Clínica Sancal

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10 cuidados que debes tener si quieres que tus carillas dentales duren mucho tiempo

Las carillas, ya sean de porcelana o de composite, son actualmente muy demandadas en las consultas de Estética Dental. Esto se debe a que ofrecen una solución natural, rápida y personalizada para mejorar la sonrisa. Pero, además de esto, las carillas dentales ofrecen otra ventaja igualmente importante: son muy duraderas. Sin embargo, para que esta última característica se cumpla, es fundamental que el paciente tenga una serie de cuidados con ellas. No hay que olvidar que por mucha resistencia que ofrezcan las carillas hoy en día, éstas son, en definitiva, unas finas láminas de porcelana o composite. Es decir, son una parte añadida -pegada- al diente. Por tanto, debemos cuidarlas tanto o más que a nuestras piezas dentales naturales. ¿Qué tipo de carillas dura más tiempo? Antes de meternos de lleno en los cuidados que se deben llevar a cabo, es importante avanzar que las carillas de porcelana son las más duraderas. Por un lado, las carillas de porcelana tienen una duración de 10 ó 15 años aproximadamente. Dentro de las carillas dentales de porcelana solemos distinguir entre e.max y Lumineers, ya que son las principales marcas comerciales. Sin embargo, su duración es la misma. Por otro lado, las carillas de composite duran cinco años como máximo aproximadamente. Como dentista, te aconsejo que tengas con las carillas el mismo cuidado que tendrías con el resto de tus piezas dentales, o incluso más, ya que a pesar de ser muy resistentes, no debes olvidar que van pegadas a tus dientes ¿Cómo cuidar las carillas dentales? Una vez dados los plazos de los dos tipos de carillas, vamos a dar una serie de consejos para que éstas duren el tiempo máximo mencionado. Dichas indicaciones están relacionadas con los siguientes aspectos: 1.  Comidas y bebidas con coloración Si bien este punto no es importante tenerlo en cuenta en el caso de llevar carillas de porcelana, sí juega un papel fundamental en el supuesto de que tengamos carillas de composite. Este último es un material que se tiñe con el paso del tiempo y con el consumo de alimentos y bebidas que tienen mucha coloración. Ejemplos de dichos alimentos o bebidas podrían ser los siguientes: café, vino tinto, té, refrescos de cola, chocolate negro, frutos rojos, curry, salsa de soja… En caso de que lleves carillas de composite y no quieras eliminar completamente estas comidas y bebidas de tu dieta, nuestro consejo es que restrinjas su consumo lo máximo que puedas. Por el contrario, la porcelana no plantea este tipo de problemas, ya que es un material que no se tiñe y que conserva sus propiedades estéticas durante muchos años.     ALIMENTOS Y BEBIDAS QUE TIÑEN 2. Tabaco Al igual que ocurre con los alimentos y bebidas con coloración, fumar también mancha las carillas de composite. Por tanto, si llevas este tipo de carillas dentales te recomendamos tener especial cuidado con dicho hábito y evitar su consumo lo máximo posible. Aparte de esto, el tabaco es muy perjudicial para los dientes naturales y, sobre todo, para nuestra salud general. Y, en este punto, tenemos que decir que aunque fumar sea muy perjudicial, no supone un problema para la porcelana, ya