Clínica Sancal

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Cultura y curiosidades, Prevención

Todas las claves sobre la extracción dental

Extraer una pieza dental es un proceso que conlleva una serie de cuidados y pautas a seguir. ¿Cuáles son? ¿Cuándo es necesario extraer un diente? La extracción del diente o exodoncia siempre es la última opción. En la clínica SanCal trabajamos para preservar la salud bucodental de los dientes naturales, porque son piezas únicas. Pero hay algunos casos en los que no se puede salvar una pieza muy afectada porque sus estructuras y tejidos internos están muy dañados. Las claves sobre la extracción dental Estas son las claves sobre el proceso de extraer un diente: ¿Cuándo es necesario extraer un diente? Como hemos indicado la extracción dental es siempre el último recurso. Pero existen diversas razones por las que el odontólogo decide que lo mejor es extraer el diente: Caries dental muy avanzada. El proceso de la caries va destruyendo de forma progresiva los soportes y nervios del diente. En sus últimas fases, el diente no se puede salvar ni regenerar por sí mismo y es necesario extraerlo. Lo mismo ocurre con las enfermedades periodontales: gingivitis y periodontitis. Falta de espacio. Antes de un tratamiento de ortodoncia se puede extraer alguna pieza dental. Esto ocurre en casos de apiñamiento dental severo. Al extraer la pieza se consigue el espacio necesario para que todos los dientes encajen bien alineados. Infecciones y golpes. Algunas infecciones y traumatismos provocan la rotura del diente, en parte o en su totalidad. En estos casos se intenta restaurar el diente con tratamientos como las carillas y coronas, pero no siempre es posible. ¿Cómo es el proceso? La extracción dental es una intervención quirúrgica que se realiza con anestesia local. Por tanto el proceso en sí es indoloro. Tras extraer la pieza, se puede cerrar la herida con puntos si es necesario. A partir de este punto es esencial seguir una serie de cuidados para una rápida recuperación. ¿Qué esperar tras una extracción dental? Durante los primeros días es normal sentir dolor intenso e inflamación de la zona intervenida. En estos días conviene extremar las precauciones al comer y cepillar los dientes. De hecho se recomienda evitar el contacto con la zona tratada para evitar infecciones y otras heridas, y seguir una dieta blanda. Para aliviar el dolor, el odontólogo puede recomendar algunos antiinflamatorios, además de aplicar hielo sobre la mejilla. Al cabo de unos días el dolor irá disminuyendo y poco a poco el paciente podrá hacer vida normal. Si pasados unos días el dolor persiste y además notas síntomas como fiebre y sangrado, acude cuanto antes a la consulta. Un seguimiento profesional será clave para una buena recuperación y una sonrisa sana.

