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Frenillo lingual corto: ¿qué consecuencias tiene?

Durante el proceso de desarrollo de la anatomía de nuestra boca, el hecho de presentar pequeñas malformaciones puede generar problemas en la masticación, deglución e incluso en el habla.El frenillo es una de las membranas que tiene una mayor influencia en caso de no desarrollarse debidamente. En este artículo te contaremos qué es el frenillo lingual, cuál es su función y cómo puede tratarse en caso de presentar alguna anomalía.   ¿Qué es el frenillo lingual? El frenillo lingual es una pequeña membrana que conecta la parte inferior de la lengua con el suelo de la boca. Se forma durante el proceso de gestación, por lo que podremos observar su presencia en la boca del niño desde su nacimiento. En etapas de vida muy tempranas, el frenillo presenta una longitud corta y un grosor muy fino. Éste se irá desarrollando paulatinamente con el paso del tiempo y el uso del mismo. En caso de no ser así, estaremos ante un caso de la conocida como anquiloglosia lingual.   ¿Qué es la anquiglosia lingual? Hablamos de anquiloglosia lingual para referirnos al desarrollo deficiente de frenillo lingual. Literalmente el término significa lengua anclada, y lo empleamos para referirnos a un frenillo lingual corto. Al nacer, los niños presentan un frenillo corto que se desarrolla con el paso del tiempo. Gracias a esta evolución, la lengua puede realizar de forma natural los movimientos necesarios para hablar, masticar o deglutir con normalidad. En caso de no desarrollarse de manera debida, da lugar a una serie de consecuencias en nuestra salud que detallamos a continuación.   Consecuencias derivadas de tener el frenillo lingual corto Las consecuencias derivadas de tener un frenillo lingual corto son muy diversas. Esta anomalía puede generar molestias en el habla, la masticación y la deglución e, incluso, en el correcto desarrollo de las estructuras faciales. Alimentación deficitaria En el caso de bebés lactantes, el hecho de tener el frenillo corto dificulta la succión. En este caso, las consecuencias vienen por partida doble: Por un lado, el niño no podrá alimentarse con normalidad, generándole problemas de crecimiento, molestias en la digestión y ansiedad. Por otro lado, estas dificultades de succión también tienen consecuencias negativas para la madre. En primer lugar, una succión deficitaria puede provocar falta de leche –también conocida como hipogalactia-. Además, el niño realiza una fuerza desmedida con el fin de extraer de manera efectiva la leche. De esta manera, provoca la aparición de grietas e isquemias debidas a una fuerte succión, o inflamación de las glándulas mamarias –mastitis- durante el periodo de lactancia.   DIFICULTADES EN LA LACTANCIA En edades más avanzadas, el hecho de mover la lengua con dificultad genera molestias en la masticación y deglución de los alimentos. Problemas de oclusión En una primera etapa de la vida, los niños tienen un paladar estrecho y abovedado. Gracias a los movimientos linguales, éste se irá a abriendo de manera paulatina. En caso de que el hecho de tener el frenillo corto imposibilite que el niño mueva la lengua con normalidad, se producirá un desarrollo anómalo de la estructura maxilofacial que generará, por tanto, problemas de oclusión. Además, cuando la estructura maxilofacial no se desarrolla con normalidad, el bebé tiene tendencia a respirar por la boca en lugar de por la nariz. En estos casos, son más proclives a padecer procesos alérgicos, rinitis o infecciones virales de las vías respiratorias –bronquitis o neumonía-. Dificultades en el habla Un frenillo lingual corto dificulta la pronunciación de algunos fonemas que precisan de la colocación de la lengua en el cielo del paladar. Un ejemplo de ello son los sonidos de consonantes como la erre, la ese, la de o la te. Sabiendo las consecuencias que provoca un frenillo lingual corto, podemos discernir que el niño padece un desarrollo anómalo del mismo observando una serie de factores. ¿Cómo se diagnostica un frenillo lingual corto? Para poder determinar que la longitud del frenillo es menor a la esperada, se debe examinar el grado de movilidad de la lengua. El especialista verificará entonces si el paciente es capaz de realizar movimientos simples tales como alcanzar el paladar o el labio superior con la punta de la lengua. De igual manera, podemos sospechar que el paciente tiene un frenillo lingual corto si presenta una serie de síntomas: Paladar muy estrecho, dando lugar a maloclusiones –apiñamiento dental, rotaciones de las piezas dentarias-. Retrognatia: es decir, una mandíbula inferior con una posición atrasada con respecto al maxilar superior.   RETROGNATIA O CLASE II Pequeñas úlceras en los incisivos inferiores debido al roce constante de la lengua, aftas, ampollas e incluso desgarros en las encías. La presencia de un diastema en los dos dientes incisivos inferiores. Excesivos ruidos producidos por la lengua, tales como chasquidos, al no tener la misma una sujeción adecuada. ¿Cómo se corrige un frenillo lingual corto? El tratamiento idóneo para personas que presentan un frenillo lingual corto depende del grado de severidad del caso. En aquellas ocasiones en las que la longitud solamente es ligeramente inferior, bastará con acudir a un logopeda que paute una serie de ejercicios destinados a suplir la falta de movilidad de la lengua.     CONSULTA DE LOGOPEDA Por el contrario, en casos más severos está indicada la realización de una cirugía menor bajo anestesia local conocida como frenectomía lingual. Se trata de un procedimiento quirúrgico sencillo del cual no se suelen derivar mayores complicaciones. Sin embargo, se debe tener en cuenta que, en algunas ocasiones, puede provocar inflamación en la zona o pequeñas hemorragias. Por ello, es importante controlar la presencia de infección y dolor en la zona, así como acudir a una revisión transcurrida una semana tras la operación para asegurar la correcta cicatrización de la misma. Generalmente, la frenectomía debe ir acompañada de un tratamiento a manos del logopeda a lo largo del postoperatorio siempre que el paciente no presente muestras de dolor. La función del frenillo es asegurar una movilidad completa de la lengua. Un frenillo largo evita molestias en la masticación y en el habla y asegura, además, un correcto desarrollo de las estructuras maxilofaciales. En caso de observar alguna de las alteraciones anteriormente descritas –retrognatia, dificultad en la pronunciación, presencia de diastemas en los incisivos inferiores-, te recomendamos acudir cuando antes al especialista. Éste valorará

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Papilas gustativas: ¿qué función cumplen?

