Clínica Sancal

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Todas las claves sobre la extracción dental

Extraer una pieza dental es un proceso que conlleva una serie de cuidados y pautas a seguir. ¿Cuáles son? ¿Cuándo es necesario extraer un diente? La extracción del diente o exodoncia siempre es la última opción. En la clínica SanCal trabajamos para preservar la salud bucodental de los dientes naturales, porque son piezas únicas. Pero hay algunos casos en los que no se puede salvar una pieza muy afectada porque sus estructuras y tejidos internos están muy dañados. Las claves sobre la extracción dental Estas son las claves sobre el proceso de extraer un diente: ¿Cuándo es necesario extraer un diente? Como hemos indicado la extracción dental es siempre el último recurso. Pero existen diversas razones por las que el odontólogo decide que lo mejor es extraer el diente: Caries dental muy avanzada. El proceso de la caries va destruyendo de forma progresiva los soportes y nervios del diente. En sus últimas fases, el diente no se puede salvar ni regenerar por sí mismo y es necesario extraerlo. Lo mismo ocurre con las enfermedades periodontales: gingivitis y periodontitis. Falta de espacio. Antes de un tratamiento de ortodoncia se puede extraer alguna pieza dental. Esto ocurre en casos de apiñamiento dental severo. Al extraer la pieza se consigue el espacio necesario para que todos los dientes encajen bien alineados. Infecciones y golpes. Algunas infecciones y traumatismos provocan la rotura del diente, en parte o en su totalidad. En estos casos se intenta restaurar el diente con tratamientos como las carillas y coronas, pero no siempre es posible. ¿Cómo es el proceso? La extracción dental es una intervención quirúrgica que se realiza con anestesia local. Por tanto el proceso en sí es indoloro. Tras extraer la pieza, se puede cerrar la herida con puntos si es necesario. A partir de este punto es esencial seguir una serie de cuidados para una rápida recuperación. ¿Qué esperar tras una extracción dental? Durante los primeros días es normal sentir dolor intenso e inflamación de la zona intervenida. En estos días conviene extremar las precauciones al comer y cepillar los dientes. De hecho se recomienda evitar el contacto con la zona tratada para evitar infecciones y otras heridas, y seguir una dieta blanda. Para aliviar el dolor, el odontólogo puede recomendar algunos antiinflamatorios, además de aplicar hielo sobre la mejilla. Al cabo de unos días el dolor irá disminuyendo y poco a poco el paciente podrá hacer vida normal. Si pasados unos días el dolor persiste y además notas síntomas como fiebre y sangrado, acude cuanto antes a la consulta. Un seguimiento profesional será clave para una buena recuperación y una sonrisa sana.

