Clínica Sancal

mordida

Cultura y curiosidades

¿Qué es la anquilosis dental y cuál es su tratamiento?

Por definición, en Odontología se conoce a la fusión de la raíz de la pieza dental con el hueso alveolar como anquilosis dental. Si observamos la siguiente imagen de las distintas partes que componen la estructura dentaria, concluimos que esta adhesión es posible gracias a la obliteración del ligamento periodontal. ESTRUCTURA DENTARIA   La anquilosis dental puede afectar tanto a piezas dentales definitivas como temporales, siendo especialmente común en el proceso de desarrollo de estas últimas -más habitual, además, en los molares-. Pero, ¿cuándo puedes sospechar que estás padeciendo anquilosis dental?   Síntomas de la anquilosis dental Existen dos hechos diferenciados durante el proceso de desarrollo dental que pueden hacernos sospechar que podemos padecer anquilosis dental: En primer lugar si, cuando el niño se encuentra en edad de realizar el recambio dentario, existe una pieza que, a diferencia de sus adyacentes, no presenta movilidad alguna ni síntomas de caerse próximamente. En segundo lugar, en caso de que durante el proceso de desarrollo dental exista una pieza que, tras erupcionar, se encuentre a un nivel más bajo que el resto.   La anquilosis dental es asintomática, por lo que suele ser detectada por el especialista en una primera valoración dentaria. Ante la falta de movilidad de la pieza dental y la apariencia de mostrarse sumergida en la encía, el odontólogo se valdrá de la realización de distintas pruebas diagnósticas –radiografías panorámicas y periapicales– para realizar un diagnóstico preciso. En función del grado de severidad de esta afección, podemos distinguir tres tipos diferentes de anquilosis dental: Será un caso leve cuando exista una diferencia de 2 milímetros entre el plano oclusal de las piezas adyacentes y la afectada. Por el contrario, estaremos ante un caso de anquilosis dental moderada cuando se pueda observar contacto proximal con las piezas adyacentes. Por último, será severa cuando la pieza dental no haya erupcionado o no se observe contacto proximal con las piezas adyacentes. Causas de la anquilosis dental Si bien se desconocen las causas que pueden estar tras el origen de esta afección, existen una serie de factores que parecen estar relacionados con la aparición de la misma. Entre ellos, destacamos: Haber padecido procesos infecciosos que hayan afectado a la pieza dental y al hueso alveolar. Haber sufrido un fuerte traumatismo dental que haya tenido cierta incidencia sobre los distintos tejidos. Ejercer una fuerte presión de la lengua sobre las piezas dentales afectadas. La existencia de antecedentes familiares. Es decir, los especialistas insisten en la posibilidad de que la afección de la anquilosis dental tenga un componente genético que suponga una alteración en el correcto desarrollo de los distintos tejidos dentales.   Caso real de anquilosis dental ¿Qué consecuencias tiene la anquilosis dental? La anquilosis supone una serie de alteraciones en el correcto desarrollo dental en caso de que ésta afecte a una pieza dental temporal. En primer lugar, la fusión de la raíz con el hueso alveolar imposibilita el recambio dentario o lo retrasa cuantiosamente. Por este motivo, afecta al desarrollo habitual del proceso de erupción dentaria y también al crecimiento vertical del hueso alveolar.   Además, esta anomalía puede generar distintos problemas de oclusión y provocar, por tanto, molestias en la mordida: En primer lugar, la anquilosis supone la infraoclusión de la pieza afectada, erupcionando a un nivel inferior que el resto de piezas adyacentes. Por este motivo, no hace contacto con su homónimo de la otra arcada y provoca mordida abierta local en ese punto. Además, esta anomalía en puede originar malposiciones en las piezas adyacentes, que, ante la falta de contacto proximal, tienden a inclinarse hacia el espacio que ha dejado libre el diente afectado. Todas estas alteraciones hacen que resulte de vital importancia un diagnóstico precoz y una actuación a tiempo del especialista, de manera que se minoricen las consecuencias que puede tener está afección en nuestra salud dental. Tratamiento de la anquilosis dental La actuación temprana del odontopediatra está encaminada a detectar cualquier alteración en el proceso de desarrollo dental y prevenir, por tanto, las consecuencias que la anquilosis puede tener en la oclusión dentaria. La decisión que tome el especialista respecto al tratamiento más adecuado vendrá determinada por las consecuencias clínicas que puedan derivarse de la misma. En aquellos casos de infraoclusión en el que apenas se observen alteraciones a nivel oclusal y el diente permanente tenga un desarrollo normal, lo más habitual es esperar a que el proceso de recambio dentario culmine por sí mismo. Sin embargo, en caso de que la pieza anquilosada interfiera en el proceso eruptivo y pueda tener repercusiones negativas en la oclusión dental del paciente, el odontólogo pautará un tratamiento combinado de cirugía y ortodoncia. En primer lugar, el cirujano procederá a extraer el diente temporal. Posteriormente, el ortodoncista podrá optar por la colocación de un mantenedor de espacio para asegurar, de esta manera, la erupción de la pieza definitiva en la posición correcta. MANTENEDOR DE ESPACIO   Por el contrario, en caso de que la anquilosis dental afecte a una pieza permanente no será necesaria actuación alguna por parte del odontólogo. Si tienes alguna otra duda acerca de la anquilosis dental o quieres pedir una cita con nuestro equipo médico para que valoremos tu caso, te invitamos a ponerte en contacto con nosotros. Para ello, puedes rellenar el formulario de nuestra página web o, si lo prefieres, llamar al 91 599 6 36. ¡Te esperamos!

