Clínica Sancal

septiembre 2017

Ortodoncia

Todo lo que necesitas saber del tratamiento de ortodoncia

A pesar de la creencia generalizada, los tratamientos de ortodoncia no están dirigidos exclusivamente a mejorar la estética de nuestra boca: unos dientes bien alineados mejoran también la funcionalidad de los mismos y ayudan a prevenir enfermedades periodontales. Pero, ¿qué es exactamente un tratamiento de ortodoncia? ¿Qué es un tratamiento de ortodoncia? Denominamos tratamiento de ortodoncia a todos aquellos procesos de corrección de la posición de los dientes para mejorar la estética, la oclusión y la funcionalidad de los mismos. En principio, cualquier persona que tenga la boca en salud puede someterse a un tratamiento ortodóncico. El grado de severidad de las malposiciones determinará la duración y el coste del mismo, y la elección de un sistema de ortodoncia u otro se hará en función de las prioridades del paciente. ¿A qué edad se puede iniciar un tratamiento de ortodoncia? Si bien a partir de los 6 años suele producirse la erupción de los molares y el ortodoncista ya es capaz de evaluar la boca del niño, la edad ideal para iniciar un tratamiento de ortodoncia es sobre los 7-8 años. A esta edad, el niño ya ha experimentado un crecimiento óseo suficiente como para que el odontólogo detecte anomalías en el crecimiento habitual de los dientes o en la posición de los huesos maxilares. En los casos de niños en edad de crecimiento, se pondrá un tratamiento de ortodoncia interceptiva. En este caso, bien gracias al uso de aparatos fijos o removibles, podremos actuar directamente sobre los huesos maxilares del niño y guiar la correcta erupción de los dientes. De esta forma, podremos corregir problemas de asimetrías faciales o posiciones anómalas de los huesos maxilares que, en caso de no ser tratados a una edad temprana, sólo podrán ser tratados a través de un tratamiento combinado de ortodoncia y cirugía ortognática a nivel hospitalario. ¿Cómo se inicia un tratamiento de ortodoncia? Todo tratamiento de ortodoncia empieza con un estudio previo. Es decir: unas pruebas diagnósticas –fotos intraorales y extraorales, radiografías, cefalometrías y modelos- que permiten analizar cada caso y pautar un plan de tratamiento específico ajustado a las necesidades de cada paciente. Con un diagnóstico preciso, el paciente valorará qué tratamiento de ortodoncia es el más adecuado en función de sus prioridades. Existen distintos tratamientos que, si bien obtienen el mismo resultado, priman unos aspectos u otros que resultan determinantes a la hora de tomar la decisión acerca del procedimiento más adecuado para cada caso. ¿Qué tratamientos de ortodoncia hay? En un inicio, podemos distinguir entre tratamientos de ortodoncia con aparatos fijos y removibles. ¿Qué tipos de aparatos fijos hay? El sistema de ortodoncia fijo más conocido son los brackets metálicos. Se trata de aditamentos que van cementados sobre la cara visible–o vestibular- del diente. Si bien es la opción más económica, es un sistema muy poco estético, por lo que suele ser elegido por adolescentes y por aquellos adultos cuya prioridad es meramente económica. Los brackets de zafiro es un sistema con brackets transparentes, altamente estéticos. Están realizados en