que no se tiñe. 3. Alimentos muy duros Este aspecto es muy importante tenerlo en cuenta, independientemente del material con el que estén hechas nuestras carillas. Cualquier alimento muy duro -o incluso pegajoso– supone un peligro para ellas, ya que pueden despegarse o, peor aún, romperse. Ejemplos de estos alimentos podrían ser determinados frutos secos o snacks (kikos, garbanzos tostados…), turrón duro, zanahoria cruda, cubitos de hielo… Además de esto, es necesario tener cuidado cuando comamos bocadillos o manzanas. Este tipo de alimentos no se deben comer a mordiscos, sino partiéndolos en trozos. 4. Higiene bucodental Este también es un punto importante, aunque no llevemos carillas, ya que con una buena rutina de higiene podemos mantener los dientes sanos durante toda la vida. Pero, además, unos buenos hábitos de higiene no solamente hacen que las carillas duren más años, sino que también conserven sus propiedades estéticas durante más tiempo. Los consejos que te damos para tener una buena rutina de higiene son los siguientes: Cepíllate los dientes después de cada comida Usa el hilo dental después de cada cepillado o, al menos, en el último del día (antes de dormir) Utiliza un enjuague bucal en el último cepillado del día Acude a tu dentista o higienista para que realice una limpieza bucodental profesional al menos una vez al año 5. Morder objetos duros Tal vez no sea tu caso pero hay muchas personas que tienen pequeños “vicios” o hábitos que, aunque parecen inofensivos, pueden dañar mucho sus piezas dentales o sus carillas. Unos ejemplos de estos “vicios” o hábitos serían, por ejemplo, mordisquear bolígrafos o morderse las uñas. Así es que, si éste es tu caso, trata de evitar estas costumbres. 6. Usar los dientes como herramienta Al igual que en el caso anterior, hay muchas veces en las que utilizamos nuestros dientes como si fueran herramientas para abrir o romper distintas cosas, tales como embalajes, cáscaras de frutos secos… De la misma manera: ten cuidado con esto, ya que te puede costar que una carilla se despegue o se fracture. 7. Férula de bruxismo Si tienes bruxismo, es importante que te acostumbres a llevar una férula de descarga por las noches. De esta manera, los músculos de tu cara se relajarán y evitará que éstos se tensionen, provocando que aprietes los dientes. Además de evitar el dolor y el desgaste de las piezas dentales que contactan entre ellas, la férula de descarga evitará que se rompan las carillas.   FÉRULA DE DESCARGA TIPO MICHIGAN 8. Protector bucal Los protectores bucales están indicados en personas que practiquen deportes de contacto como el fútbol, el baloncesto, el rugby, el hockey, el boxeo, el kickboxing o cualquier arte marcial (jiu jitsu, karate, judo, taekwondo…). Es decir, nuestro consejo es que los utilices aunque no te hayas sometido a ningún tratamiento de estética dental. De esta manera, podrás evitar que los dientes o las carillas se fracturen en las caídas o choques accidentales que se producen en este tipo de deportes. 9. Mantenimientos Aunque las carillas de porcelana no necesiten mantenimientos periódicos, las de composite sí los requieren. Los mantenimientos consisten en acudir al especialista en Estética Dental; la Dra. Sánchez, para que lleve a cabo un pulido de las carillas. El