Estética dental

Puentes dentales: ¿cómo funcionan y cuántos tipos hay?

Es relativamente habitual que nos encontremos ante personas que ya están en la edad adulta y que han experimentado la pérdida de alguno de los dientes de su boca. Sin embargo, aunque esto pueda considerarse más o menos normal en personas de ciertas edades, a nadie le gusta que se vean los espacios vacíos que dejan los dientes. Y es que, aparte de ser muy antiestético, la falta de piezas dentales suele asociarse con personas de bajo nivel cultural o que presentan escasez de recursos. Para suplir estas ausencias, la Odontología plantea diferentes alternativas. Una de las más utilizadas es la del puente dental.   ¿Qué es un puente dental? Un puente dental es un tipo de prótesis fija que se coloca en la boca con el objetivo de suplir la ausencia de uno o varios dientes. Tal y como su propio nombre indica, su misión es la de hacer de “puente” entre dos piezas dentales -que pueden ser las naturales del paciente o implantes- y el espacio vacío que ha dejado el diente perdido. PUENTE DENTAL CON IMPLANTES ¿Cómo funciona? Partes de un puente El puente es una estructura fabricada con coronas que funciona apoyándose sobre los dientes adyacentes al espacio vacío. Dicha estructura cuenta con dos partes fundamentales: el pilar y el póntico. Pilar Los dientes adyacentes que acabamos de mencionar reciben el nombre de pilares. Su función, por tanto, es de la de mantener anclado el puente y aguantar las cargas que se producen en la boca. Por ejemplo, durante el proceso de masticación. Póntico En el espacio vacío se coloca un diente postizo que recibe el nombre de póntico. Tal y como su nombre indica, su misión es la de hacer de “puente” entre dos piezas dentales y el espacio vacío que ha dejado el diente perdido ¿Cómo se coloca un puente dental? A continuación, vamos a detallar cómo es el proceso de colocación de los puentes dentales. Estudio inicial Antes de colocar un puente, el dentista debe realizar una serie de pruebas (radiografías, fotografías, toma de impresiones…). De esta manera, se realiza la toma de medidas y se puede construir el molde sobre el que trabajar. Gracias a este estudio previo, el dentista podrá ajustar la futura prótesis a la mordida del paciente, así como a la forma y el color de los dientes contiguos. En nuestra clínica dental otorgamos una importancia especial a este estudio previo. Y es que no podemos olvidar que nos encontramos ante un tratamiento totalmente personalizado y a medida del paciente. Por tanto, cuanto mejor realicemos la planificación inicial, mayor garantía tendremos de que la prótesis que coloquemos encaje de manera óptima -en cuanto a funcionalidad y estética– en la boca del paciente. Tallado Si la persona que va a someterse al tratamiento aún conserva sus dientes naturales adyacentes, éstos deben ser tallados para dejar espacio libre al puente. De esta manera, se podrán cementar las coronas sobre ellos. Colocación del puente dental provisional Una vez que se han tallado los dientes, se coloca sobre ellos un puente dental provisional. Esto se debe a que la prótesis definitiva tarda unos días en fabricarse. Por tanto, la prótesis provisional sirve para que la boca no pierda ni su estética ni su funcionalidad. Colocación del puente dental definitivo Una vez que tenemos el puente dental definitivo, el dentista cementa la estructura a los dientes que van a actuar como pilares. El hecho de que la prótesis vaya cementada hace que ésta sea fija, por lo que no puede ser retirada de la boca por el propio paciente. ¿El puente se nota? Si se ha realizado un estudio inicial minucioso y la prótesis ha sido correctamente confeccionada, el puente dental no se notará. Por tanto, si se ha realizado una buena planificación previa -lo que incluye trabajar bien la forma y el color- el aspecto del puente será muy natural y no se distinguirá del resto de dientes del paciente. ¿Qué tipos de puentes dentales fijos existen? En función de los dientes en los que tiene que ir colocado y del material, existen tres tipos de puentes principales: Puente tradicional Es el tipo de puente más común. Los materiales con los que se fabrica son la porcelana o una fusión de porcelana y metal. Tal y como vemos en la siguiente imagen, se coloca una corona en cada diente que funciona como pilar. PUENTE DENTAL TRADICIONAL Puente voladizo o cantiléver El puente voladizo o cantiléver se coloca en los casos en los que solamente se utiliza un diente como pilar. Es decir, que la estructura se apoya en un único lado. Por tanto, exige tallar menos dientes. PUENTE VOLADIZO O CANTILÉVER Puente Maryland El puente Maryland consiste en una estructura de metal en la que el póntico se une con resina. Suele utilizarse para suplir dientes delanteros, sobre los que recae poca presión masticatoria. PUENTE DENTAL MARYLAND ¿Cuánto dura un puente dental? Un puente dental puede durar toda la vida. Sin embargo, esta duración depende de varios factores. Por ejemplo, una medida muy recomendable para que el puente dental dure toda la vida es seguir unos buenos hábitos de higiene (cepillado después de cada comida, uso de hilo dental y enjuague…). De esta manera, disminuiremos el riesgo de que se desarrollen caries o enfermedades periodontales (gingivitis y periodontitis). Además de tener en cuenta la higiene, la persona que lleva una prótesis debe ser cuidadosa con la alimentación. Esto incluye evitar masticar alimentos muy duros (kikos, garbanzos en snack, hielo…). ¿Existe alguna alternativa al puente? Sí, la alternativa a los puentes son los implantes dentales. La diferencia fundamental entre ellos es que el implante reemplaza la raíz del diente que se ha perdido. Es decir, el implante se inserta en el espacio vacío, no necesita apoyarse en los dientes adyacentes y funciona con independencia de éstos. Por tanto, tampoco requiere tallar las piezas dentales vecinas. En el siguiente apartado vamos a analizar cuáles son las ventajas y las desventajas que tienen los puentes frente a los implantes dentales. IMPLANTE DENTAL UNITARIO Ventajas e inconvenientes respecto a los implantes Las ventajas de los puentes dentales son las siguientes: Ventajas Precio Los puentes dentales son más baratos que los implantes Inconvenientes Las desventajas de los puentes sobre los implantes son las siguientes: Duración Los implantes son más estables ya que su supervivencia no depende de los dientes vecinos Tallado Es necesario tallar piezas dentales que

