Clínica Sancal

glándula salival

Cultura y curiosidades

¿Qué es un mucocele?

Te ha salido un bulto en la parte interna del labio o bajo la lengua y crees que puede ser una ampolla. Sin embargo, no lo es. Es lo que se conoce como mucocele; una acumulación de líquido salivar. El mucocele es un bulto que puede ser de un tamaño bastante grande y que a diferencia de las ampollas, no se puede romper debido a que está cubierto por una gruesa capa de tejido y se localiza en una parte más profunda de la dermis. ¿Cómo se produce el mucocele? El mucocele se produce, normalmente, por un traumatismo; es decir, si te muerdes el labio o si un alimento impacta contra el suelo de la boca. Como consecuencia de ello, se produce una rotura de un vaso principal o o accesorio de las glándulas salivares. De manera menos habitual, se puede producir por la presencia de un lito (“piedra” formada por las impurezas que se encuentran en el líquido salivar) y que obstruye los conductos, llegando a romperlos. La rotura del vaso o conducto, produce dicha pérdida de saliva que favorece su acumulación entre los planos epiteliales, y que hace que emerja un bulto que no es, en absoluto, doloroso. ¿Dónde se producen los mucoceles? La zona más frecuente donde se producen estos traumatismos y, por tanto, los mucoceles, es sobre todo, en la parte interna del labio inferior (y, de manera menos probable, en el labio superior) o en el suelo de la boca, es decir, bajo la lengua. En este último caso, el mucocele adquiere el nombre de ránula. ¿Cómo se trata? Habitualmente, no se suele actuar quirúrgicamente sobre los mucoceles, ya que, con el paso del tiempo, acaban reabsorbiéndose de manera espontánea. No se suele actuar quirúrgicamente sobre los mucoceles, ya que acaban reabsorbiéndose de manera espontánea Es probable que permanezcan con cierto volumen con el paso del tiempo, e incluso que vayan variando de tamaño (aunque no demasiado rápidamente, por lo que el cambio puede ser inapreciable). Sin embargo, sólo se actuará sobre ellos en aquellos casos en los que la molestia de tenerlos o el roce que producen impida realizar acciones rutinarias como comer o hablar con normalidad. Molestias por mucocele En el caso de tener que ser intervenido, el mucocele se extrae mediante láser o realizando una pequeña incisión en la base del bulto bajo anestesia local. Se extrae la mucosa (que tendrá una textura bastante densa), y se procederá a suturar la zona. Tras la intervención, se recomienda una dieta blanda y fría, así como la toma de antiinflamatorios y enjuagarse con clorhexidina para evitar posibles infecciones. ¿Cómo prevenirlo? El mucocele es un tipo de lesión que, al producirse por traumatismo, es imposible de prevenir. Su incidencia únicamente asciende a un 0,4 – 0,8% de la población y sobre todo entre los 10 y 30 años de edad, por lo que se trata de algo muy poco común. ¿Aún tienes dudas? ¿Te ha salido un mucocele y no sabes si debería ser extraído? ¿Tienes más dudas sobre este tipo de lesión? Llámanos y te ayudaremos a resolver todas tus dudas y te recomendaremos cómo actuar en tu caso.

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Escupir no sólo es grosero, también es insano