Cultura y curiosidades

Agenesia dental

La agenesia dental es una enfermedad congénita  bastante frecuente en un gran porcentaje de seres humanos. Se trata de una anomalía de la boca, por lo cual no aparecen ciertas piezas dentales, no surgen en nuestra boca, hay una ausencia de ellas. Puede ocurrir en las piezas dentales temporales (que son conocidas como dientes de leche) como también en las piezas dentales permanentes. El diagnóstico se realiza mediante la observación de la ausencia de uno o más dientes. En el caso de los dientes permanentes la presencia de los dientes de leche más tiempo de lo que deberían puede indicar que no haya un diente permanente para sustituirlo y tendremos que comprobarlo mediante radiografías. Esta anomalía de origen genético se reconoce generalmente cuando los dientes de leche se caen (entre los seis y los 10 años) y se supone que los dientes permanentes ocuparán su lugar. Pueden ocurrir dos fenómenos: El diente de leche no se cae porque no está impulsado por el diente permanente. El diente de leche se cae pero no lo reemplaza el diente permanente.   Uno de los rasgos principales de la agenesia dentaria es que aparece sobre todo en el maxilar, en la mandíbula superior. Además, también es bastante común, en los casos de agenesia dental, que los incisivos laterales sean los más afectados por esta ausencia, aunque no los terceros molares.   Cuando se produce una agenesia dental normalmente se ve afectado el espaciamiento entre los dientes que si han salido rompiéndose el equilibrio y produciéndose maloclusiones. Además del problema funcional existe el  problema estético ya que los dientes  pueden encontrarse  en la zona de la sonrisa. La mayoría de las consultas son  por motivos estéticos, aunque no debemos olvidar la tan importante parte  funcional de nuestro aparato, ya que su funcionamiento óptimo y correcto dependerá de todas sus piezas conjuntamente y la  falta de alguna pieza desequilibraría a las demás.   La agenesia puede clasificarse en varios tipos dejando a un lado los dientes e leche: Ausencia de una o dos muelas de juicio. El caso más común. Consiste en la ausencia de una o dos muelas del juicio, lo que afecta a alrededor del 25 % de la población. En general, se descubre en la adolescencia, cuando el dentista hace las primeras radiografías para observar la posición de las muelas del juicio. No hay que preocuparse, ya que la ausencia de una o más muelas del juicio no es un problema y no requiere tratamiento. Agenesia dental o hipodoncia. La agenesia puntual o hipodoncia afecta a aproximadamente un 5 % o 6 % de la población. En este caso, entre uno y seis dientes pueden faltar. Muy a menudo se ven afectados el segundo premolar inferior y el incisivo superior. La causa es genética: hay familias en las que faltan uno o más dientes en varias generaciones. Si se tiene esta información hay que dársela al dentista en la primera consulta. Esta agenesia se detecta generalmente entre los seis y los diez años de edad, momento en el cual se supone que los dientes de leche tienen que caer. Pero en ausencia del diente permanente que empuje el diente de leche, este no cae y permanece implantado en el hueso de la mandíbula. Si el niño no va al dentista, la agenesia puede pasar desapercibida durante varios años. La agenesia múltiple u oligodoncia. Cuando faltan más de seis dientes y hay otras anomalías dentales presentes (dientes de diferentes formas y colores). Esta condición es muy rara, con una frecuencia estimada de 1 a 7 por cada 100 000 nacimientos. Como en el caso de la hipodoncia, las causas de la oligodoncia son genéticas, pero las anomalías no se limitan solo a los dientes sino que se extienden a otros órganos. La falta de dientes constituye entonces un marcador genético de una enfermedad rara, frecuentemente displasia ectodérmica, un conjunto de enfermedades que se manifiestan con oligodoncia y otras anormalidades en el cabello, las uñas y las glándulas sudoríparas. Cuando faltan más de seis dientes se deriva al paciente a una consulta genética para comprobar que no existan otras anomalías. Otra posible causa: puede ser el haber estado en tratamiento de quimioterapia. Entre los niños tratados por cáncer en las edades en las que los dientes están desarrollándose, la quimioterapia puede aumentar el riesgo de desarrollar oligodoncia. Es posible presentar agenesia dental sin desarrollar otros síntomas en otros órganos.   La agenesia dental es objeto de estudio en muchas universidades y en muchas clínicas especializadas, ya que se trata de una anomalía demasiado frecuente en los seres humanos. Por eso, se están hallando diferentes tratamientos para solucionar este problema.   En primer lugar, se puede optar por cerrar espacios, de manera que los incisivos laterales se vean sustituidos por los caninos. La forma sería camuflándolos de forma estética, para convertir así a los premolares primeros en caninos, haciendo un cambio de papeles. Es una solución que se ha aplicado a varios pacientes, para que la oclusión sea correcta.   Por otra parte, también se pueden abrir espacios, de manera contraria al anterior tratamiento, implantando nuevos dientes en los espacios disponibles. Es un tratamiento también bastante común y frecuente en pacientes con agenesia dentaria.   En tercer lugar, hablando de nuevo de implantes, también es posible que sean colocados cerrando espacios, en vez de haciendo más hueco, de manera que coloquemos el implante en la zona que está menos visible.   Hay que tener en cuenta que para poder seleccionar el tratamiento más adecuado para cada caso de agenesia dental, es necesario que el paciente se someta a un estudio muy profundo, considerando todos los factores posibles, como es el caso del patrón esquelético de cada paciente, las relaciones oclusales que se establecen entre las piezas dentales o la tipología facial que tiene la persona, puesto que dependiendo de todo ello, se podrá aplicar un tratamiento mejor que otro. Los tratamientos siempre serán personalizados y multidisciplinarios.

Ortodoncia

Tratamientos con brackets: casos con “antes y después”

