Clínica Sancal

Calle Comercio 5,  28760, Tres Cantos, Madrid

La salud oral del bebé, un factor muy importante

Una boca saludable es aquella libre de enfermedades, limpia y sin problemas. Los más pequeños de la casa deben tener también su boca sana, y eso incluye a aquellos bebés que ni siquiera tienen sus primeros dientes. Si mantenemos un óptimo nivel de salubridad en su boca, nos aseguraremos de que su dentición empiece con buen pie.

Para ello tenemos que realizar un examen periódico en los dientes del pequeño. Un diente sano tiene que ser de color uniforme, ya que si por el contrario éstos tuvieran manchas o puntos es que algo no marcha del todo bien, por lo que un dentista especialista en niños puede determinar si necesita algún tipo de limpieza específica.

En el caso de que el pequeño todavía no tenga dientes también resultará fundamental limpiar su boca, a través de un paño húmedo, suave y limpio en la zona de las encías. Una vez los dientes comiencen a salir, podemos encontrar cepillos de dientes específicos para sus necesidades particulares. Este utensilio es fundamental para el cuidado del pequeño.

Mantén a tu bebé con la boca sana

Un tratamiento de prevención de caries en el futuro es limpiar frecuentemente los dientes de leche; éstos podrían picarse al salir debido al contenido en azúcar de la leche materna, causándole dolor y problemas. Hay que tener en cuenta que un diente de leche está ahí no sólo para que el pequeño pueda morder, sino para que éstos mantengan el espacio de los dientes definitivos para cuando salgan.

Una vez el niño alcance los dos años de edad podemos comenzar a usar pasta dental específica para niños con flúor, ya que éste protegerá la boca del bebé de las caries, fortaleciendo sus pequeños dientes. No es extraño ver cómo el impacto del flúor beneficia frente a enfermedades orales, ya que éste está presente en prácticamente todos los colutorios enfocados a proteger nuestra dentición.

Ahora, pasaremos a dar algunos trucos que puede que sean de utilidad para hacer de la tarea de ayudar a los peques de la casa en su rutina de higiene algo más sencillo:

  • El primero consiste en el acompañamiento de un adulto durante su rutina de higiene oral. Hasta una edad prudencial donde el niño haya asumido perfectamente su rutina y pueda realizarla solo, es ideal que alguno de sus progenitores la realice junto a él.
  • Otro interesante consejo pasa por llevar al dentista incluso antes de que cumpla su primer año de edad. De esta manera, el especialista podrá determinar si su desarrollo oral va correctamente.

El biberón o el chupete no son buenos compañeros de cama a la hora de dormir. Estos pueden causar problemas en la alineación dental, máxime si los endulzamos, ya que entonces estaremos desprotegiendo a nuestro pequeño frente a problemas como la caries.

Como decíamos antes, una buena higiene de la boca de nuestro pequeño con un trapo húmedo, suave y limpio es fundamental, aunque el niño todavía no tenga ningún diente.

Para terminar, una dieta saludable para el bebé es fundamental. El azúcar nunca suele ser bueno en exceso, pero sobre todo si el niño todavía es pequeño. No sólo estaremos potenciando un hábito alimenticio problemático, sino que además también es altamente problemático para su boca.

Podemos tratar de hacer que nuestros pequeños se diviertan más mientras se lavan los dientes buscando cepillos dentales específicos para niños; estos suelen traer motivos de dibujos, e incluso forma de figuras que harán las delicias de los más fanáticos a sus series favoritas. En cualquier caso, en la farmacia de buen seguro que tendrán un amplio surtido para enseñarnos y que sea nuestro pequeño quien escoja; haciéndole partícipe de la decisión no le faltarán ganas para que llegue la hora del cepillado dental.

Otra opción a tener en cuenta son los juegos que podamos inventarnos durante el cepillado para animar al pequeño, ya sea desde enseñarle a limpiarse la boca por cuadrantes para que le resulte más ameno hasta prácticamente cualquier cosa que se nos ocurra, la imaginación es lo único que marcará el límite en este caso.

Como vemos, no son grandes cosas las que tenemos que hacer para que los más pequeños de la casa se interesen por la limpieza de su boca, algo que si mantienen desde edades tempranas, se convertirá en un hábito saludable durante el resto de su vida. ¿Y tú, ya has empezado con tu pequeño?

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