Clínica Sancal

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Cultura y curiosidades

Riesgos de los piercings bucales

El uso del piercing oral (lengua, labios, frenillo e incluso mejillas) puede tener importantes consecuencias para la salud bucodental, más allá del dolor, el posible rechazo y el alto riesgo de infección que implica su colocación, dada la elevada presencia de bacterias y la humedad propia del interior de la boca, que dificulta la cicatrización de los tejidos. Además, en su colocación también es importante el riesgo de causar lesiones importantes si al hacer el agujero se comprometen determinados vasos sanguíneos o nervios. Pero lo más importante es que, una vez puesto, el piercing oral puede provocar problemas de diversa índole: maloclusiones dentales, traumatismos en los dientes adyacentes, infecciones, retracción de las encías y pérdida de dientes. Ningún odontólogo recomendará la colocación de un piercing en la cavidad oral. Todo lo contrario. Pero, si pese a los riesgos se decide hacerlo, es muy importante visitar desde el primer momento y de forma regular la consulta del dentista para que éste realice un seguimiento de la pieza y de sus efectos en la salud bucodental. Localizaciones más frecuentes del piercing oral Los lugares de la cavidad oral en los que se suelen colocar los piercings son las siguientes: Lengua: suele hacerse en la parte central y se utilizan los denominados barbell (una barra limitada en cada extremo por una esfera), aunque también hay quien se coloca aros en las partes laterales y anteriores de la lengua. Labios: se utilizan habitualmente aros y labrettes (una barra con una esfera en la parte exterior y un disco plano que hace de cierre en la interior. Se colocan en cualquier parte del perímetro labial, aunque lo habitual es que se haga en la parte central del labio inferior. Otras: mejillas (aunque el piercing es externo, la perforación alcanza la mucosa yugal), frenillo lingual y la úvula (campanilla). Complicaciones del piercing oral Al hablar de complicaciones hay que comenzar por el mismo momento de la colocación del piercing. Las más habitaules son el dolor y la inflamación. Ésta última, que puedo afectar a los ganglios situados bajo el mentón y la mandíbula inferior, se inicia a las pocas horas de haberse colocado y se puede prolongar hasta 3 y 5 semanas. En el caso de la lengua, muy vascularizada y enervada, también puede producirse alguna hemorragia al hacer la perforación o la alteración del sentido del gusto y de alguna función motora si se afecta a algún nervio. La infección local del área en la que se coloca el piercing ocurre en aproximadamente un 15% de los casos y existe el riesgo de sufrir una bacteriemia, por lo que deberá acudirse al médico en caso de presentar fiebre, enrojecimiento acusado en torno a la perforación, temblores y escalofríos. La alergia, es otra de las posibles complicaciones, en función de la aleación con que se ha confeccionado el piercing. El níquel es el metal con que hay que tener especial cuidado. Finalmente, a medio y largo plazo, el impacto de un piercing en cualquier parte de la cavidad oral puede tener importantes consecuencias para la salud bucodental: Resección gingival: es una de las consecuencias más importantes de los piercings orales(especialmente de los colocados en los labios) en la estética y la salud bucodental. Se retraen las encías, dejando más superficie dental al descubierto, lo que favorece la pérdida de inserción del diente, lo que puede causar su movilidad y posterior pérdida. El riesgo de sufrir esta complicación es aún mayor si el portador del piercing es fumador. Traumatismos dentales: son las lesiones más frecuentes y pueden ir desde un simple desgaste por rozamiento del metal en el diente, hasta el astillamiento o fractura de alguna pieza dental. Enfermedad periodontal: el contacto continuo del metal del piercing oral puede causar al acúmulo de placa bacteriano, y por tanto la formación de sarro, en los dientes inferiores anteriores, lo que favorece la aparición de gingivitis y, como consecuencia de periodontitis. Halitosis: puede causarla la acumulación de placa bacteriana. Maloclusiones dentales: la introducción permanente de un cuerpo extraño en la cavidad oral, altera el equilibrio de fuerzas de la lengua y, consecuencia, la posición de los dientes, modificando la mordida. Alteraciones del habla: el piercing en la lengua altera la pronunciación de las palabras que contengan las letras R, S, T y L. Alteraciones del gusto. Ingestión del piercing oral. En el caso de llevar piercings bucales es muy importante realizar un seguimiento constante para evitar todos estos inconvenientes. Aun así, la mayoría de profesionales recomiendan no llevar estas piezas metálicas que pueden comprometer nuestra salud bucodental.

