental y la encía-, propiciando un hábitat perfecto para las colonias de bacterias presentes en la boca. PERIODONTITIS COMO CAUSA DE UN ABSCESO La enfermedad periodontal es la principal causa de los abscesos del periodonto. Factores de riesgo Una vez esclarecidas sus causas, podemos entender que existen ciertas condiciones que suponen una mayor propensión a padecer la afección de un absceso dental: Una higiene bucodental poco rigurosa, que favorece la aparición de lesiones cariosas o enfermedades periodontales. Una dieta poco equilibrada con alto contenido en azúcares. Enfermedades que suponen una debilitación del sistema inmunológico como, por ejemplo, la diabetes. Por lo tanto, entendiendo estos factores de riesgo, los especialistas recomiendan una serie de pautas que pueden ayudar a prevenir la formación de un absceso dental. Entre ellas, destacan las siguientes: Cuida la higiene de tu boca. Recuerda la importancia de cepillarte los dientes después de cada comida para eliminar de manera efectiva la placa bacteriana. Haz uso de elementos complementarios de higiene tales como el hilo dental o los cepillos interproximales. Solo así lograrás una limpieza oral completa. Mantén una dieta equilibrada y bebe una cantidad de agua aceptable. Así mantendrás los niveles de segregación de saliva adecuados. Acude a tus revisiones con el especialista para que verifique el buen estado de tus dientes y encías. Una caries extensa, un fuerte traumatismo o las enfermedades periodontales son las principales causas de los abscesos dentales. ¿Cómo se realiza el diagnóstico de un absceso dental? Ante los síntomas descritos, resulta de vital importancia una pronta visita al especialista. De esta manera, se podrá atajar de manera debida la infección y ésta no comportará mayores complicaciones. Para realizar un diagnóstico adecuado, el especialista examinará el tejido y la pieza afectados, y realizará una serie de radiografías para localizar el absceso y discernir el alcance de la infección. Te interesará »  Si es tan importante para nuestra higiene, ¿por qué no usamos nunca el hilo dental? Además, en algunas ocasiones el tratamiento antibiótico no resulta efectivo. En ese caso, está recomendada la realización de una serie de pruebas que detecten qué tipos de bacterias están afectando la zona. De esta manera, el odontólogo podrá cambiar la medicación y pautar un tratamiento adecuado. ¿Qué tratamiento es el más adecuado para el absceso dental? Los especialistas que bordan un caso de absceso dental tienen dos objetivos fundamentales: erradicar el proceso infeccioso y conservar la pieza dental afectada en boca. Para atajar la infección, el odontólogo prescribirá un tratamiento antibiótico. Frenando el proceso infeccioso, se evitan complicaciones posteriores de mayor envergadura. El tratamiento a base de antibióticos es más frecuente en aquellos casos en los que la infección se haya extendido a otras zonas más allá del absceso, o cuando el mismo afecta a personas con un sistema inmunológico debilitado. Con el fin de preservar la pieza en boca, está recomendada la realización de una endodoncia. Eliminando el tejido infectado y sellando

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Anestesia dental: ¿Qué tipos hay y en qué tratamientos se utiliza?

