Clínica Sancal

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Cultura y curiosidades

Enjuague bucal ¿Cuál es el mejor para ti?

Cada día escuchamos en los medios de comunicación publicidad de distintas marcas que prometen tener el enjuague bucal más completo del mercado. Y es que, en los últimos años, cada vez son más personas las que confían en ellos a diario para tener una higiene dental óptima.Pero, ¿cuál es su función? ¿Es realmente importante incorporar su uso a nuestras rutinas de higiene bucodental? ¿Qué es un enjuague bucal? También conocido como colutorio, el enjuague bucal es un complemento empleado en las rutinas de higiene diarias. Los especialistas recomiendan cepillarse los dientes después de cada comida. Sin embargo, con un cepillado tradicional no conseguimos eliminar todos los restos de comida que anidan entre nuestros dientes y encías. Por ello, los odontólogos e higienistas recomiendan el uso de otros complementos de higiene tales como el hilo dental, los cepillos interproximales o los enjuagues bucales. Sólo de esta manera conseguiremos una higiene bucodental óptima. Unos dientes limpios nos permiten mantener nuestra boca en salud, evitando la afección de caries o de enfermedades periodontales –gingivitis y periodontitis-. El uso de esta solución acuosa responde a varios motivos. Funciones de los colutorios Los especialistas recomiendan el uso de colutorios para evitar la formación de placa bacteriana, motivada por la acumulación de restos de comida y colonias de bacterias que anidan entre nuestros dientes y encías. ELIMINACIÓN DE PLACA BACTERIANA CON HIGIENE PROFESIONAL Sin embargo, los enjuagues tienen otros beneficios tales como preservar nuestro aliento fresco o ayudar en la cicatrización de determinadas heridas en la mucosa o en las paredes de la boca. ¿Cuándo está recomendado el uso de enjuagues bucales? Los fabricantes recomiendan realizar enjuagues con colutorios dos veces al día, después de un cepillado exhaustivo. En algunos casos se contempla la posibilidad de hacer uso de los mismos incluso 3 veces al día, pero debemos ser cuidadosos: no debemos abusar del uso de los colutorios, pues sería perjudicial para la salud de nuestros dientes. Además, en algunos casos concretos los especialistas pueden aconsejar el uso de estos enjuagues. Por ejemplo, en el caso de pequeñas heridas en la mucosa o tras una intervención. Es en estos casos en los que están especialmente recomendados aquellos que tienen cierto contenido de clorehexidina. Colutorios con clorhexidina: ¿cuándo están recomendados? La clorhexidina es un antiséptico. Es decir, previene del desarrollo de colonias de bacterias y de su acción perjudicial en nuestra cavidad bucal. Por este motivo, muchos dentistas aconsejan su uso para colaborar en el tratamiento contra enfermedades periodontales –gingivitis o periodontitis-, para acelerar la cicatrización en caso de pequeñas lesiones en la mucosa o para prevenir de infecciones previas a cirugías tales como la extracción de muelas del juicio o la colocación de un implante. Si bien la clorhexidina elimina la formación de placa y previene el crecimiento de bacterias en la boca, los enjuagues que la contienen presentan ciertos perjuicios para la salud de nuestra boca: Un uso superior al recomendado puede generar pequeñas manchas o tinciones tanto en las piezas dentales como en la lengua. Este efecto secundario no está contemplado en el uso excesivo de otros enjuagues sin clorhexidina. El especialista deberá ser quien indique el modo de uso de estos colutorios al paciente. Un empleo inadecuado de los mismos puede atacar a las colonias de bacterias beneficiosas para nuestra salud dental que se alojan en la boca. Por último, los especialistas recomiendan hacer una pausa de 30 minutos entre el cepillado y el uso del colutorio con clorhexidina o realizar un primer enjuague con agua, pues los componentes presentes en los dentífricos podrían anular la acción del producto. Colutorios para niños En el caso de niños, los odontopediatras pueden aconsejar el uso de enjuagues bucales aquellos casos en los que son especialmente proclives a la formación de caries o a padecer enfermedades periodontales.   ENJUAGUE BUCAL PARA NIÑOS Los especialistas consideran pacientes que se encuentran en situación de riesgo y que son, por lo tanto, susceptibles de emplear colutorios después del cepillado son los siguientes: Niños que estén sometiéndose a un sistema fijo de ortodoncia, pues la presencia de un elemento externo en la boca dificulta el acceso a la higiene de todos los recovecos de la boca. Niños que no tienen una dieta equilibrada. Aquellos que tienen adquiridos malos hábitos tales como consumir de manera frecuente alimentos muy ricos en azúcares son más proclives a padecer caries. Pacientes discapacitados que, debido a la medicación que deben tomar de manera habitual, tienen ciertas dificultades en cuanto a la segregación de saliva –no debemos olvidar que ésta colabora en el control de la proliferación de bacterias en nuestra boca-. No debemos olvidar que siempre debe ser el especialista el que paute el colutorio más indicado para el niño y su frecuencia de uso. Además, debemos tener en cuenta que su empleo está recomendado siempre que el niño sea capaz de enjuagarse sin tragarse el contenido –a partir de los 6-7 años, aproximadamente-. En aquellos casos en los que los niños estén en situación de riesgo de padecer caries, gingivitis o periodontitis pero todavía no tengan el desarrollo facial suficiente para mantener el enjuague en la boca, el odontólogo recomendará la aplicación directa del colutorio en las piezas dentales. De esta manera, los padres recurrirán al uso de bastoncitos de los oídos para asegurar la correcta salud dental de los niños. Teniendo en cuenta estas consideraciones, ¿cómo sabes que estás acertando a la hora de escoger un enjuague bucal? ¿Qué enjuague bucal es el mejor para mí? En el mercado existe una gran variedad de enjuagues bucales con distintos fines: anticaries, destinados a mejorar la salud de nuestras encías, para prevenir el mal aliento, etcétera. Por lo tanto, será el especialista quien, analizando tu caso, te recomiende el uso de uno u otro para mejorar la salud de tu boca.   COLUTORIO CON CLORHEXIDINA ¿Qué consideraciones debo tener en cuenta a la hora de usar un enjuague bucal? En primer lugar, debemos saber que el colutorio es un elemento de higiene complementario. Su uso ayuda a tener una salud bucodental óptima, pero no sustituye bajo ningún concepto la acción del cepillado tradicional o el uso del hilo dental. A la hora de elegir uno u otro debemos consultar siempre al especialista. Éste

