Clínica Sancal

julio 2017

Ortodoncia

Claves sobre los brackets metálicos

Los brackets metálicos han sido durante mucho tiempo la única opción para corregir la alineación de la sonrisa. Son el tratamiento más tradicional en ortodoncia y permiten corregir problemas severos de posición y mordida. ¿En qué consiste el proceso de ortodoncia con brackets?  La ortodoncia es una especialidad de la odontología que se centra en corregir la posición defectuosa de los dientes, con fines tanto estéticos como funcionales. Así, puede conseguir una sonrisa perfectamente alineada, corregir problemas de mordida, apiñamiento dental, falta de espacio… Unos dientes mal alineados pueden alterar la calidad de vida del paciente. Sobre todo en procesos como la masticación o la mordida, incluso el habla. Además una sonrisa mal alineada puede generar complejos a nivel estético. Una forma de corregir la posición de las piezas dentales es mediante los brackets metálicos. Este tratamiento consiste en elementos adheridos a los dientes y unidos con arcos elásticos que mueven de forma progresiva los dientes hasta que adquieren la posición deseada. Generalmente son metálicos, aunque también hay brackets de porcelana si queremos preservar la estética durante el tratamiento. En ambos casos son aparatos fijos y sólo pueden ser manipulados por el odontólogo. Brackets metálicos tradicionales: las claves ¿Cuánto dura el tratamiento? La duración del tratamiento puede variar en función de las necesidades de cada paciente. Normalmente se prolonga de 12 a 24 meses, pero la duración es variable en función de los problemas de cada sonrisa. En general estos tratamientos con ortodoncia suelen iniciarse durante la adolescencia. No obstante, los brackets también son habituales en adultos, quienes suelen utilizar los de porcelana, buscando procesos más estéticos. La higiene con brackets metálicos La limpieza diaria es fundamental, ya que los aparatos pueden generar zonas de retención de placa bacteriana. Por ello debe ser muy constante, para evitar complicaciones durante el tratamiento. Se recomienda cepillarse los dientes después de cada comida. Conviene hacerlo con un cepillo de cerdas suaves y cepillando desde las encías hacia los bordes. También es aconsejable enjuagarse los dientes con un colutorio que contenga flúor. Además es fundamental realizar una serie de cuidados para mantener los brackets en buen estado. En este sentido se deben evitar los alimentos duros y pegajosos, ya que pueden dañar los brackets metálicos. También es recomendable acudir al odontólogo con regularidad, para realizar un seguimiento de la ortodoncia. ¿Y después de los brackets qué? Después de retirar los brackets, el tratamiento no ha terminado. De hecho se pasa a una parte muy importante: la fase de retención. Esta fase puede determinar el éxito o el fracaso de los brackets. El paciente lleva unos retenedores hechos a la medida de su boca, que ayudan a mantener los buenos resultados conseguidos con la ortodoncia. En general, los retenedores suelen llevarse por las noches. Lo más común es llevar una funda transparente en la arcada superior y unos retenedores metálicos apenas perceptibles en los incisivos.

Ortodoncia

Pasos a seguir tras la ortodoncia

La ortodoncia es un tratamiento cada vez más solicitado por los pacientes, tanto jóvenes como adultos. Corregir la posición de los dientes es clave para conseguir una alineación perfecta y una sonrisa bonita. No obstante, para mantener los mismos resultados durante mucho tiempo conviene seguir diversos pasos tras retirar los aparatos de ortodoncia. ¿Cuáles son? Hay varios factores que condicionan la necesidad de llevar aparatos, tanto estéticos como funcionales. A nivel estético, con la ortodoncia se consigue una sonrisa alineada y más bonita. Tener una sonrisa estética es algo muy importante para muchos pacientes en la actualidad. A nivel funcional, la ortodoncia corrige problemas de mordida y posición que pueden alterar la calidad de vida del paciente. Uno de los más habituales es el apiñamiento dental. Además una mala posición de las piezas dentales favorece la acumulación de placa bacteriana entre dientes y encías. Esta es una de las principales causas del desarrollo de patologías como la caries y la gingivitis. Para evitarlas, conviene mantener una sonrisa sana y bien alineada. Entonces, ¿Qué pasos hay que seguir después de la ortodoncia? Pasos tras la ortodoncia Retirar los aparatos no significa terminar con el tratamiento. Estos son los pasos más importantes a seguir después de la ortodoncia: 1. La importancia de la retención Después de retirar los aparatos, se procede a la fase de retención. Esta fase posterior a la ortodoncia consiste en llevar los aparatos retenedores. En función de cada tratamiento, los retenedores se llevan todo el día de forma permanente o sólo por la noche. los retenedores más habituales son fundas transparentes, junto con un hilo metálico apenas perceptible, que se coloca detrás de las piezas dentales. Mantener una constancia diaria en esta fase es clave para evitar que los dientes vuelvan a su posición inicial defectuosa. 2. Rutina de higiene bucodental Para evitar la acumulación de bacterias, es recomendable limpiar de forma regular los retenedores con pastillas efervescentes. Además conviene mantener una buena rutina de higiene oral. Es decir, cepillarse los dientes después de cada comida. Para evitar la acumulación de placa en zonas difíciles, es importante complementar el cepillado. Las técnicas más usadas son el hilo dental y el enjuague bucal. Durante la ortodoncia es muy recomendado el irrigador bucal. Después del tratamiento sigue siendo una buena opción para eliminar los restos de comida y bacteria incrustados entre dientes y encías. 3. Revisiones periódicas Mantener un seguimiento profesional es igual de importante cuando tenemos los aparatos que cuando los hemos retirado. La Dra. Sánchez y el Dr. Arias de la clínica dental SanCal recomiendan acudir a la consulta un mínimo de dos veces al año. Hay varias complicaciones que pueden alterar los resultados de la ortodoncia, como la erupción de las muelas del juicio o el desarrollo de algunas enfermedades bucodentales.