La anestesia es una técnica imprescindible que se utiliza a diario tanto en Medicina como en el caso concreto que nos ocupa a nosotros, es decir, en el campo de la Odontología. Y es que la anestesia dental permite llevar a cabo procedimientos que, de otra manera, no podríamos realizar. O que, en el caso de hacerlos, causarían un dolor casi imposible de sobrellevar para el paciente.   ¿Qué es la anestesia dental? Por anestesia dental entendemos aquella que tiene como objetivo eliminar la sensibilidad de una zona concreta de nuestro cuerpo: la boca. De esta manera, los dentistas podemos realizar cualquier tratamiento que el paciente necesite de manera indolora y cómoda para él. Una vez que hemos definido qué es la anestesia dental, vamos a profundizar más sobre ella, detallando en qué tipo de tratamientos se utiliza. Asimismo, vamos a explicar otras técnicas similares a las que los pacientes también pueden referirse cuando hablan de anestesia dental. Tipos de anestesia bucal En este punto vamos a detallar las diferentes técnicas anestésicas que existen actualmente. Todas ellas las utilizamos en nuestra clínica dental. Sin embargo, ten en cuenta que no todas las consultas odontológicas pueden llevarlas a cabo -por el equipamiento que requieren o por la especialización que necesitan los profesionales-. Por ello, si estás interesado en alguna técnica en concreto te recomendamos que preguntes de antemano si cuentan con ella en la clínica a la que vas a acudir. Anestesia local La anestesia local es la técnica más utilizada para eliminar la sensibilidad de la boca. Esto se debe a que puede aplicarse en cualquier tratamiento que genere dolor o molestias al paciente. Ejemplos de dichos tratamientos serían los empastes dentales, las endodoncias, los implantes, las carillas o las extracciones de dientes.   CARILLAS DENTALES DE PORCELANA   Sin embargo, aunque no sea lo habitual, el odontólogo también puede aplicar anestesia local en una higiene dental. Esto se hace en los casos en los que el paciente cuenta con mucha placa dental y la retirada de ésta resulta excesivamente molesta. Para que esto no suceda, a nuestros pacientes les recomendamos acudir cada año a la clínica para que las higienistas les realicen una limpieza profesional. Spray, crema o gel anestésico Los geles, cremas o sprays anestésicos se utilizan para adormecer la zona en la que se va a aplicar la anestesia local. Te interesará »  Técnica de Bass: ¿cómo debes cepillarte los dientes? Por tanto, son de uso tópico y sirven para evitar el dolor propio del “pinchazo” de la aguja con la que se aplica la anestesia local. Al tener un efecto muy leve y limitado, estos geles, cremas o sprays no se utilizan por sí solos en los tratamientos mencionados en el punto anterior (empastes, endodoncias, implantes, carillas o extracciones). Es decir, solamente los utilizamos para aplicar posteriormente la anestesia local. Sedación leve La sedación leve es una técnica que consiste en la aplicación de óxido nitroso mediante una mascarilla. Por tanto, al ser inhalada -en lugar de inyectable- evita usar una aguja y “pinchar” al paciente. La sedación leve permite al paciente permanecer consciente mientras dura el tratamiento y se utiliza frecuentemente en la especialidad de Periodoncia, concretamente en los mantenimientos periodontales. El motivo por el que se usa en este tipo de procedimientos