microcristales de zafiro, por lo que son muy resistentes y no se tiñen con el paso del tiempo. Si bien su precio es un poco más elevado que el de los brackets metálicos, son mucho más estéticos. Por otra parte, los brackets Damon –o de autoligado– son brackets que permiten no tener que llevar ligaduras metálicas o elásticos. De esta manera, se reduce la fricción y, por tanto, el tiempo de tratamiento. Por último, la ortodoncia lingual  está basada en brackets que van cementados en la cara interior del diente. Es, por tanto, el sistema más estético que existe. Tanto los brackets como los arcos se realizan a medida de la boca de paciente y se fabrican en una alineación de oro que permite que son grosor sea menor y, por lo tanto, su presencia afecte en menor medida a la comodidad del paciente. De igual manera, requiere de un periodo de adaptación de dos a tres semanas. En este último sistema, y gracias al escaneado intraoral, se puede obtener un set-up digital en 3D que permitirá a las doctoras ver el resultado final de la dentadura del paciente antes de haber finalizado el tratamiento. La opción alternativa a estos sistemas fijos de ortodoncia es el sistema ortodóncico removible: la ortodoncia invisible. Invisalign: un tratamiento de ortodoncia removible y altamente estético La ortodoncia con alineadores invisibles –Invisalign- es un sistema que corrige las malposiciones dentales a partir de juegos de férulas transparentes hechos a medida. Es un sistema muy estético, pues resulta prácticamente imperceptible, y muy cómodo e higiénico: si bien debemos llevar las férulas en boca durante, al menos, 22 horas al día, podemos retirarlas para comer o lavarnos los dientes. Cada una de las férulas tiene como objetivo un micromovimiento concreto, y cada juego de las mismas deberá llevarse en boca durante dos semanas para ser cambiado, posteriormente, por el siguiente. Gracias al Clincheck, tecnología desarrollada por Align Tech, podemos ver el aspecto que tendrá nuestra boca incluso antes de iniciar el tratamiento. Si una vez el paciente ha usado los juegos de férulas pautados en un inicio, el resultado no es el deseado, se podrá pedir, al menos, un refinamiento. Denominamos “refinamiento” a aquellos juegos de férulas que se piden fuera del tratamiento para que el resultado final resulte óptimo. Es un método que, con el tiempo, ha demostrado ser tan eficaz como los sistemas de ortodoncia fijos y que, por su alta estética, cada vez es más elegido por los pacientes. ¿Qué cuidados específicos requiere la ortodoncia? Si bien los tratamientos de ortodoncia no deterioran los dientes, los aparatos de ortodoncia fija suponen una mayor dificultad para mantener una correcta higiene dental. Por ello, aquellas personas que se estén sometiendo a un tratamiento de ortodoncia deberán prestar una especial atención a las pautas de higiene recomendadas. Además de un correcto cepillado tras cada comida, debemos incluir el uso de hilo dental o cepillo interproximal para eliminar aquellos restos que se hayan quedado en los espacios interdentales de difícil acceso. El irrigador bucal –o waterpik- es un elemento de higiene esencial para aquellas personas que estén mejorando la estética de su boca. Se trata de un sistema que, gracias al agua a presión,