Buenos hábitos

Encías inflamadas: cuáles son sus causas y cómo solucionarlo

Se entiende por encía inflamada aquella que tiene una apariencia agrandada, hinchada o más prominente de lo normal. Normalmente, es el propio paciente el que es capaz de apreciar el problema de sus encías a simple vista, al observar cambios evidentes en su grosor o coloración. La inflamación de encías o inflamación gingival es muy común entre la población. De hecho, la Sociedad Española de Periodoncia y Osteointegración (SEPA) afirma que solamente el 14,8% de los adultos de entre 35 y 44 años tiene las encías sanas. El resto tiene una enfermedad periodontal: el 59,8% padece gingivitis y el 25,4% sufre periodontitis o piorrea. Por si esto fuera poco, el porcentaje de encías sanas disminuye a medida que la edad avanza: únicamente el 10,3% de los personas de entre 65-74 años puede presumir de tener unas encías sanas. Debido a la frecuencia de este problema, se puede cometer el error de no prestarle atención. Sin embargo, aunque aparentemente carezca de importancia, es fundamental determinar las causas de la inflamación de encías para establecer el tratamiento más adecuado y poder curarlas. Causas: ¿por qué se inflaman las encías? La inflamación gingival puede deberse a factores muy diversos que van desde una irritación temporal causada por un alimento o un producto que estemos usando a una enfermedad periodontal compleja. En función de la causa de la hinchazón, ésta se puede solucionar de diferentes maneras. En el caso de que exista una enfermedad periodontal, es importante  prestarle especial atención, ya que lo que comienza como una simple acumulación de sarro puede derivar en una periodontitis grave. En este punto, se debe tener en cuenta que la piorrea no solamente afecta a las encías, sino que produce daños en los huesos que sostienen los dientes. Éstos, como consecuencia, terminan cayéndose. ENCÍAS INFLAMADAS Y ENROJECIDAS A continuación, te explicamos las causas más comunes de la inflamación de encías, así como sus soluciones: Gingivitis Es la primera fase de una enfermedad periodontal y, sin un tratamiento adecuado, deriva en periodontitis. La gingivitis se produce por la formación de depósitos de sarro que no son eliminados durante la higiene diaria. Se manifiesta con sangre durante el cepillado o el uso del hilo dental. Otros síntomas que nos pueden poner sobre la pista serían el sangrado espontáneo, la inflamación o la coloración morada. El tratamiento contra la gingivitis más efectivo combina una sesión en la clínica con el seguimiento en casa de las pautas entregadas por nuestros profesionales. Es decir, en la consulta llevamos a cabo una limpieza profesional o profilaxis y explicamos al paciente las instrucciones de higiene dental específicas para su caso. Solamente el 14,8% de los adultos de entre 35 y 44 años tiene las encías sanas. El resto tiene gingivitis (59,8%) o periodontitis (25,4%) Periodontitis En el supuesto de que la gingivitis progrese a una periodontitis, la acumulación de bacterias derivará en la formación de bolsas periodontales entre la encía y el diente, que cada vez tendrán más capacidad para albergar un mayor número de bacterias. Tal y como ya hemos avanzado, lo que hacen estas bacterias es destruir progresivamente los huesos, encías y tejidos que sostienen los dientes. Y, la peor consecuencia que tiene este proceso para la boca es la pérdida de la pieza dental. Pero, además, dicho proceso puede tener lugar de manera silenciosa y parecer menos agresivo de lo que realmente es. Por ejemplo, la inflamación de las encías puede llegar a cubrir parte de los dientes y enmascarar la destrucción de las papilas interdentales (pequeños triángulos negros que aparecen entre los dientes). Una vez la encía se ha desinflamado, se aprecia la destrucción del tejido.   TRIÁNGULOS NEGROS POR DESTRUCCIÓN DE PAPILAS   Para curar la piorrea es fundamental llevar a cabo un buen tratamiento periodontal. Dado que el tratamiento contra la periodontitis es ofrecido en numerosas clínicas, vamos a detallar cómo debe ser este procedimiento para que sea efectivo. Para curar la periodontitis es fundamental realizar un raspado y alisado radicular (curetaje), un estudio microbiológico y mediciones para llevar un seguimiento de los niveles de sarro. Una vez que la enfermedad periodontal está curada,  se debe garantizar que no vuelva a aparecer. Para ello, será necesario que el paciente siga en su casa las instrucciones sobre higiene proporcionadas por el periodoncista. Y que, además, acuda a la consulta del dentista para que el profesional lleve a cabo mantenimientos o limpiezas regulares. En la mayoría de ocasiones, el tratamiento periodontal es suficiente para curar la enfermedad. Sin embargo, si el problema se encuentra en una fase especialmente avanzada, será necesario recurrir a la cirugía periodontal. Déficit nutricional Las encías inflamadas también pueden deberse a la falta de algún nutriente como vitamina C o hierro. En este caso, la solución sería sencilla: llevar una alimentación más equilibrada. Relación con el sistema endocrino La inflamación gingival puede estar provocada por cambios hormonales, lo que hace que en algunos casos afecte más a las mujeres. Dichas alteraciones hormonales se producen en momentos como los siguientes: durante el embarazo, después del parto, en diferentes fases del ciclo menstrual o en la pubertad. Brackets, dentaduras u otros aparatos dentales (fijos o removibles) La colocación de determinados aparatos -una ortodoncia o una prótesis dental- puede dificultar la higiene diaria e irritar las encías. Para evitar la irritación de encías, es necesario ser especialmente riguroso con el cepillado. Esto implica lavarse los dientes después de cada comida tratando de llegar a todas las caras de la pieza dental. Sensibilidad a la pasta o al enjuague dental Existen numerosas marcas en el mercado que ofrecen productos similares (Listerine, Lacer, Oraldine…). Por eso, si experimentas irritación con la pasta o el enjuague utilizados habitualmente, te recomendamos que pruebes otro producto. Cuando lo hagas, presta atención al efecto que produce en tus dientes y encías. CEPILLADO DE DIENTES, LENGUA Y ENCÍAS Consumo de determinados medicamentos En el caso de que seas capaz de relacionar la inflamación de encías con el consumo de un fármaco, informa a tu médico inmediatamente. Vigila tu boca Te recomendamos que acudas a la consulta del dentista cuando aprecies un cambio en tus dientes o encías que dure varios días Remedios caseros para la inflamación de encías Antes de nada, vamos a aclarar que si notas tus encías inflamadas lo más recomendable es que acudas a un periodoncista, ya