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Agenesia dental

La agenesia dental es una enfermedad congénita  bastante frecuente en un gran porcentaje de seres humanos. Se trata de una anomalía de la boca, por lo cual no aparecen ciertas piezas dentales, no surgen en nuestra boca, hay una ausencia de ellas. Puede ocurrir en las piezas dentales temporales (que son conocidas como dientes de leche) como también en las piezas dentales permanentes. El diagnóstico se realiza mediante la observación de la ausencia de uno o más dientes. En el caso de los dientes permanentes la presencia de los dientes de leche más tiempo de lo que deberían puede indicar que no haya un diente permanente para sustituirlo y tendremos que comprobarlo mediante radiografías. Esta anomalía de origen genético se reconoce generalmente cuando los dientes de leche se caen (entre los seis y los 10 años) y se supone que los dientes permanentes ocuparán su lugar. Pueden ocurrir dos fenómenos: El diente de leche no se cae porque no está impulsado por el diente permanente. El diente de leche se cae pero no lo reemplaza el diente permanente.   Uno de los rasgos principales de la agenesia dentaria es que aparece sobre todo en el maxilar, en la mandíbula superior. Además, también es bastante común, en los casos de agenesia dental, que los incisivos laterales sean los más afectados por esta ausencia, aunque no los terceros molares.   Cuando se produce una agenesia dental normalmente se ve afectado el espaciamiento entre los dientes que si han salido rompiéndose el equilibrio y produciéndose maloclusiones. Además del problema funcional existe el  problema estético ya que los dientes  pueden encontrarse  en la zona de la sonrisa. La mayoría de las consultas son  por motivos estéticos, aunque no debemos olvidar la tan importante parte  funcional de nuestro aparato, ya que su funcionamiento óptimo y correcto dependerá de todas sus piezas conjuntamente y la  falta de alguna pieza desequilibraría a las demás.   La agenesia puede clasificarse en varios tipos dejando a un lado los dientes e leche: Ausencia de una o dos muelas de juicio. El caso más común. Consiste en la ausencia de una o dos muelas del juicio, lo que afecta a alrededor del 25 % de la población. En general, se descubre en la adolescencia, cuando el dentista hace las primeras radiografías para observar la posición de las muelas del juicio. No hay que preocuparse, ya que la ausencia de una o más muelas del juicio no es un problema y no requiere tratamiento. Agenesia dental o hipodoncia. La agenesia puntual o hipodoncia afecta a aproximadamente un 5 % o 6 % de la población. En este caso, entre uno y seis dientes pueden faltar. Muy a menudo se ven afectados el segundo premolar inferior y el incisivo superior. La causa es genética: hay familias en las que faltan uno o más dientes en varias generaciones. Si se tiene esta información hay que dársela al dentista en la primera consulta. Esta agenesia se detecta generalmente entre los seis y los diez años de edad, momento en el cual se supone que los dientes de leche tienen que caer. Pero en ausencia del diente permanente que empuje el diente de leche, este no cae y permanece implantado en el hueso de la mandíbula. Si el niño no va al dentista, la agenesia puede pasar desapercibida durante varios años. La agenesia múltiple u oligodoncia. Cuando faltan más de seis dientes y hay otras anomalías dentales presentes (dientes de diferentes formas y colores). Esta condición es muy rara, con una frecuencia estimada de 1 a 7 por cada 100 000 nacimientos. Como en el caso de la hipodoncia, las causas de la oligodoncia son genéticas, pero las anomalías no se limitan solo a los dientes sino que se extienden a otros órganos. La falta de dientes constituye entonces un marcador genético de una enfermedad rara, frecuentemente displasia ectodérmica, un conjunto de enfermedades que se manifiestan con oligodoncia y otras anormalidades en el cabello, las uñas y las glándulas sudoríparas. Cuando faltan más de seis dientes se deriva al paciente a una consulta genética para comprobar que no existan otras anomalías. Otra posible causa: puede ser el haber estado en tratamiento de quimioterapia. Entre los niños tratados por cáncer en las edades en las que los dientes están desarrollándose, la quimioterapia puede aumentar el riesgo de desarrollar oligodoncia. Es posible presentar agenesia dental sin desarrollar otros síntomas en otros órganos.   La agenesia dental es objeto de estudio en muchas universidades y en muchas clínicas especializadas, ya que se trata de una anomalía demasiado frecuente en los seres humanos. Por eso, se están hallando diferentes tratamientos para solucionar este problema.   En primer lugar, se puede optar por cerrar espacios, de manera que los incisivos laterales se vean sustituidos por los caninos. La forma sería camuflándolos de forma estética, para convertir así a los premolares primeros en caninos, haciendo un cambio de papeles. Es una solución que se ha aplicado a varios pacientes, para que la oclusión sea correcta.   Por otra parte, también se pueden abrir espacios, de manera contraria al anterior tratamiento, implantando nuevos dientes en los espacios disponibles. Es un tratamiento también bastante común y frecuente en pacientes con agenesia dentaria.   En tercer lugar, hablando de nuevo de implantes, también es posible que sean colocados cerrando espacios, en vez de haciendo más hueco, de manera que coloquemos el implante en la zona que está menos visible.   Hay que tener en cuenta que para poder seleccionar el tratamiento más adecuado para cada caso de agenesia dental, es necesario que el paciente se someta a un estudio muy profundo, considerando todos los factores posibles, como es el caso del patrón esquelético de cada paciente, las relaciones oclusales que se establecen entre las piezas dentales o la tipología facial que tiene la persona, puesto que dependiendo de todo ello, se podrá aplicar un tratamiento mejor que otro. Los tratamientos siempre serán personalizados y multidisciplinarios.