Ortodoncia

¿Cuánto tiempo dura un tratamiento de ortodoncia? ¿Existe una duración mínima o máxima?

Hace algunos años, no eran pocos los pacientes que llevaban ortodoncia durante cuatro o cinco años. Esto, que podía ser normal en su momento, ya no debería ocurrir. Por un lado, los tratamientos ortodóncicos han avanzado mucho en lo que a materiales y tecnología se refiere, por lo que ha disminuido su duración. Por otro lado, los odontólogos somos actualmente más conscientes de que llevar brackets durante tanto tiempo puede acarrear la aparición de caries y problemas periodontales (gingivitis y periodontitis). Esto se debe a que los aparatos basados en brackets dificultan la higiene. Una limpieza deficiente facilita el desarrollo de caries y de enfermedades de las encías, que comienzan manifestándose con sangrado e inflamación. Dicho esto, a continuación, vamos a salir de dudas acerca de cuánto tiempo debería durar un tratamiento de ortodoncia. Asimismo, vamos a explicar de qué depende dicha duración y si hay un tiempo mínimo o máximo durante el que llevar ortodoncia.   ¿Cuánto tiempo dura un tratamiento de ortodoncia? La duración de un tratamiento de ortodoncia depende del caso de cada paciente. Sin embargo, podemos decir que, generalmente, duran una media de 18 meses. Esto quiere decir que mientras que hay tratamientos sencillos que duran 12 meses, hay otros casos más complejos que requieren 24 meses. Además de esto, hay algunos casos que se alargan hasta los 36 meses. Sin embargo, esta duración no es la normal y solamente se da cuando existen maloclusiones especialmente complejas.     CEPILLARSE LOS DIENTES CON ORTODONCIA La duración de los tratamientos depende de varios factores, como la planificación adecuada del caso, el grado de maloclusión, la técnica utilizada o la colaboración del paciente. ¿De qué depende la duración de los tratamientos? Dicho todo lo anterior, a continuación, vamos a detallar de qué depende el hecho de que un tratamiento de ortodoncia dure más o menos que otro. Como avance, te diremos que el factor más importante es el tipo o grado de maloclusión que tenga la persona. Por ejemplo, el apiñamiento de los dientes siempre se corrige más rápido que un problema de mordida u oclusión. De esta manera, los factores que determinan la duración de los tratamientos ortodóncicos son los siguientes: Planificación adecuada La fase previa a la colocación del aparato es fundamental, ya que determina, en gran parte, el éxito o el fracaso de los resultados. Una buena planificación viene determinada por el propio ortodoncista (su experiencia, cualificación…) y, también, por el estudio del caso que lleve a cabo dicho profesional. Este estudio incluye todas las pruebas previas que se le realizan al paciente (radiografías, fotografías y modelos).   MODELOS PARA ESTUDIO DE ORTODONCIA   Algunos de los pacientes que acuden a nuestra clínica dental para volver a llevar un tratamiento de ortodoncia, nos dicen que sus ortodoncistas anteriores no les realizaron las pruebas previas a las que hemos hecho referencia. Esto es un error muy grave ya que sin dichas pruebas no existen registros de la situación previa a la colocación del aparato, ni mediciones de la estructura facial para determinar con exactitud las anomalías en los dientes o huesos, etc. Por tanto, el ortodoncista trabajará “a ciegas”, con escasa precisión y nunca podrá comparar la evolución del tratamiento. Es decir, no tendrá el “antes” ni el “después”. Tipo o grado de maloclusión Tal y como ya hemos adelantado, el tipo o grado de maloclusión es el mayor condicionante de la duración del tratamiento. El primer factor mencionado, el de la planificación, también es fundamental. Sin embargo, presuponemos que en la mayoría de clínicas dentales este estudio se lleva a cabo correctamente. En este punto vamos a recordar que la ortodoncia puede hacer correcciones tanto en el alineamiento como en la mordida de los dientes. Por tanto, si solamente necesitamos corregir unos dientes apiñados, lo normal será que el procedimiento dure 12 meses. En cambio, si el paciente presenta mordida abierta, mordida cruzada o sobremordida, lo habitual será que el tratamiento dure entre 18 y 24 meses. Este aspecto se ve bastante claro en los pacientes que han llevado ortodoncia en el pasado, siendo adolescentes, por ejemplo. El grado de maloclusión que presentan cuando se van a volver a tratar suele ser menor. Esto puede suceder porque en el pasado se corrigieron la oclusión y el alineamiento. Sin embargo, hay que tener en cuenta que la corrección de la primera es más estable. Sin embargo, si no se utilizan los retenedores correctamente, los dientes vuelven a descolocarse con el paso del tiempo. Edad de la persona La edad del paciente influye dependiendo de si éste es un niño o un adulto. Es decir, a edades tempranas, entre los seis y los doce años, es posible realizar en unos meses correcciones que en la etapa adulta requerirían mucho más tiempo. O que, incluso, solamente se podrían llevar a cabo mediante cirugía ortognática. Esto sucede porque en las edades mencionadas el niño se encuentra aún en fase de crecimiento. Por tanto, los huesos de su cara (maxilar superior y mandíbula) son muy moldeables y su desarrollo se puede corregir mediante ortodoncia interceptiva. Técnica de ortodoncia utilizada Existen diferentes métodos de ortodoncia. Los más utilizados son los siguientes: Brackets metálicos tradicionales Brackets de cristal de zafiro Brackets linguales Incognito Alineadores Invisalign Mientras que los tres primeros están basados en brackets, Invisalign consiste en unas férulas transparentes y removibles que se cambian cada dos semanas. La fuerza que ejercen estos alineadores es menor que la que desempeñan los brackets, sean del tipo que sean. Este hecho hace que las personas que tengan una maloclusión compleja estén más tiempo con Invisalign del que estarían con los brackets de metal, los de cristal de zafiro o los Incognito (fabricados con una aleación de oro). Cuando sabemos que esto va a suceder, advertimos al paciente de que su tratamiento se puede alargar. Hay personas que prefieren llevar Invisalign sabiendo que van a estar más tiempo que con los brackets. Sin embargo, esto es una decisión personal y, si al finalizar el tratamiento vamos a conseguir los mismos resultados, dejamos la elección en manos del paciente. Colaboración del paciente Por último, la cooperación de la persona es fundamental a lo largo de todo el tratamiento. Por colaboración entendemos, por ejemplo, lo siguiente: Higiene Es muy importante cepillarse los dientes después de cada comida para evitar que aparezcan problemas bucodentales que entorpezcan el tratamiento, como la

