Clínica Sancal

octubre 2017

Buenos hábitos, Cultura y curiosidades, Prevención

Tengo infección de muela: ¿cómo la curo y qué complicaciones puede dar?

Quienes lo han padecido, dicen que el dolor de muelas es uno de los peores dolores que se pueden padecer. Se caracteriza por ser especialmente intenso, persistente y punzante. Y, hasta que se cura, tiene un gran protagonismo en la vida de la persona que lo sufre. El dolor de muelas puede responder a diferentes motivos. Lo más frecuente es que se deba a la aparición de las muelas del juicio -también llamadas cordales- o a la existencia de una infección. En este artículo, vamos a centrarnos en el dolor de muelas a causa de una infección.  A su vez, las infecciones a las que hacemos referencia pueden producirse en cualquier molar, incluidas las muelas del juicio. ¿Por qué se infecta una muela? La infección de cualquiera de nuestras piezas dentales se debe a un problema bacterianoque puede tener, a su vez, diferentes causas: Caries Si la caries no se trata, avanza y se complica su pronóstico. Es decir, las bacterias penetran en el interior del diente (pulpa) y llegan, incluso, a afectar al nervio. En el caso de que se produzca la afectación del nervio, la solución para tratar una caries ya no es un empaste dental -que sería lo habitual- sino una endodoncia o tratamiento de conducto. Enfermedad periodontal (gingivitis y periodontitis) Cuando la gingivitis no se trata, se transforma en una periodontitis, que es una patología que requiere un tratamiento más complejo. Si, a su vez, no nos ponemos en manos de un odontólogo especializado en Periodoncia, la periodontitis avanzará. Dicha enfermedad dará lugar a la destrucción del hueso mandibular -que causa la pérdida de dientes- y a lo que conocemos como bolsas periodontales. Éstas son depósitos que se forman en las encías y se hacen cada vez más grandes para acumular mayor cantidad de bacterias. Traumatismo Cuando un diente se rompe o se astilla por un golpe, también se vuelve vulnerable ante las bacterias. Esto sucede porque en la pieza dental se crea una grieta o un orificio que permite la contaminación de agentes externos. Es decir, esta abertura facilita la entrada de bacterias.   Lesión con objeto punzante En ocasiones, se tiene la costumbre de utilizar palillos o de mordisquear bolígrafos. Sin embargo, este tipo de hábitos -a menudo inconscientes- pueden dañar la salud de la boca. Si nos hacemos una herida, la zona queda expuesta y las bacterias pueden entrar en contacto con nuestra cavidad oral. El tratamiento para curar una muela infectada suele pasar por eliminar la infección mediante antibióticos, realizar una endodoncia o recurrir a una extracción (si es una muela del juicio) ¿Cuáles son los síntomas una infección? La infección de una muela se manifiesta con un absceso (inflamación y acumulación de pus) en la zona donde se encuentra dicha pieza dental.   