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¿Desconfías de los dentistas? 7 claves para reconocer a uno de confianza

Hay algunas personas que, por diferentes circunstancias, han tenido malas experiencias en las diferentes clínicas dentales que han visitado y eso les ha llevado a ser recelosas en sus visitas posteriores o, lo que es peor, a desarrollar fobia al dentista. Ya sea porque te has sentido engañado con un tratamiento, porque no has conseguido los resultados esperados o porque has tenido una experiencia dolorosa, este artículo hará que no vuelvas a tener una mala experiencia que te haga desconfiar de todos los dentistas. Para ello, hemos establecido las 7 claves más importantes que son, a nuestro juicio, las que tendrás que valorar para encontrar al mejor dentista. ¿Cómo elegir un buen dentista? En primer lugar, te recomendamos que dediques todo el tiempo necesario tanto para buscar al profesional adecuado como para asistir a una primera consulta. Si acudes a una primera visita a la clínica dental podrás evaluar mucho mejor los factores que te vamos a exponer a continuación:   1. Cercanía Lo ideal sería que la consulta del dentista estuviera cerca del lugar en el que vives o trabajas. Esto, por un lado, puede parecer complicado en una ciudad como Tres Cantos, en la que las distancias no son muy largas. Pero, por otro lado, también es verdad que en Tres Cantos existe una gran oferta de dentistas. Por ello, puede resultar relativamente sencillo encontrar un buen profesional entre toda la oferta existente. Por este motivo, te recomendamos que empieces buscando por la zona en la que vives o trabajas. De esta manera, tardarás menos en llegar y te resultará más cómodo acudir a la clínica. En el caso de que no encuentres una que te guste en estas zonas, intenta que el centro te ofrezca determinadas comodidades. Por ejemplo, si quieres ir en coche puedes fijarte en que tenga parking o en que sea fácil aparcar, en que haya una buena combinación en transporte público, en que tenga un horario de apertura amplio. Pero, sobre todo, asegúrate de que la excelencia del profesional merece el desplazamiento. Ten presente que hay determinados tratamientos que exigen visitas regulares a la consulta y si estás contento con el dentista que has elegido sería una pena que dejaras de ir solamente por lo lejos que está. Nuestra clínica dental está situada en la zona centro de Tres Cantos, concretamente al principio de la calle Comercio, cerca del ayuntamiento. Hay muchos pacientes que acuden a SanCal porque viven o trabajan cerca. Sin embargo, hay otros que lo hacen porque la zona es tranquila (no hay tráfico), porque abrimos todo el día y porque siempre les atiende la Dra. Sánchez. Pero, para quienes no acuden en coche, nuestra clínica dental está situada cerca de paradas de tren Cercanías (Tres Cantos) y de autobús (723, 827 y 712). Pregunta a tus familiares y amigos si conocen a un buen dentista. En caso de que así sea, habrás obtenido una recomendación de mucha confianza. 