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La diabetes y los problemas de salud bucal

La diabetes es una enfermedad crónica que se caracteriza por unos niveles altos de glucemia, es decir, del azúcar en sangre, debida a una producción anormal de insulina o a un mal aprovechamiento de la misma por parte del organismo, o a la combinación de ambas causas. En consecuencia, la glucosa se queda en la sangre, sin llegar a las células que no reciben la energía que precisarían para su funcionamiento normal. La insulina es una hormona que produce el páncreas para controlar los niveles de glucemia en el proceso que convierte los alimentos en energía. La glucosa es la mayor fuente de energía del cuerpo y se obtiene de la descomposición de los alimentos durante la digestión. En este proceso, la glucosa pasa del intestino delgado al torrente sanguíneo, desde donde llega a todas las células. El páncreas produce la insulina para transportar la glucosa por la sangre hasta los músculos, la grasa y las células hepáticas, donde se utiliza como energía. La enfermedad más severa en las encías se llama periodontitis. En esta etapa, las encías comienzan a separarse de los dientes. Se forman bolsas entre los dientes y las encías. Estas se llenan de gérmenes y pus, y se vuelven más profundas. Cuando esto sucede, es posible que necesite cirugía en las encías para salvarle los dientes. Si no se hace nada, la infección destruye el hueso alrededor de los dientes. Es posible que se le comiencen a mover o soltar los dientes. Tal vez se le caigan los dientes o sea necesario extraerlos. ¿Existe una relación entre la diabetes y las enfermedades en las encías? Muchos de los casi 30 millones de estadounidenses que tienen diabetes se sorprenderían de saber que las enfermedades en las encías son una de las complicaciones atribuidas a la diabetes. Los estudios demuestran que las personas con diabetes tienen mayor incidencia de enfermedades en las encías y estas se suman a la lista de otras complicaciones relacionadas con la diabetes, tales como enfermedades cardíacas, derrames y problemas renales. ¿Es un círculo vicioso? Estudios recientes también indican que existe un círculo vicioso entre la diabetes y las enfermedades avanzadas en las encías. Las personas con diabetes no solo son más susceptibles a tener enfermedades avanzadas en las encías, sino que estas pueden afectar el control de la glucosa en la sangre y contribuir al avance de la diabetes. Los estudios indican que las personas con diabetes corren un mayor riesgo de problemas de salud bucal como gingivitis (enfermedad de las encías en su etapa inicial) y periodontitis (enfermedad avanzada de las encías). Las personas con diabetes corren un mayor riesgo de periodontitis porque generalmente son más susceptibles a infecciones bacterianas y tienen menor capacidad de combatir las bacterias que invaden las encías. El Informe sobre la Salud Bucal del Director General de Sanidad afirma que la buena salud bucal es un aspecto integral de la salud en general. Así que asegúrese de cepillarse y usar hilo dental correctamente, y hágase chequeos dentales con regularidad. Si tengo diabetes, ¿tengo mayor riesgo de problemas dentales? Si su nivel de glucosa en la sangre no está bien controlado, tendrá mayor probabilidad de tener una enfermedad avanzada en las encías y perder más dientes que las personas sin diabetes. Como con todas las infecciones, una enfermedad avanzada en las encías puede ser un factor que causa el aumento de la glucosa y dificulta el control de la diabetes. Otros problemas bucales relacionados con la diabetes incluyen candidiasis, una infección causada por un hongo que crece en la boca, y sequedad de la boca, que puede causar dolor, úlceras, infecciones y caries. ¿Cómo puedo prevenir problemas dentales relacionados con la diabetes? En primer lugar, contrólese el nivel de glucosa en la sangre. Luego, cuídese bien los dientes y encías, y hágase chequeos cada seis meses. Para controlar la candidiasis, una infección con hongos, contrólese bien la diabetes, evite fumar y, si usa dentaduras, sáqueselas y límpielas a diario. El buen control de la glucosa también puede ayudar a evitar o aliviar la resequedad en la boca causada por la diabetes. ¿Qué puedo esperar en mi chequeo? ¿Debo decirle al dentista que tengo diabetes? Las personas con diabetes tienen necesidades especiales, y la Dra. Sánchez, su dentista está equipada para satisfacer esas necesidades, con su ayuda. Mantenga informado a la Dra. Sánchez de cualquier cambio en su estado de salud y si está tomando algún medicamento. Posponga cualquier procedimiento dental que no sea de emergencia si no tiene bien controlada la glucosa. Hay muchas formas de colaborar con DiabetesCERO. DONA ESPERANZA A SU FONDO DE INVESTIGACIÓN.