Ortodoncia

Cirugía ortognática: el tratamiento paso a paso

En uno de nuestros últimos artículos abordábamos los principales conceptos del tratamiento combinado de ortodoncia y cirugía ortognática: qué es, en qué consiste y en qué tipos de casos se practica. Por eso, una vez que tenemos claros los aspectos mencionados, vamos a ver en qué se basa, paso a paso, la cirugía ortognática. Los cuatro pasos que llevamos a cabo para someter a un paciente a este tipo de tratamiento son: planificación, intervención quirúrgica, postoperatorio y, por último, seguimiento y ortodoncia.   1. Planificación Aunque todas las etapas del proceso son importantes, la planificación y el protocolo en la preparación del paciente para el día de la cirugía pueden suponer la diferencia entre un caso de éxito y otro que no lo es. El profesional encargado de programar esta fase y, por tanto, el responsable de que el paciente llegue en óptimas condiciones a dicha intervención es el ortodoncista. Esto se debe a que la planificación para la cirugía maxilofacial comienza con un tratamiento de ortodoncia de un año de duración. Dicho tratamiento ortodóncico tiene como objetivo llevar los dientes a una posición adecuada respecto a sus bases óseas. En este punto, conviene recordar las diferencias entre la ortodoncia y la cirugía ortognática. Mientras que la primera actúa sobre los dientes y tiene como objetivo corregir el apiñamiento y alinearlos, la segunda actúa sobre los huesos. Por tanto, dicha operación maxilofacial tiene como objetivo mejorar la oclusión (mordida) de la boca y la armonía de un rostro con proporciones inadecuadas debido al crecimiento anormal de alguno de sus huesos. Debido a que dichos huesos (maxilar superior y mandíbula) se han desarrollado de manera irregular, los dientes se han ido adaptando a ellos, por lo que no están bien alineados. Por eso, cuando se realice la cirugía ortognática y el hueso se establezca en la posición y el tamaño correctos, los dientes no encajarán. Igualmente, es imprescindible recalcar que una intervención de este tipo supone cambios importantes en la estructura ósea del rostro. Dado que dichos cambios se ven reflejados en el aspecto final de la cara del paciente, es fundamental que el ortodoncista lleve a cabo un estudio facial minucioso. De esta manera, se podrá conseguir que la persona que se somete a la cirugía bucal consiga una mejora funcional, de salud y estética. Para realizar dicho análisis, el odontólogo se basará en un estudio radiológico así como en las fotografías y modelos de los dientes del paciente. Una vez haya obtenido el mencionado material, se encargará de hacer las mediciones y cálculos oportunos, que presentará al cirujano maxilofacial el día de la cirugía. La cirugía tiene una duración de cuatro horas y se realiza mediante incisiones intraorales. De esta manera, no se dejan cicatrices visibles. 2. Intervención quirúrgica Al tratarse de un tratamiento combinado en el que están implicados dos profesionales -el ortodoncista y el cirujano maxilofacial-, es fundamental una buena comunicación y coordinación entre ambos. El día de la cirugía, el odontólogo deberá estar presente y el médico interpretará las medidas presentadas por el ortodoncista. De esta manera, podrá aplicarlas a los huesos y realizar así la intervención. La operación tendrá una duración de cuatro horas aproximadamente y se realizará bajo anestesia general. En ella, lo que hará el cirujano será actuar sobre el maxilar o la mandíbula, realizando cortes y movimientos en los huesos. Todo ello lo hará mediante incisiones intraorales para no dejar ninguna cicatriz visible. Una vez que ha colocado dichos huesos maxilares en una posición y un tamaño armónicos, los fijará en el nuevo lugar mediante miniplacas y tornillos de titanio.     