cirugía e implantes

Colocación de un implante inmediatamente después de la extracción: ¿tiene ventajas o inconvenientes?

Tradicionalmente, cuando se perdía o se extraía un diente, era necesario esperar tres meses para poder insertar el implante y otros tres meses para colocar la corona. De esta manera, el tratamiento tenía una duración total de seis meses aproximadamente. El motivo de esperar tres meses para insertar el implante residía en que ése es el periodo que tarda en cicatrizar el alveolo -hueco del hueso donde se aloja el diente-. Sin embargo, hace alrededor de 20 años, algunos odontólogos y cirujanos maxilofaciales comenzaron a cambiar el protocolo tradicional de colocación de implantes. Es decir, tras realizar la extracción, algunos implantólogos dejaron de esperar tres meses hasta que colocaban el implante. Lo que empezaron a hacer, por tanto, era insertar éste inmediatamente después de extraer la pieza dental. De esta manera, el tratamiento duraba sólo tres meses. Y, en este tiempo, el paciente se sometía a una única cirugía y la zona sufría un único trauma biológico. En este punto, es importante aclarar que el nuevo protocolo mencionado sólo se puede llevar a cabo con los dientes incisivos. Por contra, no se puede realizar en los molares, ya que las raíces son muy anchas y el espacio que dejan es demasiado grande para poder fijar el implante nada más extraer. Lo que hay que hacer en el caso de los molares, por tanto, es esperar tres meses para que se remodele el hueso y se rellene naturalmente el espacio. Pasado este tiempo, se podrá fijar el implante. DIFERENCIA ENTRE MOLAR Y DIENTE En lo que a pérdida de hueso se refiere, colocar un implante inmediatamente no supone un beneficio en el resultado final del tratamiento. Sin embargo, este procedimiento conlleva numerosas ventajas para el paciente ¿Cuáles son las ventajas de colocar el implante inmediatamente? Aparentemente, el procedimiento mediante el cual se coloca el implante inmediatamente después de la extracción tiene importantes ventajas para el paciente. En primer lugar, la persona solamente se somete a una cirugía. Por el contrario, en el protocolo tradicional son necesarias dos: una al extraer el diente y otra para colocar el implante. En segundo lugar, el tiempo de tratamiento se acorta. Es decir, tiene una duración total de tres meses aproximadamente, en lugar de seis. Sin embargo, dejando a un lado las ventajas evidentes para el paciente, lo cierto es que hasta el año 2010 no existieron estudios relevantes que establecieran si este nuevo protocolo podía implicar algún perjuicio o anomalía en el proceso de cicatrización del alveolo. Además, entre los odontólogos y cirujanos maxilofaciales existía la creencia de que con el procedimiento de implantación inmediata el proceso de remodelación del hueso era menor. Este proceso de remodelación ocurre siempre que se pierde una pieza dental. Se debe a que el hueso que rodea la raíz del diente desaparece y el alveolo se adapta a su nueva situación edéntula. Esta remodelación del hueso es muy marcada los cuatro primeros meses después de la extracción. Tras estos cuatro meses, la pérdida ósea transcurre de manera más lenta. Era tal la creencia de que la implantación inmediata solucionaba este problema que se diseñaron unos implantes cónicos -los tradicionales son cilíndricos-. Y es que se pensaba que la pérdida de hueso iba a ser menor si se reemplazaba inmediatamente el espacio con un implante que imitaba la raíz natural del diente.  IMPLANTE CILÍNDRICO Y CÓNICO Conclusiones del estudio clínico Por todo lo anteriormente mencionado, era necesario realizar un estudio exhaustivo que probara, o desmintiera, estas teorías. Dicha investigación fue llevada a cabo conjuntamente por la Universidad de Gotemburgo (Suecia), la Universidad de Berna (Suiza), una clínica privada en Padova (Italia) y la Universidad Complutense de Madrid. Para llevar a cabo el trabajo, los investigadores diseñaron un estudio clínico multicéntrico y randomizado en el que se estudiaron los dos tipos de implantes: cilíndricos y cónicos. De esta manera, se pretendía demostrar si la pérdida de hueso era menor cuando se colocaban implantes cónicos. Para elaborar el estudio y poder encontrar resultados estadísticamente significativos se escogió una muestra relativamente homogénea y extensa. Ésta estaba formada por hombres y mujeres adultos de distintos grupos de edad. Una vez analizadas las conclusiones del estudio, se demostró que cicatrizaba mejor el implante cilíndrico. Sin embargo, no existía ninguna variación significativa en el proceso de contracción del alveolo ni en el grado de pérdida de hueso. Es decir, en lo que a pérdida de hueso se refiere, el poner un implante inmediatamenteno supone un beneficio en el resultado final del tratamiento. Esto quiere decir que aunque se inserte el implante inmediatamente siempre hay que regenerar para prevenir la futura reabsorción que va a producirse. En este punto, es fundamental explicar en detalle los inconvenientes de que el alveolo se contraiga. Así como previamente hemos explicado que la excesiva compresión del hueso es perjudicial para la resolución del tratamiento, no ocurre lo mismo con el alveolo. PARTES DE UN DIENTE Durante los tres meses siguientes a la extracción -se coloque o no un implante en ese tiempo-, la encía y el hueso se remodelan. De esta manera, habrá una pérdida en sentido horizontal del 40% del volumen que ocupaba la encía y una pérdida en sentido vertical de entre 1 y 2 milímetros. Así, se producirá una concavidad en la encía que supondrá un inconveniente para la estética del tratamiento. Es decir, si el grosor disminuye considerablemente, se transparentará el metal del implante. Además de los efectos estéticos, la forma cóncava adquirida también provocará inconvenientes higiénicos, ya que tenderá a almacenarse comida en la zona. Dada la pérdida inevitable en el volumen de la encía, cuando se extraiga o se pierda un diente en el sector anterosuperior -la zona más visible- habrá que realizar técnicas de cirugía plástica periodontal. De esta manera, no solamente se repondrá el diente perdido, sino que además se restituirá el volumen de encía que había anteriormente. Estas técnicas de cirugía plástica periodontal pueden ser el injerto de tejido conectivoproveniente del paladar -para restituir el volumen de encía- y el biomaterial de sustituto óseo -para compensar la pérdida de hueso-. Es decir, en función de la pérdida que se haya producido, se debe determinar si la solución es simplemente un injerto de encía o si se debe realizar un injerto combinado de encía y hueso. Tras las conclusiones derivadas del estudio, en nuestra clínica la Dra. Sánchez realiza la cirugía plástica periodontal en el mismo momento de