2. Recomendaciones de conocidos Si estás buscando un dentista de confianza, es bueno que preguntes a tu familia, amigos o compañeros de trabajo a qué dentistas van. Una vez lo hagas, podrás indagar en qué tratamientos se han hecho ellos o en qué están especializados los profesionales que visitan. Es posible que el tratamiento que se haya hecho tu familiar, amigo o compañero coincida con lo que tú necesitas o estás buscando. Y, de esta manera, habrás conseguido una recomendación de mucha confianza. Cuando hayas obtenido su consejo, también es una buena idea que busques por Internet opiniones sobre el odontólogo recomendado, así como otro tipo de información relevante (número de colegiado, universidad en la que ha estudiado, especialidad, años de experiencia…). Además de esto, no descartes consultar en el Colegio de Odontólogos de tu provincia si el profesional está dado de alta en su base de datos.   PREGUNTA A TUS AMIGOS POR DENTISTAS DE CONFIANZA 3. Especialización La Odontología es muy amplia y, por ello, se divide en diferentes especialidades: Ortodoncia, Implantología, Periodoncia, Estética Dental, Prostodoncia, Odontología Conservadora y Odontopediatría. Esto hace que, por muy brillante que sea un dentista, no pueda realizar cualquier tratamiento dental con el mismo acierto. En tu búsqueda de dentista, darás con pequeñas clínicas, centros especializados y otras consultas más grandes que cuentan con diferentes especialistas. En este punto, nuestra recomendación es que elijas un odontólogo que esté especializado en un área concreta de la Odontología. Es decir, justamente en lo que tú necesitas. De esta manera, tendrá más experiencia en el tratamiento que te vaya a realizar. Con esto, te decimos que no debes asumir que tiene que ser la misma persona la que coloque implantes y planifique una ortodoncia. Como muestra de la importancia que le otorgamos a la especialización, el equipo de SanCal está formado por odontólogos especializados en cada una de las áreas de la Odontología. Así, contamos con ortodoncista e implantóloga experta en Estética Dental y especialista en Odontología Conservadora.   4. Primera consulta En muchas clínicas dentales, la primera visita es gratuita. Esto supone una gran ventaja para ti, ya que te permite conocer el centro y sus dentistas sin pagar por ello. Además, si estás bien atento durante la primera consulta, podrás ver detalles de la manera de trabajar que te ayudarán a hacerte una idea de cómo es la clínica. De hecho, en el punto siguiente te detallaremos en qué debes fijarte exactamente cuando acudas a una primera consulta. De esta manera, verás lo importante que es acudir a ver la consulta, tratar con sus profesionales, obtener un diagnóstico y recibir un presupuesto para el tratamiento recomendado. Con ello, podrás tener una primera impresión sobre la clínica y el equipo que allí trabaja. Si no te convencen tras esta visita, es mejor que no vuelvas. En SanCal, la primera consulta es gratuita y consiste en un estudio interdisciplinar en el que el paciente es valorado por especialistas de diferentes áreas de la Odontología. Así, la persona no solamente es examinada por el dentista que va a llevar a planificar y llevar a cabo su tratamiento, sino también por los odontólogos de otras especialidades. Por ejemplo, si el paciente está interesado en un tratamiento de ortodoncia, será valorado por el Dr. Arias. Pero, además, le examinará la Dra. Sánchez, especializada en Odontología Conservadora, Periodoncia o Estética. Con ello, se podrá descartar la existencia de caries o problemas periodontales -que podrían complicar el tratamiento- y proponer la mejor opción estética. Además de esto,