Unido a ello, la persona experimenta un dolor agudo, persistente y punzante. Pero, además de estas consecuencias, que son compartidas en todos los casos, las muelas infectadas dan lugar a los siguientes síntomas: Dolor al masticar Sangrado de encía Dolor de oído Sabor amargo en la boca Halitosis o mal aliento Fiebre Sensibilidad de los dientes al calor y/o al frío Dolor de garganta Inflamación de los ganglios del cuello Mandíbula inflamada (si es una muela de la arcada inferior) Mejilla inflamada (si es una muela de la arcada superior)   Tratamiento: ¿cómo curar la infección de muela? Los tratamientos para curar las infecciones pueden variar en función de cuál sea el origen de ésta. Sin embargo, el primer paso -una vez contamos con un diagnóstico- es siempre controlar la infección para evitar mayores complicaciones. Y, de esta manera, calmar el dolor ybajar la hinchazón. Para eliminar la infección es necesario el uso de antibióticos recetados por el dentista. En este punto, es necesario recordar que no se debe tomar un antibiótico, o ningún otro tipo de medicamento, sin que haya sido prescrito por un médico u odontólogo. Además de antibióticos, nuestro dentista nos puede pautar medicación analgésica y recomendar enjuagues bucales para calmar el dolor. Una vez que tenemos la infección controlada, en la mayoría de los casos será prioritario tratar de conservar el diente. Para ello, se puede recurrir a una endodoncia o tratamiento de conducto. En cambio, habrá otras ocasiones en las que recurramos a la extracción. Esto puede suceder porque el dentista determina que la muela no se puede salvar o porque la infección afecta a una muela del juicio. Dado que las muelas del juicio no desempeñan un papel relevante en nuestra boca, lo habitual cuando causan problemas es extraerlas. Remedios caseros: ¿qué es bueno utilizar? En algunas ocasiones, nos sentimos tentados de buscar a través de Internet remedios caseros para nuestras dolencias. Sin embargo, es importante saber que no es recomendable intentar solucionar la infección de muelas sin un tratamiento supervisado por un odontólogo. Algunos de los remedios naturales que puedes encontrar en Internet pueden ser colocar sobre la zona algo de lo siguiente: aspirina, clavo en especia, bolsas de té, agua oxigenada, bicarbonato o alcohol.   Si embargo, muchos de estos remedios caseros pueden quemar los tejidos blandos de la boca (encía, parte interna de la mejilla, interior del labio y zona del paladar) si se colocan directamente en el área donde se encuentra la muela infectada. La aspirina es, probablemente, uno de los remedios más conocidos. Sin embargo, es importante saber que este medicamento es ácido acetilsalicílico, por lo que su componente ácido es especialmente peligroso para dichos tejidos blandos. Por su parte, hay otros remedios naturales como las bolsas de té o el clavo que pueden aliviar el dolor momentáneamente pero no sirven para curar la muela infectada. Por tanto, el tratamiento debe ser siempre profesional. Y, en el caso de que recibas alguna recomendación sobre un remedio casero, nuestro consejo es que consultes su uso con tu dentista antes de probarlo.   Complicaciones: ¿qué puede desencadenar una muela infectada? Una vez mencionados los tratamientos con los que se cura la infección de muela, es importante saber que sea cual sea el procedimiento adecuado, éste debe llevarse a cabo cuanto antes. De esta manera, estaremos tratando de evitar peligros y futuras complicaciones. Y es que, las consecuencias más habituales que conlleva la infección de una pieza dental son las siguientes: Pérdida de la muela La pérdida de la pieza dental se produce debido a la destrucción que causan las bacterias en las encías y el hueso maxilar.