Cuando terminan su tratamiento de ortodoncia, a nuestros pacientes les resulta muy gratificante que les enseñemos las fotografías que les hicimos previamente, para poder comparar el “antes y el después”. De hecho, cuando les mostramos, o recuerdan, cómo era su sonrisa antes de comenzar la ortodoncia, no entienden cómo pudieron estar tanto tiempo sin arreglarse los dientes. Y es que la ortodoncia es un tratamiento muy agradecido, ya que mejora notablemente la sonrisa de una persona de una manera relativamente sencilla y sus resultados duran toda la vida. ¿Qué permiten solucionar los brackets? Los brackets son capaces de solucionar cualquier problema relacionado con el alineamiento y la mordida -oclusión- de los dientes. Algunos de los ejemplos de las maloclusiones que corrigen serían el apiñamiento, la mordida abierta, la sobremordida o la mordida cruzada. De hecho, en este artículo te vamos a mostrar los casos de tres pacientes que hemos tratado en nuestra clínica dental y que, además, presentaban las maloclusiones citadas. Los tres pacientes mencionados se trataron mediante brackets, aunque cada uno optó por un método diferente. Dado que, como ya hemos mencionado, todos los brackets permiten solucionar cualquier tipo de maloclusión, la elección del tratamiento se basó en sus propias preferencias. Es decir, en si preferían un método estético, uno económico o uno, incluso, que aunara ambos requerimientos. A continuación, podrás ver el “antes y el después” de nuestros pacientes. Los tipos de brackets más utilizados son los linguales Incognito, los de cristal de zafiro y los metálicos tradicionales Brackets linguales Incognito Antes de comenzar el tratamiento, la paciente presentaba una maloclusión de mordida abierta. Tal y como se puede apreciar en la siguiente imagen, los dientes superiores e inferiores no contactaban cuando la persona cerraba la boca. Además de esto, que en este caso era la maloclusión más evidente, la paciente tenía rotaciones en diferentes dientes y apiñamiento superior e inferior. Y, por último, presentaba líneas medias no coincidentes -la superior no coincidía con la inferior- y dientes caninos fuera de la arcada. Una vez finalizado el tratamiento -que tuvo una duración de 20 meses-, su sonrisa era mucho más armónica y los dientes se habían alineado completamente. En este caso, nuestra paciente eligió ortodoncia lingual Win, para su tratamiento ya que le preocupaba la estética de los brackets. Es decir, como no quería que nadie pudiera apreciar su ortodoncia, eligió el único método 100% invisible. Por tanto, prefirió pagar un coste mayor por el tratamiento, ya que los linguales son los brackets más caros de todos los tipos de brackets que hay, y llevar una ortodoncia que no se notara.     BRACKETS LINGUALES: ANTES Y DESPUÉS Brackets de cristal de zafiro La paciente que protagoniza este segundo caso presentaba sobremordida disminuida y mordida cruzada izquierda. Por un lado, podemos decir que la sobremordida disminuida era relativamente sutil. De hecho, en el siguiente apartado veremos un caso mucho más evidente-. Por otro lado, la mordida cruzada izquierda es más visible. Y es que esta maloclusión se da cuando los dientes de la arcada inferior quedan por delante de los dientes de la arcada superior. Además de esto, la paciente presentaba ligera clase III molar y canina, líneas medias no coincidentes y asimetría en la arcada. Todo ello fue corregido mediante unos brackets de cristal de zafiro que la paciente llevó durante 21 meses. Nuestra paciente eligió los brackets de zafiro ya que, de los tres tipos de brackets más utilizados -linguales, metálicos y zafiro- éstos son los que mejor aúnan estética y precio. Por un lado, son mucho más discretos que los convencionales, pero sin llegar a ser invisibles. Por otro lado, son considerablemente más baratos que los linguales Incognito.     BRACKETS DE ZAFIRO: ANTES Y DESPUÉS Brackets metálicos tradicionales El paciente acudió a nuestra clínica dental debido a la sobremordida aumentada que presentaba, la cual le acomplejaba mucho al sonreír. Tal y como puede verse en las siguientes imágenes, la sobremordida de nuestro paciente era muy visible, ya que los dientes de la arcada superior cubrían casi por completo los de la arcada inferior. Además de esto, la persona presentaba rotaciones en diferentes piezas dentales -por ejemplo, en el incisivo lateral-, así como apiñamiento superior e inferior. Por último, el paciente tenía líneas medias no coincidentes y las arcadas asimétricas. Mediante el tratamiento de brackets metálicos convencionales, el cual duró casi dos años, corregimos las problemáticas mencionadas. Al finalizar la ortodoncia, el paciente mostraba una sonrisa más proporcionada y estética. En este caso, eligió los brackets de metal ya que no le importaba que el tratamiento fuera visible y quería la opción más económica de todas las que hay disponibles.   BRACKETS METÁLICOS: ANTES Y DESPUÉS Piensa en tus preferencias A la hora de elegir un método de ortodoncia, te recomendamos que valores dos factores: el precio que estás dispuesto a pagar y la importancia que le das a la estética. ¿Qué hacer después de los brackets? Independientemente del método que se elija para corregir la oclusión o el alineamiento de los dientes, es muy importante saber que una vez retirados los brackets, el proceso no ha terminado del todo. Es decir, una vez que retiramos los brackets a un paciente, comienza una etapa igualmente importante: la de retención. Esto significa que para poder mantener los resultados conseguidos con la ortodoncia de por vida, es fundamental usar adecuadamente los retenedores. Al finalizar cada tratamiento, en Clínica dental SanCal proporcionamos a nuestros pacientes dos tipos de retenedores. Por un lado, colocamos unos retenedores fijos, que son unas finas barras de alambre que se colocan en la cara interna del diente y no se ven. Y, por otro  lado, les damos unos retenedores removibles y transparentes -también llamados Essix- para que los lleven durante algunas horas del día, normalmente por la noche. Esperamos que tras ver estos casos con “el antes y el después”, te puedas hacer una ideade cómo sería tu sonrisa si te sometieras a un tratamiento de ortodoncia. De todas formas, si tienes alguna duda sobre tu caso concreto, te animamos a acudir a una primera consulta gratuita con nuestro ortodoncista, el Dr. Arias.

Cultura y curiosidades

Retracción gingival: ¿Cómo evitarla?

La retracción de las encías altera tanto la imagen como la funcionalidad de nuestra sonrisa. Pero, ¿En qué consiste y cómo evitarla? La retracción gingival altera la calidad de vida del paciente. Provoca una pérdida del tejido gingival, de modo que se enseña más diente de lo normal al hablar y sonreír. Además dificulta la limpieza bucodental y favorece la hipersensibilidad dental. Pero, ¿Por qué tengo las encías retraídas? Existen diversas causas de las encías retraídas: Cepillado dental agresivo. Es la causa más habitual. Ejercer mucha presión con el cepillo provoca, a largo plazo, la retracción de las encías. Enfermedades periodontales. La gingivitis y la periodontitis conllevan muchas complicaciones para la sonrisa; una de ellas es la retracción gingival. Bruxismo. Es el hábito inconsciente de apretar y rechinar los dientes y en la mayoría de casos se debe al estrés. Cómo evitar la retracción gingival En función de las necesidades de cada paciente se escoge una técnica concreta para solucionar la retracción gingival. Una de las técnicas más usadas es el injerto de encía. Mediante una mínima incisión, se cubre parte de la encía. Otra técnica muy habitual es el estiramiento de encía, que permite cubrir la raíz del diente. Esta técnica permite cubrir la raíz del diente aprovechando la misma superficie, de modo que evitamos el injerto. La prevención es muy importante para evitar la retracción de las encías. Existen diversas claves para conseguirlo: Higiene bucodental óptima. Presionar con el cepillo es un grave error. No sólo eliminamos menos placa dental, sino que dañamos el esmalte y la encía. Entonces, ¿Cómo cepillarse correctamente? La clave está en usar un cepillo de cerdas suaves y realizar movimientos poco agresivos y giratorios. También es importante complementar el cepillado con otras técnicas para evitar la formación de sarro. Las más recomendadas son el enjuague bucal y la seda dental, pero el irrigador es una buena opción si tenemos los dientes sensibles. Estilo de vida sano. Algunos hábitos perjudiciales como el tabaco favorecen la retracción gingival. Por otro lado, es importante mantener una alimentación equilibrada, evitando el exceso de azúcares y ácidos. Acudir al dentista. Detectar la retracción gingival en sus primeras fases es clave para recuperar la encía de modo natural. Por ello es muy importante visitar a nuestro dentista una vez cada seis meses como mínimo. Para evitar la incrustación de placa bacteriana, también se recomienda realizar una higiene dental profesional una vez al año. En las clínica dental SanCal realizamos un estudio personalizado para escoger el tratamiento que mejor se adapte a la sonrisa de cada paciente.