Parece un tópico, pero te habrás cansado de oír que “comer es un placer”. Y es que la gastronomía está de moda: el acto de comer ha dejado de estar ligado a la supervivencia para estar plagado de tintes sociales y culturales.Sin embargo, el placer de la comida no sería posible sin la acción de las papilas gustativas. En este artículo intentaremos aclarar todas tus dudas con respecto a su función y disposición en la lengua, y te daremos unas pautas sobre qué debes hacer en caso de que se te inflamen.   ¿Cuál es la función de las papilas gustativas? Las papilas gustativas son unos pequeños órganos sensoriales ubicados en la superficie de la lengua. Cada una de ellas está formada por unas células receptoras denominadas botones gustativos. Gracias a los mismos, somos capaces de percibir los sabores. Sin embargo, las papilas gustativas no son las únicas responsables de esta percepción: el olfato juega un papel muy relevante en el proceso. A la hora de masticar, se liberan una serie de sustancias químicas que se transmiten a los receptores olfativos presentes en la nariz. Es la acción conjunta de las papilas y estos receptores la que nos permite discernir el sabor de los alimentos. Por este motivo, las personas con problemas alérgicos o respiratorios, o aquellas que están pasando por un proceso gripal tienen la percepción del gusto mermada.   ¿A qué edad se desarrollan las papilas gustativas? Diferentes estudios han demostrado la existencia de papilas gustativas plenamente desarrolladas en fetos de 15 semanas de gestación, y neuronas gustativas en aquellos que superaban las 25 semanas. Por ello, podemos afirmar que los seres humanos nacemos con el sentido del gusto plenamente desarrollado.   SENTIDO DEL GUSTO EN NIÑOS Una persona de edad temprana tiene, aproximadamente, unas 10.000 papilas gustativas que se regeneran en un plazo aproximado de 2 semanas. Este número se va reduciendo con el paso del tiempo: el proceso de regeneración no es igual de rápido. Un anciano tiene, en contraposición, una media de 5.000 papilas gustativas que conservan plenamente sus funciones. Por este motivo, nuestra percepción del sabor de los alimentos se va deteriorando con el paso del tiempo.   ¿Cómo se clasifican las papilas gustativas? Las papilas gustativas no son homogéneas: en la superficie lingual podemos distinguir órganos receptores con diferentes formas que detectan los distintos sabores. Tipos de papilas gustativas Hablamos de papilas caliciformes –también conocidas como circunvaladas- para referirnos a aquellas que nos aportan la información de sabor amargo. Las papilas fungiformes son las encargadas de captar el sabor dulce. Deben su nombre a su forma de hongo y están especialmente desarrolladas en personas de edad temprana y en adultos de edad avanzada. Las papilas filiformes, de forma cónica o cilíndrica, tienen sensibilidad a la temperatura y la textura de los alimentos. También conocidas como foliadas, perciben los sabores salado y ácido. Las papilas se encuentran distribuidas en distintas zonas de la superficie lingual, quedando repartidas de la siguiente forma: Las papilas caliciformes se localizan próximas a la garganta, en la zona posterior de la lengua. Las papilas fungiformes se encuentran en la punta de la lengua: la zona anterior de la misma es la encargada de percibir los sabores dulces. Las papilas foliadas están presentes en los pliegues laterales de la lengua. De esta manera, podemos percibir con más intensidad un sabor en un área determinada de la lengua que en otra. En la imagen que te presentamos a continuación puedes ver cómo se reparten las papilas gustativas y, por tanto, en qué zonas percibimos con mayor intensidad los distintos tipos de sabores.     ¿QUÉ SABORES DETECTAN LAS PAPILAS GUSTATIVAS? Alteraciones de las papilas gustativas En algunos casos, las papilas gustativas pueden verse inflamadas. Esta alteración, generalmente frecuente debido al contacto constante de la lengua con diferentes sustancias, puede resultar molesta: interfiere en el sabor que percibimos de los alimentos, puede generar ardor o hinchazón de la superficie lingual e influye, por tanto, en nuestras pautas alimenticias. Pero, ¿qué factores pueden provocar la inflamación de las papilas gustativas? Causas de inflamación de las papilas gustativas Presencia de toxinas en la lengua El hábito del tabaquismo o la ingesta de alcohol provocan que la lengua esté en contacto constante con sustancias tóxicas para el organismo. Éstas tienen un efecto adormecedor en las funciones de las papilas gustativas. Por este motivo, podemos afirmar que los fumadores tienen una menor percepción de los sabores que otras personas que no tienen este hábito adquirido. Ingesta de alimentos ácidos o picantes La incorporación a la dieta de comidas muy especiadas o picantes puede provocar una inflamación de la superficie lingual temporal que remite transcurrido un breve periodo de tiempo. Lo mismo ocurre al ingerir bebidas o alimentos muy calientes: su ingesta afectará negativamente a la percepción de los sabores, e irritará la lengua durante unas horas. Pequeñas heridas en la superficie lingual En muchas ocasiones, nos mordemos de manera accidental o tenemos pequeñas heridas en la lengua a causa del roce de un aparato de ortodoncia. Éstas pueden causar una inflamación de las papilas gustativas, mermando sus funciones e influyendo en nuestra percepción del sabor de los alimentos. Fuertes cambios hormonales En muchas ocasiones, la irritación de las papilas gustativas viene determinada por fuertes cambios hormonales, como puede ser el embarazo o los ciclos menstruales. Por este motivo, se afirma que las mujeres son más propensas a sufrir la irritación de las papilas gustativas.     MUJER EMBARAZADA Sistema inmunitario debilitado La inflamación muchas veces viene determinada por una debilitación del sistema inmune. Hay ciertos factores externos que influyen negativamente en nuestras defensas. Uno de los más frecuentes es el estrés. Está demostrado que personas que presentan elevados niveles de ansiedad tienen una mayor propensión a padecer la inflamación de las papilas gustativas. Procesos infecciosos de la lengua Por último, existen una serie de afecciones que provocan la inflamación de las papilas gustativas. Un ejemplo de ello puede ser la lengua geográfica –inflamación superficial de la superficie lingual que se manifiesta en forma de pequeñas manchas blancas o de color rojo-, o la candidiasis oral –una infección producida por el crecimiento excesivo del hongo candida albicans-.   ¿Cómo podemos abordar la

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Beneficios de la irrigación bucal