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Retracción gingival: ¿Cómo evitarla?

La retracción de las encías altera tanto la imagen como la funcionalidad de nuestra sonrisa. Pero, ¿En qué consiste y cómo evitarla? La retracción gingival altera la calidad de vida del paciente. Provoca una pérdida del tejido gingival, de modo que se enseña más diente de lo normal al hablar y sonreír. Además dificulta la limpieza bucodental y favorece la hipersensibilidad dental. Pero, ¿Por qué tengo las encías retraídas? Existen diversas causas de las encías retraídas: Cepillado dental agresivo. Es la causa más habitual. Ejercer mucha presión con el cepillo provoca, a largo plazo, la retracción de las encías. Enfermedades periodontales. La gingivitis y la periodontitis conllevan muchas complicaciones para la sonrisa; una de ellas es la retracción gingival. Bruxismo. Es el hábito inconsciente de apretar y rechinar los dientes y en la mayoría de casos se debe al estrés. Cómo evitar la retracción gingival En función de las necesidades de cada paciente se escoge una técnica concreta para solucionar la retracción gingival. Una de las técnicas más usadas es el injerto de encía. Mediante una mínima incisión, se cubre parte de la encía. Otra técnica muy habitual es el estiramiento de encía, que permite cubrir la raíz del diente. Esta técnica permite cubrir la raíz del diente aprovechando la misma superficie, de modo que evitamos el injerto. La prevención es muy importante para evitar la retracción de las encías. Existen diversas claves para conseguirlo: Higiene bucodental óptima. Presionar con el cepillo es un grave error. No sólo eliminamos menos placa dental, sino que dañamos el esmalte y la encía. Entonces, ¿Cómo cepillarse correctamente? La clave está en usar un cepillo de cerdas suaves y realizar movimientos poco agresivos y giratorios. También es importante complementar el cepillado con otras técnicas para evitar la formación de sarro. Las más recomendadas son el enjuague bucal y la seda dental, pero el irrigador es una buena opción si tenemos los dientes sensibles. Estilo de vida sano. Algunos hábitos perjudiciales como el tabaco favorecen la retracción gingival. Por otro lado, es importante mantener una alimentación equilibrada, evitando el exceso de azúcares y ácidos. Acudir al dentista. Detectar la retracción gingival en sus primeras fases es clave para recuperar la encía de modo natural. Por ello es muy importante visitar a nuestro dentista una vez cada seis meses como mínimo. Para evitar la incrustación de placa bacteriana, también se recomienda realizar una higiene dental profesional una vez al año. En las clínica dental SanCal realizamos un estudio personalizado para escoger el tratamiento que mejor se adapte a la sonrisa de cada paciente.