Ortodoncia

Stripping en ortodoncia: ¿qué es y para qué sirve?

 El stripping dental es una técnica utilizada en ortodoncia que se basa en la reducción interproximal del esmalte de los dientes. Es decir, es el procedimiento mediante el cual el ortodoncista reduce el ancho de determinadas piezas dentales (entre 0,2 y 0,5 milímetros) para separarlas y ganar así un espacio entre ellas. Es un procedimiento muy habitual en ortodoncia que se puede llevar a cabo con cualquier tratamiento, ya sea con brackets o sin brackets –los alineadores Invisalign-. Se utiliza, principalmente, en los casos de pacientes que se van a someter a un tratamiento y tienen problemas de apiñamiento. El stripping se utiliza en ortodoncia para casos de apiñamiento en los que es necesario reducir una pequeña parte del ancho del diente. ¿Cuándo se realiza? Aunque el stripping puede tener más aplicaciones dentro de la Odontología, este procedimiento se utiliza fundamentalmente en los tratamientos de ortodoncia en los que es necesario ganar espacio para conseguir el alineamiento de los dientes respetando los límites biológicos de cada paciente. Dicho esto, es importante señalar que la reducción interproximal se realiza de manera selectiva ya que se lleva a cabo únicamente en determinadas piezas dentales y está indicado en los casos en los que es necesario eliminar solamente una pequeña parte del ancho del diente. De esta manera, consigue solucionar de una manera especialmente sencilla y práctica -se lleva a cabo en pocos minutos-, los problemas de falta de espacio y apiñamiento comunes en muchos pacientes. Sin embargo, en los casos de  personas que tienen mucha necesidad de espacio, es necesario recurrir a otros métodos, que más adelante detallaremos. Además de para ganar espacio, el stripping se utiliza para reducir los triángulos negros entre dientes. Algunos pacientes presentan pequeños espacios oscuros entre piezas dentales que están en contacto. Esto ocurre cuando los dientes tienen forma triangular o a cuando se ha producido la pérdida de papila dental. En estos casos, el stripping ayuda a eliminar el punto de contacto entre los dos dientes justamente en la zona en la que se forma dicho triángulo. Así, proporciona a la pieza dental una forma más cuadrangular en la que los bordes son paralelos.     STRIPPING PARA REDUCIR TRIÁNGULOS NEGROS ¿Cómo se realiza? El stripping se puede realizar tanto en la arcada superior como en la arcada inferior. Para llevar a cabo el procedimiento, el ortodoncista tiene la posibilidad de recurrir a diferentes métodos. Esta elección dependerá de sus propias preferencias y de la reducción del esmalte que sea necesaria. Los instrumentos que tiene a su disposición son los siguientes: Tiras de pulir: es un método manual y especialmente sencillo. Es el que permite reducir menor cantidad de esmalte, por lo que en ocasiones es necesario combinarlo con otra técnica que permita generar más espacio. Fresas de pulido: es un procedimiento mecánico que permite ganar más espacio. Sin embargo, precisamente debido a este hecho, es especialmente importante la cualificación del profesional para no eliminar excesivo material dentario.   LIMAS Y FRESA UTILIZADAS PARA HACER STRIPPING   Una vez se ha realizado, la reducción interproximal será visible ya que se podrán observar unos pequeños espacios entre los dientes. Sin embargo, son prácticamente imperceptibles por los demás y tienen una duración limitada. A medida que avance el tratamiento los espacios serán cada vez más pequeños hasta que se cierren completamente una vez se ha producido el alineamiento total de los dientes. Eso sí, mientras esos pequeños huecos permanezcan en la boca del paciente es muy importante ser especialmente cuidadoso con la higiene, para evitar que los restos de comida se queden entre diente y diente. No tengas miedo Algunos pacientes sienten miedo al oír hablar del stripping por primera vez. Sin embargo, es un procedimiento habitual y mínimamente invasivo, ya que elimina una parte del esmalte prácticamente imperceptible. ¿El stripping duele? Cuando explicamos a nuestros pacientes la necesidad de realizar este tratamiento, muchos de ellos se asustan ante la posibilidad de que les “limemos” los dientes. Sin embargo, para su tranquilidad les aclaramos de que es una técnica de ganancia de espacio especialmente conservadora y que no duele. Sí es cierto que la persona que se somete a este procedimiento puede notar una sensación incómoda, ya que siente que le están “limando” los dientes. Sin embargo, no siente dolor debido a que el esmalte no posee terminaciones nerviosas y supone la capa más externa del diente. La prueba de que no se siente dolor es que no se utiliza anestesia.   ¿Es un procedimiento agresivo para el diente? Dicho todo lo anterior, podemos afirmar que, si se realiza de la manera adecuada, la reducción interproximal es un procedimiento inocuo para el diente. Aunque conlleve eliminar parte del esmalte dental, ésta supone solamente una minúscula porción del espesor del esmalte. Te interesará »  Ortodoncia invisible sí, pero… ¿Invisalign u ortodoncia lingual? Ante cualquier tratamiento dental debes elegir un profesional que sea de tu absoluta confianza. Como damos por hecho que esto es así, nuestra recomendación -en el caso de que te resulte desagradable el stripping- es que confíes en su criterio, te relajes y cierres los ojos.     TIRA DE PULIR PARA REDUCIR EL ESMALTE ¿Existen otros procedimientos para ganar espacio? Además del stripping, existen otras técnicas de ganancia de espacio que los ortodoncistas podemos utilizar. Estas son las siguientes: Expansión de la arcada Esta técnica consiste en aumentar la longitud de la arcada mediante la colocación de aparatos fijos o removibles Protrusión de incisivos La ganancia de espacio se consigue llevando los incisivos hacia delante mediante la utilización de aparatos fijos o removibles Extracción de piezas dentales Mientras que el stripping es una técnica adecuada cuando se pretende reducir una pequeña parte del espesor del esmalte, las extracciones permiten ganar entre 8 y 10 mm. ¿Es mejor el stripping que otras técnicas de ganancia de espacio? Una vez explicado qué es el stripping y para qué se utiliza en ortodoncia, es necesario tener en cuenta que aunque la técnica se caracterice por ser sencilla y práctica, no es ni menos drástica ni más adecuada que cualquier otro procedimiento para ganar espacio. Por ejemplo, ocurre con frecuencia que los pacientes se sienten intimidados cuando se les plantea realizar extracciones y se sienten aliviados cuando hay que practicar stripping. Dicho esto, en ortodoncia lo más importante es