es porque en ellos se experimentan más molestias que con una simple limpieza profesional. Sin embargo, dicho dolor es más llevadero que el que ocasionan los tratamientos mencionados en los puntos anteriores. Por ello, no es necesario aplicar anestesia local. Sedación consciente De todas las técnicas que estamos tratando, la sedación consciente es la que se utiliza con menos frecuencia en las clínicas dentales. Aunque en nuestra clínica dental contamos con sedación consciente, no es lo habitual ya que es necesario tener un gabinete equipado para ello, así como un médico anestesista. La sedación consciente se puede aplicar en cualquier tratamiento dental. Sin embargo, lo más frecuente es utilizarla en las cirugías de implantes. En este punto, es conveniente destacar que la sedación consciente no es una técnica anestésica como tal, sino que se lleva a cabo cuando los pacientes sienten miedo o ansiedad ante el procedimiento quirúrgico. Por tanto, la sedación consciente se utiliza siempre junto con la anestesia local. De hecho, en las personas que se van a someter a una cirugía de implantes y no sienten miedo o ansiedad se utiliza únicamente anestesia local. Anestesia general Por último, la anestesia general no es una técnica que se lleve a cabo en la consulta del dentista. Es decir, se puede utilizar en intervenciones quirúrgicas orales -como pueden ser la cirugía ortognática, los implantes dentales o la extracción de las muelas del juicio-. Sin embargo, su utilización corresponde al entorno hospitalario. Por norma general, podemos decir que la anestesia local se utiliza en todos los tratamientos dentales, excepto en los de ortodoncia y blanqueamiento ¿En qué tratamientos se aplica anestesia dental? Como ya hemos visto en el apartado anterior, por anestesia bucal se pueden entender diversos términos. Por tanto, dependiendo de qué entendamos por anestesia dental, podemos decir que es conveniente utilizarla en unos tratamientos u otros. A todos ellos hemos hecho referencia en el apartado anterior, incluyendo las diferentes combinaciones que se pueden llevar a cabo, como ocurre con la sedación consciente y la anestesia local en la especialidad de Implantología. Pero, además de esto, a modo de resumen podemos decir que la anestesia dental se puede aplicar en cualquier tratamiento que genere dolor, molestias o incomodidad al paciente.   GABINETE EQUIPADO CON SEDACIÓN CONSCIENTE Técnicas diferentes Aunque el dentista te pueda explicar los distintos tipos de anestesia y sedación, te recomendamos que sepas, a grandes rasgos, en qué se diferencia cada una de ellas ¿Cuándo no se utiliza ninguna técnica anestésica? Una vez que hemos hecho referencia a los tratamientos en los que se usa anestesia, podemos decir que hay otros en los que no es necesario hacerlo. Por ejemplo, la anestesia no se utiliza en tratamientos de ortodoncia o blanqueamiento dental. Como no podía ser de otra manera, si no se recurre a ella es porque durante esos procedimientos el paciente simplemente siente unas molestias o incomodidades mínimas, que pueden ser perfectamente sobrellevadas. Una vez realizada esta diferenciación sobre los diferentes métodos anestésicos y de sedación, esperamos haberte ayudado a distinguirlos. En cualquier caso, puedes consultarnos todas tus dudas poniéndote en contacto con nosotros o acudiendo a una primera consulta gratuita.