Buenos hábitos

Cuidados bucodentales en la dentición mixta

La dentición mixta es una etapa crucial en el desarrollo bucodental de los niños. Marca el cambio de la primera dentición a las piezas dentales definitivas. Mantener unos buenos cuidados bucodentales con estas piezas será clave para tener una sonrisa sana en el futuro. Este proceso suele comenzar a los seis años de edad, aunque puede variar en función de cada niño. El recambio de dientes puede alargarse hasta los 12 años, de modo que de forma progresiva los dientes de leche dan paso a los dientes definitivos, que ejercen presión desde el interior de la encía. Durante esta etapa los dientes de leche y los permanentes coinciden, formando lo que conocemos como dentición mixta. Después de este cambio aún quedarán por erupcionar las muelas del juicio, que en general se desarrollan a partir de la mayoría de edad. La importancia de cuidar la dentición mixta La dentición mixta se divide en dos fases. La primera fase consiste en la erupción de los primeros molares e incisivos permanentes, y se alarga hasta los 10 años. A partir de entonces se pasa a la segunda fase, en la que se desarrollan los premolares y caninos hasta completar la segunda dentición. Un buen desarrollo de los dientes definitivos es clave para evitar problemas de alineación y mordida. Para conseguirlo, conviene mantener una serie de cuidados en la etapa más delicada: la dentición mixta. Rutina de higiene oral. Durante el cambio de dientes es muy importante mantener una buena rutina de limpieza. Se recomienda cepillar los dientes después de cada comida y potenciar la higiene interproximal para eliminar los restos de bacterias de los espacios más difíciles de la cavidad oral. Alimentación equilibrada. Durante la infancia es habitual el consumo de alimentos muy azucarados, como los caramelos y los pasteles. Moderar el consumo de azúcar durante esta etapa de cambio es fundamental para evitar el desarrollo de caries dental. Además, tener caries en los dientes de leche aumenta las posibilidades de desarrollarla en un futuro. El papel del odontopediatra. Acudir al odontopediatra con regularidad durante esta etapa es esencial. En algunos casos puede haber un retraso en la erupción de los dientes definitivos, o bien una pérdida prematura de los dientes de leche. Los dientes de leche tienen un papel fundamental en el desarrollo del niño no sólo a nivel bucodental. También influyen en el proceso de habla, masticación y desarrollo tanto óseo como muscular. Un mal desarrollo de la dentición mixta puede alterar estos procesos además de favorecer el desarrollo de patologías bucodentales en el futuro, como la caries dental. En la clínica dental SanCal realizamos un estudio personalizado para adaptar nuestros tratamientos a las necesidades de cada niño. Un buen desarrollo de la dentición mixta es fundamental para mantener una sonrisa sana en el futuro.