Buenos hábitos, cirugía e implantes

Duración de los implantes dentales

Los implantes dentales constituyen en la actualidad la mejor solución para reponer la pérdida de un diente. Es un tratamiento que ha experimentado una gran evolución en los últimos años con la aparición de nuevas técnicas como la cirugía guiada por ordenador o la colación de los implantes mediante carga inmediata. Los implantes dentales suponen una solución estable y de larga duración, siempre y cuando se utilicen los materiales adecuados, por un profesional suficientemente preparado. En tu caso recuerda mantener una correcta higiene y cuidado de los mismos y acude a las revisiones que el profesional implantándolo te marque en tu calendario de citas. ¿Cuánto duran los implantes? Los  se fabrican con materiales excepcionalmente fuertes como el titanio, y están diseñados para soportar las fuerzas masticatorias con un amplio margen de seguridad. No obstante, y aunque es extremadamente raro puede ocurrir que algún implante se rompa o fracture, pero aparte de este accidente mecánico ocasional, los problemas sufridos por los implantes son más achacables a los tejidos que los rodean, que al implante en si mismo. Existen tres casos que pueden conducir a la pérdida de tejido en la zona que rodea el implante: las condiciones locales, las condiciones sistémicas, la sobrecarga de implante. Echemos una mirada detallada a cada una de ellas. Condiciones locales Las bacterias se acumulan alrededor de un implante tal como lo harían alrededor de un diente natural. Si no se lleva a cabo una correcta higiene, las encías se inflamarán y, finalmente, se provocará una degradación del hueso que da soporte al diente. Este proceso tiene un nombre, es la patología periodontal. Este mismo proceso puede ocurrir también alrededor de un implante, si la placa bacteriana se acumula sin ser eliminada mediante una higiene bucal adecuada.   PERDIDA HUESO ENCIA IMPLANTES Un implante es muy sencillo de limpiar al igual que un diente natural, pero existen condicionantes tales como la osteoporosis, diabetes no controlada, el uso frecuente de alcohol o tabaco, uso de drogas o cualquier enfermedad debilitante, que menguan la capacidad regenerativa del cuerpo, y en presencia de las cuales la tasa de duración de un implante dental se reduce. Enfermedades sistémicas Cualquier enfermedad que afecta a la reparación de los huesos u otros tejidos es capaz de provocar el desgaste y el agotamiento del téjido óseo que sostiene al implante. Sobrecarga de la zona del implante Cada vez que una estructura está se sobrecarga, algunas de sus partes pueden ceder. Los dientes participan en actividades tales como comer, tragar y hablar bajo diversos grados de fuerza: estas fuerzas son generalmente de naturaleza fisiológica, y en ausencia de anomalías que estimulan la formación de masa ósea. Durante los períodos de actividad muscular extrema, por ejemplo, en casos de levantamiento de pesas, la mayoría de la gente aprieta los dientes con una gran fuerza superando por mucho la fuerza total aplicada sobre un diente mientras se come. A pesar de ser bastante intenso, estas fuerzas se ejercen sólo por períodos cortos de tiempo, por lo tanto, la probabilidad de que cause daño es muy escasa: estas fuerzas pueden superar las cargas fisiológicas en tamaño, pero en general no en la duración. Incluso el estrés emocional puede provocar daños no sólo a los tejidos de soporte del diente, pero también en los que apoyan el implante. Este es el caso del bruxismo, donde los pacientes aprietan involuntariamente los dientes unos contra otros durante el sueño ¡Acude al dentista rápidamente si este es tu caso!. El estrés emocional también puede alterar la química del cuerpo provocando con ello una condición sistémica que debilite los tejidos de apoyo haciéndolos más propensos a quebrarse. Todo este tipo de sobrecargas pueden provocar microfacturas en la unión entre el hueso y el implante y producir con el tiempo una reabsorción y desaparición de tejido óseo. Otro de los problemas habituales se produce con el chicle, cuyo uso puede transformar una carga fisiológica simplemente aumentando la cantidad de tiempo durante el cual se ejercen las fuerzas, pasando de la media de 40 minutos por comida a 12-14 horas al día. Para resumir, esto significa que si la persona mantiene unas buenas condiciones de higiene en un cuerpo sano sin mucho estres, un implante puede durar sin problemas durante muchos, muchos años. Obviamente no todo el mundo cumple con todas estas condiciones siempre, no obstante, de acuerdo con la literatura especializada los datos en retrospectiva del éxito total del implante es del 95% en 5 años, esto significa que el 95% de todos los implantes insertados han durado un período de al menos 5 años sin ningún problema, y que sólo el 5% de los implantes ha tenido que ser removido antes del límite de 5 años. Un dentista profesionalmente preparado con una gran experiencia y casos tratados, puede garantizar una duración de al menos 15 años, aunque según algunos autores se pueden alcanzar los 20 años. Atención: es imposible saber de antemano la duración de un implante, las cifras indicadas se refieren a la literatura científica actual, que en ningún caso representa una garantía. Cualquier otra duda sobre implantes dentales puedes resolverla solicitando una consulta con la Dra. Sánchez, experta en periodoncia e implantes dentales. Para ello, puedes solicitar tu consulta online o en el 91 5996439. Acudir a las revisión para aumentar la durabilidad del implante Muchos profesionales tienen asumido que para garantizar el éxito a largo plazo de un implante dental es necesario una buena colocación de los mismos y una buena higiene por parte del paciente, sin embargo no todos los pacientes tienen asumido que es fundamental el realizar un control periódico, para poder evaluar posibles problemas que interfieran en la buena “salud” del implante. La principal razón de estas revisiones es controlar la buena condición de los tejidos que rodean al implante, tanto la encía como el hueso, así como controlar que la fuerza soportada por el implante es la correcta. La frecuencia con la que es necesario acudir a revisión es de unos 3-6 meses, aunque dependiendo del caso concreto de cada paciente el dentista dictara un calendario u otro. Control

Buenos hábitos, Estética dental, Ortodoncia

Tengo un diastema, ¿cómo corrijo la separación de mis dientes?