Cultura y curiosidades

La diabetes y los problemas de salud bucal

La diabetes es una enfermedad crónica que se caracteriza por unos niveles altos de glucemia, es decir, del azúcar en sangre, debida a una producción anormal de insulina o a un mal aprovechamiento de la misma por parte del organismo, o a la combinación de ambas causas. En consecuencia, la glucosa se queda en la sangre, sin llegar a las células que no reciben la energía que precisarían para su funcionamiento normal. La insulina es una hormona que produce el páncreas para controlar los niveles de glucemia en el proceso que convierte los alimentos en energía. La glucosa es la mayor fuente de energía del cuerpo y se obtiene de la descomposición de los alimentos durante la digestión. En este proceso, la glucosa pasa del intestino delgado al torrente sanguíneo, desde donde llega a todas las células. El páncreas produce la insulina para transportar la glucosa por la sangre hasta los músculos, la grasa y las células hepáticas, donde se utiliza como energía. La enfermedad más severa en las encías se llama periodontitis. En esta etapa, las encías comienzan a separarse de los dientes. Se forman bolsas entre los dientes y las encías. Estas se llenan de gérmenes y pus, y se vuelven más profundas. Cuando esto sucede, es posible que necesite cirugía en las encías para salvarle los dientes. Si no se hace nada, la infección destruye el hueso alrededor de los dientes. Es posible que se le comiencen a mover o soltar los dientes. Tal vez se le caigan los dientes o sea necesario extraerlos. ¿Existe una relación entre la diabetes y las enfermedades en las encías? Muchos de los casi 30 millones de estadounidenses que tienen diabetes se sorprenderían de saber que las enfermedades en las encías son una de las complicaciones atribuidas a la diabetes. Los estudios demuestran que las personas con diabetes tienen mayor incidencia de enfermedades en las encías y estas se suman a la lista de otras complicaciones relacionadas con la diabetes, tales como enfermedades cardíacas, derrames y problemas renales. ¿Es un círculo vicioso? Estudios recientes también indican que existe un círculo vicioso entre la diabetes y las enfermedades avanzadas en las encías. Las personas con diabetes no solo son más susceptibles a tener enfermedades avanzadas en las encías, sino que estas pueden afectar el control de la glucosa en la sangre y contribuir al avance de la diabetes. Los estudios indican que las personas con diabetes corren un mayor riesgo de problemas de salud bucal como gingivitis (enfermedad de las encías en su etapa inicial) y periodontitis (enfermedad avanzada de las encías). Las personas con diabetes corren un mayor riesgo de periodontitis porque generalmente son más susceptibles a infecciones bacterianas y tienen menor capacidad de combatir las bacterias que invaden las encías. El Informe sobre la Salud Bucal del Director General de Sanidad afirma que la buena salud bucal es un aspecto integral de la salud en general. Así que asegúrese de cepillarse y usar hilo dental correctamente, y hágase chequeos dentales con regularidad. Si tengo diabetes, ¿tengo mayor riesgo de problemas dentales? Si su nivel de glucosa en la sangre no está bien controlado, tendrá mayor probabilidad de tener una enfermedad avanzada en las encías y perder más dientes que las personas sin diabetes. Como con todas las infecciones, una enfermedad avanzada en las encías puede ser un factor que causa el aumento de la glucosa y dificulta el control de la diabetes. Otros problemas bucales relacionados con la diabetes incluyen candidiasis, una infección causada por un hongo que crece en la boca, y sequedad de la boca, que puede causar dolor, úlceras, infecciones y caries. ¿Cómo puedo prevenir problemas dentales relacionados con la diabetes? En primer lugar, contrólese el nivel de glucosa en la sangre. Luego, cuídese bien los dientes y encías, y hágase chequeos cada seis meses. Para controlar la candidiasis, una infección con hongos, contrólese bien la diabetes, evite fumar y, si usa dentaduras, sáqueselas y límpielas a diario. El buen control de la glucosa también puede ayudar a evitar o aliviar la resequedad en la boca causada por la diabetes. ¿Qué puedo esperar en mi chequeo? ¿Debo decirle al dentista que tengo diabetes? Las personas con diabetes tienen necesidades especiales, y la Dra. Sánchez, su dentista está equipada para satisfacer esas necesidades, con su ayuda. Mantenga informado a la Dra. Sánchez de cualquier cambio en su estado de salud y si está tomando algún medicamento. Posponga cualquier procedimiento dental que no sea de emergencia si no tiene bien controlada la glucosa. Hay muchas formas de colaborar con DiabetesCERO. DONA ESPERANZA A SU FONDO DE INVESTIGACIÓN.