Cultura y curiosidades

Wasabi: tu gran aliado contra la caries

Si te gusta la gastronomía japonesa, estás de enhorabuena. Diversos estudios han demostrado que el wasabi tiene efectos beneficiosos para nuestra salud, y también para el buen estado de nuestra boca. Pero, ¿qué es el wasabi y de qué consecuencias positivas estamos hablando? ¿Qué es el wasabi? El wasabi es una planta de la familia de las crucíferas, al igual que el rábano o la col, de origen asiático. Dadas las exigentes condiciones que requiere para ser cultivado y la dificultad que supone reproducirlas, crece de manera exclusiva en la isla japonesa de Sajalí. Hace años era utilizado para conservar el pescado, dadas sus propiedades antibacterianas y antisépticas. En la actualidad se trata de un condimento esencial en la gastronomía japonesa del cual se aprovecha, únicamente, la raíz. Resulta común verlo no solamente como complemento del sushi, sino también de diversos platos de la gastronomía japonesa o snacks variados. De sabor picante, se puede servir tanto en pasta como rallando directamente la propia raíz. Es de esta última forma, y únicamente catándolo en los primeros quince minutos tras su ralladura, como apreciaremos mejor su sabor. ¿Por qué es recomendable para nuestros dientes? Como ya hemos mencionado, el wasabi tiene propiedades antibacterianas. Es decir, evita la formación de cadenas microbianas en nuestra boca y nos previene de afecciones bucales como, por ejemplo, la caries. Esto se debe a que posee un alto contenido en isotiocianato. El isotiocianato es una molécula que, según han demostrado diferentes estudios, dificulta la formación de la placa bacteriana que daña el esmalte de los dientes y provoca la aparición de caries. Además, dadas sus cualidades antisépticas, ayuda a mitigar la inflamación tanto de heridas como de llagas –o aftas bucales-. De igual manera, los efectos positivos del wasabi no se centran únicamente en la boca: su acción tiene consecuencias beneficiosas en nuestra salud general. ¿Qué efectos positivos tiene el wasabi en nuestra salud? Como ya hemos mencionado anteriormente, el wasabi es conocido por sus propiedades antiinflamatorias. Su uso está especialmente extendido, mediante inhalación, para aliviar la inflamación de los senos paranasales. Además posee un alto contenido en vitamina C, lo que favorece la absorción de hierro y refuerza nuestras defensas. Por ello, nos previene contra catarros, gripes o contagios de otras enfermedades provocadas por virus. Por último, varios estudios han demostrado que evita la formación de coágulos de sangre, actuando favorablemente en la prevención de la formación de trombos. Además, en la actualidad diversas investigaciones tratan de dilucidar si también tiene efectos positivos en la prevención de formación de células cancerígenas en el estómago. El wasabi no es el único alimento que puede tener efectos positivos para nuestra salud bucal. Hay otros tantos, como las zanahorias o el apio, que resultan igualmente beneficiosos para nuestros dientes. ¿Qué otros alimentos son beneficiosos para nuestra salud bucal? Hay multitud de alimentos que nos ayudan a mantener el buen estado de nuestros dientes y encías. Los productos lácteos como, por ejemplo, los yogures o el queso, tienen un alto contenido en calcio que ayuda a fortalecer los dientes. Además contienen caseína, una proteína que repara el esmalte dental. Las verduras de hoja verde, tales como las coles de bruselas, los grelos o las acelgas, poseen un alto contenido en fibra. Para ser capaces de triturarla debemos hacer un mayor ejercicio de masticación, lo que favorece la segregación de saliva. Ésta última no sólo facilita la masticación y la deglución, sino que evita la acumulación de bacterias en la boca. Los alimentos ricos en vitamina D fortalecen nuestros dientes y encías frente a enfermedades periodontales, pues favorecen la absorción de fósforo y calcio. Un ejemplo de alimentos ricos en vitamina D sería el huevo o los pescados grasos como, por ejemplo, el salmón o el atún. Por último, la masticación de frutas y verduras crudas como, por ejemplo, las zanahorias o las manzanas, ayudan a mantener limpios los dientes y las encías. Si bien estos alimentos colaboran a mantener en buen estado nuestra salud dental, hay muchos otros que resultan perjudiciales para la misma. ¿Hay alimentos que pueden dañar mis dientes? Como sabrás, el hecho de mantener unas rutinas adecuadas de higiene oral es clave a la hora de gozar de una buena salud dental. Pero, además, para tener una boca sana es importante evitar la ingesta de ciertos alimentos que pueden provocar daños en los dientes. Los caramelos duros, por ejemplo, suponen una exposición alargada en el tiempo al azúcar y la posibilidad de que, al masticarlos, se astillen las piezas dentales. Esta exposición es igualmente visible en casos de personas que beben, de manera habitual, refrescos carbonatados: son bebidas ácidas que atacan al esmalte dental, favoreciendo la aparición de caries. Otros alimentos que propician la formación de caries son aquellos ricos en almidón, tales como la pasta, el arroz o las patatas fritas. Éstos se adhieren con facilidad a las paredes de los dientes y aceleran la formación de placa dental. Por otra parte, para mantener el blanco de nuestros dientes es esencial dejar de lado la ingesta habitual de bebidas como el té, el café o el vino tinto que provocan manchas de tinción en el blanco de los dientes. Y, por último, se debe romper el mito de que aquellas sustancias que no son azucaradas o ácidas no tienen por qué dañar los dientes. Un hábito tan extendido como la masticación de hielo puede provocar lesiones en los dientes y dañar el esmalte. El wasabi, al igual que otros alimentos, favorece la eliminación de bacterias y nos ayudan a calmar el dolor causado por pequeñas heridas o llagas bucales. Incorporar estos alimentos a nuestra dieta y tener una higiene oral adecuada nos ayuda a mantener una buena salud bucodental.

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