Clínica Sancal

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Estética dental

Contorneado dental estético en bordes incisales: qué es y para qué se hace

Si observamos detenidamente una de esas portadas de revistas en las que aparecen “sonrisas perfectas” veremos que dichas sonrisas no solamente son armónicas por su impoluto color blanco o su impecable alineación. Sus bordes incisales, es decir, los bordes de los dientes anteriores superiores, están nivelados. Si nos fijamos, no apreciaremos irregularidades ni desniveles entre piezas dentales iguales. En la siguiente imagen podemos comprobar cómo, en la que sería una sonrisa perfectamente nivelada, los dientes anteriores tienen los bordes incisales ordenados por alturas:  Nivelación adecuada en dientes anteriores superiores   El contorneado estético permite realizar pequeñas modificaciones en la longitud y la forma de los dientes ¿Qué es el contorneado dental estético? Algunas personas tienen pequeñas imperfecciones en los bordes incisales que afectan a su sonrisa. Por muy leves o localizados que sean estos defectos, pueden llegar a afear nuestra imagen e, incluso, comprometer nuestra autoestima. Lo cierto es que los pacientes se muestran cada vez más exigentes con su estética dental. Por un lado, demandan cambios notables en su sonrisa y, por otro, desean hacerlo mediante tratamientos mínimamente invasivos. Para corregir algunos de los defectos de nuestros dientes, la Odontología pone a disposición de los pacientes uno de los tratamientos más sencillos que existen: el contorneado dental estético o ameloplastia. Este tratamiento se realiza fundamentalmente en incisivos y caninos superiores. Permite modificar ligeramente tanto la longitud como la forma de un diente mediante una serie de retoques en el borde incisal. Es decir, el contorneado dental estético consiste en eliminar pequeñas cantidades de esmalte para conseguir la apariencia deseada. De esta manera, podremos corregir, por ejemplo, incisivos centrales excesivamente largos o desiguales y caninos demasiado puntiagudos. Tratamiento para incisivos y caninos ¿Cuáles son sus beneficios? El contorneado estético de los bordes incisales es un tratamiento dirigido a personas que únicamente necesitan pequeños retoques en sus dientes. En estos casos, es una técnica especialmente agradecida, ya que permite armonizar la sonrisa del paciente de una manera relativamente sencilla. Por tanto, los principales beneficios de este tratamiento son los siguientes: Rápido: se realiza en una sola sesión Indoloro: no causa dolor ni sensibilidad Sin anestesia: únicamente se trabaja la superficie del diente Antes y después del contorneado dental ¿Qué tratamientos complementarios puedo hacerme? El contorneado dental en bordes incisales es un procedimiento que se complementa muy bien con otros tratamientos de Odontología Estética, como puede ser el blanqueamiento. La combinación de ambos ofrece al paciente resultados muy notables, ya que independientemente de los retoques en los dientes, el blanqueamiento se caracteriza por proporcionar cambios asombrosos en muy poco tiempo. En resumen, el contorneado dental permite conseguir unos buenos resultados siempre y cuando los defectos en los bordes incisales sean mínimos. Sin embargo, no está indicado para problemas severos de posición, forma o tamaño de los dientes. Por tanto, para cambios más radicales sería necesario valorar otras opciones, como puede ser la ortodoncia estética y las carillas de porcelana o composite.

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Tengo un diente amarillo, ¿cómo puedo blanquearlo?

