La prevención engloba todas aquellas medidas que puede llevar a cabo una persona para reducir la probabilidad de sufrir cáncer de boca. Es importante destacar que el hecho de conocer estas medidas y llevarlas a cabo, en la medida de lo posible, no garantiza no enfermar pero sí que puede reducir el riesgo.
Factores de riesgo
Por factores de riesgo entendemos todos aquellos elementos que aumentan las posibilidades de que una persona sufra una enfermedad, en este caso, cáncer.
De la misma manera que la prevención no garantiza que no se padezca la enfermedad, el hecho de contar con un factor de riesgo, o incluso varios, no provoca cáncer directamente.
Asimismo, hay personas que sin tener aparentemente ninguno de dichos factores, sí desarrollan la enfermedad. A pesar de esto, sí es útil conocer los factores de riesgo para, en la medida de lo posible, realizar elecciones personales más saludables en nuestra vida diaria.
Los hombres tienen el doble de probabilidades de padecer cáncer de boca que las mujeres. Asimismo, el riesgo de desarrollar la enfermedad aumenta a partir de los 45 años de edad
Se podría decir que existen dos tipos de factores de riesgo. Mientras que sobre unos no tenemos control, como por ejemplo aquellos que están determinados por la genética, hay otros relacionados con nuestro estilo de vida y alimentación que sí se pueden evitar.
Los factores de riesgo que aumentan las posibilidades de padecer cáncer oral y orofaríngeo son:
Sexo:
Los hombres se muestran más propensos a padecer cáncer oral. De hecho, la incidencia en hombres es dos veces mayor que en mujeres.
Edad:
Debido a que el cáncer oral tarda varios años en desarrollarse, el riesgo de ser diagnosticado se incrementa a medida que aumenta también la edad. Aunque la enfermedad puede aparecer en cualquier momento de nuestra vida, las probabilidades aumentan a partir de los 45 años.
Tabaco:
El riesgo de padecer cáncer está relacionado con la cantidad de tabaco que se consuma y durante cuánto tiempo. Tanto los cigarrillos y pipas como el tabaco de mascar aumentan las posibilidades de desarrollar la enfermedad no solamente en la boca o en la garganta, sino también en otros órganos como laringe o pulmones.
En el caso del cáncer oral y orofaríngeo, la gran mayoría de pacientes que lo padece consume tabaco en cualquiera de sus variantes. Por ejemplo, fumar en pipa aumenta el riesgo de padecer cáncer en labios, mientras que mascar tabaco está relacionado con el riesgo de padecerlo en mejillas, encías y labios.
En pacientes que ya han padecido la enfermedad, aunque ésta ya se considere curada, es especialmente importante dejar el hábito de fumar.
Alcohol:
El consumo excesivo y frecuente, especialmente en personas fumadoras, incrementa el riesgo de sufrir cáncer. Se entiende por consumo de alcohol excesivo dos o más bebidas de media al día para hombres y más de una bebida al día de media para mujeres.
Higiene bucal deficiente:
Las personas que no mantienen una salud bucodental adecuada o que padecen irritación crónica en la boca originada por dentaduras postizas mal adaptadas u obturaciones, entre otras causas, también tienen más posibilidades de padecer cáncer oral.
De hecho, las prótesis mal adaptadas pueden almacenar partículas de alcohol y tabaco, por lo que es necesario retirarlas cada día para dormir y limpiarlas minuciosamente antes de volverlas a colocar.
En este punto, cobran especial importancia tanto las revisiones periódicas como las limpiezas realizadas por un odontólogo. De esta manera, el profesional podrá no solamente controlar la higiene sino también examinar el estado de la cavidad oral y, en el caso de que exista algún problema, detectarlo en una fase temprana.
Además de las limpiezas y los chequeos realizados en la consulta del dentista, es importante concienciarse de la necesidad de mantener una buena higiene bucodental en casa.
Exposición al sol:
Las personas que están expuestas a la luz ultravioleta de forma prolongada, como por ejemplo les sucede a aquellas que desempeñan una profesión al aire libre, tienen más probabilidades de padecer cáncer en la zona de los labios.
Por este motivo, se recomienda disminuir en la medida de lo posible el número de horas de exposición al sol y utilizar siempre protección para el cuerpo y la cara.
Virus del papiloma humano (VPH):
Los conocidos como virus del papiloma humano (VPH) abarcan un total de 200 tipos de virus relacionados, de los cuales más de 40 se transmiten mediante relaciones sexuales, ya sea por contacto vaginal, anal u oral.
Los casos de cáncer oral y orofaríngeo asociados al VPH se han vuelto más frecuentes en los últimos años y afectan especialmente a pacientes jóvenes. Las posibilidades que tiene una persona de infectarse por el virus del papiloma humano se incrementan a medida que aumenta también la cantidad de compañeros sexuales.
Dieta deficiente:
Una alimentación pobre, como aquella baja en el consumo de frutas y verduras, también presenta un factor de riesgo para desarrollar cáncer.
Síntomas
Aunque muchos de los síntomas característicos del cáncer de boca que vamos a describir a continuación pueden estar causados por otros problemas de menor gravedad, es importante advertirlos ya que la detección precoz determina, en gran medida, el éxito del tratamiento.
Algunos ejemplos de los síntomas que podrían ponernos en alerta para consultar con un odontólogo son los siguientes:
- Manchas anómalas en la cavidad oral: pueden ser blancas (leucoplasia), rojas(eritroplasia) o una combinación de ambas con zonas rojas y blancas (eritroleucoplasia)
- Llagas en la boca o garganta
- Problemas para masticar o tragar
- Bultos en la cara, cuello, mejillas, mandíbula, encías o lengua
- Dificultad o cambio en el habla
- Pérdida de peso sin explicación aparente
Una vez conocida la sintomatología, se recomienda, por tanto, prestar atención al estado de la boca, así como a los cambios que se pueden presentar con el paso del tiempo. En el caso de que tengamos duda acerca de algunos de estos síntomas, es preferible consultar con un odontólogo de confianza cuanto antes para descartar la enfermedad o, en el caso de que ya haya aparecido, iniciar el tratamiento en una fase temprana.