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La periodoncia y su relación con otras patologías

Aunque la periodontitis es una enfermedad de las encías, guarda una estrecha relación con otras patologías de nuestra salud general. Junto con la gingivitis, la periodontitis es una de la principal enfermedad periodontal y es necesario aplicar los tratamientos adecuados para erradicarla, no solo por la salud bucodental, sino también por los efectos que puede tener en el resto del organismo. ¿Qué es una enfermedad periodontal? Dentro de las enfermedades periodontales se engloban aquellas que afectan a los tejidos que actúan como soporte del diente. Si no se tratan adecuadamente y se les deje progresar, pueden causar daños irreversibles en nuestra cavidad oral. Llegado a este caso, habría que consultarlo con la Dra. Sánchez, el experto en la salud de las encías.    ENFERMEDAD PERIODONTAL   Estas patologías no solo provocan la pérdida de la pieza dental en los casos más avanzados, sino que también pueden influir negativamente en una enfermedad que ya esté presente en nuestro cuerpo o aumentar el riesgo de padecerla. Por ello, no está de más conocer qué tipo de relación tienen las enfermedades periodontales con otras que, a priori, nada tienen que ver con la salud dental. Prevención de las enfermedades periodontales Pero antes de profundizar sobre este tema, vamos a enumerar una serie de pautas que pueden ayudarnos a evitar la aparición de una enfermedad periodontal. La limpieza bucal, un paso indispensable El mantenimiento de una correcta higiene bucodental es la primera acción encaminada a prevenir esta y cualquier otro tipo de dolencias en la cavidad oral. LIMPIEZA BUCAL   Es fundamental que las personas estén concienciadas en lo que se refiere al estado de su boca y se acostumbren a llevar a cabo una rutina diaria y completa después de cada comida. Aplicar una buena técnica de cepillado es muy importante y una buena ayuda es complementar esta acción mediante el hilo dental y enjuagues bucales. Con el cepillo de dientes podremos eliminar los restos de alimentos que hayan quedado entre las piezas dentales, mientras que el enjuague arrastrará hacia fuera todos aquellos residuos que la seda no haya conseguido limpiar. Visita regularmente a tu dentista Llevar a cabo los controles odontológicos pautados por tu dentista es el siguiente paso. Por un lado, es fundamental que el paciente actúe de manera preventiva sometiéndose a una higiene dental profesional que elimine la placa bacteriana del esmalte y encías. En el caso de que tengas dudas sobre si tienes una enfermedad periodontal, lo más aconsejable es consultarlo con un periodoncista. Usualmente, las señales de la enfermedad periodontal son evidentes, ya que el sangrado y la inflamación de las encías suelen ser uno de sus primeros síntomas.   Tal como hemos mencionado anteriormente, es importante recordar que las afecciones de las encías no dañan exclusivamente a la boca, sino que desencadenan otros problemas en la salud general: Nos encontramos, por un lado, ante dolencias a nivel local que únicamente inciden sobre el estado de la cavidad oral, y pueden provocar la pérdida de las piezas dentales, con las enfermedades que conlleva. Por otra parte, hay consecuencias a nivel sistémico cuyos efectos se amplían al resto del cuerpo. ¿Cómo se relacionan las patologías periodontales con el estado de salud general? Antes que nada, es necesario matizar que no en todos los casos una enfermedad periodontal provoca una patología distinta. Podríamos decir que, si nuestro estado de salud general es bueno y se empieza a poner remedio a tiempo a la enfermedad periodontal, no debe afectarnos en mayor medida. No obstante, lo que en un primer momento se considera una infección localizada en la boca, puede derivar en algo más grave en pacientes que no se tratan o que cuentan con enfermedades sistémicas previas. ¿Por qué sucede esto? Las bacterias presentes por la acumulación de placa y sarro en nuestros dientes y debajo de las encías pueden llegar al flujo sanguíneo, perjudicando a otras partes del organismo.   Saber cómo se relaciona la enfermedad periodontal con el resto de tu organismo te ayudará a prevenir diferentes patologías   Diversos estudios ratifican el vínculo entre las patologías periodontales y determinadas enfermedades sistémicas. A pesar de ello, las investigaciones continúan para poder verificar de forma más exacta la correlación de causa y efecto. A continuación mostramos algunos ejemplos. Diabetes La diabetes es una enfermedad bastante extendida en la población mundial, llegando a considerarse como una enfermedad pandémica. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), 422 millones de personas adultas padecían de diabetes en 2014, frente a los 108 millones de 1980. De esta forma, la prevalencia a nivel global de esta patología casi se ha duplicado desde entonces, pasando del 4,7% al 8,5% en la población adulta. DIAGNÓSTICO DE LA DIABETES   En el caso de España, el 13,8% de la población sufre diabetes tipo 2 según un estudio llevado a cabo por el Centro de Investigación Biomédica en Red de Diabetes y Enfermedades Metabólicas Asociadas (CIBERDEM) junto con la Sociedad Española de Diabetes (SED). La diabetes conlleva importantes complicaciones crónicas que pueden provocar la mortalidad prematura. A pesar de esto, hay muchas personas que no han sido debidamente diagnosticadas aun padeciendo la enfermedad. De acuerdo con el mismo estudio, de todas las personas afectadas por la enfermedad, el 6% lo desconoce. Una relación bidireccional Dicho esto, ¿qué tipo de conexión hay entre la diabetes y las enfermedades periodontales? Lo cierto es que la relación entre las dos patologías es bidireccional. La diabetes aumenta el riesgo de padecer una enfermedad periodontal debido a la respuesta inflamatoria que provoca. Los tejidos de soporte de los dientes, las encías, se destruyen de forma más rápida y disminuye la posibilidad de reparación posterior. Además, la propia patología de las encías afecta a la diabetes porque perjudica el control de la glucemia. Alteraciones cardiovasculares No es habitual que una persona piense que, por descuidar su salud dental, va a padecer alguna complicación cardiovascular. Pero lo cierto es que los pacientes con enfermedad periodontal tienen más riesgo de presentar un problema cardiovascular, como un infarto de miocardio o un ictus, que las personas con encías sanas. Así lo asegura la Sociedad Europea de Cardiología, que en el año 2012 incluyó por primera vez la periodontitis como factor de riesgo cardiovascular en sus guías. También en el año 2015, la Sociedad Española de Cardiología (SEC) y la Sociedad Española