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La diabetes y los problemas de salud bucal

La diabetes es una enfermedad crónica que se caracteriza por unos niveles altos de glucemia, es decir, del azúcar en sangre, debida a una producción anormal de insulina o a un mal aprovechamiento de la misma por parte del organismo, o a la combinación de ambas causas. En consecuencia, la glucosa se queda en la sangre, sin llegar a las células que no reciben la energía que precisarían para su funcionamiento normal. La insulina es una hormona que produce el páncreas para controlar los niveles de glucemia en el proceso que convierte los alimentos en energía. La glucosa es la mayor fuente de energía del cuerpo y se obtiene de la descomposición de los alimentos durante la digestión. En este proceso, la glucosa pasa del intestino delgado al torrente sanguíneo, desde donde llega a todas las células. El páncreas produce la insulina para transportar la glucosa por la sangre hasta los músculos, la grasa y las células hepáticas, donde se utiliza como energía. La enfermedad más severa en las encías se llama periodontitis. En esta etapa, las encías comienzan a separarse de los dientes. Se forman bolsas entre los dientes y las encías. Estas se llenan de gérmenes y pus, y se vuelven más profundas. Cuando esto sucede, es posible que necesite cirugía en las encías para salvarle los dientes. Si no se hace nada, la infección destruye el hueso alrededor de los dientes. Es posible que se le comiencen a mover o soltar los dientes. Tal vez se le caigan los dientes o sea necesario extraerlos. ¿Existe una relación entre la diabetes y las enfermedades en las encías? Muchos de los casi 30 millones de estadounidenses que tienen diabetes se sorprenderían de saber que las enfermedades en las encías son una de las complicaciones atribuidas a la diabetes. Los estudios demuestran que las personas con diabetes tienen mayor incidencia de enfermedades en las encías y estas se suman a la lista de otras complicaciones relacionadas con la diabetes, tales como enfermedades cardíacas, derrames y problemas renales. ¿Es un círculo vicioso? Estudios recientes también indican que existe un círculo vicioso entre la diabetes y las enfermedades avanzadas en las encías. Las personas con diabetes no solo son más susceptibles a tener enfermedades avanzadas en las encías, sino que estas pueden afectar el control de la glucosa en la sangre y contribuir al avance de la diabetes. Los estudios indican que las personas con diabetes corren un mayor riesgo de problemas de salud bucal como gingivitis (enfermedad de las encías en su etapa inicial) y periodontitis (enfermedad avanzada de las encías). Las personas con diabetes corren un mayor riesgo de periodontitis porque generalmente son más susceptibles a infecciones bacterianas y tienen menor capacidad de combatir las bacterias que invaden las encías. El Informe sobre la Salud Bucal del Director General de Sanidad afirma que la buena salud bucal es un aspecto integral de la salud en general. Así que asegúrese de cepillarse y usar hilo dental correctamente, y hágase chequeos dentales con regularidad. Si tengo diabetes, ¿tengo mayor riesgo de problemas dentales? Si su nivel de glucosa en la sangre no está bien controlado, tendrá mayor probabilidad de tener una enfermedad avanzada en las encías y perder más dientes que las personas sin diabetes. Como con todas las infecciones, una enfermedad avanzada en las encías puede ser un factor que causa el aumento de la glucosa y dificulta el control de la diabetes. Otros problemas bucales relacionados con la diabetes incluyen candidiasis, una infección causada por un hongo que crece en la boca, y sequedad de la boca, que puede causar dolor, úlceras, infecciones y caries. ¿Cómo puedo prevenir problemas dentales relacionados con la diabetes? En primer lugar, contrólese el nivel de glucosa en la sangre. Luego, cuídese bien los dientes y encías, y hágase chequeos cada seis meses. Para controlar la candidiasis, una infección con hongos, contrólese bien la diabetes, evite fumar y, si usa dentaduras, sáqueselas y límpielas a diario. El buen control de la glucosa también puede ayudar a evitar o aliviar la resequedad en la boca causada por la diabetes. ¿Qué puedo esperar en mi chequeo? ¿Debo decirle al dentista que tengo diabetes? Las personas con diabetes tienen necesidades especiales, y la Dra. Sánchez, su dentista está equipada para satisfacer esas necesidades, con su ayuda. Mantenga informado a la Dra. Sánchez de cualquier cambio en su estado de salud y si está tomando algún medicamento. Posponga cualquier procedimiento dental que no sea de emergencia si no tiene bien controlada la glucosa. Hay muchas formas de colaborar con DiabetesCERO. DONA ESPERANZA A SU FONDO DE INVESTIGACIÓN.