Cultura y curiosidades

Claves para lavarse los dientes: cuánto, cómo y cuándo hacerlo

¿Sabes cómo lavarte los dientes? Si un encuestador te hiciese esta pregunta de golpe mientras caminas tranquilamente por la calle, lo más probable es que respondas un sonoro SÍ sin dudarlo. Llevas haciendo esta tarea desde pequeño —probablemente empezaste con dos o tres años— y no se te pasa por la cabeza que puedas estar haciéndolo mal. Pero lo cierto es que quizás te equivoques. La última Encuesta sobre la Salud Bucodental de los Españoles, realizada en 2010 por el Consejo de Dentistas, recogía que un 12% de los españoles no se cepilla a diario y un 2,3% no lo hace nunca. Quizás estés entre el 85% restante pero no quiere decir que lo estés haciendo totalmente bien. Sin ir más lejos un 30% de los encuestados en 2010 descubrieron que no se lavaban tantas veces al día como deberían. Luego ya están otros asuntos como el tipo de cepillo que debemos usar, la cantidad de pasta que debemos poner y los alimentos que debemos consumir (o evitar) para cuidar la dentadura. ¿Sabes qué se necesita en cada uno de estos casos? Expertos en salud bucodental han respondido a estas preguntas y han aclarado algunas cuestiones relativas a los tiempos, el tipo de dentífrico o el método que debemos emplear. Porque en esto del cepillado es tan importante el cuánto (tiempo invertimos) como el cómo (se hace). Una vez que hayas terminado de leer las recomendaciones, vuelve al principio y responde: ¿Sabes cómo lavarte los dientes? Quizás para entonces la respuesta cambie.   Cuestión de pasta…y de cepillo Para cepillarse los dientes son necesarios dos instrumentos: el cepillo y la pasta. Pero no vale cualquiera, hay que saber elegirlos. «El cepillo debe ser suave o medio en función de las circunstancias de cada persona (nunca recomendamos cepillos duros) y debe estar en buen estado de conservación (habría que renovarlo cada tres meses aproximadamente)», recomienda la doctora Sara Sánchez. Los cepillos demasiado duros deben ser desterrados de nuestro neceser por varias razones. Un cepillo con cerdas demasiado duras puede desgastar el esmalte, que tiene una tonalidad blanca, haciéndolo más fino y provocando que se vea la dentina, que está debajo y cuya tonalidad es más amarilla. Además puede dañar las encías provocando su retracción y quedando expuesta la raíz de la pieza dental, lo que puede generar problemas. Los cepillos eléctricos podrían ser también una opción, pero no LA opción. «Aconsejamos su uso en casos especiales cuando con el cepillado manual no se consigue un adecuado control de placa o en casos de restauraciones múltiples o aparatos de ortodoncia. En esas circunstancias aconsejaríamos un cepillo eléctrico con sensor de presión y cabezales específicos para cada situación», continúa Izquierdo. En cuestión de pasta no sólo importa cuál, también el cuánto. Si nos fiásemos de los anuncios de la tele cada vez que nos lavásemos los dientes llenaríamos en cepillo de una buena dosis de dentífrico. Sin embargo, esto no debería ser así. «Con un guisante sería suficiente», explica la Dra. Sánchez. «La pasta debe tener flúor —cuando hablamos del lavado de una persona adulta— porque ayuda a la remineralización de los dientes y hace que el diente esté más protegido ante posibles ataques de bacterias, la presencia de flúor en la superficie dental reduce la solubilidad del esmalte, dándole mayor dureza y haciéndolo mas resistente a la acción de los ácidos y por ende a la producción de caries dental.   Una pasta fluorada es importante y no lo es tanto una blanqueadora. El efecto que se consigue es menor del esperado, se recomienda su uso para el «mantenimiento después de un tratamiento de blanqueamiento en la consulta».   Dos veces mínimo: la noche, INNEGOCIABLE Lo ideal en higiene bucondental es cepillarse justo después de cada comida pero teniendo en cuenta que los expertos en nutrición recomiendan realizar cinco comidas diarias, esto se antoja bastante imposible. Como mínimo debemos lavarnos los dientes dos veces al día, una después del desayuno y la otra, la más importante, después de la cena. La recomendación es que si sólo se hacen dos cepillados, el segundo debe ser tras el desayuno para que no pasen demasiadas horas sin cepillarse. A partir de más de 10 horas pueden producirse más bacterias en la boca, que son las que producen las caries. Y si el cepillado de la mañana es importante, más lo es el de la noche. Durante el sueño se produce menos saliva, lo que se conoce como xerostomía. La saliva es un componente natural de nuestro organismo que tiene la misión de defender y proteger la boca. Ayuda a proteger de los agentes que pueden atacar el esmalte o provocar enfermedades. Esto se traduciría en una boca menos protegida. Y más si el paciente duerme con la boca abierta o ronca por lo que la placa bacteriana sería más nociva en ese lapso de tiempo. A todo esto se une que al dormir no hay movimiento de la lengua ni de los labios que contribuyen al llamado mecanismo de autolimpieza. Es por ello que el lavado nocturno resulta imprescindible, que se debe hacer a conciencia utilizando hilo dental, para llegar a los espacios a los que no llega el cepillo y donde se estancan las bacterias que darán paso a las caries, y colutorio, que en ningún caso puede sustituir al cepillado.     Barrer y no fregar No hace falta levantarse de la mesa inmediatamente después de comer el último bocado para irse a lavar los dientes, pero tampoco hay que dejar esperar demasiado tiempo para realizar el proceso. Sólo existe una excepción: si la dieta es predominantemente ácida (cítricos, vinagre…), lo ideal sería esperar 30 minutos para lavarnos los dientes y más si la persona sufre hipersensibilidad dentaria. De esta forma se evitaría frotar el ácido contra la dentadura y así evitaríamos repartirlo o por toda la boca e intensificar su efecto nocivo.   La duración del cepillado y el método utilizado son claves fundamentales el éxito del proceso. El tiempo de