La irrigación bucal es una técnica poco usada pero muy recomendada para conseguir una higiene bucodental completa. Pero, ¿En qué consiste? ¿Qué beneficios aporta a mi sonrisa? El irrigador bucal puede ser un gran aliado para mantener una buena salud bucodental. Se trata de un aparato que aplica un chorro de agua a presión. Su uso es como complemento del cepillado. ¿En qué casos es más recomendado el uso de un irrigador? Enfermedades periodontales. La irrigación puede ser clave para prevenir el desarrollo de la gingivitis y la periodontitis. Pacientes portadores de ortodoncia. Esta técnica es especialmente recomendada en pacientes con brackets, ya que consigue eliminar los restos de estos espacios difíciles. Pacientes con los dientes sensibles. En pacientes con sensibilidad dental, el uso de otros productos como el hilo dental puede ser doloroso. El irrigador evita el roce y el sangrado de las encías. Así, permite una limpieza eficaz sin dolor. El irrigador bucal permite eliminar los restos de comida y bacterias de los aparatos fijos, que tienden a crear zonas de retención de placa bacteriana. También puede llegar a aquellas zonas donde no alcanzan los filamentos de los cepillos. Hay diferentes tipos y modelos de irrigador bucal. En general la presión del agua se puede controlar, y muchos irrigadores son portátiles. También se puede regular el tipo de chorro para que sea recto o giratorio, en función del tipo de zona que nos interese limpiar. Los beneficios de la irrigación bucal Son muchos los beneficios de la irrigación bucal. Uno de los más inmediatos es que aporta frescor a la sonrisa. Esto nos ayuda a combatir el mal aliento o halitosis. Al llegar a partes mas profundas de la boca y limpiar parte de la lengua, removemos las bacterias relacionadas con la halitosis. La irrigación bucal también ayuda a eliminar las manchas de la superficie de los dientes. Esto permite recuperar un color más radiante y tener una sonrisa más bonita. Otra clave es la prevención de patologías bucodentales. La eliminación de placa bacteriana en espacios entre dientes y encías evita el sarro. Además, ayuda a prevenir el desarrollo de patologías como la gingivitis, así como infecciones e irritaciones en las encías. La gran ventaja de la irrigación bucal en comparación con otras técnicas es que permite una limpieza no invasiva en dientes que han sido sometidos a otros tratamientos. Por ejemplo, dientes con carillas y coronas dentales. El paciente puede realizar una limpieza en profundidad sin alterar los resultados de estos tratamientos. Para que la irrigación bucal tenga los efectos de prevención deseados, es importante realizar otros pasos previos como el cepillado. Lo más importante es cepillarse los dientes después de cada comida, con un cepillo de cerdas suaves y sin ejercer demasiada presión. Además del irrigador bucal, el enjuague también es un buen aliado para eliminar los restos de placa bacteriana entre dientes y encías.

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¿Sabes cuál es la enfermedad bucodental más común y cómo prevenirla?

Al igual que ocurre con otras partes de nuestro cuerpo, debemos proporcionar a la boca unos cuidados específicos con el objetivo de mantener unos dientes y encías sanos de por vida. Sin embargo, también es verdad que hay determinadas enfermedades que tienen una gran prevalencia entre la población y tienen más posibilidades que otras de aparecer en algún momento de nuestra vida. Este es el caso de la caries: no solamente es el problema bucodental más común, sino que además es la segunda enfermedad más habitual en España, por detrás del resfriado.   ¿Cuáles son las enfermedades bucodentales más comunes? 1. Caries Como acabamos de mencionar, de todas las enfermedades que comprometen nuestra salud en general, la caries es la segunda más común.  Se estima que afecta al 90% de la población mundial, por lo que es probable que la padezcas o hayas padecido. En la mayoría de ocasiones, la caries aparece en niños y adultos jóvenes, aunque puede desarrollarse a cualquier edad. El origen de la caries está en la destrucción de tejidos del diente, que tiene lugar como consecuencia de diferentes factores. Estos desencadenantes están relacionados fundamentalmente con los hábitos de higiene y nutrición: acumulación de placa bacteriana, consumo de azúcares y ácidos presentes en muchos alimentos y bebidas, higiene bucodental deficiente… Además, hay algunas personas que tienen mayor predisposición genética a padecer caries. Sin embargo, éste es un factor que influye en menor medida. De la misma manera que la enfermedad aparece de manera muy frecuente, el tratamiento para combatirla es sencillo: el empaste u obturación. Este procedimiento consiste en limpiar la cavidad del diente en el que se encuentra la caries para posteriormente rellenarla con composite. Dicho esto, es muy importante tratar la caries cuando muestra sus primeros síntomas: dolor o molestias en los dientes, especialmente al ingerir alimentos y bebidas dulces así como muy calientes o frías. Si la caries se deja avanzar, dañará más el diente y requerirá una endodoncia, que es un tratamiento más complejo que el empaste u obturación. Y, si no se trata, a la larga provoca la pérdida de dientes. No hay que olvidar que la caries es la primera causa de pérdida prematura de dientes en personas jóvenes. La caries es la enfermedad bucodental más común y la primera causa de pérdida prematura de dientes. 2. Gingivitis Al igual que en el caso de la caries, la higiene juega un papel fundamental en la aparición de la gingivitis. La gingivitis se caracteriza por la inflamación y el sangrado de las encías provocados por las bacterias que se desarrollan debido a la acumulación de placa bacteriana.     INFLAMACIÓN Y SANGRADO DE ENCÍAS Los síntomas que provoca esta enfermedad son, por tanto, muy claros. El sangrado que aparece durante el cepillado es la primera señal de alarma. Si te sucede, visita a tu dentista lo antes posible, ya que si la gingivitis es tratada a tiempo, es muy fácil de combatir. Su tratamiento consiste fundamentalmente en una limpieza bucodental profesional y en extremar las técnicas de higiene en casa. Sin embargo, si no se trata a tiempo, a la larga comienza a afectar al hueso y deriva en una periodontitis. Tal y como explicaremos en el punto siguiente, esta enfermedad bucodental es mucho más compleja. Como muestra de la prevalencia de la gingivitis entre la población, se estima que en España solamente el 14.8% de los adultos de entre 35 y 44 años tiene las encías sanas. Por su parte, el 59,8% tendría gingivitis y el 25,4% periodontitis. En individuos mayores de 65 años, el porcentaje de encías sanas es aún menor: 10,3%. El resto tiene una enfermedad periodontal: 51,6% tendría gingivitis y el 38% tendría periodontitis.   3. Periodontitis Tanto a la gingivitis como a la periodontitis se les conoce con el nombre de enfermedades periodontales. Como ya hemos mencionado en el punto anterior, la periodontitis es la consecuencia de una gingivitis que no ha sido tratada correctamente.     GINGIVITIS VS PERIODONTITIS Aunque la periodontitis también se puede curar, su tratamiento es más complejo que el de la gingivitis. Éste requiere, entre otros, mediciones para comprobar la profundidad del sarro acumulado en las encías, análisis microbiológico, raspado y alisado radicular, etc. Es precisamente por la mayor complejidad del tratamiento por lo que se recomienda acudir a un periodoncista nada más advertir los primeros síntomas de la gingivitis (inflamación y sangrado de las encías). Si se deja progresar la enfermedad, las bacterias causarán cada vez un daño más profundo y llegarán al hueso, que no hay que olvidar que actúa como soporte del diente. De esta manera, aparecerán otras señales de alarma: mal aliento, recesión de encías, aparición de triángulos negros entre los dientes, movilidad de piezas dentales… Todo esto llevará a consecuencias irreversibles: si se causa un daño progresivo en el hueso que soporta el diente, a la larga se producirá la pérdida de dientes.   4. Cáncer bucal El cáncer oral o bucal se produce con mayor frecuencia en los labios y la lengua. Sin embargo, también desarrollarse dentro de la boca y comprometer las encías, el paladar y la garganta. Aunque cualquier persona (de cualquier edad y sexo) puede padecer cáncer oral, éste afecta en mayor medida a los hombres mayores de 40 años. Bien es cierto que la genética juega un papel esencial en el desarrollo del cáncer. Sin embargo, existen otros factores de riesgo muy importantes. Estos son el tabaquismo y el alcohol. Como en cualquier otra enfermedad, la detección temprana es fundamental en el éxito del tratamiento. Por eso, es importante saber identificar los primeros síntomas y acudir a revisiones regulares con el dentista. Dichos síntomas pueden ser: Úlceras o llagas en la lengua, los labios o cualquier otra parte de la boca Manchas blancas o rojas en la lengua, en las encías o cualquier otra parte de la boca Problemas o dolor al masticar o deglutir Dificultades en el habla Dolor en alguna parte de la boca, sin explicación aparente No hay que olvidar que a pesar de que conozcamos determinados síntomas, el odontólogo es el profesional que cuenta con mayor experiencia y conocimientos para advertirlos.   5. Halitosis El mal aliento o la halitosis comprenden el conjunto de olores desagradables que se emiten a través de la boca. Existen dos tipos de halitosis: oral y extraoral. En el 90% de los casos, el mal aliento tiene su origen en la propia boca. En estos casos, el olor desagradable se debe fundamentalmente a una higiene deficiente, el tabaco o enfermedades periodontales (gingivitis y periodontitis).