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Causas y remedios para aliviar el dolor de encías

El dolor de encías –normalmente unido a una inflamación y/o sangrado de las mismas- es una patología muy común entre la población en general, aunque especialmente en personas de entre 30 y 50 años. Puede aparecer como un dolor puntual asociado a una herida o un traumatismo, pero aquel dolor de encías que persiste en el tiempo y que se presenta de manera muy localizada es el más preocupante, dado que puede ser síntoma de una enfermedad periodontal. Causas principales del dolor de encías Las causas más comunes del dolor de encía suelen ser las enfermedades periodontales, que como procesos infecciosos causados por las bacterias que se alojan en nuestra boca, provocan la inflamación e irritación de las encías y por tanto, molestias en las mismas. Existen dos estadios de enfermedad periodontal que provocan dolor de las encías. Los describimos a continuación: Gingivitis Es la enfermedad periodontal provocada por la acumulación de placa bacteriana y que ocasiona inflamación, enrojecimiento y sangrado de la zona gingival. El principal factor por el que se origina es la mala higiene dental: no cepillarse correctamente, o hacerlo de forma agresiva, no utilizar hilo dental… Todo ello favorece la aparición de gingivitis. Periodontitis Se trata del estadio avanzado de la gingivitis, donde las bacterias han afectado no sólo a los tejidos blandos, sino también al hueso maxilar, poniendo en riesgo el sustento de los dientes. Este tipo de infección provoca síntomas como mal aliento, enrojecimiento o sangrado de encías, inflamación gingival, dolor, y movimiento de los dientes.   GINGIVITIS Tanto en el caso de la gingivitis como en el de la periodontitis crónica, el dolor de encías, aunque muy localizado, no suele presentarse de forma permanente. De hecho, lo más frecuente es que surja durante el cepillado o cuando comemos algo. De cualquiera de las maneras, el tratamiento para frenar la gingivitis y que no derive en una periodontitis es una limpieza profesional. Gracias a ella se eliminará la placa bacteriana acumulada y las encías irán desinflamándose hasta que, finalmente, remita el dolor gingival. Otros motivos por los que duelen las encías Además de las enfermedades periodontales como la gingivitis y periodontitis, existen otras causas por las que las encías pueden llegar a doler. Estas son algunas de ellas: Después de una profilaxis: después de una limpieza profesional donde el higienista tiene que raspar la zona de las encías para eliminar la placa bacteriana, es normal que las encías se inflamen y duelan. Tras un tratamiento de blanqueamiento dental: los productos que se utilizan durante una sesión de blanqueamiento dental pueden provocar sensibilidad dental. Cuando esto ocurre, el paciente siente un dolor localizado e intenso al contacto con alimentos o bebidas muy frías o calientes. Sin embargo, las molestias deberían desaparecer al separar los dientes y encías del estímulo externo. Cambios hormonales: aunque la gingivitis gestacional es de conocimiento general, el dolor de encías no va asociado únicamente al embarazo, sino a todos los cambios hormonales que sufren las mujeres. Por ejemplo, después del parto, antes de la menstruación… GINGIVITIS DURANTE EL EMBARAZO Después de la colocación de un implante: la intervención para la colocación de un