Cultura y curiosidades, Prevención

¿Qué debes saber sobre la placa bacteriana?

La acumulación de placa bacteriana es una de las principales causas de las enfermedades periodontales y de afecciones bucales muy comunes como, por ejemplo, la caries. Sin embargo, siguiendo unas pautas de higiene exhaustivas podemos evitar esta formación y, por lo tanto, mantener nuestra boca en salud. ¿Qué es la placa bacteriana? La boca es una cavidad séptica; es decir, una zona en la que conviven diferentes bacterias perfectamente adaptadas a vivir en ese entorno. La presencia de estos microorganismos es frecuente desde que somos niños, resultando perjudiciales para la salud de nuestra boca. La placa bacteriana es una fina película transparente compuesta por las proteínas presentes en la saliva, sobre la cual se adhieren las bacterias presentes en nuestra boca. En caso de no tener una buena higiene bucodental, la mineralización de esta placa da lugar la formación de sarro –o cálculo dental-. El sarro supone, a su vez, un mayor depósito de placa en la boca, pues su superficie es más adhesiva que la de los propios dientes. Su acumulación es la responsable de la aparición de enfermedades periodontales, como la gingivitis y la periodontitis, y de las caries dentales. Podemos distinguir varios tipos de placa en función de las bacterias de las que esté compuesta y del lugar en el que se acumule. En función del tipo de bacterias que formen la placa bacteriana, podemos distinguir dos tipos de la misma que difieren en los efectos que tienen sobre la salud de nuestra boca: Denominamos placa cariogénica a aquella formada por bacterias que, tras metabolizar los azúcares de los alimentos, liberan ácidos en la superficie de las piezas dentales. Estos ácidos dañan el esmalte de los dientes, siendo las causantes, por lo tanto, de las caries. Por el contrario, llamamos placa periodontopatogénica a la conformada en por bacterias que liberan sustancias primarias tras metabolizar los azúcares de los alimentos. Son, por tanto, las causantes de las enfermedades periodontales. A esta clasificación, podemos sumarle una nueva clasificación que no resulta excluyente con respecto a la primera en función del lugar en el que se acumule la placa bacteriana. Hablamos de placa supragingival cuando las bacterias se acumulan en las piezas dentales. Normalmente, este tipo de bacterias son cariogénicas. Por el contrario, la placa subgingival se acumulan en el surco gingival y en la bolsa periodontal. Este tipo de placa es, generalmente, periodontopatogénica, y para su acumulación es habitual que, en primer lugar, haya habido acumulación de placa supragingival en las piezas dentales. ¿Cómo eliminar la placa bacteriana? Manteniendo unas buenas rutinas de higiene dental podemos eliminar fácilmente la placa bacteriana. Mediante el cepillado tradicional y el uso de otros complementos de higiene oral tales como, por ejemplo, el hilo dental, evitamos la acumulación de la misma. Por el contrario, la acumulación de sarro sólo podrá ser eliminada a través de una higiene bucodental profesional llevada a cabo en clínica. Es un procedimiento inocuo para el cual no se precisa de anestesia. Mediante el uso de la punta de ultrasonidos, el higienista eliminará las formaciones de sarro presentes en las piezas dentales y por debajo de las encías. ¿Se puede prevenir la formación de placa bacteriana? Para evitar la formación de placa bacteriana es de vital importancia seguir unas buenas pautas de higiene oral. Tan importante es tener en cuenta la frecuencia del cepillado dental como la técnica del mismo. Se debe tener en cuenta que mediante un cepillado después de cada comida no somos capaces de eliminar satisfactoriamente todas las bacterias y los restos de alimentos que causan la placa bacteriana. Por ello, debemos recurrir a otros complementos de higiene que nos aseguren una correcta limpieza oral. El hilo dental está recomendado para eliminar la placa de los espacios interdentales estrechos; es decir, en aquellos casos en los que los espacios entre ambos dientes es reducido. De forma complementaria, y para espacios interdentales más anchos, nos podemos valer de los cepillos interproximales. De cabezal cilíndrico, la elección de uno u otro viene determinada por el ancho del espacio interdental. Están recomendados en aquellos casos en los que la acción del hilo dental resulta insuficiente. El irrigador bucal –o waterpik- es un sistema que, mediante el uso del agua a presión, elimina las bacterias y los restos de comida que se alojan en los dientes y en los tejidos de la boca. Está especialmente indicado en personas que lleven implantes o bien que se estén sometiendo a un tratamiento de ortodoncia. Por último, no debemos olvidarnos de la importancia de la limpieza de la lengua. El uso del raspador lingual debe ser parte de la rutina de higiene diaria, pues la lengua es la parte de la boca que más bacterias acumula. Los especialistas recomiendan, además, evitar el consumo de productos con alto contenido en azúcares, usar enjuagues bucales dos veces al día tras el cepillado y acudir al especialista a realizarse una higiene bucodental cada 8-10 meses. La higiene bucodental es esencial para conservar nuestra boca en salud. La acumulación de placa no sólo provoca caries y enfermedades periodontales, sino que la presencia de bacterias en la cavidad oral puede generar enfermedades sistémicas o suponer el empeoramiento de diagnóstico de personas que padezcan enfermedades respiratorias, cardiopatías o diabetes. Si quieres saber más sobre la técnica del cepillado, te invitamos a visitar la siguiente página. Si, por el contrario, consideras que necesitas una higiene bucodental profesional, puedes ponerte en contacto con nosotros a través de nuestra página web o bien llamando al 91 599 64 39.