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Claves para lavarse los dientes: cuánto, cómo y cuándo hacerlo

¿Sabes cómo lavarte los dientes? Si un encuestador te hiciese esta pregunta de golpe mientras caminas tranquilamente por la calle, lo más probable es que respondas un sonoro SÍ sin dudarlo. Llevas haciendo esta tarea desde pequeño —probablemente empezaste con dos o tres años— y no se te pasa por la cabeza que puedas estar haciéndolo mal. Pero lo cierto es que quizás te equivoques. La última Encuesta sobre la Salud Bucodental de los Españoles, realizada en 2010 por el Consejo de Dentistas, recogía que un 12% de los españoles no se cepilla a diario y un 2,3% no lo hace nunca. Quizás estés entre el 85% restante pero no quiere decir que lo estés haciendo totalmente bien. Sin ir más lejos un 30% de los encuestados en 2010 descubrieron que no se lavaban tantas veces al día como deberían. Luego ya están otros asuntos como el tipo de cepillo que debemos usar, la cantidad de pasta que debemos poner y los alimentos que debemos consumir (o evitar) para cuidar la dentadura. ¿Sabes qué se necesita en cada uno de estos casos? Expertos en salud bucodental han respondido a estas preguntas y han aclarado algunas cuestiones relativas a los tiempos, el tipo de dentífrico o el método que debemos emplear. Porque en esto del cepillado es tan importante el cuánto (tiempo invertimos) como el cómo (se hace). Una vez que hayas terminado de leer las recomendaciones, vuelve al principio y responde: ¿Sabes cómo lavarte los dientes? Quizás para entonces la respuesta cambie.   Cuestión de pasta…y de cepillo Para cepillarse los dientes son necesarios dos instrumentos: el cepillo y la pasta. Pero no vale cualquiera, hay que saber elegirlos. «El cepillo debe ser suave o medio en función de las circunstancias de cada persona (nunca recomendamos cepillos duros) y debe estar en buen estado de conservación (habría que renovarlo cada tres meses aproximadamente)», recomienda la doctora Sara Sánchez. Los cepillos demasiado duros deben ser desterrados de nuestro neceser por varias razones. Un cepillo con cerdas demasiado duras puede desgastar el esmalte, que tiene una tonalidad blanca, haciéndolo más fino y provocando que se vea la dentina, que está debajo y cuya tonalidad es más amarilla. Además puede dañar las encías provocando su retracción y quedando expuesta la raíz de la pieza dental, lo que puede generar problemas. Los cepillos eléctricos podrían ser también una opción, pero no LA opción. «Aconsejamos su uso en casos especiales cuando con el cepillado manual no se consigue un adecuado control de placa o en casos de restauraciones múltiples o aparatos de ortodoncia. En esas circunstancias aconsejaríamos un cepillo eléctrico con sensor de presión y cabezales específicos para cada situación», continúa Izquierdo. En cuestión de pasta no sólo importa cuál, también el cuánto. Si nos fiásemos de los anuncios de la tele cada vez que nos lavásemos los dientes llenaríamos en cepillo de una buena dosis de dentífrico. Sin embargo, esto no debería ser así. «Con un guisante sería suficiente», explica la Dra. Sánchez. «La pasta debe tener flúor —cuando hablamos del lavado de una persona adulta— porque ayuda a la remineralización de los dientes y hace que el diente esté más protegido ante posibles ataques de bacterias, la presencia de flúor en la superficie dental reduce la solubilidad del esmalte, dándole mayor dureza y haciéndolo mas resistente a la acción de los ácidos y por ende a la producción de caries dental.   Una pasta fluorada es importante y no lo es tanto una blanqueadora. El efecto que se consigue es menor del esperado, se recomienda su uso para el «mantenimiento después de un tratamiento de blanqueamiento en la consulta».   Dos veces mínimo: la noche, INNEGOCIABLE Lo ideal en higiene bucondental es cepillarse justo después de cada comida pero teniendo en cuenta que los expertos en nutrición recomiendan realizar cinco comidas diarias, esto se antoja bastante imposible. Como mínimo debemos lavarnos los dientes dos veces al día, una después del desayuno y la otra, la más importante, después de la cena. La recomendación es que si sólo se hacen dos cepillados, el segundo debe ser tras el desayuno para que no pasen demasiadas horas sin cepillarse. A partir de más de 10 horas pueden producirse más bacterias en la boca, que son las que producen las caries. Y si el cepillado de la mañana es importante, más lo es el de la noche. Durante el sueño se produce menos saliva, lo que se conoce como xerostomía. La saliva es un componente natural de nuestro organismo que tiene la misión de defender y proteger la boca. Ayuda a proteger de los agentes que pueden atacar el esmalte o provocar enfermedades. Esto se traduciría en una boca menos protegida. Y más si el paciente duerme con la boca abierta o ronca por lo que la placa bacteriana sería más nociva en ese lapso de tiempo. A todo esto se une que al dormir no hay movimiento de la lengua ni de los labios que contribuyen al llamado mecanismo de autolimpieza. Es por ello que el lavado nocturno resulta imprescindible, que se debe hacer a conciencia utilizando hilo dental, para llegar a los espacios a los que no llega el cepillo y donde se estancan las bacterias que darán paso a las caries, y colutorio, que en ningún caso puede sustituir al cepillado.     Barrer y no fregar No hace falta levantarse de la mesa inmediatamente después de comer el último bocado para irse a lavar los dientes, pero tampoco hay que dejar esperar demasiado tiempo para realizar el proceso. Sólo existe una excepción: si la dieta es predominantemente ácida (cítricos, vinagre…), lo ideal sería esperar 30 minutos para lavarnos los dientes y más si la persona sufre hipersensibilidad dentaria. De esta forma se evitaría frotar el ácido contra la dentadura y así evitaríamos repartirlo o por toda la boca e intensificar su efecto nocivo.   La duración del cepillado y el método utilizado son claves fundamentales el éxito del proceso. El tiempo de