Los hombres segregan más saliva que las mujeres. ¿Justifica esto que expelerla sea un hábito típicamente masculino? Lo vemos por la calle no sin cierto repelús: en cualquier paseo urbano, se nos cruza algún sujeto despreocupado que escupe sobre la acera. Hasta Titanic tiene una escena romántica con Leo DiCaprio expeliendo saliva desde el célebre barco. Las generalizaciones no son buenas, pero lo cierto es que, en el imaginario colectivo, este acto se asocia con más facilidad al hombre, pese a que no existen datos «que refrenden que ellos escupan más que las mujeres». ¿Pero y si se tratara de una necesidad biológica masculina? ¿Existe alguna razón para hacerlo? Hay una respuesta corta y efectiva: por costumbre. “No existe un motivo médico subyacente, es cultural. Técnicamente, los varones producen más cantidad de saliva porque sus glándulas salivales tienen un mayor tamaño. Pero esto no justifica el hábito”. La Dra. Sánchez, considera que «escupir más o menos no es proporcional a la cantidad de líquido que segreguen las glándulas de cada uno: es una cuestión de educación». Con este hábito, el sistema de defensas en la cavidad bucal se desequilibra, lo que puede llevar a la formación de caries o paradontitis. “El uso de prótesis o aparatos de ortodoncia pueden provocar un aumento de la salivación. El mismo efecto pueden tener algunos medicamentos hipertensivos, problemas digestivos o enfermedades del sistema nervioso, pero expulsarla del organismo no ofrece ningún beneficio», dice la Dra. Sánchez.  «El exceso de producción, denominado hipersalivación o sialorrea, también es un síntoma de diversas causas fisiológicas (erupción dental en los niños, embarazo) y de enfermedades (digestivas, neurológicas, hormonales, por medicamentos e incluso psíquicas) que provocan babeo crónico, descamación de los labios y heridas en torno a la boca». Al margen de estas enfermedades, todos salivamos más en determinadas ocasiones. Tampoco justifican el esputo. “Sucede en episodios de estrés para el organismo. Al comenzar a realizar ejercicio físico intenso, por ejemplo, se producen unos cambios fisiológicos que conllevan una mayor producción de secreciones (ya sea saliva o, generalmente, moco nasal) y eso condiciona que en vez de deglutirlos por ser muy espesos, se tienda a escupirlos”, prosigue el experto. “Otras teorías afirman que el aumento de frecuencia respiratoria unido a la taquicardia hace que la mucosidad presente en la vía aérea del deportista aumente como medida de protección», «Al expulsarla, perdemos líquidos”. La saliva es buena Para Susan Maples, dentista y autora del libro Blabber Mouth: 77 Secrets Only Your Mouth Can Tell You to Live a Healthier, Happier, Sexier Life. (Bocazas: 77secretos que solo su boca le puede contar para vivir una vida más sana, feliz y ‘sexy’), la cuestión cultural no admite dudas: «Hay chicos que crecieron pensando que es una forma de refrescar la boca y nadie les castigó por hacerlo», sentencia. “Este gesto puede ser símbolo de reafirmación o rebeldía”, agrega el doctor González Lagunas. Pero no sirve para nada, ni para limpiar la boca. “Al hacerlo, se expulsan bacterias, pero no es el mecanismo natural de su eliminación», amplía Casqueiro. Según un estudio realizado por Gerbard Meyer, catedrático de odontología de la Universidad de Greifswald (Alemania), con este hábito, el sistema de defensas en la cavidad bucal se desequilibra, lo que puede llevar a la formación de caries o parodontitis. «Es puramente cultural: hay chicos que escupen porque crecieron pensando que es una forma de refrescar la boca y nadie les castigó por hacerlo» (Susan Maples, dentista) Producir saliva es señal de buena salud. “Cada día, generamos entre 1 y 2 litros; y cada minuto, se segregan al menos 0,5 mililitros», explica el doctor Javier González: “Cuanta más saliva tenemos, mejor salud bucal, mayor protección de nuestros dientes, de nuestras mucosas y del aparato digestivo». La Universidad de Aarhus(Dinamarca) relaciona incluso la cantidad de secreción que traga una persona (porque fabrica más cantidad) con su dicha. «Contiene una sustancia que se sintetiza de forma natural por las glándulas salivales, se llama opiorfina, se vincula a la felicidad y es más potente que la morfina», dicen las doctoras Vilavoa. Además, según la revista médica Plos, la saliva protege nuestra boca y estómago si nos damos un atracón de comida mexicana. «Las glándulas salivales se ponen marcha cuandoingerimos alimentos picantes o con ardor para el estómago», sentencia el estudio. Así las cosas, ¿para qué arrojar un líquido tan preciado fuera de nuestro organismo? Definitivamente, no hay excusa.

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