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Liquen plano oral: ¿cuáles son sus causas y cómo se trata?

Aunque su nombre suene desconocido para muchas personas, lo cierto es que el liquen plano oral es, probablemente, la enfermedad no infecciosa más frecuente que puede aparecer en la mucosa bucal (lengua, interior de la mejilla y suelo de la boca). De hecho, diversos estudios epidemiológicos realizados en varios países estiman que esta patología afecta a entre el 0,2 y el 1,9% de la población general. A pesar de que exista cierto desconocimiento, quien padece liquen plano suele estar muy familiarizado con sus síntomas e informado acerca de sus posibles complicaciones. Esto se debe a que la enfermedad es crónica y tiene a reaparecer y desaparecer con el paso de los años. Por tanto, acompaña a muchas personas durante gran parte de su vida. ¿Qué es el liquen plano oral? El liquen plano es una enfermedad inflamatoria y crónica que ocasiona un engrosamiento de la mucosa bucal. Dicho engrosamiento da lugar a unas lesiones que pueden variar los síntomas o molestias padecidos en función de cada caso. Los distintos aspectos en los que pueden variar son los siguientes: Coloración: Las lesiones pueden ser blancas o rojas   Sintomatología: Pueden ser asintomáticas o presentar una erupción que causa picor   Intensidad: Pueden reaparecer con el tiempo y evolucionar a brotes de distinta intensidad   Tamaño: Además, pueden aumentar o disminuir su tamaño en función de la intensidad del brote   Aunque en este artículo nos vamos a centrar en su incidencia en la boca, lo cierto es que el liquen plano es una patología que también puede presentarse en la piel, las uñas, el pelo o los genitales.     LIQUEN PLANO BLANCO EN LA BOCA ¿Cuáles son sus síntomas? Tal y como ya hemos avanzado previamente, el liquen plano oral provoca diferentes lesiones en función de su coloración: Color blanco: En este caso, se produce un engrosamiento de color blanco en alguna parte de la mucosa (lengua, interior de la mejilla y suelo de la boca). De esta manera, aparecen unas estrías blancas que, en la mayoría de las ocasiones, son asintomáticas. Por ello, lo más frecuente es que el paciente no se dé cuenta o de que, simplemente, perciba una sensación de rugosidad en la zona en la que están las estrías. Si la lesión no molesta y no presenta síntomas especialmente visibles, normalmente la persona no le da importancia y no acude a la consulta del dentista.   Color rojo: En el caso del liquen plano rojo, los síntomas suelen ser más evidentes. Es decir, se forma una zona roja en alguna parte de la mucosa y la persona experimenta síntomas como sensibilidad, dolor y escozor que aumentan con el roce.   PRÓTESIS PUEDE PROVOCAR ROZADURAS ¿Cómo se diagnostica? Una vez que el paciente cree que puede padecer liquen plano, lo más recomendable es que acuda a la consulta del dentista para que éste realice un diagnóstico y determine si sus sospechas son ciertas. En la clínica dental, la doctora Sánchez lleva a cabo una inspección visual. Con ello, descarta la existencia de liquen plano o, si tiene dudas, realiza una biopsia. Este procedimiento consiste en tomar una muestra de la lesión y enviarla a analizar a un laboratorio de anatomía patológica. Los resultados llegan a la clínica dental diez días después y en ese momento el odontólogo ya puede determinar si es necesario llevar a cabo un tratamiento. Tratamiento: ¿cómo se cura el liquen plano? En este punto, es necesario aclarar si ésta es una enfermedad grave o si requiere algún tipo de tratamiento. Dicho esto, podemos afirmar que el liquen plano oral resulta peligroso cuando cambia de color -de blanco a rojo-, cuando se encuentra en los bordes laterales de la lengua y en el suelo de la boca y cuando los bordes de la lesión no están definidos. En este caso, lo más recomendable y, por tanto, lo que hacemos en nuestra clínica, es realizar una biopsia para descartar cualquier patología maligna. O, en el caso de encontrarnos ante una neoplasia o cáncer en la boca, poder extirpar totalmente el liquen plano con márgenes de seguridad, es decir, eliminado parte de tejido sano. En este caso, una vez realizada la intervención el paciente se deberá someter a controles semestrales. Sin embargo, existe otra posibilidad mucho menos preocupante. Esto sucede cuando el liquen plano es blanco, se encuentra en el interior de la mejilla y la persona que lo padece es fumadora. En este caso, no se realizaría una biopsia, sino que se recomendaría al paciente que redujera o eliminara por completo -a ser posible- el consumo de tabaco. Aunque el liquen plano no revista gravedad, hay pacientes que pueden experimentar sensibilidad o dolor. En este caso, es necesario consultar con el dentista los medicamentos que se pueden tomar para controlar los síntomas, aliviar las molestias y acelerar el proceso de curación.   El liquen plano en la boca puede ser peligroso si cambia de color, si está en los bordes laterales de la lengua o en el suelo de la boca y cuando sus bordes no están definidos Causas del liquen plano: ¿a quién afecta? La causa del liquen plano es desconocida. Sin embargo, se cree que se debe a un desorden inmunológico y en algunas ocasiones se relaciona con otras enfermedades autoinmunes o con la hepatitis C. Además, se sabe que no es infecciosa. Y, por tanto, no es contagiosa entre personas. Los mismos estudios epidemiológicos a los que hemos hecho referencia anteriormente afirman que el liquen plano oral afecta a un hombre por cada tres o cuatro mujeres. Y que, además, el rango de edad más perjudicado es el que se encuentra entre los 30 y los 70 años. Sin embargo, aunque es menos frecuente, la patología también puede afectar a niños y ancianos. Principales factores de riesgo Dicho esto, se estima que hay una serie de factores que pueden influir en la aparición y el empeoramiento de la patología. Éstos son los siguientes: Prótesis o aparatos metálicos: Ser portador de una prótesis o de un aparato de ortodoncia puede conllevar la aparición de rozaduras debido a los elementos metálicos o a que la prótesis esté mal ajustada.   Alimentación: Las comidas muy ácidas, picantes o calientes también contribuyen a desencadenar la enfermedad   ALIMENTO MUY PICANTE Y PERJUDICIAL Alcohol: El alcohol es perjudicial para la mucosa bucal en general   Tabaco: También se considera que el liquen plano puede ser una reacción de protección de la boca ante la toxicidad del tabaco.