Cultura y curiosidades

Claves para lavarse los dientes: cuánto, cómo y cuándo hacerlo

¿Sabes cómo lavarte los dientes? Si un encuestador te hiciese esta pregunta de golpe mientras caminas tranquilamente por la calle, lo más probable es que respondas un sonoro SÍ sin dudarlo. Llevas haciendo esta tarea desde pequeño —probablemente empezaste con dos o tres años— y no se te pasa por la cabeza que puedas estar haciéndolo mal. Pero lo cierto es que quizás te equivoques. La última Encuesta sobre la Salud Bucodental de los Españoles, realizada en 2010 por el Consejo de Dentistas, recogía que un 12% de los españoles no se cepilla a diario y un 2,3% no lo hace nunca. Quizás estés entre el 85% restante pero no quiere decir que lo estés haciendo totalmente bien. Sin ir más lejos un 30% de los encuestados en 2010 descubrieron que no se lavaban tantas veces al día como deberían. Luego ya están otros asuntos como el tipo de cepillo que debemos usar, la cantidad de pasta que debemos poner y los alimentos que debemos consumir (o evitar) para cuidar la dentadura. ¿Sabes qué se necesita en cada uno de estos casos? Expertos en salud bucodental han respondido a estas preguntas y han aclarado algunas cuestiones relativas a los tiempos, el tipo de dentífrico o el método que debemos emplear. Porque en esto del cepillado es tan importante el cuánto (tiempo invertimos) como el cómo (se hace). Una vez que hayas terminado de leer las recomendaciones, vuelve al principio y responde: ¿Sabes cómo lavarte los dientes? Quizás para entonces la respuesta cambie.   Cuestión de pasta…y de cepillo Para cepillarse los dientes son necesarios dos instrumentos: el cepillo y la pasta. Pero no vale cualquiera, hay que saber elegirlos. «El cepillo debe ser suave o medio en función de las circunstancias de cada persona (nunca recomendamos cepillos duros) y debe estar en buen estado de conservación (habría que renovarlo cada tres meses aproximadamente)», recomienda la doctora Sara Sánchez. Los cepillos demasiado duros deben ser desterrados de nuestro neceser por varias razones. Un cepillo con cerdas demasiado duras puede desgastar el esmalte, que tiene una tonalidad blanca, haciéndolo más fino y provocando que se vea la dentina, que está debajo y cuya tonalidad es más amarilla. Además puede dañar las encías provocando su retracción y quedando expuesta la raíz de la pieza dental, lo que puede generar problemas. Los cepillos eléctricos podrían ser también una opción, pero no LA opción. «Aconsejamos su uso en casos especiales cuando con el cepillado manual no se consigue un adecuado control de placa o en casos de restauraciones múltiples o aparatos de ortodoncia. En esas circunstancias aconsejaríamos un cepillo eléctrico con sensor de presión y cabezales específicos para cada situación», continúa Izquierdo. En cuestión de pasta no sólo importa cuál, también el cuánto. Si nos fiásemos de los anuncios de la tele cada vez que nos lavásemos los dientes llenaríamos en cepillo de una buena dosis de dentífrico. Sin embargo, esto no debería ser así. «Con un guisante sería suficiente», explica la Dra. Sánchez. «La pasta debe tener flúor —cuando hablamos del lavado de una persona adulta— porque ayuda a la remineralización de los dientes y hace que el diente esté más protegido ante posibles ataques de bacterias, la presencia de flúor en la superficie dental reduce la solubilidad del esmalte, dándole mayor dureza y haciéndolo mas resistente a la acción de los ácidos y por ende a la producción de caries dental.   Una pasta fluorada es importante y no lo es tanto una blanqueadora. El efecto que se consigue es menor del esperado, se recomienda su uso para el «mantenimiento después de un tratamiento de blanqueamiento en la consulta».   Dos veces mínimo: la noche, INNEGOCIABLE Lo ideal en higiene bucondental es cepillarse justo después de cada comida pero teniendo en cuenta que los expertos en nutrición recomiendan realizar cinco comidas diarias, esto se antoja bastante imposible. Como mínimo debemos lavarnos los dientes dos veces al día, una después del desayuno y la otra, la más importante, después de la cena. La recomendación es que si sólo se hacen dos cepillados, el segundo debe ser tras el desayuno para que no pasen demasiadas horas sin cepillarse. A partir de más de 10 horas pueden producirse más bacterias en la boca, que son las que producen las caries. Y si el cepillado de la mañana es importante, más lo es el de la noche. Durante el sueño se produce menos saliva, lo que se conoce como xerostomía. La saliva es un componente natural de nuestro organismo que tiene la misión de defender y proteger la boca. Ayuda a proteger de los agentes que pueden atacar el esmalte o provocar enfermedades. Esto se traduciría en una boca menos protegida. Y más si el paciente duerme con la boca abierta o ronca por lo que la placa bacteriana sería más nociva en ese lapso de tiempo. A todo esto se une que al dormir no hay movimiento de la lengua ni de los labios que contribuyen al llamado mecanismo de autolimpieza. Es por ello que el lavado nocturno resulta imprescindible, que se debe hacer a conciencia utilizando hilo dental, para llegar a los espacios a los que no llega el cepillo y donde se estancan las bacterias que darán paso a las caries, y colutorio, que en ningún caso puede sustituir al cepillado.     Barrer y no fregar No hace falta levantarse de la mesa inmediatamente después de comer el último bocado para irse a lavar los dientes, pero tampoco hay que dejar esperar demasiado tiempo para realizar el proceso. Sólo existe una excepción: si la dieta es predominantemente ácida (cítricos, vinagre…), lo ideal sería esperar 30 minutos para lavarnos los dientes y más si la persona sufre hipersensibilidad dentaria. De esta forma se evitaría frotar el ácido contra la dentadura y así evitaríamos repartirlo o por toda la boca e intensificar su efecto nocivo.   La duración del cepillado y el método utilizado son claves fundamentales el éxito del proceso. El tiempo de

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Cómo solucionar la sensibilidad dental en 4 pasos