Cuando nos fijamos en alguien, la sonrisa –y los dientes– centran gran parte de la atención que depositamos en el rostro. Por ello, su apariencia juega un papel muy importante. Además de una forma, tamaño y posición indeseados, hay un aspecto estético que preocupa a nuestros pacientes especialmente: el color. Ninguna persona quiere lucir una sonrisa con dientes amarillos. Por eso, cuando los pacientes acuden a nuestra consulta interesados en unos dientes más blancos, tienen claro que uno de los tratamientos que pueden ayudarles a acabar con este complejo es el blanqueamiento dental. Y es que esta mejora que los pacientes creen que van a conseguir con este tratamiento está constatada. Según un artículo publicado en la revista científica Quality of Life Research, a los tres meses de haberse sometido al blanqueamiento, los pacientes ya han comenzado a percibir el impacto positivo que tiene éste en su propia percepción estética. Y, lo que es más, en su calidad de vida desde el punto de vista psicológico. Una vez otorgada al tratamiento la importancia que se merece, vamos a comenzar a desgranar cuáles son los diferentes medios que tenemos a nuestra disposición para blanquear la sonrisa. ¿Qué tipo de blanqueamiento dental necesito? Lo que muchas personas desconocen es que además del blanqueamiento externo tradicional que todos conocemos, existe el blanqueamiento interno. Por este motivo, es importante conocer las diferencias entre ambos. Aunque el dentista pueda determinar en la consulta cuáles son tus necesidades, es recomendable que, como paciente, acudas informado acerca de las características principales que existen entre ambos. Para ello, en el siguiente apartado te vamos a explicar cuáles son las diferencias entre el blanqueamiento interno y el blanqueamiento externo. Diferencias entre blanqueamiento interno y blanqueamiento externo A grandes rasgos, podemos decir que existen dos diferencias fundamentales entre los tipos de blanqueamientos mencionados. Vitalidad del diente Una de las diferencias entre el blanqueamiento dental interno y el externo es que el primero se realiza sobre dientes no vitales y el segundo sobre dientes vitales. Si lleváramos a cabo un blanqueamiento externo tradicional en un diente no vital, no obtendríamos ningún resultado. Esto se debe a que los factores responsables de las decoloraciones que hemos descrito previamente tienen lugar en la cámara pulpar. Por este motivo, el proceso blanqueador del diente tiene que llevarse a cabo desde dentro, es decir, desde las estructuras internas de la pieza dental. Número de dientes Otra de las diferencias entre ambos tratamientos es que el blanqueamiento externo se realiza sobre el conjunto de los dientes, a excepción de los molares, ya que estas últimas piezas dentales son menos visibles. Por su parte, el interno se practica de manera localizada, en aquellos dientes que han sufrido una decoloración cuyo origen está localizado en la cámara pulpar. Una vez dicho esto, es necesario aclarar que ambos tratamientos son compatibles y que muchas personas prefieren combinarlos para obtener mejores resultados. ¿Qué es el blanqueamiento dental interno? Ahora que hemos realizado las distinciones correspondientes, vamos a explicar con detalle qué es el blanqueamiento interno. El blanqueamiento interno es un tratamiento que se lleva a cabo únicamente en dientes que han sido previamente sometidos a una endodoncia