Clínica Sancal

Calle Comercio 5,  28760, Tres Cantos, Madrid

Apicogénesis y apicoformación

Tanto la apicogénesis como la apicoformación son técnicas de tratamiento que se utilizan en dientes permanentes todavía inmaduros en los que se produce una necrosis pulpar (pulpitis), ya que su anatomía no permite la realización de una endodoncia. Esto es debido a que su ápice (el extremo de la raíz) permanece abierto y por tanto no permite el sellado completo del conducto con los materiales habituales.

Apicoformación

Es por esta razón que habitualmente se abordaba este problema con el tratamiento de apicoformación, que consiste en inducir la formación de una barrera calcificada que obture la abertura apical o que permita que la raíz finalice su desarrollo completo mediante el uso de hidróxido de calcio que tiene tres propiedades fundamentales para este fin:

1) Una importante actividad antimicrobiana.

2) Un elevado potencial osteoinductor.

3) Su capacidad para formar la barrera apical.

 

Este tratamiento de apicoformación, que puede llegar a durar hasta dos años, se utiliza principalmente cuando el estado de desarrollo del diente permanente es el adecuado para la edad del paciente y por tanto es posible que finalice la formación de la raíz con el cierre natural del ápice. La apicoformación también resulta eficaz cuando el desarrollo del diente va por detrás de lo que correspondería a la edad del paciente, en cuyo caso la formación de la barrera calcificada obturaría la abertura del ápice.

 

apicogénesis o apicoformación

 

Apicogénesis

La apicogénesis también se trata de un tratamiento de larga duración, pues requiere la realización de diferentes procedimientos endodónticos, cuya finalidad es mantener la pulpa en las condiciones adecuadas en tanto que la raíz del diente continúa su desarrollo normal hasta el cierre completo del ápice.

La indicación más clara de la apicogénesis es en dientes inmaduros en los que, generalmente a consecuencia de un traumatismo, se ha producido una lesión irreversible de la pulpa con la inflamación del tejido superficial, pero que puede derivar en una pérdida de vitalidad de la misma. Dependiendo de las condiciones de diente y concretamente de la pulpa, se pueden utilizar diferentes técnicas de apicogénesis para lograr su protección temporal o permanente.

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