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Macroglosia: ¿cuál es el tratamiento más adecuado?

La macroglosia es un trastorno que afecta, en su mayoría, a niños, y que puede tener repercusiones negativas en el habla, generar problemas de oclusión y dificultades a la hora de masticar o tragar.En el presente artículo te explicaremos en qué consiste la macroglosia, cuáles son las posibles causas que la originan y cuál es el tratamiento más adecuado en cada caso. ¿Qué es la macroglosia? La lengua es un órgano de vital importancia para la correcta fonación de los sonidos, el proceso de deglución y la respiración. Tiene un mayor crecimiento durante los primeros 8 años de vida de una persona, si bien su desarrollo no se interrumpe hasta que ésta cumple 18 años. De origen hereditario o congénito, la macroglosia es una condición que afecta a aquellas personas que poseen una lengua de un tamaño superior al habitual con respecto al resto de estructuras que conforman la cavidad oral. Síntomas de la macroglosia Las personas que la padecen observan cómo, en estado de reposo, la lengua protruye más allá del borde alveolar. La lengua tiene, por lo tanto, una longitud, un grosor y un ancho superior al habitual, ocupando por completo el espacio presente en la cavidad oral. LENGUA AGRANDADA   En personas que lo padecen, es habitual encontrar pequeñas úlceras o lesiones en la superficie de la misma. Además, presentan una serie de dificultades en la fonación de sonidos, en el proceso de masticación y deglución, infecciones recurrentes y obstrucción de las vías respiratorias y, por último, suelen segregar unos niveles de saliva superiores a los habituales. Causas de la macroglosia La macroglosia es una patología de causa variada, teniendo bien su origen en la afección de un síndrome de carácter genético o hereditario o, por el contrario, adquirido. El hecho de tener una lengua de tamaño superior al resto de estructuras de la cavidad oral puede ser un indicador de que la persona padece un trastorno de carácter hereditario o congénito como, por ejemplo: Hipotiroidismo de origen congénito. Síndrome de Down. Síndrome de Beckwith-Wiedemann, un trastorno del crecimiento que supone unos órganos de tamaño superior al habitual, entre otros síntomas. Diabetes. Acromegalia, una enfermedad de carácter crónico caracterizada por el incremento del tamaño de algunos órganos corporales como, por ejemplo, las manos, los pies o las mandíbulas. Mucopolisacaridosis, o enfermedades metabólicas de origen hereditario que suponen un mal procesamiento de los glucosaminglucanos -cadenas de la molécula del azúcar-. Esta afección provoca una acumulación de los mismos a nivel intracelular que puede ser la causa de distintas alteraciones en diferentes órganos. Aparición de un hemangioma -tumoraciones vasculares de carácter benigno, generalmente, que aparece en etapas muy tempranas de la vida-. HEMAGIOMA Pero, además, en ocasiones la macroglosia es un síntoma de un trastorno adquirido como, por ejemplo: Malformaciones en el sistema linfático de carácter benigno -linfagiomas-. Crecimiento de formaciones tumorales malignas. Consecuencias de la macroglosia La macroglosia tiene efectos negativos en la estética de la sonrisa de una persona, pero también puede afectar al habla, el proceso de deglución e incluso en el descanso de la misma. Entre las distintas consecuencias que esta patología tiene para aquellos que lo padecen, destacan las siguientes: Conflictos en la correcta fonación de los diferentes sonidos, suponiendo problemas en el habla. Dificultades en el proceso de masticación y deglución de los alimentos, interfiriendo por tanto en el proceso de digestión. Aparición de úlceras o pequeñas heridas producto del roce de la lengua con otras estructuras de la boca, especialmente en la punta de la misma. Segregación de unos niveles de saliva superiores a los habituales. Esta afección, conocida como sialorrea, tiene efectos negativos tanto en la deglución de los alimentos como en la preservación del esmalte dental, favoreciendo la aparición de caries. Infecciones de las vías respiratorias u obstrucción de las mismas. La macroglosia es, por ejemplo, una de las causas de la apnea -afección que supone una respiración muy superficial o la interrupción de la misma durante el sueño-. La macroglosia puede afectar al proceso de erupción dental y a la posición que los dientes ocupan en las arcadas. Esta patología puede suponer la protrusión de las piezas dentales y generar alteraciones en el proceso de erupción dental, afectando a la correcta alineación de los dientes en las arcadas. Además, también tiene efectos negativos en el desarrollo del hueso maxilar y de la mandíbula, generando problemas de oclusión. Por último, tiene consecuencias estéticas y, por tanto, en la autoestima del paciente. La macroglosia tiene efectos negativos para el habla, la masticación y deglución de los alimentos e incluso problemas de oclusión dental Diagnóstico de la macroglosia La macroglosia afecta, mayoritariamente, a la población infantil. Resulta de vital importancia realizar una visita temprana al especialista para que estudie el caso y esclarezca la causa de esta afección. Para el correcto diagnóstico de la misma, el especialista analizará no solo la morfología de la lengua, sino también otros factores tales como las dificultades que supone para el proceso de masticación y deglución de los alimentos y el habla, la obstrucción de las vías aéreas, así como la motricidad oral y el desarrollo de la mandíbula y el hueso maxilar, o la posición de las piezas dentales en la arcada.   APNEA Además, analizará también la historia clínica y los antecedentes médicos familiares. Una vez finalizado este análisis, el especialista pautará el tratamiento más adecuado para el caso. Tratamiento de la macroglosia El especialista determinará el tratamiento más idóneo en función del grado de severidadde la afección y de la causa que la provoca. Por lo tanto, el procedimiento para abordar esta afección es, al igual que su origen, muy variado. En los casos más severos, el especialista optará por una glosectomía. Se trata de una cirugía que consiste en la reducción del tamaño de la lengua. De esta manera, no solo se erradican los problemas estéticos que se derivan de la macroglosia, sino que también supone el fin de los problemas de sialorrea y las dificultades en el habla, la respiración, la masticación y deglución de los alimentos. La edad idónea para realizar la glosectomía está establecida entre los 4 y los 7 años. De igual manera, la realización de esta intervención se adelanta en el tiempo en algunas ocasiones en las que