Prevención

3 causas de los dientes sensibles

En verano suelen aumentar los casos de sensibilidad dental. La sensación de dolor puede alterar placeres como comer un helado, tomar una bebida fría… Pero, ¿Por qué tengo los dientes sensibles? La erosión y pérdida de esmalte, provoca la exposición de la dentina. Las terminaciones nerviosas de los túbulos dentarios provocan la sensación de dolor agudo al consumir ciertos alimentos como helados, bebidas muy frías… De este modo los dientes sensibles pueden alterar la calidad de vida del paciente y también la rutina de higiene bucodental. 3 causas de los dientes sensibles Estas son 3 causas principales del desarrollo de dientes sensibles: Retracción de las encías. Provoca que los pacientes enseñen demasiada encía al sonreír y una de sus principales consecuencias es la sensibilidad dental. También otras complicaciones como la caries destruye el esmalte de forma progresiva, de modo que provoca un dolor muy agudo al tomar alimentos fríos. Cepillado agresivo. Son muchos los pacientes que tienen la falsa creencia de que por ejercer más presión consiguen una limpieza más eficaz. Nada más lejos de la realidad. Un cepillado agresivo provoca la erosión del esmalte. Tratamientos profesionales. Después de algunos tratamientos como la limpieza dental profesional o el blanqueamiento puede surgir la sensación de sensibilidad dental. En general se trata de una sensación puntual que desaparece a los pocos días. ¿Cómo evitar los dientes sensibles? Existen diversas pautas para evitar los dientes sensibles en verano. Una de las más importantes hace referencia a la alimentación. Es muy importante evitar los alimentos ácidos y muy azucarados. Los cítricos, zumos, refrescos… Estos alimentos erosionan el esmalte y provocan la exposición de la dentina. En algunos casos la erosión que provocan los ácidos causa hipersensibilidad dental. Para equilibrar los efectos de estos alimentos es recomendable tomar agua o leche después de consumirlos. Además es fundamental seguir una dieta equilibrada a diario. Para combatir los dientes sensibles, también es aconsejable potenciar el consumo de alimentos ricos en fibra. Otra clave esencial para combatir los dientes sensibles en verano es la higiene bucodental. Recomendamos cepillar los dientes después de cada comida con movimientos suaves y circulares. Además es muy importante incorporar el flúor a la rutina de higiene oral. Este mineral fortalece el esmalte y lo protege de la erosión. Si a pesar de mantener estos cuidados notas un dolor muy intenso al comer alimentos fríos, no dudes en acudir a tu dentista de confianza. En la clínica dental SanCal aplicamos el tratamiento que más se ajuste a las necesidades de nuestros pacientes. Este verano podrás sonreír, comer y hablar sin dolor.