o, lo que es lo mismo, no vitales. Este procedimiento permite devolver el color blanco a piezas dentales que, por diferentes motivos, han sufrido una decoloración. A grandes rasgos, esta técnica consiste en la aplicación de un producto blanqueador dentro del propio diente. Aunque se puede realizar en cualquier pieza dental endodonciada, se lleva a cabo en el sector anterior sobre todo, por ser el más visible. Dicho sector anterior incluye los incisivos (centrales y laterales) y los colmillos. Además, una de las principales ventajas de este procedimiento es que es mínimamente invasivo, ya que el proceso blanqueador no lesiona ni merma los dientes. El color oscuro puede aparecer tras una endodoncia o después de que el diente haya sufrido un traumatismo ¿Por qué tengo un diente amarillo? Hay distintos motivos por los que una persona se somete a un blanqueamiento interno. Por un lado, la desvitalización del diente puede producirse tras una endodoncia, ya que cuando se “mata el nervio” la pieza dental tiende a cambiar de color con el tiempo. Además, el oscurecimiento asociado al tratamiento endodóntico también puede deberse a un fallo durante el procedimiento, a que éste se haya realizado de manera incompleta o a la utilización de materiales pigmentantes. Por otro lado, el color oscuro también puede ser consecuencia de un traumatismo recibido en el diente, que tras el impacto se ha necrosado y ha cambiado su tono.   BLANQUEAMIENTO INTERNO – ANTES BLANQUEAMIENTO INTERNO – DESPUÉS ¿Los dientes amarillos tienen solución? Los dientes amarillos son un motivo de preocupación para muchas personas, especialmente cuando no saben a qué se debe. Como acabamos de mencionar, en muchos casos, la decoloración se debe a un golpe recibido hace años -durante la infancia o la adolescencia- y el paciente no es capaz de acordarse. Sin embargo, te recomiendo que ni te preocupes ni obsesiones con tener unos dientes blancos. Afortunadamente, la Odontología moderna tiene soluciones para prácticamente cualquier necesidad, por lo que esto no es una excepción. Cómo aclarar el diente: tratamiento paso a paso Como ya hemos mencionado anteriormente, el requisito fundamental para poder llevar a cabo un blanqueamiento interno es que el diente haya sido endodonciado. Además, es imprescindible que dicho procedimiento se haya realizado correctamente, sin ningún fallo que comprometa el tratamiento blanqueador. Los pasos que llevamos a cabo en nuestra clínica para blanquear un diente son los siguientes: Diagnóstico y estudio inicial En esta primera fase es muy importante determinar el origen de la decoloración y el estado actual del diente. Para ello, nos apoyamos en fotografías y pruebas radiográficas. Toma de color Mediante una guía de colores se registra el tono de los dientes. Apertura de la cavidad Se abre la cavidad pulpar en la que se ha realizado la endodoncia. Limpieza de la cámara pulpar Se retiran los restos de tejido necrótico y materiales pigmentantes para dejar limpio el diente. Aplicación del gel blanqueador Se introduce el producto dentro de la cámara pulpar. Sellado con un cemento provisional Con el sellado se da por finalizada la primera sesión del procedimiento blanqueador del diente. Durante los días siguientes, el gel hará su efecto y pasada una semana el paciente acudirá a revisión. Revisión Retiramos la obturación provisional y el gel blanqueador. Valoramos el color resultante