Cultura y curiosidades

Cordales ¿qué son?

Los cordales son una palabra poco conocida como tal en el vocabulario general, pero es algo tan común como las conocidas muelas del juicio. Cordales es su término científico y es uno de los elementos más comunes en cirugía dental, ya que su extracción suele ser común. ¿Cuándo se recomienda extraer los cordales? Los cordales como hemos comentado anteriormente son elementos muy comunes en las cirugías dentales, la pregunta más común es ¿es necesario extraer los cordales siempre? la respuesta es sencilla no. Vamos a ver en qué ocasiones si hay que extraerlos: Cuando salen de forma trasversal y no vertical: Cuando esto sucede suele provocar molestias considerables en el paciente, ya que está interfiriendo con la muela contigua al no salir de forma adecuada. Falta de espacio entre las piezas dentales: cuando en una boca hay falta de espacio y las muelas del juicio salen, esto puede provocar que los dientes se vayan montando, lo que ocasionará no sólo que se deba retirar el propio cordal sino que deba hacerse un tratamiento de ortodoncia.   Pasos a seguir en la cirugía de cordales Los pasos previos en su extracción deben realizarse para evitar posibles problemas durante la operación y el postoperatorio, entre los pasos a seguir están: Una realización de radiográficas para comprobar tanto el estado y la posición del propio cordal y de las dientes de alrededor. Se realiza una valoración del pacientes ante la posibilidad sedación parcial de la boca y su tolerancia a determinados medicamentos (anti-inflamatorios, analgésicos y antibióticos), necesarios para la recuperación del postoperatorio. Según el estado y la posición de los cordales, si hay más de uno, el dentista tendrá que valorar el retirar al paciente tan solo una pieza o más de una. Pasada la operación, el paciente a la que se le han extraído los cordales debe recordar estos consejos: No debe ni cepillarse los dientes, ni tampoco enjuagarse, ya que el propio gesto de escupir puede hacer que salten los puntos de sutura. Durante las dos horas siguientes a la extracción del cordal, el paciente se deberá aplicar hielo para evitar la inflamación. Deberá evitar los alimentos calientes o duros. A ser posible que los alimentos sean lo más fríos posible, para ayudar a la cicatrización y la inflamación de la encía. Evitar fumar durante al menos dos días, ya que podrá provocar una grave infección tras la operación.