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Traumatismo dental: ¿qué hacer tras recibir un fuerte golpe en los dientes?

Quien tiene niños cerca o practica deportes como el fútbol o el rugby lo sabe: los traumatismos dentales constituyen, junto con la caries, una de las urgencias dentales más comunes.Y es que los fuertes golpes en la boca suelen tener consecuencias en nuestra dentadura que debemos solucionar con rapidez: la viveza de la actuación del profesional que aborde el caso es fundamental en la reconstrucción y salvación de la pieza dental. Pero ¿qué es exactamente un traumatismo dental y en qué situaciones suele ser más común?   ¿Qué es un traumatismo dental? En muchas ocasiones, los fuertes golpes en la cavidad oral provocan lesiones en los dientes y en los tejidos blandos de la boca. Éstos pueden ser consecuencia de una fuerte colisión causada por un accidente, una caída aparatosa o debido a la práctica de deportes de contacto. Si bien hay casos en los que únicamente se ve dañado el esmalte de la pieza, el golpe puede provocar desde la fractura de la pieza dental al desplazamiento o avulsión – caída- de la misma. ¿Quién suele verse afectado por un traumatismo en las piezas dentales? Normalmente, los traumatismos dentales se deben a contusiones provocadas por fuertes golpes derivados de la práctica de deportes de contacto o de juegos bruscos. Su incidencia, aunque también es común entre los adultos, es especialmente notable entre la población infantil, fundamentalmente en niños con edades comprendidas entre los 6 y los 12 años. Es a estas edades cuando son más habituales las caídas producto de la práctica de actividades tales como montar en bicicleta o en monopatín, que ponen en riesgo la salud de nuestros dientes.   Si nos centramos en el caso de traumatismos dentales en bebés, igualmente frecuentes, los achacaríamos a las lesiones sufridas como consecuencia de caídas propias de la época en la que el niño pasa de ser completamente dependiente a caminar y tener, por tanto, cierta autonomía. Es durante el proceso de desarrollo motor cuando las caídas se vuelven habituales. Según vamos avanzando en la edad de aquellos que se ven afectados por un traumatismo dental, podemos destacar las disputas típicas de adolescentes o los accidentes automovilísticos como otras posibles causas frecuentes de los traumatismos en los dientes. Además, también pueden verse afectados por los mismos personas con problemas de movilidad que son, por tanto, más proclives a caerse, o personas que sufren ataques epilépticos. Los traumatismos dentales suelen afectar, mayoritariamente, a los incisivos centrales de la arcada superior. Es decir, a las piezas que reciben el fuerte golpe que causa el traumatismo. Debemos hacer hincapié en el hecho de que aquellas personas con malposiciones en los huesos maxilares son más proclives a sufrir un daño en los dientes. El hecho de que el maxilar sobresalga de manera inusual supone la pérdida de la protección del labio y, por tanto, una mayor posibilidad de sufrir un traumatismo dental.   Además, existen anomalías en el desarrollo normal de la estructura dentaria que favorecen los traumatismos dentales. Entre estas afecciones, destacan la amelogénesis imperfecta –anomalía en el crecimiento del esmalte que tiene lugar durante el desarrollo dentario- o la dentinogénesis imperfecta –una afección de carácter hereditario que afecta al desarrollo normal de la estructura de la dentina-. La debilidad del esmalte no sólo afecta a la apariencia del diente, sino que también compromete la protección del mismo frente a la acción de las bacterias que anidan en la boca o, en este caso, de fuertes golpes. ¿Qué debemos hacer ante un fuerte golpe en los dientes? En muchos casos, el daño derivado de un traumatismo dental es fácilmente perceptible a simple vista mientras que, en otras ocasiones, la afección de la pieza es bastante más severa de la que se aprecia en un primer momento. En caso de que no seamos conscientes del daño a simple vista, debemos tener cuidado si observamos ciertos síntomas como, por ejemplo, un dolor puntual a la hora de morder o de consumir ciertos alimentos. Sufrir un duro golpe en la cavidad oral puede tener consecuencias muy variadas que oscilan desde un daño mínimo del esmalte a la fractura o pérdida de la pieza dental. En todos los casos, es necesaria la evaluación y actuación rápida de un especialista, que valorará la gravedad del golpe y, también, si hay daños imperceptibles a simple vista en los dientes adyacentes.   ¿Qué consecuencias tiene un traumatismo en una pieza dental? Un fuerte golpe puede tener numerosas consecuencias en nuestra boca: Puede provocar movilidad dentaria. Una pieza dental puede modificar su posición inicial en la arcada. Se puede producir la intrusión de la pieza dental, dañando los tejidos de soporte. Daño en los huesos maxilares e, incluso, fractura de los mismos. Heridas en la lengua o en los labios. Daño o caída de nuestros dientes. Dependiendo del daño que sufra la pieza dental, podemos distinguir cuatro consecuencias diferentes en nuestros dientes: Afección del esmalte dental que, dependiendo de la gravedad de dicha afección, afectará también a la dentina de la pieza. Fractura coronaria -o rotura de la corona dental- que, en los casos más graves, puede llegar a afectar a la pulpa dental. Rotura de la corona y fractura radicular -de la raíz- del diente. Avulsión dentaria –o caída de la pieza dental-. Ante este amplio abanico de consecuencias, podemos distinguir varias maneras de actuación. ¿Qué tratamientos son los más adecuados ante un traumatismo en el diente? En caso de una afección leve, es decir, de dientes astillados o de una rotura mínima de la corona, debemos conservar la parte del diente resultante de la fractura y llevarla a la consulta del especialista. El odontólogo tratará de unirla a la pieza dental y, en caso de que no sea posible, intentará restaurar la pieza con composite o, en su defecto, con un tratamiento de carillas. Cuando, a causa del traumatismo dental, se ha fracturado buena parte de la corona dentaria, se recurre a la colocación de una corona. En estos casos, debemos tener en cuenta que si la pulpa dentaria ha sufrido algún daño, se deberá llevar a cabo anteriormente un tratamiento de conducto –o endodoncia-. Ante un pronóstico más grave en el que se haya dañado tanto