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6 consejos para que te duren los retenedores más tiempo

Muchos pacientes que llevan ortodoncia piensan que la retirada de los brackets –o Invisalign- supone el fin de su tratamiento y que el haber llevado éstos durante uno o dos años garantiza los resultados de por vida. Sin embargo, este pensamiento está muy lejos de la realidad. Una vez que termina la fase activa del tratamiento de ortodoncia, comienza otra etapa crucial: la retención. ¿Por qué es importante usar los retenedores? La importancia de la retención reside en que solamente el uso adecuado de los retenedores garantiza la estabilidad de los resultados a largo plazo. Como su propio nombre indica, la función de éstos es retener los dientes en la posición alcanzada al finalizar el tratamiento de ortodoncia.     RETENEDORES REMOVIBLES TRANSPARENTES Los dientes tienen una tendencia natural a moverse. Por tanto, si no se usan los retenedores después de la ortodoncia, con el tiempo tratarán de volver a la posición que tenían anteriormente. Dada su importancia, es necesario saber cuidarlos para que duren el mayor tiempo posible -sin que se rompan, pierdan o deterioren- y realicen su función correctamente. Para mantener los resultados del tratamiento, colocamos dos tipos de retenedores -fijos y removibles- y pautamos revisiones cada tres, seis y doce meses ¿Cómo debo cuidar los retenedores? En primer lugar, es necesario aclarar que existen varios tipos de retenedores y que cada ortodoncista puede recomendar unos u otros. De la misma manera, en función del material del que están hechos, pueden requerir unos cuidados u otros. En nuestra clínica, el tratamiento de ortodoncia –ya sea con brackets o con los alineadores de Invisalign– incluye dos juegos de retenedores. Por un lado, colocamos los fijos (barras pegadas a la cara interna del diente) y, por otro, los removibles o Essix (transparentes de quitar y poner).     RETENEDORES FIJOS DE BARRA METÁLICA Con el objetivo de que los retenedores te duren el mayor tiempo posible, te aconsejamos seguir las siguientes recomendaciones: 1. Ten cuidado al quitarte los retenedores: Aunque los retenedores removibles sean resistentes, es importante tratarlos cuidadosamente. Cuando te los quites, intenta alternar el lado por el que lo haces. Es decir, no te saques el retenedor siempre por el mismo lado, porque al tirar lo vas desgastando, lo que provoca que se pueda romper o fisurar. 2. Limpia los retenedores cuidadosamente: Mientras que la limpieza de los retenedores fijos se realiza durante el cepillado de dientes habitual, los removibles deben lavarse cada vez que se retiran. Ten en cuenta que están expuestos, entre otras cosas, a la saliva o al sarro. Por ello, debes lavarlos con un jabón neutro después de quitártelos –por ejemplo, por la mañana tras haberlos llevado toda la noche-. Aunque tengas la tentación, no los limpies con pasta de dientes: los retenedores pierden transparencia y se vuelven blancos. De esta manera, se deterioran sus propiedades estéticas. 3. Guarda los retenedores en su caja: Usa los retenedores removibles el número de horas al día recomendado por tu ortodoncista. Y, cuando no los lleves puestos, guárdalos en la caja que te hayan facilitado para ello. Éste es el lugar más seguro para ellos, ya que si optas por guardarlos en una servilleta de papel –o similar- corres el riesgo de perderlos o tirarlos. 4. Ten cuidado con los dientes incisivos al morder: Si has llevado brackets, sabrás que es necesario tener cuidado a la hora de comer bocadillos a mordiscos. No hay ningún problema por morder el bocadillo, pero si muerdes y acto seguido tiras de él hacia delante –a modo de palanca- puedes romper el retenedor fijo. En lo que respecta al retenedor removible, nunca comas con él. Si lo haces, no solamente podrá romperse y perder la transparencia que lo hace tan estético. Además, se convertirá en un depósito de restos de alimentos y bacterias. COMER BOCADILLO CON RETENEDORES 5. No te muerdas las uñas: Morderse las uñas puede ser un problema de salud, de estética y, en muchos casos, hasta psicológico. Además, es muy perjudicial para mantener los resultados que tanto te ha costado conseguir con el tratamiento de ortodoncia. Este hábito, repetido en el tiempo, ocasiona desplazamientos en los dientes, lo que compromete su alineación. 6. Acude a las revisiones pautadas Una vez que terminas tu tratamiento de ortodoncia, es muy importante que acudas a las revisiones pautadas por tu ortodoncista. En nuestra clínica, las revisiones son a los tres, a los seis y a los doce meses de haber finalizado el tratamiento. Pasados los doce primeros meses, en los que habrás tenido tres revisiones, tendrás que venir a revisión una vez al año.     REVISIONES DE RETENCIÓN CON ORTODONCISTA Como ves, el hecho de llevar retenedores y ser cuidadosos con su uso te permite llevar una vida completamente normal. Puedes comer prácticamente lo que quieras –teniendo ciertas precauciones y retirando los removibles antes- y tampoco molestan ni duelen. Además, no afectan al habla y como la mayor parte del tiempo los removibles los llevarás solamente para dormir, apenas te darás cuenta de que los tienes. Es posible que al principio sientas una sensación extraña al llevar los retenedores, pero con el paso de los días ésta irá desapareciendo y los retenedores se convertirán en una parte más de tu vida que pasa totalmente inadvertida. Pide tu cita

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Los 4 tipos de dientes y su función