implante es bastante invasiva por lo que es habitual que los días posteriores a la cirugía se sienta dolor en las encías cercanas al implante dental. Tras la extracción de un diente: es completamente normal sentir dolor en las encías que se encuentran alrededor del diente extraído. La exodoncia habrá producido una inflamación en las mismas y hasta que ésta remita pueden padecerse dolores. Después de someterse a una endodoncia: al igual que en los casos anteriores, al intervenir quirúrgicamente un diente, que en este caso ha sufrido una endodoncia, las encías que le rodean se ven afectadas por la manipulación realizada por el profesional y por lo tanto, pueden sufrir dolor e hinchazón de la zona gingival cercana. Encías retraídas: hay ocasiones en la que la retracción de encías se debe a un cepillado fuerte, en lugar de a una enfermedad periodontal. Cuando las encías retroceden hasta dejar la raíz del diente al descubierto, es posible sentir un fuerte dolor que irá asociado a la exposición del nervio ante estímulos externos. Diabetes: son muchos los estudios que demuestran la relación directa que existe entre esta patología y las enfermedades periodontales. Y ello se explica debido a que las personas que padecen  diabetes mellitus de tipo 2 sufren unas alteraciones en sus vasos sanguíneos que pueden impedir la adecuada circulación de la sangre en las encías. Dichos problemas circulatorios provocan inflamación y dolor en las mismas. Anemia: la falta de vitaminas propia de personas que padecen anemia también puede provocar problemas en la cavidad oral. Bruxismo: las personas bruxistas suelen padecer dolores de dientes y encías debido a la fricción que producen al rechinar los dientes. La dentición en bebés: se trata de una de las causas más comunes del dolor de encías en bebés. A partir de los 6 u 8 meses de edad los niños empiezan a sentir las encías inflamadas y sensibles. Sin embargo, esto es una consecuencia natural de su desarrollo. DENTICIÓN EN BEBÉS El uso de prótesis: sin una correcta higiene, es frecuente que se acumulen restos de comida entre la prótesis, por lo que puede producirse una inflamación por sarro. La toma de determinados medicamentos: algunos fármacos también pueden provocar que las encías se inflamen y duelan. El uso de ortodoncia: aparatos de ortodoncia como los brackets dificultan la limpieza dental y, por tanto, pueden favorecer la aparición de gingivitis por acumulación de sarro. El hábito de fumar: fumar aumenta la acumulación de la placa bacteriana, lo que hace que se desarrollen enfermedades periodontales con mayor facilidad. Dientes mal alineados: cuando existen malposiciones en los dientes es más común que se acumule el sarro alrededor de las piezas dentales. Si no se practica una buena higiene dental, esta situación puede derivar en una posible gingivitis. Dado que el dolor de encías puede deberse a algunas enfermedades que pueden llegar a ser graves (especialmente en el caso de la periodontitis) es importante determinar cuál de las anteriores puede ser la causa subyacente para poder así aplicar el tratamiento adecuado para la misma. Remedios para aliviar el dolor de encías Una vez que hemos diagnosticado dónde está nuestro problema, es momento de buscar la solución para calmar el dolor de encías. Cuando se trata de un dolor puntual no asociado a una patología

Cultura y curiosidades

Caries: ¿qué tipos hay?