MINIPLACAS Y TORNILLOS DE TITANIO Piensa a largo plazo Aunque los primeros días tras la intervención sean duros, te recomendamos que no desestimes el tratamiento por este motivo. Una vez pasado este periodo, los pacientes aseguran que merece la pena debido a la notable mejora que experimentan durante el resto de su vida. 3. Postoperatorio La recuperación del paciente desde que termina la cirugía bucal hasta que puede llevar una vida relativamente normal dura aproximadamente un mes. Y, más concretamente, la baja laboral se extiende por un periodo de dos a tres semanas, aunque depende del tipo de trabajo desempeñado por cada paciente. Si la persona ejerce una ocupación muy activa, que conlleva cierto riesgo o que requiere hablar mucho, necesitará un tiempo de recuperación mayor. Es decir, un deportista, un policía o una persona que trabaje hablando de cara al público tendrá una baja mayor que alguien que está en una oficina y no necesite hablar obligatoriamente. Dentro de esta etapa postoperatoria, las dos primeras semanas son las más complicadas. Eso sí, a los profesionales nos resulta relativamente sorprendente el hecho de que los pacientes aseguren que no sienten dolor. Sin embargo, sí presentan hinchazón facial y encuentran algunos inconvenientes en su rutina diaria: Apenas pueden comer: solamente ingieren alimentos fríos mediante pajitas y jeringas Necesitan llevar puestos unos elásticos durante todo el día Tienen dificultades al respirar, por lo que no se pueden tumbar completamente No hablan con normalidad Transcurridas las dos primeras semanas comienza a notarse la progresión. Es decir, los pacientes pueden empezar a ingerir dieta blanda y solamente necesitan usar los elásticos unas horas al día. Por tanto, su rutina se vuelve más cómoda. Aunque leyendo estas líneas el proceso de recuperación pueda parecer lento y excesivamente incómodo, lo cierto es que las molestias se manifiestan durante un periodo corto de tiempo. Es decir, los primeros días son duros para el paciente. Sin embargo, una vez pasado este periodo, las personas a las que hemos tratado aseguran que la intervención maxilofacial merece la pena si se tiene en cuenta la notable mejora que experimentan durante el resto de su vida.   4. Seguimiento y ortodoncia El siguiente paso una vez realizada la cirugía y superado el postoperatorio consiste en la continuación del tratamiento de ortodoncia durante dos años más. En este punto, lo más importante es conseguir la estabilidad de la oclusión y evitar la recidiva. Es decir, que la boca no vuelva al estado que tenía antes de comenzar la primera fase de ortodoncia. A rasgos generales se puede afirmar que la recuperación de los pacientes con clase III o prognatismo suele ser más rápida que la de las personas con clase II o retrognatia. Asimismo, la recuperación en mujeres se caracteriza por ser más lenta que en hombres.     Sin

Buenos hábitos, Estética dental, Ortodoncia

Tengo un diastema, ¿cómo corrijo la separación de mis dientes?