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Pulpa dental: ¿por qué se infecta?

La pulpa dental es uno de los componentes de la compleja estructura de nuestros dientes. Su integridad se puede ver amenazada por la acción de fuertes traumatismos o de caries avanzadas.En el presente artículo te contaremos qué es exactamente la pulpa dental, por qué se puede ver afectada y qué tratamientos son los adecuados en estos casos.   Estructura del diente Los dientes son estructuras complejas que posibilitan, entre otras, las funciones de masticación de los alimentos o la pronunciación de los distintos fonemas. Se encuentran unidos al maxilar a través del periodonto, y en su estructura podemos distinguir una parte visible y una invisible. En el caso de los dientes sanos, la estructura visible la conforma la corona, mientras que la parte no visible la integran el cuello y la raíz del diente. Una pieza dental se compone, por lo tanto, de las siguientes partes: La corona dentaria es la parte visible de la dentadura de las personas que gozan de una perfecta salud dental. Su forma determina la función de cada pieza. Gracias a las mismas, podemos llevar a cabo las funciones de masticación y trituración de los alimentos. El borde de la encía es la unión de las piezas dentales con la mucosa. Es en esta zona en la que se tiende a acumular bacterias y restos de comida que, en caso de no ser removidos de la manera debida, dan lugar a la afección de las enfermedades periodontales -gingivitis o periodontitis-. La raíz dental es la parte del diente insertada en el hueso alveolar. Su función es la de soportar el diente. Se encuentra anclada en el hueso maxilar o de la mandíbula. Un diente puede tener una raíz -como es el caso de los caninos y los incisivos- o varias -premolares y molares-. Además, el diente está formado por distintas capas. Entre las mismas, podemos distinguir: El esmalte dental es una capa mineralizada de gran dureza que recubre las coronas dentales. Su función es proteger la dentina de la acción de los agentes patógenos. El mismo puede sufrir cierto desgaste derivado de una mala higiene bucodental o de agentes abrasivos, dando lugar, por ejemplo, a la formación de caries. La dentina se encuentra situada debajo del esmalte. Está formada por una gran cantidad de túbulos que la conectan directamente con la pulpa dental -o nervio-. Es la encargada de mitigar los golpes y las distintas presiones que padece la pieza dental, y su deterioro puede generar molestias derivadas, por ejemplo, de la sensibilidad dental. El cemento forma parte del periodonto. Se trata de una fina capa cuya función es de cubrir la superficie de la raíz dental. Localizada dentro de la cámara pulpar, la pulpa dental es un tejido conectivo blando compuesto de nervios y vasos sanguíneos. Se encuentra recubierta de otras capas -dentina y esmalte- que la protegen frente a amenazas externas.   ESTRUCTURA DEL DIENTE   Ahora ya hemos entendido la estructura del diente y qué lugar ocupa la pulpa en la misma, pero ¿cuál es su función? Funciones de la pulpa dental Como hemos comentado anteriormente, en la pulpa dental se insertan los vasos sanguíneos y las fibras nerviosas. Su función, por tanto, es la de enviar una señal sensorial en el caso de que la pieza esté sufriendo algún tipo de daño. Pero, además, cumple otra función fundamental durante la etapa de desarrollo de los dientes: es la encargada de nutrir las piezas dentales y de formar la dentina. Una vez la pieza definitiva se ha desarrollado por completo, no es necesaria la acción de la pulpa para que ésta se mantenga estable. En algunas ocasiones, ciertas afecciones o la acción de agentes patógenos pueden causar el daño de la estructura dentaria, quedando expuesta pulpa dental -o nervio-. ¿Qué puede causar el daño de la pulpa dental? La pulpa dental puede verse afectada siempre que la estructura dentaria se ve comprometida. Dos de las causas más comunes es la aparición de caries o la afección de las enfermedades periodontales en estado muy avanzado. Ambas afecciones tienen una causa común: una higiene bucodental poco rigurosa. Pero, además, existen otras causas diversas que pueden tener cierta repercusión en el daño de la pulpa -o nervio-: La erosión dental, muchas veces originada por el bruxismo. La abrasión dental, a causa de la acción repetitiva de elementos nocivos para el esmalte sobre la superficie de los dientes. La aparición de una fisura o fractura en la pieza dental a causa de un fuerte traumatismo. Tratamientos odontológicos que no han sido llevados a cabo con rigor como, por ejemplo, una obturación o una reconstrucción que no se ha realizado con éxito.   CASO DE FRACTURA DENTARIA Afecciones más comunes en torno a la pulpa dental El daño en la pulpa dental podemos dividirlo en reversible y no reversible, y las consecuencias que se desprenden del mismo pueden variar entre una ligera sensibilidad dental y la pérdida de la pieza dental a causa de la muerte del nervio. A continuación, te detallamos las afecciones más comunes relativas a la pulpa dental. Pulpitis dental reversible La pulpitis dental reversible es una leve inflamación del nervio que, en muchos casos, puede ser asintomática. En algunas ocasiones puede suponer cierta sensibilidad dental ante determinados estímulos tales como unas comidas o bebidas muy frías o calientes, o con un alto contenido en azúcar. En aquellas ocasiones en las que las molestias generadas por la sensibilidad dental responden a una inflamación del nervio, las mismas remiten una vez ha desaparecido el estímulo. Sin embargo, la sensibilidad dental no responde únicamente a la infección del nervio. En algunos casos, ésta está causada por un daño de la estructura dentaria en el que el esmalte se ha debilitado y la dentina queda expuesta. En casos de pulpitis reversible, el tratamiento radica en eliminar la causa que genera esta sensibilidad. Un ejemplo de ello puede ser una obturación de una caries que afecta a una pieza dental, por ejemplo. Por el contrario, en casos de pulpitis más avanzadas, esta molestia persiste durante un periodo de tiempo una vez el estímulo que la genera ha desaparecido. Es entonces cuando estamos ante un caso de pulpitis irreversible. Pulpitis dental irreversible