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6 cosas que haces mal cuando te cepillas los dientes

Todos sabemos que una buena higiene bucodental es indispensable para mantener a raya las bacterias y conservar nuestros dientes toda la vida. Por eso, es muy probable que tengas clara la importancia de cepillarte con determinada frecuencia y durante un tiempo concreto. Sin embargo, puede que no conozcas otros de los consejos que mencionamos en este artículo y te resulten nuevos o, incluso, chocantes. Por ejemplo, ¿sabías que no es bueno cepillarse los dientes nada más terminar de comer? A continuación te decimos cuáles son los errores más comunes que todos cometemos en nuestra higiene diaria: 1. No usas seda dental Por muy sencillo y rápido que sea pasarse el hilo dental después de cada cepillado, es posible que no lo hayas usado nunca. Sin embargo, tenemos que decirte que por muy exhaustiva que sea tu limpieza con el cepillo, es necesario usar seda dental. Ésta permite eliminar los restos de alimentos de pequeños recovecos a los que las cerdas del cepillo no llegan, como los que hay entre los dientes y en la zona de las encías. Si no puedes pasarte el hilo dental después de cada cepillado, te recomendamos que al menos lo utilices una vez al día.   SEDA PARA LIMPIAR DIENTES Y ENCÍAS 2. Tu técnica de cepillado no es la adecuada Si tuviéramos que comparar el cepillado de los dientes con un hábito cotidiano, diríamos que se asemeja a barrer. Por ello, te diremos que elegir un cepillo de cerdas duras y frotarlas fuertemente contra tus dientes no solamente no garantiza una mejor limpieza, sino que además es muy perjudicial. Este hábito desgasta el esmalte y provoca recesión de encías, lo que hace que la raíz de la pieza dental quede expuesta. Esto, además de ser muy antiestético, aumenta mucho la sensibilidad del diente. Por el contrario, una técnica de cepillado adecuada requiere ser ordenado y cuidadoso, para no dejarnos ninguna zona sin limpiar ni dañar dientes y encías. Para conseguirlo, lo más indicado es establecer una rutina de higiene que dure al menos dos minutos. De esta forma, empezaremos con los dientes superiores y seguiremos con los dientes inferiores. En ambos casos, cepillaremos -en este orden- las caras exteriores, las interiores y las triturantes.   3. Te olvidas de la lengua Aunque pongamos todo nuestro interés en cepillarnos los dientes de manera adecuada, la lengua sigue siendo, por lo general, la gran olvidada. Por ello, tenemos que recordarte que una vez hayamos cepillado todos los dientes, es fundamental limpiar la lengua. Para hacerlo, hay algunos cepillos que cuentan con una superficie específica para esta zona de la boca. Si el tuyo no la tiene, te recomendamos que utilices un raspador lingual. La limpieza de la lengua permite combatir las bacterias que tienden a alojarse en esta zona y que además son las causantes del mal aliento.   LIMPIADOR LINGUAL TRAS EL CEPILLADO 4. Tu cepillo tiene más de tres meses El cepillo, o el cabezal en el caso de que éste sea eléctrico, debe ser cambiado cada 3 meses aproximadamente. Hay que tener en cuenta que normalmente los cepillos de dientes se almacenan en el cuarto de baño, lo que significa que están expuestos a cambios de temperatura, al contacto con otros cepillos, etc. Por ello, un cepillo de más de 3 meses no solamente tendrá las cerdas debilitadas y dobladas, lo que implica una limpieza incompleta de los dientes. Además de esto, mayor tiempo de uso conlleva una mayor cantidad de bacterias. 5. Abusas de la pasta de dientes Una pasta de dientes que contenga flúor es la mejor opción para acompañar al cepillo. Sin embargo, es importante reconocer que una mayor cantidad de pasta de dientes no implica una mejor higiene. Aunque en los anuncios que aparecen en televisión veas que la pasta de dientes debe cubrir todo el largo del cepillo, lo cierto es que una cantidad del tamaño de un guisantees suficiente. El exceso de pasta solamente hace que la boca se llene de espuma, produciendo una sensación de limpieza que no es real. EXCESO DE PASTA DE DIENTES  6. No te cepillas los dientes después de cada comida Teniendo en cuenta que los expertos en nutrición recomiendan hacer cinco comidas al día, este último punto puede ser más debatible. Aunque puede resultar lógico que no te cepilles cinco veces al día, hay dos ocasiones que son imperdonables: después de desayunar y antes de irnos a la cama. Además, como último apunte –aunque no menos importante- te diremos que es mejor no cepillarnos los dientes nada más terminar de comer. Esto es porque cuando comemos, el pH de la boca baja y se vuelve ácido. Si te cepillas en ese momento, aumentas la abrasión sobre los dientes. Para recuperar el pH normal, es recomendable enjuagarse la boca previamente con un colutorio o esperar 30 minutos para cepillarnos. Una vez descritos algunos de los errores más frecuentes, ¿sabrías reconocer alguno que estás cometiendo? A modo de resumen, te recomendamos utilizar un cepillo medio o suave para realizar movimientos de barrido en dientes y encías sin llegar a presionarlos. No te olvides de la lengua y usa seda, colutorio y una pasta con flúor, pero sin abusar. Cambia tu cepillo cada tres meses y espera alrededor de 30 minutos para empezar a cepillarte una vez has terminado de comer. Por último, visita a la Dra. Sánchez al menos una vez al año para que te revise y lleve a cabo una higiene profesional. Ten presente que, como en casi todos los aspectos, en Odontología también es mejor prevenir que curar.

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Se me ha roto un diente: ¿Qué hago?