Buenos hábitos, Prevención

6 cosas que haces mal cuando te cepillas los dientes

Todos sabemos que una buena higiene bucodental es indispensable para mantener a raya las bacterias y conservar nuestros dientes toda la vida. Por eso, es muy probable que tengas clara la importancia de cepillarte con determinada frecuencia y durante un tiempo concreto. Sin embargo, puede que no conozcas otros de los consejos que mencionamos en este artículo y te resulten nuevos o, incluso, chocantes. Por ejemplo, ¿sabías que no es bueno cepillarse los dientes nada más terminar de comer? A continuación te decimos cuáles son los errores más comunes que todos cometemos en nuestra higiene diaria: 1. No usas seda dental Por muy sencillo y rápido que sea pasarse el hilo dental después de cada cepillado, es posible que no lo hayas usado nunca. Sin embargo, tenemos que decirte que por muy exhaustiva que sea tu limpieza con el cepillo, es necesario usar seda dental. Ésta permite eliminar los restos de alimentos de pequeños recovecos a los que las cerdas del cepillo no llegan, como los que hay entre los dientes y en la zona de las encías. Si no puedes pasarte el hilo dental después de cada cepillado, te recomendamos que al menos lo utilices una vez al día.   SEDA PARA LIMPIAR DIENTES Y ENCÍAS 2. Tu técnica de cepillado no es la adecuada Si tuviéramos que comparar el cepillado de los dientes con un hábito cotidiano, diríamos que se asemeja a barrer. Por ello, te diremos que elegir un cepillo de cerdas duras y frotarlas fuertemente contra tus dientes no solamente no garantiza una mejor limpieza, sino que además es muy perjudicial. Este hábito desgasta el esmalte y provoca recesión de encías, lo que hace que la raíz de la pieza dental quede expuesta. Esto, además de ser muy antiestético, aumenta mucho la sensibilidad del diente. Por el contrario, una técnica de cepillado adecuada requiere ser ordenado y cuidadoso, para no dejarnos ninguna zona sin limpiar ni dañar dientes y encías. Para conseguirlo, lo más indicado es establecer una rutina de higiene que dure al menos dos minutos. De esta forma, empezaremos con los dientes superiores y seguiremos con los dientes inferiores. En ambos casos, cepillaremos -en este orden- las caras exteriores, las interiores y las triturantes.   3. Te olvidas de la lengua Aunque pongamos todo nuestro interés en cepillarnos los dientes de manera adecuada, la lengua sigue siendo, por lo general, la gran olvidada. Por ello, tenemos que recordarte que una vez hayamos cepillado todos los dientes, es fundamental limpiar la lengua. Para hacerlo, hay algunos cepillos que cuentan con una superficie específica para esta zona de la boca. Si el tuyo no la tiene, te recomendamos que utilices un raspador lingual. La limpieza de la lengua permite combatir las bacterias que tienden a alojarse en esta zona y que además son las causantes del mal aliento.   LIMPIADOR LINGUAL TRAS EL CEPILLADO 4. Tu cepillo tiene más de tres meses El cepillo, o el cabezal en el caso de que éste sea eléctrico, debe ser cambiado cada 3 meses aproximadamente. Hay que tener en cuenta que normalmente los cepillos de dientes se almacenan en el cuarto de baño, lo que significa que están expuestos a cambios de temperatura, al contacto con otros cepillos, etc. Por ello, un cepillo de más de 3 meses no solamente tendrá las cerdas debilitadas y dobladas, lo que implica una limpieza incompleta de los dientes. Además de esto, mayor tiempo de uso conlleva una mayor cantidad de bacterias. 5. Abusas de la pasta de dientes Una pasta de dientes que contenga flúor es la mejor opción para acompañar al cepillo. Sin embargo, es importante reconocer que una mayor cantidad de pasta de dientes no implica una mejor higiene. Aunque en los anuncios que aparecen en televisión veas que la pasta de dientes debe cubrir todo el largo del cepillo, lo cierto es que una cantidad del tamaño de un guisantees suficiente. El exceso de pasta solamente hace que la boca se llene de espuma, produciendo una sensación de limpieza que no es real. EXCESO DE PASTA DE DIENTES  6. No te cepillas los dientes después de cada comida Teniendo en cuenta que los expertos en nutrición recomiendan hacer cinco comidas al día, este último punto puede ser más debatible. Aunque puede resultar lógico que no te cepilles cinco veces al día, hay dos ocasiones que son imperdonables: después de desayunar y antes de irnos a la cama. Además, como último apunte –aunque no menos importante- te diremos que es mejor no cepillarnos los dientes nada más terminar de comer. Esto es porque cuando comemos, el pH de la boca baja y se vuelve ácido. Si te cepillas en ese momento, aumentas la abrasión sobre los dientes. Para recuperar el pH normal, es recomendable enjuagarse la boca previamente con un colutorio o esperar 30 minutos para cepillarnos. Una vez descritos algunos de los errores más frecuentes, ¿sabrías reconocer alguno que estás cometiendo? A modo de resumen, te recomendamos utilizar un cepillo medio o suave para realizar movimientos de barrido en dientes y encías sin llegar a presionarlos. No te olvides de la lengua y usa seda, colutorio y una pasta con flúor, pero sin abusar. Cambia tu cepillo cada tres meses y espera alrededor de 30 minutos para empezar a cepillarte una vez has terminado de comer. Por último, visita a la Dra. Sánchez al menos una vez al año para que te revise y lleve a cabo una higiene profesional. Ten presente que, como en casi todos los aspectos, en Odontología también es mejor prevenir que curar.

Estética dental, Ortodoncia

Tengo los dientes apiñados: ¿cómo puedo solucionarlo?