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6 cosas que haces mal cuando te cepillas los dientes

Todos sabemos que una buena higiene bucodental es indispensable para mantener a raya las bacterias y conservar nuestros dientes toda la vida. Por eso, es muy probable que tengas clara la importancia de cepillarte con determinada frecuencia y durante un tiempo concreto. Sin embargo, puede que no conozcas otros de los consejos que mencionamos en este artículo y te resulten nuevos o, incluso, chocantes. Por ejemplo, ¿sabías que no es bueno cepillarse los dientes nada más terminar de comer? A continuación te decimos cuáles son los errores más comunes que todos cometemos en nuestra higiene diaria: 1. No usas seda dental Por muy sencillo y rápido que sea pasarse el hilo dental después de cada cepillado, es posible que no lo hayas usado nunca. Sin embargo, tenemos que decirte que por muy exhaustiva que sea tu limpieza con el cepillo, es necesario usar seda dental. Ésta permite eliminar los restos de alimentos de pequeños recovecos a los que las cerdas del cepillo no llegan, como los que hay entre los dientes y en la zona de las encías. Si no puedes pasarte el hilo dental después de cada cepillado, te recomendamos que al menos lo utilices una vez al día.   SEDA PARA LIMPIAR DIENTES Y ENCÍAS 2. Tu técnica de cepillado no es la adecuada Si tuviéramos que comparar el cepillado de los dientes con un hábito cotidiano, diríamos que se asemeja a barrer. Por ello, te diremos que elegir un cepillo de cerdas duras y frotarlas fuertemente contra tus dientes no solamente no garantiza una mejor limpieza, sino que además es muy perjudicial. Este hábito desgasta el esmalte y provoca recesión de encías, lo que hace que la raíz de la pieza dental quede expuesta. Esto, además de ser muy antiestético, aumenta mucho la sensibilidad del diente. Por el contrario, una técnica de cepillado adecuada requiere ser ordenado y cuidadoso, para no dejarnos ninguna zona sin limpiar ni dañar dientes y encías. Para conseguirlo, lo más indicado es establecer una rutina de higiene que dure al menos dos minutos. De esta forma, empezaremos con los dientes superiores y seguiremos con los dientes inferiores. En ambos casos, cepillaremos -en este orden- las caras exteriores, las interiores y las triturantes.   3. Te olvidas de la lengua Aunque pongamos todo nuestro interés en cepillarnos los dientes de manera adecuada, la lengua sigue siendo, por lo general, la gran olvidada. Por ello, tenemos que recordarte que una vez hayamos cepillado todos los dientes, es fundamental limpiar la lengua. Para hacerlo, hay algunos cepillos que cuentan con una superficie específica para esta zona de la boca. Si el tuyo no la tiene, te recomendamos que utilices un raspador lingual. La limpieza de la lengua permite combatir las bacterias que tienden a alojarse en esta zona y que además son las causantes del mal aliento.   LIMPIADOR LINGUAL TRAS EL CEPILLADO 4. Tu cepillo tiene más de tres meses El cepillo, o el cabezal en el caso de que éste sea eléctrico, debe ser cambiado cada 3 meses aproximadamente. Hay que tener en cuenta que normalmente los cepillos de dientes se almacenan en el cuarto de baño, lo que significa que están expuestos a cambios de temperatura, al contacto con otros cepillos, etc. Por ello, un cepillo de más de 3 meses no solamente tendrá las cerdas debilitadas y dobladas, lo que implica una limpieza incompleta de los dientes. Además de esto, mayor tiempo de uso conlleva una mayor cantidad de bacterias. 5. Abusas de la pasta de dientes Una pasta de dientes que contenga flúor es la mejor opción para acompañar al cepillo. Sin embargo, es importante reconocer que una mayor cantidad de pasta de dientes no implica una mejor higiene. Aunque en los anuncios que aparecen en televisión veas que la pasta de dientes debe cubrir todo el largo del cepillo, lo cierto es que una cantidad del tamaño de un guisantees suficiente. El exceso de pasta solamente hace que la boca se llene de espuma, produciendo una sensación de limpieza que no es real. EXCESO DE PASTA DE DIENTES  6. No te cepillas los dientes después de cada comida Teniendo en cuenta que los expertos en nutrición recomiendan hacer cinco comidas al día, este último punto puede ser más debatible. Aunque puede resultar lógico que no te cepilles cinco veces al día, hay dos ocasiones que son imperdonables: después de desayunar y antes de irnos a la cama. Además, como último apunte –aunque no menos importante- te diremos que es mejor no cepillarnos los dientes nada más terminar de comer. Esto es porque cuando comemos, el pH de la boca baja y se vuelve ácido. Si te cepillas en ese momento, aumentas la abrasión sobre los dientes. Para recuperar el pH normal, es recomendable enjuagarse la boca previamente con un colutorio o esperar 30 minutos para cepillarnos. Una vez descritos algunos de los errores más frecuentes, ¿sabrías reconocer alguno que estás cometiendo? A modo de resumen, te recomendamos utilizar un cepillo medio o suave para realizar movimientos de barrido en dientes y encías sin llegar a presionarlos. No te olvides de la lengua y usa seda, colutorio y una pasta con flúor, pero sin abusar. Cambia tu cepillo cada tres meses y espera alrededor de 30 minutos para empezar a cepillarte una vez has terminado de comer. Por último, visita a la Dra. Sánchez al menos una vez al año para que te revise y lleve a cabo una higiene profesional. Ten presente que, como en casi todos los aspectos, en Odontología también es mejor prevenir que curar.