Estamos casi seguros de que la has sufrido alguna vez. Ya sea por una caries, por tener las encías retraídas, o por cualquier otro motivo, es probable que hayas experimentado sensibilidad dental. Y es que la sensibilidad en los dientes es una dolencia muy común entre la población general. Afecta a 7 de cada 10 personas adultas y suele aparecer entre los 18 y 40 años de edad, con una prevalencia mayor entre las mujeres.   ¿Qué es la sensibilidad dental? Esta dolencia -también  llamada hipersensibilidad dentaria- es un dolor breve aunque muy agudo que se produce en un diente concreto o en una zona de la boca que entra en contacto con un estímulo externo. Para ser más exactos, se produce cuando la dentina -parte interna del diente- queda expuesta y entra en contacto con estímulos térmicos (bebidas o alimentos muy fríos o calientes), químicos (sustancias dulces o ácidas) o táctiles (presión con los dedos, cepillado de dientes, uso de instrumentos odontológicos…).   ¿Cuáles son los síntomas de la sensibilidad en los dientes? El dolor producido por la sensibilidad dental es fácilmente reconocible y, a la vez, muy desagradable para quien lo experimenta. Podríamos decir que sus síntomas -y características- son los siguientes: Dolor muy intenso y localizado Responde a una reacción externa Desaparece en cuanto el estímulo deja de tener contacto con el diente o la zona sensible Si esta sensibilidad excesiva no fuera transitoria y persistiera tras el cese del estímulo externo, o no estuviese muy localizada, mi consejo sería que acudieras cuanto antes a la consulta de tu dentista. Esto se debe a que existiría la posibilidad de que padecieras algún tipo de enfermedad bucodental y, en dicho caso, tendrías que ser valorado por un odontólogo. De esta manera, podría realizar un diagnóstico adecuado.   ¿Cuál es el origen de la hipersensibilidad dentaria? El motivo por el cual padecemos sensibilidad en los dientes es porque la dentina -habitualmente protegida por la encía, el cemento radicular y el esmalte del diente- pierde dicha protección natural y queda expuesta a los estímulos externos. La dentina está compuesta por miles de tubos microscópicos, denominados túbulos dentinarios, cuya función es conectar la parte externa de los dientes con las terminaciones nerviosas de éstos. Por lo tanto, cuando la dentina queda al descubierto, los túbulos permiten que el calor, el frío o los ácidos de los elementos externos mencionados se reflejen en los nervios y células del diente, provocando los síntomas antes descritos.   Uno de los motivos más frecuentes de sensibilidad dental es la existencia de caries. Acude al dentista si notas molestias cuando te cepillas los dientes o comes alimentos y bebidas muy fríos o calientes ¿Qué causas provocan dientes sensibles? Ahora que hemos explicado el origen de la sensibilidad dental, vamos a detallar las causas por las que la dentina puede quedar expuesta a los estímulos externos. En la mayoría de ocasiones, esto puede darse debido al estilo de vida y los hábitos de higiene de las personas. Dicho esto, las causas de los dientes sensibles son las siguientes: Te interesará »  Los tres peores efectos del tabaco en tu salud bucodental 1. Caries Cuando una caries atraviesa el esmalte y llega hasta la dentina, sentiremos una gran sensibilidad ante los alimentos fríos, calientes o ácidos. Solución: realizar un empaste dental tan pronto como advirtamos la caries. 2. Dientes rotos o astillados Al igual que en el caso de la caries, cuando un diente se rompe, y la fractura alcanza la dentina, aparecerá la sensibilidad dental. Solución: colocar una corona. 3. Empastes desgastados Cuando un diente que ha tenido caries se empasta, puede suceder que con el tiempo el empaste se vea desgastado por un cepillado agresivo o por la erosión causada por productos particularmente ácidos. En esos casos, la dentina vuelve a verse expuesta provocando la sensación de dientes sensibles. Solución: será necesario que el dentista revise el empaste antiguo y vuelva a realizarlo. 4. Encías retraídas La retracción de encías puede deberse a un cepillado agresivo o a una enfermedad periodontal (periodontitis). En cualquier de los casos, la retracción deja expuesta la raíz del diente, que es muy sensible y habitualmente está protegida por la encía. Sin embargo, la solución a la sensibilidad dental provocada por las encías retraídas dependerá de cada caso. Solución: si se debe a un cepillado agresivo, se podrá realizar un injerto de encía. Sin embargo, si la causa es una periodontitis, lo primero que habrá que hacer es ponerse en manos de un periodoncista para que paute un tratamiento periodontal que frene la enfermedad. 5. Esmalte dental desgastado El esmalte dental puede desgastarse debido a varios factores: el uso de una pasta muy abrasiva combinado con un cepillado muy agresivo, el hábito de apretar o rechinar los dientes (bruxismo) o la costumbre de ejercer demasiada fuerza durante la masticación. Solución: dado que el esmalte de los dientes no se regenera, será necesario realizar una restauración sencilla con composite, colocar una carilla de porcelana o composite o poner una corona (si el desgaste es muy agresivo). En el caso de las personas bruxistas, será fundamental fabricar, además, una férula de descarga -tipo Michigan- para que el paciente la utilice por las noches. 6. Erosión dental por ácidos El consumo habitual de alimentos y bebidas muy ácidas (zumos de cítricos, refrescos…) puede provocar la erosión del diente o la descalcificación del mismo dejando vía libre a los túbulos dentinarios. Solución: para evitar que la sensibilidad dental aumente será muy útil restringir el consumo de comidas ácidas. Y, además de esto, el dentista deberá valorar el grado de erosión, para determinar si hay que llevar a cabo algún tipo de restauración. 7. Tras un empaste dental Una vez retirada la caries y realizado el empaste, el diente empastado podrá sufrir una sensibilidad excesiva. Esto se debe a que el relleno que se utiliza produce una pequeña contracción al solidificarse, lo que, a su vez, provoca una tensión en el diente que se refleja en el nervio. Solución: la hipersensibilidad cesa con el paso de los días. 8. Después de un blanqueamiento dental Los productos que se utilizan a la hora de realizar un blanqueamiento dental pueden hacer que los dientes se vuelvan sensibles durante un periodo de unas dos semanas. Solución: el dolor después de un blanqueamiento dental se calma por sí mismo. Pero, si no lo puedes aguantar, te recomiendo que consultes con tu dentista, médico o farmacéutico el uso de un analgésico. 9.

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¿Sabes cuál es la enfermedad bucodental más común y cómo prevenirla?