Los dientes apiñados es una de las alteraciones más comunes entre las personas que no están contentos con la estética de su sonrisa.Son el resultado de una discordancia entre el tamaño del hueso maxilar y de las piezas dentales de una persona. Su consecuencia más conocida es el crecimiento de los dientes rotados, si bien es cierto que más allá de su resultado estético podemos destacar una serie de perjuicios que estas malposiciones tienen en nuestra salud bucodental. ¿Por qué tengo apiñamiento dental? Los especialistas distinguen tres motivos diferentes que pueden causar apiñamiento dental: Por un lado, la herencia genética. En primer lugar, son más proclives a padecerlo aquellas personas cuya familia tenga antecedentes de estas malposiciones. Además, la confluencia de los genes supone que pueda heredarse por parte de un progenitor el tamaño de las piezas dentales y, por otro, el de los huesos maxilares, sabiendo que no siempre tienen por qué adecuarse entre sí. En segundo lugar, malos hábitos infantiles en el periodo de crecimiento de los dientes tales como la succión de los dedos –especialmente del pulgar-, morderse el labio o respirar por la boca en lugar de por la nariz. Además, subrayan la pérdida prematura de dientes provisionales, especialmente los molares, como otras de las causas. Una extracción prematura debido a una caries o una pérdida por traumatismo supone que los dientes ya erupcionados tiendan a ocupar el hueco de la pieza faltante, posicionándose en un lugar que no le corresponde. Por último, por la erupción de los cordales –o muelas del juicio-. Una persona puede padecer apiñamiento motivado por diferentes causas a lo largo de su vida. Además, es muy común el caso de pacientes que se han sometido a un tratamiento de ortodoncia para corregirlo y, por no respetar debidamente la fase de retención, han sufrido malposiciones con la erupción, por ejemplo, de los cordales. En función del grado de apiñamiento y de la manera en la que éste influya en el crecimiento y desarrollo habitual de nuestra boca, podemos distinguir entre apiñamiento leve, moderado o grave. Es este grado de severidad el que influirá posteriormente en las correcciones que deberá llevar a cabo el tratamiento y, por consiguiente, en la duración del mismo. El apiñamiento dental no sólo tiene consecuencias negativas en la estética de nuestra boca, sino que puede tener efectos secundarios en la salud bucodental. Una persona puede sufrir apiñamiento determinado por diferentes causas a lo largo de su vida ¿Qué consecuencia tiene el apiñamiento dental? En un inicio pensamos únicamente en las consecuencias que el apiñamiento tiene para la estética de nuestra sonrisa: unos dientes mal alineados nos generan ciertas inseguridades. Además, el hecho de que el esmalte de éstos no se desgaste de manera homogénea, pues no todas las partes del diente se exponen de la misma forma, sólo contribuye a empeorar la estética de nuestra boca. Sin embargo, el apiñamiento tiene efectos perjudiciales sobre nuestra salud bucodental. Unos dientes mal alineados dificultan la higiene, pues hay recovecos de nuestros dientes que quedan solapados por otras piezas dentales. De esta manera, se favorece la acumulación de sarro y de bacterias en nuestras encías, así como la aparición de enfermedades periodontales como, por ejemplo, la gingivitis y la periodontitis. Además, la acumulación de placa facilita la aparición de otras afecciones bucales tales como caries. Por último, unos dientes mal alineados provocan que las piezas del maxilar superior no encajen de manera adecuada con las del inferior, de forma que las cargas masticatorias no se reparten debidamente y se generan molestias en y sobrecargas en la articulación temporomandibular y dolores musculares. ¿Cómo corregir los dientes apiñados? Si bien los tratamientos de ortodoncia son la solución más común a los problemas de apiñamiento, existen varios tratamientos que corrigen estas malposiciones, y la elección de uno u otro depende tanto del grado de severidad del mismo como de las prioridades del paciente. En caso de que el grado de apiñamiento sea leve o moderado, se podrá corregir con un https://clinicasancal.es/4289/5-motivos-los-ponerte-carillas-dentales/tratamiento de carillas. Las carillas son unas láminas de cerámica o composite de un grosor muy fino -0,3 milímetros aproximadamente- que se colocan cementadas sobre la cara visible –o vestibular- del diente. La diferencia entre ambas es el material del que están hechas: la porcelana, además de ser un material más resistente, no es poroso, con lo cual evita problemas posteriores de tinción. Es un tratamiento muy rápido que, a diferencia de la ortodoncia, permite actuar únicamente sobre un diente y corrige, además, otras problemáticas como la pérdida de color del esmalte de las piezas que lo requieran. Para corregir el apiñamiento con un tratamiento de carillas es necesario realizar un cortorneado estético -o tallado- es decir, una ligera modificación del esmalte dental destinada a corregir la alineación que, en ningún caso, llegará a tocar la dentina. En casos de apiñamiento dental moderado o grave, debemos optar por un tratamiento de ortodoncia. Dependiendo de las prioridades de cada persona y de su estilo de vida, se podrá optar por un aparato fijo –brackets metálicos, zafiro – o removible –Invisalign-. Además, se pautan técnicas complementarias que colaboran en la ganancia de espacios tales como las extracciones de piezas dentales–o exodoncias, especialmente indicadas en los molares- o el stripping. El stripping es una técnica mediante la cual se intenta ganar espacio en el maxilar reduciendo la distancia interdental –es decir, del espacio existente entre dos dientes- a través del pulido del esmalte con unas indicadas para ello. Se puede llevar a cabo de manera manual con las tiras de stripping o bien con unas fresas de pulido. Es una técnica rápida y sencilla, completamente inocua, que no precisa de anestesia. ¿Se puede prevenir el apiñamiento dental? El apiñamiento como tal no se puede prevenir, si bien es cierto que la erradicación de hábitos infantiles típicos tales como chuparse el dedo o la sustitución temprana del biberón por el vaso a la hora de beber puede colaborar a la hora de que el niño tenga, en un futuro, los dientes alineados. Además, una vez finalizado el tratamiento de ortodoncia es de vital importancia prestarle la atención debida a la fase de retención para evitar tener de nuevo

Buenos hábitos, Prevención

Llevo una prótesis dental removible: ¿cómo tengo que limpiarla?