cirugía e implantes

Si pierdo un diente, ¿qué ventajas tiene colocarme un implante?

Puede que recientemente hayas perdido un diente, o que incluso lleves varios años sin tu pieza dental. Sabes que lo más recomendable es reponer dicho diente faltante pero, sin embargo, pospones tu tratamiento en el tiempo. Aunque te parezca que nunca es buen momento para comenzar con el tratamiento que devuelva a tu sonrisa la pieza dental perdida, lo cierto es que aplazar la decisión juega en contra de tu salud bucodental. Esto se debe fundamentalmente a que cuanto más tiempo pasas sin todos tus dientes, más probabilidades tienes de desarrollar problemas que comprometan el conjunto de tu boca. La falta de dientes causa un problema evidente que posiblemente ya hayas advertido: dificultad para comer. Pero, además, ocasiona desplazamientos del resto de dientes a los espacios vacíos; un deterioro estético; desgastes y roturas de las piezas dentales que tienen que soportar la carga de los dientes ausentes… Y, por si fuera poco, a la larga, estas ausencias provocan la pérdida de hueso maxilar. Todas estas complicaciones causadas por no iniciar el tratamiento a tiempo dan lugar a que cuando por fin te decidas a hacerlo, te encuentres con que tu tratamiento es más largo, complejo y costoso de lo que hubiera sido en un principio.   Los implantes dentales ofrecen mayor comodidad, durabilidad y naturalidad que los puentes o las dentaduras postizas. Me faltan dientes y necesito reponerlos, ¿qué alternativas tengo? Aunque la opción más recomendable para sustituir las piezas dentales perdidas sea siempre la colocación de un implante dental con corona, también existen otras alternativas. Estas posibilidades contemplan, fundamentalmente, la colocación de un puente o una prótesis removible (dentadura postiza tradicional). PUENTE DENTAL FIJO La inclinación que desde SanCal tenemos por el implante se debe a que, de las alternativas mencionadas, el tratamiento con implantes es el que permite reemplazar el diente natural respetando en mayor medida su funcionalidad y estética. 7 ventajas de los implantes dentales Si comparamos detenidamente el tratamiento con implantes que realizamos en nuestra clínica con los puentes o las dentaduras de quita y pon, nos daremos cuenta de que los primeros presentan mayores ventajas: 1. Son permanentes y duraderos Uno de los principales motivos por los que la gran mayoría de personas elige los implantes se debe a que son una solución fija ante la pérdida de dientes. Es decir, una vez colocados, exigen los mismos cuidados que los dientes naturales, no interfieren en la rutina diaria y no requieren ser retirados para dormir, como las dentaduras postizas. PRÓTESIS REMOVIBLE CONVENCIONAL Esto, unido a la resistencia y durabilidad que proporcionan, hace que el tratamiento con implantes esté concebido para ser de por vida. 2. Son muy naturales La naturalidad que ofrecen los implantes conlleva, a su vez, dos ventajas. Por un lado, las coronas que se colocan sobre el implante son muy estéticas y permiten conseguir infinidad de tonos, por lo que se asemejan al color de los dientes naturales. De esta manera, no se diferencian del resto de piezas dentales que hay en la boca. Por otro lado, los implantes permiten al paciente tener las mismas sensaciones al masticar, hablar o sonreír que tenía con sus dientes naturales. Esto, por ejemplo, no ocurre con las clásicas prótesis removibles. Con éstas se pueden tener problemas de movilidad si no están bien ajustadas, pueden ocasionar molestias en las encías y deben ser retiradas cada noche.   3. Son seguros La colocación de implantes es una cirugía menor, que tiene un buen postoperatorio. De hecho, el 85% de los pacientes que se somete a esta intervención puede ir a trabajar al día siguiente. Además, se estima que, hoy en día, el 98% de los implantes dentales se inserta con éxito. A pesar de estos datos, hay muchas personas que sienten miedo y ansiedad al tener que someterse a este tipo de tratamiento. Para aportar mayor relajación a estos pacientes, en nuestra clínica contamos con un servicio de sedación. De esta manera, la persona estará semiconsciente todo el tiempo que dura la cirugía. Y, además, podrá tener la tranquilidad de que el procedimiento estará supervisado por un médico anestesista. 4. No ocasionan daños al resto de dientes Cuando colocamos un implante, el resto de piezas dentales sanas que se encuentran en la boca permanecen intactas. Sin embargo, cuando lo que se coloca es un puente, sí que se compromete el estado de las piezas adyacentes, ya que es necesario tallarlas. Este tallado implica reducir su tamaño. Además de esto, es importante resaltar que la sustitución del diente perdido también evita movimientos indeseados en el resto de piezas dentales que hay en la boca. Para ello, partimos de la base de que los dientes tienen una tendencia natural a moverse y a buscar contactos entre ellos. Es decir, si hay un espacio desocupado, el resto de dientes tenderá a inclinarse y desplazarse, perdiendo la posición adecuada dentro de la arcada. 5. Ayudan a conservar el hueso Con el tiempo, la pérdida de un diente acaba ocasionando la reabsorción del hueso que soportaba esa pieza dental. Esto se debe a la ausencia de la raíz del diente y a que el hueso no recibe la estimulación propia de la masticación. La progresiva pérdida del hueso ocasiona, además de un deterioro funcional, un daño estético. Debido a la reducción ósea, los labios comienzan a retraerse y la apariencia se envejece.   DETERIORO FACIAL POR LA PÉRDIDA DE HUESO Por su parte, la colocación de implantes permite conservar el hueso, ya que el tornillo que se inserta en el maxilar reemplaza la raíz del diente natural, realizando su función.   6. Permiten una buena higiene La higiene que lleva a cabo una persona que cuenta con todos sus dientes naturales es la misma que practica alguien con implantes dentales. Al ser la alternativa más parecida a nuestras propias piezas dentales, el cepillado debe ser el mismo. La rutina diaria de higiene debe incluir, además, el uso de seda y enjuague. Y, a diferencia de lo que ocurre con las dentaduras tradicionales, los implantes son fijos y no hay que extraerlos para limpiarlos.   CEPILLADO DENTAL DIARIO 7. Son muy rentables para el paciente Aunque de las opciones mencionadas los implantes sean la alternativa menos económica, lo cierto es que, a la larga, resultan muy rentables. Como no podía ser de otra manera, esto se debe a su capacidad para durar muchos años. Teniendo en cuenta que pueden ser una solución por vida, vale la pena hacer un desembolso inicial

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