Mascar chicle es uno de los hábitos más extendidos en el mundo. Se dice que al año se consumen unas 100.000 toneladas. Para unos es una mala costumbre, para otros uno de los hábitos más placenteros ¿y para nuestros dientes?
Un estudio de la Asociación Dental Americana (ADA) publicado hace un par de meses en The Guardian, afirmaba que mascar chicle sin azúcar durante veinte minutos tras las comidas prevenía la caries dental.
Después de las comidas estimula la producción de saliva y así ayuda a neutralizar los ácidos producidos por las bacterias de la placa. Más aún, el chicle permite aliviar la presión de las orejas tapadas por una sinusitis, resfriado o una reacción alérgica.
Los chicles sin azúcar contienen edulcorantes como el xilitol. Tiene el mismo poder que la sacarosa (azúcar en polvo), pero contiene menos calorías que otros glúcidos. Esto quiere decir que la misma cantidad de xilitol es capaz de endulzar una taza de café de la misma manera que el azúcar pero con menos calorías.
Además este componente produce un efecto real contra la caries, ya que detiene el crecimiento de la principal bacteria causante de la caries, streptococcus mutans.
En realidad no debiera existir dilema ni duda alguna. Mascar chicle se recomienda exclusivamente en situaciones en las que te es imposible cepillarte los dientes. Una cosa no sustituye la otra.
El chicle es una ayuda importante para mantener la salud dental pero no sustituye al cepillado o a la higiene normal.
- Calman la ansiedad: mascar chicle produce un efecto relajante.
- Ayuda a dejar de fumar: los chicles con nicotina han ayudado a numerosas personas a dejar de fumar. Es por ello que muchos investigadores estudian otros usos que se lo podrían dar a esta goma.
- Reduce el apetito: mascar chicle produce una sensación de saciedad y disminuye las ganas de comer cosas dulces. En este sentido, se ha demostrado que personas que han mascado chicle después del almuerzo ingieren una menor cantidad de productos dulces.
- Ayuda a disminuir la acidez de la boca: al mascar chicle aumentamos el flujo de nuestra saliva, lo que permite neutralizar los ácidos de las bebidas y alimentos que ingerimos. La saliva posee fosfato y calcio, muy beneficiosos para los dientes.
- Reduce la caries: los edulcorantes que se añaden a los chicles, tales como el xitilol, reducen la posibilidad de tener caries.
El chicle en sí como ya hemos visto no es malo, el abuso de esta goma es lo que puede afectar a nuestro estómago, dientes y a nuestro cuerpo en general.
Masticar chicle no es para ti si…
- Llevas ortodoncia del tipo que sea: brackets, ortodoncia lingual win…
- Vas a hablar en público. Mascar chicle no se considera de buenos modales.
- Tienes dolores de estómago. Los chiles contienen sorbitol, una sustancia que puede aumentar el dolor estomacal e incluso ocasiona diarrea crónica.
- Si padeces bruxismo (aprietas los dientes) no conviene abusar del chicle, empeorará los dolores de mandíbula.
- Tiendes a abusar de los chicles. Piensa que realmente es una goma con un montón de aditivos que tienen como objetivo engañar a nuestro cuerpo durante un tiempo limitado.
Ya lo sabes, el chicle es un producto que puede hacerte disfrutar, pero como todo hay que tomarlo con moderación y en los momentos idóneos.
Recuerda que aunque el chicle aporta numerosos beneficios, tal y como hemos comentado, existen otros productos que pueden resultar igual de beneficiosos para nuestra mandíbula. Por ejemplo, ingerir un trozo de queso duro al final de una comida aporta muchos nutrientes y también estimula la producción de saliva en boca.
¿Entonces por qué terminamos mascando chicle?
No sabría decirlo con seguridad, puede que sea porque resulta cómodo…