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Beneficios de la irrigación bucal

La irrigación bucal es una técnica poco usada pero muy recomendada para conseguir una higiene bucodental completa. Pero, ¿En qué consiste? ¿Qué beneficios aporta a mi sonrisa? El irrigador bucal puede ser un gran aliado para mantener una buena salud bucodental. Se trata de un aparato que aplica un chorro de agua a presión. Su uso es como complemento del cepillado. ¿En qué casos es más recomendado el uso de un irrigador? Enfermedades periodontales. La irrigación puede ser clave para prevenir el desarrollo de la gingivitis y la periodontitis. Pacientes portadores de ortodoncia. Esta técnica es especialmente recomendada en pacientes con brackets, ya que consigue eliminar los restos de estos espacios difíciles. Pacientes con los dientes sensibles. En pacientes con sensibilidad dental, el uso de otros productos como el hilo dental puede ser doloroso. El irrigador evita el roce y el sangrado de las encías. Así, permite una limpieza eficaz sin dolor. El irrigador bucal permite eliminar los restos de comida y bacterias de los aparatos fijos, que tienden a crear zonas de retención de placa bacteriana. También puede llegar a aquellas zonas donde no alcanzan los filamentos de los cepillos. Hay diferentes tipos y modelos de irrigador bucal. En general la presión del agua se puede controlar, y muchos irrigadores son portátiles. También se puede regular el tipo de chorro para que sea recto o giratorio, en función del tipo de zona que nos interese limpiar. Los beneficios de la irrigación bucal Son muchos los beneficios de la irrigación bucal. Uno de los más inmediatos es que aporta frescor a la sonrisa. Esto nos ayuda a combatir el mal aliento o halitosis. Al llegar a partes mas profundas de la boca y limpiar parte de la lengua, removemos las bacterias relacionadas con la halitosis. La irrigación bucal también ayuda a eliminar las manchas de la superficie de los dientes. Esto permite recuperar un color más radiante y tener una sonrisa más bonita. Otra clave es la prevención de patologías bucodentales. La eliminación de placa bacteriana en espacios entre dientes y encías evita el sarro. Además, ayuda a prevenir el desarrollo de patologías como la gingivitis, así como infecciones e irritaciones en las encías. La gran ventaja de la irrigación bucal en comparación con otras técnicas es que permite una limpieza no invasiva en dientes que han sido sometidos a otros tratamientos. Por ejemplo, dientes con carillas y coronas dentales. El paciente puede realizar una limpieza en profundidad sin alterar los resultados de estos tratamientos. Para que la irrigación bucal tenga los efectos de prevención deseados, es importante realizar otros pasos previos como el cepillado. Lo más importante es cepillarse los dientes después de cada comida, con un cepillo de cerdas suaves y sin ejercer demasiada presión. Además del irrigador bucal, el enjuague también es un buen aliado para eliminar los restos de placa bacteriana entre dientes y encías.

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Tipos de empastes dentales: ¿Cuál necesito?

Los empastes dentales son el tratamiento estrella para frenar los efectos de la caries, la enfermedad bucodental más extendida en todo el mundo. Pero, ¿Qué tipo de empaste dental necesita mi sonrisa? La caries dental puede afectar a cualquier paciente, aunque se da con más frecuencia entre niños y los pacientes más mayores. Su origen es la producción de ácidos de las bacterias de la boca, que se acumulan y atacan el esmalte. En muchos casos estas bacterias proceden de la falta de higiene y el azúcar. Si la caries no está en una fase muy avanzada, el empaste dental es la mejor opción. Frenar los efectos de la caries dental es clave, porque con el tiempo puede provocar la pérdida del diente afectado. Pero, ¿En qué consiste exactamente colocar un empaste dental? Consiste en eliminar la caries para evitar que siga avanzando y destruyendo los tejidos internos del diente. En general se realiza en una sola sesión y requiere anestesia local. Primero se limpia el tejido cariado, y luego se rellena la cavidad con un material concreto. En función del material usado, distinguimos diferentes tipos de empastes dentales. ¿Cuál necesito? Tipos de empastes dentales Existen diferentes tipos de empastes dentales. En función de cada boca y de los intereses del paciente, se puede optar por cualquier tipo. En las clínica dental SanCal realizaremos un estudio personalizado para escoger el empaste dental que mejor se adapte a tu sonrisa. Empastes dentales de plata Son los más tradicionales, pero cada vez se usan menos. Son amalgamas de plata muy duraderos y económicos, pero tienen un gran inconveniente: la estética. El metal puede alterar la imagen de nuestra sonrisa y además, pueden corroerse con el tiempo. Empastes dentales de composite También empastes de resina compuesta, son la alternativa estética a los empastes de plata. La resina tiene un color muy parecido al de la pieza dental, de modo que resulta casi imperceptible. Este tipo de empastes son muy recomendados si la caries se ha producido en un espacio muy visible. Empastes dentales de cerámica Son similares a los de resina y composite, aunque hechos de porcelana y se consideran los empastes de más calidad. Este material es más fuerte y duradero en comparación con los otros tipos. Se recomiendan especialmente entre los más pequeños. Si la caries se encuentra muy avanzada, los empastes no conseguirían frenar sus efectos en el interior del diente. En ese caso se procede a realizar una endodoncia o tratamiento de conductos. Lo más recomendado es acudir a nuestra dentista de confianza, la Dra. Sánchez para revisar en qué estado se encuentra la caries y qué tratamiento necesitamos.

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