Al igual que ocurre con otras partes de nuestro cuerpo, debemos proporcionar a la boca unos cuidados específicos con el objetivo de mantener unos dientes y encías sanos de por vida. Sin embargo, también es verdad que hay determinadas enfermedades que tienen una gran prevalencia entre la población y tienen más posibilidades que otras de aparecer en algún momento de nuestra vida. Este es el caso de la caries: no solamente es el problema bucodental más común, sino que además es la segunda enfermedad más habitual en España, por detrás del resfriado.   ¿Cuáles son las enfermedades bucodentales más comunes? 1. Caries Como acabamos de mencionar, de todas las enfermedades que comprometen nuestra salud en general, la caries es la segunda más común.  Se estima que afecta al 90% de la población mundial, por lo que es probable que la padezcas o hayas padecido. En la mayoría de ocasiones, la caries aparece en niños y adultos jóvenes, aunque puede desarrollarse a cualquier edad. El origen de la caries está en la destrucción de tejidos del diente, que tiene lugar como consecuencia de diferentes factores. Estos desencadenantes están relacionados fundamentalmente con los hábitos de higiene y nutrición: acumulación de placa bacteriana, consumo de azúcares y ácidos presentes en muchos alimentos y bebidas, higiene bucodental deficiente… Además, hay algunas personas que tienen mayor predisposición genética a padecer caries. Sin embargo, éste es un factor que influye en menor medida. De la misma manera que la enfermedad aparece de manera muy frecuente, el tratamiento para combatirla es sencillo: el empaste u obturación. Este procedimiento consiste en limpiar la cavidad del diente en el que se encuentra la caries para posteriormente rellenarla con composite. Dicho esto, es muy importante tratar la caries cuando muestra sus primeros síntomas: dolor o molestias en los dientes, especialmente al ingerir alimentos y bebidas dulces así como muy calientes o frías. Si la caries se deja avanzar, dañará más el diente y requerirá una endodoncia, que es un tratamiento más complejo que el empaste u obturación. Y, si no se trata, a la larga provoca la pérdida de dientes. No hay que olvidar que la caries es la primera causa de pérdida prematura de dientes en personas jóvenes. La caries es la enfermedad bucodental más común y la primera causa de pérdida prematura de dientes. 2. Gingivitis Al igual que en el caso de la caries, la higiene juega un papel fundamental en la aparición de la gingivitis. La gingivitis se caracteriza por la inflamación y el sangrado de las encías provocados por las bacterias que se desarrollan debido a la acumulación de placa bacteriana.     INFLAMACIÓN Y SANGRADO DE ENCÍAS Los síntomas que provoca esta enfermedad son, por tanto, muy claros. El sangrado que aparece durante el cepillado es la primera señal de alarma. Si te sucede, visita a tu dentista lo antes posible, ya que si la gingivitis es tratada a tiempo, es muy fácil de combatir. Su tratamiento consiste fundamentalmente en una limpieza bucodental profesional y en extremar las técnicas de higiene en casa. Sin embargo, si no se trata a tiempo, a la larga comienza a afectar al hueso y deriva en una periodontitis. Tal y como explicaremos en el punto siguiente, esta enfermedad bucodental es mucho más compleja. Como muestra de la prevalencia de la gingivitis entre la población, se estima que en España solamente el 14.8% de los adultos de entre 35 y 44 años tiene las encías sanas. Por su parte, el 59,8% tendría gingivitis y el 25,4% periodontitis. En individuos mayores de 65 años, el porcentaje de encías sanas es aún menor: 10,3%. El resto tiene una enfermedad periodontal: 51,6% tendría gingivitis y el 38% tendría periodontitis.   3. Periodontitis Tanto a la gingivitis como a la periodontitis se les conoce con el nombre de enfermedades periodontales. Como ya hemos mencionado en el punto anterior, la periodontitis es la consecuencia de una gingivitis que no ha sido tratada correctamente.     GINGIVITIS VS PERIODONTITIS Aunque la periodontitis también se puede curar, su tratamiento es más complejo que el de la gingivitis. Éste requiere, entre otros, mediciones para comprobar la profundidad del sarro acumulado en las encías, análisis microbiológico, raspado y alisado radicular, etc. Es precisamente por la mayor complejidad del tratamiento por lo que se recomienda acudir a un periodoncista nada más advertir los primeros síntomas de la gingivitis (inflamación y sangrado de las encías). Si se deja progresar la enfermedad, las bacterias causarán cada vez un daño más profundo y llegarán al hueso, que no hay que olvidar que actúa como soporte del diente. De esta manera, aparecerán otras señales de alarma: mal aliento, recesión de encías, aparición de triángulos negros entre los dientes, movilidad de piezas dentales… Todo esto llevará a consecuencias irreversibles: si se causa un daño progresivo en el hueso que soporta el diente, a la larga se producirá la pérdida de dientes.   4. Cáncer bucal El cáncer oral o bucal se produce con mayor frecuencia en los labios y la lengua. Sin embargo, también desarrollarse dentro de la boca y comprometer las encías, el paladar y la garganta. Aunque cualquier persona (de cualquier edad y sexo) puede padecer cáncer oral, éste afecta en mayor medida a los hombres mayores de 40 años. Bien es cierto que la genética juega un papel esencial en el desarrollo del cáncer. Sin embargo, existen otros factores de riesgo muy importantes. Estos son el tabaquismo y el alcohol. Como en cualquier otra enfermedad, la detección temprana es fundamental en el éxito del tratamiento. Por eso, es importante saber identificar los primeros síntomas y acudir a revisiones regulares con el dentista. Dichos síntomas pueden ser: Úlceras o llagas en la lengua, los labios o cualquier otra parte de la boca Manchas blancas o rojas en la lengua, en las encías o cualquier otra parte de la boca Problemas o dolor al masticar o deglutir Dificultades en el habla Dolor en alguna parte de la boca, sin explicación aparente No hay que olvidar que a pesar de que conozcamos determinados síntomas, el odontólogo es el profesional que cuenta con mayor experiencia y conocimientos para advertirlos.   5. Halitosis El mal aliento o la halitosis comprenden el conjunto de olores desagradables que se emiten a través de la boca. Existen dos tipos de halitosis: oral y extraoral. En el 90% de los casos, el mal aliento tiene su origen en la propia boca. En estos casos, el olor desagradable se debe fundamentalmente a una higiene deficiente, el tabaco o enfermedades periodontales (gingivitis y periodontitis).