Cuando un niño sonríe, es muy frecuente que apreciemos en su sonrisa un diastema o separación entre sus incisivos centrales superiores, comúnmente llamados “paletas”. Este rasgo tan característico de los niños de corta edad tiende a corregirse con el paso del tiempo, cuando éstos cambian sus dientes de leche por la dentición definitiva. Esto sucede naturalmente ya que los dientes permanentes son más grandes que los de leche. Sin embargo, y aunque no es lo más habitual, algunas personas mantienen los diastemas al llegar a la edad adulta. Cuando esto sucede, la separación entre dientes ya no se corrige de forma natural. Mientras que hay quienes están contentos con el aspecto aniñado que otorgan los diastemas, a otros les supone un complejo y prefieren llevar a cabo un tratamiento que cierre los espacios entre sus dientes. La separación entre los dientes puede corregirse mediante ortodoncia, frenectomía, carillas o reconstrucciones de composite. ¿Por qué tengo una separación entre los dientes? Por diastema entendemos un pequeño espacio entre dos piezas dentales. Aunque lo más frecuente es que se presente entre los incisivos centrales superiores, las separaciones pueden darse entre cualquier par de dientes. Dichos espacios pueden ser generalizados -varios a lo largo de la boca- o localizados. Aunque las causas que originan la separación entre los dientes son variadas, las principales son: Inserción baja del frenillo del labio superior: El frenillo labial superior es una membrana que conecta la cara interna del labio superior con la encía. Cuando dicho frenillo ha tenido un crecimiento anómalo y es más grande de lo habitual, baja hasta los dos incisivos centrales superiores e impide que éstos se junten. Aunque también tenemos frenillo labial inferior, que puede desarrollarse más de lo normal y dar lugar a un diastema, es más frecuente que la separación se produzca entre los dientes superiores. Dicho esto, cuando el diastema se debe a la inserción baja del frenillo, la solución para corregirlo será la de realizar un tratamiento combinado de ortodoncia y frenectomía. Ortodoncia: el diastema se puede cerrar con cualquier tratamiento: brackets metálicos, brackets de zafiro, brackets linguales Incognito e Invisalign Frenectomía: es una cirugía menor que se lleva a cabo bajo anestesia local. Consiste en cortar el frenillo y posteriormente dar puntos para que la herida se cierre y cicatrice Lo más adecuado es que la frenectomía sea realizada por un cirujano o un especialista en Periodoncia. En nuestra clínica, esta intervención es realizada por la doctora Sara Sánchez. En este punto, es importante recordar que la Periodoncia es la especialidad de la Odontología que se encarga del cuidado y los tratamientos de las encías. Dado el lugar que ocupa el frenillo en nuestra boca, el periodoncista es uno de los profesionales indicados para llevar a cabo la frenectomía.   FRENILLO LABIAL SUPERIOR Desproporción entre el tamaño del hueso maxilar y los dientes: Los dientes separados también pueden aparecer cuando el hueso maxilar ha crecido mucho y es demasiado amplio para los dientes. Al ser los dientes proporcionalmente más pequeños que el maxilar, éstos no llegan a ocupar todo el ancho del hueso y se producen los espacios. En este caso, los diastemas pueden ser generalizados o localizados entre cualquier par de dientes de la boca. En función del caso concreto del paciente, los diastemas se podrán corregir de varias maneras: Ortodoncia: el tratamiento mueve los dientes para intentar cerrar los espacios Carillas o reconstrucciones de composite: estos tratamientos rellenan el espacio entre los dientes. Es frecuente que se realicen en los incisivos laterales superiores   ORTODONCIA PARA CERRAR ESPACIOS ENTRE DIENTES Succión o empuje de la lengua contra los dientes: En el caso de las separaciones entre los incisivos centrales superiores, éstas también producirse por interponer o empujar la lengua contra los dientes. Este gesto puede darse por simple hábito o porque la lengua sea demasiado grande (macroglosia). Aunque este gesto parezca inofensivo, si se empieza a realizar cuando somos niños y lo mantenemos en el tiempo, progresivamente se va abriendo el espacio entre los dientes. Al igual que en el caso anterior, el cierre de los huecos entre los dientes puede realizarse con ortodoncia, carillas o reconstrucciones de composite. Si tengo un diastema, ¿debo someterme a un tratamiento para cerrarlo? Una vez que conoces las causas por las que puedes tener un diastema, es importante señalar que las separaciones entre los dientes no presentan un problema directo para tu salud bucodental. Sin embargo, es muy importante incidir en estos espacios cuando nos estamos cepillando los dientes, para que no se conviertan en el refugio de restos de alimentos. Si esto sucediera, podríamos desarrollar caries y/o problemas periodontales (gingivitis o periodontitis). Por su parte, desde el punto de vista estético, los diastemas sí pueden ser un problema para quien los padece. Si este es tu caso, te recomendamos que acudas a un odontólogo especializado en Ortodoncia para que determine cuál es la solución más adecuada para ti. Es posible que tengas diastemas pero presentes buena oclusión. Sin embargo, lo más habitual es que estos espacios vayan acompañados de algún tipo de problemática adicional relacionada con la mordida o el alineamiento de los dientes.