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Aftas bucales: Remedios caseros para combatirlas

Todos las hemos sufrido, y la palabra no podría estar mejor escogida. Las aftas bucales son unas pequeñas úlceras de color blanco, y cuando las tenemos deseamos no haberlas conocido nunca. Las aftas bucales aparecen en sitios que ni siquiera recordamos que tenemos: el paladar, la cara interna de las mejillas e incluso la lengua. Ciertas personas se asustan cuando ven que tienen una llaga creyendo que es otro tipo de enfermedad (como el herpes) pero la realidad es que sólo se parecen en la estética, ya que las llagas no entrañan peligro alguno. Hoy en día todavía no sabemos el motivo por el cual aparece, pero sí que sabemos que ciertos problemas en el sistema inmune, determinadas bacterias o virus pueden facilitar enormemente su aparición. No sólo sufrimos llagas cuando tenemos un sistema inmune debilitado, también en pacientes con el sistema de ortodoncia mediante brackets suelen sufrir este tipo de problemas. En cualquier caso, no hay que tomarse esto al pie de la letra: podemos tener una salud de hierro y que un buen día suframos el problema de las llagas. Más allá de lo que comentábamos anteriormente no tenemos que alarmarnos, ya que estos no representan una amenaza real para nuestra salud, lo cual no quita que sean un auténtico estorbo. Por internet hemos encontrado que muchas personas sufren las dolorosas consecuencias de tenerla, pero que por cualquier motivo obvian acudir al médico y deciden buscar remedios con las que combatirlas en la red. Es por ello que hoy hemos elaborado una lista específicamente pensada para esto, con remedios que hemos visto y que muchas personas han constatado que les han resultado efectivas. Remedios caseros para combatir las aftas bucales Antes de nada hay que advertir que si bien esta lista está elaborada para remediar el dolor que las llagas provocan nunca deberá ser sustituida por la opinión de la Dra. Sánchez, quien se encargará de determinar si tenemos un problema puntual o si realmente hay una patología o problemática subyacente que motiva este problema. Una vez dicho esto, comenzamos con la lista: Agua con sal Este remedio ha sido ofrecido en muchas webs, donde todas las opiniones son positivas. Si bien a más de uno le sorprende eso de que vaya bien echarse sal en una herida hay que decir que la sal cuenta con estupendas propiedades de carácter antiséptico, lo que beneficiará para que estas cicatricen más rápidamente. Si bien este es un remedio efectivo y económico tenemos que meter el dedo en la llaga (nunca mejor dicho) admitiendo que cuando te apliques este remedio vas a ver las estrellas un par de segundos. Ingredientes: 200 ml de agua (un vaso). Media cucharadita de sal (2,5g). ¿Qué tengo que hacer? Diluye la sal en el agua, con lo que obtendrás una solución salina. Toma una pequeña cantidad de dicha solución y pasa a hacer gárgaras durante unos 30 segundos. Repite la operación 3 veces al día. Infusión de caléndula Muchas personas conocen la caléndula únicamente de oídas, y desconocen su gran poder antiinflamatorio y antibacteriano. Esto naturalmente repercutirá positivamente en la curación de las aftas. Si bien no es tan simple de encontrar como la sal, seguro que es un método mucho menos “invasivo”. Si no sabes donde encontrar caléndula puedes preguntar en la herboristerías de tu ciudad. Ingredientes: 200 ml de agua (un vaso). Una cucharadita de flor de caléndula (5gr). ¿Qué tengo que hacer? Pon a hervir el agua. Una vez llegue a su punto de ebullición agrégale la cucharada de flores de caléndula y deja que esta infusione. Un par de minutos después retira la infusión y deja que repose. Una vez se haya templado cuélala y usa el líquido para hacer gárgaras 3 veces al día. Leche de coco La leche de coco que se obtiene mediante su pulpa cuenta con unas propiedades antisépticas naturales que nos ayudarán a hacer que las llagas cicatricen rápidamente. Ingredientes: Medio vaso de agua (100 ml). 100 gr de coco rallado. ¿Qué tengo que hacer? Pon a calentar el agua. A continuación, añade el coco y lícualo con la batidora. Una vez hayas hecho esto, cuélalo y quédate con la leche resultada. Enjuágate con ella durante dos o tres veces al día, hasta que las aftas desaparezcan. Gel de aloe vera El aloe vera es conocido por sus múltiples beneficios, y es que desde tiempos inmemoriales se ha usado como antiséptico, calmante, restaurador… Todos los beneficios que ésta conlleva la han llevado al olimpo de la medicina tradicional. Si es tan buena ¿por qué no iba a ayudarte a curar las llagas? Ingredientes: Medio vaso de agua. Una cucharada de gel de aloe vera natural (15 ml). ¿Qué tengo que hacer? Añade el gel de aloe vera y mézclalo usando la batidora. Una vez tengas una mezcla homogénea podrás usarlo como enjuague bucal. Como ayuda extra puedes aplicarte un trocito de aloe vera y untarlo en la herida; sus propiedades bactericidas e hidratantes pueden ayudarte, aunque su olor y textura pueden resultar desagradables. Las aftas bucales son sencillas de eliminar, si sabes cómo Infusión de manzanilla Esta es una infusión tan conocida como útil. Sus propiedades calmantes, antiinflamatorias y antisépticas la convierten en un comodín que podemos usar para beneficiarnos y reducir las aftas. Si tienes una afta de buen seguro agradecerás esta receta. Ingredientes: Un vaso de agua (200 ml). Una cucharada de flores frescas de manzanilla. ¿Qué tengo que hacer? Pon el vaso de agua a hervir, y una vez haya llegado al punto de ebullición agrega las flores de manzanilla. Deja que infusionen durante cinco minutos retiradas del fuego y una vez haya reposado pásalo por un colador y usa este líquido 3 veces al día como enjuague. BONUS: Hielo Como es obvio este remedio es tan simple como económico, y lo podemos usar contra las aftas. Sólo conseguiremos un efecto antiinflamatorio, que sumado al entumecimiento causado por el frío nos ayudará a no notar las molestias que suele causar este tipo de

