Aunque te parezca que nunca es buen momento para comenzar con el tratamiento que devuelva a tu sonrisa la pieza dental perdida, lo cierto es que aplazar la decisión juega en contra de tu salud bucodental.
Esto se debe fundamentalmente a que cuanto más tiempo pasas sin todos tus dientes, más probabilidades tienes de desarrollar problemas que comprometan el conjunto de tu boca.
La falta de dientes causa un problema evidente que posiblemente ya hayas advertido: dificultad para comer.
Pero, además, ocasiona desplazamientos del resto de dientes a los espacios vacíos; un deterioro estético; desgastes y roturas de las piezas dentales que tienen que soportar la carga de los dientes ausentes…
Y, por si fuera poco, a la larga, estas ausencias provocan la pérdida de hueso maxilar.
Todas estas complicaciones causadas por no iniciar el tratamiento a tiempo dan lugar a que cuando por fin te decidas a hacerlo, te encuentres con que tu tratamiento es más largo, complejo y costoso de lo que hubiera sido en un principio.
Los implantes dentales ofrecen mayor comodidad, durabilidad y naturalidad que los puentes o las dentaduras postizas.
Me faltan dientes y necesito reponerlos, ¿qué alternativas tengo?
Aunque la opción más recomendable para sustituir las piezas dentales perdidas sea siempre la colocación de un implante dental con corona, también existen otras alternativas.
Estas posibilidades contemplan, fundamentalmente, la colocación de un puente o una prótesis removible (dentadura postiza tradicional).
La inclinación que desde SanCal tenemos por el implante se debe a que, de las alternativas mencionadas, el tratamiento con implantes es el que permite reemplazar el diente natural respetando en mayor medida su funcionalidad y estética.
7 ventajas de los implantes dentales
Si comparamos detenidamente el tratamiento con implantes que realizamos en nuestra clínica con los puentes o las dentaduras de quita y pon, nos daremos cuenta de que los primeros presentan mayores ventajas:
1. Son permanentes y duraderos
Uno de los principales motivos por los que la gran mayoría de personas elige los implantes se debe a que son una solución fija ante la pérdida de dientes.
Es decir, una vez colocados, exigen los mismos cuidados que los dientes naturales, no interfieren en la rutina diaria y no requieren ser retirados para dormir, como las dentaduras postizas.
Esto, unido a la resistencia y durabilidad que proporcionan, hace que el tratamiento con implantes esté concebido para ser de por vida.
2. Son muy naturales
La naturalidad que ofrecen los implantes conlleva, a su vez, dos ventajas.
Por un lado, las coronas que se colocan sobre el implante son muy estéticas y permiten conseguir infinidad de tonos, por lo que se asemejan al color de los dientes naturales. De esta manera, no se diferencian del resto de piezas dentales que hay en la boca.
Por otro lado, los implantes permiten al paciente tener las mismas sensaciones al masticar, hablar o sonreír que tenía con sus dientes naturales.
Esto, por ejemplo, no ocurre con las clásicas prótesis removibles. Con éstas se pueden tener problemas de movilidad si no están bien ajustadas, pueden ocasionar molestias en las encías y deben ser retiradas cada noche.
3. Son seguros
La colocación de implantes es una cirugía menor, que tiene un buen postoperatorio. De hecho, el 85% de los pacientes que se somete a esta intervención puede ir a trabajar al día siguiente. Además, se estima que, hoy en día, el 98% de los implantes dentales se inserta con éxito.
A pesar de estos datos, hay muchas personas que sienten miedo y ansiedad al tener que someterse a este tipo de tratamiento. Para aportar mayor relajación a estos pacientes, en nuestra clínica contamos con un servicio de sedación.
De esta manera, la persona estará semiconsciente todo el tiempo que dura la cirugía. Y, además, podrá tener la tranquilidad de que el procedimiento estará supervisado por un médico anestesista.
4. No ocasionan daños al resto de dientes
Cuando colocamos un implante, el resto de piezas dentales sanas que se encuentran en la boca permanecen intactas.
Sin embargo, cuando lo que se coloca es un puente, sí que se compromete el estado de las piezas adyacentes, ya que es necesario tallarlas. Este tallado implica reducir su tamaño.
Además de esto, es importante resaltar que la sustitución del diente perdido también evita movimientos indeseados en el resto de piezas dentales que hay en la boca.
Para ello, partimos de la base de que los dientes tienen una tendencia natural a moverse y a buscar contactos entre ellos.
Es decir, si hay un espacio desocupado, el resto de dientes tenderá a inclinarse y desplazarse, perdiendo la posición adecuada dentro de la arcada.
5. Ayudan a conservar el hueso
Con el tiempo, la pérdida de un diente acaba ocasionando la reabsorción del hueso que soportaba esa pieza dental. Esto se debe a la ausencia de la raíz del diente y a que el hueso no recibe la estimulación propia de la masticación.
La progresiva pérdida del hueso ocasiona, además de un deterioro funcional, un daño estético. Debido a la reducción ósea, los labios comienzan a retraerse y la apariencia se envejece.
Por su parte, la colocación de implantes permite conservar el hueso, ya que el tornillo que se inserta en el maxilar reemplaza la raíz del diente natural, realizando su función.
6. Permiten una buena higiene
La higiene que lleva a cabo una persona que cuenta con todos sus dientes naturales es la misma que practica alguien con implantes dentales.
Al ser la alternativa más parecida a nuestras propias piezas dentales, el cepillado debe ser el mismo. La rutina diaria de higiene debe incluir, además, el uso de seda y enjuague.
Y, a diferencia de lo que ocurre con las dentaduras tradicionales, los implantes son fijos y no hay que extraerlos para limpiarlos.
7. Son muy rentables para el paciente
Aunque de las opciones mencionadas los implantes sean la alternativa menos económica, lo cierto es que, a la larga, resultan muy rentables. Como no podía ser de otra manera, esto se debe a su capacidad para durar muchos años.
Teniendo en cuenta que pueden ser una solución por vida, vale la pena hacer un desembolso inicial superior para conseguir una durabilidad, comodidad y naturalidad que ningún otro tratamiento es capaz de ofrecer.