cirugía e implantes

La pérdida de hueso alveolar

El hueso alveolar, maxilar (superior)  o mandibular (inferior), es aquel que forma los alvéolos, en los que se sustentan las piezas dentales. Este es un hueso compacto, con múltiples y pequeños orificios a través de los cuales se encuentran los nervios, vasos linfáticos y vasos sanguíneos. Un hueso alveolar sano es calve para tener una correcta salud oral y la permanencia de nuestros dientes. La pérdida de hueso alveolar: Causas y efectos El hueso alveolar tiene, a diferencia del resto de huesos del cuerpo humano, la capacidad de modificarse, ya que es capaz de auto-curar-se y renovarse por mecanismos naturales. Su función principal es la de mantener las piezas dentales fijas en los maxilares y de responder a los estímulos, a la presión, de estas piezas al ocluir o masticar. Cuando una persona pierde una o más piezas dentales o esta presenta una patología periodontal o piorrea, el hueso alveolar inicia su re-absorción o pérdida lenta, perdiendo grosor y altura a un ritmo de un 40-60% en los posteriores tres años. Por ello, es clave realizar revisiones periódicas en la dental, rehabilitar los espacios edéntulos, y controlar y tratar la patología periodontal. Causas de la pérdida de hueso alveolar Las principales causas de la re-absorción ósea son: La pérdida de dientes. Cuando tenemos la ausencia de un diente, por extracción por ejemplo, y esa zona no es rehabilitada mediante la colocación de un implante, el hueso alveolar de esta pieza ausente se re-absorbe debido a que no recibe ningún tipo de estimulación derivada de la masticación o oclusión. Los dientes adyacentes a la zona del diente ausente, asimismo, se verán también afectados por la ausencia, inclinándose y extruyéndose para poder realizar un contacto con la pieza antagonista. Periodontitis o enfermedad periodontal o piorrea. Esta patología crónica afecta a las estructuras de sujeción de las piezas dentales, entre ellas, al hueso alveolar provocando su re-absorción. La deficiente higiene es la causa principal de la periodontitis y se debe al acumulo de placa bacteriana por debajo de LAC (línea malo-cementaría). Osteoporosis. Las personas que presentan esta enfermedad pueden padecer con mayor incidencia una pérdida del hueso alveolar. Traumatismos o contusiones. Cuando una pieza dental recibe un golpe o se fractura este, se debilitará y la estimulación que este transmite al hueso se verá interrumpida, provocando su re-absorción. Dentaduras postizas muco-soportadas. Una prótesis que no esté anclada en el maxilar, no proporciona ningún tipo de estímulo al hueso alveolar, por lo que con este tipo de prótesis y con el paso del tiempo, se derivará en una re-absorción ósea. Asimismo, y debido a la pérdida de hueso, las prótesis se desajuntarán, impidiendo comer y hablar con naturalidad. Efectos de la pérdida de hueso alveolar La pérdida de hueso alveolar provocará cambios morfológicos, funcionales y estéticos. Algunos de los principales cambios son: Movilidad o aflojamiento de los dientes. La pérdida de hueso alveolar provocará la movilidad dental y su pérdida prematura. Retraimiento de los labios. Es debido a la reducción del hueso maxilar y da una estética de envejecimiento. Arrugas de expresión sobre el labio superior. Modificación de la mordida u oclusión. Con la re-absorción ósea las piezas dentales se inclinan, giran o rotan y adquieren movilidad. Es muy importante rehabilitar los espacios edéntulos y controlar las patologías orales como la periodontitis.

Buenos hábitos, Ortodoncia, Prevención

Consecuencias bucodentales de una mala mordida

Una mordida defectuosa conlleva complicaciones tanto a nivel estético como funcional. Por ello es aconsejable acudir a un profesional y corregir la posición de los dientes mediante tratamientos como la ortodoncia. ¿Qué consecuencias bucodentales tiene una mala mordida? Pero, ¿Cuál es el origen de la mala mordida? En muchos casos se debe a factores genéticos. Y son muchos pacientes aprenden a convivir con una mala mordida de toda la vida. Pero la realidad es que una mordida defectuosa puede alterar y dificultar con el tiempo procesos tan básicos como la masticación. Corregir estos problemas depende en gran parte de la gravedad de cada caso por lo que conviene un examen profesional. En las clínica dental SanCal realizamos un estudio personalizado para conseguir una mordida perfecta en cada paciente, en función de sus necesidades. Consecuencias de una mala mordida Estas son las principales complicaciones que genera una mala mordida: Problemas funcionales. Una mordida defectuosa altera procesos funcionales como la masticación y la articulación. Problemas bucodentales. A nivel bucodental, una mala mordida puede provocar una aceleración en el desgaste del esmalte. También favorece el apiñamiento dental y el desarrollo de patologías como la sensibilidad dental. Además puede provocar fracturas en las piezas dentales y la sensación de dolor agudo. Problemas musculares. Algunas complicaciones dentales como el bruxismo están relacionadas con los dolores de cabeza y musculares. En el caso de la mordida defectuosa, también se relaciona con algunos casos de cefalea y con la fatiga muscular. Problemas de articulación. Una mala mordida dificulta la articulación y favorece el rechinamiento al comer, al hablar y también al dormir, de modo que el paciente puede experimentar episodios propios del bruxismo. Problemas estéticos. La mordida defectuosa también conlleva complicaciones a nivel estético. Al favorecer el apiñamiento de los dientes, la sonrisa no queda bien alineada y por tanto no resulta armónica. Además la mala mordida puede causar arrugas en la parte inferior del rostro y puede dar la sensación de tener una sonrisa caída o los labios más finos, por la posición mandibular. El tratamiento más habitual para corregir este tipo de complicaciones es la ortodoncia. No obstante, como ya hemos señalado es necesario un estudio personalizado. En función de este estudio se establecen las necesidades de cada paciente y el nivel de gravedad de la mala mordida, que sin duda condicionará el tratamiento.

Cultura y curiosidades, Ortodoncia

¿Cómo saber si los niños necesitan ortodoncia?