Como su propio nombre indica, las prótesis dentales removibles -también llamadas comúnmente dentaduras postizas o de “quita y pon”- son elementos artificiales fabricados con material de resina o acrílico que sirven para sustituir a los dientes perdidos. Dichas prótesis juegan un papel fundamental en la vida de quien las lleva ya que, después de haber perdido las piezas dentales originales, permiten restablecer aspectos tan importantes como el habla, la masticación, la deglución o la estética. Si acabas de incorporar este nuevo elemento a tu vida, posiblemente ya te hayas dado cuenta de lo importante que es sentirse cómodo con él. Pero, antes de que llegue este momento, es decir, de que el paciente esté totalmente cómodo con su dentadura postiza, éste necesitará un periodo de adaptación. Durante este tiempo, es posible que el odontólogo deba realizar una serie de ajustes hasta que la prótesis dental se adapte a la boca del paciente. En el caso de que la dentadura postiza no esté correctamente ajustada, los restos de alimentos tenderán a acumularse. Por lo tanto, además de sentir incomodidad, se favorecerá el crecimiento de bacterias. Esto, a su vez, provocará la aparición de mal aliento y de otros problemas, como la enfermedad periodontal (gingivitis y periodontitis). La limpieza de una prótesis dental removible, ya sea de resina (acrílica) o cuente con elementos metálicos es muy sencilla. Sólo requiere agua, jabón y una pastilla especial para prótesis. ¿Por qué tengo que limpiar la prótesis dental? De la misma manera que un mal ajuste favorece el crecimiento bacteriano, el hecho de no limpiar e higienizar correctamente la dentadura postiza también conlleva consecuencias negativas. Por eso, cuando un paciente lleva una prótesis dental removible, es muy importante que sepa cómo debe limpiarla, con qué frecuencia y cuáles son los productos más aconsejables para hacerlo. De esta manera, no solamente se conseguirá que la dentadura postiza no albergue bacterias, sino que además dure muchos años en buenas condiciones, tanto funcionales como estéticas. Y es que, cuando la prótesis dental es nueva, su superficie estará limpia y lisa. Sin embargo, a medida que se va usando y que entra en contacto con los alimentos, el café o el tabaco comienza a deteriorarse. PRÓTESIS DENTAL REMOVIBLE ACRÍLICA ¿Cómo limpio la dentadura postiza en casa? El procedimiento para limpiar una prótesis dental removible es muy sencillo y se realiza con productos que se adquieren fácilmente en farmacias. Además, es fácil de llevar a cabo tanto si estás en casa como si has comida fuera. De esta manera, después de cada comida te recomendamos hacer lo siguiente: Retira la prótesis Cepilla la dentadura postiza con un cepillo especial para prótesis dentales usando agua y jabón neutro. Limpia bien todas sus zonas, tanto la parte rosada como la metálica, si es que la tiene Seca la prótesis y guárdala en su caja. Si no se seca, se favorece el crecimiento de microorganismos Cepíllate los dientes con normalidad, independientemente del número de piezas dentales que tengas CEPILLO DE DIENTES PARA HIGIENE ORAL Pero, además de esto, te aconsejamos que todas las noches, antes de irte a dormir, incorpores un paso más al procedimiento de higiene diaria. Es decir, una vez que te hayas retirado la prótesis, la hayas limpiado y te hayas cepillado los dientes, lo más recomendable es que la introduzcas en un vaso con agua y que disuelvas una pastilla especial para limpiar prótesis dentales. En función del tipo de pastilla que sea, te recomendamos informarte sobre los detalles de su uso, ya que algunas de ellas se deben disolver durante unas horas y otras durante toda la noche. Para ello, puedes consultar con tu dentista o farmacéutico. ¿Qué no debes usar para limpiar y desinfectar tu prótesis dental? Como te hemos indicado previamente, el agua, el jabón neutro y las pastillas especiales para prótesis son los mejores aliados para la limpieza y el mantenimiento de las dentaduras postizas fabricadas con material de resina o acrílico. Sin embargo, a muchos pacientes les resulta tentador utilizar otro tipo de productos que no son nada recomendables. Por ejemplo, no se deben usar productos como la lejía, ya que, a pesar de tener propiedades desinfectantes, es muy perjudicial para la prótesis dental por lo abrasiva que es y porque decolora. Lo mismo ocurre con el bicarbonato o el agua oxigenada, que aunque tengan una apariencia inofensiva, también resultan muy dañinos. Y, por último, tampoco debes usar pasta de dientes. Su uso es beneficioso para la higiene de nuestros dientes y encías pero también resulta muy abrasivo para la prótesis, aunque no lo parezca. Todos los productos mencionados tienen en común que, al ser abrasivos, crean rugosidades en la dentadura, lo que hace que se produzcan filtraciones y se tiña. Aunque sigas rigurosamente esta rutina cada día, es conveniente que acudas a las revisiones periódicas pautadas por tu odontólogo (al menos una vez al año) y que éste revise tu prótesis dental cada vez que vayas a su consulta. De esta manera, podrá determinar si su colocación y ajuste son los adecuados y valorar si la limpieza y el mantenimiento que llevas a cabo son los correctos.

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