La caries es una de las afecciones dentales más comunes. Para evitar su incidencia, es vital conocer las técnicas de higiene bucodental y respetar las pautas marcadas por el especialista.En este artículo hablaremos sobre la caries, cuáles son sus causas y consecuencias para nuestra salud bucodental y, por último, qué tipos de caries existen y cómo prevenirlas.   ¿Qué es una caries? La caries es una lesión de la estructura dental provocada por la acción de los ácidos de la placa bacteriana que no ha sido removida con éxito. La caries comienza dañando el esmalte dental. En caso de no tratarla a tiempo, la misma va progresando hasta afectar a la dentina y, posteriormente, el nervio de la pieza dental. El esmalte dental no se regenera, por lo que la caries se trata de una lesión irreversible que afecta tanto a mujeres como a hombres de todas las edades. En casos de caries muy avanzadas que han dañado el nervio, no existe un tratamiento de odontología conservadora que pueda subsanar el daño y el paciente llega a perder la pieza. Pero, ¿qué factores inciden en la aparición de una caries? ¿Cuáles son las causas de las caries? La placa bacteriana es una fina película de color transparente que cubre la superficie dental, y a la cual se adhieren las bacterias presentes en nuestra boca. Los especialistas realizan una clasificación de placa en función de las bacterias que la formen: La placa periodontopatogénica, responsable de las enfermedades periodontales La placa cariogénica, que libera ácidos sobre la superficie dental, dañándola. Esta placa es, por tanto, la responsable de la formación de la caries dental. Para evitar el acúmulo de placa y, por tanto, la afección de la caries dental, los especialistas subrayan que resulta de vital importancia mantener unas rutinas idóneas de higiene bucodental. Por este motivo, podemos afirmar que la principal causa de la formación de lesiones cariosas es una limpieza oral deficiente. Pero, además, existen otros factores que influyen en la aparición de las mismas: Una alimentación con alto contenido en azúcares   ALIMENTOS QUE FAVORECEN LA CARIES Factores genéticos tales como la dureza del esmalte dental o la respuesta de las personas a la presencia de bacterias en la cavidad oral. Sequedad bucal motivada por la segregación de unos niveles inferiores de saliva a causa de ciertas enfermedades, de la ingesta de determinados medicamentos o de tratamientos de radioterapia y quimioterapia. ¿Qué tipos de caries hay? En un inicio, la caries comienza afectado a la capa más externa de la superficie dental: el esmalte. Se puede detectar al observar la aparición de una mancha de color blanco en la corona dental. En caso de no ser tratada a tiempo, esta lesión continúa progresando hasta llegar a dañar la dentina. De aspecto amarillento, la caries en la superficie de la dentina progresa de forma mucho más rápida que la caries de esmalte, llegando a dañar la dentina profunda. En algunos casos, la caries daña de manera muy rápida los tejidos del diente: la pulpa y la corona dental. Hablamos, entonces, de caries rampante. La caries rampante afecta a personas de todas las edades, aunque factores como una higiene bucodental deficiente o una dieta poco equilibrada pueden colaborar a su formación. Si bien se inicia con lesiones blandas de color amarillento, con el paso del tiempo estas manchas pueden llegar a oscurecerse.   CARIES DENTAL AVANZADA Además, los expertos distinguen varios tipos de caries en función del área dental afectada. De esta manera, establecen una categorización en la que se pueden discernir hasta cinco clases diferentes de caries. Caries de corona Es la más común entre la población infantil. Aparece, generalmente, en la superficie masticatoria de las piezas dentales. Es decir, en la parte superior de la corona. Su detección es más sencilla: consiste en la decoloración de la pieza dental tras el daño del esmalte de la misma. Caries de fisura A través de pequeñas fisuras o grietas en la superficie dental, los agentes patógenos penetran en los tejidos dentales, dañándolos. La caries de fisura tiene una incidencia mayor en los dientes posteriores -molares- y es especialmente común en niños y adolescentes. Caries radicular Con el paso del tiempo, la incidencia de enfermedades periodontales -gingivitis y periodontitis- y la realización de un cepillado agresivo, es habitual que se produzca una recesión en las encías. De esta manera, queda expuesta la raíz del diente. Al no estar protegida por el esmalte dental, la placa bacteriana afecta directamente a la dentina y es habitual la aparición de caries en la misma. La caries radicular es, por tanto, una de las principales causas de pérdida de piezas dentales. Caries interdental Afectan al espacio interproximal -es decir, al situado entre dos piezas dentales-. Es una zona que resulta de difícil acceso, por lo que tendemos a acumular placa bacteriana que, en caso de no ser eliminada correctamente, progresará en la formación de sarro. Su detección resulta más compleja: sólo podrán detectarse en las revisiones periódicas del dentista. Caries recurrentes También conocidas como caries secundarias, son aquellas que afectan a las zonas adyacentes en las que previamente se ha realizado una obturación o se ha colocado una corona para tratar una caries. Se trata de áreas en las que se tiende a acumular placa bacteriana, por lo que se puede producir tanto una caries nueva o una provocada por la remanencia de restos de la caries tratada anteriormente. Tratamientos para la caries Los tratamientos destinados a paliar la incidencia de la lesión producida por la caries dental se engloban dentro de la odontología conservadora. En función del grado de afección de los tejidos, el especialista podrá optar por una obturación, una endodoncia, una reconstrucción o una incrustación. ¿Qué es una obturación? También conocida como empaste, una obturación es un tratamiento que se realiza cuando la caries ha cursado en la superficie del esmalte y progresa hacia la dentina. Mediante la realización de una obturación, frenamos el avance de esta lesión y evitamos la inflamación del tejido pulpar -o nervio-. En caso de no realizar una obturación a tiempo, la caries va destruyendo tejido de la dentina, y consigue inflamar el tejido pulpar. La endodoncia es el último