La ortodoncia permite corregir la posición defectuosa de los dientes. Este tratamiento persigue fines estéticos y funcionales para la sonrisa. Aunque es habitual comenzarlo en la adolescencia, hay muchos casos de ortodoncia durante la infancia. Hay diferentes tipos de ortodoncia, en función de diversos aspectos. Los aparatos pueden ser fijos o removibles. Los aparatos fijos sólo son manipulables por el odontólogo y suelen ser los brackets tradicionales. Los aparatos removibles pueden ser retirados para comer y para la higiene oral. en el caso de los niños, la ortodoncia más habitual suele el uso de brackets. Pero el odontopediatra valorará qué tipo de tratamiento es el más indicado en función de las necesidades del niño. Cómo saber si los niños necesitan llevar ortodoncia Pero, ¿Cómo saber si tu hijo necesita ortodoncia? Hay varias señales que indican la necesidad de realizar un examen de ortodoncia temprana: Pérdida de los dientes. Los dientes de leche comienzan a caer a partir de los 5 años. En general, a los 13 el niño ya tiene los dientes definitivos. La caída de los dientes demasiado pronto puede indicar la necesidad de llevar ortodoncia. También el retraso en la pérdida de las piezas dentales. Problemas bucodentales. Hablamos de problemas bucodentales a nivel funcional. Es necesario que el niño lleve ortodoncia si tiene dificultad para hablar, masticar y morder. Hábitos en la infancia. El uso del chupete o chuparse el dedo pueden interferir en la posición de los dientes. Estos hábitos están relacionados con la necesidad de llevar ortodoncia. Posición de los dientes. Los dientes demasiado espaciados favorecen la acumulación de placa bacteriana. También los dientes sin espacio o apiñados requieren aparatos. Mordida defectuosa. La mordida es defectuosa cuando los dientes de la arcada inferior sobresalen por delante de la arcada superior. En ese caso, la mordida no es funcional y debe ser corregida mediante la ortodoncia. Como padres siempre buscamos lo mejor para nuestros hijos y su salud es lo más importante para nosotros. Durante su crecimiento debemos dedicar especial atención a fijarnos en aquellas zonas de su cuerpo que podrían no desarrollarse adecuadamente: por ejemplo la vista, la espalda, los pies o, en el caso que nos ocupa, los dientes. Si el remedio para la vista son las gafas, el de la espalda el corsé y el de los pies son las plantillas, para arreglar la dentadura tenemos la ortodoncia. Actualmente la gran mayoría de niños la llevan, la han llevado o la llevarán y los avances han hecho los aparatos más cómodos y estéticos. Pero para llegar al tratamiento primero hace falta realizar el diagnóstico. Está claro que llevaremos a los niños a las revisiones pertinentes del dentista, pero desde casa podemos empezar a pensar en si existe la posibilidad de que necesiten brackets. Si tienes dudas, estas pistas te pueden decir si tu hijo o hija necesita aparato dental: 1. LOS DIENTES ESTÁN TORCIDOS O SUPERPUESTOS Hay varias razones por las que los dientes tienen estas características nocivas: puede ser que sean demasiado grandes para el espacio de la boca o la boca sea demasiado pequeña para los dientes. La mala formación de las encías y las mandíbulas también pueden perjudicar al correcto crecimiento de los dientes, así como los dientes que deberían haber salido pero todavía no lo han hecho. En muchas ocasiones se trata de causas hereditarias. 2. LA MANDÍBULA SUPERIOR E INFERIOR SON DE UN TAMAÑO DEMASIADO DIFERENTE El nombre científico para este caso es ‘maloclusión’: si la mandíbula superior es mayor que la inferior el término que se utiliza es ‘sobremordida’, y si es el caso contrario se llama ‘submordida’. Estos casos provocan el desgaste de los dientes frontales y algunas veces dolor en el paladar. Para corregir esta malformación será necesaria la colocación de la ortodoncia. 3. MOTIVOS HEREDITARIOS Muchos problemas dentales son hereditarios, por lo que si la madre o el padre del niño tiene necesidad de llevar aparato dental o lo ha llevado, es bastante probable que los hijos también lo necesiten. Los problemas que se pueden heredar son la incompleta formación del esmalte dental, la enfermedad de las encías o la falta de alguno de los dientes. Otros inconvenientes como las caries o el sarro también pueden ser hereditarias, pero son de fácil solución si se lleva una higiene buco-dental óptima. 4. EL NIÑO HA UTILIZADO DEMASIADO EL CHUPETE O SE CHUPA EL DEDO El repetido uso de accesorios como el chupete o la succión del dedo pulgar pueden llevar a la malformación de los dientes. Para que no se llegue al caso en el que sólo se pueda arreglar con aparato, hay que retirar el chupete antes de los 3 años de edad. Otra manera de evitar que los dientes se desarrollen de manera equivocada pero sin quitar el chupete es dejar que lo utilicen menos de 6 horas al día. A partir de los 7 u 8 años es cuando debemos consultar con el dentista la necesidad de aparato dental. La edad recomendada para visitar al dentista y consultarle sobre el aparato dental es alrededor de los 7 u 8 años. Esto no significa que el niño vaya a llevar brackets a partir de ese momento, simplemente es el primer paso en el posible plan para que los lleve en un futuro. Si estamos con la duda o si los especialistas ven durante una revisión que puede haber un problema en el desarrollo, también se puede tener en consideración la colocación de la ortodoncia cuando el niño aún tiene los dientes de leche. De esta forma se podrá prevenir la malformación de la dentadura. Una vez sepamos si nuestro hijo o hija necesita ortodoncia y si el caso es afirmativo, en qué edad, habrá que conocer cuál es el mejor tipo de aparato dental para él o ella. Después de la ortodoncia, es fundamental que los niños sigan la fase de retención. Esta fase posterior al tratamiento consiste en llevar los aparatos retenedores, que mantienen los resultados e impiden que los dientes vuelvan a su

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