Buenos hábitos

Prevención: 10 Hábitos horribles que estropearán tus dientes

Hoy vamos a tratar de prevenir; enumerando lo que NO hay que hacer. Se trata de una lista de acciones que hacemos en muchos casos sin darnos cuenta y que pueden ser perjudiciales para nuestros sufridos dientes, que no sólo tienen que soportar la guerra química a que los sometemos diariamente al alimentarnos sino que tienen que aguantar nuestras manías. Mascar hielo Vale, puede parecer que es natural como el agua (de hecho, es agua), no tiene azúcar, así que no pasa nada. Sin embargo mascar cubitos de hielo puede mellar o incluso romper tus dientes. Este mascar por mascar, sin pies ni cabeza, irrita el tejido blando interno del diente por lo que al final te puedes encontrar con un buen dolor de dientes. Biberones al acostarse Dar un biberón a la hora de irse a la cama de zumo o leche puede causar caries del biberón. El peque puede acostumbrarse a quedarse dormido con el biberón en la boca con lo que el contacto con el dulce contenido se mantiene durante largo tiempo. Piercing en la lengua Sí, muy chulos y tal, pero morder el metal te puede partir un diente, así de claro. Lo mismo ocurre con los que se ponen en los labios. Cuando el metal entra en contacto con la encía, puede dañarla de tal manera que se llegue incluso a perder el diente. Todo lo anterior sin entrar en el aumento de bacterias en tu boca que un piercing va a generar. Rechinar de dientes (bruxismo) Poco a poco este hábito (https://clinicasancal.es/bruxismo-y-atm/), en buena medida involuntario, puede llevar al desgaste prematuro de las piezas dentales. Una consulta al dentista para que revise el problema y una férula de descarga pueden ayudar a evitar el daño dental. Aunque la causa (estress, ansiedad, etc.) y síntomas puedan permanecer y deban ser tratados adecuadamente. Atracones de comida A menudo implica cantidades excesivas de cosas dulces. Lo cual ya es malo. Pero si además hablamos de bulimia nerviosa, apaga y vámonos. Los vómitos auto-provocados contienen ácidos estomacales muy fuertes que erosionan los dientes, dejándolos para el arrastre, sin mencionar el mal aliento. Aunque, realmente, los problemas dentales, aún siendo importantes, son secundarios en una patología tan compleja y seria como esta. Gominolas y pastillas de toffee Todos los dulces son malos para nuestros dientes ya que favorecen la aparición de caries. Pero hay dulces y dulces. Las gominolas son quizá de los peores porque se quedan pegadas a los dientes, manteniendo en ellos su carga de azúcar y con ello el ácido resultante durante horas. Si no puedes pasar sin gominolas lo mejor es que las incorpores junto a otro tipo de alimentos antes de comerlas solas. Refrescos Un clásico entre lo que no hay que tomar si quieres evitar la caries. El contenido en azúcares varía dependiendo de la marca o el país, pero no sólo es el dulzor lo que pone en peligro nuestros dientes sino que también contiene ácido fosfórico y cítrico que se suman a la fiesta del ácido que ya crean solitas nuestras bacterias con el azúcar que les damos. Abrir cosas con los dientes Botellas, sobrecitos de ketchup, sobres y un largo etcétera puede que sean objeto de una herramienta tan a mano como puedan ser tus dientes. Pero hacerlo, puede hacer que se astillen o rompan. Pista: los dientes son para comer. Morder lápices y bolígrafos Igual que con el hielo, es un potencial motivo de fastidiarte los dientes de la manera más vergonzante cuando tengas que explicarlo delante de alguien. Un chicle sin azúcar tiene el mismo efecto para rebajar la ansiedad de los estudios o del examen y además contribuye a la secreción de saliva, lo cual fortalece y remineraliza tus dientes. Café, vino tinto y tabaco Son las típicas manchas de esmalte que provocan acudir a un tratamiento de blanqueamiento dental. El tabaco, además, puede provocar enfermedades en las encías, cáncer de boca, labio o lengua. Es como para pensárselo ¿no crees? Esperamos que no te sientas identificad@ con ninguna de ellas y si es así…bueno, en SanCal tenemos la capacidad de solventar cualquier desaguisado. No, en serio, sea lo que sea, estamos para ayudarte y acompañarte en el proceso de conseguir la mejor de tus sonrisas. ¡No dudes en pasarte por nuestra clínica!

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