Cultura y curiosidades

6 hábitos que tu hijo adolescente debe tener para cuidar sus dientes

Durante la niñez, es fundamental que los padres eduquen a sus hijos en la importancia de mantener unos buenos cuidados e higiene bucodental. A edades tan tempranas, estos buenos hábitos se refieren especialmente al cepillado y a la alimentación. Pero, además, es importante que los niños sean familiarizados con el dentista para que no desarrollen fobias que les supongan un verdadero problema en el futuro. Así, será más fácil que durante la adolescencia -una época llena de cambios en la que la persona comienza a ser más autónoma- los hijos continúen con los buenos hábitos adquiridos en la niñez. De la misma manera, si los adolescentes son conscientes de la importancia de mantener dichos hábitos, los perpetuarán con el paso de los años, lo que repercutirá positivamente en la sonrisa que tengan en el futuro. Y es que una cosa está clara: conocer las medidas preventivas para cuidar la salud bucodental y llevarlas a cabo reduce considerablemente la necesidad de someterse a tratamientos invasivos o dolorosos en la edad adulta. El hecho, a su vez, de evitar tratamientos complejos se traducirá en un importante ahorro de dinero.   Cuidado con los refrescos: se estima que una lata de 330 mililitros contiene alrededor de 6 cucharillas de azúcar. ¿Cómo cuidar la salud bucodental en la adolescencia? Como ya hemos señalado anteriormente, la adolescencia es una etapa clave tanto para continuar con los hábitos inculcados durante la niñez como para adquirir rutinas nuevas que se llevarán a cabo toda la vida.   NIÑO EN EL DENTISTA Por tanto, se recomienda que los padres supervisen los siguientes hábitos de sus hijos:   1. Higiene: cepillarse los dientes al menos dos veces al día Lo ideal es que el cepillado se haga después de cada comida. Sin embargo, entendemos que cumplir esta rutina no sea tan fácil cuando el adolescente está en el colegio o el instituto. Si no puede ser después de cada comida, el adolescente debe cepillarse los dientes al menos dos veces al día: por la mañana y por la noche. Este cepillado debe durar un mínimo de dos minutos y debe acompañarse del uso de una pasta dental con flúor. De esta manera, se eliminará la placa que tiende a acumularse entre los dientes y que, además, es la causante de la caries. Además, tras el cepillado siempre se debe utilizar el hilo dental. Con ello, se retirarán todos los restos de alimentos que han quedado entre las piezas dentales y que las cerdas del cepillo no han conseguido eliminar.   RUTINA DE CEPILLADO DIARIO Y, por último, recomendamos el uso de enjuague bucal tras el último cepillado del día: antes de irse a la cama.   2. Nutrición: alimentación sana y equilibrada Si no se les conciencia sobre la importancia de llevar una dieta sana y equilibrada, los adolescentes tenderán a consumir alimentos y bebidas ricos en azúcares que, sin embargo, tienen un escaso contenido nutricional. Este es el caso de los caramelos o chucherías y de los refrescos. En el caso de los primeros, se recomienda reducir su ingesta al máximo y sustituirlos por sus variedades sin azúcar. En el caso de los segundos, contamos con un dato alarmante. Se estima que una lata de refresco de 330 mililitros contiene alrededor de 6 cucharillas de azúcar. Por tanto, estas bebidas no solamente pueden causar caries. Además, contienen ácidos que dañan y erosionan el esmalte dental. Al igual que con las chucherías, recomendamos reducir su consumo al máximo. Pero si se quieren tomar de vez en cuando, podemos dar un consejo. Lo mejor es beber con la pajita para reducir el contacto de la bebida con los dientes y enjuagarse la boca después de beber. Dicho esto, es importante llevar una alimentación equilibrada en la que abunden las verduras, frutas, la carne o el pescado, que son fuentes naturales de vitaminas y proteínas.   ALIMENTACIÓN SANA Y EQUILIBRADA Con todo lo anteriormente mencionado, nos hemos referido a lo perjudicial que puede ser el consumo abusivo de algunos alimentos. Sin embargo, si es malo el exceso, el defecto puede ser aún peor. Y es que es preocupante el número de adolescentes españoles que padece trastornos de la alimentación como anorexia o bulimia. De hecho, se estima que en España estas enfermedades afectan a más de 400.000 jóvenes y adolescentes, siendo el público más vulnerable el comprendido entre los 12 y los 25 años. Por todos es sabido que la anorexia y la bulimia causan estragos en quienes las padecen. A nivel bucodental, pueden producir desgastes, hipersensibilidad, caries, retracción de encías y pérdida de dientes. A nivel general, estos desórdenes causan daños psicológicos y físicos que pueden llegar a ser irreversibles, como la muerte. Por tanto, si se sospecha que nuestro hijo puede haber caído, o estar cerca de caer, en alguna estas enfermedades, es necesario ponerlo en conocimiento de profesionales médicos lo antes posible.   3. Ortodoncia: tratar a tiempo y extremar la higiene Si hay un tratamiento dental que se asocie con la adolescencia, ése es, sin duda, la ortodoncia. Aunque hoy en día los métodos más estéticos gocen de mucha popularidad (brackets de zafiro, brackets linguales o Invisalign), los adolescentes suelen llevar los tradicionalesbrackets metálicos. ADOLESCENTE CON BRACKETS METÁLICOS Su uso es tan frecuente entre los adolescentes ya que los padres son cada vez más conscientes de las consecuencias que se pueden derivar de tener unos dientes apiñados, girados o desplazados. La mala colocación de los dientes hace que una persona no pueda comer correctamentey que se genere mayor tensión de la debida en los músculos que participan en la masticación. Pero, además, unos dientes que no están correctamente alineados provocan dificultades a la hora de cepillarlos, ya que no se puede acceder a todas sus partes con facilidad. La consecuencia de esta falta de higiene hace que se desarrollen caries o que los dientes sean perdidos precozmente. Dadas las consecuencias que ocasiona la mala colocación de los dientes, es importante advertir que cuanto antes se paute un tratamiento, más fácil será solucionar el problema al que nos enfrentamos. Por eso, desde nuestra clínica recomendamos que la primera revisión con el ortodoncista sea a edades tempranas, aproximadamente a los seis años.   4. Prevenir accidentes: protectores bucales La práctica de deporte forma parte de la vida diaria de los adolescentes. Si, además, éstos practican actividades de contacto como el fútbol o el baloncesto, es aconsejable que se utilice un