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6 claves de la salud bucodental en los más pequeños

Los cuidados bucodentales de los más pequeños en la infancia marcarán su salud dental en el futuro. Pero son muchos los padres que tienen diversas dudas sobre la salud bucodental de sus pequeños: ¿Cómo cepillar sus dientes? ¿A qué edad hay que acudir al odontopediatra? Cuidar la sonrisa es algo que se puede empezar desde edades muy tempranas y que debemos mantener durante toda la vida. En este sentido, la infancia es una etapa clave para inculcar los diferentes valores de salud bucodental a los más pequeños. Un truco muy recurrente es explicar la acción de la placa y la importancia de cepillar los dientes como si fuera un juego. 1. ¿Cuándo hay que empezar a lavar sus dientes? Se recomienda mantener una higiene oral exhaustiva incluso antes de la erupción de los primeros dientes. En el caso de los bebés, se puede pasar una gasa húmeda por las encías después de cada comida. 2. ¿Puedo cepillar sus dientes? ¡Por supuesto! en la actualidad existen muchos tipos de cepillos diseñados para los más pequeños. A partir de los ocho años el niño podrá cepillarse por su cuenta, aunque depende de cada caso. Es muy importante supervisar que el pequeño mantiene una correcta técnica de cepillado. 3. ¿Cuándo incorporar el flúor? Existen muchas pastas y colutorios específicos para niños que contienen flúor. Este mineral es clave para prevenir complicaciones como la caries dental. 4. ¿Puede desarrollar alguna patología oral? Sí, de hecho la caries dental afecta con más frecuencia a los niños. Una buena prevención mediante una higiene dental óptima será clave para evitar su desarrollo. Por otro lado, es muy importante controlar la dieta del pequeño: el exceso de azúcar es la principal causa de desarrollo de la caries dental o caries del biberón. 5. ¿Qué papel tiene el odontopediatra? El odontopediatra es clave más allá de la prevención oral. El factor psicológico es muy importante en los más pequeños. Además ayudará a los padres en la importante tarea de transmitir valores y hábitos de salud bucodental. Por otro lado, que el pequeño se familiarice con el entorno del dentista es clave para evitar ansiedad dental en el futuro. 6. ¿Cada cuánto hay que acudir a la consulta? La mayoría de profesionales recomienda acudir con el bebé al dentista entre la erupción del primer diente y su primer aniversario. A partir del primer año ya es recomendable llevar al pequeño al odontopediatra. Es muy importante establecer una o dos visitas al año para ir controlando el desarrollo bucodental del pequeño. Detectar a tiempo un mal crecimiento de los maxilares, mala posición de los dientes, o desarrollo de caries es clave para que el tratamiento sea un éxito.