Los dientes sirven para masticar y cortar la comida haciendo posible una buena digestión. Cada tipo de diente tiene una forma diferente ya que cumple una función particular. Los 4 tipos de dientes son: Incisivos. Los incisivos son los ocho dientes que tenemos en la parte delantera y central de la boca (cuatro en la parte superior y otros cuatro en la inferior). Estos son los dientes que normalmente utilizas para dar bocados a la comida y poder cortarla. Normalmente los incisivos son los primeros dientes en salir, alrededor de los 6 meses de edad en el caso de la dentición de leche, y entre los 6 y los 8 años, junto con el molar de los seis años, en el caso de la dentición definitiva. Caninos. Tus cuatro caninos son el siguiente tipo de diente en desarrollarse. Los conoces vulgarmente como “colmillo” y son los dientes más puntiagudos, al lado de los incisivos, que sirven para desgarrar la comida. Los caninos de leche aparecen generalmente entre los 16 y los 20 meses de edad desarrollándose antes los caninos superiores que los inferiores. En la dentición definitiva el orden se invierte, los inferiores aparecen alrededor de los 9 años y los superiores entre los 11 y los 12 años de edad. Premolares. Los premolares, o bicúspides, sirven para una 1ª fase masticatoria y trituración previa de la comida. Tienes ocho premolares, cuatro en la parte superior y otros cuatro en la parte inferior de la boca. Los primeros premolares aparecen alrededor de los 10 años y los segundos un año después aproximadamente. Molares. Los molares de leche se utilizan también para masticar y triturar la comida. Estos aparecen entre los 12 y los 15 meses de edad. Estos molares son reemplazados por los primeros y segundos premolares definitivos (cuatro arriba y cuatro abajo). Los molares definitivos no reemplazan realmente a ningún diente, crecen detrás de los dientes molares de leche. Los primeros molares se desarrollan alrededor de los 6 años (antes de que los molares de leche se caigan) mientras que los segundos molares aparecen entre los 11 y los 13 años de edad. Cordales o terceros molares. Los terceros molares son conocidos comúnmente como muelas del juicio. Son los últimos dientes en desarrollarse y típicamente no aparecen hasta los 18 o 20 años de edad. Algunas personas ni siquiera los llegan a desarrollar. En caso de desarrollarse suelen causar problemas por falta de espacio en la boca y en la mayoría de los casos es aconsejable su extracción. Los humanos desarrollamos dos tipos de denticiones, la dentición de leche y la permanente. Aunque el momento en que aparecen una y otra es distinto su desarrollo es parecido. Estos son algunos detalles sobre el crecimiento de nuestra dentadura: Los dientes suelen crecer en paralelo, es decir, un molar superior en el lado izquierdo debería aparecer más o menos en el mismo momento que su gemelo en el lado derecho. El desarrollo de los dientes empieza mucho antes de que sean visibles. Por ejemplo, los primeros dientes de un bebé aparecen alrededor de los 6 meses de edad, pero el desarrollo de esos dientes empieza en realidad durante el segundo trimestre de gestación. La corona del diente se forma primero dentro del hueso maxilar, sin embargo las raíces siguen desarrollándose incluso después de que el diente este completamente visible en boca. Alrededor de los 3 años se completa la dentición de leche (20 dientes) y alrededor de los 6 años empieza la sustitución por los dientes definitivos. Entre los 6 y los 12 años se van desarrollando los dientes definitivos. Primero los incisivos y la “muela” de los 6 años. Alrededor de los 12 años el molar de idem. Las muelas del juicio, o terceros molares, aparecen entre los 18 o 20 años (aunque no todos las desarrollamos). La mayoría de los adultos tienen 32 dientes definitivos. Los dientes definitivos son más grandes y tardan más en salir que los dientes de leche. Las partes del diente El diente se divide en dos parte principales: la corona, que es la parte visible y blanca del diente, y la raíz, que es la parte no visible. La raíz se encuentra debajo de la línea de las encías y ancla el diente al hueso del maxilar. Tus dientes están formados por 4 tipos de tejidos, cada uno con su función. Esmalte: Es la parte visible y dura que cubre la corona del diente. Es la sustancia más dura del organismo, permite cortar y triturar los alimentos y protege al diente de las agresiones externas. Dentina: Se encuentra debajo del esmalte, está calcificada y tiene un aspecto similar al hueso. La dentina no es tan dura como el esmalte por lo que el diente tiene mucho más riesgo de deterioro si el esmalte se ha desgastado. Cemento: Este tejido cubre la raíz del diente y le ayuda a anclarse al hueso. Es más blando que el esmalte y que la dentina; la mejor manera de protegerlo es haciendo un buen cuidado de tus encías. El cemento tiene un color amarillento y en condiciones normales está cubierto por las encías, pero si nuestros cuidados dentales no son los adecuados la encía puede enfermar y retraerse, exponiendo el cemento a las bacterias. Lo que conecta el diente al hueso es el Ligamento periodontal Pulpa: La pulpa se encuentra en el corazón del diente y contiene vasos sanguíneos, terminaciones nerviosas y otros tejidos blandos que alimentan al diente y le dotan de sensibilidad. Si tienes alguna necesidad especial o preocupación que quieras comentar con nosotr@s no dude en pedir tu cita.

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