Ortodoncia

¿Cuánto tiempo dura un tratamiento de ortodoncia? ¿Existe una duración mínima o máxima?

Hace algunos años, no eran pocos los pacientes que llevaban ortodoncia durante cuatro o cinco años. Esto, que podía ser normal en su momento, ya no debería ocurrir. Por un lado, los tratamientos ortodóncicos han avanzado mucho en lo que a materiales y tecnología se refiere, por lo que ha disminuido su duración. Por otro lado, los odontólogos somos actualmente más conscientes de que llevar brackets durante tanto tiempo puede acarrear la aparición de caries y problemas periodontales (gingivitis y periodontitis). Esto se debe a que los aparatos basados en brackets dificultan la higiene. Una limpieza deficiente facilita el desarrollo de caries y de enfermedades de las encías, que comienzan manifestándose con sangrado e inflamación. Dicho esto, a continuación, vamos a salir de dudas acerca de cuánto tiempo debería durar un tratamiento de ortodoncia. Asimismo, vamos a explicar de qué depende dicha duración y si hay un tiempo mínimo o máximo durante el que llevar ortodoncia.   ¿Cuánto tiempo dura un tratamiento de ortodoncia? La duración de un tratamiento de ortodoncia depende del caso de cada paciente. Sin embargo, podemos decir que, generalmente, duran una media de 18 meses. Esto quiere decir que mientras que hay tratamientos sencillos que duran 12 meses, hay otros casos más complejos que requieren 24 meses. Además de esto, hay algunos casos que se alargan hasta los 36 meses. Sin embargo, esta duración no es la normal y solamente se da cuando existen maloclusiones especialmente complejas.     CEPILLARSE LOS DIENTES CON ORTODONCIA La duración de los tratamientos depende de varios factores, como la planificación adecuada del caso, el grado de maloclusión, la técnica utilizada o la colaboración del paciente. ¿De qué depende la duración de los tratamientos? Dicho todo lo anterior, a continuación, vamos a detallar de qué depende el hecho de que un tratamiento de ortodoncia dure más o menos que otro. Como avance, te diremos que el factor más importante es el tipo o grado de maloclusión que tenga la persona. Por ejemplo, el apiñamiento de los dientes siempre se corrige más rápido que un problema de mordida u oclusión. De esta manera, los factores que determinan la duración de los tratamientos ortodóncicos son los siguientes: Planificación adecuada La fase previa a la colocación del aparato es fundamental, ya que determina, en gran parte, el éxito o el fracaso de los resultados. Una buena planificación viene determinada por el propio ortodoncista (su experiencia, cualificación…) y, también, por el estudio del caso que lleve a cabo dicho profesional. Este estudio incluye todas las pruebas previas que se le realizan al paciente (radiografías, fotografías y modelos).   MODELOS PARA ESTUDIO DE ORTODONCIA   Algunos de los pacientes que acuden a nuestra clínica dental para volver a llevar un tratamiento de ortodoncia, nos dicen que sus ortodoncistas anteriores no les realizaron las pruebas previas a las que hemos hecho referencia. Esto es un error muy grave ya que sin dichas pruebas no existen registros de la situación previa a la colocación del aparato, ni mediciones de la estructura facial para determinar con exactitud las anomalías en los dientes o huesos, etc. Por tanto, el ortodoncista trabajará “a ciegas”, con escasa precisión y nunca podrá comparar la evolución del tratamiento. Es decir, no tendrá el “antes” ni el “después”. Tipo o grado de maloclusión Tal y como ya hemos adelantado, el tipo o grado de maloclusión es el mayor condicionante de la duración del tratamiento. El primer factor mencionado, el de la planificación, también es fundamental. Sin embargo, presuponemos que en la mayoría de clínicas dentales este estudio se lleva a cabo correctamente. En este punto vamos a recordar que la ortodoncia puede hacer correcciones tanto en el alineamiento como en la mordida de los dientes. Por tanto, si solamente necesitamos corregir unos dientes apiñados, lo normal será que el procedimiento dure 12 meses. En cambio, si el paciente presenta mordida abierta, mordida cruzada o sobremordida, lo habitual será que el tratamiento dure entre 18 y 24 meses. Este aspecto se ve bastante claro en los pacientes que han llevado ortodoncia en el pasado, siendo adolescentes, por ejemplo. El grado de maloclusión que presentan cuando se van a volver a tratar suele ser menor. Esto puede suceder porque en el pasado se corrigieron la oclusión y el alineamiento. Sin embargo, hay que tener en cuenta que la corrección de la primera es más estable. Sin embargo, si no se utilizan los retenedores correctamente, los dientes vuelven a descolocarse con el paso del tiempo. Edad de la persona La edad del paciente influye dependiendo de si éste es un niño o un adulto. Es decir, a edades tempranas, entre los seis y los doce años, es posible realizar en unos meses correcciones que en la etapa adulta requerirían mucho más tiempo. O que, incluso, solamente se podrían llevar a cabo mediante cirugía ortognática. Esto sucede porque en las edades mencionadas el niño se encuentra aún en fase de crecimiento. Por tanto, los huesos de su cara (maxilar superior y mandíbula) son muy moldeables y su desarrollo se puede corregir mediante ortodoncia interceptiva. Técnica de ortodoncia utilizada Existen diferentes métodos de ortodoncia. Los más utilizados son los siguientes: Brackets metálicos tradicionales Brackets de cristal de zafiro Brackets linguales Incognito Alineadores Invisalign Mientras que los tres primeros están basados en brackets, Invisalign consiste en unas férulas transparentes y removibles que se cambian cada dos semanas. La fuerza que ejercen estos alineadores es menor que la que desempeñan los brackets, sean del tipo que sean. Este hecho hace que las personas que tengan una maloclusión compleja estén más tiempo con Invisalign del que estarían con los brackets de metal, los de cristal de zafiro o los Incognito (fabricados con una aleación de oro). Cuando sabemos que esto va a suceder, advertimos al paciente de que su tratamiento se puede alargar. Hay personas que prefieren llevar Invisalign sabiendo que van a estar más tiempo que con los brackets. Sin embargo, esto es una decisión personal y, si al finalizar el tratamiento vamos a conseguir los mismos resultados, dejamos la elección en manos del paciente. Colaboración del paciente Por último, la cooperación de la persona es fundamental a lo largo de todo el tratamiento. Por colaboración entendemos, por ejemplo, lo siguiente: Higiene Es muy importante cepillarse los dientes después de cada comida para evitar que aparezcan problemas bucodentales que entorpezcan el tratamiento, como la