Cuando un niño sonríe, es muy frecuente que apreciemos en su sonrisa un diastema o separación entre sus incisivos centrales superiores, comúnmente llamados “paletas”. Este rasgo tan característico de los niños de corta edad tiende a corregirse con el paso del tiempo, cuando éstos cambian sus dientes de leche por la dentición definitiva. Esto sucede naturalmente ya que los dientes permanentes son más grandes que los de leche. Sin embargo, y aunque no es lo más habitual, algunas personas mantienen los diastemas al llegar a la edad adulta. Cuando esto sucede, la separación entre dientes ya no se corrige de forma natural. Mientras que hay quienes están contentos con el aspecto aniñado que otorgan los diastemas, a otros les supone un complejo y prefieren llevar a cabo un tratamiento que cierre los espacios entre sus dientes. La separación entre los dientes puede corregirse mediante ortodoncia, frenectomía, carillas o reconstrucciones de composite. ¿Por qué tengo una separación entre los dientes? Por diastema entendemos un pequeño espacio entre dos piezas dentales. Aunque lo más frecuente es que se presente entre los incisivos centrales superiores, las separaciones pueden darse entre cualquier par de dientes. Dichos espacios pueden ser generalizados -varios a lo largo de la boca- o localizados. Aunque las causas que originan la separación entre los dientes son variadas, las principales son: Inserción baja del frenillo del labio superior: El frenillo labial superior es una membrana que conecta la cara interna del labio superior con la encía. Cuando dicho frenillo ha tenido un crecimiento anómalo y es más grande de lo habitual, baja hasta los dos incisivos centrales superiores e impide que éstos se junten. Aunque también tenemos frenillo labial inferior, que puede desarrollarse más de lo normal y dar lugar a un diastema, es más frecuente que la separación se produzca entre los dientes superiores. Dicho esto, cuando el diastema se debe a la inserción baja del frenillo, la solución para corregirlo será la de realizar un tratamiento combinado de ortodoncia y frenectomía. Ortodoncia: el diastema se puede cerrar con cualquier tratamiento: brackets metálicos, brackets de zafiro, brackets linguales Incognito e Invisalign Frenectomía: es una cirugía menor que se lleva a cabo bajo anestesia local. Consiste en cortar el frenillo y posteriormente dar puntos para que la herida se cierre y cicatrice Lo más adecuado es que la frenectomía sea realizada por un cirujano o un especialista en Periodoncia. En nuestra clínica, esta intervención es realizada por la doctora Sara Sánchez. En este punto, es importante recordar que la Periodoncia es la especialidad de la Odontología que se encarga del cuidado y los tratamientos de las encías. Dado el lugar que ocupa el frenillo en nuestra boca, el periodoncista es uno de los profesionales indicados para llevar a cabo la frenectomía.   FRENILLO LABIAL SUPERIOR Desproporción entre el tamaño del hueso maxilar y los dientes: Los dientes separados también pueden aparecer cuando el hueso maxilar ha crecido mucho y es demasiado amplio para los dientes. Al ser los dientes proporcionalmente más pequeños que el maxilar, éstos no llegan a ocupar todo el ancho del hueso y se producen los espacios. En este caso, los diastemas pueden ser generalizados o localizados entre cualquier par de dientes de la boca. En función del caso concreto del paciente, los diastemas se podrán corregir de varias maneras: Ortodoncia: el tratamiento mueve los dientes para intentar cerrar los espacios Carillas o reconstrucciones de composite: estos tratamientos rellenan el espacio entre los dientes. Es frecuente que se realicen en los incisivos laterales superiores   ORTODONCIA PARA CERRAR ESPACIOS ENTRE DIENTES Succión o empuje de la lengua contra los dientes: En el caso de las separaciones entre los incisivos centrales superiores, éstas también producirse por interponer o empujar la lengua contra los dientes. Este gesto puede darse por simple hábito o porque la lengua sea demasiado grande (macroglosia). Aunque este gesto parezca inofensivo, si se empieza a realizar cuando somos niños y lo mantenemos en el tiempo, progresivamente se va abriendo el espacio entre los dientes. Al igual que en el caso anterior, el cierre de los huecos entre los dientes puede realizarse con ortodoncia, carillas o reconstrucciones de composite. Si tengo un diastema, ¿debo someterme a un tratamiento para cerrarlo? Una vez que conoces las causas por las que puedes tener un diastema, es importante señalar que las separaciones entre los dientes no presentan un problema directo para tu salud bucodental. Sin embargo, es muy importante incidir en estos espacios cuando nos estamos cepillando los dientes, para que no se conviertan en el refugio de restos de alimentos. Si esto sucediera, podríamos desarrollar caries y/o problemas periodontales (gingivitis o periodontitis). Por su parte, desde el punto de vista estético, los diastemas sí pueden ser un problema para quien los padece. Si este es tu caso, te recomendamos que acudas a un odontólogo especializado en Ortodoncia para que determine cuál es la solución más adecuada para ti. Es posible que tengas diastemas pero presentes buena oclusión. Sin embargo, lo más habitual es que estos espacios vayan acompañados de algún tipo de problemática adicional relacionada con la mordida o el alineamiento de los dientes.

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