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Lo que tu lengua dice de tu salud bucodental

La lengua suele ser la gran olvidada durante la rutina de higiene bucodental. Pero si la limpiamos a menudo y le prestamos atención, podemos descubrir muchas claves sobre nuestra salud oral. ¿Qué dice la lengua sobre la salud bucodental? La lengua puede ser la clave para detectar alguna complicación oral a tiempo. Además, en la superficie lingual es donde se almacenan diversas familias de bacterias relacionadas con patologías como la halitosis. Para limpiarla con profundidad existen limpiadores linguales, unos utensilios que se adaptan a su forma para rasparla suavemente. Otra opción para eliminar las bacterias de la superficie lingual es cepillarla con el mismo cepillo. Qué dice la lengua sobre la salud oral Analizar de vez en cuando el aspecto de la lengua puede ser determinante en la prevención oral. Según su tonalidad, la lengua puede darnos mucha información: Tono rojo. Hablamos de un rojo fresa muy intenso. Según diversos expertos este tono indica la falta de vitaminas en el organismo, como por ejemplo de hierro. Color oscuro. Si tu lengua tiene un tono parecido al del café o incluso más oscuro, no es una buena señal para tu salud bucodental. En la mayoría de casos es por la falta de higiene, aunque puede provocar diversas consecuencias: alteraciones en el gusto, mal aliento… La clave para evitar esto está en limpiar la lengua con la misma frecuencia que te cepillas los dientes. Lengua blanquecina. El tono blanquecino en la lengua está asociado a complicaciones graves, aunque en la mayoría de casos se debe al desarrollo de la candidiasis. Lo más recomendable es acudir al odontólogo de confianza para determinar la causa concreta de este tono claro en la lengua. Manchas blancas. Las manchas blancas también causan alarma en muchos pacientes, que suelen ser los fumadores. En muy pocos casos estas manchas están relacionadas con el desarrollo del cáncer bucal, aunque es un porcentaje muy bajo. En cualquier caso es recomendable abandonar los hábitos perjudiciales como el tabaquismo y acudir a la consulta, además de realizar una buena higiene bucodental en profundidad. Manchas o lesiones rojas. En general son pequeñas irritaciones o ampollas, pero si no cicatrizan con el paso del tiempo es imprescindible acudir a un profesional. En otros casos la lengua no presenta un aspecto concreto, pero provoca ardores. Los ardores tienen causas muy diversas: cambios hormonales, reacciones alérgicas… Una lengua sana tiene un aspecto rosado poco intenso. Para evitar estas complicaciones, es fundamental mantener una buena rutina de higiene y no olvidarse de limpiar la superficie lingual.

Prevención

10 tips simples para nuestra higiene dental

Mejorar nuestros hábitos relacionados con la higiene bucodental nos será de gran utilidad a la hora de evitar la aparición de las principales enfermedades dentales. Considerando la importancia de este proceso, en este artículo conoceremos una serie de consejos simples y prácticos relacionados con la higiene de nuestra boca. ¡No te los pierdas! Consejos de higiene bucodental Empezamos este listado de consejos hablando de una situación muy común como es la imposibilidad de cepillarnos los dientes, una situación que afecta especialmente a aquellas personas que no comen en casa y que tienen como alternativa enjuagarse con agua con la finalidad de eliminar las partículas y restos de comida que se quedan en la boca y que son las causantes de las enfermedades orales. Si te preocupa el mal aliento debes saber que los restos de comida que se acumulan en la lengua son la principal causa de esta situación. Así que… ¡Cepíllate la lengua! Cepillarte los dientes después de tomar café o vino tinto evitará la aparición de manchas dentales, siendo un consejo indispensable para aquellas personas que se preocupan por la estética de su boca. Cuando nos cepillamos los dientes debemos considerar la limpieza de la totalidad de caras de la pieza dental, solo de esta forma podremos conseguir una óptima limpieza. Es recomendable el uso del cepillo eléctrico. En caso de que optemos por un cepillo “de toda la vida” es importante elegir un modelo que cuente con las cerdas intermedias. El cepillado dental no se debe hacer mediante movimientos horizontales, sino a través de movimientos verticales y circulares. El uso del hilo dental es clave en nuestra rutina de higiene oral. Gracias a este elemento podremos retirar las partículas de alimentos que se quedan alojados en los espacios interdentales.  Como alternativa, indicada para personas con amplios espacios interdentarios, tenemos el cepillo interproximal. El enjuague bucal representa una excelente forma de finalizar este proceso, aunque es recomendable utilizar un modelo que no contenga alcohol entre sus componentes. Es recomendable que el cepillado dental tenga lugar una vez que han pasado unos minutos después de comer, sin embargo en el caso de consumir productos ácidos es preferible esperar hasta 45 minutos ya que los ácidos residuales que quedan en la boca podrían dañar el esmalte si nos cepillamos los dientes justo después de su consumo. Se recomienda que nos cepillemos los dientes 3 veces al día, es decir, después de cada comida. Como mínimo nos cepillaremos la boca dos veces diarias, siendo de vital importancia el cepillado antes de acostarnos puesto que mientras dormimos es cuando mayor peligro tenemos de contraer una enfermedad dental y ello se debe a que no fabricamos prácticamente saliva (que se encarga de protegernos ante el ataque de las bacterias). En definitiva, en este artículo hemos podido conocer una serie de consejos muy simples y prácticos que nos permiten mejorar nuestro hábito relacionado con la higiene bucodental. ¿A qué esperas para ponerlos en práctica?

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