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Beneficios de la irrigación bucal

La irrigación bucal es una técnica poco usada pero muy recomendada para conseguir una higiene bucodental completa. Pero, ¿En qué consiste? ¿Qué beneficios aporta a mi sonrisa? El irrigador bucal puede ser un gran aliado para mantener una buena salud bucodental. Se trata de un aparato que aplica un chorro de agua a presión. Su uso es como complemento del cepillado. ¿En qué casos es más recomendado el uso de un irrigador? Enfermedades periodontales. La irrigación puede ser clave para prevenir el desarrollo de la gingivitis y la periodontitis. Pacientes portadores de ortodoncia. Esta técnica es especialmente recomendada en pacientes con brackets, ya que consigue eliminar los restos de estos espacios difíciles. Pacientes con los dientes sensibles. En pacientes con sensibilidad dental, el uso de otros productos como el hilo dental puede ser doloroso. El irrigador evita el roce y el sangrado de las encías. Así, permite una limpieza eficaz sin dolor. El irrigador bucal permite eliminar los restos de comida y bacterias de los aparatos fijos, que tienden a crear zonas de retención de placa bacteriana. También puede llegar a aquellas zonas donde no alcanzan los filamentos de los cepillos. Hay diferentes tipos y modelos de irrigador bucal. En general la presión del agua se puede controlar, y muchos irrigadores son portátiles. También se puede regular el tipo de chorro para que sea recto o giratorio, en función del tipo de zona que nos interese limpiar. Los beneficios de la irrigación bucal Son muchos los beneficios de la irrigación bucal. Uno de los más inmediatos es que aporta frescor a la sonrisa. Esto nos ayuda a combatir el mal aliento o halitosis. Al llegar a partes mas profundas de la boca y limpiar parte de la lengua, removemos las bacterias relacionadas con la halitosis. La irrigación bucal también ayuda a eliminar las manchas de la superficie de los dientes. Esto permite recuperar un color más radiante y tener una sonrisa más bonita. Otra clave es la prevención de patologías bucodentales. La eliminación de placa bacteriana en espacios entre dientes y encías evita el sarro. Además, ayuda a prevenir el desarrollo de patologías como la gingivitis, así como infecciones e irritaciones en las encías. La gran ventaja de la irrigación bucal en comparación con otras técnicas es que permite una limpieza no invasiva en dientes que han sido sometidos a otros tratamientos. Por ejemplo, dientes con carillas y coronas dentales. El paciente puede realizar una limpieza en profundidad sin alterar los resultados de estos tratamientos. Para que la irrigación bucal tenga los efectos de prevención deseados, es importante realizar otros pasos previos como el cepillado. Lo más importante es cepillarse los dientes después de cada comida, con un cepillo de cerdas suaves y sin ejercer demasiada presión. Además del irrigador bucal, el enjuague también es un buen aliado para eliminar los restos de placa bacteriana entre dientes y encías.

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