Buenos hábitos, Cultura y curiosidades

7 efectos de la menopausia en tu salud bucodental

Con una esperanza media de vida de 85 años, a las mujeres españolas no les queda otra opción que afrontar las consecuencias de la menopausia durante, aproximadamente, el 40% de su vida. Pero, a su vez, el aumento de dicha esperanza de vida provoca un incremento en la incidencia de enfermedades asociadas a esta etapa. El descenso en la producción de hormonas comienza a producirse entre los 45 y 55 añosde edad. Con ello, suelen aparecer los primeros síntomas de la menopausia: los conocidos sofocos, dolores de cabeza y la irritabilidad. Pero, además, esta época provoca una mayor propensión a sufrir problemas bucodentales. Esto sucede con la bajada de los niveles de estrógenos, que afecta directamente a las encías. De la misma manera, la reducción de progesterona provoca una disminución de la densidad ósea de la mandíbula, poniendo en riesgo el sustento de nuestros dientes. A pesar de todo, y gracias a los avances de la tecnología y la concienciación social, hoy en día las mujeres pueden disfrutar de unos dientes sanos hasta la ancianidad. Para ello, será necesario tener un cuidado especial con la higiene y visitar con regularidad al dentista. De esta manera, evitaremos muchos de los problemas que pueden aparecer con la llegada de la menopausia. Una gingivitis descamativa que no se trata deriva en una enfermedad más grave y que causa la caída de los dientes: la periodontitis Consecuencias de la menopausia en la boca A continuación, te vamos a detallar los efectos más frecuentes que tiene la menopausia en nuestra cavidad oral, especialmente en dientes y encías: 1. Gingivitis descamativa Se caracteriza por la separación de las capas externas de las encías hasta el punto de dejar la raíz del diente expuesta, provocando sensibilidad ante agentes externos como bebidas o comida caliente o fría. Además, la gingivitis descamativa provoca que el tejido gingival se enrojezca, duela y pueda aparecer sangrado, ya sea espontáneo o al cepillarnos los dientes. Si no se trata a tiempo, esta patología puede derivar en una periodontitis, que es una enfermedad más grave y más difícil de curar que provoca la caída de los dientes. En último lugar, y dejando a un lado los efectos sobre la salud, la gingivitis descamativa resulta antiestética, ya que al dejar la raíz del diente expuesta, se aprecia un diente demasiado largo. Por todos estos motivos, es recomendable mantener un control del estado de las encías, lo que implica acudir al dentista en cuanto observemos los síntomas que acabamos de mencionar.   SÍNTOMAS DE LA MENOPAUSIA 2. Xerostomía o sequedad bucal La secreción salival es importante debido a que ayuda a mantener húmedos los tejidos de la boca , lo que favorece que ésta esté más limpia y que se regule la cantidad de bacterias presentes en dicha zona del cuerpo. Sin embargo, durante la menopausia, las glándulas salivales segregan menos cantidad de saliva, lo que produce sequedad bucal. El hecho de tener la boca seca conlleva, por tanto, mayor probabilidad de desarrollar caries -o cualquier otro tipo de infección-. Además, genera distintas incomodidades tales como: dificultades a la hora de saborear alimentos, tragar o incluso al hablar; boca pastosa; sequedad de garganta; labios agrietados; lengua áspera, etc. Y, por último, ocasiona uno de los problemas bucales que más nos acomplejan: el mal aliento. 