Los dientes rotos son una de las urgencias más comunes en Odontología. Aunque este tipo de emergencia suele relacionarse con los niños y sus dientes de leche, lo cierto es que también es muy común entre los adultos. La fractura de un diente definitivo suele deberse a diferentes causas como accidentes, caídas, golpes al practicar un deporte, peleas o, incluso, como consecuencia de morder alimentos muy duros. Dada su posición en la parte frontal de la boca, los dientes que más se suelen romper son los incisivos centrales superiores. Éstos, además de realizar una función fundamental durante la masticación, también tienen gran importancia estética. Aunque esperamos que no tengas que recurrir a nuestros consejos, esta emergencia se produce de manera muy frecuente. Por eso, en este artículo vamos a explicar qué es lo que hay que hacer ante esta lesión dental y cómo se puede reparar un diente roto. Si no te sucede a ti, puede que tengas que ayudar a alguien -ya sea niño o adulto- en un momento dado. Para empezar, te diremos que en este tipo de situaciones el tiempo juega un papel fundamental. De esta manera, si se llevan a cabo los pasos adecuados en un periodo de tiempo corto, el pronóstico de la fractura será más favorable. Golpes en dientes por deportes de contacto Si se te rompe un diente, mantén la calma y no te asustes si empiezas a sangrar y a sentir dolor. Intenta recoger la pieza dental -o sus trozos- y acude al dentista ¿Qué hago si se me rompe un diente? Si sufres un golpe que provoca la fractura -ya sea total o parcial- de un diente, lo primero que debes hacer es mantener la calma. Es posible que empieces a sangrar mucho y que te duela. Este tipo de urgencia es muy escandalosa, pero no es grave y tienes que saber reaccionar ante la situación, especialmente si te encuentras solo. Cuando se te rompe un diente, tienes que intentar recoger la pieza dental o los trozos que encuentres y guardarlos. Y, si tienes ocasión, enjuagarte la boca con agua. En función de si el diente se te ha roto total o parcialmente, puedes hacer dos cosas: Si la rotura es parcial: Limpia suavemente el trozo de diente que se te ha caído y coloca una compresa fría en la cara para contener la inflamación. Fractura incisivo central por golpe Si la fractura es total: Enjuaga suavemente con agua el diente perdido e intenta volver a colocarlo en su cavidad sin manipular la raíz. Para conseguir que se sujete, puedes ayudarte mordiendo una gasa. Eso sí, ten mucho cuidado para no tragártelo. Si no te resulta fácil o te incomoda hacerlo, otra opción es sumergir el diente perdido en un vaso de leche sin manipular su raíz. Y, a continuación, colocar una compresa fría en la cara y taponar la zona del diente con una gasa o servilleta para contener la hemorragia. Puede que, por las circunstancias, no puedas llevar a cabo todos estos pasos. Si es así, no te preocupes. Lo más importante es que acudas a la Dra. Sánchez con urgencia. Es decir, cuantos menos minutos pases sin la atención de un profesional más favorable será el pronóstico.  Cómo guardar un diente roto ¿Cómo se repara un diente roto? Como ya hemos mencionado, ante este tipo de urgencia dental son claves tanto la calma como la rapidez. Es decir, nuestra propia manera de reaccionar y el tiempo que tardemos en acudir al dentista pueden marcar la diferencia entre salvar nuestro diente original o no. Por tanto, no busques remedios o soluciones caseras para arreglar un diente roto. El tratamiento que requiere una fractura dental es siempre profesional. Y, si esto no se hace, pueden aparecer las consecuencias negativas: una infección y que el daño del diente sea mayor. Una vez que ya estemos en la consulta, la Dra. Sánchez evaluará la lesión dental y valorará cuál es la solución más adecuada en función del daño sufrido: Leve: Si el nervio no ha sido afectado, se realizará una reconstrucción con composite o se colocará una carilla de porcelana. En este caso, el tono del composite o la porcelana se adaptarán al color del resto de dientes, por lo que no se notará la diferencia entre unos y otros. Al ser ésta la más pequeña de todas las roturas posibles, éste es también el tratamiento más rápido y sencillo.  Carillas de porcelana Moderada: Si la fractura es más grande y ha llegado a afectar al nervio, en primer lugar se realizará una endodoncia. Posteriormente, se colocará una corona o funda para proteger el diente. Tanto cuando colocamos una carilla como una corona (funda) tendremos en cuenta el color del resto de dientes del paciente. No hay que olvidar que el diente roto suele estar en una zona muy visible y es necesario conseguir una buena estética. Severa: Cuando la fractura afecta a la raíz, es decir, cuando el final de la rotura está por debajo de la encía, se extrae el resto de la raíz y se coloca un implante. Esta es la solución indicada para los casos en los que la pieza dental ha sufrido un daño mayor. Dado que no se puede salvar el diente original, se deberá insertar un implante -para posteriormente colocar una corona o funda-.   En resumen, aunque el hecho de que se te rompa un diente pueda pueda parecerte grave o escandaloso, lo cierto es que le sucede a muchas personas. Por tanto, el mejor consejo que te podemos dar es que mantengas la calma y visites a la Dra. Sánchez lo antes posible. Aparte de la función que realizan durante la masticación, los incisivos centrales tienen un gran valor estético. Aún así, no te preocupes. Hoy en día la Odontología tiene muchos recursos para arreglar este tipo de percances. Y, en muchas ocasiones, la solución pasa por conservar tu diente natural. Eso sí, te recomendamos que intentes prevenir la rotura de un diente lo máximo posible. Por ejemplo, puedes utilizar férulas de protección cuando hagas deporte o cualquier otra actividad de

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