Ortodoncia

Todo lo que necesitas saber del tratamiento de ortodoncia

A pesar de la creencia generalizada, los tratamientos de ortodoncia no están dirigidos exclusivamente a mejorar la estética de nuestra boca: unos dientes bien alineados mejoran también la funcionalidad de los mismos y ayudan a prevenir enfermedades periodontales. Pero, ¿qué es exactamente un tratamiento de ortodoncia? ¿Qué es un tratamiento de ortodoncia? Denominamos tratamiento de ortodoncia a todos aquellos procesos de corrección de la posición de los dientes para mejorar la estética, la oclusión y la funcionalidad de los mismos. En principio, cualquier persona que tenga la boca en salud puede someterse a un tratamiento ortodóncico. El grado de severidad de las malposiciones determinará la duración y el coste del mismo, y la elección de un sistema de ortodoncia u otro se hará en función de las prioridades del paciente. ¿A qué edad se puede iniciar un tratamiento de ortodoncia? Si bien a partir de los 6 años suele producirse la erupción de los molares y el ortodoncista ya es capaz de evaluar la boca del niño, la edad ideal para iniciar un tratamiento de ortodoncia es sobre los 7-8 años. A esta edad, el niño ya ha experimentado un crecimiento óseo suficiente como para que el odontólogo detecte anomalías en el crecimiento habitual de los dientes o en la posición de los huesos maxilares. En los casos de niños en edad de crecimiento, se pondrá un tratamiento de ortodoncia interceptiva. En este caso, bien gracias al uso de aparatos fijos o removibles, podremos actuar directamente sobre los huesos maxilares del niño y guiar la correcta erupción de los dientes. De esta forma, podremos corregir problemas de asimetrías faciales o posiciones anómalas de los huesos maxilares que, en caso de no ser tratados a una edad temprana, sólo podrán ser tratados a través de un tratamiento combinado de ortodoncia y cirugía ortognática a nivel hospitalario. ¿Cómo se inicia un tratamiento de ortodoncia? Todo tratamiento de ortodoncia empieza con un estudio previo. Es decir: unas pruebas diagnósticas –fotos intraorales y extraorales, radiografías, cefalometrías y modelos- que permiten analizar cada caso y pautar un plan de tratamiento específico ajustado a las necesidades de cada paciente. Con un diagnóstico preciso, el paciente valorará qué tratamiento de ortodoncia es el más adecuado en función de sus prioridades. Existen distintos tratamientos que, si bien obtienen el mismo resultado, priman unos aspectos u otros que resultan determinantes a la hora de tomar la decisión acerca del procedimiento más adecuado para cada caso. ¿Qué tratamientos de ortodoncia hay? En un inicio, podemos distinguir entre tratamientos de ortodoncia con aparatos fijos y removibles. ¿Qué tipos de aparatos fijos hay? El sistema de ortodoncia fijo más conocido son los brackets metálicos. Se trata de aditamentos que van cementados sobre la cara visible–o vestibular- del diente. Si bien es la opción más económica, es un sistema muy poco estético, por lo que suele ser elegido por adolescentes y por aquellos adultos cuya prioridad es meramente económica. Los brackets de zafiro es un sistema con brackets transparentes, altamente estéticos. Están realizados en microcristales de zafiro, por lo que son muy resistentes y no se tiñen con el paso del tiempo. Si bien su precio es un poco más elevado que el de los brackets metálicos, son mucho más estéticos. Por otra parte, los brackets Damon –o de autoligado– son brackets que permiten no tener que llevar ligaduras metálicas o elásticos. De esta manera, se reduce la fricción y, por tanto, el tiempo de tratamiento. Por último, la ortodoncia lingual  está basada en brackets que van cementados en la cara interior del diente. Es, por tanto, el sistema más estético que existe. Tanto los brackets como los arcos se realizan a medida de la boca de paciente y se fabrican en una alineación de oro que permite que son grosor sea menor y, por lo tanto, su presencia afecte en menor medida a la comodidad del paciente. De igual manera, requiere de un periodo de adaptación de dos a tres semanas. En este último sistema, y gracias al escaneado intraoral, se puede obtener un set-up digital en 3D que permitirá a las doctoras ver el resultado final de la dentadura del paciente antes de haber finalizado el tratamiento. La opción alternativa a estos sistemas fijos de ortodoncia es el sistema ortodóncico removible: la ortodoncia invisible. Invisalign: un tratamiento de ortodoncia removible y altamente estético La ortodoncia con alineadores invisibles –Invisalign- es un sistema que corrige las malposiciones dentales a partir de juegos de férulas transparentes hechos a medida. Es un sistema muy estético, pues resulta prácticamente imperceptible, y muy cómodo e higiénico: si bien debemos llevar las férulas en boca durante, al menos, 22 horas al día, podemos retirarlas para comer o lavarnos los dientes. Cada una de las férulas tiene como objetivo un micromovimiento concreto, y cada juego de las mismas deberá llevarse en boca durante dos semanas para ser cambiado, posteriormente, por el siguiente. Gracias al Clincheck, tecnología desarrollada por Align Tech, podemos ver el aspecto que tendrá nuestra boca incluso antes de iniciar el tratamiento. Si una vez el paciente ha usado los juegos de férulas pautados en un inicio, el resultado no es el deseado, se podrá pedir, al menos, un refinamiento. Denominamos “refinamiento” a aquellos juegos de férulas que se piden fuera del tratamiento para que el resultado final resulte óptimo. Es un método que, con el tiempo, ha demostrado ser tan eficaz como los sistemas de ortodoncia fijos y que, por su alta estética, cada vez es más elegido por los pacientes. ¿Qué cuidados específicos requiere la ortodoncia? Si bien los tratamientos de ortodoncia no deterioran los dientes, los aparatos de ortodoncia fija suponen una mayor dificultad para mantener una correcta higiene dental. Por ello, aquellas personas que se estén sometiendo a un tratamiento de ortodoncia deberán prestar una especial atención a las pautas de higiene recomendadas. Además de un correcto cepillado tras cada comida, debemos incluir el uso de hilo dental o cepillo interproximal para eliminar aquellos restos que se hayan quedado en los espacios interdentales de difícil acceso. El irrigador bucal –o waterpik- es un elemento de higiene esencial para aquellas personas que estén mejorando la estética de su boca. Se trata de un sistema que, gracias al agua a presión,

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