3. Síndrome de la boca ardiente El ardor bucal es uno de los problemas postmenopáusicos más comunes. Se caracteriza por provocar síntomas como un fuerte ardor, sensación de quemazón, escozor, hormigueo o adormecimiento de la lengua principalmente, aunque también puede darse en las encías y los labios. 4. Adelgazamiento de la mucosa bucal Como consecuencia de la reducción en la producción de hormonas, las mucosas de la boca, al igual que las de todo el cuerpo, se vuelven más frágiles y se debilitan. Para prevenir las alteraciones de la mucosa oral podemos llevar a cabo hábitos saludables tales como: cepillarnos los dientes después de cada comida, acudir regularmente al dentista (al menos una vez al año), evitar el consumo de tabaco y alcohol, etc. 5. Caries radiculares Las caries en la raíz del diente aparecen por un cúmulo de circunstancias que tienen lugar durante la menopausia. En primer lugar, contribuye a esto la gingivitis descamativa, ya que deja la raíz del diente expuesta a agentes externos, como restos de alimentos que se depositan en la zona y generan bacterias. En segundo lugar, la caries también encuentra en la sequedad bucal el ambiente propicio para desarrollarse. La escasez de saliva es perjudicial ya que la producción de ésta hace que la boca esté hidratada, más limpia y arrastre las bacterias, de manera que no se acumulan.     FUMAR AMARILLEA LOS DIENTES 6. Deterioro dental En general, el envejecimiento de las personas va unido a una pérdida del brillo y del blanco original de los dientes, que se vuelven más opacos y amarillos. Si, además, los dientes presentan desgastes y/o apiñamiento, la sonrisa da una sensación de mayor deterioro. 7. Periodontitis y pérdida de hueso Existen numerosos estudios que demuestran la relación directa que existe entre las enfermedades periodontales y la osteoporosis. Te interesará »  Tengo la boca seca, ¿cuáles son sus causas y cómo puedo evitarlo? Y es, precisamente, durante la menopausia cuando estos problemas se agravan, ya que la reabsorción de hueso que suele afectar a todo el organismo, afecta de igual modo a la boca. Al mermarse el hueso maxilar, se pone en riesgo la supervivencia de los dientes, ya que éstos pierden el soporte sobre el que se sostienen. Es por ello que si se padece una enfermedad periodontal o se tiene tendencia a padecerla, es necesario que un odontólogo especializado en Periodoncia lleve nuestro control. De esta manera, evitaremos, en la medida de lo posible, las complicaciones asociadas a estas enfermedades. Recomendaciones: importancia de la prevención Dado que la menopausia es una etapa inevitable en la vida de una mujer, también es muy probable que tengamos que experimentar algunos de los efectos asociados a este periodo. Sin embargo, no es menos cierto que está en nuestra mano disminuir parte de dichas consecuencias mediante determinados cuidados y rutinas saludables. Es decir, aunque no podamos prevenir por completo la aparición de todos los problemas mencionados, sí que podremos hacer esta época mucho más llevadera.   HIGIENE DENTAL DURANTE LA MENOPAUSIA Para que así sea, te ofrecemos los siguientes consejos: Lleva a cabo

Cultura y curiosidades, Estética dental

Encías retraídas por un cepillado de dientes agresivo: problemas y soluciones

La retracción de encías es uno de los problemas bucodentales más frecuentes entre la población. Esto se debe a que las causas que la originan están, a su vez, muy extendidas. Los motivos más habituales por los que aparece dicha retracción son la enfermedad periodontal (periodontitis), un cepillado agresivo, una mala ortodoncia, un traumatismo bucodental, el tabaquismo o los piercings en la lengua, el labio inferior o el superior. Ya se deba a un motivo o a otro, la retracción gingival puede derivar en problemas o enfermedades bucodentales difíciles de tratar, así como afectar negativamente a la estética de la sonrisa. ¿Por qué tengo las encías retraídas? De todos los orígenes mencionados, un cepillado demasiado fuerte es la causa más frecuente y también la más sencilla de solucionar. Sin embargo, una vez que se advierte la retracción -cuyo síntoma claro es una raíz dental al descubierto- es muy importante empezar a llevar a cabo un cepillado de dientes menos agresivo. Asimismo, se debe visitar a un especialista en Periodoncia con el objetivo de que determine si es necesario someterse a un tratamiento para recuperar la encía. Dicho esto, es destacable el hecho de que la recesión de encías aparezca, precisamente, entre las personas más cuidadosas con su higiene bucodental. Esto se debe a la creencia extendida de que es necesario realizar un cepillado de dientes enérgico para eliminar todos los restos de alimentos que se acumulan en nuestra boca después de las comidas. Pero, si este hábito se realiza de manera muy fuerte, se revierten los efectos positivos del cepillado. Y así comienzan a aparecer, por tanto, las consecuencias negativas de una higiene demasiado agresiva para nuestra boca: retracción de encías y pérdida de tejido dental.     ENCÍAS RETRAÍDAS POR CEPILLADO FUERTE ¿Qué efectos tiene un cepillado fuerte? Un cepillado agresivo ocasiona diferentes problemas en nuestra boca: desgasta el esmalte de los dientes, daña las encías -causando la retracción- y deja al descubierto la raíz dental. El hecho de que la raíz quede al descubierto ocasiona una serie de inconvenientes. El primero de ellos sería la sensibilidad dental, ya que la raíz pierde la protección natural de la encía. Pero, además, la retracción gingival favorece la acumulación de placa bacteriana y, por tanto, la aparición de patologías periodontales (gingivitis y periodontitis). Y, con ello, también pueden aparecer las caries de raíz. Esto se debe a que si dicha parte del diente queda expuesta y se convierte en almacén de placa bacteriana, se vuelve especialmente vulnerable a la caries. Además, como hemos mencionado anteriormente, las encías retraídas causan un deterioro estético. Es decir, si se deja la raíz dental a la vista, es inevitable que el diente se vea demasiado alargado.   ¿Cómo curar las encías retraídas? Para poder solucionar la recesión de encías, lo primero es acabar con la causa concreta que ha originado la retracción. En este caso, el cepillado agresivo. Por eso, lo que debemos hacer si estamos ante esta situación es empezar a cepillarnos los dientes de manera más suave. De esta manera, conseguiremos que la recesión no vaya a más. Dicho esto, es necesario aclarar que la encía no se recupera o se regenera por sí sola. Y, de la misma manera, no existe ningún remedio natural o casero que consiga este propósito. En este punto, desaconsejamos el uso de cualquier remedio casero que leas en Internet (agua oxigenada, bicarbonato…). Si bien algunos de ellos no tienen ninguna utilidad, otros son muy agresivos para las encías. Dado que el tratamiento ante este problema será siempre odontológico, si observamos que tenemos las encías retraídas, es necesario acudir al periodoncista. Como dentista especializado en las encías, será este profesional el que determine si es necesario llevar a cabo un tratamiento para recuperar el nivel de encías anterior. En caso de que considere necesario el tratamiento, el periodoncista podrá llevar a cabo uno de los dos siguientes tratamientos: injerto o estiramiento de encía. Su decisión estará condicionada por el nivel de retracción que haya alcanzado la encía. Injerto de encía: Es una cirugía que consiste en extraer una pequeña muestra de tejido del paladar para posteriormente colocarla en la zona donde la encía se ha retraído. El postoperatorio del injerto de encía es muy sencillo. Esto es gracias a que no deja demasiada inflamación y requiere seguir una dieta blanda y fría durante dos días, así como no cepillarse la zona intervenida hasta la retirada de suturas. Además de evitar todos los problemas que hemos citado previamente, esta pequeña operación servirá para prevenir futuras recesiones, ya que la encía injertada es más resistente que la natural.   Estiramiento de encía: Es un tratamiento similar al injerto, pero más sencillo, ya que se lleva a cabo cuando la retracción es menor. Por tanto, el estiramiento de encía no necesita zona donante de injerto y el postoperatorio es aún más llevadero. Dado que la mejor arma contra las encías retraídas es siempre la prevención, en el siguiente punto vamos a darte una serie de pautas. Es decir, vas a ver cómo debes cepillarte los dientes para que la retracción no avance -en caso de que ya la tengas- o ni siquiera aparezca.   ¿Cómo debo cepillarme los dientes? Antes de nada, es importante subrayar que no es necesario llevar a cabo un cepillado vigoroso para tener una buena higiene. Si tuviéramos que explicar la fuerza que debemos aplicar con un ejemplo gráfico, diríamos que cepillar los dientes se asemeja a barrer. Es decir, no por barrer más fuerte vamos a limpiar mejor ni obtener un beneficio adicional. Simplemente debemos ser meticulosos y no olvidarnos de ninguna zona. Además de la fuerza que aplicamos, otros factores que influyen en la recesión son: demasiado tiempo de cepillado, la excesiva frecuencia con la que lo hacemos, una técnica de cepillado horizontal o usar cerdas duras. Y, si quieres, también puedes leer un artículo que publicamos hace unos meses sobre la técnica más adecuada para cepillarse los dientes. En el caso de que después de todo esto tengas alguna pregunta, nuestro equipo estará encantado de resolver tus dudas acerca de la retracción o los tratamientos citados. Si bien son sencillos, mejorarán mucho tu sonrisa en distancias cortas e, incluso, servirán para prevenir futuras recesiones.

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